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8

Pasado.

¿Cómo una relación pudo destruir por completo su vida?

¿Cómo una sola persona le había generado tanto dolor?

Mark Tuan fue un alfa que cambió su vida por completo, habían empezado una relación que al principio era romance, detalles, risas y apodos.

No era la primera vez que tenía un novio, él había pasado por relaciones que si bien, eran cortas, le habían creado experiencia.

Al empezar una relación con una persona, las dos partes debían tener en cuenta varias cosas, como por ejemplo, qué le gustaba al otro y qué no y respetar, sobre todo respetar los gustos del otro.

Otra cosa que ambas partes debían tener en cuenta antes y en la relación es el hecho de las decisiones de pareja.

Pasemos al ámbito sexual, en una relación ambas partes debían estar seguras de querer intimidad, de que forma, cómo y cuando, obviamente con protección y si no, con una prueba de ETS para estar seguros.

Era algo común, que todas las parejas debían llevar a cabo y ellos habían cumplido esa parte al pié de la letra, ambos estaban fuera de ETS y también los amigos de Mark.

¿Cómo podría él saber eso?

Pues, luego de su primer trío, había repetido con el mismo Han y otro amigo que no recordaba su nombre, con Mark como espectador.

Todos iban, tenían sexo hasta el cansancio, bebian y se drogaban, y al final, a espaldas del omega, le pagaban a Mark.

BeomGyu empezó a disfrutar a voluntad de los tríos, incluso orgías, con alcohol y sin alcohol, con drogas y sin drogas, porque lo hacía por diversión, por placer y gusto.

Disfrutaba con su novio, con los amigos de su novio.

—¿No quieres? —preguntó Mark una noche, extendiendo un porro de marihuana a él, BeomGyu terminó de guardar la cena de ambos en el refrigerador antes de aceptar y fumar un poco, quedándose a un lado del alfa.

Empezó a normalizar esa vida, estaba joven, había sido un inmaduro.

Fiestas los fines de semana, alcohol, sexo, drogas, algo que él tuvo como la definición de diversión por mucho tiempo.

Y eso, estaba mal.

Estaba por una mala vida, esa vida no lo llevaría a nada, pero eso no era algo de lo que fuera consiente en ese momento.

—Hoy viene un amigo...

—¿Han? —preguntó, Mark negó.

—No lo conoces, Gyu...

—Ah, está bien... —asintió entregando el porro a su novio, tosiendo un poco.

—Viene a conocerte —murmuró el otro, BeomGyu frunció el ceño.

—No tendré sexo con un desconocido, Mark.

—¿Por qué?

—¿Tú lo harías?

—Si no te tuviera a ti, si —contestó con una sonrisa, BeomGyu rió negando con la cabeza.

Esa noche, fue la noche que se dió cuenta del transfondo que habían en los tríos y las orgías que organizaba su novio y otro alfa.

Fue de la peor manera posible.

Un alfa llegó al departamento con alcohol en todo su sistema, apestando a whisky, todavía lo recuerda. Se veía mucho mayor que ellos, tenía barba incluso.

—Apártate...—murmuró apenas el desconocido lo rodeó de la cintura, besando su cuello.

—Déjate llevar... Bonito —habló el desconocido, arrastrando la lengua y ebrio hasta la médula.

—BeomGyu, es un momento nada más —habló Mark preparando otro porro de marihuana.

—Mark, no, no quiero —negó empezando a asustarse, aún más cuando el desconocido lo cargó en peso para ir al sillón de la sala, el omega golpeó sus hombros— ¡Déjame! —pidió, quejándose cuando fue arrojado en el sillón sin algún cuidado, sostuvo al alfa del pecho para evitar que lo besara.

Sus manos heladas y desconocidas recorrieron su abdomen, sintió sus ojos cristalizarse, sintió un escalofrío de miedo.

—¡Mark, n-no estoy listo! ¡No es el momento, no quiero! —alzó la voz, el alfa sobre él gruñó.

—Quédate quieto, será rápido —hizo de menos el alfa, ignorando lo que pasaba a sus espaldas.

No te muevas —ordenó el desconocido con su voz de mando, un aliento a whisky asqueroso, BeomGyu apretó sus ojos y sollozó, como omega, la voz de mando lo había sacar su lado más sumiso y obedecer.

Sollozó cuando fue despojado de toda su ropa en contra de su voluntad, se quejó de dolor por cada mordida que daba el otro en su cuerpo, creando marcas. Se sintió asqueado de sí mismo cuando no pudo detener las caricias no deseadas, de un tipo que no sabía ni su nombre.

Se sintió como un objeto cuando fue profanado sin alguna preparación, gritó desgarrándose la garganta y sollozó de dolor, de asco y de impotencia. El alfa arremetió una y otra vez contra él sin cuidado,  ignorando al omega que lloraba y suplicaba que se detuviera, había dolor en él, demasiado.

En los otros departamentos escucharon sus gritos, sus súplicas y su llanto. Pero nadie fué, nadie detuvo lo que pasaba.

BeomGyu en ese momento sólo deseaba que alguien tocara la puerta, así podría detener al alfa, se quitaría de él y tendría el tiempo para escapar.

Sólo pensaba en cuándo acabaría, sólo deseaba que alguien lo sacara de ahí.

—D-detente, por favor...—pidió en un hilo de voz, el alfa gruñó besando su hombro, respirando cerca de su oído.

El dolor de su cuerpo se intensificó cuando el nudo empezó a crecer, no estaba listo para recibirlo, siquiera estaba listo para una relación sexual. Por eso, gritó aún más fuerte si era posible, con dolor, suplicando con lágrimas en los ojos para que todo se acabara.

—¡Hey! ¡No anudes, cabron! —gritó Mark quitando al alfa de sobre su novio, que de inmediato se hizo bolita en el sillón, cerrando las piernas y sintiendo un dolor inmenso— Dame el dinero y vete —exigió recibiendo un fajo de billetes, BeomGyu observó la acción, sollozó frunciendo el ceño mientras volvía a vestirse.

—¿Dinero?...—soltó un sollozo con una expresión confundida.

—Nada, BeomGyu...

—¿¡Te dió dinero por venir a tener sexo conmigo!? ¡Maldita sea, Mark, eso es prostitución!

—Si te hubieras dejado llevar hubiera ganado más —regañó, BeomGyu se levantó molesto, ofendido.

Pero más que todo, dolido.

¿Cómo le seguía el juego cuando no estaba listo?

¿Cómo Mark quería que lo disfrutara si lo dañó de tal manera?

¿Cómo pensaba que disfrutaría de algo tan horrible como una violación?

Esa noche, Mark durmió sólo y con una mejilla amoratada.

Estuvo llorando por varias noches, sin poder siquiera responder los mensajes del alfa que, arrepentido, le pedía disculpas y justificaba sus acciones.

No fue hasta dos semanas después que se sintió listo para verlo y hablar con él.

—Debí preguntar antes, mi Gyu, enserio no sabes cuánto me arrepiento de hacerte ese daño, perdóname, por favor —fueron sus palabras con arrepentimiento.

—Todo este tiempo has estado cobrando a tus amigos por tener sexo conmigo... Me has estado prostituyendo en contra de mi voluntad, sin yo siquiera saber-...

—¿Lo disfrutaste o no?

—¡Maldita sea, le cobraste a un tipo por violarme! ¿¡Crees que me gustó!? —preguntó golpeando la mesa, Mark suspiró tomando una posición arrepentida, una expresión de tristeza.

—Perdóname, BeomGyu, lo que hice... Sé que no tiene perdón pero sé que puedo repararlo, puedo hacerte el más feliz de este mundo, por favor, dame una oportunidad, sólo una —pidió arrodillándose a su lado, el omega en la silla apretó sus labios sintiendo un escalofrío cuando las manos del otro se posaron en sus muslos.

Estaba arrodillado frente a él y prometiendo un futuro que no era cierto.

—¿Por qué lo hiciste?

—Esto... Da mucho más dinero que un trabajo común... ¿Entiendes eso? En un trabajo común ganamos menos...

—Es mi cuerpo...

—Lo lamento tanto... Pero quisiera tener más dinero para ofrecerte todo lo que mereces, y yo-... No encontré otra manera, ¿Bien? Tal vez estoy equivocado y deba dejar de hacerlo —se arrepintió de nuevo.

Ese día Mark lo mareó e hizo todo lo posible para que BeomGyu aceptara volver a lo que eran antes, sólo siendo dos semanas después en las que aceptó voluntariamente tener relaciones sexuales como antes.

Solo que esta vez, él también estaba cobrando.

Se acostumbró a eso, a pesar de no sentirse lo suficientemente bien o lo suficientemente seguro de todas esas sesiones, a no recordar nada al día siguiente por lo drogado que terminaba o amanecer vomitando por tanto alcohol ingerido.

Esa fue su vida ideal por dos años, una vida de drogas, alcohol y fiestas, una vida que algunos envidiaban por la falta de preocupaciones que tenía. Algunos le habían dicho que anhelaban su vida que solo era "diversión" y en realidad, su vida no era divertida si no estaba drogado o ebrio.

Porque los momentos en los que no lo estaba, se daba cuenta de lo miserable que era, que no tenía un buen futuro, y que estaba en una relación llena de maltrato.

Luego de esos dos años, fiestas tras fiestas, alcohol y alcohol, drogas y más drogas, de tantos encuentros sexuales, llegó una de las consecuencias más comunes que hay en las relaciones sexuales.

Tenía una prueba de embarazo en sus manos, dando positivo. Y en el lavabo, había cinco pruebas más de diferentes marcas, con los mismos resultados.

Resultados que escondió por una semana.

—Ven ahora —esa fue la exigencia del alfa luego de esa semana, en la puerta de la única habitación del apartamento, BeomGyu se levantó del sillón y caminó a pasos lentos sabiendo que el miedo que estaba sintiendo era ridículo, estaba con su novio, no debía sentir miedo, debía estar en paz y no imaginando qué le haría el otro.

Se quedó de pié en el umbral de la puerta, mirando como Mark tenía en la mano las pruebas de embarazo.

—¿Qué pasa, Mark? —preguntó ladeando su cabeza confuso, el alfa avanzó a pasos lentos y con su mano derecha acarició los cabellos del omega que ante el tacto se encogió en su lugar.

Miró a su novio, el alfa arrojó las pruebas a su pecho, cruzándose de brazos frente a él.

—¿Puedo saber por qué estás en cinta? —preguntó, BeomGyu relamió sus labios.

—Son las consecuencias de no usar protección cuando tenemos sexo —contestó con obviedad. Con los encuentros sexuales de ambos, Mark no usaba protección porque "le apretaba" pero en los momentos de tríos o orgías, los alfas usaban protección.

—Eso lo sé  —el alfa dió un paso hacia él, dejando su dedo índice en la frente ajena, BeomGyu lo observó—Creo que no eres tan imbécil como para saber que hay algo llamado pastilla del día después, anticonceptivos, BeomGyu —le dijo molesto. BeomGyu lo manoteó quitando su dedo de su frente.

—Yo lo sé, idiota.

—¿¡Y por qué no las tomaste!?

—¿¡Quién se gastó el dinero de las pastillas en cocaína!? ¿¡Fui yo, idiota!? ¡Fuiste tú!

—Escúchame bien, aún estás a tiempo de abortar, ponte los zapatos, conozco a alguien que nos puede ayudar.

—¡No! ¡No quiero! —negó zafándose del agarre ajeno cuando Mark lo tomó de las muñecas, retrocedió en sus pasos. Mark golpeó el marco de la puerta, exasperado— ¡Esto iba a pasar en algún momento! Tenemos que hacernos responsables.

—No, no hay que hacernos responsables de nada —le negó, BeomGyu cruzó los brazos.

—Entonces terminamos —decidió, no podía simplemente abortar cuando él sabía las consecuencias de tener relaciones sin condón y sin tomar las pastillas, no podía simplemente hacerlo— Yo me encargo, yo hago todo, me olvido de ti y tú de mi.

—No, BeomGyu —negó Mark acercándose a pasos rápidos al omega acorralándolo en la pared, sujetando su cuello con ambas manos— Vas a hacer lo que yo diga, porque eres mi omega y sólo sirves para complacerme, tenemos un negocio y no lo vas a arruinar. Yo no quiero estar nueve malditos meses sin cumplir mis necesidades, y mucho menos quiero estar gastando mi dinero en pañales, fórmulas o lo que sea que necesite un cachorro, vas a abortarlo y punto —le ordenó apretando más su cuello, BeomGyu le rasguñó las manos, el aire no le pasaba.

—No quiero... No lo voy a hacer —negó con voz estrangulada.

—Ya te dije que vas a hacer lo que digo —habló entre dientes mirándolo fijamente antes de subir con rapidez su rodilla, impactando la misma en el estómago de omega que se encogió por la falta de aire, cayendo al suelo cuando el alfa lo soltó.

—E-es mi cuerpo, maldito... —murmueó sin aire. Mark le restó importancia.

BeomGyu tosió, sujetando su cuello maltratado, jadeó intentando recuperar el aire.

—¿Hola? Necesito un favor urgente, es para mi novio... Aborto... No lo sé... No importa si le hace daño después, tú has tu trabajo, te doy la cantidad que quieras —habló por el teléfono con uno de sus tantos conocidos que resultaban ser tipos con trabajos clandestinos y tratos sucios, BeomGyu se levantó como pudo terminando de recuperar el aire.

No lo pensó dos veces cuando avanzó a la puerta, tomó el pomo entre sus manos y abrió para salir de ahí, para escapar de ese alfa. Dando por terminada la relación.

Mark arrojó el teléfono a un lado corriendo tras el omega que ya había salido hasta el pasillo, corriendo apenas por el dolor de su abdomen.

El alfa lo persiguió y lo tomó del cabello más rápido de lo que pensó, después de todo, BeomGyu no había estado corriendo tan rápido.

—¡SUÉLTAME, CARAJO! —exigió golpeando la muñeca del alfa haciendo que soltara su cabello, se volteó y le dió un puñetazo en la barbilla.

—¡NO ME VAS A DEJAR POR ESTO!

—¡Y YO NO VOY A ABORTAR PORQUE TE DA LA PUTA GANA! —gritó de vuelta golpeando de nuevo al alfa, caminando a la salida, tenía la pequeña esperanza de que los dos vecinos que había en ese piso salieran aunque sea para ayudarlo.

Pero no pasó, ningún vecino salió, núnca salían así lo escucharan pedir ayuda.

Porque no era la primera vez que esa escena se repetía.




































Un resumen del pasado de BeomGyu, ¿Qué opinan?

Nos vemos en el siguiente capítulo.

The_Dark_Diamond

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