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Maratón 2/3


























Cuando todo acabó entre ambos y tuvieron la ropa por completo arreglada, bajaron los vidrios del auto, BeomGyu encendió un cigarrillo.

—Así que te gusta fumar después de tener sexo... —habló TaeHyun mirándolo desde el puesto del copiloto, aún sin cambiar asientos, BeomGyu asintió, sacando el cigarro por la ventana para botar las cenizas, dándole golpes pequeños.

—Es costumbre —subió los hombros, sintiéndose relajado, ya el asiento estaba en su lugar, así que se podía apoyar estando sentado, había limpiado todo.

—Sabes... Estaba pensando...

—Ujum...

—Tu... No lo vayas a tomar a mal, ¿Bien? —preguntó, el omega asintió preparado para escuchar cualquier cosa— ¿Tú no te sientes mal estando tan sólo? —preguntó haciendo al otro reír, BeomGyu sopló el humo fuera del auto.

—Bueno, después de un rato te acostumbras... Es mejor estar sólo que con una mala compañía, lo aprendí a la mala... —afirmó, TaeHyun asintió con lentidud.

Él estuvo dándole vueltas a lo que le contó el omega, por horas, y por eso tenía esas preguntas.

—La soledad te puede jugar una mala pasada algunas veces... Te llena la cabeza de pensamientos que no valen la pena, pero cuando aprendes a llevarte bien con la soledad, todo va bien...

—Deberías ir a un psicólogo —soltó sin pensar, BeomGyu volteó a verlo, TaeHyun alzó las cejas, cayendo en cuenta de lo que acababa de decir— N-no lo digo por nada malo... ¡Enserio! ¡No pienso que estés loco! E-el psicólogo no es para los l-locos, pero yo no-...

—Entiendo lo que quieres decir —rió volteando a ver lo que tenían al frente, la cuidad iluminada y hermosa, pensó que a esa hora él también estaba bajo los reflectores, dando un espectáculo a varias personas.

Miró la ciudad, una hermosa ciudad con muchas luces, que se veía con mucha vida.

Pero sabía que en alguna de esas calles tan iluminadas, había alguien vendiendo su cuerpo por dinero, sabía que había alguien drogándose, sabía que había bailarines recibiendo dinero por bailes, trabajadores sexuales, alcohol, así como menores de edad involucrados.

—No... No he tenido la oportunidad, ciertamente, pero sé que necesito de uno —sinceró volviendo a fumar, soltando el humo por la nariz— Que ya no tenga que volver y esté... Bien, no quiere decir que lo que pasé se olvida de un momento a otro... Viví muchas cosas, cargo con mucha culpa, también dolor... Así como no supero lo que pasó con Esperanza... —admitió fumando con tranquilidad, viéndose totalmente relajado. TaeHyun lo escuchó con atención— No puedo fingir como que nada de eso pasó... Pero...

—¿Pero qué? —preguntó ladeando la cabeza.

—Me da miedo el psicólogo —rió, TaeHyun hizo una mueca extrañado.

—¿Por qué?

—Si voy al psicólogo... Tarde o temprano tendré que revivir todo... Tendré que contar todo... Y prefiero ignorarlo por ahora —explicó, TaeHyun suspiró, siendo algo complicado de entender.

—Nunca será tarde para mejorar tu salud mental, así que cuando te sientas preparado, llámame —pidió cruzando los brazos mirando al frente.

—¿Eres psicólogo acaso?

—No, pero conozco a uno —contestó estirando sus piernas, sintiendo el viento entrar al auto, llevándose un poco el aroma que había encerrado en el auto.

BeomGyu asintió, terminando su cigarro.

—Además, no estás sólo ahora —señaló, con una sonrisa.

—Ahora un baboso me acompaña —afirmó, soltando una risa que secundó el alfa.

—¿Nunca dejarás de decirme así? —preguntó, viendo como el omega negaba con la cabeza, sonrió un poco sin quitarle la mirada de encima.

—Te queda tan perfecto el apodo que es lamentable dejar de decirlo —opinó, TaeHyun soltó una risa.

Hablar con el otro se había vuelto cómodo, así estuvieran desnudos, así fuera antes o después del sexo, hablar era algo común en ellos, y cada vez sus conversaciones se extendían más.

—No creas que estoy contigo por el sexo —señaló, BeomGyu encendió otro cigarro, el alfa frunció el ceño por eso.

—¿Entonces por qué?

—Me agradas, me gusta pasar tiempo contigo, mira... Somos amigos —señaló, BeomGyu rió mirando al frente.

—La base de ésta amistad es el sexo.

—No es así, cuando me digas que te cansaste de mi pene, seguiré a tu lado, eres mi amigo, ya te lo dije —asintió para darle más firmeza a sus palabras— Además, aburrirse de mí es difícil, precioso...

—Tu sólo eres un perro calentón buscando un agujero —se burló llevando el cigarro a su boca, TaeHyun chasqueó la lengua.

—Te dije que soy catador de personas sexys, es diferente...

—Cómo sea, a mi también me gusta pasar tiempo contigo —admitió, soplando el humo por la ventana, el alfa sonrió de medio lado— Bueno, eres el único con el que paso el tiempo, me debe gustar sea como sea —se burló, el alfa soltó una risa después.

Pasó el tiempo, el segundo cigarro del omega se acabó, BeomGyu buscó la cajetilla pero antes de tomarla, el alfa se la arrebató.

—Es el tercero que fumas —señaló con impresión, BeomGyu asintió, sin importar la cantidad— Ya, no fumes más —negó, el omega soltó una risa.

—¿Qué eres? ¿Policía de cigarros? Dame acá —pidió jalando la mano del alfa que se resistió hasta que el otro se rindió, chasqueando la lengua.

—Esto te arruga los pulmones —explicó, BeomGyu rodó los ojos.

—Lo sé...

—Hace daño.

—También lo sé, dame el cigarro —pidió, chasqueando la lengua cuando el alfa guardó la cajetilla en sus bolsillos.

—Cuando estemos juntos, no puedes fumar —señaló el alfa, BeomGyu rodó los ojos de nuevo.

—No, voy a fumar cuando sea.

—Cuando estés conmigo no —negó de nuevo, el omega rió, apoyándose del volante.

—Entonces no tenemos sexo —alzó los hombros, el otro volteó a verlo con el ceño fruncido.

—¿Por qué?

—Si no puedo fumar después de tener sexo, entonces no tendré sexo contigo —explicó, TaeHyun chasqueó la lengua.

—Uno solo, no tres, ni cuatro, fumas demasiado, ¿Cuántas cajetillas fumas al día? —preguntó, el omega pensó, haciendo una mueca mientras pensaba la cantidad.

—Una o dos, depende del día —alzó los hombros. TaeHyun alzó las cejas con impresión.

Cada cajetilla traía un promedio de veinte cigarros.

Cuarenta cigarros al día consumía si fumaba dos cajetillas.

—Es demasiado —murmuró, BeomGyu asintió.

—Si estoy ansioso fumo... —señaló— También cuando estoy relajado...

—Fumas si es de día y si es de noche —señaló sacándole una risa al omega que se enderezó en su lugar.

—En la tarde también —secundó con una carcajada, TaeHyun negó con la cabeza.

Pasar sus noches así no estaba mal, tampoco sus tardes o sus mañanas, pasar tiempo con el omega no estaba mal, aún menos cuando ambos lo disfrutaban.

Tarde o temprano, empezó a alejarse de sus amantes casuales, dejó de llamarlos, empezó a rechazar sus invitaciones a tener sexo.

Porque ya tenía a alguien que lo satisfacía más que sus amantes, más que todo, más que las mujeres que lo llamaban.

Estaba acostumbrándose a esa rutina, a salidas que terminaban en sexo, estaba exprimiendo todo su gusto en el omega, estaba obsesionado y se sentía adicto a como lo tocaba, el como se movía sobre él, el cómo le daba placer.

Era su amante favorito, no iba a negarlo, tampoco iba a tapar el sol con un dedo.

Y no iba a desaprovechar las oportunidades que tenía de estar con él a cualquier día y hora.

Iba a su apartamento, tenían sexo, iban a hoteles, tenían sexo, iba a su penthouse, tenían sexo.

Así, pasaron dos meses, en una relación amistosa, dónde había risas, algunas situaciones tranquilas en dónde compartían opiniones, y también sus encuentros sexuales.

Había pasado todo ese tiempo libre, de vacaciones, pero ya era hora de volver a su puesto y meterse de lleno en su trabajo y el caso que era su prioridad más grande a nivel laboral y personal.

Porque que el tiempo haya pasado, no significaba que hubiera una pérdida de importancia.

El tiempo pasaba, pero el peligro seguía ahí, las injusticias seguían sucediendo y creciendo, seguían habiendo víctimas.

Y ya había entendido que el hecho de que la víctima se fuera del lugar, y se librara de sus jefes, no quería decir que estuvieran del todo bien.

Lo veía todo el tiempo, en unos ojos azules, había escuchado la versión de una historia que le rompió el corazón, y sabía que así, habían más historias que no tenían la oportunidad de ser escuchadas.

Su vuelta al trabajo era importante para él, aún así, ya no tendría tanto tiempo libre como ahora.

Pero no importaba, porque él sabía que tenía amantes que esperaban por su llamada, sabía que tenía para elegir, y sabía que su favorito siempre estaría para él.

Porque BeomGyu no tenía más hombres, él era el único hombre que tenía, y para él eso era más que suficiente.

Sabía que si iba con él, no le negaría nada, sabía que estaba ahí, que podía ir a tocarlo cuando quisiera.

Porque así eran las cosas entre ellos, por mucho aprecio, agradecimiento, y momentos divertidos, por mucha amistad que tuvieran el uno con el otro.

Él podía ir a tocarlo, podía buscarlo y tenerlo cuántas veces quisiera.

Porque era suyo.

Porque lo había comprado.






























































<3

The_Dark_Diamond04

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