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27. Estampida de Rebelión

Durante la víspera del torneo, Yuu y Grim regresason al dormitorio Ramshackle, donde los fantasmas los recibieron en la sala de estar.

─Ya hemos vuelto ─comentó Yuu mientras Grim se subía al sofá.

─Hoy habéis llegado más tarde de lo normal, ¿fue complicada la planificación de hoy? ─les preguntó el fantasma grande.

Durante las reuniones en Heartslabyul para planear el contraataque contra Savanaclaw, Yuu había aprendido más cosas sobre Leona, como el hecho de que era más mayor que la mayoría de estudiantes por estar repitiendo curso, y que se volvió líder de dormitorio de la misma forma que Riddle: derrotando al líder anterior en un duelo al comenzar su primer año ahí. Lo que más le sorprendió escuchar fue que Leona se trataba ni más ni menos que del príncipe de un reino entero, pero no era el próximo en la sucesión hereditaria porque su hermano mayor era el actual rey y este tenía un hijo que lo relevaría en el futuro. Jamás se le habría ocurrido pensar que Leona formaba parte de la realeza.

─Qué va, solo hemos repasado los detalles finales ─respondió Yuu mientras se desanudaba la corbata y se sentaba al lado de Grim.

─Otra vez ─bufó Grim, cansado─. ¡A Riddle sí que le encanta repetir cosas una y otra vez!

─Quiere asegurarse de que todo sale bien, mañana es el gran día. Oh, y Lilia os envía saludos.

Grim se puso de pie rápidamente.
─¡Es verdad, tendríais que haberlo visto! ─exclamó─. Antes de ir a Heartslabyul fuimos a visitar a Yuki, él quiso venir con nosotros y usó su magia para arreglar las rosas que Ace y Deuce le dieron.

─Las rosas no estaban siquiera marchitas, pero él insistió que así se mantendrán mejor hasta que Yukiko se despierte.

─¿De verdad? ─preguntó sorprendido el fantasma delgado─. ¡Lilia es una caja llena de sorpresas!

─¿Hay alguna nueva noticia sobre Yuki? ─preguntó el fantasma pequeño─. ¿Ha reaccionado? ¿Dijo algo el director?

Yuu suspiró con un poco de desánimo.
─No, sigue igual... Pero se me ocurrió preguntarle al director si podría alojarse aquí en Ramshackle con nosotros y dijo que él, de hecho, había considerado la idea. ¿Os parece bien a vosotros?

Los tres fantasmas se alegraron al oír eso.

─¡Por supuesto que sí! ─exclamaron los tres a la vez.

─Haremos que se sienta como en casa ─añadió el fantasma delgado─. A lo mejor se me ocurre no asustarla demasiado, ¡ji, ji, ji!

─Y puede que al vivir con nosotros aumenten las posibilidades de que el Espejo de la Oscuridad la ponga en Ramshackle, ¿sabéis? ¡Ya tengo ganas de verlo! ─exclamó Grim.

─Aún no sabemos si va a ser alumna aquí o no ─dijo Yuu con una sonrisa nerviosa.

─Pero está bien imaginarse cuál podría ser su dormitorio ─dijo el fantasma grande─. Tú debes de conocerla bien, ¿cuál crees que le pega más?

Yuu se lo pensó por un segundo.
─Pues... Yuki es alegre y extrovertida, ¿así que a lo mejor en Heartslabyul?

─¿Qué? ¿Como Ace y Deuce? ─preguntó Grim─. ¡No digas eso!

Yuu lo ignoró y continuó sopesando las probabilidades.
─Aunque tengo entendido que los alumnos de Scarabia son energéticos y decididos, como ella. Sí, apuesto que será Heartslabyul o Scarabia.

─¡No! ¡Ella debe de estar en Ramshackle como miembro! ─insistió Grim.

─Sí que tienes ganas de que forme parte de este dormitorio ─comentó el fantasma pequeño─. ¿Hay alguna razón?

─No, simplemente quiero que Yuki se quede con nosotros ─Grim esbozó una sonrisa decidida─. Algún día seré un gran hechicero y seré conocido por todo el mundo, ¡así que debo asegurarme de que le damos lo mejor, sabes!

Yuu se rio suavemente, sonrió y miró alrededor.
─Sea cual sea su dormitorio, vivirá con nosotros, así que creo que deberíamos limpiar el dormitorio un poco más para su llegada ─sugirió.

─Aguafiestas... ─se quejó Grim con aburrimiento─. Oh, casi lo olvido: dijiste que podías hablar con ella por medio de los sueños, ¿no? ─recordó Grim─. ¿La has visto alguno de estos días?

Yuu negó con la cabeza, no recordaba ningún sueño especialmente relevante. Y era cierto que ya estaba harto de aquellos sueños tan extraños que le daban una sensación de deja-vú, pero eran por el momento él único método por el que podía hablar con Yukiko.

─A lo mejor esta noche es la afortunada ─intentó animarlo el fantasma pequeño.

─¿Ya habéis cenado? ─les preguntó el fantasma delgado─. Si es así, preparaos y meteos en la cama, que ya es de por sí tarde y mañana tenéis un día atareado, ¡vamos, vamos!

Tras irse a dormir y conciliar el sueño, Yuu volvió a visualizar el espejo de su habitación, miró a su alrededor y se encontró rodeado de un espacio gris. Estaba llevando la misma camiseta blanca, las sandalias y los pantalones marrones de los sueños anteriores. Arrugó la nariz al notar en el aire un fuerte olor.

─Huele mucho a tierra ─comentó antes de levantarse la manga izquierda para ver ahí la marca brillar otra vez con la luz azul.

─¡Yuu! ─una voz femenina sonó cerca de él.

Recordando el motivo por el que en realidad quería tener aquel tipo de sueños, se dio la vuelta rápidamente y se encontró con Yukiko, vestida con la misma ropa que él. Se emocionó al verla de pie después de varios días en cama y corrió hacia ella. Yukiko hizo exactamente lo mismo y lo estrechó entre sus brazos.

─¡Yuki! ─murmuró Yuu mientras luchaba por contener las lágrimas─. ¡Estás bien...!

La alegría le hizo decir eso en voz alta, pero en el fondo seguía recordando que estaban en un sueño.

─¡Estaba tan asustada! ─exclamó Yukiko con un temblor de voz─. ¡Me dolía todo el cuerpo y una cosa negra salió de mí! Fue una pesadilla...

─Yo también, ¡tenía miedo de perderte! ─respondió Yuu.

Yukiko fue capaz de inspirar profundamente para calmarse y mirarlo con una leve sonrisa.
─Pero tú estabas ahí, ¡tú me salvaste! ─recordó─. ¿Cómo lo hiciste? Sentí algo sofocante en el cuello, pero entonces me sentí mucho mejor.

Yuu se secó rápidamente las lágrimas.
─No lo hice sin ayuda, pero te puse un choker que te sellaba la magia.

Ella se llevó una mano al cuello.
─Así que fue eso lo que pasó... Pero después de eso me sentí muy cansada y me sacaron de ahí, ¡no supe nada más de ti! Ni siquiera he vuelto a oír las voces.

─Espera, ¿voces? ¿De qué estás hablando?

─Antes de despertar en el ataúd podía escuchar gente hablar. No siempre se escuchaba claro, así que pensaba que eran solo un sueño o mi imaginación... Eh, ¿qué es eso?

Se separaron del abrazo y ojearon su alrededor. Un nuevo conjunto de imágenes formaron lo que parecía ser el interior de una cueva. Tumbado en un rincón, Scar se limpiaba los colmillos con un hueso afilado, cerca de él estaba el ave Zazu, encerrado en una jaula conformada por las blancas costillas de algún animal.

Zazu estaba cantando una melancólica canción con desgana mientras agarraba con ambas alas los "barrotes".

─Oh, Zazu, ¡ten más alegría! ─se quejó Scar con indiferencia antes de lanzarle el hueso─. ¡Canta algo que sea... más rítmico!

Zazu lo miró con irritación y comenzó a cantar una canción infantil:
─¡Un pequeño mundo es...!

Scar se sobresaltó nada más reconocer aquel verso.
─¡No, no! ─exclamó con insistencia─. ¡Cualquier cosa menos esa!

A pesar del lúgubre ambiente que los rodeaba, Yukiko no pudo evitar reírse con aquel momento que se le hizo cómico.

Por otra parte, Yuu levantó las cejas al reconocer aquella canción como una de las que tenía en el MP3.

Zazu se lo volvió a pensar y comenzó a cantar una canción sobre cocos que fue suficiente para satisfacer a Scar, quien movió las garras al son de la música y echó un vistazo al cráneo de un pequeño animal. Los mellizos intercambiaron una mirada atónita entre ellos, Yuu no supo si reírse de la situación o cuestionar aquella escena tan rara.

Pero Zazu se detuvo rápidamente y gruñó exasperado.
─No tenía que hacer esto con Mufasa... ─farfulló.

De repente, Scar se abalanzó furioso sobre la jaula de Zazú, espantándolo.
─¿¡Qué!? ¿¡Qué has dicho!? ¡Ya conoces la ley: no menciones jamás ese nombre en mi presencia! ¡YO soy el rey!

Ese rugido fue lo suficientemente intenso como para empujar a Zazú al otro extremo de la jaula y Yukiko dio un respingo al comprender la situación.

─¿¡Significa eso que al final llegó a matar al rey anterior!? ─preguntó preocupada.

Yuu recordó la organización del golpe de estado del sueño anterior, en el que Scar pretendía asesinar a su hermano y a su sobrino para acceder al trono.
─¡Es verdad...! ─murmuró─. ¿Entonces ese pequeño león...? No, no creo... ─negó con la cabeza, tratando de quitarse la idea.

En ese momento tres hienas se asomaron por la entrada de la caverna.

─Oye, jefe ─llamó Banzai.

Scar suspiró con poca paciencia y se alejó de la jaula para recibirlas.
─¿Qué queréis esta vez?

─Scar, no hay comida, no hay agua... ¡Y tenemos hambre! ─comenzó a hablar Shenzi.

─Ya sabéis que es obligación de las leonas buscar la comida ─respondió Scar con desgana.

─¡Pero no traen nada! ─exclamó Banzai.

A Scar no pareció importarle y señaló la jaula.
─Pues comeos a Zazú.

Al pobre pájaro se le pusieron las plumas de punta.
─¡Oh, no os agradaría! ¡Mi carne es dura y sin sabor! ─insistió temeroso.

─¡No seas rídiculo, Zazú! ─se rio Scar─. Solo necesitas algo de ajo.

Afortunadamente para él, las hienas estaban lejos de mostrar interés en la oferta y fruncieron molestas el ceño.

─La cosas estaban mejor con Mufasa... ─admitió Banzai a sus compañeros en un susurro.

─¿¡Qué has dicho!? ─bramó Scar.

─He dicho que con Mu... ─Shenzi le dio nerviosa un codazo para que no continuara aquella frase─. ¡...Que estará mejor con mostaza!

─Bien, ahora fuera de aquí ─les ordenó.

El trio se fue a paso ligero, pero antes de salir se voltearon.
─Pero tenemos hambre... ─repitió Banzai, recordando que no habían aclarado el tema.

─¡FUERA! ─gritó Scar, espantándolas.

Ed soltó una risa asustada durante su huida y las imágenes se disiparon para regresar al espacio gris anterior.

─Las cosas no parecen ir muy bien con él... ─comentó Yuu, acordándose de lo majestuoso que era el primer sueño, cuando Mufasa y Sarabi presentaban su adorable heredero al reino animal.

─No lo entiendo ─dijo Yukiko, pensativa─. ¿No tenía tantas ganas de ser rey? ¡Montó un ejército, un discurso con luces y todo! ¿Dónde se ha ido esa motivación?

─Ya... ─concordó Yuu─. Parece que esos grandes planes por los que estaba dispuesto a matar no le salieron como esperaba... ─frunció el ceño─. No me extraña que lo comparen con esa actitud, ni siquiera se lo toma en serio.

─Buen punto ─Yukiko iba a decir algo más, pero se dieron cuenta de que el espacio gris comenzaba a oscurecerse.

─¡El sueño se acaba, no nos queda tiempo! ─exclamó Yuu.

─¡Vale, vale! ─dijo ella, apresurada─. ¡Olvida el león! ¿Qué pasó cuando me separaron de ti? No recuerdo nada después de eso.

─Porque caíste inconsciente, llevas ya varios días en cama ─respondió Yuu.

─¡¿Días?! ─repitió Yukiko con pasmo.

La oscuridad se acercó aún más a ellos.

─Te diré más cuando despiertes o tengamos más tiempo.

─¿¡Y cuándo ocurrirá eso!? ─insistió Yukiko mientras intentaba alejarse de las primeras sombras─. ¿Cómo sabré que al menos estarás bien?

Yuu le agarró ambas manos mientras la oscuridad comenzaba a rodearlos.
─No te preocupes por mí, lo voy a estar ─le aseguró─. Tú descansa y recupérate, ¡te enseñaré todo cuando despiertes, ya lo verás! Les he hablado a mis amigos de ti y están deseando conocerte.

─¿De verdad? ─le preguntó ella, sorprendida.

─Incluso Ortho ha pensado en juegos para ti, dijo que habíais acordado algo así.

Yukiko se rio suavemente.
─Es verdad, le dije que jugaríamos juntos ─dijo antes de estrecharlo entre sus brazos─. Entonces aguanta, odio tener que hacerte esperar.

─Lo haré.

Yuu no fue capaz de decir más, pero sí de devolverle el abrazo antes de desaparecer completamente de ahí.

Aún tenía la mente nublada por el el cansancio, pero al abrir lentamente los ojos escuchó unas sonoras pisadas acercarse a su cama.

─Oye, despertad ─les dijo una voz de tono grave.

Yuu se quejó con un murmullo y se movió lentamente para ver a Jack, vestido con su uniforme de deporte. Miró por la ventana y se dio cuenta por los colores del alba de que era muy temprano por la mañana.

Grim fue el primero en reaccionar y levantarse.
─¿Eh? ¿Qué haces en nuestro dormitorio? ─le preguntó sorprendido.

─Estaba corriendo por aquí ─explicó Jack─. Hoy es el día del torneo, no podía dejar que os quedarais dormidos.

─¡Oh! ¡Es verdad! ─exclamó Grim, acordándose de la fecha, y alzó una pata con aire travieso y determinado─. Tenemos que pillar al culpable para que Ramshackle pueda participar en el torneo.

Los fantasmas habían insistido durante los últimos días que Yuu entrenara jugando al Magical Shift con ellos, tanto para ayudarlo a dar lo mejor de sí mismo en el campo como para distraerse un poco de la situación de Yukiko, lo cual lo había animado un poco más a participar en el torneo con Grim.

Lo único que necesitarían serían más jugadores, pero el director les había asegurado que se ocuparía de eso por ellos.
─¡Sí, hagamos esto...! ─dijo con un cansado entusiasmo antes cubirse la boca para bostezar─. Espero que los fantasmas no te molestaran mucho, pero gracias por despertarnos...

Jack se quedó mirándolo por un segundo en silencio.
─Entonces os veré en el estadio, que no se os ocurra volver a dormir ─farfulló antes de irse.

Tras asegurarse de que se había alejado lo suficiente, los tres fantasmas de asomaron tímidamente desde el techo.

─Decidme que no se os ha ocurrido recibirlo con un susto ─farfulló Yuu antes de volver a bostezar.

─Esta vez decidimos no hacerlo ─admitió el fantasma alto.

─Le indicamos dónde estaba vuestra habitación y desaparecimos, no nos atrevimos a asustar a un tipo de aspecto tan... imponente.

─¿Os dio miedo? ¿¡A vosotros, los fantasmas!? ─resumió Grim─. Aunque es cierto que Jack tiene una cara que da miedo...

Los tres se rieron nerviosos, afirmando la suposición.

─Me imagino que hasta los fantasmas tienen sus precauciones ─murmuró Yuu mientras se levantaba─, deberíais ver a Leona, él si que da miedo.

─¡Es por eso que le daremos una lección y participaremos en el torneo! ─exclamó Grim.

Horas después se podían ver las calles hacia el coliseo con el aspecto de una feria: un sinúmero de personas de todas las edades caminaba animadamente por el lugar y todas observaban las decenas de puestos de comida, tiendas de recuerdos y mercancía relacionada con el Magical Shift.

Sin sospechar que en aquel mismo momento el líder de dormitorio de Octavinelle, Azul Ashengrotto, y sus dos secuaces estaban esperando de pie entre el gentío para dar una entrega a un chico-hiena específico, Grim no paraba de mirar maravillado de un lado a otro y se bajó de los brazos de Yuu de un salto.

─¡¡Fgnaa!! ¡Mira todo esto, Yuu! ¡Cuántas cosas para comer! ─chilló alegremente─. ¡Churros, pastel frito, y hasta pollo ahumado!

Yuu también se había contagiado del alegre ambiente festivo, pero Ace y Deuce, vestidos con sus uniformes de dormitorio, mantenían los ojos cerrados en una expresión alicaída.

─Jo~. Al final no me eligieron para el equipo... ─se lamentó Ace.

─Ni a mí... ─murmuró Deuce.

─A lo mejor os eligen para el año que viene ─dijo Yuu para intentar consolarlos─, y por lo menos podemos animar a nuestros compañeros de clase.

─De todas formas hoy tenemos un trabajo importante, debemos centrarnos en eso ─dijo Deuce con determinación.

─Tienes razón ─respondió Ace, un poco más alegre─, demos lo mejor.

Mientras hablaban, Grim olisqueó el aire y se quedó mirando con curiosidad el letrero de un puesto de takoyaki.
─¿Qué es eso de takoyaki? ¡Quiero comerlo! ─exclamó mientras intentaba subirse al mostrador.

Ace se molestó y se acercó a él.
─Comeremos. Más. Tarde ─dijo pausadamente antes de agarrarlo de una pata y tirar suavemente de él─. ¡Tenemos que irnos!

En eso una persona se movió bruscamente y golpeó levemente a Yuu en el hombro.

─¡Oh, perdón! ─se disculpó el hombre, un joven alto, robusto y de tez oscura mientras masticaba algo─. No te había visto ahí.

─No pasa nada, no me ha hecho daño ─aseguró Yuu.

Se fijó mejor en él, parecía estar en sus veinte años. De su pelo revuelto y negro como el carbón sobresalían dos delgadas orejas de animal y detrás de él se asomaba una larga y delgada cola con la punta cubierta de pelo del mismo color. El hombre sacó lo que parecía ser una golosina de una colorida bolsa de golosinas y se la tendió a pocos centímetros de la cara con algo de brusquedad.

─¡Toma, como muestra de disculpa! ¡Esta marca de chuches es conocida por su aspecto de bichos e insectos y por lo jugosas que son! ¿Te apetece?

El joven parecía muy amable, pero Yuu dio un par de pasos hacia atrás y se rio de forma nerviosa por la repentina oferta de aquel desconocido. Sintió un leve pinchazo en el hombro izquierdo al ver aquella golosina azul con forma de oruga, de la cual también se sintió incómodo de ver algo realmente comestible con aquel aspecto.

─Muy amable, pero no, gracias ─insistió, por lo que el joven se encogió de hombros y se la comió de un bocado.

─¡Pandu, por fin te encuentro! ─chilló una aguda voz masculina detrás de ellos.

Se trataba de un joven pelirrojo, delgado y de tez bronceada que era ciertamente más bajo que el ahora conocido como Pandu. Él también tenía rasgos de animal, una fina cola con la punta marrón y unas orejas caídas.

─Ya tengo las chuches con forma de bicho, ¿dónde está el pequeñajo? ─le preguntó mientras le tendía una bolsa de la misma marca que Pandu.

Pandu alzó confundido una ceja y terminó de tragar.
─¿No estaba contigo, Thimba? Él dijo que quería esperar contigo mientras YO compraba las chuches.

Thimba negó la cabeza.
─¿De qué estás hablando? Fue él quien me pidió A MÍ comprar las chuches mientras se quedaba contigo... ¿Dónde está? ¿Acaso lo has perdido?

─¡Fue él quien dijo que quería ir contigo! Parecía muy contento.

─¡No, fue él el que me...! ─se detuvo para analizar la situación─. Un momento, si a ti te dijo una cosa, y a mí otra distinta, eso significa...

Como si se hubieran dado cuenta de lo que había pasado en realidad, abrieron los ojos como platos, miraron fervientemente a su alrededor, palidecieron y se llevaron las manos a la cabeza.

─¡¡NOS HA ENGAÑADO!! ─gritaron ambos a la vez con horror.

Aún de pie en aquel sitio, Yuu y algunos visitantes entre el gentío se sobresaltaron con el repentino grito y la pelea que se originó a partir de él.

─¡Oh, no! ¡Hemos perdido al príncipe! ─exclamó Pandu mientras miraba desesperadamente a su alrededor─. ¡Sabía que estaba muy emocionado por ver a su tío, pero no pensé que intentaría escaparse!

─¿¡Cómo has podido perderlo!? ─Thimba lo señaló con un dedo acusador─. ¿¡Acaso te has dejado engañar!?

─¿¡Yo!? ¡A ti también te ha engañado, no se nos ocurrió que se le ocurriría despistarnos otra vez!

«¿Otra vez?» pensó Yuu, extrañado.

─¡Si le pasa algo estaremos acabados! ¡¡Hay que encontrarlo!!

Dándose cuenta de que Yuu seguía ahí, ambos lo miraron y Thimba carraspeó, como si con ello pudiera disimular el griterío que acababan de producir.

─Disculpa las molestias ─le dijo mientras intentaba mantener la calma─, pero por algún casual no habrás visto un niño pequeño merodeando por ahí cerca, ¿verdad?

─¿Un niño? ─repitió Yuu, pensando en el gran número de niños y familias que había alrededor.

─¡Sí, un chavalín de cinco años! Adorable, pelirrojo y más o menos de esta altura ─dijo Pandu antes de colocar la palma abierta por una altura debajo de su cadera─. ¿Lo has visto?

─No, lo siento ─negó Yuu─. Pero no debe de haberse ido muy lejos siendo tan pequeño, espero que lo encuentren.

─¡Ya lo has oído! No debe de haber ido muy lejos, ¡vamos a por él! ─exclamó Thimba antes de abrir su bolsa de golosinas con decisión─. ¡Dejemos las chuches para luego!

─¿Entonces por qué abres la bolsa? Bueno, muchas gracias de todas formas, pequeñajo ─Pandu le dijo a Yuu─. El tío del chaval va a participar, así que está muy emocionado por verlo. A lo mejor lo conoces, va a tu misma escuela.

─¡¡PANDU!! ─lo llamó Thimba desde lejos.

─¡Vale, ya voy! Bueno pues, adiós.

Confundido por lo que acababa de presenciar, Yuu se limitó a despedirse con la mano.

─Prefecto, no te quedes atrás ─lo llamó Deuce, que había ido a buscarlo al ver que no estaba siguiendo al resto del grupo─. Nos están esperando en la entrada del coliseo y los jugadores vendrán dentro de poco.

─Perdona, hubo una pelea y me distraje ─explicó Yuu antes de voltear la cabeza hacia atrás para ver que aquel dúo estaba fuera de vista. Fue capaz de disimular una divertida sonrisa al comparar aquellos dos con el comportamiento entre Ace y Deuce.

Antes de atravesar el espejo para salir del dormitorio Savanaclaw y reunirse con Azul, Ruggie esperó a Leona para repasar los últimos detalles de su elaborado plan.

─Ya casi es la hora de que los estudiantes entren al estadio ─le dijo Leona mientras blandía un largo báculo de madera cuya parte superior representaba el busto de un león que sujetaba entre las fauces su gema mágica.

─Estamos preparados para comenzar, dadme la señal cuando queráis ─respondió Ruggie con un malévolo entusiasmo que Leona compartió esbozando una sonrisa.

─Los primeros en entrar serán los ganadores del año pasado: el dormitorio Diasomnia ─le recordó Leona antes de reírse suavemente─. ¿No se te acelera el corazón?

─¡Shi, shi, shi, shi! ¡Pues comencemos con esto!

Momentos después, el locutor del torneo carraspeó antes de que su voz sonara por los altavoces de la feria:
─Eh, ejem... Bienvenidos al Torneo de Magical Shift entre Dormitorios del Night Raven College. Nos disculpamos por la larga espera, ¡ya es hora de recibir a nuestros competidores en el campo de juego!

Los espectadores corearon un gran vitoreo lleno de emoción y ganas por el comienzo del torneo.

─¡Comencemos con el ganador del año pasado! ─continuó el locutor─. ¿Podrán ganar un tercer año consecutivo? ¡El rayo gobernante! ¡¡¡Diaaaaaaasomniaaaaaaaaa!!!

Recibidos por el fervor y encabezados por un estudiante de pelo plateado y otro de pelo verde claro, el susodicho equipo de estudiantes de Diasomnia caminó por la calle con paso solemne, pero apenas se les veían los rostros.

Por otra parte, el pequeño grupo de Heartslabyul, Yuu, Grim y Jack se mantenía oculto desde una distancia segura. Cater estaba vestido con el uniforme de dormitorio de Diasommnia y mantenía el ceño fruncido por el esfuerzo mientras sujetaba su pluma mágica.

─Lo estás haciendo bien, Cater, sigue así ─le dijo Riddle.

─¡Nadie está sospechando nada! ─comentó Yuu con satisfacción al ver que el plan estaba funcionando.

Jack echó un vistazo con aire desconfiado a su alrededor.
─No bajemos la guardia, Savanclaw atacará en cualquier momento ─advirtió.

De hecho, Ruggie observaba desde otra esquina las calles de la feria con aire malévolo mientras sostenía un pequeño frasco lleno de un líquido que tenía la capacidad de aumentar la magia de una persona durante treinta segundos.

─Oooooh. Sí que tenemos un montón de gente por aquí -un sonido de notificación sonó desde su móvil y leyó un mensaje de Leona que apareció ahí en pantalla, aquella era la señal-. Comencemos con esto, ¡shi, shi, shi! ─rio antes de destapar el frasco─. Primero, la poción mágica que me dio Azul...

Se bebió el contenido con tragos rápidos e hizo un esfuerzo por resistir las náuseas causadas por su repugnante sabor.
─¡Agh! ¡Puaj! ¡Pero qué asco! ─cerró los ojos para aguantar el regusto─. ¡Sabe a filete podrido!

Siendo consciente de que cada segundo contaba, tragó saliva para reducir el mal sabor de boca, sacó su pluma mágica y suspiró para prepararse.

─Tengo que concentrarme. ¡Es la hora de usar mi Magia Única! ─esbozó una sonrisa siniestra, saboreando el gran caos que estaba a punto de crear─. ¡Corred como una estampida de bestias salvajes! ¡Laugh With Me!

Un destello se emitió desde su pluma mágica y Ruggie comenzó a correr a toda pastilla. Segundos después, un extraño ruido se levantó por las calles y fue acercándose al gentío.

─¿¡Qué es eso!? ─tartamudeó un hombre─. ¡¡Hay un montón de gente corriendo por las calles como un desfile!!

Tal y como se había descrito, un centenar de personas estaban corriendo por la calle principal hacia el coliseo, pero todas y cada una de ellas tenían en el rostro una clara expresión llena de miedo y confusión.

─¡Aaaaaaaah! ─gritó un hombre que estaba a la cabeza del gentío─. Mi cuerpo... ¡Que todo el mundo se aparte del camino! ¡¡¡Apártense!!!

─¡¡¡AAAH!!! ¡No me empujéis!! ─chilló una mujer que sintió perder el control de su cuerpo y se unió al grupo de gente.

─¡Huid! ¡Vais a ser atropellados! ─exclamó otro hombre, incapaz de detenerse.

Con la velocidad de la estampida se levantó una gran nube de polvo del suelo junto a los gritos de los espectadores, tanto de los que corrían como de la gente que buscaba refugio. Llegó hasta el punto de que los objetos en venta de los puestos cercanos temblaban por la fuerza de las pisadas.

─¡¿Eh?! ¿¡Qué está pasando aquí!? ─exclamó confundido el locutor al fijarse mejor en aquella estampida─. ¡Los espectadores han comenzado a correr por la calle y están arrastrando a otros a su paso! ¡Mantengan la calma! ¡Que todo el mundo mantenga la calma!

La única persona que disfrutaba de aquel espantoso espectáculo era el propio Ruggie, que usaba su Magia Única para forzar a los visitantes imitar los mismos movimientos que él, en este caso correr sin parar a una gran velocidad. Se rio por lo bajó mientras jadeaba por el agotamiento causado por la carrera y el esfuerzo.
─¡El amplificador de magia de Azul es increíble...! ¡Jamás pensé que podría controlar a tanta gente a la vez! ─sintió un fuerte dolor en uno de los laterales de su cuerpo, pero fue capaz de aguantarlo─. Es agotador... pero ¡hemos llegado demasiado lejos para detenernos ahora...! ─miró nuevamente a la estampida de gente y esbozó una sonrisa siniestra─. ¿Acaso alguien querrá usar magia en todos estos espectadores inocentes? ¡Ni siquiera Malleus, el príncipe de las hadas y los fae, podría usarlos aunque quisiera! ─gritó─. ¡Que te aplaste esta multitud!

Tras formular aquel amenazante discurso, se rio cruelmente, no con una de sus típicas risas de hiena, sino con una malvada carcajada capaz de estremecer a aquel que lo hubiera escuchado.

Al procesar con un poco más de calma la situación, el locutor se acabó dando cuenta de que la estampida se dirigía directamente al equipo en la entrada.

─¡La audiencia aterrorizada se dirige directamente al equipo de Diasomnia! ─exclamó preocupado─. ¡Fuera del camino, todo el mundo! ¡¡Pónganse a cubierto, por favor!!

La audiencia de la estampida entró en pánico al darse cuenta de que no podían moverse y evitar un horrible accidente, se escucharon gritos similares al del locutor, llantos e intentos de recuperar la respiración.

Desde su escondrijo, Cater continuaba blandiendo su pluma mágica.

─¡Oh, no! A este paso seremos aplastados por la multitud ─exclamó preocupado el estudiante de Diasomnia con pelo plateado─. ¡Proteged a lord Malleus!

El estudiante alto y de pelo verde claro buscó desesperadamente a su alrededor.
─¡Venid aquí, lord Malleus! ¡¡Lord Malleus!! ─se alteró al ver a la estampida a escasos pasos de donde se encontraban y gritó─. ¡No lo lograremos! ¡¡¡Nos van a aplastar!!!

─¡Aaaaaaaah! ¡¡Lord Malleus!! ─pudo gritar el chico de pelo plateado antes de desaparecer entre la multitud que lo aplastaría junto a sus compañeros.

Al ver logrado su objetivo, Ruggie se detuvo inmediatamente y se llevó una mano al pecho mientras recuperaba el aliento.

─Ya está... ¡Lo hemos logrado! ─dijo entre unos fuertes jadeos que no habían sido capaces de expresar el alivio, la satisfacción y la alegría que estaba sintiendo en aquel mismo momento. El plan había salido a la perfección, Leona iba a estar orgulloso de él y ahora tenían la oportunidad perfecta para alcanzar la victoria.

Decidió irse de ahí antes de levantar sospechas, pero no era consciente de que estaba siendo observado.

─Eh, ¿a dónde se va este? ─preguntó Grim, extrañado al verlo correr.

─Va a regresar a nuestro dormitorio ─respondió Jack─. Va a decirle a Leona que ha terminado el trabajo.

Cater pudo finalmente respirar tranquilo y guardó su pluma mágica en el bolsillo.
─Se llevarán una graaaan decepción cuando se den cuenta de que les hemos tomado la delantera ─comentó entre suaves jadeos.

[Publicado el 29/6/2022]

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