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Maratón 3/?































La llegada del agente Oh al club fue totalmente secreta, algo que ninguno de los agentes sabía.

¿Cómo había pasado si no había sido por la puerta principal o la trasera?

—Carajo, deberías tener un camino más limpio, maldito, hay demasiado polvo  —se quejó el agente empujando la compuerta del suelo, cerrando bien con un pisotón, SooBin rodó los ojos mirando las cámaras del club.

En esa sala de cámaras había una escotilla que guiaba a un túnel que terminaba tras un basurero en un callejón a dos manzanas.

Una escapatoria totalmente secreta y que nadie se podría imaginar.

El cuadrado se escondía por el suelo, con un par de pisotones quedaba al mismo nivel y uno de los escritorios tapaba el orificio para abrirla.

—Necesito que identifiques a esos cabrones —pidió de inmediato, Oh solamente se estiró, mirando a las pantallas, de reojo, observó a alguien extra sentado en el escritorio.

Está aquí, es perfecto. Pensó dándole una sonrisa al omega que sólo le arqueó una ceja.

—Hola, bonito —saludó, SooBin se interpuso entre ellos dos, cubriendo su visión.

—Concéntrate —exigió, el agente Oh empezó a ver las pantallas, reconoció a Kai, sonrió de medio lado.

Empezó a señalar uno por uno, con nombres y apellidos.

Aún faltaban personas, Oh lo sabía y no tardó en mencionarlo.

Con la ayuda de Oh, SooBin y sus refuerzos podrían eliminar a los agentes, esa era la alianza que habían formado.

—Hay que sacar las drogas de aquí... Todo hay que hacerlo a la hora del espectáculo —decidió SooBin, mirando a Kang TaeHyun pasar. Frunció el ceño.

—No hay que dejar pasar a más nadie —negó Oh, SooBin solamente tomó acciones sobre eso, cerrando ambas entradas con guardias.

Nadie más entraría y nadie podría salir antes del espectáculo.

—Tienes que irte —decidió SooBin mirando a YeonJun que sólo pasó una mano por su cara.

—¿Me vas a dejar ir sólo?

—Te vas con los guardias, y te van a cuidar toda la noche.

—Uhm... No —negó el omega levantándose, el agente Oh sólo se quedó en la oficina, revisando su celular, fingiendo desinterés.

YeonJun sabía que se tenía que ir, pero no le agradaba la idea de irse sin SooBin, no se sentía seguro.

—Me quedaré aquí —decidió entrando a la sala de computadoras, tomando el arma de los pantalones de su primo que suspiró.

—Escapa si lo necesitas —murmuró el alfa pasando una mano por su cabello, YeonJun asintió alzándose un poco en sus puntas para besar a su primo que le correspondió, bajando un poco la mirada a su abdomen, sintiéndose verdaderamente preocupado.

YeonJun lo sujetó de la barbilla con fuerza, haciéndolo alzar la mirada.

—No hay más que tú y yo —habló, firme pero con un pequeño nudo en la garganta, SooBin sólo le dió una mirada antes de cerrar la puerta, dejándolo encerrado en la sala de computadoras.

Miró al agente Oh, el tipo sólo metió sus manos en sus bolsillos, ladeando una sonrisa.

—¿Tú noviecito? —preguntó a modo de broma, SooBin sólo abrió la puerta y le dió un leve empujón hacia afuera, cerrando la puerta de su oficina con llave.

—Mi vida —contestó antes de caminar a la zona vip del club junto a Oh qué sólo mantuvo su sonrisa.

Kai, el noviecito del jefe y el bailarín, es suficiente con tres omegas para salir de aquí. Pensó relamiendo sus labios.

Si el plan de SooBin no salía bien, él no estaba dispuesto a ir a la cárcel, y además, no estaba dispuesto a perder dinero.

Ya había sido destituido, no tenía ingresos, y sus trabajos con SooBin eran su sustento actual.

Aunque el alfa le daba un veinte por ciento de todo, esa era su oportunidad de salvarse y además, tomar a ciertos omegas para hacer sus propios negocios y poder cobrar un cien por ciento.

Su alianza con SooBin no duraría mucho, eso lo tenía en mente.

Así que, en ese club habían tres bandos.

SooBin.

Inteligencia nacional.

El agente Oh.

Cada uno con un as bajo la manga, con planes, armas, estrategias y un número de personas dispuestas a luchar por cada motivo.

Tarde o temprano eso debía suceder, y SooBin estaba preparado para todo.

Menos para perder de vista a Choi YeonJun.






















[...]

















—Quítate —exigió TaeHyun a un tipo que estaba sentado frente al escenario, lo empujó y frunció el ceño, una expresión intimidante que hizo al hombre levantarse. 

TaeHyun tomó asiento, mirando el escenario vacío, el pole a unos metros de él.

Suspiró mirando alrededor, habían demasiadas personas, las mesas estaban llenas y había personas de pié, reconoció a sus compañeros que sólo hicieron contacto visual con él.

Escuchó la música apagarse, las luces cambiaron a púrpura, apuntando directamente al escenario. De inmediato todos aplaudieron y gritaron, TaeHyun suspiró mirando las botas blancas salir al escenario, la ropa ajustada y corta.

Cruzó los brazos, estaba celoso.

BeomGyu caminó con lentidud y sensualidad el escenario, saludando al público con una sonrisa, sintiendo su corazón latir fuertemente, estaba nervioso, las manos le sudaban un poco incluso.

Llegó al pole, la música lenta y sensual inició, escuchó más aplausos y gritos, junto a palabras morbosas que había tratado de olvidar.

Enfocó a los puestos de al frente, a quien estaba sentado frente al escenario, observándolo fijamente.

Le sonrió, soltando el aire en sus pulmones.

Tal y como TaeHyun le había prometido, estaba sentado en el frente.

“Voy a estar de primero en todos tus bailes, no me voy a mover de ahí, te lo prometo”

Eso le había dicho, se lo había prometido viendolo a los ojos y ahí estaba, sonrió sujetándose del pole, empezando a bailar, causando más gritos y furor de la gente.

“Entonces todos mis bailes van a ser para ti”

Eso le prometió al alfa, por eso empezó a bailar sólo para él, imaginando que él era su único público, el único que lo estaba viendo.

Se sujetó del pole, pasó su mano por su pierna, mirándolo fijamente, agachándose y haciendo que la falda se alzara.

TaeHyun se mantenía serio, aún así, no le quitaba la mirada de encima y aplaudía en los momentos que el público también lo hacía.

Esa vez, estaba bailando con muchísimo ánimo, porque estaba centrado en sólo bailarle a TaeHyun, en seducirlo, en moverse sólo para él.

Sólo podía pensar en eso, no pensaba en más nada.

Por otro lado, TaeHyun a pesar de su serenidad y expresión inerte, sus ojos no dejaban de ver las curvas del omega, no dejaba de ver cómo se movía, como hacía todo con total seguridad y sensualidad.

No paraba de pensar en que quería que la misión acabara para ir a casa con su lindo novio, y comérselo con esas botas y la falda puesta.

No debería pensar así en una misión, carajo. Pensó soltando un suspiro, aplaudiendo cuando el omega terminó su número, BeomGyu sonrió, levantándose y retrocediendo, TaeHyun notó a dos muchachos salir, con vestuarios distintos, un poco más musculosos.

Por la luna, TaeHyun va a matarme. Pensó en el omega preparándose para el siguiente número.

TaeHyun abrió la boca, sin poder contener su expresión, cuando vió a su querido y amado novio bailar en medio de esos dos.

Las personas aplaudían, los gritos de las mujeres lo aturdían, y las palabras morbosas se clavaban en su cabeza.

BeomGyu lo miró a los ojos, TaeHyun frunció el ceño.

Sentía celos, demasiados celos de esos dos, quería ir a la tarima y separarlos.

Bufó, mirando a su novio empezar a mover su cadera en círculos, una y otra vez con lentidud mientras giraba lentamente, se veía tan precioso y seductor.

El espectáculo consistía en varios bailes, y en la mayoría la estrella principal estaba involucrada, es decir, BeomGyu.

Mientras Kang ardía en celos, mirando a su novio menear el culo sobre esa tarima con su perfecta técnica de twerking, los demás agentes empezaron a moverse.

La idea principal era no lastimar de más en caso de tiroteo, por eso, los agentes empezaron a pedir servicios sexuales, específicamente de tríos y orgías.

Al llegar a las habitaciones, lejos de cumplir el servicio, simplemente identificaban su identidad y se iban, dejando a los empleados encerrados en las habitaciones, todo se podía hacer en cuestión de minutos, aún más por la cantidad de agentes infiltrados y nuevos que Oh no había podido identificar por no conocerlos.

—Carajo... Está con llave —bufó Kai, forzando el pomo de la puerta de la oficina del jefe, chasqueó la lengua mirando a los lados, sacó su arma y disparó a la cerradura, logrando entrar.

Debía ir a la sala de computadoras e insertar un pendrive que extraería en minutos toda la información.

Escuchó ruido tras la pared, rodó el perchero con cuidado, relamió sus labios, juntando su oreja en la pared. No escuchaba nada.

Sujetó con firmeza su arma y empujó la puerta, llevándose una sorpresa  cuando un disparo impactó arriba de su cabeza.

Bufó escondiéndose tras un escritorio.

—¿¡Qué mierda crees que haces, maldita perra!? —preguntó YeonJun recargando el arma que tenía, mirando al escritorio fijamente, Kai rodó los ojos.

Milditi pirri, ¿Es lo único que sabes decir? —preguntó, saliendo del lado izquierdo y disparando a YeonJun, el omega se quejó cuando recibió un rocetón en el brazo, Kai corrió lo poco que le faltaba para llegar al omega, lo empujó contra una pared, y golpeó su estómago para sacarle el aire, YeonJun soltó el arma, Kai la pateó lejos.

—¡Es-estoy embarazado, ya, ya! —pidió encogiéndose en su lugar, Kai frunció el ceño, lo tomó de la ropa y lo empujó contra el rincón de la habitación, lo apuntó con el arma. YeonJun alzó sus manos a cada lado de su cabeza.

—Entonces por el bien de tu bebito, quédate quieto —exigió antes de darse la vuelta, cerró la puerta y tomó el arma de YeonJun, dejando ambas en un escritorio, sacó el pendrive y lo instaló en una de las computadoras.

YeonJun lo observó con el ceño fruncido, la respiración errática por el golpe en su estómago.

—¿Quién eres? ¿Eres policía?

—Por favor, un policía ni loco se mete aquí —chistó instalando otro pendrive en otra computadora, tenía tres en total, y debía rotarlos por todas para extraer todo lo posible.

YeonJun tragó grueso, encogió sus piernas, relamiendo sus labios.

—¿Eres inteligencia nacional? —preguntó, Kai alzó la mirada y le guiñó un ojo, lo suficientemente altanero.

—Bingo —afirmó tomando ambas armas luego de que los pendrives estuvieran funcionando.

Se apoyó de la pared, mirando fijamente a YeonJun que veía a un escritorio específicamente, arqueó una ceja dándole una patada a ese escritorio.

—¿Qué hay aquí? —preguntó, mirando al suelo, empujó de nuevo el escritorio y miró perfectamente la marca de un cuadrado, hizo ademán de abrirlo, pero YeonJun dió un salto en su lugar y lo tacleó, rodaron por el suelo, Kai empujó al omega contra un escritorio, recibió un puñetazo pero fue más rápido, dejó la boquilla de una de las armas en el estómago ajeno— Dije que te quedaras quieto —exigió entre dientes, YeonJun lo observó con odio.

—Eres una autoridad, no puedes matarme... Menos en mi condición...

—¿Ah no? Eres Choi YeonJun, fuiste traficante, tienes delitos a mano alzada y también participaste en un tráfico de omegas masivo, eres un criminal y estoy en todo mi derecho de disparar así estés embarazado —habló con total seguridad, YeonJun sólo le mantuvo la mirada con odio, empujándolo para que se separara de él, se quedó sentado en el suelo, suspirando.

Kai relamió sus labios, jalando el micrófono que había en su collar.

—Hay una salida extra, en el cuarto de computadoras —informó, mirando a YeonJun— ¿A dónde sales si te metes aquí?

—A tu casa —contestó con sarcasmo, Kai se agachó frente a él dejando la boquilla del arma en su frente.

—¿A dónde sales si entras aquí, YeonJun?

—A un centro comercial, con ofertas todos los viernes —contestó de nuevo, Kai soltó una risa, tomó de nuevo el micrófono.

—Permiso de tortura para información —pidió, en el auricular en su oído derecho, un compañero habló.

Permiso autorizado.

Una vez más, considerando tu condición... ¿A dónde sales si entras aquí? —preguntó, YeonJun relamió sus labios.

No estaba en la mejor posición, tenía a alguien de la inteligencia nacional en frente y quién sabe cuántos más habría en el club.

Aún así, no delataría a SooBin.

—No lo sé —negó, recibiendo un puñetazo en la mejilla, jadeó, adolorido y sabiendo que el defenderse no era lo mejor.

—Claro que sabes, por algo lo proteges tanto —afirmó Kai dándole otro golpe en la nariz que de inmediato empezó a sangrar— ¿A dónde lleva eso?

—A-a... Va hacia la playa —mintió, soltando una risa juego, Kai lo sujetó de la ropa, lo estampó contra el escritorio y golpeó de nuevo a su cara.

—¿A dónde lleva eso, Choi?

—Métete y averígualo —retó, mareándose cuando el otro omega le dió un golpe certero y fuerte en la mandíbula, jadeó con dolor, dejando sus manos frente a su cara cuando el omega hizo ademán de golpearlo otra vez.

—Di de una vez —pidió entre dientes sujetando su camisa, el aroma a piña llegó a su nariz, le repugnaba, rechazaba cualquier olor que no fuera el de su primo. Sintió náuseas.

—L-lleva a... ¡Carajo! —soltó un jadeo, Kai dió un salto en su lugar, se movió tomando al omega por el cuello, en una llave para mantenerlo con él e inmovilizado.

Quedaron a oscuras en segundos, las pantallas se apagaron, los pendrives dejaron de extraer información.

Se había ido la luz.







































The_Dark_Diamond04

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