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10. Tiranía

Deuce y Yuu regresaron a Ramschackle con dos bolsas de deporte.

─Bienvenidos ─los recibió el fantasma grande.

Deuce casi se echó atrás por la sorpresa.

─Grim y vuestro amigo nos avisaron de que vendríais más tarde ─dijo el fantasma delgado.

─¡Hola! Sí, él es Deuce. Él también va a pasar la noche aquí con nosotros ─dijo Yuu.

─Eres el mismo de esta mañana ─lo reconoció el fantasma pequeño─. Un placer.

─Sí... un placer ─respondió él, tratando de ser cortés.

─Perdona el desorden ─le dijo Yuu─. Todavía estamos en proceso de reconstrucción.

Ace y Grim estaban sentados en el sofá de la sala de estar.

─¡Por fin habéis vuelto! ─dijo Grim─. Los fantasmas nos asustaron al llegar... ¡Hay que ver!

─Solo queríamos saludar. ¡Ji, ji!

─Aquí tienes tus cosas, Ace ─le dijo Yuu mientras le tendía su bolsa de deporte─. Está todo lo que nos pediste.

─Gracias ─la abrió y buscó algo en específico─. ¡Aquí está! Esto nos va a servir para pasar el rato.

Sacó un juego de cartas de la baraja francesa.

─He estado pensando en esto ─dijo Grim─. Pero ¿cómo vamos a hacer para dormir todos hoy? Nuestra habitación sigue siendo la única limpia.

─¿Qué quieres decir? ─preguntó Deuce.

─Yo tuve que dormir en el sofá anoche... ─recordó Ace─. Hay otro sofá aquí para ti de todas formas.

─No será necesario. Estuve hablando de eso con Deuce ─dijo Yuu─, ayer Grim y yo revisamos las habitaciones de este dormitorio y encontré unos colchones para dormir similares a futones en buen estado. Podéis dormir en ellos aquí.

─¿¡Tenías colchones para dormir!? ¿¡Entonces por qué dormí en el sofá!? ─le preguntó Ace.

Yuu le dirigió una sonrisa nerviosa y se encogió de hombros.
─Bueno... para entonces no me había acordado de ellos y tenía la mente cansada porque me había despertado en medio de la noche.

─¿Dormiremos esta noche aquí con ellos? ─le preguntó Grim─. ¡Me niego a dormir en el sofá!

─Tranquilo, tenemos colchones de sobra para todos. Y aquí tenemos espacio suficiente para estar juntos, solo hace falta apartar la mesa y la mecedora.

─Mejor para nosotros, así podemos echar algunas partidas antes de dormir ─dijo Ace señalando las cartas─. ¿Sabéis jugar al Old Maid?

─Sí. También conozco otros juegos de cartas ─dijo Deuce.

─Yo también. He jugado poco, pero me parece una buena idea ─se animó Yuu.

─Yo no ─dijo Grim.

─Me lo imaginaba... No hay más remedio, ¡te explicaré cómo se juega!

─Primero voy a prepararme para dormir ─dijo Yuu─. Ahora vuelvo. El baño está en buen estado, por si necesitáis ir.

─Yo también debería hacer lo mismo ─dijo Deuce mientras abría su bolsa de deporte.

─¿Quieres una almohada más para dormir mejor con el collar, Ace?

─Gracias, pero no creo que ni la más grande y suave del mundo me quite esta incomodidad...

Después de cambiarse al pijama y cepillarse los dientes, los cuatro charlaron mientras jugaban hasta que el cansancio pudo con ellos. Aunque Grim no le gustó mucho irse a dormir sin haber ganado una sola vez...

Tras visualizar el espejo de su habitación, Yuu abrió los ojos de repente y se encontró en el mismo laberíntico jardín de rosas de la noche anterior. Llevaba puesto el mismo vestido azul con delantal blanco.

─¿Otro sueño extraño? ─se preguntó en voz alta─. ¿O es el mismo?

No lo era, porque Alicia estaba tumbada en el suelo junto a las tres cartas-soldado, quienes parecían estar haciendo algún tipo de reverencia ante dos prolongadas filas de cartas-soldado. Entre ellos, se vio a una mujer rolliza y corpulenta vestida con un vestido negro y rojo aparecer detrás de los setos con una amable sonrisa. Con la mano derecha sujetaba una especie de corazón unido a un palo y llevaba una corona en la cabeza.

─...Su Excelencia, Su Real Majestad... ¡La Reina de Corazones! ─terminó de presentarla entre jadeos un conejo blanco a su lado.

Todos los soldados la recibieron con ovaciones y aplausos.

Entonces un hombre de la misma estatura del conejo apareció detrás de ella y le hizo una alegre seña.

─Y el rey... ─lo presentó el conejo con indiferencia.

Solo se escuchó un lejano "¡Viva!", pero a él no le importó.

─Pobrecito ─pensó Yuu.

La atmósfera dio un giro completo cuando la reina se enfureció al mirar los rosales que pintaron Alicia y los tres soldados y ver una flor horriblemente pintada. Ella esbozó una escalofriante sonrisa a medida que se acercaba al seto, intrigando a Yuu y a Alicia.

─¿Quién pintó estas rosas así? ─preguntó tras examinarla.

Entonces agarró el tronco del seto, lo arrancó de cuajo y lo alzó en el aire, demostrando una fuerza increíble.

─¿¡Quién pintó esta rosa así!? ─repitió gritando─. ¿Quién se ha atrevido a arruinar mis rosas? ¡Muy caro le va a costar, porque la cabeza le he de cortar! ─exclamó antes de lanzar el seto y mirar a los tres soldados. No pareció fijarse en Alicia.

─¡Oh, perdonadme, Majestad! ¡No fui yo, sino el dos! ─dijo el tres de tréboles.

─¡Yo no, jamás! ¡La culpa no es mía, sino del as!

─¡No, mi reina! ¡Fue el dos!

─¿Tú otra vez? ─le preguntó la reina.

Continuaron echándose la culpa entre ellos hasta que la reina se hartó.

─¡Ya me cansé! ¡Los tres la cabeza perderéis!

Entre vitoreos y aplausos, los tres soldados fueron apresados por otros y arrastrados a otra parte bajo la atónita mirada de Alicia, que continuaba tumbada en el suelo.

─No tenemos otra opción porque os equivocasteis de color para las rosas ─dijo un dos de diamantes.

─Confundir blanco por carmín fue un error estúpido ─añadió un tres de picas.

Entonces las imágenes desaparecieron paulatinamente mientras la reina mandaba callar a las cartas con un ensorcedor grito. El sueño había acabado.

─¿De verdad tenía que castigarlos por cometer un error? ─se preguntó Yuu─. Si era tan dura, ¿por qué nadie detuvo a la reina?

Seguramente por miedo, pensó finalmente, los soldados temían por su vida...

Se despertó finalmente con las suaves sacudidas de Deuce, ya vestido con el uniforme, en la sala de estar.

─Despierta, Yuu ─le dijo─. Hoy es la Fiesta del No-Cumpleaños, ¿recuerdas? Nos decapitarán si llegamos tarde.

─Buenos días... ─murmuró Yuu frotándose los ojos─. Cierto, hoy es el día ─miró a su alrededor─. ¿Dónde están Grim y Ace?

─Ace se levantó temprano para buscar las tartaletas, ahora mismo está con Grim en la cocina.

─¿Tan temprano os habéis levantado? No me di ni cuenta...

Se levantó y se cepilló los dientes. Se quitó las vendas de los brazos al ver que habían mejorado y se miró por unos segundos la marca de su hombro antes de ponerse el uniforme.

Al salir, alguien llamó a la puerta.

─Alguien ha venido ─comentó Deuce y Yuu abrió la puerta.

─¡Buenos días! ─los saludó Cater y Yuu le dejó pasar─. ¿Qué tal vuestra fiesta de pijamas? ¿Os divertisteis jugando a las cartas y con peleas de almohadas?

Ace y Grim, que lo escucharon entrar, entraron a la sala de estar.

─Buenos días ─bostezó Ace─. Sí, jugamos a las cartas. Grim no sabía las normas, así que solo jugamos al Old Maid.

─¡Jo! ¡No gané ni una sola vez!

─Eso es porque se te nota la reacción en la cara cuando tienes el comodín ─le explicó Deuce.

─Venga, démonos prisa y llevemos las tartaletas a Riddle ─apremió Cater─. De hecho, me gustaría que os dierais prisa para venir conmigo. Me estoy quedando sin mano de obra para la fiesta.

─¿Mano de obra? ─preguntaron Ace y Yuu a la vez.

─No, no es nada. Venga, ¡a la Fiesta del No-Cumpleaños! ¡Vamos!

No tardaron en ir al dormitorio Heartslabyul. Ace estaba sujetando la bandeja con las tartaletas.

─De acuerdo, voy a ir y llevar las tartaletas para que me perdone... ─dijo.

Pero entonces un Cater vestido con el uniforme de deporte se presentó ante ellos.

─¡Eh, por fin has venido! Te estaba esperando, yo.

El Cater que estaba con ellos, vestido con el uniforme escolar, lo saludó de la misma forma alegre.

─Ya he vuelto. Perdón por el retraso, yo.

Los cuatro jóvenes de primero se espantaron al ver la escena. Yuu se frotó los ojos y volvió a mirar a ambos Cater con pasmo.

─¿¡Ahora hay dos Diamond!? ─preguntó Deuce, sin creer lo que estaba viendo.

─¡¿Tienes realmente un gemelo?! ─preguntó Ace, recordando la conversación del día anterior, para intentar sacar sentido a la situación.

─No, no ─respondió el Cater del uniforme escolar─. Tal y como os dije ayer, soy el único hijo varón de mi familia. Esta es mi magia única: Split Card. Puedo hacer clones de mí mismo con mi magia.

Entonces comenzaron a salir más clones uno a uno.

─¡Bienvenidos! ─los saludó uno vestido con la bata de laboratorio.

─¡Bienvenido, Yuu! ─lo saludó otro vestido con la túnica ceremonial.

─¡Oh, Acey! ¡Habéis tardado en venir! ─se quejó otro Cater vestido con el uniforme de deporte.

─¡Uah! ¡Hay más! ─exclamó este con pasmo en respuesta.

─Me estoy mareando... ─murmuró Yuu por ver tantos clones─. ¿Cuál es el verdadero?

─Soy yo ─dijo el segundo Cater del uniforme de deporte que se había acercado a Ace y Yuu dio un paso atrás para separarse del clon con el uniforme escolar─. Es agotador clonarme a mí mismo ─continuó─, por lo que no quiero prolongar esto por mucho más tiempo. De todos modos me cortarán la cabeza si llego tarde. Y no hay personas suficientes, así que echadnos una mano, ¿por favor? Os llevaré a ver Riddle cuando terminemos.

─¿Vas a volver a hacernos pintar las rosas? ─preguntó Grim con desgana.

Dos clones pasaron una brocha con pintura roja a Ace y Yuu.

─Eres un despreocupado. Lo sabes, ¿verdad? ─respondió Ace con molestia.

─¡Venga, comencemos! ─exclamó el verdadero Cater.

─¡De acuerdo! ─respondió el clon con el uniforme escolar.

─¡Contad conmigo! ─dijo el de la bata de laboratorio.

─¡Ok! ─exclamó el de la túnica.

En este momento Yuu volvió a cuestionarse si estaba soñando y se pellizcó con fuerza. El dolor le recordó que estaba en la vida real, por muy irreal que pareciese todo.

Se dedicaron a pintar las rosas blancas del jardín, además de hacerlo mejor que el día anterior, terminaron en poco tiempo con la compañía de los clones.

─¡Lo habéis hecho genial! ─dijo Cater tras ver las rosas que Deuce había terminado de limpiar y sacó su móvil para ver la hora─. ¡Oh! Ya es casi la hora. ¡Muy buen trabajo, yos! ¡Eso es todo por hoy!

─¡Sí, sí, señor! ─exclamaron los clones al unísono antes de desaparecer.

En el proceso, el verdadero Cater se cambió el uniforme de deporte por el escolar con magia.

─De acuerdo, lo prometido es deuda. Seguidme, la fiesta es por aquí.

Los llevó a una zona de grandes dimensiones con rosales rojos, preparada y adornada para una fiesta del té repleta de mesas con manteles blancos, dulces y comida. Allí habían muchos chicos hablando entre ellos, vestidos con unos curiosos trajes blancos con detalles rojos, negros, de rosas y de la baraja francesa.

Uno de ellos tocó una fanfarria con una trompeta.

─¡Abran paso para nuestro gran líder! ─anunció─. ¡El Gobernador Carmesí! ¡El líder de dormitorio, Riddle!

Riddle entró en la fiesta con un andar sereno y solemne. Llevaba puesto un conjunto mucho más elegante y elaborado que los demás, acompañado de una capa como símbolo de su liderazgo. Sobre la cabeza llevaba además un pequeña pequeña corona dorada.

─¡Viva Riddle, líder de dormitorio! ─exclamaron los demás estudiantes.

Yuu recordó con eso el sueño que había tenido aquella mañana.

Junto a él estaba Trey, que, por otra parte, llevaba el mismo traje que los demás, con la diferencia de que llevaba un sombrero con una doblez que le daba forma de corazón.

Riddle echó una mirada impasible sobre el ambiente festivo y asintió.
─Sí, las rosas son rojas, los manteles son blancos ─dijo─. Es una Fiesta del No-Cumpleaños perfecta ─arqueó una ceja─. Supongo que hay un lirón durmiendo dentro de la tetera como estaba planeado, ¿correcto?

─Por supuesto. También tenemos a mano la jalea en caso de que tengamos que ponérsela en la nariz.

─Muy bien.

─¡Fwaa! ¡Mirad esos trajes! ─exclamó Grim maravillado tras verlos─. ¡Se ven tan guays!

─¡Por supuesto! El uniforme de dormitorio de Heartslabyul es genial ─dijo Cater─. ¡Son muy estilosas y dignas de Magicam! ─sacó su pluma mágica─. Bueno, yo también debería cambiarme.

Hizo un movimiento con la pluma y en un abrir y cerrar de ojos su uniforme se cambió por el mismo que estaban llevando los demás.

─¡Hala! ─exclamó Yuu.

─La Ley de la Reina de Corazones indica que hay que vestirse formalmente en los días de fiesta ─explicó y volvió a mirar a los chicos de primero─. Como es una ocasión especial, dejad que vuestro hermano mayor os ayude hoy con la ropa acorde.

Hizo un segundo movimiento de la mano con ellos y sus ropas se transformaron en el uniforme del dormitorio. Todos se miraron con asombro por el repentino cambio.

─¡Oh! ─exclamó Deuce con un sobresalto.

─¡Guau, esto mola! ─dijo Ace con entusiasmo.

Yuu y Grim no fueron excluidos, el humano tenía el mismo uniforme que sus amigos y el lazo del monstruo se había vuelto negro y rojo.

─¡Nyaha! ─exclamó Grim─. ¡Me veo genial!

Yuu se miró con admiración los brazos y la chaqueta, incluso sus zapatos eran diferentes. Hasta entonces solo había llevado tres conjuntos en el tiempo en que llevaba en Twisted Wonderland.

─¡Os veis geniales, chicos! ─dijo a sus amigos─. Es una pena que me dejara la cámara fantasma en mi habitación...

─¡No te preocupes, os sacaré todas las fotos que queráis! ─rio Cater─. Eso sí, no olvidéis las Mont Blanc para Riddle. Muy bien, ¡vamos a la fiesta!

En el centro de la mesa más larga del lugar, Riddle se sentó en una enorme silla roja con el respaldo en forma de corazón que recordaba a un trono y Trey le sirvió té.

Al verlo, Yuu no pudo evitar pensar en que él parecía un rey... o una reina, como era el caso.

─¡Yuu, mira esto! ─exclamó Grim─. Nunca antes había visto tantos dulces y postres en un mismo sitio.

─¡Ten cuidado de no comerte todo o te dará dolor de estómago! ─rio él.

─¡Mi estómago no es tan débil como el tuyo!

Se sentaron una ataviada mesa cerca de Riddle y charlaron para pasar el rato.

─Hay algo que quería preguntarte, Yuu ─le dijo Deuce─. ¿Cómo era que te apellidabas? Era Oshi... ¿algo?

─Oshiro. Significa "Gran castillo" ─explicó─. Es el apellido de mi madre.

─Oh, ¿de verdad? ¿Es tradición de donde vives usar el apellido materno? ─le preguntó Trey.

─No, pero no es raro ver que cuando una mujer y un hombre se casan, se adopte el apellido de soltera de ella en vez de el de él. Aunque sigue sin ser algo tan común...

─Entonces, ¿tu padre adoptó el apellido de tu madre? ─preguntó Ace.

─Sí. Él insistió en cambiarse el suyo porque procedía de un país distinto y ya llevaba mucho tiempo viviendo en el de mi madre. Y también porque directamente no le gustaba su apellido, según él le recordaba a su padre.

─¿Cuál era el apellido de tu padre? ─le preguntó Grim.

─Walter... No es que suene mal, pero si hubieran escogido ese apellido, ahora mismo me llamaría Yuu Walter.

─Prefiero Oshiro ─dijo Grim─. Pero ¿a qué te refieres con que le recordaba a su padre?

Iba a responder cuando Riddle se puso de pie y golpeó suavemente una pequeña cuchara contra su taza de té para llamar la atención de los asistentes. Cuando el silencio se extendió por completo, se levantó de su silla.

─Hagamos un brindis antes de comenzar con el partido de croquet ─anunció antes de coger una taza─. ¿Tenéis vuestras tazas de té preparadas? Bien, celebremos por esta Fiesta del No-Cumpleaños.

─¡Brindemos! ─exclamaron los asistentes.

─Mira, Acey. Es tu oportunidad ─le avisó Cater.

Ace se acordó de su objetivo, cogió la bandeja con las tartaletas y se caminó hasta colocarse delante de Riddle.
─Muy bien... ─carraspeó y sonrió─. Esto... líder de dormitorio.

Riddle paró de beber de su taza y levantó la vista.
─¿Tú eres? Ah, el chico de primero que me robó las tartaletas ─dijo con serenidad.

─Sí... quería disculparme por ello. Por eso he preparado otras tartaletas para compensarlo.

Riddle pareció interesarse.
─¿Hm? Preguntaré solo para asegurarme, ¿qué tipo de tartaletas son?

─¡Me alegra que lo preguntes! ¡Son Mont Blanc hechas con muchas castañas!

La estoica expresión de Riddle se contrajo en una de repulsión.
─¿¡Has dicho tartaletas Mont Blanc!? ¡No me lo puedo creer!

La reacción no era ni de lejos la esperada. Grim, Deuce y Yuu miraron la situación desde lejos con pasmo, igual que Ace.

─¿¡Eh!? ─preguntó Ace, sin comprender nada.

Riddle frunció el ceño:
─Regla nº 562 de la Ley de la Reina de Corazones: "No se pueden traer tartaletas Mont Blanc a una Fiesta del No-Cumpleaños" ─a todos se les heló la sangre─. ¡Esto es una violación grave de la ley! ¿¡Cómo has podido!? ¡Esta perfecta Fiesta del No-Cumpleaños está oficialmente arruinada!

Fue imposible para Yuu y el resto de asistentes retener un jadeo de miedo y preocupación. El alegre ambiente festivo de hacía tan solo unos segundos se había vuelto tenso.

─¡¿Regla 562?! ─preguntó Deuce.

Como máximo habían escuchado hasta más de 300 reglas, pero no sabían que superaban las 500.

─Pero ¿¡cuántas reglas hay en total!? ─preguntó Yuu en voz alta.

─Un total de 810 ─le respondió Riddle─. Las tengo todas memorizadas, después de todo soy el líder de dormitorio ─dijo con seriedad.

Yuu no pudo evitar mirar a Trey con un sentimiento de traición, puesto que había sido él quien había propuesto hacer las Mont Blanc. Para su sorpresa, él estaba tan pálido como ellos.

─Tío, esto no pinta nada bien ─susurró Cater─. ¿Tú lo sabías, Trey?

─Solo he podido memorizar hasta la regla 350 ─susurró él─. Bajé la guardia, no pensé que podría haber normas relacionadas con el tipo de tartaleta...

Yuu cambió su mirada a una de compresión, no podía entender cómo alguien podría memorizar aquel insano número de normas y seguirlas al pie de la letra... Sintió algo de lástima por Trey, quien solo quiso ayudar.

Riddle colocó ambas manos sobre la mesa de forma autoritaria.
─Como líder del dormitorio Heartslabyul, no puedo ignorar un crimen como este ─hizo un gesto con el brazo a un grupo de estudiantes─. ¡Deshaceos de estas tartaletas! ¡Y echad a este quebrantador de normas!

Un estudiante le quitó la bandeja a Ace y otro lo agarró del hombro para sacarlo de ahí.

Miraron con horror como se acercaba a una papelera lejana para tirar allí las tartaletas que habían hecho.

Ace se apartó fácilmente del chico que lo estaba sujetando.
─¡Un momento! ─protestó furioso─. ¡Como si fuera a escuchar una regla tan ridícula como esa!

Grim había saltado de la mesa para agarrarse a la pierna del estudiante con la bandeja para intentar detenerlo.
─¡Él tiene razón! ─exclamó para apoyar a Ace─. ¡Si vas a tirar las tartas, deja que me las coma yo en su lugar!

El estudiante sacudió su pierna para hacerlo soltarse.

Trey se levantó y se acercó a Riddle. Deuce, Cater y Yuu hicieron lo mismo.

─Líder de dormitorio, mis más sinceras disculpas. Fui yo quien le sugirió hacer tartaletas Mont Blanc ─dijo Trey para intentar ayudar a Ace.

─¡Exacto! ─exclamó Cater─. ¡No sabíamos que iba en contra de las normas!

─¡El problema no es que las hayáis hecho, sino que os habéis atrevido a traerlas aquí y ahora!

─Pero ¡no lo entiendo! ─exclamó Yuu─. ¿¡De verdad vas a tirar unas buenas tartaletas a la basura solo porque van en contra de las normas!? ¡Ace se esforzó mucho en hacerlas para ti y nosotros lo ayudamos con las indicaciones de Trey para hacerlas lo mejor posible!

Por un segundo, le pareció ver a Riddle fruncir el ceño y desviar la vista con remordimiento y frustración.

─¡Él tiene razón! ─exclamó Ace─. Ya tuve suficiente de estas reglas absurdas. ¿No te das cuenta de que estás siendo idiota?

El segundo de frustración desapareció inmediatamente de Riddle.
─¿Idiota? ─preguntó con una tonalidad peligrosa.

Cater palideció aún más.
─¡Eh, eh, para! ¡Esa palabra está prohibida! ─miró a Riddle con nervios─. Venga, Riddle, estos chicos son nuevos y acaban de entrar en esta escuela. Aún tienen que adaptarse a las normas...

─No, voy a decirlo ─dijo Ace con determinación─. Solo un idiota seguiría una norma haría caso a una regla relacionada con tartaletas. ¡No me fastidies!

Deuce se colocó al lado de Ace.
─Estoy de acuerdo con Ace ─declaró con firmeza─. Por supuesto, es importante seguir las reglas y no se deben romper... Pero esto es pasarse de la raya.

─Qué atrevido de vuestra parte hablarme de esa forma ─dijo Riddle mientras se apartaba de la mesa para caminar frente a ellos─. Escuchadme bien: romper una pequeña norma acabará en grandes problemas.

Ace no quiso escucharlo.
─¡Y los demás también! ─exclamó señalando a su alrededor─. ¡No dicen nada porque tienen miedo de que les selles la magia, pero estoy seguro de que piensan lo mismo!

Los demás asistentes se petrificaron al sentirse incluidos en la discusión.

─No, nosotros... ─murmuró uno de ellos.

─¿Eh? ¿Es eso cierto? ─preguntó Riddle a un grupo cercano con los brazos cruzados.

─¡No, eso no es verdad, líder de dormitorio! ─insistió uno.

─¡Todo lo que dice el líder es correcto y seguimos las normas!

─¡No me lo puedo creer! ─exclamó Grim ante la falta de apoyo.

─Tienen demasiado miedo... ─dijo Yuu.

─Qué patético ─farfulló Ace.

Riddle sacó su pluma mágica de algún bolsillo y este se transformó en un largo cetro dorado con un ornameto en forma de corazón que mantenía su gema mágica. Lo apoyó sobre el suelo con firmeza.
─Desde que me convertí en el líder, ningún estudiante de Heartslabyul ha repetido año ni ha sido expulsado. Y eso es contando a todos los dormitorios de esta escuela. ¡Eso significa que soy el mejor y el más fuerte! ─se señaló a sí mismo─. ¡Soy el único que tiene la razón! ¡Solo tenéis que seguir mis reglas sin cuestionar!

─Eso es... ─murmuró Deuce con temor.

─No hago esto como si quisiera hacerlo. ¿No os dais cuenta de que sois vosotros los culpables por romper las normas?

Por alguna razón, Trey frunció el ceño con tristeza tras escuchar aquellas palabras de Riddle.

Cuando dijo eso, Yuu volvió a notar en Riddle aquel disimulado sentimiento de frustración, como si intentara creerse lo que estaba diciendo. Pero le parecía extraño que alguien tan autoritario y determinado como él quisiera seguir haciendo algo que no le gustara.

─Pero ¡no tienes que destruir el trabajo de otros por infringir una regla que no sabían! ─insistió─. Si no quieres hacerlo, no lo hagas. ¿No eres tú el líder aquí?

Riddle no pareció querer escucharlo.
─¡Exacto, yo soy el que manda! ¡Si no vais a obedecerme, vuestras cabezas rodarán! ─hizo un rápido gesto con la mano libre sobre el cuello para simular la decapitación─. ¡¿Os ha quedado claro?!

Los nervios de Cater estaban a flor de piel:
─Vamos, chicos. Solo decid: ¡Sí, líder de dormitorio!

─Me niego ─dijo Deuce seriamente con brazos cruzados.

Al ver que no había forma de razonar con Riddle, Yuu se puso al lado de Deuce.

─Yo también ─dijo─. No puedo estar de acuerdo con esto.

Ace se unió a ellos.
─¡Ya he tenido suficiente con este tirano egoísta! ─dijo.

Riddle apretó su cetro mágico como si intentara romperlo.
─¿Qué has dicho? ─preguntó con voz grave.

─¡Ha dicho que eres un tirano irritante y egoísta que hace cosas irrazonables como tirar la comida por razones estúpidas! ─dijo Grim sin pensárselo dos veces.

La fachada determinada de Deuce se derrumbó con su precipitada acción.
─¡Oye! ¡Él no ha dicho eso!

Pero no sirvió de nada, las pupilas de Riddle ya se habían contraído por la furia.
─¡¡¡¡OF WITH YOUR HEAD!!!!

Unos pesados collares metálicos con aspecto de grilletes en forma de corazón se cerraron alrededor de los cuellos de Grim y Deuce, haciéndoles gritar por la sensación de tener su magia bloqueada.

─¡Otra vez este collar no! ─chilló Grim.

Deuce intentó quitárselo con las manos.

─Demonios, ¡no me lo puedo quitar!

Yuu no pudo evitar llevarse las manos al cuello al no sentir nada. A diferencia de ellos, Riddle no le había puesto el collar.

Entendió la razón rápidamente: no serviría de nada bloquear el poder mágico a alguien que no lo poseía...

─¡Trey, Cater! ─gritó Riddle con la misma furia─. ¡Sacadlos de aquí de inmediato!

Ambos jóvenes asintieron con una expresión decaída.

─Sí, líder de dormitorio...

─¡¿Chicos?! ─preguntó Deuce, sintiéndose traicionado.

─¡Lo siento! ─dijo Cater con una sonrisa nerviosa─. No podemos ir en contra del líder.

─¿Tú también, Trey? ─preguntó Yuu.

─Lo siento... ─respondió apesumbrado antes de intentar sujetarlo del hombro junto a Deuce.

Pero Ace se interpuso entre ellos.

─Oh, ¡¿así que esas tenemos?! ¡Entonces venid a por mí!

Trató de abalanzarse a ellos, pero lo agarraron por debajo de los hombros sin mucha dificultad.

─¡No vais a derrotarme fácilmente! ─exclamó Grim, pero Yuu lo cogió en brazos─. ¡¿Qué haces?! ¡Bájame!

─Grim, no vale la pena ─dijo Yuu─. Ahora mismo no podemos hacer nada contra ellos.

Entonces Trey lo sujetó del hombro con el brazo libre. Cater hizo lo mismo con Deuce y los llevaron a la puerta de entrada de la fiesta.

Yuu miró a Riddle por un momento antes de ser llevado al exterior, el líder de dormitorio los estaba mirando con enfado.

─Muy bien, Acey y compañía. ¡Nos vemos! ─se despidió Cater alegremente.

─Trataré de calmarlo para que podáis disculparos y volver ─dijo Trey con su típica sonrisa amable para intentar aliviar la tensión .

Ace se reincorporó y los miró.
─¡¡Maldita sea!! ¡¡¡No pienso disculparme!!! ─gritó antes de que ambos les cerraran las puertas.

Se pudo ver que al final no fue demasiado necesario traer la cámara fantasma para la fiesta...

[Publicado el 30-8-2021]

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