96
Había sangre en su ropa, en sus manos, sus dedos dolían y su respiración estaba agitada.
Aún así, SooBin no dejó de golpear al rehén que estaba frente a él, uno de los tipos de Oh qué habían logrado encontrar.
—¿¡DÓNDE ESTÁ!? —preguntó a los gritos, agitado, habían pasado tres días ya y había movido a todos sus contactos para buscar a YeonJun pero no había una respuesta aún.
—N-no sé... —mintió el alfa casi desmayado, jadeando, su nariz estaba desviada, la sangre corría por su cara.
—¿¡DÓNDE ESTÁ, MALDITO MENTIROSO!? —preguntó de nuevo pateando su cara, el alfa cayó inconsciente con ese golpe, SooBin gruñó, tenía ojeras, había dormido muy poco en esos días.
Se alejó, cerrando la puerta del sótano, subió mirando a todos sus hombres, preparando paquetes de cocaína, los pasó de largo entrando al baño del lugar. Se miró en el espejo mientras lavaba sus manos de la sangre, sintió ardor, sus nudillos estaban rotos.
En tres días él conocía una cantidad exhuberante de torturas y cosas que se podían hacer. Estaba preocupado.
Tragó grueso, pasando el agua por su cara, salió dando un portazo también.
—Investigen por los hospitales de toda la ciudad si hay registros de abortos o atención de emergencia... —ordenó a uno que asintió antes de ponerse en marcha.
Si lo golpeaban o sometían a consumo de drogas, podían provocar un aborto y si pensaba bien, a Oh no le convenía que YeonJun muriera si pensaba en hacer un negocio con esos tres omegas, y si ya se había provocado el aborto obligatoriamente tuvo que ir a algún centro de salud para evitar la muerte.
Confío en ti, SooBin. Esas eran palabras que no lo dejaban dormir que se habían clavado en él, en su pecho y lo impulsaban a hacer hasta lo inimaginable para tenerlo con él.
O mínimo, que estuviera sano y salvo.
—Jefe, ¿Necesita que lo acompañemos? —preguntó uno de sus hombres, SooBin negó recargando un arma que dejó entre su ropa, su pantalón específicamente.
—No, voy sólo —negó dando unas últimas órdenes de a dónde y a quien entregar las drogas antes de irse, conduciendo con rapidez a un edificio en particular, del otro lado de la ciudad.
[...]
Luego de dos días enteros sin dormir y trabajando en la agencia, decidieron enviarlo a casa, dándole relevo en su trabajo por un día. La búsqueda estaba siendo ardua, pero a pesar de todos los esfuerzos, la tardanza era desesperante.
—¿Por qué no comes, chiquito? —preguntó TaeHyun mirando a Príncipe acostado frente al plato de comida, lloriqueando, se agachó y acarició al pequeño que se dejó hacer.
Esos dos días, la señora de limpieza se había encargado del cachorro sin problemas.
TaeHyun suspiró tomando asiento en posición de indio, dejando a Príncipe en su regazo.
—Tienes que comer o mi ojitos estará molesto contigo cuando vuelva —le habló con dulzura al cachorro mientras le estiraba el plato de comida, el pequeño comiendo de inmediato ya que estaba en el regazo del alfa y el mismo alfa le sostenía el plato a su altura. Consentido.
TaeHyun suspiró de nuevo acariciando el pelaje del cachorro.
Estaba tan arrepentido de meter a BeomGyu en esa misión, sentía culpa que no lo dejaba dormir, y tanta impotencia de no poder encontrarlo tan rápido como quería.
Ya BeomGyu había sufrido mucho en su vida como para seguir sufriendo y por su culpa.
Relamió sus labios, aguantando las ganas de llorar que tenía desde el primer día, no resolvía nada llorando y lo que haría es perder el tiempo.
—Toma agua —murmuró cuando el cachorro dejó de comer, dejando el plato vacío, TaeHyun le acercó el agua de igual forma, Príncipe bebió con ánimo— Muy bien —felicitó con una media sonrisa, Príncipe dejó de beber quedándose sentado en su regazo recibiendo a gusto las caricias que le daba el alfa— Tienes que comer siempre y no enfermar, BeomGyu estaría tan triste si enfermas —le habló al cachorro que sólo lo olió, olió su pecho, ladrando un poco mientras seguía recibiendo caricias.
Revisó su teléfono en sus bolsillos, leyó un mensaje en la bandeja de entrada mientras Príncipe apoyaba sus patitas delanteras en su pecho, llegando a oler su barbilla.
Quitó el mensaje de la bandeja de entrada mirando su pantalla de bloqueo.
Era la única foto que había de ellos dos, en el club, en un momento que no estaban enamorados, pero era la única que tenía y la atesoraba como nadie tenía idea.
Sintió sus ojos cristalizarse, una lágrima traicionera se deslizó por su mejilla, rió cuando Príncipe lamió esa lágrima.
—Ya te animaste, bestia —rió apagando el teléfono, dejándolo de lado pasó sus manos por sus ojos, empezando a jugar con Príncipe por el penthouse.
A los minutos escuchó que tocaron la puerta, seguido de un sonido de un arma recargándose.
—Ven —chasqueó los dedos guiando a Príncipe a la habitación, el cachorro quedando encerrado ahí.
TaeHyun tomó su arma de la mesa de noche, también la recargó antes de abrir.
Abrió la puerta, de inmediato tuvo un arma apuntando su cabeza, su invitado también tenía un arma apuntando hacia él.
—Bienvenido —musitó TaeHyun mirando a SooBin frente a él, ninguno se movía.
—Lo dudo.
—Haces bien en dudarlo.
—¿Me invitaste a tomar el té? No tengo tiempo —negó SooBin, ambos bajaron el arma al mismo tiempo, TaeHyun dándole paso al alfa a su penthouse.
Cerró la puerta a sus espaldas, mirando a SooBin.
—Ninguno de nosotros tiene tiempo —negó TaeHyun cruzando los brazos— ¿Qué sabes del secuestro?
—¿Qué sabes tú? —preguntó SooBin arrojándose en el sillón, dejando el arma en su regazo— Eres inteligencia nacional, deberías tener más ventaja que yo...
—Si la tengo, y pudiéramos tener más si tú dices lo que sabes.
—¿Estás pidiendo colaboración? ¿Choi SooBin ayudando a la inteligencia nacional? —el alfa carcajeó unos minutos antes de colocarse serio, arqueando una ceja— Nunca pasará.
—Nunca digas nunca —negó TaeHyun antes de recostarse en la encimera de la cocina, mirando a SooBin fijamente— No se han encontrado rastros de ninguno de los tres, pero el secuestrador visitó muchas veces un pueblo en la frontera del país, el máximo de población es de trescientas personas, no hay hospitales cerca, simplemente un pueblo, aún así, se realizó investigación y allanamiento a las casas y no hay rastros de ellos. Compró cajas de comidas, bebidas, así como una caja de diez mil condones y veinticuatro lubricantes grandes una semana antes del secuestro —narró teniendo la total atención de SooBin.
SooBin escuchó con total atención, concentrado y asintiendo un par de veces.
—En resumen, la inteligencia nacional no ha dado con ellos... Están quedando muy pocas opciones para buscar, y las probabilidades de que no estén ahí son altas.
—Me llamaste para decirme esto, ¿Y ya?
—Dime qué sabes tú.
—Poco menos de lo que acabas de decir... —murmuró haciendo un gesto con la mano, TaeHyun frunció el ceño mirando su mano vendada con torpeza, sangrando y manchando el vendaje— Oh me llamó ese mismo día —confesó con seriedad, TaeHyun le prestó atención— Rastreamos la ubicación de la llamada, pero rompió el chip antes de poder obtenerla... No se escuchaba nada además...
—¿Siquiera hablaste con alguno?
—Con YeonJun solamente —contestó con el ceño fruncido— Oh le pidió a uno de los proveedores droga para inducir el celo, también cocaína y metanfetamina —confesó de nuevo— La entrega no se ha realizado, y puede que las lleven a dónde ellos estén...
—¿Cuándo es la entrega?
—No se ha concretado la venta aún, ese proveedor sabe que tiene secuestrado a un agente y colaborador nacional y no quiere problemas... Me estoy arriesgando en decirte ésta mierda —sinceró, ambos alfas se vieron por un segundo, desviando la mirada luego, pensando.
—La inteligencia nacional no hará nada, no estará involucrado, que haga la entrega con una sola condición —habló Kang mirándolo de nuevo a los ojos, SooBin le devolvió la mirada— Si hace la entrega... Y tú logras averiguar en dónde está, y llegar primero, tienes que sacarlos a los tres...
—¿Y qué gano? De todas formas me están investigando —preguntó, TaeHyun ladeó la cabeza.
—¿Qué quieres ganar?
—Sácame de las investigaciones de inteligencia nacional, todas —exigió, TaeHyun soltó una risa floja.
—Ni en mil años —negó, arqueando una ceja cuando SooBin se levantó.
—¿No quieres a tu bizcochito de fresa? —preguntó con burla— Si sacar a uno sólo de ese tipo de secuestros es difícil imagina con tres, estoy gastando mis municiones y a mis hombres para salvar a dos perras que no me interesan, es lo mínimo que merezco.
—¿Y tú no quieres a tu bizcochito de limón? —preguntó de vuelta, SooBin alzó el arma y lo apuntó, frunció el ceño al escuchar unos ladridos— Si la inteligencia nacional logra encontrarlos primero, tu queridísimo novio quedará encerrado tras las rejas.
—Está embarazado.
—Eso no lo hace inocente.
—¿Qué quieres tú si los consigues?
—Entrégate —contestó con simpleza, alzando los hombros, SooBin rió negando con la cabeza.
—¿Crees que soy idiota?
—¿Tengo que responder? —preguntó TaeHyun, caminando por su cocina, abrió y sacó dos latas de cerveza, dejó una en la encimera, la otra se la arrojó a SooBin que la tomó en el aire, dejó el arma de lado, abriendo la lata al mismo tiempo que el alfa— No te llamé para tomar té y comer galletas como mejores amigos, te estoy proponiendo un trato, si no quieres colaborar con nosotros no nos importa, yo sólo estoy asegurando la salida de los otros dos si por algún motivo tú llegas a encontrarlos primero...
—Claro, quieres que me entregue si ustedes los encuentran y así matan a dos pájaros de un sólo tiro, ¿Cierto?
—No —negó TaeHyun bebiendo de su lata— Si encontramos a YeonJun primero, y te entregas, me aseguraré de limpiar su historial, se le dará casa por cárcel y será justificado por su embarazo así que será un tiempo de un año aproximadamente o hasta menos... Se anulan sus crímenes y quedará como un ciudadano normal... Solamente si tú te entregas —explicó, SooBin bebió de su lata a grandes sorbos.
TaeHyun solamente estaba jugando sus cartas, no había nada de malo, estaba asegurando que sea como sea BeomGyu y Kai salieran de ahí.
—¿Y si yo los consigo primero? No vas a limpiar mi historial —negó con una risa, TaeHyun ladeó la cabeza jugando con su lata.
—Quedas libre... ¿Eso no es suficiente para ti? Si los encuentras, solamente entregas a BeomGyu y a Kai, y tienes toda la ventaja de quedar ileso, junto a Choi YeonJun, quedas bajo investigación, es verdad, pero con la suficiente ventaja de huir del país o hacer lo que se te venga en gana con YeonJun... —explicó, SooBin dejó la lata en la encimera con fuerza.
Le convenía encontrarlos y sacarlos a los tres, tenía ventaja de escapar, podía conseguir a YeonJun y de alguna manera se alejaría de las investigaciones, era lo de menos.
Pero si los encontraba la inteligencia el hecho de entregarse no era algo que le agradaría, a nadie.
—Si colaboro con ustedes, ¿Cuántos años de prisión me reducen? —preguntó seriamente, TaeHyun terminó su cerveza.
—Tres años —contestó, SooBin relamió sus labios.
—Dame otra —pidió, TaeHyun solamente se movió y le entregó otra lata, el alfa tomó asiento en el banco de ahí, pensando y jugando con el arma con su mano libre— ¿Qué pasa si confieso mis crímenes, con pruebas y confesiones explícitas? —preguntó de nuevo, TaeHyun rió.
SooBin estaba sacando cuentas de los años que le tocaban en prisión, si la inteligencia nacional encontraba a YeonJun, y se entregaba, no le gustaría dejar al omega sólo por tanto tiempo, así que si por algún motivo quedaba preso, necesitaba reducir los años sea como sea.
—Tu condena son diez años actualmente —contestó TaeHyun, estaba autorizado en decirle, estaba autorizado a hacer todo eso.
No estaba haciendo nada a espaldas de la agencia.
—Diez años... Menos tres... Son siete años...
—Si confiesas tus crimenes, das pruebas y demás, lo único que se considera son mínimo un año menos de cárcel, dependiendo de tus confesiones... —murmuró recibiendo un asentimiento, TaeHyun odiando las leyes actuales del país, siendo muy poca condena para alguien como SooBin.
Pero claro, esa condena se basaba en los crímenes registrados, y antes de que el caso de Choi SooBin llegara a manos de la inteligencia nacional muchos crimines fueron borrados de su historial a base de dinero e intercambios.
Aún así, algo es algo.
—¿Es un trato? —preguntó TaeHyun estirando su mano a SooBin que lo observó fijamente antes de estrechar su mano.
Cinco años de cárcel, o seis... Si confieso y me reducen años. Sólo si ellos los encuentran primero... Pero si colaboro... Son tres...
Maldita sea, Choi YeonJun.
—Es un trato.
¿Opiniones? Ya casi llegamos al cap 100 y espero no se les esté haciendo tediosa, aún hay temas que tocar y drama!
The_Dark_Diamond04
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