십사
* Lean la nota al final, por favor 💜
Miércoles.
La cafetería se vacía con facilidad después de tener una mañana ajetreada y es Hoseok quien se apresura a cerrar la puerta de entrada y poner el letrero que dice que los empleados están en receso de almuerzo y abrirán en media hora. Le hace una seña a Yoongi quien termina de atender a los últimos clientes, pero éste frunce el ceño cuando ve que el menor dejó pasar a una castaña con rasgos tan conocidos que lo confunden.
En el local quedan sólo ellos tres, Hoseok desaparece a la parte de atrás, y es el teléfono de Yoongi repicando lo que desvía la atención del mismo que estaba posada en la castaña. Sonríe viendo el nombre de su novio en la pantalla, ésta ensanchándose al escucharlo.
—Dame buenas noticias, por favor —le pide en un suspiro. Seokjin se ríe.
—No es tu día de suerte, Yoongi-ssi. ¿Recuerdas lo de mi última defensa? Dieron fecha para hoy a las 2 y debo estar en el juzgado en 20 minutos, por lo que...
—Por lo que no podrás venir a almorzar.
—Ni ir a buscar a las niñas al colegio.
—Ah, Jin...
—Mi amor, en verdad lo siento, no esperaba que adelantaran la fecha y... A duras penas pude organizar todos los papeles y preparar lo que diré y-
—Hyung, eres un abogado excelente, estoy seguro de que lo harás bien.
—Te extraño —suspira el mayor, el estrés y cansancio reflejándose en su voz—. Un abrazo de mis bebés es igual de reconfortante que uno tuyo, pero... No es lo mismo. No sé si me explico.
Yoongi presiona los labios en una sonrisa, suspirando.
—Me viste ayer, Jinnie.
—Sí, como por 10 segundos, pero bueno...
El menor sonríe.
A Yoongi le gustaba mimar a las hijas de su novio y que luego él fuese mimado por el mismo. Seokjin suele endulzarle el oído tan eficazmente que lo terminaba convenciendo de quedarse en el apartamento de los Kim, quizás pasando más tiempo ahí que en el suyo propio.
Sin embargo, debido a la enfermedad de Holly últimamente estaba más en su apartamento. Prefería mantenerlo alejado de las niñas mientras sana, pero es tema aparte. Él también los extraña mucho a ellos.
Esas últimas semanas no han sido fáciles para ellos, empezando porque Seokjin estaba preocupado y algo ansioso, si era honesto. Sabe que el trabajo siempre ha sido importante para él y le iba bien, lo que lo tranquilizaba, pero esos días a duras penas sacaba la cabeza del montón de papeles regados en la mesa de su comedor, sumiéndose tanto que llegaba a olvidar las comidas y Yoongi debía estar tras él intentando cuidarlo y a la vez darle su espacio, aunque a él también le preocupara en lo que trabajaba el mayor.
Según lo que el pelinegro pudo decirle (cuando la curiosidad lo comió y decidió preguntar), se trata de un tema delicado que debe tener una buena defensa si lo que se quiere es conseguir justicia para las personas involucradas, y Yoongi fue testigo de lo mucho que su novio se ha preparado para ello. No obstante, el caso tenía fecha para dentro de dos semanas y, por lo que le comenta ahora, su nerviosismo es más que comprensible.
—Lo harás bien, amor —amaga a animarlo. Esas palabras funcionan con él, espera que en el mayor tengan el mismo efecto—. Estás listo para darle una buena defensa a esa chica. Todo va a estar bien.
—Sí, es sólo que... Por primera vez, realmente tengo miedo. ¿Qué pasa si no lo consigo? ¿Q-qué si el otro abogado logra engañar al juez y permite que ese asesino se lleve la custodia del niño y- y no me concede la orden de alejamiento? E-es mucha presión, Hyejin confía en mí...
—Ey, ey, calma, shh —Yoongi se consigue a sí mismo arrullándolo, como él haría para calmar a sus hijas cuando tienen un mal sueño. Su novio se oye al borde de una crisis y es lo que menos le conviene ahora—. Te escuché practicar, tus pruebas son bastantes concisas, Jinnie. Te aseguro que aquellos imbéciles tienen todas las de perder. Ve seguro de ti y tu preparación, y por lo que más quieras; no permitas que se salgan con la suya.
Seokjin respira contra el parlante y Min sabe que lo está escuchando. Desde que supo el efecto que surten sus palabras en el mayor, lo ha usado para animarlo y motivarlo a hacer lo que está seguro que sabe hacer, y Yoongi no tiene la menor idea de todo lo que Jin se lo agradece.
—Está bien. Iré directo a casa luego de esto.
—Nos vemos allá, entonces.
—Sí. Yoongi-ssi, por cierto, dos cosas más: llamé a Namjoon para que fuese a almorzar contigo y...
—Ah, con que no es casualidad que esté afuera —le dice, saludando con la mano a su amigo del otro lado del ventanal de la cafetería mientras Jin ríe—. Es un bonito gesto de tu parte no querer dejarme comer solo ante ninguna circunstancia, hyung. ¿Qué es lo segundo?
—De nada, me deja más tranquilo. Y lo segundo es que ya pedí el permiso para viajar este fin de semana. Moonbyul accedió a cuidar a las niñas y le comenté a mis padres que estoy pensando en ir.
Yoongi se tensa.
—Oh... Entonces... ¿Sí haremos un solo viaje?
—Así es, opino que mientras más rápido podamos salir de eso, mejor. ¿Qué piensas?
El menor vacila.
— ¿Está bien si hablamos de eso más tarde? Joon me espera afuera. En lo que termine acá voy por las niñas, seguramente las traigo para que escojan algún dulce y nos vamos al apartamento.
Ahí está, tal como hizo el día anterior cuando quiso hablar del tema y el rubio volvió a evadirlo.
—De acuerdo —suspira, sin darle importancia por el momento—. Ya estoy aquí. Te amo, deséame suerte. ¡Y no se coman nada sin mí!
—También te amo, no lo necesitas. Y no prometemos nada~
Su novio ríe y cuelgan la llamada. Yoongi suspira, procesando su conversación y decidiendo no darle tantas vueltas; su estómago le reclama algo de comida.
Llama a Hoseok cuando lo ve salir de la trastienda con bebidas.
— ¿Estás ocupado? —le pregunta, aún si la respuesta es obvia— ¿Por qué no almuerzas conmigo y Namjoonie?
Hoseok balbucea, tirando la vista a su espalda en dirección a donde la chica se encuentra.
—N-no puedo, hyung, almorzaré con mi noona.
Yoongi alza las cejas, pero le regresa la sonrisa a la castaña cuando lo cacha mirando hacia ella. Ahora sabe por qué se le hacía tan conocida, sólo la ha visto por fotos en las redes sociales del menor, pero en persona se parece mucho más a Hoseok.
—Recién llegó de Gwangju y quiero pasar tiempo con ella porque no estará acá por mucho, pero tal vez la próxima.
Le sonríe y Yoongi asiente, no llegando a insistirle. Namjoon rápidamente desvía la vista de los adentros del lugar antes de que su hyung lo cache, pero no es muy discreto porque Yoongi lo nota enseguida.
El rubio suspira, dejándosela pasar como ha hecho con Hoseok desde el lunes que regresaron al trabajo. Con Namjoon ni siquiera hablaba desde el domingo en la mañana, y Yoongi casi no puede ocultar sus ganas de saber qué demonios pasó entre ellos ese fin de semana.
Seokjin le dijo que no los presionara, que le dirían cuando se sintiesen cómodos. Sin embargo, él los involucró en esto, no evita sentirse algo culpable y ver que ambos menores lucen cabizbajos le preocupa.
—Fue... Increíble, Joon —Yoongi exhala, risueño y apoyando la mandíbula de la palma de su mano cuando Namjoon hace un intento por interesarse en la cita de los mayores—. Ni siquiera pensé que llegaría a sentirme así de nuevo, ¿sabes? Y sobre todo con la persona menos esperada. Todo pasó tan... Rápido, pero estoy muy feliz. No hallo otra forma de ponerlo. Desde todo lo que pasó con Soohyun creí que enamorarme otra vez sería lo más difícil, pero él hace que todo sea fácil. Siempre me siento como un niño hablando así, pero... ¡Namjoon!
Hace sobresaltar al pelinegro que, por más que intenta disimularlo, no logra apartar la vista de Hoseok junto a la chica adentro. Namjoon balbucea, aclarando la garganta y regresando torpemente su atención al mayor.
— ¿Qué estás viendo? ¿Qué-? —pregunta girándose, confirmando sus sospechas y jadea— Dime qué pasó el fin de semana entre Hoseok y tú —pide sin rodeos luego de cruzar miradas con el nombrado, que también luce incómodo al percatarse de las miradas ajenas sobre él.
Namjoon sacude la cabeza, acomodándose en el asiento.
—No, no, sígueme contando cómo se la chupaste a Seokjin hyung en la ducha y- y cómo lo montaste en la madrugada y eso.
— ¡No! —exclama el rubiecito con el rostro ardiendo enseguida pero sin prestarle la más mínima atención— ¡Estoy harto de que nadie me diga nada! ¡Dime qué pasó o sino tendremos problemas! —lo amenaza, apuntándolo con la cuchara plástica con la que toma su sopa.
— ¡¿Pero qué quieres que te diga?!
— ¡Yo qué sé! Hoseok me ha estado ignorando todo este tiempo y no me ha dicho nada.
Yoongi observa lentamente cómo los hombros y la expresión de su dongsaeng bajan.
—... ¿No te ha dicho nada?
—Pues... No. No he querido entrometerme más de lo que ya hice pero le pregunté una vez y me dijo que no pasó nada.
—Bueno —el más alto suspira, removiendo su comida con los palillos y dejando caer la mejilla contra sus nudillos—, no es como que haya pasado mucho, la verdad.
— ¿Te rechazó?
Namjoon ladea la cabeza, alejando su platillo al sentir la falta repentina de apetito.
—No exactamente. Él... Dijo que le diera tiempo para pensarlo porque es difícil para él. Le dije que estaba bien que quisiera hacerlo porque no quiero que esté conmigo por lástima y que prefería que me rechazara a que iniciara algo de lo que no está seguro.
— ¿Sólo eso? —Kim asiente— Yah, pensé que pasó algo peor. Fue una buena respuesta, tienes razón. Si te dijo que iba a pensarlo, ¿entonces qué te tiene tan ansioso?
El menor chasquea la lengua exasperado, toda la tranquilidad que había logrado acumular esfumándose.
—Que eso de "pensarlo" no es más que un rechazo indirecto, hyung. Piensas que es absurdo y que estoy exagerando, ya sé, ¿pero por qué crees que alguien tan maravilloso como Hoseok se fijaría en mí? Nunca fui el más atractivo.
—Puta madre, Joon, ¿seguirás con tu inseguridad de secundaria? —jadea, inclinándose sobre la mesa para tomar su mano y presionarla— Mira, tal vez Hoseok es reservado cuando quiere, pero lo he conocido y te aseguro que no es alguien que habla sólo por hablar. Entiendo tu preocupación, pero no puedes esperar que el Dios Gay venga a tocarle la puerta del closet cuando a ti te dé la gana. Permítele pensarlo y no lo presiones. Además, sólo han pasado un par de días, ¿no crees que necesitará más tiempo? Por cierto, la chica es su noona.
Kim Namjoon baja la cabeza, sintiendo sonrojarse con vergüenza y restriega su rostro, aceptando la reprenda de su mayor.
Por supuesto que Yoongi tiene razón y él está sonando como un niñato inmaduro y desconsiderado.
Cuando él supo que es gay, recuerda que tenía tanto miedo que a duras penas podía pegar un ojo en la noche, pensando en lo mal que estaba y tragándose todos los cuentos que sus tías y abuela le daban, diciéndole que eso era una blasfemia.
¿Por qué todos los adultos de este jodido país tienen que pensar de esa manera acerca de algo tan normal en la juventud de hoy en día? Vivía preguntándose. Era algo que simplemente no podía entender. Sus padres nunca le dijeron nada, su hermana menor mucho menos. Quizás porque nunca notaron alguna actitud particularmente extraña proviniendo de él, ni siquiera después de saberlo.
Veía a los demás adolescentes varones y se obligó a comportarse como ellos en lugar de gustar de ellos, quedando siempre como el caballero al defender a chicas de las típicas agresiones de éstos. ¿Por qué aquello estaba bien y él estaba mal?
Obviamente eso sólo lo complicó todo mucho más, y fue por eso que aceptó agradecido el hombro de su hyung cuando éste lo dejó llorar luego de confesarle su sexualidad. Eran unos niños, pero para ese momento Yoongi ya sabía lo suficiente, así que se tomó el tiempo de explicarle.
Le aseguró que nada de lo que sentía estaba mal y qué tan importante era aceptarse a sí mismo tal cual era, Yoongi confesándose igualmente pero aclarando que ya le gustaba alguien para que el menor no malinterpretara sus buenas acciones. Justo ahora parece nada y hasta es un poco absurdo el pensarlo, pero Namjoon todavía recuerda el gigantesco peso que bajó de sus hombros luego de eso, siendo algo que definitivamente necesitaba para poder continuar con tranquilidad.
Hasta el día de hoy sigue aprendiendo a sobrellevarlo, más consigo mismo que con el resto. Sabe que Yoongi lo entiende y no lo juzga, más bien parece querer cuidarlo de todas sus preocupaciones pasadas y asegurarle que no tiene porqué pasar por todo aquello de nuevo.
Por lo que asiente y se recompone, respirando profundamente y tomando fuerzas. Con el apoyo de Yoongi vuelve a razonar, lento pero seguro.
Respingan cuando la puerta de la entrada a su costado se abre y ven a Hoseok despedirse de su hermana. La misma hace una leve reverencia hacia ellos que ambos regresan y Hoseok la ve hasta que se aleja, entonces posa la mirada en ellos. Namjoon no evita removerse en su asiento ante ésta.
—Yoongi hyung, ah... Es hora de regresar, hoy nos toca reponer mercancía y entran las chicas nuevas y...
— ¡Mh! Sí, sí, cierto —el rubio salta de su asiento, tomando lo que queda de su bebida y limpiándose con una servilleta—. Lo siento, Joon. Seokjin me pidió el favor de buscar a las niñas al colegio y tendré que terminar rápido acá si quiero llegar a tiempo.
—Tranquilo, hyung, yo recojo todo —los hoyuelos del menor resaltan y recibe el beso que Yoongi deja en el tope de su cabeza.
—Gracias. Andando, Seok.
—Espérame adentro, hyung, um... Joon, ¿podemos hablar?
El mencionado sube la mirada, deteniendo sus movimientos sobre la mesa.
—Eh, yo los dejo solos —Yoongi presiona los labios y abre la puerta de vidrio para entrar al lugar, haciéndole señas al más alto a espaldas del castaño, queriendo decirle que mantenga la calma.
Namjoon lo ignora y se centra en Jung, aunque continúa recogiendo el desorden en la mesa. Aclara su garganta.
— ¿Todo bien, Hobi?
—Ah, s-si... Yo...
—Más te vale ser rápido si no quieres que te reprendan allá dentro —bromea con una sonrisa y Hoseok se ríe, sus labios formando la característica forma de corazón que Namjoon ha detallado con impetuosidad. Le marea.
—Lo sé, lo siento —baja los hombros con un suspiro—. De todas formas seré claro y directo: estuve pensando y... Sí acepto salir contigo.
Namjoon se paraliza, alzando las cejas cuando voltea a mirarlo.
—Oh... Lo pensaste más rápido de lo que creí —parpadea—. Quiero decir, ¿estás seguro? No tienes que responderme ahora si-
—Yah, Namjoon-ssi, ¡por supuesto que estoy seguro! Escucha, sé que el sábado cuando hablamos estaba... Asustado, pero tuve el tiempo suficiente para pensarlo y decidí que mereces esa oportunidad si... Si es que en serio la quieres.
Sus grandes ojos se mantienen fijos a los del más alto quien lo mira con cejas alzadas y labios entreabiertos, la respiración entrecortándose al ritmo de sus latidos.
—Tampoco quiero que pienses que lo hago para que no te sientas mal —continúa hablando cuando Namjoon no dice nada—. No soy esa clase de persona.
—Lo sé y lo siento —se apresura a decir, Hoseok alza su comisura izquierda, pestañeando lentamente y metiendo las manos en sus bolsillos traseros—. Puede que eso me haya pasado antes, pero... Eso no es tu culpa. Así que lo siento, por asumir de esa manera.
—Entiendo, no fue tu intención, y está bien, Joonie. Pero, ehm... ¿Entonces éste sábado está bien?
Namjoon titubea, metiendo la mano derecha en su bolsillo, rascando su nuca con la otra.
—Me parece bien, sí.
— ¡Genial! Aunque... Mi auto está en el taller, tal vez-
— ¿Sabes andar en bici? —pregunta Namjoon de pronto.
— ¿Bici? S-sí, pero no tengo una...
— ¡Puedo conseguir otra! Ah- vamos al parque. No hay uno muy lejos de donde vive Yoongi hyung.
— ¡Uh, sé cuál es! ¿Sábado, entonces? A las 4.
—Sábado a las 4, sí —el menor asiente torpemente, Hoseok sonríe diciendo un pequeño "ok" antes de ponerse de puntas y besarle la mejilla, corriendo luego adentro de la cafetería como si acabara de hacer una travesura.
Se tropieza con Yoongi que estaba espiando y el rubio se aguanta su regaño pero no evita burlarse del furioso sonrojo de su dongsaeng. Cuando Hoseok se va con la cabeza gacha el mayor ve a Namjoon aún paralizado del otro lado del ventanal, Yoongi le dedica una de sus sonrisas de encías y el más alto una de hoyuelos profundos, cosa que le indica que la conversación fue mejor de lo que imaginó.
Yoongi piensa que ahora es el turno de sus amigos de ser felices y que éstos se lo merecen más que cualquier otro, pero que él ya no meterá las narices en donde no lo llaman, incluso si hizo un perfecto trabajo como Cupido en esta ocasión.
*
Un golpe en la cabeza lo despierta. Yoongi a duras penas es consciente, piensa que fue un mal sueño y vuelve a recostarse. La segunda vez es un dedo metido en su nariz lo que lo hace despertar por completo y sacude la cabeza.
— ¿Yoogi oppa? —oye a los lejos una diminuta voz. Debe restregarse los ojos y parpadear para ubicarse.
— ¿Jisoo? —pregunta bajito, quitando cuidadosamente las cobijas y el brazo de Seokjin de su cintura para sentarse en el borde de la cama y encender la lámpara— ¿Qué pasó, bebé?
—No puero dormir —entre sus ojos hinchados la ve hacer puchero—. Jugsoo uni no me deja subir co' ella.
—Agh... —Yoongi entrecierra los ojos queriendo ver hacia el reloj en la peinadora frente a la cama. 2:18 am— Jungsoo unnie mala, ¿eh? Ven aquí.
Extiende sus brazos hacia ella parándose de la cama, cargándola fácilmente.
—No hagamos mucho ruido, ¿sí? Papá tiene que trabajar mañana y debe descansar —le dice caminando lentamente a la puerta y cerrándola una vez están afuera—. Te haré leche caliente, ¿quieres?
—Ujum —murmura la pequeña pelinegra aún con el puchero en sus labios y, por más que aferra su bracito derecho al cuello de Yoongi, el izquierdo nunca afloja el agarre de su cerdito de felpa al que conoce como "Puki".
Prendiendo las luces desde la sala dirige a ambos a la cocina, Yoongi la deja en una de las sillas altas de la isla y se mueve a prepararle lo que le prometió. Aprovecha de lavar sus ojos con agua para tener más claridad y voltea a verla.
Jisoo balancea sus piecitos, la mirada sumida en Puki mientras lo acaricia, cabizbaja y sobretodo despierta para la hora que es. Las pocas veces que despiertan en la noche, Seokjin es quien se encarga de regresarlas a la cama. Que Jisoo lo haya buscado a él le conmueve, pero también le preocupa.
Considerándose alguien observador, Yoongi podría decir que tanto Jungsoo como Jisoo no son de las que lloran regularmente incluso si son pequeñas, sin embargo (a pesar de ser la menor) Jisoo es quien suele ser más fuerte, Jungsoo lo intenta pero es más sensible. Ambas comparten una característica con su padre y es que, cuando la situación agobia: estallan.
Es en lo que piensa al ver que la bonita menor no parece muy lejos de soltar el llanto justo ahora.
— ¿Jisoo-ah? —ella levanta la cabeza— Éstos días no has podido dormir bien, ¿le puedes decir a oppa por qué? —Jisoo se encoje de hombros y regresa la mirada a su peluche— ¿No me quieres decir o no sabes?
La menor sacude la cabeza sin subir a verlo. Yoongi suspira. Nunca le dijeron que ser padre (o padrastro) sería fácil.
— ¿Adivino, entonces? —deja la estufa en fuego lento para poder acercarse y hablarle. Apoya las manos del borde de la silla y se inclina levemente hacia ella.
Al rubio jamás dejó de sorprenderle lo mucho que las hijas de su novio se parecen a él, siempre es como ver a Seokjin versión miniatura y eso sólo le hacía enamorarse cada vez más del trio.
—A ver... ¿Te duele la panza? —Jisoo niega— ¿Tienes pesadillas? —vuelve a negar— ¿Los niños te molestan en la escuela? —para el alivio de Yoongi, ella vuelve a negar— Ash, Soo, ¿entonces qué? ¿Hay un monstruo debajo de tu cama que quiere comerte como a Jungsoo?
Con sus dedos pincha los costados de su panza, haciéndola reír con las cosquillas que le provoca.
—No... —dice ella, respondiéndole. Yoongi suspira nuevamente, dándose por vencido y girándose para terminar rápido allí e ir a contarle algún cuento para ver si logra conciliar el sueño de esa manera.
— ¿Yoogi oppa? —vuelve a escuchar cuando le da la espalda. El mayor ríe en su mente. Jisoo se vuelve floja hasta para hablar siempre que está cansada o tiene sueño.
— ¿Sí?
— ¿Tú tuviste una mami?
Yoongi detiene todo movimiento y se gira a verla. Los grandes ojos de la bebé se posan expectantes sobre él, brillando con sumo interés.
De inmediato Yoongi sabe adónde va todo esto y suspira con pesar.
— ¿Una mami? Bueno... Sí. Todavía la tengo.
— ¿Y dónde está?
—Pues, en su casa, imagino. Hace mucho que no sé de ella porque vive lejos. ¿Por qué preguntas, eh?
Jisoo baja los hombros y la mirada, como Yoongi lo esperaría al tocar ese tema.
—Porque... No sé e' dode... Dónde está mi mami... Cado, cuando Jugsoo uni pregunta, padre- uh, papá no dice. Y mí- a mí, tampoco.
— ¿Y estás triste por eso?
Jisoo asiente.
—Todos tienen una mami, pero Jugsoo uni y yo no.
Yoongi atrapa la primera lágrima antes de que caiga.
—No~, Jisoo-ah, papá seguramente no te dice porque todavía eres chiquita, igual que Jungsoo unnie. No tienes que pensar en eso.
Por más que hace el intento de consolarla y ella misma quiere detener su llanto, su labio no para de temblar ni su pecho de inflarse con cada pequeño sollozo.
— ¡Ya no soy chiquita! ¡Ya me puedo subi' solita a mi cama y- y padre apaga la luz y-!
— ¡Eh, eh, calma! —le pide en susurros— Vas a despertar a todos. Jisoo, serás grande cuando me pases de la cintura, ¿okay? Ni siquiera sé cómo alcanzaste la perilla de la puerta. Ahora-
— ¡Yoogi oppa! —le grita en un susurro, recordando que padre duerme. Yoongi la mira con ojos abiertos al notar cómo cambia su puchero por un ceño fruncido, denotando enojo. Éstas niñas... Acabarían con ellos.
—Está bien, está bien —dice resignado. Regresa a la cocina para ir por su leche y suspira, sabiendo que quizá deberá tomar mucho café en la mañana para no dormirse en el trabajo—. Toma.
—No —niega cuando el mayor le tiende su biberón, aún con el ceño fruncido pero ésta vez de brazos cruzados y haciendo puchero. Puki cae al suelo y las cejas de Yoongi se alzan.
— ¿No?
—Vaso —dice, determinada.
—Yah —ladea la cabeza, inclinándose para recoger el peluche del suelo—. Sí eres una niña grande, ¿eh?
Jisoo asiente, relaja el semblante y suelta los brazos para abrazar a Puki mientras espera por Yoongi. Con sus manitos sujeta el vaso de plástico, felizmente tomando su leche. Yoongi ríe y va a besar el tope de su cabeza.
— ¿Mami era una mala persona?
Yoongi toma aire, acomodándola en su regazo y poniendo una mano en su espalda para darle apoyo y procurar que no caiga.
"¿Cómo le explicas a tus hijas que su madre nunca las quiso?" Yoongi escucha la voz de Seokjin en su cabeza y presiona los labios.
—Yo no la conocí, pero... Jisoo, ah... Tu mami tuvo que irse.
— ¡¿Murió?!
— ¡No, no! Tuvo que irse porque... Se sentía mal, y no podía estar aquí.
La niña lo mira con un puchero, sus pestañas aún salpicando leves gotitas, lamiendo el bigote de leche sobre su labio.
— ¿Se fue... Por mi culpa?
— ¿Qué? ¡No! No, mi amor, para nada. ¿Por qué sería tu culpa? Haces todas tus tareas, le haces caso a papá y eres inteligente, bonita y amable —cosquillea su mejilla con su dedo y ella ríe, mostrando la pequeña hilera de dientes de leche que hace a Yoongi sonreír de igual forma.
—A veces las personas tienen que irse... Y eso no siempre las hace malas.
Se levanta de la silla, deja el peluche en el asiento y cargándola con el brazo derecho va a lavar el vaso una vez termina con su bebida. Jisoo pasa la mano por su rubio cabello despeinado.
—Yoogi oppa... ¿Mami voverá?
El mayor la mira, besando su mano cuando ésta se posa en su rostro.
—No lo sé, Jisoo-ssi... Escucha, te diré algo, pero debes prometer que ni Puki sabrá.
— ¿Sequeto? —los labios de la pequeña forman una "o", alza los hombros y pone su índice sobre sus labios.
—Secreto, sí.
—Secreto...
Min sonríe ante su constante voluntad de mejorar su propia pronunciación, corrigiéndose a sí misma siempre que siente que dijo algo mal.
—Tal vez no lo entiendas ahora, pero tienes que saber que Jungsoo unnie y tú no tienen la culpa de nada. Es más, ¿sabes por qué no hace falta que tengas una mami como los demás niños?
— ¿Poruqué? Ah- ¿Por qué?
—Porque tienes a padre, que te quiere mucho y te da muchos besos y abrazos, a Jungsoo unnie que cuida tus piedras contigo, a Puki que te cuida de noche, y también me tienes a mí.
Rodeándole el cuello con sus bracitos y escondiéndose ahí, murmura:
— ¿Oppa quiere a Jisoo?
—Yoongi oppa quiere mucho a Jisoo-ssi y Jungsoo unnie. Las quiere mucho, mucho, mucho.
Jisoo ríe.
—Yoogi oppa tamben quiere a padre —no fue pregunta, lo afirma, y Yoongi detiene sus movimientos de arrullo para mirar a un punto fijo en la pared.
—Yoongi oppa quiere a padre, sí.
—Y padre quiere a Yoogi oppa —la niña sonríe—. Jisoo vio. Y padre rijo.
— ¿Padre dijo? —ella asiente— Ah... Padre tonto.
La bebé ríe y termina de abrazar el cuello de Yoongi.
—Jisoo también quiere a Yoongi oppa.
Eso es suficiente para tener a Yoongi lagrimeando.
Como puede rodea el cuerpecito que lo aferra con firmeza y cierra los ojos, sintiendo su pecho llenarse de aire y ateniéndose de llorar demás para que ella no lo note. Al abrir los ojos, observa una cabeza asomada por la puerta de la cocina. Lentamente sube su índice a sus labios, pidiéndole a Seokjin que no haga ruido.
El mayor asiente, dándole una última mirada conmovida al par antes de retirarse.
—Vamos a dormir, bonita —le dice separándose de ella y sorbiendo por la nariz.
Seokjin tiene razón cuando le dice que no puede llorar por cada cosa conmovedora que le pasa, y es tonto pero a veces no puede evitarlo.
—Yoogi oppa duerme conmigo —el puchero regresa a su boca, abrazando a Puki cuando él se lo da.
Jungsoo lo compra con galletas y Jisoo con pucheros y ojitos. Le parecen tratos justos.
— ¿Contigo? Ah... Ven, entonces.
Apaga las luces de la sala dejando prendida la de la cocina junto con la puerta abierta para que la oscuridad no la asuste. Yoongi se recuesta en el sofá más grande y la sube a su regazo, Jisoo se acurruca en su pecho y sostiene a Puki junto a ella mientras él frota su espalda en forma de arrullo.
Rato después siente algo suave cubrir sus pies y la calidez bañarlo. Yoongi abre los ojos nuevamente adormilado, captando la figura de Seokjin en la penumbra.
—Hyung —llama bajito, estirando su brazo hacia él. Jin toma su mano, agachándose para quedar a la altura de su rostro, el propio iluminándose parcialmente con la luz proveniente de la cocina—. ¿Te despertamos?
—Sí —murmura—, me asusté. Dejaste la lámpara del cuarto encendida y oí la voz de Jisoo, pensé que había pasado algo pero después vine y los escuché.
— ¿Escuchaste? —pregunta, Seokjin estira las comisuras, asintiendo.
—Sí —susurra, inclinándose para besar la frente de su novio—. No tenías que hacerlo, pero gracias por intentarlo.
—No quise hablarle mal de su madre, eso no estaría bien ni me corresponde. Sólo quería que estuviese tranquila —susurra de vuelta, en un hilo de voz. Jin puede ver cómo los ojos del menor brillan a pesar de la escasa iluminación. Niega con la cabeza.
—Supiste manejarlo, amor. Yo nunca sé qué decirles, te agradezco por haberlo afrontado primero, seguro me ayudaste mucho. Poco a poco irá entendiendo más, pero por ahora todo está bien, no tienes de qué preocuparte.
Yoongi suspira, sintiéndose significativamente aliviado. El pelinegro vuelve a besar su frente y nariz, haciendo lo mismo con su hija y acomodando la cobija hasta el cuello de ésta.
—Pueden dormir aquí, ya le subí a la calefacción.
—Gracias —susurra Yoongi, subiendo la mano del mayor a sus labios para besar su dorso de igual forma.
—A ti, Yoongi-ssi.
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MI GENTE, ¿hay alguien de acá que haya leído la fic cuando la estuve subiendo a Twitter, que es donde está originalmente?
Sólo quería informar que he estado (y seguiré) haciendo pequeños cambios en la redacción simplemente para mayor comprensión lectora (debido a que en twitter me limitaba por los caracteres y demás pero como acá tengo más libertad, puedo mejorar todo). La historia no cambia en nada, capaz una que otra palabra o frase pero nada más 💜
Quizás para alguien es la primera vez leyéndome pero ya tengo varios años en esto y sin embargo cada vez quiero mejorar más, me ayudarían mucho compartiendo esta fic o recomendándola, ya casi llegamos a las 1,000 lecturas (lloro).
MIL GRACIASSSSSS 💜
Twitter: @/findingyoongi93 (principal) , @/hobirhapsody (secundaria).
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