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¿Cómo se podían identificar las migajas de un sentimiento?

Aunque primero... ¿Cómo identificaba de qué sentimiento eran las migajas que recibía?

¿Cómo sabían que era migajas?

Eran demasiadas preguntas que empezaron a surgir en su cabeza, y ninguna sin alguna respuesta en concreto.

—Ten, está fría, en un vaso de vidrio, bien preparada —comentó TaeHyun entregando un vaso de agua al omega que lo aceptó con una sonrisa pequeña, decaído.

—¿Bien preparada? ¿Hiciste un curso de cómo servir agua? —preguntó, recibiendo un asentimiento del alfa.

—Dos veces —contestó dándole una sonrisa que se le contagió a pesar de su estado de ánimo.

Un hombre tan coqueto, con tantas oportunidades de amantes, de tener a varios en su cama cuando quiera y como sea, jamás abandonaría esa vida por alguien.

Se notaba a leguas lo desinteresado que estaba el alfa en tener una relación con alguien, y de hecho, le habían comentado con fastidio alguna vez que sus padres querían que se casara.

TaeHyun llevaba una vida de muchas relaciones, sin compromisos.

Pero, ¿Él trataba así a todos?

¿Escuchaba los problemas de sus amantes? ¿Los abrazaba cuando se sentían mal?

¿Los cuidaba igual que a él?

—¿Me puedo quedar a dormir? —preguntó el alfa, BeomGyu volteó a verlo a su lado.

—No creo que... Sea bueno tener sexo ahora, yo no estoy-…

—Quedarme no significa querer sexo —señaló el alfa, suspirando luego bajo la mirada del omega— No quiero dejarte sólo ésta noche, ¿Bien? No te sientes bien y yo tampoco me sentiría bien si me voy como si nada  —sinceró, el otro asintió aceptando sin problemas la estadía del alfa por esa noche.

¿A todos los besaba igual? ¿A todos los tocaba igual?

Quería pensar que sí para no hacerse ideas fuera de lo común.

Ellos eran... Amigos, y así se tenía que quedar.

Pero habían cosas, gestos, acciones que lo hacían dudar, a los que no sabía cómo reaccionar.

—¿Hola?... ¿Qué tal, corazón? —habló el alfa por teléfono, tornando su tono a uno coqueto, BeomGyu lo observó bebiendo de su agua— Uhm... Estoy ocupado... Para nada... Tengo asuntos que atender hoy... No podré hasta mañana, mi amor... Te llamaré cuando me desocupe... Sabes que sí... —soltó una risa antes de colgar, dejando su teléfono de lado.

—¿Cecilia? —preguntó, TaeHyun volteó a verlo.

—U-uh... No, es otra persona...

—¿Cuántos amantes tienes? —preguntó con curiosidad, el alfa pensó unos segundos, repasando su lista de contactos y amantes actuales.

—Unos... ¿Ocho? —preguntó, recibiendo un asentimiento del omega.

Yo soy el número ocho.

Una persona con ese número de amantes, jamás se quedaría con uno sólo.

¿Tal vez eran migajas de atención lo que recibía?

Estaba confundido, demasiado confundido y las palabras de SooBin lo único que hicieron fue activar esa confusión.

Observó al alfa hablarle, cambiando de tema para distraerlo, BeomGyu lo observó.

Yo no puedo enamorarme. Negó en su cabeza mirando al alfa hablarle, gesticulando.

Cerró los ojos un momento, apoyando la cabeza en el espaldar, TaeHyun sonrió, deteniendo sus palabras.

Abrió los ojos cuando sintió unos labios sobre los suyos, un beso suave.

TaeHyun estaba inclinado sobre él, se observaron, manteniendo la cercanía.

—Deberíamos dormir —opinó el alfa en voz baja, tomando el vaso de agua a medio tomar, el omega se irgió en su lugar.

—Te estaba escuchando —afirmó sacándole una risa al alfa que negó con la cabeza, tomándolo de la muñeca para guiarlo a su cama. BeomGyu pasó su mano por su cara— Enserio te estaba escuchando —insistió, TaeHyun rió.

—Bueno, seguiré hablando pero aquí —señaló, acostándose en la cama con confianza, el omega lo secundó, uno frente al otro.

—Estabas diciendo... Algo sobre tu auto —murmuró sintiendo sus ojos pesar un poco, había llorado mucho y le costaba mantenerlos abiertos.

—Bueno, voy a cambiar las luces... Y también quisiera cambiar el de repuesto a uno más pequeño, no sé... Una camioneta me parece extravagante —opinó, el omega soltó un sonido de afirmación.

—Es... Bonita —opinó, TaeHyun rió mirándolo de ojos cerrados, pero siguió la conversación.

Le siguió hablando, comentando sus opciones y los colores que tenía en mente, así como los precios, comparando los pros y contras de cada producto.

BeomGyu se lo secundaba, cada vez más bajo, y en un momento dejando de hablar.

—¿Rojo o negro? —preguntó volteando a ver al omega que no le contestó, dormido.

Sonrió mirándolo fijamente, sus ojos levemente hinchados, enrojecidos por los bordes.

—Creo que negro —siguió hablando acercándose con mucha cautela, alzó su mano con lentidud para peinar el cabello ajeno, pasó su pulgar por la cien del omega, detallando sus facciones nuevamente.

Cada que tenía la oportunidad, lo hacía.

BeomGyu dejó una mano bajo su mejilla, respirando pausado y dormido, sin darse cuenta cuando el alfa se movió un poco más cerca de él.

TaeHyun pasó su brazo sobre él, abrazándolo con cuidado de no despertarlo.

Lo observó unos segundos, escuchándolo respirar pausado.

Con el supuesto infiltrado en la agencia sería difícil tener a BeomGyu como una de las víctimas que podría confesar, sería cuestión de tiempo para que SooBin supiera y tomara las riendas del asunto.

Debía hacer su trabajo, pero tampoco iba a arriesgar la vida del omega.

Era lo que menos tenía pensado hacer.

Y si debía protegerlo de su misma agencia, lo haría.

Si debía ocultar su paradero, si debía ignorar el protocolo, lo haría sin chistar.

Él no iba a arriesgar una vida, mucho menos esa vida.

Prestó atención cuando el omega se movió, aún de ojos cerrados, dándole la espalda. Girando en su abrazo.

TaeHyun lo observó, se acercó un poco más a él, sin dejar de abrazarlo.

Cuando empezara a trabajar, se verían menos, así que debía aprovechar ese momento.

BeomGyu abrió los ojos, sintiendo el pecho del alfa en su espalda, el brazo sobre su cintura, la respiración del otro sobre su nuca.

¿Eso era amistad? ¿Así se trataban a los amantes?

¿Esas eran las migajas?

—Yo te voy a cuidar... —murmuró el alfa, pensando que el omega estaba dormido, BeomGyu alzó las cejas.

Se movió, encogiéndose más en su lugar, el alfa se adaptó a su posición, sin despegarse de él, dejando su nariz en su nuca, oliendo directamente el aroma a fresas, muy a gusto con el aroma que a pesar de no tener sueño, lo adormeció.

No dejó de abrazarlo, jamás, en toda la noche.

BeomGyu se volteó entre sus brazos minutos después, alzando la mirada para verlo, de ojos cerrados y respirar pausado. Dormido.

Alzó su brazo, lo pasó por la cintura del alfa con lentidud para devolver el abrazo, cerró los ojos juntando su frente al pecho ajeno.

Si esas eran las migajas...

Se alimentaría de ellas, y se aferraría lo más fuerte que pudiera.

















































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Capitulo de Juevessss, tal vez suba otro más tarde

The_Dark_Diamond04

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