6. El Tirano Carmesí
Tras probarse y cambiarse el uniforme, los fantasmas encontraron un viejo arnés de cuero en el sótano del dormitorio y se lo dieron a Yuu para que pudiera llevar colgando la cámara fantasma con él.
Finalmente todos se fueron a dormir. Grim se colocó al lado de las piernas de Yuu y se sumió en el sueño en poco tiempo. El joven humano puso conciliar el sueño mucho mejor que la noche anterior.
─¡Daos prisa y pintad las rosas de rojo! ─exclamaron insistentes una voces─. ¡Rápido, rápido! ¡Antes de que se marchiten!
Yuu abrió los ojos repentinamente y se halló de pie en lo que parecía ser un laberinto de altos setos verdes. Delante de él había lo que él identificó como tres soldados con forma de naipes de la baraja francesa, pintando las blancas rosas de unos altos rosales con forma de corazón y de picas.
En eso, Yuu no pudo evitar fijarse en su ropa: en lugar de su camiseta blanca y sus pantalones negros, llevaba puesto un vestido azul adornado con un delantal blanco y unas largas medias blancas junto a unos zapatos negros. Lo observó mejor y le pareció adorable.
En su vida solo se había puesto un vestido dos veces: a los seis años, cuando quiso disfrazarse de princesa como Yukiko para ir a un parque de atracciones, y a los quince años en el trabajo para sustituir a una compañera durante un evento.
En su divagar, la escena continuaba con los soldados-carta. Ninguno de ellos parecía percatarse de su presencia.
─¡Rápido, rápido! ¡Hay algunas rosas que no están pintadas! ─dijo un as de tréboles.
─¿Están... pintando las rosas? ─se preguntó Yuu─. ¿Por qué?
En eso apareció una chica de pelo largo y rubio que debería de aparentar unos doce años que vestía un conjunto muy similar al de él. Yuu jamás la había visto, pero por alguna razón sabía que se llamaba Alicia.
─¿Por qué estáis pintando las rosas del jardín? ─preguntó Alicia a los soldados, quienes se sorprendieron al verla. Tanto que uno de ellos pasó su brocha llena de pintura roja por las caras de sus dos compañeros.
─¿Preguntas por qué? ─dijo un dos de tréboles─. Para ser sinceros, antes plantamos rosas blancas por error.
─Y la reina nos encargó que rojas debían ser ─continuó el as de tréboles─. Si las ve blancas, ¡nos decapitará!
─Cielos... ─murmuraron Yuu y Alicia, llevándose esta última una mano al cuello.
─¡Para podernos salvar, las vamos a pintar de rojo! ─exclamaron los tres soldados.
Justo cuando Alicia había decidido coger un bote de pintura roja y una brocha para ayudarlos, Yuu escuchó el sonido del golpeteo a una puerta y las imágenes se desvanecieron hasta que todo volvió a verse negro.
─¡Un momento! ─se dijo para sí mismo─. ¿Qué lugar era ese?
Abrió los ojos lentamente tras escuchar los golpes en la entrada del dormitorio por segunda vez. Todo había sido un extraño sueño.
Aún era de noche, no creyó haber dormido por más de tres horas.
─Eh, Yuu... Alguien llama a la puerta... ─le dijo Grim, aún medio dormido tras despertarse también por el ruido─. ¿Son los fantasmas? Cielos, no saben rendirse.
Yuu cogió a Grim en brazos y bajó con él a la puerta de entrada.
─¿Quién es? ─preguntó tras la tercera llamada a la puerta.
─Soy yo, Ace ─dijo su voz desde fuera─. ¿Puedes dejarme entrar?
─¿Ace? ¿Qué hace él aquí a estas horas? ─preguntó mientras Yuu abría la puerta, y abrió los ojos como platos al verlo─. ¿¡Eh!? ¡Ese collar es...!
Yuu también lo reconoció de inmediato: lo que llevaba Ace era exactamente el grillete cerrado alrededor del cuello que el joven pelirrojo, Riddle, había puesto a Grim. Si mal no recordaba, aquella cosa impedía el uso de la magia...
─¡Jamás voy a volver a Heartslabyul! ─exclamó Ace con furia─. ¡A partir de ahora formaré parte de este dormitorio!
Yuu aún tenía la cabeza algo dormida para reaccionar inmediatamente a lo que acababa de anunciar, pero Grim se le adelantó:
─¿¡Quéee!?
─Venga, entra. Vayamos a la sala de estar ─le ofreció tras despertarse del todo con el chillido de Grim.
Los tres se sentaron en el sofá, Grim se sentó a su vez sobre el regazo de Yuu.
─Ese collar que llevas es como el que me puso aquel chico pelirrojo de año superior en la ceremonia de entrada ─recordó Grim─. ¿Por qué lo estás llevando tú?
─Me comí una tartaleta ─respondió con molestia.
─¿Eh? ¿Una tartaleta? ─preguntó Yuu, confundido, para asegurarse de haber oído bien─. ¿Solo eso?
─¡Exacto! ¡Solo eso! ─exclamó nuevamente Ace con indignación─. Me dio hambre, así que fui a la cocina del dormitorio. La tartaleta estaba allí junto a otras dos enteras, así que... Justo cuando me terminé de comer el primer trozo apareció detrás de mí el líder de dormitorio, Riddle Rosehearts. Me dijo que las tartas le pertenecían a él, me dio un sermón con una regla de "no comerse las tartaletas de la reina antes que ella", que robar las tartaletas de la reina es un "delito grave" y... me puso este collar con su magia. ¡Tío, qué incómodo fue! ─exclamó al recordar aquel fugaz, pero fuerte apretón asfixiante en el cuello.
─En resumen, te castigó por comerte algo suyo ─concluyó Yuu.
─Sí, eso fue lo que pasó.
Grim y Yuu intercambiaron una silenciosa mirada de incredulidad.
─El único culpable eres tú ─le dijo Grim a Ace, rompiendo el silencio.
─Pero ¡¿no es pasarse de la raya bloquearme la magia por comerme su tartaleta?! ─preguntó con cabreo─. ¡Es básicamente lo mismo que atarme de brazos y piernas! ¡Además, eran tres tartaletas enteras! ¡No creo que pueda comérselas todas él solo! ¡Hay un límite de cómo ser despiadado!
─Bueno, en algo estoy de acuerdo contigo y es que tal vez bloquearte la magia haya estado de más... ─dijo Yuu.
─¡¿Verdad?!
─¡Ah! ¡Un momento...! ─los interrumpió Grim─. Si eran tres tartaletas enteras, ¿serían para algo como una fiesta, tal vez? ¿Un cumpleaños, a lo mejor? ¡Soy tan bueno deduciendo!
─¿Un cumpleaños? ─preguntó Ace cruzando los brazos, aún con el ceño fruncido.
─Si es así no me extraña que se haya enfadado tanto, ¿le pediste perdón? ─le preguntó Yuu.
─Eh... vine aquí directamente después de aquello pensando que estarías de acuerdo conmigo en que el líder es un tirano, Yuu ─respondió Ace.
─Y estoy de acuerdo en que parece un poco tirano ─aseguró Yuu─. Pero tampoco está bien comerse la comida de otras personas, ¿sabes?
─Estoy de acuerdo con eso ─comentó Grim.
─Tú no sabías que las tartaletas eran suyas, así que a lo mejor te perdona si le pides disculpas ─continuó Yuu─. Prueba a intentarlo mañana.
─El rencor por comida da miedo ─dijo Grim con severidad.
Ace suspiró con fastidio.
─De acuerdo... Solo tengo que disculparme, ¿no? Fuiste tú quien lo ha sugerido, Yuu, así que tienes que venir conmigo, ¿de acuerdo?
─¡Por supuesto! ¡Cuenta conmigo!
Ace se calmó un poco tras acabar la conversación.
─Pues bien, ¿dónde puedo dormir? ─preguntó.
─¿De verdad piensas pasar la noche aquí? ─preguntó Grim con incredulidad─. Aparte de nuestra habitación, todas las demás están desordenadas y llenas de polvo. Si quieres dormir aquí, tendrás que limpiar una tú solo.
A Ace no le gustó mucho la idea.
─No pienso ponerme a limpiar ─entonces sonrió con una alegre insistencia─ Vamos, Yuu. Déjame dormir en tu habitación. Soy bastante delgado, ¡así que no ocuparé mucho espacio! ¿Por favor?
Ahora fue el turno de Yuu de fruncir el ceño, esta vez con incomodidad. Tres personas en una misma cama iba a ser complicado.
─Puedes dormir aquí en el sofá ─le dijo.
Ace chasqueó la lengua con molestia.
─Avaricioso ─le espetó─. ¡De acuerdo! Dormiré aquí solo en el sofá del salón. ¡Buenas noches!
Y se tumbó con desgana.
Grim se bajó rápidamente del sofá y Yuu se levantó.
─Un momento, no te duermas aún ─le dijo el joven humano mientras salía del lugar bajo las desconcertadas miradas de Ace y Grim.
A los pocos minutos regresó con una manta y una almohada para sacudirlas.
─Son de otra habitación ─explicó─. Aún quedaría limpiar el polvo y sacudir el colchón, pero tendrás un cuarto disponible por si alguna vez quieres quedarte otra noche. ¡Listo, mucho mejor!
Sonriendo con satisfacción, le tendió la almohada y lo arropó con la manta.
─¡Buenas noches, Ace! ─le dijo antes de coger a Grim en brazos e irse a su habitación─. Ya nos veremos mañana.
─Claro, buenas noches... ─respondió, algo aturdido por el inesperado gesto de amabilidad.
Tras acurrucarse en el sofá, se sintió todavía peor por burlarse de él aquella mañana, incluso si ya había sido perdonado por ello...
A la mañana siguiente, Yuu ya se estaba cambiando al uniforme para ir a clase cuando escuchó nuevemente un golpeteo en la puerta. La segunda vez hizo que cayera polvo del techo.
Escuchó a Ace levantarse para abrirla.
─¿Ya has terminado? ─le preguntó Grim, esperando al lado de la puerta─. Veamos quién es esta vez.
─Un segundo, que me anude la corbata... ─dijo delante del espejo─. ¡Listo! Ya podemos irnos.
Abrió la puerta para dejar salir a Grim. En la distancia se escuchaba la voz de Ace hablando con Deuce.
─¡No quiero oír eso de ti! ─le había exclamado Ace─. Por cierto, ¿el líder de dormitorio sigue enfadado conmigo?
─No del todo ─le respondió Deuce─. Pero está irritado y tres compañeros que no siguieron la rutina de la mañana sufrieron el mismo destino que tú.
─¡"No del todo" y unas narices! ─exclamó Ace con pasmo─. ¡Está totalmente furioso!
─Buenos días, chicos ─los saludó Yuu con Grim caminando a su lado─. ¿Qué tal has dormido, Ace?
─Ah, buenos días, Yuu, Grim ─los saludó Deuce─. Supuse que Ace estaría aquí. Veo que os molestó en medio de la noche por su estupidez. ¿Qué tal tus brazos?
─¡Te acabo de decir que no quiero oír algo así de ti!
─Tranquilo, no me molestó. Y estoy bien, no me ardieron mucho y pude dormir bien ─le aseguró Yuu─. Aún es temprano, pero ¿nos vamos ya?
Al llegar a la calle principal del campus, Grim caminó sobre sus dos patas con orgullo:
─¡Hey! ¡Abran paso, abran paso! ¡Aquí camina un estudiante del Night Raven College! ─se giró a Ace y sostuvo el colgante de su lazo─. ¡Mira mi collar! ¡En comparación con el tuyo es increíble! Ya no puedes usar magia, ¿verdad? Supongo que tú serías genial como conserje para limpiar. ¡Ja ja! ─rio con un maullido─. ¡Qué bien sienta decirte eso!
Estaba claro que aún estaba molesto por las burlas del día anterior.
─Vamos, Grim, ya nos pidió perdón ─le reprendió suavemente Yuu, pero no pudo evitar sonreír al pensar que Ace había recibido su dosis de karma.
Ace gruñó como molestia ante los comentarios de Grim.
─¡Más te vale recordar esto cuando recupere mi magia!
─El director os regañó por causar un alboroto ayer, ¿recuerdas? ─le dijo Deuce─. ¿Qué tal si te disculpas ahora con el líder Rosehearts para que te lo quite?
─¡Aún no estoy convencido de tener que hacerlo!
─Aún nos queda tiempo para nuestra próxima clase ─recordó Grim─. Además, tengo curiosidad por los demás dormitorios, ¡así que vayamos a verlos mientras observamos a Ace disculparse!
─¡No soy una exhibición, maldita sea! ─exclamó Ace.
Yuu no dijo nada al respecto, pero le pareció escuchar unas distantes carcajadas femeninas que parecían divertirse con la situación de Ace, a su vez sintió una sensación cálida en la el hombro izquierdo, justo donde tenía la marca. Era la primera sensación tranquila que sentía con ella, en lugar de incomodidad o nostalgia, pero sacudió levemente la cabeza y dejó de pensar en ello.
Caminaron a la Bóveda de los Espejos, el mismo lugar en el que conocieron a Deuce.
Habían muchos espejos adornados con características de cada dormitorio, pero aquel día debían ir a uno en específico.
El espejo de Heartslabyul tenía muchos detalles: estaba coronado por el emblema del dormitorio y dos lanzas con puntas en forma de corazón y adornado con relieves esculpidos en forma de rosas y cartas de naipes de la baraja francesa. Otro elemento que llamaba la atención era la escultura con forma de libro abierto en la parte inferior junto a un tipo de setas de colores otoñales.
Al pasar a través de él, se encontraron con un ambiente muy opuesto a lo que Grim y Yuu habían visto hasta entonces en el Night Raven College.
El lugar parecía un enorme y elegante jardín con setos verdes y rosales bien cuidados. Se podían ver perfectamente un fastuoso edificio rojo y una fuente.
─¡Guau! ¡Qué sitio tan elegante! ─exclamó Grim─. ¡Es totalmente diferente de nuestro dormitorio!
─Vamos, Grim. ¡Nuestro dormitorio sigue en proceso de reconstrucción! ─le espetó Yuu, logrando ocultar su decepción por la comparación. A pesar ello, pensó que a su hermana, que le encantaban las rosas, y a su madre les encantaría el sitio si lo pudieran ver. Echaba tanto de menos a Yukiko...
─¡Oh, no! ¡Debo darme prisa en pintar las rosas de rojo! ─exclamó una apresurada voz.
─Parece que hay alguien por ahí ─señaló Grim hacia el laberinto con rosales antes de que Yuu lo subiera sobre sus hombros.
Los cuatro se acercaron al origen de la voz y vieron a un estudiante pelirrojo que parecía ser más mayor que ellos. Tenía una pequeña marca con forma de rombo rojo debajo del ojo derecho.
─¡Oh, ahí! ¡Si queda alguna sin pintar, me cortarán la cabeza! ─volvió a exclamar con prisa.
Recordando el sueño, a Yuu se le hizo familiar la situación, pero no le dio muchas vueltas.
El joven se percató de su presencia.
─¿Necesitáis algo? ─les preguntó, más calmado.
─¿Qué estas haciendo? ─le preguntó Ace a su vez.
─Como podéis ver, estoy pintando las rosas de rojo.
Eso consternó a ambos estudiantes de Heartslabyul.
─¿¡Eh!? ¿Por qué haces algo así? ─preguntó Deuce en reacción a la extraña situación.
El joven solo se rio alegremente.
─¡Vuestras expresiones son tan vivas, os veis adorables! Ahora que me fijo mejor, sois los chicos de primer año que causaron un caos ayer y destruyeron el candelabro que valía billones.
─Creo que lo del candelabro no se olvidará hasta que nos graduemos ─suspiró Ace.
─Y tú eres el pequeño criminal que se comió la tartaleta del líder de dormitorio ─le respondió el joven al reconocer su collar─. ¡Qué suerte tengo de conocer a los tan rumoreados novatos por la mañana temprano!
Entonces sacó su teléfono móvil, con una carcasa de silicona con forma de naipe, de la que destacaba un rombo rojo con una carita alegre
─¡Oye, oye! ¡Saquémonos una foto juntos! ─los agrupó apresuradamente y sacó una selfie─. ¡Bien!
Mostró la foto: él era el único que sonreía, los demás estaban sorprendidos por la repentina acción.
─¿Os parece bien si la publico? ─preguntó señalando la pantalla─. Decidme vuestros nombres para poner hastags.
─Soy Deuce Spade.
─Ace ─dijo con algo de molestia.
─Yo soy Grim. Y este de aquí abajo es Yuu, mi secuaz.
─Yuu Oshiro ─frunció el ceño y bajó a Grim nuevamente al suelo con cuidado─. Te he dicho que no soy tu secuaz.
El joven escribió los nombres y sonó una alegre nota musical del móvil.
─Muy bien, publicado ─lo guardó en el bolsillo del pantalón─. Oh, yo soy Cater Diamond. Soy de tercer año, en un curso superior al vuestro. ¡También podéis llamarme Cay! ¡Un placer conoceros!
Además de alegre y accesible, Cater era bastante guapo y tenía pinta de estar siempre al corriente de las novedades.
─Sí, encantado de conocerte ─le respondió Yuu.
─¡Oh! ¡Tú eres el nuevo prefecto del dormitorio Ramschackle! ─lo reconoció Cater─. ¡Me sorprende que puedas vivir en un sitio como ese! Es tan oscuro y parece que algo aparecerá de repente. ¡Cuánto lo siento por ti, tío!
─Qué desconsiderado ─comentó Grim con molestia.
Cater pareció recordar algo.
─¡Ah! ¡No puedo quedarme aquí a hablar! ¡La fiesta es en dos días, no quiero perder la cabeza por llegar tarde! Eh, chicos, ¿podríais ayudarme a pintar las rosas?
─Pero ¿por qué haces algo así? ─le preguntó Ace.
─Las rosas rojas son más fotogénicas para una fiesta, ¿no creéis? Además también tengo que pintar los flamencos para la competición de croquet, por lo que estoy muy ocupado.
─¡¿Pintar los flamencos?! ¡Eso sí que es raro! ─exclamó Grim.
─Así que lo que Ace se comió era para la fiesta de cumpleaños del líder de dormitorio. Ahora entiendo por qué se enfadó tanto... ─comentó Deuce.
─¿Eh? No es su cumpleaños ─les dijo Cater, algo que no se esperaban.
─¡¿Ah, no?! ¿Entonces de quién es? ─preguntó Ace.
─No es el cumpleaños de nadie ─comenzó a explicar Cater─. Pasado mañana es la legendaria "Fiesta del No-Cumpleaños" de nuestro dormitorio. Es una fiesta del té que el líder de dormitorio decide hacer un día en que no caiga en el cumple de nadie.
─¿¡Por qué alguien haría eso!?
─¡Las explicaciones vendrán más tarde! ¡Ahora tenéis que ayudarme a pintar las rosas de rojo! ─apremió Cater alegremente mientras cogía un par de brochas─. Deuce y Grim, vosotros podéis pintar con magia, ¿verdad? Ace y Yuu, vosotros no podéis usar magia, ¡así que coged estas brochas!
A Deuce y Grim no les gustó mucho la idea.
─¿Quieres decir... cambiar el color de las rosas con magia? ─preguntó el humano con preocupación mientras se llevaba la mano a su pluma mágica.
─Nunca he hecho algo así ─comentó Grim sin entusiasmo.
─¡Ok, no pasa nada! ¡Relax! ─intentó animarlos Cater─. ¡Nos las apañaremos! ¡Démonos prisa antes de que el líder nos castigue!
Se acercaron a los arbustos con más rosas blancas. Cater volvió a sacar su pluma mágica.
─¡Ni azul, ni gris, sino de carmín! ¿De acuerdo? ─les recordó─. ¡Cuento con vosotros para que sean de un bonito rojo!
Ace era el que menos ganas tenía de realizar la actividad.
─Ah, no tenemos elección... Solo tenemos que acabar con esto, ¿no? ─preguntó en un resoplido.
Por otra parte, Deuce tenía mucha determinación en hacer lo mejor posible y Grim estaba convencido en ser totalmente capaz de hacerlo fácilmente.
─Venga, vamos allá ─apremió Yuu y cogió el cubo de pintura más cercano.
No se le ocurrió decir mucho más al respecto porque le inquietaba aquella sensación de deja-vú al pintar las rosas.
Sin embargo, pudo ver maravillado como las blancas rosas se tornaban rojas en menos de un segundo con la magia de Grim desde su nuevo colgante mágico y de los dos chicos desde sus bolígrafos.
También le hizo gracia ver la indignada cara de Ace por tener que pintar las rosas manualmente.
En un momento en que Grim coloreó por accidente las flores un arbusto casi terminado con azul, rosa y verde. Cater las arregló enseguida pintándolas nuevamente de rojo, ganándose la fascinación de ambos estudiantes de Heartslabyul.
─Yo también quiero hacer magia ─comentó Ace con celos y cansancio.
Pero las cosas comenzaron a complicarse cuando Deuce y Grim perdieron la concentración, equivocándose con el color o incluso prendiendo fuego en las rosas, en el caso de Grim. Yuu tuvo que apartarse rápidamente para no ser alcanzado por las llamas una segunda vez.
Afortunadamente Cater, como el experto estudiante de tercer año que era, arreglaba los errores fácilmente.
─Sois peores de lo que pensaba ─comentó tras apagar rápidamente el pequeño incendio.
─Pero ¿por qué las rosas no pueden ser blancas? ─preguntó Ace─. Son bonitas así.
─Forma parte de la tradición, ¿no lo sabíais? ─explicó Cater─. ¡Las rosas de la Fiesta del No-Cumpleaños deben ser rojas!
Comentó también otras normas como las del color de los flamencos y los erizos usados como bolas para la competición de croquet, además de que la única rosa blanca debía ser la del concierto de las flores.
─¡Qué normas más raras! ─comentó Grim.
─Todas son reglas decididas por La Reina de Corazones, una de los Siete Grandes ─continuó Cater─. Riddle es un líder muy estricto y sigue sus reglas al pie de la letra. Aunque admito que algunas veces se pasa de la raya...
Esa última parte recordó a Ace la razón de su llegada:
─¡Cierto, no puedo quedarme aquí más tiempo! Tengo que hablar con el líder de dormitorio, ¿está dentro?
Cater se quedó pensativo por un segundo.
─Creo que debería seguir por aquí. Pero dime, Ace el Ladrón de la Tartaleta, ¿has traído más para compensarla?
─¿Eh? Vine aquí directamente, así que no tengo nada.
El alegre brillo de los ojos de Cater se tornó un poco más oscura.
─¿De verdad? Entonces, según la Regla de la Reina de Corazones n° 53: "Tienes que reemplazar lo que has robado", no puedo permitirte entrar en el dormitorio.
Deuce y Yuu intercambiaron una mirada de confusión.
─¿¡Eh!? ¿¡Qué narices dices con eso!? ─le preguntó Ace.
─¿Significa eso que Ace no puede volver a su propio dormitorio a menos que traiga tartaletas? ─preguntó Yuu con preocupación.
─Tienes que seguir las normas de este dormitorio si formas parte de él. Si lo dejo pasar, seré decapitado. ─Cater continuó sonriendo, pero entrecerró los ojos malévolamente─. Lo siento, pero voy a tener que hacer que te vayas antes de que Riddle se dé cuenta.
Puesto que no podía hacer magia alguna, Ace le pidió ayuda a sus amigos al ver que Cater blandía ante él su pluma mágica.
No tardaron mucho en ser sacados del laberinto.
─¡Muy bien! ¡Vuelve cuando tengas una tartaleta! ─le dijo Cater antes de desaparecer detrás de los setos─. ¡Bye, bye!
─Pero ¿¡qué le pasa a ese tipo!? ─exclamó Ace furioso cuando se alejaron lo suficiente─. ¿Que no puedo volver sin una tartaleta? ¡Estamos con las manos vacías desde ayer! ¡Y encima nos echa después de ayudarlo con las rosas!
─Qué decepción ─comentó Grim con incredulidad.
─Tendremos que prepararlas, entonces ─continuó Yuu.
─Sí, podemos encargarnos de eso después de clase ─tras decir eso, Deuce pareció recordar algo─. ¡Ah! ¡Oh, no! ─gritó.
─¿Qué pasa? ─preguntó Yuu con un sobresalto.
─¡La alarma de la escuela ha sonado! ¡Llegaremos tarde a clase!
─¡Uah! ─exclamó Grim─. ¡No quiero llegar tarde al primer día de mi maravillosa vida escolar! ¡Démonos prisa!
─Cierto, ¿cuál es vuestra clase? ─le preguntó Ace─. Vosotros también sois de primer año, ¿no?
─¡El director dijo que estamos en la clase 1-A! ─respondió Grim.
─¡Pues estamos en la misma clase! ─dijo Deuce─. Tenemos clase de Alquimia en la primera hora.
─¡Yuju! ¡Suena divertido! ─exclamó Grim.
─No puedo usar magia, ¿recordáis? ─comentó Ace─. Me pregunto si estaré bien...
Yuu agarró a Grim en brazos y lo miró:
─Si a mí me dejan estudiar aquí sin problema con tal de tener a Grim a mi lado, estoy seguro de que estarás bien con la magia temporalmente bloqueada. Venga, vámonos ya.
[Publicado el 18/7/2021]
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