Capítulo 9. 🍋
Unos días fueron suficientes para que Sonic se granjeara la simpatía de María.
Ya fuera a la hora del almuerzo o de camino a casa, se les veía juntos y alegres.
Uno fácilmente supondría que eran pareja pero la verdad era otra, pues aun cuando Sonic la envolvía en sus brazos y le sonreía con galantería, María no sentía por él nada más que gratitud.
Esto, por supuesto, era ignorado por los ojos pasionales del instituto. Todo mundo creía lo que quería y Amy no era la excepción.
Para ella era evidente que Sonic lo hacía para fastidiar a Shadow. De alguna forma se había enterado de que María era la chica más cercana a Shadow y había decidido probar suerte conquistándola.
¿Y cómo no iba a ser bendecido por las diosas de la fortuna si todo su fanclub oraba por él?
Lamentablemente había conseguido su objetivo. María sonreía inocentemente a su lado mientras que Shadow parecía cada vez más molesto.
Una mañana la noticia de haber visto a Shadow discutiendo con Sonic llegó a oídos de Amy. Ella de inmediato pensó que habría sido por María pero decidió callar al respecto. El humor de Shadow no estaba para dar explicaciones y ella temía que se impacientara o la mandara al diablo para luchar por María.
No fue hasta la tarde que consiguió la oportunidad de quedarse a solas para preguntar.
-Gracias por acompañarme mientras estudio. La verdad es que me da mucho miedo quedarme sola cuando ya todos se han ido a casa -Amy mintió sin dificultad-. Dicen que hay fantasmas.
Afuera la luz del ocaso teñía los árboles de naranja.
A pesar de la hora todavía se oían los gritos de algunos chicos jugando béisbol. Amy oyó que alguien gritó "strike" y se desperezó antes de descansar la frente sobre el pupitre. Después sintió la mano de Shadow acariciándole la cabeza.
-Oye Shadow -llamó tras unos momentos-. ¿Discutiste con Sonic por María?
Las caricias cesaron por un instante. La mano descendió hacia la nuca y el pulgar trazó pequeños círculos sobre la piel.
-Podría decirse -su tono fue más suave de lo esperado.
-¿Le pediste que se alejara de ella?
-No.
-¿Entonces?
-No tiene importancia.
De no tenerla, ¿por qué se había molestado tanto?
-Debe ser horrible que Sonic esté conquistando a tu enamorada -Amy se arriesgó a provocarlo. Planeaba hacerlo confesar pero él no respondió-. Tú y yo somos cenizas de la misma hoguera. Nuestros sentimientos no son correspondidos y nuestros amores están con alguien más -ella atizó el fuego.
El calor alcanzó a Shadow haciéndolo entornar los ojos.
-Habla por ti -dijo con un toque de sorna.
-No eres sincero -Amy sonrió.
-Mira quién habla.
-Al menos lo intento.
-¿A eso le llamas intentar? Yo solo veo que lloriqueas y maldices.
Amy le lanzó una mirada furibunda.
«Somos cenizas de la misma hoguera» es lo que le había dicho. Y efectivamente, puesto que ambos eran incapaces de ser sinceros.
Pensar en ello reemplazó su furia por empatía.
-Lo siento -ella de verdad lo sentía-. No se supone que debamos atacarnos. Creo que por el contrario deberíamos ayudarnos. Bueno; tú ya lo estás haciendo. Supongo que lo justo sería que yo también lo hiciera, así que cuando todo esto termine te ayudaré a conquistarla. ¿Qué dices? Ah, qué tonta soy. Tú no vas a admitirlo. El punto es que voy a ayudarte. ¡Verás qué sencillo será! Después de todo eres muy guapo y atractivo. Por no mencionar que eres bueno besando. ¡Con decirte que el otro día no dormí por pensar en ello!
Shadow arqueó una ceja.
-Hablas como si te diera lástima.
-Bueno... quizá así sea... pero solo un poquito.
Amy rió con una gota de sudor en la sien. Temió haberlo molestado pero él adoptó un aire ausente.
De repente preguntó:
-¿Entonces por qué no me consuelas con tu cuerpo?
Dicho esto apartó los pupitres y la tomó de las muñecas levantándola de un tirón. Fue bastante brusco cuando rodeó su cintura con un brazo férreo y le desabotonó la blusa. Ella no reaccionó hasta que sintió que le echaba el sujetador sobre los pechos. Todo había ocurrido muy rápido y lo único que pudo sentir fue una profunda vergüenza que desapareció tan pronto como percibió su aliento.
-Está bien... -musitó excitada con los ojos entrecerrados-, s-solo enséñame cómo...
Un pequeño gemido brotó de su garganta cuando Shadow tomó un pezón entre los dientes y lo acarició con la punta de la lengua. Ella lo tomó por los hombros e instintivamente tiró de él hacia su cuerpo.
La cálida boca de Shadow cubrió la zona de la areola mientras lamía ávidamente. Al mismo tiempo se inclinó más hacia ella y frotó el otro pezón entre las yemas de sus dedos.
Mientras lo hacía, Amy comenzó a jadear complacida. Entonces oyó pisadas en el pasillo. Intentó aguzar el oído pero sus sentidos estaban nublados. Parecía como si solo pudiera escuchar sus resuellos y las aspiraciones de los besos de Shadow.
-E-espera -consiguió decir con dificultad. Quería apartarlo pero sus brazos no obedecían-. Alguien... a-alguien viene...
Shadow no pareció escucharla. Siguió besándola y arrancándole gemidos mientras su mano libre tiraba de la falda hacia abajo.
Para ese entonces Amy ya había perdido el control que le quedaba por lo que fue incapaz de separarse aun cuando las pisadas se hicieron cada vez más nítidas.
Finalmente se detuvieron en la puerta.
María se giró sobre sus talones y clavó la vista en el suelo mientras oía cómo se acomodaban las prendas. Cuando se volvió Shadow estaba recargado en un pupitre y Amy le daba la espalda al mirar por la ventana.
-Estaba en actividades de mi club y una compañera me dijo que los vio aquí -habló con la voz rota. Los labios le temblaban-. P-pensé que ahora sí podrías escucharme... Shadow.
Él asintió sin mirarla. María se enjugó las lágrimas con el brazo.
-Pero ahora que lo pienso ya no es necesario -las emociones se le agolparon en la garganta. ¿Para qué luchar por él si ya lo había perdido?-. Así que olvidemos eso, ¿está bien? Solo... lamento haberte causado molestias. Sonic me contó que lo amenazaste porque crees que está tonteando conmigo. Agradezco tu preocupación pero puedes perder cuidado, él es totalmente serio.
-Sonic no es más que un hijo de puta -Shadow habló de mala gana.
-N-no es cierto. Él se ha portado muy lindo conmigo. Es muy amable porque me consoló el otro día que me sentía triste. Desde entonces me ha cuidado a mí y a mis sentimientos. Él es...
-Un hijo de puta, ¿qué no oíste a Shadow? -tajó una Amy irritada-. Puede que parezca interesado en ti pero no te hagas ilusiones. Eso es lo que él quiere que creas.
-¿¡Cómo puedes saberlo!? -María se indignó.
-¡Es obvio! ¡Solo te está usando para fastidiar a Shadow!
-¡No te creo! ¡Él no tiene motivos para hacerlo!
-¡Oh, por supuesto que los tiene! ¡Lo hace porque sabe que le gustas a Shadow!
Sobrevino un pesado silencio. Shadow se puso rígido y luego habló en tono despectivo.
-No digas estupideces. A mí me gustas tú -su voz resonó en el salón.
-Di la verdad... -Amy lo censuró con la mirada-, es por el bien de María. Si no lo haces caerá en los juegos de Sonic.
Él resopló divertido.
-Tonterías. ¿Crees que si ella me gustara haría esto? -y le sujetó el mentón con la diestra antes de robarle un apasionado beso de lengua. Amy se apartó al instante pero María ya había salido corriendo.
-¡Imbécil! -bufó echando chispas por los ojos-. ¡Ve tras ella!
Shadow se cruzó de brazos dejando claro que no planeaba moverse. Justo entonces, cuando Amy se disponía a ir en su lugar, él la detuvo por la muñeca y la jaló hacia su cuerpo.
-Tú eres a quien quiero -aclaró mirándola con intensidad.
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