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14. Pedir perdón

─¿Holaaaaaaa? ¿Puedes oírme? ─preguntó la chillona voz de Grim.

Yuu sintió haber despertado de un trance cuando volvió a encontrarse en el laberinto de rosas. Estaba de pie junto a Ace y Deuce. Grim estaba a sus pies, dándole pequeños tirones de los pantalones con una de sus patas.

Parpadeó un par de veces y los miró con sorpresa.

─Por fin bajas de las nubes ─dijo Ace.

─Menos mal, pensé que te habías traumado por la batalla ─suspiró Deuce, aliviado.

─¿Qué? ¿Me distraje? ─preguntó Yuu, sacudiendo suavemente la cabeza.

─Te quedaste quieto como una estatua, y cuando comenté que no te habías caído de rodillas tras vivir algo terrorífico te pusiste de pie y caminaste como si alguien te controlara. Tenías los ojos muy abiertos y apenas parpadeabas. ¡Dabas tan mal rollo! ─explicó Grim─. Te hablamos, pero no contestabas, ¿qué narices te ha pasado?

─No... No lo sé ─tartamudeó como respuesta.

No estaba mintiendo del todo, aún recordaba aquel extraño encuentro con Riddle y sus memorias, pero seguía sin encontrarle explicación.

El ambiente había regresado al día azul y soleado de aquella tarde, con la diferencia de que el jardín había sufrido destrozos y estragos como resultado de la batalla. Trey continuaba arrodillado junto al cuerpo inconsciente de Riddle, a su lado estaban de pie Cater y el director, quien había regresado, conteniendo la respiración.

Se fijaron que Riddle apretaba los ojos, como si fuera a despertar finalmente. Trey dio un respingo sorprendido y le tocó suavemente el hombro.
─¡¡¡Riddle!!! ─lo volvió a llamar.

Riddle abrió los ojos repentinamente con una fuerte exhalación.

─¡Oh, abrió los ojos! ─reiteró Ace con cara de pocos amigos, indicando que aún no iba a dejar de lado lo que había ocurrido minutos atrás.

Cater suspiró aliviado.
─¡Ah, menos mal! ¡No sabíamos si ibas a despertar o no!

Entre jadeos, Riddle se irguió y miró a su alrededor antes de apretar los ojos como reacción ante el desastre en el que se había convertido el jardín.
─Yo... ¿Qué he hecho? ─preguntó.

─Qué gran alivio ─sonrió Crowley─. Por fin ha vuelto a sus sentidos.

Trey rodeó la espalda de Riddle con el brazo para ayudarlo a sujetarse.
─No pienses en nada ahora, limítate a descansar ─le respondió.

Ace era el único que no parecía contento con la situación y cruzó los brazos.

─¡Ah, vamos! Pues claro que va montar un berrinche así cuando es regañado si lo único que hacéis es consentirlo de esa forma todo el rato ─señaló a su alrededor, ganándose un desvío de mirada por parte de Trey─. ¡El jardín es un desastre y estamos en problemas!

─Realmente fue una locura ─comentó Deuce.

─Madre mía, se ve que no es nada bueno tragarse y aguantarse el estrés ─suspiró Grim con desdén.

Aún erguido sobre el suelo, Riddle observó a Ace con una mirada que reflejaba su cansancio y desánimo.

─Yo... ─murmuró tras mirarlo varios segundos en silencio─. Yo realmente quería comerme aquellas tartaletas Mont Blanc...

─¿Qué? ─preguntó Ace, sorprendido por la confesión.

─Las rosas están bien siendo blancas... Y los flamencos también lo están siendo rosas ─continuó Riddle─. Prefiero añadir miel al té más que poner terrones de azúcar, y me gusta más el té con leche que con limón ─cerró los ojos con frustración─. También quiero quedarme hablando con los demás a la hora de comer...

Con eso, Yuu entendió finalmente por qué Riddle parecía frustrado en el momento en que mandó tirar las tartaletas por estar "fuera de las normas", también y por qué repetía constantemente su insistencia de seguir las reglas.

─¿Riddle? ─lo llamó Trey, tan asombrado como los demás.

Las lágrimas se asomaron inevitablemente por los ojos de Riddle cuando este apoyó la cabeza sobre el hombro de Trey.

─Yo quería jugar por mucho más tiempo contigo, Trey... ─gimió con voz rota antes de sollozar y, finalmente, caer en un fuerte llanto que desahogaba la tristeza y el estrés ocultado durante tanto tiempo...

Trey lo estrechó rápidamente contra su cuerpo en un abrazo que Riddle no dudó en devolver. Todos lo observaron con pasmo por verlo estallar en lágrimas.

─No me lo puedo creer... Riddle está llorando... ─susurró Cater, estupefacto ante la inseperada escena.

─¡Eh, para! ─reclamó Ace, regresando a su anterior semblante molesto─. ¡No vamos a perdonarte solo porque te eches a llorar!

Deuce suspiró ante la insensibilidad de Ace.
─No sabes leer el ambiente, ¿eh? 

─Yo también lo siento... Sabía que estabas sufriendo, pero fingí no darme cuenta ─murmuró Trey con arrepentimiento cuando los llantos de Riddle se calmaron un poco.

Riddle se separó de Trey para recuperar el aliento entre gimoteos.

─Así que voy a decir esto ahora, Riddle ─continuó Trey con seriedad─. Tu forma de liderar y hacer las cosas estuvo mal, tienes que pedir perdón a todos aquí de forma correcta.

Sin abrir los ojos, Riddle se sorbió la nariz y se secó las lágrimas.
─Lo siento... ¡Lo siento mucho! 

Desde su sitio, Yuu le dirigió otra mirada llena de compasión.
─Te perdono... ─susurró.

Por un momento, Ace pareció dejar su enfado de lado y miró a Riddle con calma.
─¿Sabes? Es cierto que realmente quería escucharte pedir perdón... ─dijo antes de volver a fruncir el ceño con furia─. Pero ¡como si UNA SIMPLE DISCULPA FUERA A RESOLVER TODO ESTOOOOOOO! ─gritó a pleno pulmón─. ¡¡¡DEFINITIVAMENTE, JAMÁS TE PERDONARÉEEEEEEEEE!!!

Todos lo miraron horrorizados ante su falta de sensiblidad.

─¡¿Eeeeeeh?! ─preguntó Cater, atónito─. ¡¿Realmente dices algo así en un momento como este?!

─¡Pues claro que sí! ─respondió Ace, airado─. Hemos estado en peligro por su culpa, ¿recuerdas? Y también tiró a la basura todas las tartaletas Mont Blanc en las que todos nos esforzamos en hacer. No voy a perdonarlo por una simple disculpa llena de lágrimas.

─Este tipo tiene un rencor por la comida más fuerte que yo... ─comentó Grim, entrecerrando los ojos con desdén.

Riddle lo miró afligido.
─No puede ser... ─musitó─. Entonces, ¿qué debería hacer...?

Ace se lo pensó por un momento.
─¿Sabes? Aún queda un buen tiempo para mi cumpleaños ─dijo finalmente.

─¿Eh? ¿A dónde quieres llegar con eso? ─le custionó Deuce.

─Por eso demando que hagamos una Fiesta del No-Cumpleaños de venganza ─insistió Ace con determinación─. La última vez no pudimos siquiera participar en ella. Y esta vez tú tienes que llevar una tartaleta hecha por ti. ¡No puedes recibir ayuda de Trey! Tienes que hacerla tú solito, ¿entendido? ─desvió la mirada─. Si lo haces, es posible que te perdone.

─Eh, ¡eso no es justo! ─le espetó Yuu─. Tú recibiste mucha ayuda de Trey y de todos nosotros.

─¡Tú calla! ─le demandó Ace antes de volver a dirigirse a Riddle, Yuu gruñó como respuesta─. ¿Y bien? ¿Lo has entendido?

Riddle se levantó con ayuda de Trey y miró abatido a Ace en silencio mientras pensaba en la condición que debía cumplir para que sus disculpas fuesen aceptadas.

─Entendido... ─murmuró.

Crowley esbozó una sonrisa.
─Oh, qué resultado tan hermoso ─dijo aliviado─. Me alegro de que todo se haya solucionado.

Cater volvió a mirar a su alrededor.
─Bueno, creo que ahora deberíamos empezar a limpiar el jardín. El jardín fotográfico en el que tanto trabajé está en ruinas... Jo... ─se quejó.

─Yo te ayudaré ─se ofreció Trey, aún ayudando a Riddle a mantenerse de pie sin perder el equilibrio.

─No, Trey. Tú deberías llevar a Riddle a la enfermería ─insistió Cater─. Acaba de entrar en Overblot, así que asegúrate que el médico lo vea.

─Diamond tiene razón ─dijo Crowley─. Yo os acompañaré.

Antes de que se fuesen, Yuu buscó algo con la mirada y regresó al lugar donde Riddle había perdido la consciencia después de la desaparición del monstruo.

─¡Esperad! ─exclamó corriendo en dirección a Riddle y le tendió algo dorado─. Toma, se te cayó. Una reina no debería dejar su corona atrás, ¿no crees?

Riddle se llevó involuntariamente una mano a la cabeza para darse cuenta de que no tenía su pequeña corona puesta.
─Gracias... ─dijo con timidez mientras la recogía.

─Vale, ya no te entretengo más. ¡Que te recuperes pronto! ─le dijo antes de regresar con los demás.

─Hm. Usar tanta magia me ha dado hambre... ─dijo Grim con cansancio y se fijó en una piedra negra como el carbón cerca del lugar donde había caído la corona─. ¿Eh? ¿Eso es...? ¡Es igual a la piedra mágica negra que vimos en el Monte de los Enanos! ─recordó.

Ace, Yuu y Deuce se asomaron a ver. Cater, movido por la curiosidad, hizo lo mismo.

─Es cierto ─confirmó Deuce─. ¿De dónde ha salido?

─Probablemente del monstruo, como la última vez ─supuso Yuu.

─Esta vez no te la comas ─le avisó Ace, recordando sin mucho ánimo la escena.

Pero Grim hizo caso omiso.
─¡Este es un sabor que no puedo olvidar! Así que... ¡Que aproveche! ─exclamó antes de comerse la oscura piedra de un solo bocado.

─¡Nooooooo! ─gritó Yuu, pero ya era demasiado tarde para detenerlo.

─¡Se la comió! ─exclamó Ace con asco.

Deuce, lejos de sorprenderse, negó la cabeza con incredulidad.

Cater abrió los ojos como platos y dio un paso atrás.
─Eh, ¿te gusta comer ese tipo de cosas, Grim? ─le preguntó con la misma expresión que Ace.

Grim se limitó a saborear con emoción la extraña piedra como si fuera el postre más rico del mundo.
─¡Hmm~! Tiene un sabor muy dulce, aunque tiene un pequeño toque amargo. ¡Es un sabor distinto al último que me comí!

─¿D-de verdad vas a estar bien? ─preguntó Yuu con incomodidad─. Espero que no te dé dolor de estómago por comer cosas raras...

─Bueno, él es un monstruo. Supongo que que su estómago es distinto al nuestro ─suspiró Ace.

─Aun así, no creo que sea bueno para él comer ese tipo de cosas ─comentó Deuce.

Yuu asintió para demostrar estar de acuerdo.

─¡Hmmp! Tiene un sabor suave y refrescante, ¿sabéis? ─insistió Grim alegremente.

─¡¡Oye, para!! ¡Eso no es para comer! ─lo regañó Deuce con energía.

─Vamos, vamos... ─trató de calmarlos Cater con suavidad y los miró con ternura en silencio por unos segundos─. Chicos... muchas gracias.

Había susurrado en voz muy baja, pero fue suficiente para que Yuu pudiese escucharlo.

─¿Dijiste algo? ─le preguntó Ace.

Cater se sobresaltó y movió los brazos en señal de negación.
─¡Nop, no dije nada! ─insistió alegremente.

─¡Eh! ¡Voy a ver si encuentro más piedras como esta! ─exclamó Grim antes de correr con sus cuatro patas.

─¡Ni se te ocurra! ─bramó Deuce echando a correr detrás de él─. ¡Vuelve aquí, mapache!

─¡Deuce! ¡Si vas a usar magia, no pongas el jardín peor de lo que está! ─exclamó Ace, acelerando el paso.

Yuu reprimió una risa y negó la cabeza al verlos montar caos una vez más.

─¿Deberíamos detenerlos? ─preguntó Cater.

─Déjalos por un rato, se cansarán rápidamente ─suspiró Yuu─. Por cierto, Cater, yo también te doy las gracias.

Las mejillas de Cater se enrojecieron un poco tras ver que su lado sentimental no había sido tan discreto como pretendía.
─¿Por qué? ─le preguntó sorprendido.

─Nos has ayudado mucho en la batalla ─su sonrisa aumentó al pensar en lo que iba a añadir─, bueno, tus clones también ─se rio─. Podrías haberte ido, pero decidiste quedarte y hacer equipo con nosotros para salvar a Riddle. Por eso te doy las gracias.

Cater cerró los ojos.
─¡Venga, no sigas! Quiero decir, de nada y todo eso, pero si sigues así voy a emocionarme...

─Vale, vale. Lo pillo ─rio Yuu antes de mirar a su alrededor─. Así que... ─arqueó una ceja─. Hablando de ayudar, ¿crees que vas a necesitar más "mano de obra", como tú dices? Yo podría ofrecerme voluntario.

La cara de Cater volvió a iluminarse.
─¿De verdad? ¡Me vendría bastante bien!

─¡Yuuuuu! ¡Sálvame! ─gritó Grim a lo lejos─. Me están atacando con magiaaaaaa...

─¡Vuelve aquí! ─sonó la voz de Ace.

Yuu inhaló profundamente para tratar de mantener la paciencia.

─Eso sí, acabaremos trabajando doble si esos tres no paran, ahora vuelvo ─fue su turno de echar a correr─. ¡Eh, chicos! ¡Parad antes de que pongáis todo peor!

Cater suspiró y observó divertido la situación.

El dormitorio Heartslabyul decidió organizar la nueva Fiesta del No-Cumpleaños para el próximo viernes, una semana exacta después del duelo. Así tendrían tiempo para arreglar el jardín, organizar las preparaciones y Riddle podría tomarse su tiempo para recuperarse con más calma.

El martes por la tarde, después de clase, Trey y Cater estaban en la cocina de Heartslabyul.

─¿Ya vas a preparar los postres para la fiesta, Trey? ¿No es un poco temprano?

─No, exactamente. Estaba revisando si tenemos los ingredientes necesarios para los postres. Aún tenemos mucha harina, pero estamos algo cortos de azúcar. Riddle también tendrá que comprar fresas para la tartaleta que tiene que hacer para la fiesta.

─Recuerda que no puedes ayudarlo ─respondió Cater a modo de broma.

─Aún lo recuerdo, Cater ─dijo Riddle mientras entraba en la cocina.

─Riddle, ¿cómo te sientes? ─le preguntó Trey.

─El médico me ha insistido en no hacer grandes esfuerzos físicos en los próximos días, pero ahora me encuentro mucho mejor.

─Me alegro de oír eso ─dijo Cater─. ¿Has venido a preparar ya la tartaleta de Ace? Es un poco temprano para eso, ¿no crees?

─No exactamente ─contestó Riddle─. Quería buscar el libro de recetas, voy a leerlo primero para asegurarme de hacerla bien.

─Ah, ese libro lo puedes pedir en la biblioteca ─le informó Trey─. Es un libro de repostería con instrucciones claras, por lo que no te será difícil preparar tartaletas con eso. Ven, voy a escrinirte el título, es uno con la portada de color rojo.

─Trey~. ¡Recuerda que no puedes ayudarlo! ─repitió Cater con una voz cantarina.

─No puedo ayudarlo en prepararla, pero Ace no dijo nada para antes de eso. Tan solo estamos hablando de encontrar un libro.

─Entendido. Gracias Trey ─dijo Riddle antes de darles la espalda para irse.

─Oh, por cierto ─dijo Trey, acordándose de algo─. Es posible que te encuentres con Yuu allí.

Riddle soltó un suave jadeo y volvió a mirarlo.
─¿El prefecto?

─Es verdad ─dijo Cater─. Hasta hace un momento estuvo por aquí, ayudando a restaurar el jardín. Quiso irse un poco antes para buscar algo en la biblioteca y para asegurarse de que Grim seguía en Ramshackle sin causar travesuras.

Riddle desvió la mirada con algo de incomodidad.
─Qué amable de su parte ─se limitó a contestar.

─También preguntó por ti ─añadió Trey─. Le alegró saber que estabas bien.

Riddle no se había olvidado de aquella extraña experiencia en la que el joven alumno sin magia había observado con él sus recuerdos sin saber cómo.

─¡Sí, él es tan bueno! Me parece casi increíble que te perdonara sin tener que ponerte una condición como Ace. Le dijiste cosas que realmente le hicieron daño, no sé ni cómo no te guarda rencor.

El semblante de Trey cambió inmediatamente.
─¡Cater! ¡No es el momento! ─le recriminó.

Al darse cuenta de lo que había dicho, se tapó la boca con una mano.
─¡Lo siento! ¡Perdón, perdón!

─Tranquilo, Trey ─lo calmó Riddle con una mirada llena de arrepentimiento─. Es cierto que dije muchas cosas horribles a todo el dormitorio y a otras personas. Pero... ¿tanto daño le hice? 

Los miró con preocupación, por lo que Trey y Cater intercambiaron una mirada.

─Supongo que ahora no hay más remedio que decírtelo... ─suspiró Trey─. ¿Recuerdas que lo calificaste como "patético" e "inadecuado para el Night Raven College" por haber sido educado por padres sin magia? ─Dudó por un momento si sería cauto continuar─. Él nos dijo que su padre murió cuando era pequeño.

Riddle abrió los ojos como platos y sintió un vuelco en el corazón al comprender el verdadero peso de lo que había hecho.

─Recuerdo que también nos dijo que él y su hermana gemela crecieron con su madre ─comentó Cater─. No quiero ni imaginarme lo duro que debe ser estar lejos de tu familia sin forma de contacto, como él.

─¿Qué quieres decir? ─preguntó Riddle, aún impactado.

─Yuu viene de un mundo distinto en el que no existe la magia, su familia debe de seguir ahí. Es incapaz de verlas o de comunicarse con ellas, ni siquiera con llamadas por teléfono. ¿No te lo dijo el director? Creí que os habría explicado a los líderes de dormitorio por qué alguien sin magia acompañado por un monstruo puede dar clases aquí.

El joven pelirrojo tragó saliva.
─El director nos lo dijo una en una reunión al poco tiempo de comenzar el año... Pero no me creí del todo lo que había dicho, pensé que estaba exagerando con eso de "otro mundo" para decir que era distinto a nosotros ─confesó antes de negar con la cabeza con vergüenza de sí mismo─. Entonces yo... No creí que lo que le dije le afectaría tanto, ¡no era mi intención!

─No tiene pinta de ser como Ace, parece haberte perdonado ─le dijo Trey para calmarlo.

Recordó la reconfortante sensación de aquel fuerte abrazo, de la calidez de su mano al sostenerla y de la amabilidad de devolverle su corona para no perderla. Todo de la forma más sincera que alguien se podría imaginar.

─Aún así, yo no le pedí perdón por eso... ¡Siento que le debo una disculpa!

─Si lo consideras necesario, yo lo haría en tu lugar ─afirmó Trey─. Dile lo que piensas y así puede que te reconcilies con él apropiadamente.

─También deberías darle las gracias ─le aconsejó Cater─. Él nos dio buenas indicaciones para poder salvarte, ¡pensar que alguien tan adorable y súper bueno como él podría tener tantos nervios de acero y un afán luchador! ¡Eso sí que fue una gran revelación para mí!

─Entonces lo haré ─dijo Riddle con decisión─. Si lo veo, se lo diré.

─Solo sé sincero ─le aconsejó Trey─. Busca un momento oportuno para decírselo.

─Entendido.

En su camino hacia la biblioteca, Riddle trató de pensar en lo que debería decir para disculparse. Además de pedir perdón a una persona que estaba en una situación complicada, iba a tratar un tema delicado como la muerte de un familiar, por lo que era importante seguir el consejo de Trey para buscar el momento oportuno. También debía elegir el orden de temas y organizar una estructura en la que estos escalaran de la forma más amena posible.

También debía tener en cuenta las posibles reacciones del prefecto. Por un lado él podría agradecer la consideración y aceptar la disculpa; por otro, corría el riesgo de que recordara lo herido que se sintió por el insulto y guardarle rencor. Y a pesar de lo que le habían dicho Trey y Cater, Yuu podría exigirle algo más que palabras, como Ace.

En su divagar, no se había dado cuenta de que había llegado a las puertas de la biblioteca.

Suspiró para espabilarse y entrar para lo que había ido: encontrar el libro de recetas.

Si daba la casualidad de encontrarse con Yuu allí, se acercaría a hablar con él.

Sacó el teléfono móvil, lo puso en silencio y revisó el título que Trey le había apuntado para buscarlo después en los ordenadores que presentaban el catálogo de la biblioteca.

No fue díficil de localizar, se dirigió al pasillo donde podría encontrar el libro y lo cogió; lo hojeó rápidamente para encontrar la receta que necesitaba. Al acercarse al mostrador para finiquitar el préstamo, echó un vistazo rápido a su alrededor y... lo vio.

Leyendo un libro, el prefecto estaba sentado a varios metros de donde se situaba. A su lado izquierdo reposaba sobre la mesa otro libro, como si lo fuese a leer más tarde. No reparó en él, sus ojos azules estaban demasiado centrados en la lectura como para querer apartar la vista.

Riddle sopesó si debería acercarse a él, parecía ocupado y no le gustaba la idea de interrumpirlo. Sin embargo, se fijó en que Silver también estaba sentado ahí, en la misma mesa, sus párpados medio cerrados indicaban que iba a quedarse dormido de un momento a otro.

Decidió aprovechar que alguien conocido estaba ahí y sentarse, era la oportunidad perfecta para acercarse de forma sutil, pero fue frustrada por una voz que lo hizo palidecer:

─¡Oh, Carpín Dorado~!

─Oh, no... ¡Ahora no! ─murmuró para sí mismo cuando la figura alta de Floyd se acercó a el.

─¡Cómo me alegro de verte, Carpín Dorado! Azul y la Tortuga Marina me contaron lo que te pasó, ¡estaba tan preocupado! No vuelvas a hacerte daño de esa forma, ¿ok?

─¡Floyd, baja la voz! ─susurró Riddle con insistencia─. ¡Estamos en la biblioteca!

Él emitió un gemido quejoso.
─Vamos, Carpín Dorado... No te he visto desde hace días y no sabía cómo estabas. ¡No seas tan frío! ─se fijó en el libro que había pedido─. Eh, ¿qué te has cogido? ─preguntó antes de quitárselo de las manos.

─¡¿Eh?! ¡Devuélvemelo! ─exclamó mientras trataba de recuperarlo, pero Floyd lo levantó para impedírselo.

─Veamos... ─murmuró Floyd mientras lo hojeaba─. Qué curioso, no es algo propio de ti leer libros de repostería. ¿Vas a hacer una tarta?

Riddle miró a su alrededor con vergüenza, algunos de los estudiantes que estaban ahí los estaban mirando, unos con curiosidad y otros con intriga; entre ellos estaban Yuu y Silver, el primero miraba atónito la situación y el segundo parecía estar alerta en caso de tener que intervenir en la situación, después de todo tenía algo de consciencia sobre la relación que tenían.

─No es asunto tuyo ─se excusó para intentar librarse de la situación con rapidez─. Solo voy a hacer algo para mi dormitorio, así que haz el favor de devolverme eso para dejar de molestar a los demás.

Floyd lo escuchó, pero no le quiso hacer caso.
─¿Vas a preparar algo para tu dormitorio? Si vas a cocinar algo, ¿podría pasarme por ahí para probarlo yo también? Tengo curiosidad de ver cómo prepararías una tarta. ¡O mejor galletas! Son más crujientes.

Riddle se estremeció al ver que Yuu se había levantado y se estaba acercando al mostrador para pedir los libros que se estaba leyendo. Su oportunidad de acercarse con cautela se estaba desbaratando por completo...

─¿Qué estás mirando? ─le preguntó Floyd con curiosidad al darse cuenta de eso.

En ese mismo momento, a Riddle se le ocurrió una idea.
─¿Dijiste algo de galletas? ─preguntó a su vez con calma─. No parece mala idea, ¿podrías señalarme dónde lo pone en el libro?

Floyd esbozó una gran sonrisa.
─¡Pues claro! ─le extendió el libro─. Mira, están justo por...

Riddle aprovechó el momento y le arrancó el libro de las manos antes de echar a correr.
─¡Tengo que irme!

Antes de atravesar la puerta echó un vistazo hacia atrás para asegurarse de que Floyd había dejado de seguirlo y salió. Jadeó tras detenerse finalmente y suspiró frustrado, había podido coger el libro, pero no acercarse al prefecto.

Se sintió como un cobarde por dejarse ahuyentar por Floyd y sus travesuras, pero supo que incluso si no lo hubiera visto, habría sido igual de IMPOSIBLE poder pedir disculpas.

Se acordó de que Yuu parecía tener la intención de irse, por lo que decidió esperar fuera por un rato para hablar con él.

Pero tras pensarlo mejor prefirió irse, puesto que el prefecto lo había visto en aquella vergonzosa y caótica escena, y ni más ni menos en la biblioteca, un lugar donde se debía mantener el silencio y la calma... No se sintió totalmente capaz de verlo a la cara después de todo eso.

Lo tomó como una señal para buscar un momento mejor y comenzó a caminar de regreso a su dormitorio.

Trató de olvidar el mal rato que había pasado con Floyd en su camino de regreso al dormitorio para leer con calma el libro en su habitación. Sumido en sus pensamientos, no se fijó en el camino, pisó una pequeña piedra y se tropezó torpemente.

Logró amortiguar la caída con ambas manos y agradeció haber llevado guantes para evitar raspárselas. El libro se le había escapado en el tropiezo, pero no sufrió daño alguno.

Antes de poder siquiera incorporarse, el sonido de una persona corriendo sonó justo detrás de él. Sin haberse dado la vuelta aún, Riddle se estremeció al pensar que podría tratarse de Floyd, decidido a perseguirlo fuera de la biblioteca.

La persona paró justo detrás de él.
─Eh, ¿te encuentras bien? ─le preguntó una amable voz con tono de preocupación.

[Publicado el 12/11/2021]

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