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45

1 semana después.





















Siete días habían pasado desde su encuentro en el penthouse del alfa.

Y en esos siete días, solo fue uno en dónde no se vieron.

En los otros seis, habían tenido sexo, sin falta.

Ese era el octavo día que se veían, nuevamente estaban en el penthouse del alfa.

La habitación estaba caliente, el aroma a sexo era innegable, el aroma a canela recubriendo todo y expandiéndose por el lugar.

Las sábanas estaban desordenadas, algunas almohadas en el suelo.

El omega se sostuvo de los muslos del alfa, jadeando mientras se movía de adelante hacia atrás, soltando un quejido de gusto.

La posición que le había propuesto la primera vez, se había cumplido ese día.

El alfa estaba acostado por completo, una almohada bajo su cabeza, el bailarín estaba sentado a horcajadas sobre él, dándole la espalda y sujetándose de sus muslos para subir y bajar a su propio ritmo.

Era la tercera vez que tenían sexo, eran apenas las dos de la tarde.

El bailarín se movió de adelante hacia atrás, causando un sonido húmedo, apretó los muslos del alfa empezando a subir y a bajar con gemidos de gusto, alzando la cabeza.

El alfa mordió su labio inferior, disfrutando de la vista, tal y como el otro se la describió, subiendo y bajando constantemente causando un sonido de chapoteo además de ver cómo su miembro se perdía dentro de él le causaba un morbo indescriptible.

El bailarín se detuvo, empezando a moverse en círculos, mordiendo su labio inferior, apretó los ojos con gusto sintiendo por completo el miembro dentro de él.

—Te mueves demasiado bien... —murmuró el otro sintiendo el movimiento de sus caderas, sin quitar la vista de ahí, gozando de su sensualidad.

Se levantó, colocando las manos en la cama, rodeó el estómago del bailarín que gimió.

—Aquí está lo que te mencioné... —murmuró dejando una mordida en su hombro, BeomGyu gimió entrecortado, agachando la mirada, TaeHyun apoyó su barbilla en su hombro, mirando el bulto en el vientre ajeno.

—¡Hmp! ¡No lo toques! —pidió bajando la mirada, notando el bulto en él.

—¿Por qué, bonito? —preguntó pasando su mano de nuevo por el bulto, apretando y sacándole nuevamente un gemido.

El bailarín arrojó la cabeza hacia atrás, tomando la mano del alfa para llevarla a su pecho, haciendo una petición silenciosa que el alfa entendió y aplicó, apretando sus pezones a su gusto.

—¿Por qué no sigues moviéndose? ¿Uhm?  —le preguntó oliendo su cuello, era dulce, fresa demasiado dulce, el aroma era completamente atrapante.

El otro usó la fuerza de sus piernas, moviéndose de adelante hacia atrás, volteó su cara en dirección al alfa que lo besó, metiendo su lengua en su boca, besándolo con desorden y gusto.

TaeHyun sintió placer en exceso, no era la primera vez con el omega, pero seguía sin poder creer lo bien que se movía.

Se separó del beso, un grueso hilo de saliva unió sus lenguas por unos segundos.

El alfa le ordenó llevar las piernas hacia el frente, lo sujetó por la parte de atrás de sus rodillas para embestir.

El otro gimió quedándose apoyado del pecho desnudo del otro, sintiendo que llegaba hasta más profundo que antes, agachó la cabeza, mirando como su pene entraba y salía con brusquedad, una y otra vez marcándose en su vientre, se masturbó a sí mismo, jadeando una y otra vez, gimió con gusto apretando involuntariamente el miembro ajeno al tener su tercer orgasmo.

El alfa lo embistió, sintiendo lo apretado que se había vuelto, mordió su hombro sin tanta fuerza, besando la piel sudada luego.

Ambos suspiraron, tratando de regular la respiración.

El omega se acomodó para levantarse, sintiendo lo húmedo de su entrada chorrear, se quedó a un lado del alfa que pasó su mano por su cabello antes de quitarse el condón.

—Deberías dejar de contenerte —señaló el omega dejando una mano en el pecho del alfa, se inclinó para besar su mejilla, bajando por su cuello.

—¿En qué, ojitos? —preguntó dándole más espacio, mirándolo besar su pecho y clavículas.

—En hacerme marcas —contestó, dándole una pequeña sonrisa.

En esa semana, TaeHyun siempre hacía ademán de morder o hacer un chupetón, pero al final, se decidía por sólo besar.

—Como te dije, puedes usarme a tu antojo —mencionó estirando una mano a la hilera de condones, poco a poco el bailarín iba tomando resistencia— Así como puedes marcarme a tu antojo —afirmó abriendo el paquete para colocarle el condón apenas el nudo bajó, acarició la extensión por completo, pasando su lengua por el cuello sudado del alfa que suspiró, sintiendo de nuevo como la mano del omega se movía justo como le gustaba, apretando lo necesario y en un ritmo constante— ¿Sabes por qué?

—¿Por qué? —preguntó mirándolo fijamente, el otro se volvió a poner a horcajadas de él, alineando el pene a su entrada, sin importar que no estaba del todo erecto.

—Porque yo soy todo tuyo... Te pertenezco —susurró la respuesta sobre sus labios, bajando poco a poco en la extensión, mordiendo su labio inferior.

En el sexo, habían ciertamente un compartir de palabras que resultaban ser vacías para el omega.

Cuando alguien está excitado decía cosas sin pensar, o a veces, para hacer intensa la situación.

BeomGyu no le había dicho mentiras al mencionar que era todo suyo, aún así, muchos podían interpretar la oración como algo romántico, algo que delataba un sentimiento.

No había sentimientos reales ahí, ahí no había amor, no había corazones implicados de ningún lado.

—Claro que eres todo mío, ojitos bonitos —afirmó el alfa abrazando su cintura, pasando su lengua por los labios del omega que sonrió, pasando sus manos por su pecho.

No había porqué confundir un abrazo con algo romántico.

No había que confundir un beso con algo de amor.

No había necesidad de tomar el más mínimo apodo y transformarlo en el más mínimo gusto cuando todo era meramente carnal.

Los sentimientos y el sexo podían llevarse la mano, definitivamente, pero así como podían, también podían estar completamente separados.

No había porqué confundir las cosas.

Así como la amabilidad no tenía por qué ser confundida con amor.

Ciertamente, TaeHyun no había llamado a ninguno de sus amantes en la semana, no tenía razones claramente.

Aún así, no los había descartado del todo, él podía ir con uno, con el otro, ir con BeomGyu, ir con Cecilia, ir con cualquier otro de su lista cuando quisiera.

—¿Quieres que te apriete más? —preguntó el omega, rozando sus narices, el alfa arqueó una ceja, confundido por la pregunta, por curiosidad, asintió.

El bailarín apretó aún más, controlando allí abajo por voluntad propia, haciendo al alfa tensarse, mirándolo directamente a los ojos.

—¿Cómo tú...?

—Lo hago a voluntad, corazón —explicó volviendo a hacerlo, gimió sintiendo como la erección terminaba de formarse dentro de él.

El alfa jadeó, sintiendo al omega apretarlo una y otra vez, a voluntad y en una velocidad constante.

—Te gusta mucho... —señaló con coquetería, TaeHyun asintió pasando sus manos por la espalda del omega.

—Me gustas mucho, precioso... Tu cuerpo entero... —murmuró besando su cuello, mordiendo la piel para crear un chupetón, empezó a hacer varios por sus clavículas, sintiendo al omega moverse de adelante hacia atrás, en una onda que le causaba aún más placer.

Las ilusiones nacían por palabras mínimas al no saber dividir las situaciones.

¿BeomGyu le gustaba? No.

Le gustaba su cuerpo, le gustaba su manera de moverse, le gustaba lo intenso que era el sexo.

El gusto podía dividirse en varias ramas, y TaeHyun no estaba en la amorosa.

Cecilia era una mujer hermosa, sexy, con las curvas necesarias y el suficiente líbido como para estar entre sus amantes, el cuerpo de esa mujer lo volvía loco, la ropa que usaba y el como resaltaba sus atributos, simplemente le gustaba esa mujer.

Pero por otro lado, él jamás tendría una relación con Cecilia, por su carácter, su manera de pensar, su manera de ser, simplemente ella no le gustaba para ser su pareja.

Sólo era gusto físico.

Y así, podría seguir describiendo a sus amantes, en dónde todos le gustaban por diferentes razones, en dónde algunos hacían otras cosas que otros no, en dónde unos se movían más que otros, en dónde otros lo hacían sentir mejor que otros.

Solamente era sexo. Atracción física.

Lo sentimientos quedaban muy atrás, para no decir que quedaban olvidados.

Y eso, bien que lo sabía BeomGyu, él solo estaba ahí por y para una razón, sexo.

Él disfrutaba, TaeHyun disfrutaba.

No había más que eso.

Si bien, el alfa hablaba con él, compartían sus opiniones, tenían conversaciones más allá del sexo.

Ellos podían ser amigos, no le quitaba la posibilidad, y aún menos con la insistencia del alfa.

Así lo negara y pareciera lo contrario, él confiaba en TaeHyun.

—La semana que viene entro al restaurante —comentó tomando de una botella de agua, sentado en la cama recién terminando con su sesión.

—Que bien... ¿Crees que te digan algo? —preguntó el alfa, mirando al omega asentir con la cabeza.

—Es obvio, todos recuerdan lo que pasó con esas dos chicas... Además, te habían visto desde antes un poco afincado en que fuera contigo... El rumor de que me acosté contigo para conseguir el tiempo completo no me sorprende —negó siguiendo con el agua, bebiendo un poco más, la garganta seca y un poco irritada por los gemidos— Aún así, no es tan falso...

TaeHyun chasqueó la lengua.

—No deberías decir eso, lo del tiempo  completo es algo aparte —murmuró, BeomGyu alzó los hombros.

—Tener sexo contigo es la paga por eso, y muchas cosas más...

—No es así —negó en tono de advertencia, BeomGyu rió apoyándose de la cabecera, mirando al alfa a su lado.

—Desde el día uno querías estar dentro de mi, no creas que soy estúpido...

—¿Por qué mejor no olvidamos eso? —preguntó sin estar muy orgulloso de esos momentos, BeomGyu sólo le sonrió con burla.

Se estiró tomando su cajetilla de cigarrillo en el buró, encendió uno acostándose por completo en la cama.

—Me gusta tu cara cuando estás recién cogido... —murmuró el alfa colocándose encima de él, besando su abdomen, pasando su nariz por la piel, llegando a sus muslos, besando y dejando pequeñas mordidas, BeomGyu sólo miró el techo, soplando el humo.

—A mí me gusta tu cara cuando te callas —bromeó, el alfa se quejó, BeomGyu soltó una carcajada por su indignación.

El tema de la profesión de TaeHyun había quedado en ese día, ya BeomGyu había entendido muchas cosas, y se sentía hasta más relajado al saber lo que era, considerando que no era tan peligroso como pensó, pues con tanto misterio del alfa pensó en mafia, en negocios parecidos a los de SooBin y hasta mucho más.

Su ansiedad había bajado en ese tiempo, además de que dormía mucho más de lo que hacía antes, estaba adaptándose y le gustaba su situación actual, tal vez no era tan digno, pero no tenía a nadie a quien darle explicaciones ni tener que escuchar si lo que hacía era digno o no.

Si bien, seguía teniendo miedos, inseguridades y situaciones que jamás podría sacar de su mente, agradecía en dónde estaba ahora.

Él haría lo que fuera, por no tener que volver de nuevo a ese club, ni a esa vida.

Y no le importaba usar a TaeHyun para lograrlo.

Si la situación se presentaba, se aferraría todo lo que pudiera a Kang, sin importar lo que tuviera que hacer.

Así tuviera que fingir que lo amaba.





































Veo que hay escritoras que siguen actualizando sus obras de contenido curioso y delicado, así que me atrevo a seguir publicando por acá, aún así, en Inkitt también actualizaré.

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Gyuandhyun_1

Por cualquier cosa o problema para que no pierdan contacto conmigo y yo con ustedes <3

Por todo el apoyo y comprensión, actualizaré hoy 3 capítulos de este fic, muchas gracias por todo mis amores!

The_Dark_Diamond04

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