Ghost Marriage (I)
Nota de la autora: al igual que el evento homónimo en el juego original, este capítulo especial no está conectado directamente con la línea temporal de la historia principal, por lo que serán mencionados momentos que no han ocurrido aún en "La Marca de Mickey". También podréis ver el tipo de relaciones y las interacciones que Yuu y Yukiko tienen con otros personajes que aún no han conocido o con los que aún no han interaccionado mucho.
Sin más dilación, ¡comencemos con el capítulo!
😼❄️
Aquella hermosa noche de sábado había sido enaltecida con un ambiente claro y un cielo estrellado. Y precisamente en este escenario, se presentaba un inusual momento ante la entrada del edificio principal del Night Raven College, en la que cinco jóvenes estudiantes vestían elegantes y flamantes trajes de diferentes colores para aparentemente proponerle matrimonio a alguien.
—Por favor, ¡cásate conmigo! —exclamó Epel con una tierna decisión que podría derretirle el corazón a alguien.
—No prestes atención a otros chicos, ¡cásate conmigo! —dijo Ace después con una gran sonrisa que transmitía sinceridad y confianza.
—¿Me... concederías el honor de convertirme en tu marido? —La propuesta de Riddle era mucho más tranquila que las anteriores, pero no por ello dejaba de expresar el amor que manifestaba aquella propuesta.
—Mi bello tesoro, permíteme ser tu "sirviente del amor" ahora y para siempre —dijo Rook con un tono de voz atrayente que correspondía con aquella poética declaración.
Y, finalmente...
—Estemos juntos para siempre, ¡casémonos! —exclamó Yuu con arrojo y voluntad de pasar el resto de su vida con la persona que amaba.
¿Cómo habían llegado estos jóvenes bien trajeados a expresar una promesa tan seria e importante como aquella? Todo se remontaba a aquella mañana, una tranquila y soleada en la que muchos estudiantes de la escuela estaban aprovechando el tiempo para hacer los deberes del día anterior, hacer ejercicio, divirtiéndose con sus pasatiempos o saliendo con sus amigos o, como era el caso de Yuu y Grim en el dormitorio Ramshackle, limpiando.
—No, me niego. No quiero fregar el suelo... —se quejó Grim con desgana mientras Yuu le tendía un viejo trapo para limpiar y reposaba la mano libre en la cadera con aire inflexible.
—Vamos, no seas así —respondió Yuu con una ceja arqueada—. Dijimos que el que perdiera a piedra, papel o tijera se encargaría de este pasillo, así que te toca.
—¡Hagámoslo otra vez! Quiero la revancha, ¡y esta vez no voy a perder!
—Eso es trampa, Grim. Ahora que tenemos el dormitorio en buen estado, tenemos que trabajar para mantenerlo así de bien.
Antes de que el monstruo tuviera siquiera la oportunidad de responder para salirse con la suya, fueron interrumpidos por un potente grito que los alarmó:
—¡¡EH, VOSOTROS!!
—¡¿Fgnaa?!
Siguieron la dirección de la profunda voz y se encontraron con un trio de fantasmas vestidos con unos elegantes uniformes blancos similares al de Royal Sword Academy, pero viejos y raídos, y un sombrero cuyo estilo se podía relacionar con la guardia real. Por algún motivo, los tres parecían furiosos por la presencia de Yuu y Grim.
—¿¡Qué os creéis que estáis haciendo, sucias ratas!? —preguntó uno de ellos.
—Ah, si sois vosotros, fantasmas... —murmuró Grim, confundiéndolos con los fantasmas de Ramshackle hasta que se les echó un vistazo mejor y comenzó a preocuparse—. ¡Un momento, no lo sois! Sois muy diferentes.
Pero los fantasmas ignoraron su comentario.
—Este domicilio va a ser la casa de invitados de la princesa, ¡los forasteros tienen prohibida la entrada! —exclamó el mismo fantasma de antes, dando ahora la impresión de ser el líder del grupo.
—¿Qué...? —murmuró Yuu, sin tener ni idea a qué se podrían estar refiriendo.
—¿Princesa? ¿Casa de invitados? —repitió Grim, confundido, antes de cruzar los brazos con firmeza—. Dejad de decir tonterías, este es MI dormitorio, ¿sabéis? ¡Vosotros sois los forasteros!
—¡Eso es ridículo, este sitio era propiedad de nuestro reino mucho antes de que nacierais, jovenzuelos! —replicó el fantasma justo antes de que se materializara de la nada una decena más de fantasmas con el mismo traje—. Si no os vais por las buenas, lo haremos nosotros por las malas.
Yuu no sabía a qué venía aquella hostilidad, jamás habían visto aquellos fantasmas y el director había dejado en claro que el dormitorio era propiedad de la escuela; pero viendo que no iban a poder resolver la situación con una conversación tranquila, tocaba hacer las cosas al estilo de la escuela. Por una parte se sentía aliviado de que Yukiko acababa de salir para hacer la compra y estuviera a salvo, pero no pudo evitar desear tenerla allí para que ayudara en la pelea, usando su magia o no. Los tres fantasmas de Ramshackle tampoco estaban allí, iban a pasar todo el día fuera comercializando con las raíces de mandrágora que obtuvieron del jardín botánico.
—¡Ni hablar, seréis vosotros los que se marcharán! Fgnaaa...
Nada más decir aquello, Grim escupió una bocanada de fuego azul que alcanzó uno de los fantasmas y este se desvaneció entre incómodos chillidos a los pocos segundos, pero no tardó en ser sustituido por refuerzos que superaban al dúo con creces.
—Como si eso nos dejara fuera de juego —resopló un guardia mientras materializaba una lanza y la apuntaba hacia ellos.
Tristemente para los dos alumnos de Ramshackle, la batalla no fue duradera, porque por mucho que Grim contraatacara con ayuda de las indicaciones del prefecto, ambos acabaron siendo atrapados por los fantasmas y fueron arrastrados hasta la salida, Grim siendo agarrado del cogote y Yuu, agarrado por un brazo.
—¡Y será mejor que os quedéis fuera! —advirtió el fantasma que parecía estar a cargo antes de empujarlos al exterior con poco cuidado.
—¡Ffgnaa! —chilló Grim al caer al suelo, asustado, antes de que les cerraran las puertas de golpe—. Nos quitaron el dormitorio... ¿¡Qué narices está pasando!?
—Ni siquiera Jade y Floyd fueron tan brutos durante el contrato... —murmuró Yuu, nervioso.
Recuperando la compostura, Grim se puso en pie y se sacudió la suciedad con irritación.
—¡Eh, Yuu! Vamos a quejarnos al director, ¡¡hagamos que los echen de aquí!! —exclamó y echó a correr sobre sus cuatro patas.
—Ahora mismo —asintió Yuu y lo siguió—. También tenemos que avisar a Yuki, que no se pase por aquí.
En el camino hacia el edificio principal, se encontraron con Yukiko saliendo de la tienda y le contaron lo que acababa de ocurrir en Ramshackle.
—¿¡Cómo has dicho!? —exclamó ella, antes de dejar la bolsa de la compra en el suelo para sacar la gargantilla blanca del bolsillo trasero del pantalón—. ¡Se las verán conmigo!
—¡No! No vayas, es peligroso —la detuvo Yuu—. Son demasiados, solo acabarías herida. Ahora estamos bien y vamos a decírselo todo al director. Pídele a Sam que te guarde la compra, pero ponte a salvo, ¿vale?
Tras pensárselo, Yukiko acabó cediendo a regañadientes y volvió a guardar el accesorio.
—Vale, voy a buscar a Leona también, a ver si sabe algo —informó—. Grim, ten cuidado y cuida de Yuu por mí, ¿ok?
—¡Por supuesto!
Separaron sus caminos en el interior de la escuela y, ya en el despacho del director, Yuu y Grim volvieron a relatar lo sucedido y él los escuchó con atención.
—¿Vuestro dormitorio fue asediado por fantasmas con sombreros blancos y os echaron? —resumió Crowley, sentado frente a su escritorio.
—¡Exacto! —exclamó Grim.
—Sí, no tenía pinta de que conocieran a los fantasmas del dormitorio, no sé quiénes son —asintió Yuu.
—¡Aparecieron de la nada y se pusieron a decir que el dormitorio Ramshackle les pertenecía! —exclamó Grim con indignación—. Y dijeron no-sé-qué-cosa de una princesa, no tenía sentido, ¿sabes?
—¿Princesa? ¡Ah, ya entiendo! —respondió Crowley al comprender la situación y suspirar—. Aquel sitio seguía abandonado el año pasado, por lo que me olvidé por completo de este asunto. Así que ya ha vuelto esa época del año.
Había terminado aquella confusa cavilación con una sonrisa, a pesar de que literalmente le acababan de describir una pelea, llamando la atención de ambos.
—¿"Ha vuelto"? ¿Acaso sabe lo que está pasando, director? —inquirió Yuu.
—Sí. Los fantasmas que os echaron se tratan de los sirvientes de la Novia Fantasma —explicó Crowley con calma.
Aquel curioso nombre hizo que Grim frunciera el ceño con una combinación de incredulidad y desconcierto.
—¿Novia Fantasma? ¿Qué clase de título es ese? No sé si suena a algo que deberíamos admirar o temer, ¿sabes?
—Se trata de la princesa de un reino que cayó hace mucho tiempo atrás —comenzó a describir el director—. Esta princesa deseaba más que nada casarse con su príncipe ideal —Suspiró tristemente antes de seguir relatando—. Desgraciadamente, antes de que pudiera cumplir aquel sueño, su vida acabó abruptamente... Y ahora como fantasma sigue buscando su príncipe ideal... Durante esta época del año, ella visita Twisted Wonderland con su séquito para encontrar al novio perfecto.
—Así que por aquí también hay historias de novias fantasma —comentó Yuu, sintiendo un poco de tristeza por aquella que acababa de escuchar.
—Y siempre eligen el dormitorio Ramshackle como residencia para cumplir esa misión —continuó Crowley, antes de esbozar una inesperada sonrisa—. Con tantos edificios abandonados por ahí, ¡es una fortuna que el de nuestra escuela haya sido elegido por su Alteza! ¡Yujú!
—¿¡QUÉ!? —exclamó Yuu, incapaz de creerse que el director dijera algo así. Sentía pena por aquella princesa, pero ¡no tanta! ¡Mucho menos después de aquella hostilidad que su séquito había mostrado al echarlos de su propia casa!
—¡No es el momento de sentirse orgulloso! —exclamó Grim de la misma forma—. ¡Tienes que echar a estos fantasmas!
—Sería problemático tener que echarlos... —murmuró, pero tras sentir la frialdad de la mirada de Yuu, carraspeó nervioso—. ¡Ejem! Lo que quiero decir es que, incluso si comprendo cómo os sentís, es recomendable que los dejemos en paz. Después de todo esta pobre princesa se va a poner a buscar un novio que ni siquiera existe.
Curiosos por aquella revelación, Yuu y Grim intercambiaron una mirada.
—¿Un novio que ni siquiera existe? ¿Qué quieres decir? —preguntó el monstruo en nombre de ambos.
—Lo que esa princesa busca en ese príncipe ideal es... —dijo Crowley, antes de inspirar profundamente y prepararse para una larga descripción—: ¡Que mida por lo menos 180 cm! ¡Que sea delgado y no tenga nada de grasa en el cuerpo! ¡Que tenga una piel tersa y hermosa! ¡Unos ojos hundidos! ¡Una grande y encantadora sonrisa! ¡Con cutículas y pelo reluciente! ¡Y unos labios que te den ganas de besar! —Jadeó para recuperar el aliento—. Estos son los términos y condiciones que busca para su... ¡¡¡hombre súper apuesto!!!
El monstruo y el joven se tuvieron que tapar los oídos para protegerse de aquel apasionado chillido, que para Yuu había sido menos chocante que la larga lista que había enumerado el director.
—¿Esa princesa busca todo eso en un chico? —cuestionó—. Es es lo más irrealista que he oído en mi vida...
Entendía perfectamente que alguien tuviera un tipo ideal de persona con el que salir, pero él mismo sabía por experiencia que no se podían tener estándares tan altos hasta el punto de hacerlo difícil de encontrar, sobre todo si se trataban de rasgos únicamente físicos.
—Exactamente, no hay manera de que un chico así exista —concordó el director, tratando de aguantarse la risa—. Incluso si lo buscara por el mundo entero, ella jamás encontraría su príncipe ideal. ¡Ja, ja, ja, ja, ja!
Al final Yuu no supo si sentir pena por aquella princesa o sentirse irritado por aquella ridícula demanda.
—Estos fantasmas se apropian de Ramshackle cada año —continuó Crowley—. Esperad por algunos días, se acabarán rindiendo y regresarán a su mundo.
—¿¡Qué!? Pero... —trató de replicar Yuu, pero no se le ocurrió qué decir.
—No servirá de nada resistirse, estableceos con algunos de vuestros amigos por solo dos o tres días —insistió Crowley—. No os olvidéis de decirle esto a Yuki, aseguraos de que no haya chicos peligrosos... ¡Oh! Quiero decir, poneos de acuerdo en cómo os organizáis.
—¿¡Nos estás mandando a buscar otro sitio!? ¡Menudo director eres! —le recriminó Grim.
Antes de que Yuu tratara de pensar cómo pasar aquellos próximos días, alguien abrió de golpe las puertas del despacho de par en par, sobresaltando a los tres presentes.
—¡¡¡¡¡¡...Director!!!!!! —gritó Ortho con una expresión llena de miedo y consternación mientras levitaba velozmente hacia el escritorio.
—Oh, pero si es el joven Ortho Shroud de Ignyhide —comentó el hombre, sorprendido—. ¿A qué viene tanto revuelo?
—¡Ha pasado algo terrible! —exclamó el joven androide, no menos tranquilo—. Se trata de mi hermano mayor.
—¿Tu hermano? ¿Qué le ha pasado al joven Idia Shroud? —cuestionó el director.
—Mi hermano... ¡¡¡¡¡FUE SECUESTRADO POR FANTASMAS!!!!!
Yuu dio un respingo, Grim alzó las patas con espanto y Crowley se puso de pie.
—¡¿¡¿QUÉEEE!?!? —gritaron al unísono ante aquella terrible noticia.
—¿¡Secuestrado!? —exclamó Yuu con preocupación. Incluso si no conocía a Idia de mucho, aquello no sonaba nada bien y se preocupó por él.
—Exacto —asintió Ortho antes de activar el proyector de vídeo que tenía instalado en la palma de la mano—. ¡Mirad este vídeo! Es la grabación de las cámaras de seguridad de anoche.
—¡Un momento! ¡Deja ya de hackear el sistema de seguridad del campus! —lo regañó Crowley con enfado.
—¡Shh, silencio! Voy a poner el video —dijo Ortho, mostrando indiferencia ante la regañina, y extendió el proyector hacia la pared.
El metraje comenzó con un zumbido antes de mostrar la calle principal de la escuela en medio de la noche. En él se podía a ver al líder de dormitorio de Ignihyde caminar con discreción entre las estatuas de los Grandes Siete. Estaba hablando solo y parecía ansioso por algo.
—¡Reservé por internet el nuevo volumen de mi manga favorito, pero no ha llegado a tiempo! ¡Y encima es la edición especial que viene con la carta de personaje y su autógrafo! ¡No me puedo creer que no llegara el mismo día del lanzamiento! —farfulló Idia con su clásica forma rápida y atropellada de hablar—. ¡Menuda desgracia para un otaku como yo! Pero supongo que no queda de otra, tendré que comprarlo en la tienda de la escuela. Será mejor que me dé prisa...
—...lo encontré... —reverberó de repente una débil y tenebrosa voz femenina.
—¿Eh? —preguntó Idia, extrañado, y se dio la vuelta para buscar el origen de aquella voz, pero no había nadie por ninguna parte—. ¿Quién anda ahí?
—Por fin... lo he encontrado... —volvió a sonar la voz femenina, esta vez con más claridad.
Y antes de que Idia pudiera siquiera reaccionar, una figura pálida, traslúcida, carente de piernas y ataviada con un vestido de novia blanco se apareció ante él con una gran sonrisa.
—¡¡¡¡¡¡¡MI PRÍNCIPE!!!!!!!
—¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAHHHH!!!!!!!!!! —gritó Idia, paralizado por el horror, al ver a la chica fantasma arrojarse hacia él con los brazos abiertos y desaparecer con ella.
Así finalizó la grabación, ahora sustituida por una pantalla negra y sonido blanco, transmitiendo una sensación de vacío y sobrecogimiento que se parecía mucho a la de los espectadores. Yuu comparó lo que acababa de ver con una escena sacada directamente de una película de terror, con la diferencia de que esta vez se trataba de una grabación real en la que Idia había sido la víctima...
Grim tragó saliva antes de romper el silencio.
—Esa fantasma era... —murmuró con pavor, esperándose la respuesta.
—Me temo que sí... —asintió Crowley—. ¿Cómo es posible...? ¡La Novia Fantasma ha encontrado finalmente su novio ideal!
—¿¡Cómo!? —exclamó Yuu.
—Novio ideal... —repitió Grim, pensativo, antes de darse cuenta de lo que significaba aquello y mirarlo atónito—. ¿¡Idia!? ¡Pero si ni siquiera tiene pintas de príncipe! Es alto y flacucho, tiene piel pálida como el papel porque nunca sale de su habitación. Y sus ojos dan miedo, pero no tanto como esa sonrisa tan rara... —Se detuvo al darse cuenta que aquello sonaba familiar en voz alta—. Un momento...
Comprendiendo lo mismo, Crowley cerró los ojos para repasar el aspecto de Idia:
—Alto, delgado, piel sin rastro de rayos ultravioleta, ojos hundidos, sonrisa encantadora... bueno, no la describiría exactamente como encantadora. Cabello brillante y reluciente... o más bien en llamas, y color curioso de labios —enumeró—. Si lo comparamos con las condiciones de la fantasma, él se parece mucho a su príncipe ideal.
—Estoy de acuerdo, mi hermano es muy guapo veas como lo veas —asintió Ortho, pero detestaba que su querido hermano mayor fuera secuestrado por eso y apretó los puños—. ¡Cómo odio que esa fantasma tenga buen gusto!
—No sé si estoy de acuerdo con eso... —murmuró Grim, escéptico.
—Bueno, si te fijas bien y te lo piensas, Idia es realmente guapo —opinó Yuu, antes de colocar una mano sobre el hombro de Ortho como muestra de apoyo—. Aunque esta vez serlo no le ha ayudado en absoluto.
—Sea como sea, esto es un problema serio —anunció Crowley con severidad, indicando que debía ser grave si incluso él se comportaba así—. La Novia Fantasma ha elegido a alguien como su novio, lo cual significa...
—¡¡¡¡¡PELIGRO!!!!! —un grito procedente del pasillo y un creciente alboroto interrumpieron al director.
—¿Qué será ese escándalo? —se preguntó el director en voz alta antes de buscar su bastón y abrir las puertas de su despacho. El origen del tumulto provenía de estudiantes que corrían por los pasillos como si estuvieran huyendo de algo, era imposible distinguir qué estaban diciendo—. ¿¡Qué está pasando aquí!? —demandó saber.
Nada más hacer presencia, Ace y Deuce se hicieron paso entre los estudiantes y se acercaron con expresiones inquietas.
—¡Director...! ¡Ah, Yuu y Grim también están aquí! ¡Tenemos problemas! —exclamó Ace.
—¡Unos fantasmas que nunca habíamos visto aparecieron así de la nada! —continuó Deuce—. Nos echaron de la cafetería, diciendo algo de que iban a convertirla en el "lugar de la boda". Tratamos de contraatacar, pero siempre volvían a aparecer cuando los derrotábamos.
—¡ALTO AHÍ! —exclamó furioso un fantasma alto acompañado por otros dos mientras perseguían a Sebek y Lilia corriendo en dirección a la entrada del despacho.
—Estos fantasmas enfadaron conmigo por hacer una simple broma sobre ellos, qué cerrados de mente —comentó Lilia con una sonrisa burlona mientras corría.
—¿¡En serio!? ¿¡Por qué los habéis traído hasta aquí, chicos de Diasomnia!? —gritó Ace, despavorido por tener más fantasmas cerca.
Sebek lo ignoró y blandió su pluma mágica con forma de espada para hacer frente a los fantasmas.
—¿¡Cómo OSÁIS usar tal agresividad con lord Lilia!? —gritó furioso—. ¡Os voy a dar una lección!
De su gema se originó un conjunto de esferas de magia oscura y las lanzó hacia los fantasmas, que desaparecieron al ser alcanzados con ellas.
—Ja, ¿eso es todo lo que tenéis? —se jactó victorioso mientras Lilia sonreía orgulloso de él.
—¡No es momento de celebrar! ¡Vienen más fantasmas! —recriminó Ace señalando los refuerzos.
—Esta batalla no tiene fin —exclamó Crowley mientras rodeaba a Yuu por la espalda con afán protector y señalaba el lado opuesto del pasillo con su bastón—. ¡Que todo el mundo se retire de mi despacho, ya!
Dicho aquello, el director y los estudiantes echaron a correr y, evitando guardias—fantasma y recorriendo atajos, lograron llegar al exterior y buscaron refugio en el campo de deportes de la escuela, donde se podía ver más gente conocida allí.
—No creo que los fantasmas vayan a seguirnos hasta aquí —dijo Crowley mientras miraba a su alrededor y algunos de los exhaustos estudiantes jadeaban profundamente para recuperar el aliento.
—Haa... Haa... Mis piernas me están matando... —masculló Ace antes de caer de rodillas al suelo con una expresión adolorida, muy similares a las de Deuce, Grim y Yuu.
—¡Yuu! ¡¡Chicos!! —se escuchó la voz de Yukiko desde lejos y esta se acercó corriendo junto a un grupo estudiantes formado por Cater, Rook, Epel y los líderes de dormitorio excepto Malleus y, por supuesto, Idia.
—Ah, Ace y Deuce —los llamó Riddle—. Veo que vosotros también vinisteis a buscar refugio aquí, en el campo de deporte.
—Tú también, Yuu. Me alegra verte sano y salvo —dijo Azul con una sonrisa aliviada.
—Lo mismo digo —dijo Yukiko mientras lo ayudaba a ponerse en pie—. ¿Estáis todos bien?
—Ahora sí... —aseguró Yuu y miró a los demás—. ¿Qué ha pasado?
Así, todos explicaron uno a uno su versión de los eventos:
—Azul, Riddle y yo estábamos estudiando en el auditorio cuando unos fantasmas aparecieron de repente y nos echaron —comenzó a explicar Kalim y suspiró con tristeza—. ¡Y encima estábamos estudiando los tres juntos!
Los otros dos líderes de dormitorio lo miraron como si hubiera cometido gran un error en aquella declaración.
—Querrás decir que te estábamos ayudando A TI a estudiar, Kalim —clarificó Azul con una ceja arqueada.
—Y encima estabas a punto de entender la pregunta... —suspiró Riddle, frustrado de que sus esfuerzos resultaran en vano por la interrupción.
Fue el turno de Vil de contar su parte de la historia, indicando que les estaba dando lecciones de maquillaje a Rook y Epel cuando estalló el asedio:
—Estábamos los tres en un aula y un grupo de espectros desconocidos nos echó, diciendo que aquel el lugar sería el vestuario nupcial.
—Fue una lástima, yo quería seguir escuchando la valiosa lección de Vil —se lamentó Rook.
—Y no importaba cuántas veces los derrotáramos, seguían apareciendo más... —añadió Epel, aún frustrado por haber perdido aquella pelea.
—A mí también me dijeron que me alejara de la "sala de espera de la familia" cuando me echaron del laboratorio —suspiró Cater.
—Por si aquello fuera poco, a mí me persiguieron por solo caminar por el pasillo —gruñó Leona—. Yuki me estaba buscando para avisar de algo parecido, me topé con ella y nos fuimos de ahí.
A pesar de que su relación con Leona seguía siendo complicada, a Yuu le alivió saber que Yukiko había estado a salvo con él durante la invasión.
—Así que todo el mundo fue echado del edificio principal —murmuró Grim, asustado.
—Sí, parece que esos fantasmas de uniforme blanco se han apropiado de ese lugar por completo —reiteró Deuce.
—¿¡Qué narices está pasando, director!? —demandó saber Ace.
—Permitidme que os lo explique yo —murmuró Ortho con el ánimo por los suelos—. Todo comenzó anoche, y mi hermano...
Les relató exactamente lo mismo que habían discutido en el despacho del director, desde el secuestro de Idia hasta los motivos detrás de este.
—Entiendo —dijo Riddle cuando Ortho concluyó su historia—. Idia resultó ser el príncipe perfecto que la Novia Fantasma estuvo buscando todo este tiempo. Esa es la idea general, ¿verdad?
Ortho asintió y se levantó el silencio entre todos los presentes. A los pocos segundos, Yuu se dio cuenta de que la mayoría había comenzado a esbozar sonrisas...
—¡...Pfft!
—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
...Y estallaron en una ruidosa carcajada general.
—¿Qué...? —murmuró Yuu, confundido por aquella reacción tras oír que una persona había sido claramente secuestrada por alguien tenebroso.
—Siento pena por Idia y todo, pero él no habría sido mi primera opción para elegir un príncipe —confesó Yukiko con una sonrisa nerviosa, pero al menos ella no se había reído.
—Idia, ¿el príncipe perfecto? ¡Ah, JA JA JA JA! Estáis de broma, ¿verdad? —se burló Ace.
—¡Esa novia sí que tiene buen gusto! —exclamó Cater con un alegre sarcasmo mientras se secaba las lágrimas que se le habían salido de tanto reír.
—Por una vez que Idia decide salir de su habitación —comentó Azul, uno de los que más trato tenía con la víctima—. Qué gracio- quiero decir, qué situación tan desafortunada.
Indignado por la falta de seriedad de sus alumnos, incluyendo los líderes de dormitorio, Crowley golpeó firmemente su bastón contra el suelo.
—¡Esto no tiene ninguna gracia! —los regañó con severidad—. ¿Acaso tenéis idea de lo que pasa si te eligen como el novio de la Novia Fantasma?
—¿Qué ocurre, director? —preguntó Deuce, otro de los pocos que no se habían reído de la idea—. Se ha puesto serio de repente.
—Casarse con un fantasma es sinónimo de hacer un contrato con el difunto para seguirlo a su mundo —explicó el director—. Eso significa que si el joven Idia se casa con ella... ¡¡SU ALMA ABANDONARÁ SU CUERPO Y SE IRÁ CON LA CHICA AL MÁS ALLÁ!!
—¿¡QUÉ!? —gritó todo el mundo al unísono, ahora sin motivo alguno por el cual reírse. El asunto era mucho más serio de lo que se esperaban.
—Bajé la guardia. Jamás pensé que alguien cumpliría con los estándares imposibles que la princesa buscaba en su príncipe y no le di importancia, pero me equivoqué —musitó Crowley con arrepentimiento.
Si antes estaba asustado por lo que le estaba pasando a su hermano, ahora Ortho se sentía aterrado por la idea de perderlo por completo.
—¿¡Mi, mi hermano... se convertirá en un fantasma!? —repitió, abriendo los ojos como platos—. ¡No podemos permitir eso! ¡Por favor, director, salve a mi hermano!
—Por supuesto que lo haré —aseguró el director para sorpresa de muchos.
Incluso si apenas conocía a Idia, nadie se merecía un destino como aquel y Yukiko no podía soportar ver a su amiguito tan angustiado por perder a alguien que amaba.
—¡Cuenta conmigo! —exclamó con decisión—. No voy a dejar que maten a tu hermano, Ortho.
—Yo también ayudaré —decidió Yuu—, debe de haber una forma de salvarlo.
—¿¡Qué estáis diciendo vosotros dos ahora!? ¿¡Os habéis vuelto locos!? —exclamó Grim, atónito por aquella aspiración de valor, sobre todo por parte del chico.
—¿¡Lo decís de verdad!? —exclamó Ortho, recuperando algo de esperanza para salvar a su hermano y le estrechó las manos a su amiga—. ¡Muchísimas gracias, Yuu y Yukiko Oshiro!
—¡Espléndido, ya tenemos a dos valientes voluntarios! —exclamó Crowley con orgullo y júbilo por la entrega de sus protegidos—. Estoy seguro de que los demás también estarán dispuestos a ayudar amablemente a un compañero en peligro...
Pero la respuesta general de los que se atrevieron a decir algo fue una unánime combinación de "Me niego" y "Ni hablar" anunciados sin vacilación alguna.
—¿¡Cómo!? —exclamó Yukiko con una expresión que imitaba la reacción de Ortho.
Por supuesto, una de las características comunes del Night Raven College era que sus estudiantes no solían querer ayudar a alguien a menos que se llevaran muy bien con esa persona o tuvieran un motivo que los incentivara.
—Solo en momentos como este se ponen de acuerdo en algo... —murmuró Yuu mientras se llevaba una mano a la cabeza con desaprobación.
—Pero ¿por qué? Por favor, ¡necesito vuestra ayuda! —exclamó Ortho.
—Comprendo que Yuu esté cumpliendo con su deber como prefecto y que Yuki quiera ayudarte porque sois buenos amigos —expresó Vil con apatía—. Pero Idia siempre evita y rechaza la compañía de otros, y ¿ahora quiere nuestra ayuda porque está en problemas? No tengo motivos para tolerar algo tan egoísta.
—Esto es problema de tu hermano, no nuestro —dijo Leona sin piedad alguna en su voz mientras estiraba los brazos para desperezarse—. Por mí te las arreglas tú solo.
Incluso si no eran exactamente cercanos a Idia, ver tanta falta de empatía o de decisión entre los compañeros de clase que conocía amargó el humor de Ortho.
—¡Vale, de acuerdo! Lo haré yo solo —gruñó antes de darles la espalda y dirigirse a la escuela.
—¡Eh, espera! —trató de detenerlo Kalim, otro de los pocos que no parecían negarse a ayudar—. ¿Qué podrías hacer tú solo...?
La pregunta del líder de dormitorio de Scarabia fue interrumpida cuando Ortho cerró los ojos y comenzó a hablar con una voz automatizada:
—Preparando simulación de rescate de Idia Shroud. Prioridad: lo más rápido posible para cumplir el objetivo. —Volvió a abrir los ojos, esta vez sin expresión alguna—. Simulación completada con éxito. Comenzando operación. —Colocó las manos en paralelo por delante del pecho y comenzó a acumular una gran cantidad de energía mágica—. Cargando energía mágica. Objetivo: Night Raven College. —Todo el mundo se dio cuenta finalmente de que estaba preparando uno de sus potentes y no famosos cañones de energía y no tenía vacilación alguna en destruir la escuela—. Cuenta atrás para liberar el rayo en cinco segundos. 4... 3... 2...
—¡¡¡¡ALTO!!!! —lo detuvo Crowley, colérico, mientras se interponía entre el pequeño pero mortal androide y la escuela—. ¿¡De verdad pensabas reducir nuestra legendaria escuela a polvo!? ¡Te prohíbo que uses ese rayo mágico!
Obedeciendo al director, Ortho suspiró resignado y desactivó su mortal disparo.
—Pero ¡no tengo más opciones! —exclamó, derrotado, con su voz normal—. Nadie más quiere ayudar, y no lograremos mucho con solo los mellizos Oshiro. Sin ofender, realmente os lo agradezco.
—Descuida... —aseguró Yuu en nombre de ambos, aún nervioso por haber estado a punto de presenciar la destrucción de la escuela.
Viendo que la escuela estaba físicamente a salvo, Crowley suspiró aliviado y se dirigió al resto de estudiantes.
—Que todo el mundo preste atención: ¿estáis completamente seguros de rechazar esta encomienda? —preguntó con calma y se ajustó la corbata—. Porque si es así y queréis abandonar al joven Shroud a su suerte...
Conociendo al director, Ace sospechó inmediatamente que los chantajearía de alguna forma para obligarlos a colaborar en el asunto y tragó saliva.
—¿Qué hará? —se atrevió a preguntar para retarlo, pero sin dejar de estar nervioso—. No se moleste con amenazarnos, porque no-
—¡Oh, mirad! ¡Ha salido un estudiante del Night Raven College! —exclamó Crowley con voz de falsete, llamando la atención de todos los presentes.
—¿Eh? ¿Qué está haciendo? —preguntó Ace, confundido.
—Buenos días, soy reportero del TBC News —continuó actuando Crowley, usando su bastón como si se tratara de un micrófono—. Usted estudia en el Night Raven College, ¿cierto?
—Eh, sí supongo... —respondió Ace, tratando de seguirle el juego, y el director se acercó mucho a él, invadiendo su espacio personal—. ¡Eh, eh, espere! ¡Está demasiado cerca, director!
—¿Es cierto que su escuela fue invadida por fantasmas? ¡Por favor, responda con sinceridad! —lo hostigó Crowley y se le ocurrió sacar su teléfono móvil—. Ah, por cierto, esta noticia saldrá en la edición de mañana, ¡permítanos sacar unas fotos, por favor!
Activó la cámara del teléfono y se dispuso a sacar varias fotos seguidas a escasos centímetros de la cara de Ace, sin molestarse en desactivar el flash.
—¡Ah! ¡Este flash es demasiado brillante! —exclamó Ace con incomodidad mientras intentaba protegerse la vista, pero se le hacía difícil al tener el director prácticamente encima de él.
—Hemos oído que un estudiante fue secuestrado, ¿verdad? ¿Es cierto que lo abandonó cuando más lo necesitaba? —continuó Crowley, demostrando que no iba a parar pronto.
—¡Mire, ni siquiera soy parte del dormitorio al que pertenece! ¡No sé nada! —exclamó Ace, exhausto.
—¿Entonces lo dejó de lado solo porque no era cercano a él? ¡Qué desalmado! —siguió Crowley, lejos de rendirse en demostrar su punto—. Tenemos que hacer un reportaje especial sobre esto... ¡Noticias de última hora! ¡La triste realidad de una prestigiosa escuela!
—¡Eh, eh, pare! ¡Deje de apuntar la cámara hacia mí! —gritó Ace, tratando de alejarse, pero el director no paró de hacer fotos violentamente para seguir torturándolo con el flash de la cámara hasta que el joven no pudo más—. ¡HE DICHO QUE PAREEE!
Logrando el resultado que pretendía obtener, Crowley dejó su actuación improvisada y guardó su teléfono móvil antes de dirigirse al atónito y confundido público de estudiantes.
—Esto que acabáis de ver será lo qué ocurrirá si no salvamos al joven Shroud: seréis perseguidos por los medios de comunicación y os atosigarán con entrevistas de la noche a la mañana para conseguir información. Y no quiero que mis estudiantes pasen por tanta ansiedad, después de todo soy muy amable.
Por otra parte, Ortho no estaba tan dispuesto a ocultar su hostilidad para solicitar asistencia en el rescate de Idia.
—¡Y si os negáis a ayudarme, hackearé la red de noticias y quitaré la censura que pongan en vuestras caras! —exclamó, demostrando que iba en serio—. Y me aseguraré de añadir como título "Estudiantes que traicionaron a su compañero".
Con la amenaza de sufrir el acoso y la retroacción de los medios de comunicación si no tomaban cartas en el asunto para salvar a Idia de una muerte segura, los estudiantes que se negaron a ayudar ya no parecían tan tranquilos.
—Se nota que son familia, el hermano pequeño es tan malicioso como su hermano mayor —murmuró Azul.
—Si algo escandaloso ocurriera en la escuela, el director tendría que hacerse responsable —susurró Riddle, suponiendo aquello como la razón de su persistencia—. De todos nosotros, él es quien tiene más que perder.
—Pero también sería malo para nosotros, mi madre lloraría si me viera en las noticias por eso —respondió Deuce con pesadumbre.
A medida que hablaban, los estudiantes se dieron cuenta de la gravedad de la situación. También había muchos de ellos que tenían una reputación que mantener.
—Mi imagen como celebridad se iría abajo con una noticia así —dijo Vil con gravedad—. Sería inaceptable, quiero evitar eso.
Como su tutor legal, Lilia sabía que aquello tampoco tendría buena pinta para el líder de dormitorio de Diasomnia.
—No tenemos más remedio que ayudarlo —suspiró—. Malleus es el príncipe heredero del Valle de las Espinas, no puedo permitir que le saquen alegaciones por no salvar a un joven humano.
Sebek liberó un sonoro respingo al escuchar a su mentor. ¿¡Rumores sobre su joven amo!? ¡Por encima de su cadáver!
—¡Exacto! ¡¡Tenéis toda la razón, lord Lilia!! —exclamó en voz alta, haciendo que algunos necesitaran cubrirse los oídos y que otros gruñeran con amargura, incluyendo Yukiko.
—Entonces está decidido, ¡vamos a rescatar al pobre Shroud de las garras de la Novia Fantasma! —anunció Crowley, aliviado de que todos se pusieran de acuerdo—. ¡Ah, qué afortunado soy de tener un cuerpo de estudiantes tan amable!
Esto solo hizo que los jóvenes hicieran gestos como rodar los ojos, desviar la mirada o suspirar con exasperación.
—Esa es la sonrisa más falsa que he visto en mi vida —farfulló Grim, y eso que ya había visto muchas en la escuela—. ¡Está haciendo todo esto a posta!
—Y solo lo van a hacer para salvarse el pellejo, no para salvarle la vida a Idia... —susurró Yuu.
—Tampoco es que Idia sea amigo de todo el mundo, así que en parte puedo comprenderlo —dijo Yukiko en respuesta—. Pero me pone nerviosa que estén tan tranquilos con el peligro que está pasando.
—Es una lástima, pero no tenemos de otra que chantajearlos si queremos obtener ayuda —les recordó Ortho en voz baja antes de dirigirse a los demás—. Muy bien, ¡pensemos en ideas para salvar a mi hermano!
—¿Qué tal si tratamos de resolverlo en una conversación con la princesa? ¡Organizaré un banquete y todo! —propuso Kalim, inspirado en la naturaleza pacífica y diplomática que había aprendido de su padre—. A lo mejor liberará a Idia si le explicamos nuestra situación.
—¡Esa es una idea encantadora, Roi D'Oro! —lo elogió Rook, pero a pesar de lo bien que sonaba, no tenía la sensación de que fuera a tener éxito—. Pero ¿estamos seguros de que una novia liberaría tan fácilmente al novio que ha estado buscando por tanto tiempo? —Entrecerró los ojos con un brillo malicioso—. Si se tratara de mí, yo no dejaría que la persona que amo se marchara.
—Entonces tendremos que recurrir a la violencia —expuso Leona con indiferencia.
—No podemos hacer eso, ¿o acaso ya lo has olvidado? —bufó Vil—. Eso fue lo que intentamos y solo nos llevó a buscar refugio aquí fuera.
—Exacto, no podemos derrotar a esos fantasmas en una batalla física —apoyó Crowley—. Se complicará aún más si los enfurecemos en su territorio, así que dejemos el combate como último recurso.
—Fantasmas... Hmm... —murmuró Lilia, pensativo, mientras se le ocurría otra idea—. Ese muchacho Sam es un experto en lo espiritual y todo ese tipo de cosas inquietantes. ¿Qué os parece si lo consultamos con él?
—¿"Ese muchacho Sam"? ¿Se refiere a Sam, el encargado de la tienda escolar? —cuestionó Deuce.
—Exacto, una vez conocí a su tataratatarabuelo —afirmó Lilia.
Yuu se rio de forma discreta, siendo consciente de la famosa longevidad de las hadas como Lilia que él apenas se molestaba en ocultar, pero los demás lo miraron con duda.
—Típico de ti, Lilia, siempre nos dices cosas raras que no sabemos si son de verdad o una broma —suspiró Cater, atónito, y el vice-líder de Diasomnia solo se encogió de hombros para dejarlo con la duda.
Fuera cierto o no, Sam era el indicado para contar con una idea contra los fantasmas.
—Entonces vayamos a la tienda escolar —indicó Crowley.
Allí, Sam los recibió cordialmente.
—Oh, pero si son el director y un gran número de pequeños demonios. ¿Qué os trae por mi humilde tienda? ¿Vuelves por la compra, Yuki? ...Estoy de broma, ya sé por qué estáis aquí. Es sobre la Novia Fantasma, ¿verdad?
—Veo que ya estabas enterado —comentó Riddle, sorprendido—. Pareciera que ya sabías que íbamos a venir aquí.
—Je je je, mis amigos del más allá me mantienen al tanto —respondió Sam con una risa tenebrosa que reflejaba su orgullo antes de ponerse serio de repente, algo inusual en él—. Y este es un asunto complicado, los fantasmas son almas atrapadas en nuestro mundo debido a un fuerte arrepentimiento o por un asunto pendiente que les impide seguir adelante. Podemos usar magia para dejarlos fuera de juego por un momento, pero siempre volverán. No hay forma de que regresen a su mundo si sus asuntos están sin resolver.
—¡Ohh! Así que por eso los fantasmas en Ramshackle regresaban a cada rato cuando los derrotábamos —comprendió Grim.
—¡Exacto! Es difícil tratar con fantasmas.
—¿Entonces como podríamos salvar a mi hermano? —preguntó Ortho—. Dudo mucho que un objeto sea la clave para resolver nuestros problemas por arte de ma...
—IN STOCK NOW! —exclamó Sam, interrumpiéndolo con su famosa frase para indicar que tenía convenientemente el objeto deseado en venta.
—Espera, ¿de verdad lo tienes? —preguntó Leona, que incluso él había sido pillado por sorpresa.
—Tu selección de productos nunca deja de sorprenderme, Sam —dijo Azul, satisfecho, como el hombre de negocios que era.
—Las novias que fallecen trágicamente existen en gran número desde hace eones, muchas de ellas desarrollan arrepentimientos y se quedan retenidas en este mundo —continuó Sam, recordándoles a los mellizos aquel tipo de leyendas que habían oído en su antiguo mundo—. Y con eso, hay muchas personas con el mismo problema que vosotros, así que se desarrollaron objetos anti-novias fantasma por todas partes, como el que tengo aquí.
Se agachó para buscar algo guardado en el mostrador, sacó una pequeña caja aterciopelada y la colocó abierta sobre la superficie, revelando una bonita alianza plateada con dos minúsculas perlas oscuras incrustadas.
—Esta es la clave para expulsar a la Novia Fantasma: el Anillo de Separación —presentó el encargado—. Ponedle este anillo en el anular izquierdo a la fantasma y recitad el encantamiento: "Juro amarte por el resto de tu vida". Entonces el anillo la forzará a eliminar sus penas y la enviará al Más Allá.
—Entiendo, el truco de esa promesa es que no servirá de nada para ella por no estar viva —rio Lilia.
—¿Forzarla a olvidar sus penas? Eso suena un poco cruel... —criticó Yuu y Yukiko asintió de acuerdo. Era básicamente lo mismo a decirle a alguien sufriendo que lo superara de una vez.
—Eh, yo solo soy el vendedor —respondió Sam malévolamente—. Sois vosotros los que hacen la demanda, pequeños demonios.
—Supongo que no queda de otra —suspiró Yukiko, que a ella tampoco se le ocurría una idea mejor.
—Ahora la cuestión es cómo le pondremos el anillo a esa fantasma —comentó Vil.
—¿Qué tal si se lo damos como un regalo? —propuso Rook—. Decimos algo de que es un detalle de nuestro profundo aprecio.
Pero su líder de dormitorio objetó rápidamente.
—Se aterrará si un hombre que no conoce de nada apareciera de repente y le regalase un anillo, más aún si intenta ponérselo precisamente en el dedo anular izquierdo. A ninguna chica le gustaría eso, ni viva ni muerta.
—¿Entonces, qué tal si se lo doy yo? —se ofreció Yukiko, la única chica del grupo—. Le digo que le dará buena suerte o algo así.
—Eso sería una buena idea. Pero teniendo en cuenta lo posesiva que parece ser, tampoco podemos arriesgar que los fantasmas te acusen de querer robarle el novio y te echen antes de siquiera intentarlo —objetó Lilia.
—Apuesto que su querido prometido, Idia, sería la persona perfecta para dárselo, pero él ya está capturado —lamentó Cater.
—Entonces tendremos que convertirnos en un candidato digno de otorgarle el anillo —sonrió Azul con aire conspiratorio.
El director y los estudiantes lo miraron con expectación, preguntándose a qué se podría referir el líder de dormitorio de Octavinelle.
—¿Candidatos dignos? —repitió Deuce, curioso.
Azul se ajustó las gafas.
—En resumidas cuentas: debemos convertirnos en su prometido —continuó sin vacilación alguna—. Después de todo, solo el prometido puede poner el anillo en el dedo de su novia.
—¡Oh, buena idea! —exclamó Yukiko.
—Pero ella ya eligió a Idia, dudo mucho que siga buscando pretendientes —les recordó Ace.
Por otra parte, Lilia lo comprendió rápidamente.
—¡Ya veo, entonces nos toca robarle el corazón! —exclamó, y se rio por lo bajo—. Je je je. Robarse la novia en medio de la boda, eso sí que suena dramático e intrigante.
Yuu no supo decir si Lilia habría escuchado historias similares a lo largo de su vida o si se había visto muchos dramas en la tele.
Antes de decidir ir con ello, Crowley repasó los detalles del plan del líder de dormitorio de Octavinelle.
—Pedir la mano de la princesa, ponerle el anillo y recuperar al joven Shroud... —Sonrió satisfecho—. ¡Este plan debería llamarse: Operación Propuesta! Ya hemos establecido nuestra misión. Ahora la cuestión es quién podría asegurar el éxito... Ah, ya sé. —Le hizo un gesto a Yuu para que se acercara—. Joven Yuu, reúne a los estudiantes que te voy a mencionar...
—¿Eh? Sí, señor.
Momentos después, todos se reunieron en el exterior de la tienda junto al grupo de personas que el prefecto había encontrado en sus respectivos dormitorios, por lo cual habían estado a salvo de la invasión fantasmal, y les explicaron brevemente la situación.
—¿Ya están todos aquí? —preguntó Crowley, antes de recontar a los recién llegados que había elegido junto a otros tres que ya estaban en el grupo—: Trey Clover, Jack Howl, Jade Leech, Floyd Leech, y los ya presentes Kingscholar, Schoenheit y Zigvolt.
—Así que los fantasmas os echaron de la escuela y os resguardasteis aquí fuera —resumió Trey, aliviado de que Riddle y sus compañeros de dormitorio estuvieran a salvo.
—Me alegra que podamos reunirnos aquí —comentó Jade tranquilamente.
A pesar de que estaban allí por indicaciones del director, nadie tenía en claro cuáles eran sus intenciones con aquel grupo de siete personas. Yuu tampoco había dado aclaraciones porque él tampoco sabía cuál era el plan.
—...Director, ¿qué pretende hacer con nosotros siete? —preguntó Vil en nombre de todos.
—Voy a mandaros a pedir la mano de la Novia Fantasma en matrimonio —reveló el director con una gran sonrisa que no reflejó en absoluto la horripilada reacción de los recién llegados y de algunas otras personas allí presentes.
—¿¡PERDONE!? ¿¡De qué está hablando!? —demandó saber Jack.
Antes de que el alboroto llegara a escalar en algo más caótico, uno de los líderes de dormitorio se adelantó con paso firme y sereno.
—Un momento —interrumpió Riddle con calma—. Como líder de dormitorio, sería indignante que envíen mi vice-líder en esta misión sin hacer yo nada —Se llevó una mano al pecho con determinación—. ¡Permítame ir con ellos, director!
A pesar de la decidida oferta del líder de dormitorio de Heartslabyul, Crowley negó la cabeza inmediatamente.
—Tú no puedes, joven Rosehearts.
—¿Eh?
—Estos siete estudiantes tienen una cosa en común, y es... —continuó Crowley, con los ojos cerrados, antes de inspirar aire para chillar—: ¡¡¡¡QUE MIDEN MÁS DE 180 CENTÍMETROS!!!!
Riddle necesitó un momento de silencio para procesar aquella información y se le contrajeron las pupilas.
—...Me está diciendo... ¿¡Me está diciendo que soy BAJO!? —exclamó, furioso, sobresaltando a la mayoría.
El único que disfrutaba plenamente de aquella reacción se atrevió a acercarse al joven en aquel estado.
—¡Ja, ja! Qué pena que no estés a la altura, Carpín Dorado —dijo Floyd entre risas—. ¿Quieres que te preste mi aleta? Tal vez te ayude.
—No, gracias —lo apartó Riddle, tratando de recuperar la calma lo más rápido posible para no darle más motivos para divertirse, pero seguía profundamente irritado—. ¿La princesa elige a su marido basándose en la altura? ¿Significa eso que no le importa casarse con un patán sinvergüenza como Floyd con tal de que sea alto? ¡Me parece ridículo!
—Auch —susurró Yuu como reacción a aquellas palabras tan duras que, por otro lado, no habían afectado al receptor en absoluto.
—Vamos, Riddle, cada uno tiene sus gustos —intervino Trey en un intento de calmarlo.
—Eso ya lo sé —respondió Riddle no menos tranquilo mientras miraba a Floyd de reojo—. Y veo que a veces los gustos son nulos.
—¡Ese es el espíritu! —exclamó Floyd alegremente—. Además, ser bajito también tiene su encanto... ¿Eh? —De repente se puso a fingir que no veía a Riddle por ninguna parte—. Carpín Dorado, ¿dónde estás? ¿Has desaparecido de repente?
—¿Qué estás tramando ahora, Floyd? —preguntó Riddle, ahora confundido—. Estoy justo-
—¡Oh, pero si estabas aquí! —dijo Floyd, actuando como si lo encontrara finalmente—. ¡No te veía desde aquí arriba!
Yuu y Yukiko hicieron un esfuerzo descomunal en no reírse con la travesura de Floyd, pero no les costó demasiado cuando Riddle, perdiendo la poca paciencia que le quedaba, chilló con furia y su cara se tornó roja, estremeciendo a los demás.
—¡Riddle, cálmate! —le pidió Trey, preocupado, mientras lo sujetaba suavemente por los hombros para alejarlo de Floyd y evitar que hiciera algo drástico.
—La Novia Fantasma ha estado buscando a su compañero ideal desde hace años, así que no se rendirá tan fácilmente —continuó Crowley, una vez calmado el asunto—. Sus expectativas para su novio son innumerables, desde un bello rostro hasta una buena figura... Pero la mayoría de esas cualidades son realmente imprecisas. De todas ellas, la que más me transmite seguridad es la de ser alto y medir al menos 180 centímetros. Si bien aprecio su entusiasmo, joven Rosehearts, debo rechazarlo por esta vez para asegurar el éxito de esta operación. Espero que lo comprenda.
—Si las condiciones incluyen altura, ¿qué hay de Malleus? —preguntó Vil, dándose cuenta de que el líder de dormitorio de Diasomnia no estaba allí—. Él es lo suficientemente alto, ¿por qué no está aquí?
Ahí fue cuando Lilia comenzó a explicar por qué:
—Es cierto que Malleus es literalmente un príncipe en título y apariencia, seguro que con él la propuesta sería un claro éxito. Sin embargo, incluso si es para salvar a Idia, no puedo permitir que se esparzan rumores sobre el heredero del Valle de las Espinas proponiéndole matrimonio a una fantasma, especialmente con una propuesta falsa —dijo con calma—. Eso causaría un escándalo diplomático e internacional, así que Sebek se ha ofrecido a tomar el lugar de Malleus.
—¡Será un honor actuar en nombre de mi joven amo! —exclamó Sebek con determinación.
—Hmpf. ¿Un "claro éxito"? No tenéis ni idea si ella elegiría a Malleus —resopló Leona con recelo.
—¡Ja! Lord Malleus posee una belleza singular y única en este mundo —se jactó Sebek con cinismo—. Si él estuviera aquí, sería el elegido sin discusión alguna. ¡¡¡¡¡¡VOSOTROS NO LE ALCANZÁIS NI A LA SUELA DE LOS ZAPATOS!!!!!!
Muchos necesitaron cubrirse los oídos para protegerse de su ruidosa voz gritando. Y a pesar de que Yukiko debía admitir que Sebek tenía razón al decir que Malleus era guapo, le pareció tan insoportable como siempre.
—No sé vosotros, chicos, pero si esa princesa elige a Sebek, ahí sí que puedo decir que tiene un gusto PÉSIMO —susurró sin ocultar su disgusto.
—Yukiko, te va a oír... —avisó Yuu en voz baja, aunque con el comportamiento de Sebek no podía culparla por pensar así.
—Aún te llevas fatal con él, ¿eh? —preguntó Epel, sabiendo que su amiga y el estudiante de Diasomnia habían comenzado con muy mal pie y él siempre rechazaba cada oportunidad de intentar mejorar las cosas entre ellos.
Y ella no era la única, muchos también mostraron su desaprobación ante la actitud de Sebek.
—Ja. Menudo bocazas engreído —gruñó Leona.
—Por favor. Si no sois más que un puñado de hortalizas sin lavar —farfulló Vil.
Por lo menos aquellos dos líderes de dormitorio parecían más determinados en participar en el rescate.
—No necesitamos a Malleus, voy a ser yo quien hará que el plan funcione —continuó Leona.
—Me da igual si los demás caen como moscas, no va a ser imposible para mí —insistió Vil.
Y entonces ambos se miraron como si fueran rivales en una competición.
—¡Haré que la Operación Propuesta sea un éxito! —exclamaron al mismo tiempo.
Crowley esbozó una sonrisa satisfecha.
—¡Maravilloso! Ambos líderes de dormitorio se ven determinados.
«Al menos ellos sí que parecen príncipes», pensó Yuu, aunque hablaba más por Vil que por Leona (lo que le pareció irónico porque este último era un príncipe de verdad, al igual que Malleus).
Ortho materializó algunos de sus rectángulos holográficos.
—Voy a conectarme con las cámaras de seguridad para que los demás podamos monitorizar vuestro progreso —informó.
Seguro de su querido líder de dormitorio, Rook se llevó una mano al pecho con aire teatral.
—¡Confío plenamente en que Vil será el elegido! No podríamos encontrar otro novio más bello en todo el mundo. ¿No piensas tú lo mismo, Epel?
El joven aludido no se esperaba que le preguntaran su opinión al respecto, así que se sobresaltó ligeramente.
—¿Eh? Eh, supongo que sí —tartamudeó Epel antes de susurrarle a Yukiko, confiando en que ella no lo iba a juzgar—: Si yo tuviera que proponerle matrimonio a una dama de forma tan elegante y cursi, me estremecería tanto que me moriría... —Se dio cuenta de que algunas personas lo escucharon igualmente y trató de disimular—. ¡Estoy seguro de que Vil lo conseguirá!
—Que sepas que lo he oído todo, Epel —respondió Vil con severidad.
—¡Demuéstrales a todos tu reluciente belleza, Vil! —lo animó Rook—. Nos aseguraremos de atesorar cada momento.
—Tened cuidado, chicos —les dijo Yuu. En respuesta, Floyd se separó del grupo para acercarse a él.
—¿Te preocupas por nosotros Pequeña Gamba? A mí no me interesa para nada esto de la princesa, pero deséame suerte y dame tu apoyo, ¿ok? —le dijo alegremente.
Aún cabreado por su jugarreta, Riddle frunció el ceño al verlo tan cerca del prefecto, pero Yuu se sobresaltó ligeramente y desvió la mirada con timidez por un segundo. Sabía que era una tontería, pero si incluso la propuesta era fingida y no significaba absolutamente nada Floyd, no le gustaba mucho la idea de verlo decir palabras de amor a otra persona, el simple hecho de pensar en aquello le hacía sentirse raro. Pero oírlo decir eso lo calmó un poco.
—Por supuesto, que te vaya bien, Floyd —respondió con una pequeña sonrisa cohibida antes de verlo irse con los demás.
Por su parte, Yukiko sonrió de forma discreta. Conocía bien a su hermano y era fácil saber cómo se estaba sintiendo en aquel momento.
—Con siete chicos visitándola, ya le vale a esa princesa encontrar otra opción como "príncipe" —comentó para disimular, aunque en el fondo se sentía preocupada—. Espero que saquemos a Idia de ahí pronto.
—Yo también —respondió Epel—. No sé qué más podríamos hacer si esto no funciona.
—Yo también estoy preocupado —murmuró Ortho mientras buscaba en las cámaras dónde tenían retenido a Idia—. Aguanta un poco más, hermano. Vamos a sacarte de ahí.
Mientras tanto, en el interior de la escuela, la Novia Fantasma flotaba, tarareaba y reía alegre y emocionada por los alrededores de la cafetería, que había sido completamente transformada en un salón de bodas. Las paredes y las escaleras habían sido decoradas con finas telas de aspecto antiguo, sujetadas con adornos en forma de calavera. Las mesas estaban cubiertas con inmaculados manteles blancos y los fantasmas habían colocado sobre ellas candelabros y jarrones con flores de tonos azulados. Los bancos habían sido sustituidos por unas curiosas pero espeluznantes sillas con forma de lápida, todas decoradas con cintas azules.
Si uno se fijaba bien, la joven estaba constantemente acompañada por dos pequeños y adorables espíritus azules con forma de llama que tenían la misma expresión alegre que ella.
—Je, je, je... ¡Je, je, je! ¡Este es un día maravilloso! —exclamó alegremente la princesa mientras observaba el resultado del gran esfuerzo de sus sirvientes—. ¡Qué feliz estoy! Nunca me había sentido tan viva desde que... Bueno, ¡desde que lo estaba! Por fin, después de tanto tiempo... ¡He encontrado a mi príncipe perfecto!
Dijo todo aquello mientras se acercaba a un traumatizado Idia, completamente atado a una silla en la que los fantasmas lo habían obligado a sentarse después del secuestro y con una aterrada expresión en el rostro que dejaba bien claro que no quería estar allí.
—¡¡¡¡¡¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!!!!!! —gritó mientras se sacudía en un vano intento de liberarse—. Primero un puñado de fantasmas me acorrola así de la nada, me atan aquí, ¿¡y encima me obligan a CASARME!? ¡Solo soy un estudiante! ¡¡No quiero casarme!!
Pero la princesa, que parecía genuinamente no comprender los sentimientos de Idia, se acercó a él alegremente.
—¡Aw, hasta tú estás dando saltos de alegría, mi querido Idia! Me encanta ver a un hombre lleno de energía —exclamó con ternura, haciendo que él la mirara con incredulidad.
En eso, una fantasma con aspecto de edad avanzada se acercó a la "pareja".
—¡Oh, princesa Eliza, cómo me alegro de que hayáis encontrado vuestra alma gemela! —dijo con gozo, revelando así el nombre de la Novia Fantasma—. Siempre he sabido que vuestro sueño de toda la vida era casaros con el príncipe perfecto. —Entonces, su rostro se contrajo en una expresión triste llena de culpa y se sorbió la nariz—. Nunca habría pensado que perderíais vuestro sueño y vuestra vida el mismo día... ¡Qué cruel es el destino! Si tan solo hubiera llegado a vuestra habitación a tiempo, habríais escapado con vida...
Al ver que lágrimas comenzaron a caer de los ojos de la anciana, que tenía pinta de ser su ayudante de cámara o una antigua niñera, Eliza se acercó a ella y le sostuvo ambas manos con delicadeza.
—Oh, vamos, Nana. ¿Aún sigues pensando en el pasado? ¡No dejes que los malos recuerdos te desanimen! —le dijo con ternura para animarla—. Además, mis sufrimientos y lamentos han valido la pena, ¡al final he podido conocer a mi querido Idia!
—¡Oh, Alteza! ¡Sois tan positiva y valerosa! —respondió la fantasma, conmovida por las palabras de su princesa.
Por supuesto, Idia, aún atado en la silla, era incapaz de mostrar el más mínimo de ternura ante la encantadora escena que acababa de presenciar.
—¡Nonononononono! ¡No tomes decisiones por tu cuenta! —exclamó con desesperación—. ¿¡Acaso no tengo derecho a negarme!?
Harto de su comportamiento, el joven guardia-fantasma de aspecto regordete que vigilaba a su lado chasqueó la lengua con irritación.
—¡Silencio, ingrato ruidoso! ¡Deberías sentirte afortunado de ser elegido por nuestra princesa! —gruñó con enfado. Era sorprendente oír su voz con un tono muy similar a la de un joven humano en lugar del típico volumen chillón que la mayoría de fantasmas como Nana solía tener.
—¿¡Afortunado!? ¿¡De verdad esperas que me alegre de ser obligado a casarme en contra de mi voluntad!? —replicó Idia con pavor, esperando que vieran así el poco sentido que tenía la situación.
Sin embargo, el fantasma relajó su mirada y miró discretamente a Eliza con una expresión que denotaba una profunda tristeza.
—No tienes ni la más mínima idea... de lo maravilloso que sería pasar la eternidad con nuestra dulce e inocente princesa... —suspiró.
Dándose cuenta del alboroto que había causado el guardia, la princesa se acercó a ellos nuevamente. Los pequeños espíritus que la acompañaban fruncieron el ceño con molestia, imitando su expresión.
—Eh, ¿estáis peleando? ¡Chubby, no seas malo con mi querido Idia! —lo regañó Eliza suavemente antes de volver a sonreír entusiasmada—. Después de todo, él es mi futuro marido.
Escucharla decir eso hizo que el guardia, ahora conocido como Chubby, esbozara una sonrisa triste.
—Tenéis razón. Mis disculpas, Alteza —respondió.
De repente, otro fantasma anciano abrió las puertas de la cafetería de golpe y entró con apuro.
—¡Alteza! ¡Tenemos problemas!
—¿Qué ocurre, Yayo? —preguntó Eliza, sorprendida—. ¿A qué viene tanta prisa?
—Tenemos noticias de los guardias de la entrada —dijo Yayo entre jadeos para recuperar el aliento—. ¡¡HAN APARECIDO MUCHOS PRETENDIENTES PIDIENDO VUESTRA MANO EN MATRIMONIO!!
La princesa, sus pequeños espíritus y los otros fantasmas dieron un respingo preocupado.
—¿¡Pretendientes!? —repitió Eliza.
—Sí, son estudiantes del Night Raven College, como lord Idia.
A los difuntos no les gustó nada oír aquello, pero la noticia de que más gente iba a hacer aparición llenó a Idia de esperanza.
—No... No tengo ni idea de lo que está pasando, ¡pero esto podría ser mi oportunidad de ser libre...! —murmuró antes de esbozar una sonrisa taimada—. ¡Ji, ji, ji! Para que lo sepáis, los estudiantes del Night Raven College son muy competitivos, y hay un montón de solteros disponibles de todo tipo. Chicos ricos, chicos alegres, adorables, pretenciosos, inteligentes... Y mucho más. ¡Todo lo que se te ocurra lo puedes ver en ellos! Seguro que hasta te encuentras alguien mucho mejor que yo...
Pero Eliza no pareció entender que Idia realmente quería irse de ahí y se rió suavemente.
—No importa cómo sean los oponentes, los voy a rechazar a todos y cada uno de ellos. Así que espera aquí y relájate, querido.
—¡¡NI SIQUIERA ME ESTÁS ESCUCHADO!! —exclamó Idia con exasperación mientras las princesa le daba la espalda y se dirigía a sus servidores más leales.
—Nana, Yayo. Preparad a mi querido Idia mientras yo me ocupo de los pretendientes.
—¡Enseguida, Su Alteza! —respondieron ambos fantasmas rápidamente con determinación.
Idia se volvió a tensar en sus ataduras. ¿Qué iban a hacer con él ahora?
—Espera, ¿a qué te refieres con "preparar"? ¿¡Prepararme para qué!? ¿¡PARA QUÉ!?
—Estoy deseando que llegue nuestro primer encuentro, ¡que sea memorable y maravilloso! —canturreó Eliza.
Los dos fantasmas asintieron y se fueron acercando muy lentamente a Idia de forma siniestra.
—Podéis contar con nosotros, Alteza —dijeron ambos al mismo tiempo mientras extendían sus manos hacia él—. Lo haremos lo mejor posible... ¡Os entregaremos el novio perfecto!
—¡Ah! ¡Alejaos de mí! ¡No os acerquéis más! Ah... ¡AAAAAAAAAAAAAH!
Mientras los fantasmas se lo llevaban de ahí hacia otra parte de la escuela, el grupo organizado por el director estaba esperando ante la entrada bajo la observación de Ortho y compañía a través de las cámaras de seguridad.
Aquel plan de proponerle matrimonio a la Novia Fantasma para ponerle el anillo parecía ser realmente la única esperanza para salvar al líder de dormitorio de Ignyhide...
[Publicado el 24/6/2023]
Continuará...
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