JungKook había estado tomando con sus compañeros, lo hizo después de de salir de clases de la universidad. Estaba algo ido, la pequeña discusión-no-discusión que tuvo con JiMin lo dejó con mal sabor de boca. Nunca le había gustado estar molesto o enojado con sus amigos, no era su fuerte. Así que pensó que era buena idea salir a despejarse un rato para saber qué hacer después, pero todo le salió mal. Sus compañeros le habían tendido una pequeña broma, pero ellos estaban incluso, más ebrios que el propio JungKook. Cuando salieron del bar sus amigos decidieron fingir perderlo, sin embargo, ellos acabaron más perdidos. El parque era muy extenso, y la tenue luz que había no era su mejor amiga, incluso la luna se había escondido un poco entre las nubes.

JungKook había estado parado mirando el mismo árbol alrededor de cinco minutos seguidos, él sólo estaba ahí contemplándolo. Pensaba que era muy bonito, y grande, así que lo abrazó. Extendió sus brazos yendo directo hasta el tronco; atrapándolo.

—Bonito, eres muy bonito. ¡Gracias por ayudarnos a vivir! —chilló sorbiendo un poco de sus mocos, puesto que había comenzado a llorar—. ¡Eres tan lindo, lindo, lindooo!

Cuando se separó, sintió un ligero mareo que lo obligó a sostenerse del árbol nuevamente. El vomito salió sin darse cuenta manchando el tronco y parte de su vestimenta. Tosió un poco después de haber terminado pasando su brazo por su boca para limpiarse, emitió un ligero ruidito de asco. Su frente se posaba en el tronco mientras respiraba entrecortadamente. Pasados unos minutos se encaminó hacia unas bancas y se sentó en una de ellas para poder estabilizarse.

Miró la hora en su teléfono, y maldita sea, sus padres iban a matarlo. Ni siquiera había avisado en casa que llegaría tarde o que había quedado con sus compañeros para ir a beber. Estaría en problemas cuando llegase a casa, pero él no podía ir así o el castigo sería peor. Abrió la aplicación de mensajes y comenzó a escribirle a YoonGi, en primera estancia había querido mensajearle a JiMin, quien era el que comúnmente lo ayudaba a salir de toda la mierda en que siempre se enrrollaba. Sin embargo, tenía algo de orgullo dentro. Él no le hablaría ni buscaría su ayuda. Además, una parte de lo que decía JiMin era cierto, pero no podía dejarse llevar por sentimentalismos. Pensó hablar a Jin, pero había salido a un viaje corto. El que Jin fuese su segunda opción era porque a pesar de que siempre lo ayudaba también, tenía este lado sobreprotector y era como recibir dos regaños: el de sus padres y él. Eso era bastante agotador. Por último, estaba YoonGi... Francamente no sabía qué esperar de él. Habían sido limitadas todas las veces en las que había recurrido a él. Eran amigos, sí, pero JungKook solía notar una clase de barrera entre ambos. Algo que lo hacía sentirse incómodo y a veces como un completo desconocido. No fue hasta que Jin le explicó a JungKook que la personalidad de ese sujeto era así, que esa barrera la tenía con todos, incluso con el lindísimo de SeokJin.

Aunque ya supiese las razones por las que YoonGi era de una manera u otra, él todavía no podía adaptarse a aquella idea. En el quinto mensaje y con su amigo en línea creyó que estaba siendo ignorado cruelmente, pero no tenía a nadie más a quién llamar. Lo único que le quedaba era seguir insistiendo hasta que lo logró.

Estaba mensajeando con YoonGi cuando se dio cuenta que una pareja se estaba acercando lentamente, parecían estar dando un paseo "nocturno". JungKook tragó saliva tratando de hacerse invisible, no quería que alguien pensase que era un vagabundo o alguien que traficaba droga o compraba... Su vista quedó fija hacia la pareja mientras pensaba todas esas cosas y se obligó a volver en sí cuando se encontró con los ojos del hombre.

Cielos. Esos ojos le recordaban a unos muy bonitos que recordaba haber añorado en el pasado, su mente trajo al presente aquellos días en los que lo había pasado tan bien queriendo en secreto a alguien que al final sólo lastimó su corazón y lo hizo sentir un completo fenómeno.

Una lágrima quería deslizarse por su mejilla, pero la quitó tan pronto como se dio cuenta. No obstante, todavía estaba tocado, así que no lo pensó mucho cuando comenzó a publicar cosas en Twitter. Tenía memes perfectos para la ocasión, es más, le encantaba guardar todos de ese estilo. ¿Quién no amaría un gatito lleno de corazones? Sólo alguien sin corazón. Como él. JungKook quiso reír ante su propio mal chiste, pero sólo logró soltar un chillido parecido a un globo desinflándose.

La pareja se estaba acercando más, entonces no le quedó de otra que concentrarse en seguir mandando textos a YoonGi.

—¿JungKook? —Una voz reconocida lo llamó.

Alzó su vista encontrándose con Kim NamJoon; el presidente de la sociedad de alumnos.

Apretó sus labios, aun si su corazón estaba latiendo a mil por hora, su rostro tenía que mostrar indiferencia. Era lo correcto.

—¿Estás bien? —preguntó NamJoon acercándose hacia él.

JungKook sólo pudo mover su cara cuando el contrario quiso tocarlo.

—E-estoy bien —tartamudeó, mirando hacia otra dirección que no fuese la increíble cara de Kim NamJoon.

—¿Qué estás haciendo aquí? —indagó habiendo algo de preocupación en su voz.

—Eso no debe de importarte —contestó más seguro y con un toque de irritación.

—¿Por qué te has vuelto así? Recuerdo perfectamente que tú y yo...

—Basta. No es necesario que me recuerdes algo que he querido olvidar. Además, ¿no estabas con alguien? Déjame sólo. Vete. —Su dedo señaló hacia un camino que llevaba directo a la calle principal.

—Estás demasiado tomado. Déjame ayudarte, ¿a quién esperas? —preguntó posando una mano en su mejilla.

—A YoonGi —murmuró como un niño que ha sido regañado. Su vista estaba fija en el suelo.

JungKook sólo pudo percibir el suave roce de unos labios en su frente. Cuando levantó la mirada se encontró con la de NamJoon, quien estaba sonriéndole tiernamente. Su corazón quería explotar y trató con todas sus fuerzas no sonrojarse.

—No has cambiado nada —musitó.

—Tú tampoco —dijo viéndolo a los ojos—. ¿Dónde se supone que dejaste a tu amigo?

—¿Por qué tanto interés? Él se ha dado media vuelta porque le he dicho que debía llevarte a tu casa.

—No puedo ir a casa.

—Lo sé.

—Debiste irte con tu amigo.

—¿Y dejarte solo en estas condiciones sabiendo que te conozco?

—¿Y? Seguramente te he arruinado una "buena noche".

—No haz arruinado nada —aseguró—, eso pasó hace un rato. Sólo estábamos conversando. —Le guiñó el ojo.

—Eres un estúpido —dijo golpeando levemente su pecho con sus palmas.

NamJoon río por lo bajo.

—Bueno, ambos sabemos que no soy un santo. —Sus manos se posaron en sus mejillas, acariciando tiernamente ahí—. Vamos, se hace tarde, y hay escuela dentro de unas horas.

—Debo avisarle a YoonGi —mencionó tomando su teléfono y parándose para mandarle aquel mensaje lleno de emoción.

¿NamJoon había ido por él? Bueno, de alguna forma así fue. Después la llamada entrante de su amigo lo descolocó un poco. No quería que se enterase más de lo que él mismo sabía, además de que la dirección que le había enviado a YoonGi no había sido exacta, por lo que obviamente no pudo encontrarlo en cuanto llegó.

—¿No vas a contestar? —preguntó NamJoon a un lado de él.

JungKook inspiró aire y asintió.

—Hyung —contestó la llamada.

—Mocoso idiota, ¿dónde estás? —La voz de Yoon era de todo menos amable.

—Lo siento... Yo...

No pudo continuar, NamJoon le quitó su teléfono y habló.

—Habla NamJoon —explicó—. Yo lo llevaré a casa.

YoonGi rió. —Muy gracioso, pero lo dudo, amigo.

NamJoon estaba sorprendido por la respuesta. ¿No que esos dos eran solamente amigos?

—¿Disculpa?

—Te agradecería que los trajeras a la entrada principal del parque para que lo lleve a MI casa, por favor —dijo remarcando el "mi" con todo lo que tenía.

—Escucha. Sé lo que te digo, y en estos momentos sé lo que es mejor para él, así que tráelo aquí. Ahora.

¿Estaba sonando como una amenaza? NamJoon no podía creerlo. ¿Quién era ese sujeto? Es decir, claro que lo conocía, pero nunca se había imaginado que fuese de esa forma.

Mientras tanto JungKook sólo estaba a un lado tratando de entender lo que ocurría, pero se daba una idea. YoonGi sólo quería cuidarlo. Eso, y porque NamJoon realmente le caía mal. Nunca había entendido el porqué. Bueno... Quizás Jin también le reclamaría por haberlo dejado solo... ¡Él estaba tratando de conseguir méritos a costa de él! Pero no lo culpaba. Él hubiese hecho lo mismo si la situación fuese a la inversa.

—¿Es tu novio o algo?

—Si es mi novio o no, no es de tu incumbencia.

JungKook tosió. Vaya, YoonGi sí que era bueno en sonar amenazante.

Escuchó como NamJoon soltaba un ligero ruido desde su garganta, mostrando disconformidad.

—De acuerdo —dijo antes de colgar.

Le tendió su teléfono a JungKook y sonrió a medias.

—Tú amigo es muy intenso.

Kook se encogió de hombros.

—Vamos —murmuró pasando su brazo por sus hombros y el otro por su cadera para ayudarlo a caminar.

Caminaron en silencio. Los minutos pasaron lentos y tortuosos para JungKook. Alguno que otro grillo se escuchaba a lo lejos.

Para cuando llegaron a la entrada YoonGi estaba de pie esperándolos con un abrigo extra en sus manos. JungKook se puso a lado de YoonGi dejando que éste le pusiese el abrigo, para después adentrarse al asiento del copiloto. Notó como YoonGi cerraba la puerta rudamente y se quedaba viendo a NamJoon fijamente.

—Gracias por cuidarlo, pero cuida tus movimientos, Kim.

NamJoon enarcó una ceja. —¿A qué te refieres?

—Particularmente no me gustan las personas que lastiman a quienes me importan. ¿O qué? ¿Me vas a decir que lo has olvidado? —YoonGi rió bajito—. Porque si es así, me das asco.

El silencio por parte de NamJoon fue lo que necesitó YoonGi para comenzar a moverse hacia la puerta del conductor.

—Nos estamos viendo —dijo Yoon antes de adentrarse al auto y arrancarlo.

Lo único que pudo observar NamJoon fue la manera en que JungKook se acercaba al hombro de YoonGi antes de marcharse.

La sangre le hervía, pero él no había entendido nada. ¿Acaso él había hecho algo que lastimó a JungKook? ¿Cuándo había pasado eso? Y sobre todo, ¿qué fue lo que sucedió?

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