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21. Visitantes Nocturnos

Aquella misma noche, en el dormitorio Ramshackle, después de hacer los deberes, darse una buena ducha y cenar, Grim fue capaz de dormirse rápidamente nada más tumbarse en la cama.

─Mnnng... Mnya mnya... ¿Habéis visto mi súper disparo...? ─preguntó animadamente entre sueños. Al parecer estaba soñando que jugaba a Magical Shift y le estaba yendo bien.

Por otra parte, Yuu era incapaz de conciliar el sueño. No solo porque aún estaba intranquilo por el incidente en Savanaclaw, sino también por la preocupación de encontrarse otra vez con la chica sombra en sus sueños. Por lo que había decidido escuchar la música del MP3 que le habían dado para intentar relajarse un poco.

De todas las canciones que había escuchado hasta aquel momento, una de las que más le había llamado la atención era una que tenía dos versiones, una alegre que transmitía una sensación romántica y otra tranquila que parecía una canción de cuna. Se decantó por escuchar aquella segunda versión una segunda vez:

Eres tú la dulce ilusión que yo soñé...

Eres tú, tus ojos me vieron con ternuras de amor...

Pero al ver que no lo estaba ayudando tanto como quería, decidió quitarse los auriculares, se puso las zapatillas de andar por casa que le habían dado y salió al exterior del dormitorio para caminar y despejarse la mente.

Sintió el frío nocturno invadir su cuerpo a medida que bajaba los escalones para observar desde lejos el edificio del dormitorio, el cual mantenía aún los viejos tablones de madera bloqueando las ventanas.

¿Cuántos días habían pasado desde que aquel viejo edificio se había convertido en su nuevo hogar? Ya había perdido la cuenta.

─Me preguntó si seré capaz de volver a casa... ─suspiró en voz alta.

A pesar de que en aquel lugar había hecho amigos increíbles, conocido gente interesante, visto y aprendido cosas inimaginables para él y de que estaba bajo la protección de un tutor amable y considerado, no podía evitar echar de menos su antiguo hogar, sus pertenencias ahí, sus antiguos amigos y, sobre todo, a su familia... Nunca antes había estado tanto tiempo separado de su hermana ni de su madre, ¿cómo se encontrarían en aquel momento? ¿Y sus tías? ¿Estarían pensando todas en él de la misma forma que él en ellas?

Creía estar solo, pero un sonido a escasos pasos detrás de él le indicó lo contrario.
─¿Hm? ¿Quién eres tú? ─le preguntó una voz profunda y tranquila, aparentemente sorprendida de verlo ahí.

Aquella voz no era una familiar, Yuu dio un respingo y se dio la vuelta rápidamente.
─¿¡Quién anda ahí!? ─preguntó alarmado. Empezó a temer que salir en medio de la noche resultara ser una mala idea.

Su fugaz movimiento sobresaltó ligeramente al recién llegado, pero este mantuvo la calma.
─Esto sí que es una sorpresa, eres un hijo del hombre ─observó mientras terminaba de acercarse a paso tranquilo.

Yuu se fijó en él, se trataba de un atractivo joven de tez pálida y pelo negro cuya longitud le llegaba por debajo de los hombros. Era realmente alto, estaba vestido con el uniforme escolar, con chaleco, gema mágica y banda del brazo color verde lima, los cuales indicaban que era de Diasomnia.

Lo que más llamaba la atención eran sus largos y elegantes cuernos negros en la cabeza, sus ojos del mismo tono de verde con pupilas dilatadas, como las de un reptil, y sus largas orejas puntiagudas; todo aquello indicaba que aquella persona estaba lejos de tratarse de un ser humano. Había aprendido de los seres feéricos y distintos tipos de hadas de aquel mundo durante los últimos días y sus características encajaban con las de ellos.

No se sintió en peligro ni creyó que aquel estudiante fuera a hacerle daño como los de Savanaclaw, pero siguió mirándolo con cautela.

─¿Vives aquí? ─le preguntó el joven desconocido─. Este dormitorio ha estado abandonado por un largo tiempo ─Frunció descontento el ceño─. Le había encontrado gusto a este sitio por ser un lugar donde podía estar solo y tranquilo ─murmuró con un hilo de frustración en su voz.

No parecía estar mintiendo, Yuu pudo respirar calmado al sentirse seguro.
─¿De verdad? Menos mal... Por un momento creí que alguien quería atacarme ─suspiró y lo miró a los ojos─. El director me dejó instalarme en este sitio hace poco, así que seguramente no te habrías dado cuenta hasta ahora. Entonces... ¿Quién eres tú?

La pregunta pareció pillar al desconocido completamente por sorpresa.
─¿Que quién soy? ─preguntó con los ojos muy abiertos─. ¿De verdad no sabes quién soy?

Yuu negó con la cabeza.
─Esta es la primera vez en mi vida que te veo ─respondió.

─¿De verdad? ─preguntó él una vez más antes de esbozar una sonrisa tranquila─. Hmm... Ya veo. Esto es... realmente inusual. ¿Cómo debería llamarte?

─Soy Yuu ─respondió─. Yuu Oshiro. Soy el prefecto de este dormitorio.

─¿Yuu? Qué nombre tan inusual... ─observó el desconocido.

Yuu se rio suavemente.
─Me han dicho eso varias veces. Pero ¿por qué dices que es inusual que no sepa quién eres? ¿Se supone que debería saberlo?

─Yo soy... ─comenzó a decir el joven antes de detenerse, como si se lo hubiera pensado mejor, y mirarlo con una sonrisa misteriosa─. No, de hecho no te lo diré. Es mejor para ti no saberlo.

─¿Eh? ¿Por qué lo dices? ─preguntó Yuu mientras ladeaba confundido la cabeza.

─Porque en el momento que lo oigas, sentirás un escalofrío por todo el cuerpo ─respondió el joven─. A cambio de tu ignorancia, haré una excepción contigo y te dejaré llamarme por el nombre que quieras ─esbozó una sonrisa maliciosa, revelando dos largos colmillos mientras hablaba─. Sin embargo, es posible que algún día lo lamentes.

«Qué tipo tan raro...» ─pensó Yuu. Se había acostumbrado a la común sonrisa traviesa de los estudiantes del Night Raven College y del... peculiar comportamiento de muchos de ellos, aquel joven de Diasomnia no era distinto─. De acuerdo, si lo prefieres así, pensaré en algún nombre ─le dijo.

─Muy bien ─las comisuras de su sonrisa se bajaron de forma pensativa─. Hmm... Sin embargo... ─cerró los ojos con pesar─. Si hay gente viviendo aquí, significa que este edificio abandonado ya no está abandonado, es una pena. Tendré que encontrar otro lugar abandonado para mis paseos nocturnos.

─No creo que tenga que ser así ─lo interrumpió Yuu.

Ahora el joven le dirigió una mirada confundida.
─¿Qué quieres decir?

─Bueno, es cierto que este edificio ha estado deshabitado hasta hace poco, pero aparte de los tres fantasmas, solo estamos mi amigo Grim y yo; lo único que hacemos por las noches es dormir, no es como si nos gustara montar fiestas o hacer ruido todo el rato, ¿sabes? De esa manera parece seguir abandonado ─explicó Yuu─. Así que si está bien contigo, puedes seguir paseando por aquí todas las noches que quieras, te dejaremos tranquilo.

Como si estuviera considerando la oferta, el desconocido cruzó pensativo los brazos.
─Admito que es una oferta realmente considerada, a pesar de que nos acabamos de conocer y no sabes mi nombre. ¿Cómo sé que no te vas a arrepentir después?

─No lo haré, tú ya estabas por este lugar antes ─aseguró Yuu─. A menos que te dé por hacer algo como entrar a robar lo poco que hay dentro, eso sería otra cosa ─Se rio antes de extenderle la mano─. ¿Trato?

El joven le miró la mano con sorpresa; en el fondo no supo decir si aquel humano era ingenuo o realmente osado, pero le gustó la confianza que transmitía.
─Entonces trato hecho ─dijo mientras le estrechaba la mano en un suave apretón─. Deberías volver adentro, es tarde y hace frío ─recomendó antes de dar un paso atrás─. Bien, por ahora me despido.

Tras el sonido de hechizo mágico, el desconocido se desvaneció en el aire, dejando a su paso un brillante destello.

─Desapareció... ─comentó Yuu con una mezcla de desconcierto y sorpresa mientras miraba a su alrededor.

Haciendo caso a aquel desconocido, se apresuró en volver a subir las escaleras y regresar al interior del dormitorio.

Si Malleus hubiera regresado a Diasomnia a pie en lugar de teletransportarse, podría haber visto un Carruaje Negro tirado por un caballo de mirada feroz adentrarse por la calle principal de la escuela... Mostrando a través de sus cristalinas paredes una puerta en forma de ataúd...

Mientras tanto, en el dormitorio Savanaclaw, Ruggie entró en la habitación de Leona con una bandeja con comida.

─Buenas noches, Leona. Te traigo la cena ─lo saludó el chico-hiena antes de guiñar un ojo y susurrar─. Por cierto, también me encargué de otro trabajo más...

─Ah, eres muy eficiente Ruggie ─le dijo Leona satisfecho mientras lo veía dejar la bandeja sobre el escritorio.

─Pues claro que sí ─dijo Ruggie con una gran sonrisa llena de orgullo─. Cualquier cosa es fácil de hacer si es para ti, Leona.

Leona reprimió una risa.
─Ja, escúchate. Estás haciendo esto por tí mismo.

─Oh no, Leona, esto es por todos nosotros ─aseguró Ruggie─. Todos quieren ver el mundo patas arriba ─se puso serio─. Además, las hienas de la leyenda del Rey de las Bestias lo seguían porque querían mejorar sus condiciones de vida. Yo solo estoy haciendo lo mismo.

─Hmph. Entonces sé discreto mientras estás de "caza", no dejes ninguna evidencia ─le indicó Leona.

─¡Shi, shi, shi! ─rio Ruggie─. Por supuesto, la especialidad de las hienas es no dejar ni rastro de sus presas, después de todo. Hablando de evidencia, ese pequeñajo de las fotos no dudó en reportar nuestro juego al director. ¿Te regañó mucho cuando te llamó a su despacho?

Leona cerró los ojos con cansancio.
─No fue nada en particular, simplemente me advirtió que no volviera a ocurrir... Después de una larga charla llena de indignación. Esto nos pone en desventaja, podrían sospechar de nosotros a partir de ahora. Así que lo dicho, asegúrate de ser discreto y no bajes la guardia ante nadie, ni siquiera con ese enano; algo me dice no deberíamos subestimarlo completamente.

─Sí, señor ─asintió Ruggie─. Por cierto, para la próxima presa ¿qué jugador y de qué dormitorio debería ser nuestro objetivo?

Leona sacudió las orejas y la cola con recelo.
─Déjame pensar... ¿qué me dices de un lobo que le gusta esconderse para escuchar conversaciones ajenas?

─¿¡Qué!? ─preguntó Ruggie desconcertado mientras Leona se ponía de pie y miraba fijamente a la puerta.

─Sé que estás ahí, mocoso de primero ─dijo Leona con severidad─. Tal vez quieras encontrar un pasatiempo distinto con esas grandes orejas tuyas.

A paso lento salió de la penumbra exterior a la habitación el joven Jack con una mirada apesadumbrada, tanto por el hecho de haber sido descubierto como por la conversación que acababa de escuchar.

─¿Qué quieres a estas horas? ¿Echabas de menos tu hogar y quieres que te canten una nana? ─le preguntó Leona con sarcasmo.

─¿Quieres que te cante una? ¡Shi, shi, shi, shi! ─preguntó Ruggie burlonamente.

─Solo quiero saber la razón ─dijo Jack con impasibilidad─. ¿Por qué estáis haciendo todo esto?

─Entiendo, lo que quieres es un cuento para dormir. Muy bien, te contaré uno ─dijo Leona mientras cruzaba los brazos─. Durante dos años consecutivos, nos hemos enfrentado contra Malleus y el dormitorio Diasomnia en la primera ronda, como resultado fuimos eliminados de forma aplastante. Solo ganamos el trofeo por participación, desde entonces los de Savanaclaw, que siempre había sido conocido por derrotar a todos y cada uno de sus oponentes, somos vistos como gatitos recién nacidos incapaces de abrir los ojos. Y nuestros patéticos partidos fueron televisados por el mundo entero. ¿Qué crees que pasó después? ─Frunció el ceño con una mezcla de furia y frustración─. El líder de dormitorio fue tachado de incompetente y todas las ofertas de las ligas profesionales para Savanaclaw se redujeron a cero.

─Pero eso es... solo teníais que esforzaros más ─respondió Jack con una ligera insistencia.

─Es justo lo que dices ─le dijo Leona sin inmutarse─. Hasta el año pasado no estábamos usando nuestro verdadero potencial, solo un idiota creería que tiene oportunidad de ganar contra un monstruo como él en un partido honesto sin trucos. Sabíamos que perderíamos, pero no teníamos nada planeado. Debe de ser indignante escuchar eso de Savanaclaw, el dormitorio fundado por la persistencia del Rey de las Bestias.

─¡Aún así! ─exclamó Jack con rabia─. ¡No está bien hacer algo tan cobarde como atacar gente y hacer trampas!

─¿Que no está bien? ─preguntó Leona con irritación antes de mirarlo con serenidad─. Jack, hago esto porque me preocupo por lo mejor para los miembros de Savanaclaw, ¿sabes? Si el mundo entero nos ve derrotar a Malleus, recuperaremos esas ofertas junto a nuestra dignidad. Ya se ha decidido que si no ganamos este año, Malleus entrará en el salón de la fama. Esta es nuestra última oportunidad, pero ¿tú quieres desperdiciarla por tu sentido de justicia? ¿Acaso quieres destruir el futuro de tus compañeros de clase superior?

Con esas preguntas que acarreaban mucho peso, Jack se sintió acorralado.
─Y-Yo... ─fue lo único que se le ocurrió decir, nervioso.

─Usar la cabeza para perseguir a tu presa es una de las bases de la caza, no hay nada de cobarde en eso ─añadió Leona sin vacilación.

─¡Shi, shi, shi! En esta escuela es la supervivencia del más fuerte, los chicos buenos no sobreviven ─dijo Ruggie con malicia.

─¡Pero líder de dormitorio, si dieras lo mejor de ti, no tendrías problemas con Diasomnia! ─exclamó Jack con furia e indignación─. Aún recuerdo el partido en el que participaste hace tres años... ¡Yo...!

Escuchar eso le hizo a Leona perder la paciencia que le quedaba y se puso de pie con energía.
─¡No hables como si supieras todo! ─gruñó colérico─. ¿Dar lo mejor de mí? Qué estúpido, no importa lo mucho que me esfuerce, nada cambiará. Lárgate si quieres volver a ver la luz del sol... ─le advirtió.

Jack le dirigió una mirada afectada antes de irse de la habitación.

─Este tipo podría ser un problema, ¿debería deshacerme de él? ─preguntó Ruggie.

─No, espera ─le dijo Leona─. Aunque quisiera decírselo a Crowley, no tiene ninguna prueba. Además necesitamos sus habilidades para el torneo, solo vigílalo de cerca.

─Sí, señor ─asintió Ruggie antes de irse él también.

Al quedarse solo, Leona se tumbó sobre la cama y se llevó una mano a la cabeza. Chasqueó la lengua con irritación.
─Ese mocoso de primero... habla como mi hermano mayor... ─farfulló.

Justo en ese momento, tras haber podido finalmente conciliar el sueño tras el agradable encuentro con aquel misterioso desconocido de ojos verdes, Yuu pudo escuchar un desagradable y pesado sonido de goteo...

Después, Yuu volvió a tener otro sueño extraño tras visualizar y atravesar el espejo de su habitación.

Igual que la vez anterior, Yuu llevaba puesta la camiseta blanca de algodón y los pantalones marrones del mismo material, la marca de su hombro también emitía un brillo azul.

El sueño también estaba protagonizado por animales, pero era muchísimo más siniestro y tenebroso que el anterior. El lugar parecía ser una cueva oscura con humeantes géisers desperdigados a su alrededor. Un león adulto de melena oscura y con una cicatriz sobre el ojo izquierdo estaba hablando con tres hienas.

Yuu reconoció aquel león como Scar, y al parecer estaba emparentado con el pequeño Simba y su padre.

─Se acaba una era, la nueva os espera ─anunció un orgulloso Scar a sus secuaces.

─¿Y qué pintamos nosotros en esto? ─ le preguntó con escepticismo una hiena llamada Shenzi.

Scar se acercó a ella para apretarle la mejilla de forma juguetona.
─¡Oíd al maestro! ─le insistió.

Mientras Shenzi se masajeaba la adolorida mejilla con molestia, Yuu se fijó en la chica sombra y el resplandor azul en su hombro derecho, situada a unos pocos metros alejada de él. Ella tampoco tardó mucho en verlo a él, pero ambos volvieron a centrarse en las imágenes.

─¡Preparaos! ─exclamó Scar.

─¡Estamos preparados, estaremos preparados! ─exclamó una hiena masculina llamada Banzai─. ¿Para qué?

─¡Para la muerte del rey!

─¿Por qué? ¿Está enfermo? ─preguntó Banzai.

─No, idiota. ¡Le mataremos! Y a Simba también ─dijo Scar con maldad.

Yuu dio un respingo, la chica tampoco pareció indiferente de oír aquello.

─¡Gran idea! ¿Quién necesita rey? ─dijo Shenzi con entusiasmo.

─¡Idiotas! ¡Yo seré el rey! ─gritó Scar─. ¡Obedecedme a mí y no volveréis a pasar hambre jamás!

─¡Buena idea! ─exclamó Shenzi─. ¡Larga vida al rey!

─¡Larga vida al rey! ─repitieron por lo menos un centenar de hienas más─. ¡Larga vida al rey!

Todas comenzaron a marchar en paso militar como si formaran un ejército; a medida que se acercaban a Scar, quien las observaba sentado desde lo más alto de una cornisa, giraban la cabeza hacia él en forma de saludo.

─¡Ese trono es mi gran ambición! ¡Preparaos! ─volvió a exclamar Scar, que ya parecía estar saboreando su victoria.

Yuu se quedó paralizado, acababa de presenciar el planteamiento de lo que parecía ser un golpe de estado y un plan de asesinato.
─Pero ¿por qué tenía tantas ganas de ser rey? ─preguntó en voz alta.

La chica sombra debió de fijarse en su preocupación porque se acercó a él e intentó cogerlo de la mano para calmarlo, pero Yuu se apartó de forma instintiva, acción que ella pareció respetar y se alejó unos pasos de él con ambos brazos levantados.

Cuando quisieron darse cuenta, las imágenes del sueño habían desaparecido, pero al igual que la última vez, ambos seguían allí de pie, mirándose el uno al otro.

Yuu dio algunos pasos hacia atrás, sin saber muy bien qué hacer. La chica lo imitó.

De repente, la luz que brillaba en el hombro izquierdo de Yuu se intensificó mucho más. Lo mismo ocurrió con la de la chica sombra, quien también se había levantado la manga derecha de su camiseta para verla.

Pudieron mirarse por un segundo antes de que el brillo se transformara rápidamente en un resplandor tan intenso que hizo a Yuu cerrar los ojos y protegérselos con los brazos.

Cuando notó la luz desaparecer, volvió a abrirlos lentamente. El lugar era el mismo espacio gris que las imágenes de antes habían dejado, pero algo había cambiado ligeramente...

[Publicado el 7/2/2022]

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