Maratón 3/3

BeomGyu soltó un suspiro, cambiando la posición de su brazo, dejándolo debajo de la almohada, a lo lejos escuchó voces, sonidos de alguien comentando algo.

Yo no tengo televisión. Pensó entre sueños, se siguió acomodando, escuchó los ruidos detenerse.

Tal vez era el vecino. Pensó volviendo a caer poco a poco en su sueño, sintió unas manos quitarle la manta que tenía para quitar la botella de su vientre, dió un salto en su lugar de inmediato, asustado, abrió los ojos, asustando al alfa en el proceso.

TaeHyun suspiró, dejando una mano en su pecho.

—Carajo, ¿Por qué despiertas así? —preguntó quitando la botella, revisando que ya no estaba caliente, se había ido la temperatura anterior.

BeomGyu suspiró, tomando asiento mientras pasaba una mano por su cara.

—No estoy acostumbrado a tener a alguien aquí, y pensé que estaba sólo —contestó mirando la manta azul, TaeHyun dejó la botella en la mesa de noche.

Podía escuchar la lluvia aún más fuerte, incluso algunos truenos y relámpagos.

—¿Cuánto dormí? —preguntó levantándose del sillón, dejando la manta a un lado, TaeHyun miró su teléfono.

—Una hora y media —contestó, en todo ese rato el alfa había estado viendo vídeos en su teléfono.

BeomGyu se estiró soltando un quejido, ya era de noche, la lluvia no iba a cesar en un buen rato, y ya era hora de la cena.

—¿Todavía te duele? —preguntó el alfa levantándose.

—Me duele menos... —murmuró, pasando sus manos por su cabello— ¿Quieres comer algo? —preguntó, TaeHyun alzó los hombros con algo de vergüenza.

Si tenía hambre, pero no consideraba correcto que el omega cocinara si tenía cólicos, aún así, no podían pedir a domicilio por la fuerte lluvia.

—Di que si y ya, baboso —habló el omega con una pequeña risa mirando la duda del alfa que asintió al final, BeomGyu caminó a su habitación— Iré a cambiarme —avisó mirando el peluche en su cama, estaba acostado boca arriba y en una esquina.

Ladeó la cabeza mientras se quitaba la ropa para colocarse una más hogareña.

Definitivamente él había guardado hace dos días el peluche en el armario por precaución, si TaeHyun aparecía en su casa para sexo, tener el peluche en su cama no era lo mejor, y ni loco lo dejaría en el suelo.

Pensó también en la manta azul, esa no estaba ahí antes, era obvio que el alfa había escarbado en el armario para buscarla y en el proceso, encontró el peluche.

Mordió su labio inferior, pensando las cosas.

¿Debería contarle todo? ¿O sólo una parte? ¿Omitía la muerte de Mark?

Tomó el peluche en sus manos, saliendo de la habitación con una camisa holgada, y bermudas, volvió con el alfa que lo observó con el peluche en manos.

—Abriste mi armario —señaló sentándose cerca de él, en el sillón, sus piernas rozándose, TaeHyun asintió.

—No encontraba con qué cubrirte y parecía que tenías frío... —explicó mirando el peluche. BeomGyu asintió.

—Está bien, no es algo malo...

—Ese peluche es muy lindo —halagó mirando al osito, BeomGyu se recostó del sillón.

—Es especial para mí... —admitió, mirando al peluche, decidido— Puedes tomarlo —le permitió con confianza, el alfa lo sujetó con ambas manos, mirando al peluche, la ropita azul que tenía siendo muy tierna.

Aún así, sentía que ese peluche tenía un transfondo muy triste, aún más cuando notó que la ropa era de bebé.

—Dijiste que querías saber de mí, mi historia... Este osito es una parte importante de ella —explicó mirando al alfa observar el peluche.

—Era de... —dejó sus palabras en el aire, BeomGyu negó con la cabeza, sintiéndose lo suficientemente confiado con Kang como para mostrarle esa parte de él, abrirle su corazón y dejarlo saber de algo tan privado y especial.

Así como también de dejarlo oír...

—Aprieta su barriga —indicó, mirando al alfa obedecer, presionando con su pulgar el centro de la panza del oso, se tensó en su lugar cuando los latidos de un corazón se reprodujeron, eran suaves, constantes. Alzó las cejas, sintiendo escalofríos.

Tragó grueso, volteando a ver al omega que sólo mantenía una pequeña sonrisa al escuchar los latidos.

—Es mi hijo —señaló, escuchando los latidos acabar— Tú eres el primero en escucharlo aparte de mí... Fue un regalo de una de las enfermeras, ella fue muy especial conmigo... Incluso fue al funeral a acompañarme un rato... —recordó con una pequeña sonrisa, TaeHyun se sintió mal, sintió un nudo en su garganta, los ojos cristalizados, con el simple hecho de escuchar los latidos de ese corazón se le había erizado la piel.

BeomGyu se levantó, dejándolo con el oso de peluche.

—Te diré mi historia luego de comer... Si quieres juzgarme por algo, está bien, si no estás de acuerdo con otras cosas, también está bien, solamente te pido... Que no te metas con mi hijo —pidió mirándolo a los ojos, TaeHyun negó con su cabeza.

—No podría hacerlo —negó mirando de nuevo el oso de peluche, lo dejó en su regazo, pensando en la situación, pasó sus manos por su cara tratando de calmarse.

Ese peluche, es el reemplazo de un bebé que ya no estaba, y no quería pensar en todo el dolor que tenía desde el día de su muerte.

Aún así, atesoraba que le estuviera diciendo y le estuviera mostrando una parte de él, que le permitiera saber y oír de algo tan privado como a su bebé, uno de sus dolores más grandes.

TaeHyun tomó aire, tragó grueso de nuevo, mirando el peluche.

—¿Puedo preguntar cómo se llama? —preguntó pasando su dedo por las orejas del peluche, teniendo la necesidad de tratarlo con delicadeza, BeomGyu volteó a verlo desde la cocina, empezando a preparar la cena de ambos.

—Nunca pude ponerle un nombre... —contestó, tomó aire sintiendo una pequeña opresión en el pecho, siempre era así cuando hablaba de su hijo— En el cementerio está registrado como Esperanza... Podría decir que ese es su nombre —asintió moviéndose por la cocina, TaeHyun puso una mano en sus ojos, quedándose en completo silencio.

Él era de sangre fría, su trabajo lo ameritaba, además de que lo habían preparado para eso, para ver historias tristes, casos desgarradores, imágenes que causaran repudio, aún así, esto era diferente a su trabajo.

No era una simple víctima de la que debía conocer su historia, era alguien que conocía desde hace tiempo, alguien que consideraba su amigo aparte de su amante.

Había estado empatizando con él, hablando con él, conociéndose.

Y no sabía si estaba lo suficientemente listo para escuchar todo lo que había pasado.

—Espero te comas todo, o me tendrás que pagar el plato —señaló BeomGyu mientras cocinaba, TaeHyun colocó el peluche en el sillón con cuidado, caminando hasta la encimera, el aroma era exquisito.

—Huele muy bien —halagó mirando al omega cocinar.

—No es algo de cinco estrellas, pero te aseguro que no te dará gastritis —bromeó volteando a verlo con una pequeña sonrisa, TaeHyun sonrió.

¿Cómo unos ojos tan bonitos podían pasar por tanto?

¿Cómo podía sonreír después de todo?

Miles de preguntas llenaban a Kang por minuto, así como la ansiedad de poder saber todo.

Pasaron unos cuantos minutos para que la comida estuviera lista, la cena era pasta con salsa y filete de pollo, con algo de ensalada de repollo.

—Ten —ofreció el omega dejando el plato frente al alfa que lo observó, hambriento, todo olía muy bien y se veía exquisito.

—Gracias, se ve muy delicioso —agradeció mirando que el plato del omega tenía lo mismo, BeomGyu le entregó los cubiertos.

TaeHyun probó de inmediato, demasiado hambriento para esperar que se enfriara un poco.

Saboreó, soltando un sonido de gusto, BeomGyu lo observó.

—¿No está muy caliente? —preguntó moviendo su pasta para enfriarla un poco, TaeHyun negó con la cabeza.

—Está divino... Es delicioso —afirmó, BeomGyu soltó una risa. Empezando a comer frente al alfa.

TaeHyun era parte de las autoridades, de alto nivel pero seguía siendo parte de la autoridad.

¿Qué pensaría él de su situación con Mark?

Si sabía que lo mató, ¿Lo entregaría a las autoridades? ¿Empezaría a investigar para encerrarlo en la cárcel?

—¿En serio puedo confiar en ti, TaeHyun? —preguntó en medio de la comida, TaeHyun asintió con la boca llena, gozando de la comida.

BeomGyu lo observó.

—Así como confiaste tu profesión en mi, yo quiero confiar todo lo que me pasó en ti...

—Puedes hacerlo, ojitos —afirmó, BeomGyu se levantó para servir gaseosa para ambos, uno en cada vaso con hielo.

Dejó el vaso frente al alfa que agradeció.

—Cuando te diga todo, quiero que te olvides de tu profesión... —pidió mirándolo a los ojos, TaeHyun ladeó un poco la cabeza.

—¿Por qué tú...

—Solo quiero que me escuches, y logres entenderme —lo cortó, tomando asiento de nuevo, empezando a sentir nervios cuando la comida empezaba a acabarse en los platos.

TaeHyun bebió de su gaseosa, estiró una mano a la cara del omega que al ver el movimiento de reojo se alejó un poco, aunque al final, aceptó que el alfa le tocara la mejilla.

—Cuando me digas todo, olvídate de quién soy entonces... Olvida mi profesión, a mi familia, mi nivel socio económico, olvida todo y sólo piensa en mí como un amigo de confianza... Porque eso soy —aseguró dejando una pequeña caricia en su mejilla antes de volver a comer, terminando su comida.

BeomGyu se quedó en silencio, comiendo también.

TaeHyun no podía recolectar pruebas de nada, mucho menos de un caso que fue cerrado, y el único que tenía las pruebas era SooBin, aún así, si de un momento a otro SooBin buscaba extorsionarlo con eso o delatarlo a las autoridades, tendría a alguien que sabría toda la verdad.

Sólo estaba confiando en que TaeHyun no lo juzgaría, que no vería mal su decisión, que no lo tacharía como un asesino.

Estaba confiando con el corazón en la mano una vez más en su vida, estaba abriéndose por primera vez a alguien luego de todo lo que pasó.

Y esperaba ser comprendido y apoyado.

En lugar de juzgado y marginado.

Espero disfruten mucho, ¿Qué creen que pasará?

La escena del peluchito es muy especial, así no se note :(

Hasta aquí el maratón cortito!

The_Dark_Diamond04