35
Ese día, en la noche.
12:00 AM
SooBin miró fijamente el fajo de billetes verdes en su escritorio, alzó la mirada observando a quien se los entregó.
—Descuentalo, hay siete millones —habló BeomGyu con seriedad, dejando sus manos en sus caderas mientras lo observaba, SooBin arqueó una ceja mirando el dinero con desdén.
—¿Sigues haciendo trabajos por fuera, maldita perra?
—No es así, hice un servicio sexual hace días en la habitación catorce, está en el registro, recibí mi propina y además, he reunido por mucho tiempo —explicó, obviamente los siete millones venían netamente de mano de Kang.
—Te creeré —aceptó SooBin sabiendo que el omega no había hecho nada por fuera, le había montado una pequeña vigilancia después de todo— Esto quiere decir que ahora me debes sólo dos millones...
—Es así —afirmó BeomGyu llevando muy bien sus cuentas, SooBin sonrió.
—No te voy a aceptar esto —negó el alfa haciendo al otro fruncir el ceño— A menos... Que me hagas un trabajo hoy...
—Esto no tiene nada que ver con trabajo, SooBin, yo no-...
—¿Tu qué? ¿Tu no vendes tu cuerpo? Puede que tú no lo vendas, pero yo sí, cumple ese trabajo y te acepto los millones —condicionó, BeomGyu apretó las manos, sintiéndose nervioso.
SooBin tomó el dinero, empezando a contarlo con paciencia.
—Practicamente la deuda de Mark ya acabó... Sólo quedan tus intereses por tu tiempo de embarazo, unos simples dos millones que consigues chupándosela a ese Kang, ¿Cierto? —preguntó separando el primer millón— Y me da hasta algo de rabia que hayas acabado tan fácil ésta deuda... Puedo incluso decidir no aceptar este dinero y pedirlo de otra manera...
—No, no mezcles las cosas —negó frunciendo el ceño, sintiendo opresión en su pecho.
—Incluso puedo ponerte una multa por venderte por fuera...
—¡No mezcles las cosas, carajo! ¡No me vendí por fuera! —le gritó golpeando el escritorio del jefe, SooBin solo le arqueó una ceja, separando otro millón.
—Graba más vídeos —ordenó, BeomGyu tragó grueso, negando con la cabeza.
—No... Eso no...
—Grabas unos cuantos vídeos sólo ésta noche, y te dejo la deuda así, no me debes los dos millones —explicó alzando los hombros, BeomGyu negó con la cabeza rápidamente, sintiendo ansiedad y miedo por la situación.
Esos dichosos videos conllevan prácticas de las que no era fan, las odiaba, y además, para poder entrar en su... Papel, le inyectaban drogas y le daban afrodisíacos.
—No... SooBin, no quiero —negó con un susurro, mordiendo su labio inferior, conteniendo lágrimas de desespero— Puedo trabajar el doble... Sin paga... Puedo-... Puedo dar servicios sexuales toda ésta semana... Pero un vídeo no, SooBin, te lo suplico yo no-...
—Bien, no los hagas —aceptó el jefe sacando su teléfono, revisando la pantalla con una expresión de aburrimiento, BeomGyu alzó la mirada apoyado en el escritorio.
¿Cómo dijo?
¿Cómo fue tan fácil?
—En su lugar, usaré este... ¿Qué te parece? —preguntó volteando la pantalla del teléfono, BeomGyu observó un vídeo reproducirse a todo volumen.
Su corazón se detuvo por un momento, su garganta se seco y las manos le temblaron.
En el vídeo, se veía claramente a Kang TaeHyun tomarlo del cuello mientras lo besaba, restregando su cadera contra la suya, los gemidos y jadeos ahogados saliendo por las bocinas del teléfono.
¿Cómo SooBin había obtenido un vídeo de ese momento?
—¿¡Cómo lo grabaste!? ¡Las habitaciones no tienen-...
—Si qué tienen cámaras, precioso... Tal vez no lo sabías porque hace tiempo no trabajas allí —afirmó levantándose del escritorio, el omega tragó grueso, SooBin hizo un movimiento rápido para tomarlo del cuello, acercándolo a él, BeomGyu lo empujó del pecho, pero se detuvo con una mirada severa del alfa.
—Basta...
—Escuchame, yo no tengo porqué amenazarte para que hagas las cosas, porque yo puedo hacer lo que quiera con tu cuerpo, ¿Te queda claro, maldito? —preguntó apretando de más, empujándolo contra una pared, el omega lo observó con miedo, hiperventilando— Aún así, te estoy dando razones para que lo hagas a voluntad y no tener que gastar tantas drogas en tí, pero si quieres que las cosas sean así, bien...
—L-lo voy... Voy a hacerlo... —prometió con la voz temblorosa, asintiendo y jadeando cuando lo volvió a tomar del cuello.
—Sea como sea lo vas a hacer, imbécil...
—Bórralo... Borra eso, por favor —pidió soltando un par de lágrimas, apretó la muñeca del alfa que lo empujó de nuevo contra la pared, lo tomó del brazo para jalarlo fuera de la oficina, cerró a sus espaldas con un portazo, llevándolo a las fuerzas al lugar de la grabación, como siempre, sería en una habitación vip de las instalaciones del club.
BeomGyu soltó un pequeño sollozo, sintiendo miedo, ansiedad, no quería eso, no quería estar ahí ni hacer esos vídeos, tampoco quería estar drogado, mucho menos bajo efectos de afrodisíacos.
Pero no tenía opción.
De camino, encontró a Suzy, saliendo de los camerinos, la mujer hizo contacto visual con él unos segundos, pero luego desvió la mirada sin decir nada.
¿Qué podía hacer ella? Si ella venía de grabar algunos vídeos también, la única diferencia era que los hacía por necesidad y voluntad, sin uso de drogas o afrodisíacos.
—Vístete —ordenó el jefe empujándolo dentro de la habitación, soltando su brazo al fin, sin importar lo enrojecido que había quedado, sus dedos bien marcados en su brazo.
El bailarín vió su vestuario, unas simples botas de tacón blancas, iban hasta debajo de la rodilla, y un simple camisón de seda transparente del mismo color de las botas.
—No tenemos toda la noche —apresuró el alfa tomando asiento en un sillón, usando aún su teléfono, sin importar lo que pasaba— Dróguenlo y denle afrodisíacos —ordenó a los demás, quienes grababan las escenas.
BeomGyu volteó a ver a una esquina, había un alfa con una simple bata de baño, no tenía porqué adivinar qué papel ejercería.
El tipo estaba tranquilo, fumando un cigarrillo, sin verlo siquiera.
Sintió un jalón en su brazo cuando terminó de cambiarse, soltó un lloriqueo cuando fue inyectado, a las fuerzas le dieron un afrodisíaco, lo tragó sin tener opción.
¿Esa noche no podía ser peor? ¿Por qué de repente SooBin volvía a hacer lo que hace tiempo dejó? ¿Por qué tenía ser él?
—No me hagas daño... —susurró sintiéndose mareado, el alfa de la bata de baño estaba frente a él, sujetándolo de la cadera.
No quería que lo tocara.
—Te haré de todo menos daño, bonito —prometió el actor con una sonrisa que podría interpretarse como buena, pero no lo era.
Era alguien que estaba recibiendo mucho dinero por hacer eso, quien sabe si lo estaba haciendo por diversión, sin inmutarse que la persona con la que estaría era alguien que evidentemente estaba siendo obligada.
—Acción —ordenó SooBin cuando escuchó la primera risa salir de BeomGyu. Ya todo había hecho efecto, y aprovecharían todo ese efecto para grabar todos los vídeos posibles.
Y sin importar el estado del omega, ellos seguirían.
2:30 AM.
Una, dos, tres, cuatro cachetadas recibió con total dureza mientras sus manos estaban apresadas a la cabecera de la cama.
—¡B-basta! —suplicó soltando un lloriqueo.
—Una más —animó el alfa en medio de sus piernas, embistiendo con fuerza y sin importar que mezclado con el lubricante hubiera un poco de sangre.
—N-no... No... ¡Te lo suplico! —gritó moviendo las piernas con toda la fuerza que tenía, pero el alfa se las inmovilizó embistiendo con fuerza, sacándole un grito de dolor, arrojó la cabeza hacia atrás, soltando lágrimas.
Estaba sintiendo dolor, no estaba drogado, hace rato se había ido el efecto, ya no estaba excitado.
Estaba lleno de marcas, todo su cuello con marcas violentas, también su pecho, su cintura con marcas de manos, las manos de su acompañante, sus muñecas ardían y ya estaban soltando algo de sangre por el agarre tan fuerte y el roce.
Sus labios estaban hinchados y mordidos, le dolían.
Tenía la nariz tapada de tanto llorar, la ardía la garganta de tanto gritar, le dolía todo el cuerpo.
Soltó un sollozo sintiendo al alfa embestir más fuerte, haciéndolo abrir de más las piernas, a todo lo que su flexibilidad le permitía, y como claro, era lo suficientemente flexible por ser bailarín, fue mucho más morboso para las cámaras que enfocaron lo que les indicaban y lo que les parecía interesante.
—Corte —ordenó SooBin levantándose del sillón, sin inmutarse por las dos horas y media que estuvieron grabando, sin tener ningún estímulo de ningún tipo.
Porque ninguno era su primo, así de simple.
—Es suficiente material, no necesitamos más, señor —afirmó uno de los camarógrafos, deteniendo la filmación.
Los demás asintieron, ignorando al alfa y omega en la cama.
—Eres delicioso, lindura —halagó soltando las manos amarradas del omega que las llevó a su pecho de inmediato, haciéndose bolita en la cama cuando el alfa salió de él.
El alfa lo ignoró, quitándose el condón para arrojarlo en un cesto cercano.
—Asegúrate de que no salga mi cara y mi voz esté distorsionada, imbécil —amenazó el alfa colocándose la ropa, BeomGyu tomó asiento con lentitud y dolor.
—Eso está cubierto —afirmó SooBin dándole la mano al alfa, compartieron una sonrisa cómplice.
BeomGyu tomó la bata de baño del alfa se la colocó con lentidud y pequeños sollozos de dolor.
—Oh vamos, la primera hora la disfrutaste como nunca —burló SooBin acercándose a él, BeomGyu lo observó con odio.
El jefe alzó la mano, lo tomó del cabello para acercarlo a él.
—Se nota que tengo que volver a adiestrarte, perra —habló entre dientes, mirándolo con el ceño fruncido, lo sometió en la cama, arrojándolo de nuevo hacia atrás, BeomGyu sintió el dolor de su cuerpo, miró a su jefe encima de él— Tu mejor época fue hace dos años atrás, dónde no dabas tantos peros para las cosas...
—Quiero irme... —susurró con la voz rota, le costaba hablar por el ardor en la garganta, además de su llanto.
—Claro que te vas a ir —afirmó SooBin mostrando una pastilla, BeomGyu la reconoció al instante.
—Ya terminé... ¡Ya terminé, SooBin, por favor! ¡Ya terminé! —insistió, al alfa no le importó y lo forzó a abrir la boca y tragar la pastilla.
BeomGyu sintió el peso quitarse, se levantó, aún tenía las botas puestas, salió a tropezones de la habitación.
SooBin metió sus manos en sus bolsillos, mirando a los camarógrafos.
—Pueden hacer lo que quieran con él —ordenó, llamando la atención de solo algunos tres de cinco que había ahí— Siganlo, está drogado de todos modos, no les cobro ni un centavo, caballeros —señaló a la puerta, sonriendo de medio lado al ver no a uno, si no a tres alfas salir, buscando la dirección en la que se había ido el bailarín.
SooBin ya no iba a soportar las actitudes de BeomGyu, tampoco sus negaciones a las cosas, mucho menos cuando el negocio de la pornografía nuevamente estaba proliferando y dando más ganancias.
Y lo mejor que podía hacer para volver a ese BeomGyu tan dócil y sin negaciones, era el BeomGyu adicto a las drogas, devolverlo a eso era lo mejor que podía para agilizar las cosas, era mucho mejor para él.
Por otro lado, BeomGyu entró a su camerino de sopetón, tomando su mochila y sacando de él su teléfono, lo tomó con manos temblorosas, se colocó la mochila en un hombro. Su pecho oprimido, ganas de llorar, el miedo a la sensación de estar drogado, tenía que irse antes de que alguien quisiera aprovecharse.
—Ahí está —indicó un tipo a su izquierda al salir del camerino, volteó y reconoció a tres de los camarógrafos de antes, sintió miedo.
Empezó a correr como podía a la salida del club, empujó personas y soltó un grito cuando uno lo jaló de la mochila, la soltó sin pensarlo, saliendo del club sólo con su teléfono.
Estaba lloviendo.
No era una lluvia tan fuerte, pero eso no fue impedimento para los tres que lo perseguían con risas, resultando divertida la situación.
Pero para BeomGyu, era terror, era su vida en juego.
Nuevamente, estaba escapando de alfas, de tipos que querían aprovecharse de su condición.
Corrió lo más rápido que podía, con jadeos de desespero, sin importar el tacón de las botas, solamente queriendo que no lo atraparan, pensando en que se fueran.
Se sintió mareado por la droga, se tambaleó en una calle, su tobillo se dobló y casi caía al suelo.
Se quejó con fuerza por el dolor inmenso que recorrió su tobillo, pero volteó hacia atrás y todavía venían dos.
Se levantó con un lloriqueo, siguiendo con su carrera, jadeando y tratando de mantener el equilibrio, marcando apenas uno de los pocos contactos que tenía, el más reciente, apenas y viendo si estaba llamando, la lluvia, el mareo de las drogas, además de estar corriendo en tacones no era de ayuda.
Jadeó volteando a ver por sobre su hombro luego de un par de manzanas.
No venía nadie.
Aún así, siguió corriendo más manzanas, mareado, sintiendo el efecto de la droga más intenso, el como cada vez corría más lento hasta terminar caminando tambaleando, sujetado de las paredes.
Su cabello tapaba su cara de lo mojado, la bata totalmente pegada a su cuerpo, húmeda, el frío de la lluvia haciéndolo temblar.
Caminó dentro de un callejón, se aferró mareado a un bote de basura, se deslizó por la pared hasta sentarse, abrazando sus piernas con su brazo libre.
El otro número atendió.
—Ayúdame... Ayúdame, te lo suplico...
Nos vemos en el próximo...
The_Dark_Diamond04
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