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Cuando Mina bajó del auto estirando sus huesos adormecidos, ocasionando el tronar de algunos, fijó lentamente su vista en su casa, mientras esperaba que Nayeon se arreglara el maquillaje dentro del auto. Nayeon le había ofrecido también retocarle a ella, pero Mina prefirió dejarlo así, pues en su mente planeaba en cómo llevarse a Nayeon a solas para pasarla con ella, y tal vez contarle que ese día era su cumpleaños número veinticinco.

Con las cosas que piensa hacerle, no necesitaba maquillaje, el cual seguramente se le arruinaría de nuevo.

Cuando sus ojos estuvieron fijos en su dulce hogar, primero notó que luces azules y moradas, sobresalían del lugar, una música se escuchaba y había guardias de seguridad rodeando la casa, la cual ahora estaba decorada de manera festiva y notablemente había gente merodeando dentro, pues risas y el murmullo de multitud podía escucharse muy ligeramente desde donde Mina estaba parada.

Entonces tranquilamente volteó a con Nayeon, pero cuando se dio cuenta de que ese era su casa, exaltada se giró con el ceño fruncido y demasiado aturdida.

— Nayeon, ¿desde cuándo mi casa es un antro?

El simple pensamiento de gente estando en SU casa, su lugar seguro, que a ella le pertenece, le crea un sentimiento posesivo y defensivo en su pecho. Allí solo deja entrar a sus seres cercanos, y con esfuerzo porque aún así en su pecho se siente protectora con todo lo suyo.

Después recordó la fiesta que tendrían en dos semanas, todavía se mentalizada para ese día y poder evitar hacer mala cara por gente entrando a su casa.

— ¿Adelantaron la fiesta?

Fue la única suposición que pudo tener. Volteó dudosa hacia Nayeon, quien ya había bajado del auto, parándose a su lado con las manos entrelazadas y unos ojitos brillantes, que insinuaba inocencia pero claramente había algo detrás.

— Ven — Nayeon le tomó la mano y la guió dentro.

Los de seguridad la reconocieron e incluso saludaron amigablemente, mientras Nayeon solo sonreía y se adentraba a la casa. Jeongyeon las esperaba afuera, hablando tranquilamente con Jihyo; ese par estaba más cercano desde que Mina le dio su regañadiza a Jihyo de querer tener posición de pareja con Jeongyeon sin realmente serlo, o sea, gustarle a Jeongyeon pero sin mostrar signo de corresponderle.

Alfa y beta las voltearon a ver y sonrieron de alivio.

— Feliz cumpleaños, babosa — ese fue la bienvenida de Jeongyeon, quien le hizo una mueca y se fue dentro de la casa para avisar la llegada de la cumpleañera.

Mina se congeló a la par que Jihyo se acercaba para abrazarla. ¿Y cómo es que sabían que era su cumpleaños? Y peor, ¿Nayeon ya lo sabía y estaría enojada porque ella quiso ocultarlo? Mina frunció el ceño a la par que Jihyo y Nayeon la arrastraban dentro. Su suposición fue que Minho, Hyunjin y Felix tenían mucho que ver, alguno o los tres debieron abrir de más la boca.

No esperaba que dentro, Hyunjin casi les daba la presentación de Taste a todos ahí, pues bailaba modo sexy arriba de una mesa y los vítores eran los de casi todos los presentes.

Jeongyeon fallidamente intentaba alzar la voz para anunciar a la cumpleañera, pero era tan baja que nadie la escuchaba.

— ¡Ya llegó la cumpleañera, hijos de perra! — pero Jihyo con todo su esfuerzo hizo que le prestaran atención y con la grosería pareció que la efusividad se hizo más fuerte.

Se veía que no fueron demasiado pacientes, uno ya estaba echado en el sofá por el alcohol.

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— Definitivamente, no debí darles alcohol antes de que llegaras — Jihyo se quejó — Pero tú también, que no llegabas — acusó a Mina, quien seguía aturdida por todo a su alrededor.

Mina había dicho claramente que no quería fiesta de cumpleaños, no quería celebrarlo.

Volteó hacia Minho y éste la miraba fijamente, teniendo un gorrito de cumpleaños chueco en su cabeza y un gorro tejido gris en la mano. El alfa se acercó y aprovechando su aturdimiento se lo colocó hasta dejarlo bien puesto en su cabeza.

— Es mi regalo — es lo único que dijo para irse a su esquinita, esperando que Mina no reaccione mal.

— ¡El mío es este! — Felix le dejó en el hombro una mochila de un pingüino, celeste con correas amarillas pastel — ¡Seo Changbin está aquí! — y el omega emocionado creyó haberlo susurrando secretamente pero el alfa detrás de él lo escuchó claramente y avergonzado fingió no escucharlo para no avergonzar a Felix.

— ¡Y que viva la cumpleañera que ya tiene la mitad de cincuenta años! — Hyunjin exaltado llegaba con el pastel que la misma Nayeon había mandando a hacer.

Dahyun estaba sentada en las piernas de Sana miraban, cada una con un vaso de alguna bebida poca alcoholizada en la mano.

Tzuyu y Momo eran lo mismo, aunque Tzuyu más apegada al pecho de Momo dando el indicio que la abrazaba cariñosamente, y Momo en una especie de disfraz-pijama de cerdo rosado, aparentemente muy feliz.

Chaeyoung rodeada de Blackpink, específicamente de Rose y Jennie, también andaba allí haciendo su desmadre.

Jeongyeon miraba fijamente a Hyunjin, sintiendo que algo mal estaba a punto de suceder.

Y es lo que ocurrió.

Es que también, ¿para qué dejan al pobre ebrio de Hyunjin la tarea de traer el pastel?, si se tomó como tres vasos de bebidas ofrecidas sin saber qué eran y una botella de vino él solo con un animado '¡Fondo, fondo, fondo!' de parte de los presentes.

— ¡Cuidado!

— ¡Hyunjin!

— ¡Atrapenlo!

El beta se tropezó con el pie de alguien que estaba recostado en el sofá, y entre tambaleo y esfuerzo de él y los de su alrededor intentaron atrapar el pastel intacto o por lo menos un tanto intacto de él.

Nayeon y Jihyo casi que les daba un paro cardíaco allí mismo.

Pero entre mano y mano, enredos de todos los que se metían por querer salvar el pastel, ese postre dio un último salto en el aire y nadie pudo atraparlo ahora; se estrelló contra la mesa y tanta fue la fuerza con la que cayó, que su glaseado y pan blando salpicó.

Pero no salpicó a cualquiera, Mina cerró los ojos cuando casi todo el pastel se estrelló contra su persona, haciéndola abrir los ojos después de segundos.

Los focos de casa se encendieron, opacando a los de colores, y la música estruendosa se detuvo.

Nayeon y Jihyo a sus lados estaban también salpicadas de glaseado de colores y pan blando. Se miraron a sí mismas y entre ellas, para luego mirar a Mina. Las caras de las tres no eran de lo mejor.

De hecho, la cara de nadie era lo mejor en ese momento. Todo borracho pareció tener un momento de sobriedad mientras sentían que cada uno la cagó aún si fue un accidente de un solo ebrio, el cual yacía en el suelo mirando en shock desde ahí el desastre que causó.

Después de un minuto de silencio, Mina reaccionó.

Con simplicidad tomó un poco de pastel que estaba en su pecho y lo llevó a su boca para probarlo, saboreando. Podía fácilmente ser su favorito, y estaba segura que Nayeon lo hizo o eligió los sabores; ella sabía bien sus gustos. Le alegró el pensamiento.

Sonrió en grande, soltando una carcajada al recordar cómo Hyunjin se fue de jeta pa' el suelo.

— ¿Por qué la música se detuvo? — se burló, mirando a Nayeon que le devolvió la mirada pero de confusión — ¿¡No era una fiesta!? ¡A celebrar! — Mina tomó un puñado del pastel aplastado para lanzarlo a Minho, a sabiendas que su sonrisa era porque fue su culpa que todos supieran de su cumpleaños.

Pronto Jeongyeon dio play a la música y el momento pasó de ser vergonzoso a divertido. Las luces se apagaron y las de colores iluminaban lo suficiente para seguir con la fiesta.

La carcajada de Mina no fue la única, pues Hyunjin se levantó y empezaron a burlarse de su desastroso tropezón, al igual que señalar lo manchadas que estaban Jihyo y Nayeon, mientras que la cumpleañera solo sopló una vela en un pan todo tieso para seguir sin complicaciones, aunque algunos prometieron comprar otro para hacerlo bien. Se pelearon un rato con el resto del pastel, lanzándose entre sí para ensuciarse unos a otros, con las risas acompañando la pelea entre la mitad de ebrios y la mitad de sobrios que estaban allí.

— ¡¿Cómo sabían que era mi cumpleaños?!

El cuestionamiento de Mina hacia nadie en específico recibió muchas respuestas de los que la escucharon, pero fue Nayeon a la que escuchó.

— Le pregunté a Minho hace un mes por curiosidad, y entonces quise hacer algo especial — la castaña dijo sonriendo con dudas, mientras se limpiaba el pastel con servilletas.

Mina también empezó a limpiarse, más el gorro y la mochila que sus dos amigos le regalaron. Las observó por un momento y después vio que Felix estaba de lurio con Changbin, Minho seguía queriendo sacar el pan blando de su nariz, y Hyunjin seguía recibiendo bullying amistoso por parte de todos.

Tan tontitos, así se les quiere.

— Mina-yah, toma un poco. La cumpleañera debe divertirse, ¿no?

Mina nunca en la vida pensó, tal vez solo lo soñó, que la misma Lisa Manobal le serviría una copa de vino de fresa en su cumpleaños y Park Rosé se la pasaría con una sonrisa.

Casi se muere allí mismo.

Pero bueno, tampoco pensó que saldría con Nayeon y se haría amiga de todas las TWICE, cuando ella solo buscaba a su hermana Jihyo, pero son cosas de la vida.

Pronto estaban invitandola a hablar y divertirse entre charla y bebidas, y aunque a Mina no le gustaba el alcohol le sirvieron su cocacola para que no quedara excluida.

— Tengo que hablar contigo en un rato — Mina le murmuró a Nayeon en su oído para asegurarse que solo ellas escuchen.

— Yo también quiero hablarte de algo — Nayeon todavía tenía preparado algo más, pero algo que le daría a solas.

— En mi habitación al rato — ambas concordaron y Mina casi tímidamente fue a convivir con BLACKPINK, solo no tartamudeando porque Chaeyoung estaba allí y le daba confianza.

Mientras que Nayeon se dio a sí misma la tarea de limpiar los restos de pastel que quedaron en la mesa y el suelo, tomando solo un vaso de vino de cereza para tener un sabor en la boca.

Cuando volteó con Mina, parecía estar tan feliz que Nayeon sonrió. Mina le devolvió la mirada y su sonrisa se ensanchó, logrando que Nayeon bajara la mirada sonrojada.

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Olas, a que creyeron que me ausentaria otra vez 🙂 pues sí lo voy a hacer, pero primero les dejo esto.

Bromitaaa, agárrense porque ya pronto empiezo con el drama.