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Detrás de las funciones del club, con bebidas, bailes y varios servicios, el jefe tenía negocios aparte de los que nadie perteneciente a la autoridad debía enterarse.
Verdaderamente era colaborador del tráfico de drogas, así como inversionista en creación de nuevas drogas para el mercado, así como también era uno de los principales organizadores de la trata de personas en todo el país.
Además, desde hace tres años atrás está involucrado en una red de pornografía, que puede ser visto como algo "leve" desde el punto de vista de los espectadores y consumidores de tal contenido, ya que en realidad, solo eran mayores de edad, teniendo relaciones.
Pero, lo retorcido e inquietante venía al saber que ni la mitad de los participantes habían consensuado dichas actividades.
De hecho, entre los primeros tres puestos, los vídeos pornograficos más vistos en la actualidad estaban organizados de ésta forma:
Número uno, violación, abuso físico.
Número dos, infantil.
Número tres, sadismo.
Las producciones de esos vídeos eran el alimento de cada pervertido del mundo, claro está, y agencias legales producen ese tipo de contenido, un contenido hasta gratuito que se puede conseguir con cualquier link de internet.
Pero, lo que diferenciaba su trabajo al de dichas agencias, era el simple hecho de qué él lo volvía real.
No eran actores porno, no tenían porqué fingir una violación, si podían grabar perfectamente una real. No tenían porqué fingir gritos, si podían causar gritos reales.
Era algo real, no eran actores que hacían escenas, eran personas reales en situaciones reales y el morbo por verlo, hacía a cualquier pervertido pagar la cantidad pedida.
Así que, el club solamente es una de sus tantas fuentes de ingresos, la única que podía considerar legal.
Las autoridades claramente se encontraban investigando sobre el caso, pero en años no habían encontrado más que evidencias de personas que ya estaban más que muertas y que habían abierto un poco la boca.
Eran una organización grande, bien protegida, y con una inmensa habilidad de salirse con la suya, la policía era de las últimas autoridades en enterarse de las cosas, y de hacer algo, no sería mucho, y tampoco les temían.
Con quiénes sí debían tener sumo cuidado, era con los agentes de inteligencia especial, no les convenía que un ente y equipo tan grande los tuviera en la mira, pues ellos sí que eran lo suficiente como para desmantelar todo el asunto, y escapar sí que se volvería difícil.
Aún así, se encontraban despreocupados actualmente puesto a qué había problemas aún más grandes de lo que los agentes debían hacerse cargo.
—¿Crees que disparar en mi club es algo que voy a pasar por alto? —le preguntó a TaeHyun frente a él, el alfa cruzó los brazos, arqueando una ceja.
—¿Crees que una casi violación la voy a pasar por alto? —preguntó de vuelta, SooBin ladeó la cabeza. BeomGyu estaba presente, a un lado de TaeHyun con las manos tras la espalda, escuchando todo atentamente.
—Ellos pagaron por hacerlo.
—¿Eso lo justifica?
—Por supuesto —afirmó SooBin levantándose del escritorio, caminó hacia Kang con una expresión molesta— Escucha, no sé que tipo de obsesión tengas con esta perra, pero no tienes porqué venir a reclamarme a mí a mí maldito negocio, y mucho menos venir a disparar... —aclaró con una expresión seria, molesto e imponente— Me sabe a mierda si fuera de este club eres un adinerado, hijo de mami y papi, aquí adentro eres un cliente más, no tienes derechos, no tienes decisión de nada, y venir a reclamarme aquí... No es algo se debas hacer —negó dándole un empujón por el pecho, TaeHyun relamió sus labios— Si tanto te molesta que le pase algo, con mucho gusto lo puedes alquilar o comprar... Tienes mucho dinero, y para ti será como comprar un juguete nuevo...
—No tienes porqué tratarlo como un objeto, maldito cabrón —negó entre dientes, dando un paso más hacia SooBin, los dos cercanos. El jefe serio y sin reacción ante las palabras de TaeHyun— ¿Crees que es un simple objeto? Él es el que te da las putas ventas, el que hace los bailes y te da el asqueroso dinero que va a tus bolsillos, lo mínimo que puedes hacer-...
—¿Tu me vas a enseñar a cómo tratar a mis empleados? ¡Ja, que divertido se ha vuelto esto! Aparte de que disparas, y eres un maldito dolor de cabeza, te atreves a decirme cómo debo tratarlo... —murmuró volteando a ver a BeomGyu— Yo no tengo porqué darte explicaciones de esto, y tampoco voy a cambiar mi trato con él por ser alguien... Especial, para ti —señaló, acercándose a BeomGyu, el bailarín en silencio— Así que puedes irte a esperarlo en la puerta trasera o lo que quieras, yo solamente te advierto que si vuelves a hacer un disturbio en mi club, te voy a negar el paso y vas a perder lo que vienes a hacer con este bonito —amenazó en un tono suave, apoyándose del escritorio, TaeHyun apretó los puños con impotencia— Vete —gruñó el alfa, dándole una mala mirada, TaeHyun volteó a ver a BeomGyu.
—Vete —repitió en un tono bajo, TaeHyun bufó dándole una última mirada a SooBin, cerró la puerta a sus espaldas, apretando los ojos cuando escuchó el sonido de una fuerte bofetada.
—¿Otra vez vas a causar problemas, maldita perra? Por una noche no te iba a pasar nada maldito llorón, ¿Sabes el dinero que perdí? Vas a tener que trabajar doble ésta semana sin remuneración por este chiste —escuchó la voz de SooBin, apretó las manos hasta que sus nudillos se hicieron blancos, la mandíbula también, escuchó otro golpe, escuchó algo golpear contra las paredes— Agradece que he tenido paciencia contigo, pero ya se me está agotando...
Quería entrar y detener las cosas, darle sus merecido a SooBin, golpearlo al igual que hacía con BeomGyu en ese momento.
Pero no podía.
No debía arriesgarse a que le denegaran la entrada, y tampoco creía que fuera prudente para el omega.
Por eso, se quedó apoyado en la pared de la oficina, escuchando todo con una a inmensa impotencia que oprimía su pecho.
Abrió los ojos cuando no sonó más nada, no escuchó nada del otro lado, volteó hasta la puerta cuando escuchó el pestillo, BeomGyu salió de ahí, a un paso irregular, cojiando un poco, y con una pequeña hemorragia en la nariz.
—BeomGyu... —lo llamó cuando cerró la puerta a sus espaldas, el omega pasó su dorso por su nariz, adolorido, con el cabello despeinado por los jalones, dolor en el tobillo cuando cayó al suelo, también su nariz sangrando.
El bailarín se acercó a él, cojiando y con una mueca adolorida.
—No digas mi nombre —negó tensandose cuando el alfa lo tomó de la cintura, TaeHyun lo alzó en brazos— ¿Qué-...
—Buscaremos tus cosas y nos vamos... Y no puedes caminar así qué-...
—Suéltame —pidió empujando un poco los hombros del alfa, TaeHyun lo soltó en contra de su voluntad, BeomGyu solamente pasó un brazo por los hombros del alfa, permitiendo que lo ayudara a caminar hasta los camerinos para buscar sus cosas e irse sin problemas.
SooBin le había dado lo que quedaba de noche libre, no quería ver su cara por el resto de la noche, así que no había problema en que se fuera.
Tomó su mochila y cerró el camerino como de costumbre, avanzó con TaeHyun en silencio hasta la parte trasera, subiendo al auto del alfa.
—Lo siento... —murmuró TaeHyun encendiendo el auto, BeomGyu volteó a verlo.
—¿Por qué? —preguntó sacando una toalla húmeda de su mochila, la pasó por su nariz, arrojó la cabeza hacia atrás, deteniendo la hemorragia.
—Por mi culpa te golpeó y-... —se detuvo cuando el omega soltó una pequeña risa, dejando la toalla en su nariz.
—No fue tu culpa —negó enderezando la cabeza cuando sintió la hemorragia controlada— Iba a pasar estuvieras o no.
—De todas formas, lo siento...
—Está bien —asintió con la cabeza mirando al alfa detenerse en una de las tiendas de convivencia cercanas al club, siquiera estaban a mitad de camino, BeomGyu se extrañó pero no preguntó al alfa cuando esté bajó del auto.
Solamente esperó con un suspiro, pensando en esa noche. Esa noche, eran las noches que llegaba a casa a fumar una cajetilla entera de cigarrillos, se metía a la ducha para perder el tiempo y se quedaba dormido con los ojos llenos de lágrimas.
Aún así, estaba sintiendo que las cosas eran diferentes.
—Ten, para tu tobillo —ofreció el alfa cuando volvió, una pequeña bolsa de hielo, BeomGyu la aceptó, subiendo su tobillo para colocarlo con una pequeña mueca— También compré esto... Para que te sientas mejor —ofreció otro artículo, BeomGyu observó.
—¿Una paleta? —preguntó mirando la paleta fría de helado en manos del alfa.
—Es de fresa —contestó mirando al omega acomodar su tobillo sobre el tablero del tan costoso auto, dejándole la bolsa de hielo encima, aceptó la paleta con ambas manos.
—¿Crees que con esto me siento mejor? —preguntó sintiendo el auto avanzar, TaeHyun suspiró.
—No del todo, pero... Un buen helado no está de más, ¿Cierto?
—Supongo que... Es cierto —afirmó en voz baja mirando la paleta, la saboreó mirando las calles en silencio.
Ambos se quedaron en silencio una buena parte del camino, pero no era incómodo.
—Tu no eres un objeto —negó TaeHyun luego de ese silencio, BeomGyu miró su paleta ir gastándose poco a poco— Tu cuerpo es...
—¿Sexy?
—Es valioso —contestó, mirando con reproche al omega que solo veía la paleta— Eres una persona especial al igual que muchas otras, no eres un simple objeto que alguien puede tomar cuando se le antoje... Tu vales demasiado, ojitos lindos, y si bien, tu ambiente de trabajo no es el mejor, eso no quiere decir que te rebaje como persona o te quite el valor... Estés en dónde estés y hagas lo que hagas, eres una persona valiosa y muy especial... Puede que tú campo de trabajo se preste para tacharte como un objeto, pero lo que importa es que tú mismo sepas que eso no es así... —negó, tamborileando con sus dedos el volante, BeomGyu terminó su paleta, empezó a jugar con el palito de madera, sintiendo las palabras del alfa llegar más allá de lo que quería.
Todo ese tiempo estuvo solo, alentándose sólo y muy torpemente, escuchar eso venir de otra persona era delicado, era especial, y por mucho que estuviera acostumbrado a la soledad, siempre necesitó escuchar eso, siempre quiso que alguien le dijera algo, que alguien por lo menos lo escuchara.
—He estado en el peor estado de alcohol y drogas que puedas imaginar...
—Eso no te quita valor —negó TaeHyun mirando al bailarín que no le dirigía la mirada, solamente a sus manos que jugaban con el palito de la paleta.
—No sabes la cantidad de hombres que han estado conmigo... Con y sin mi consentimiento...
—Sigues siendo una persona valiosa... No es como que tener relaciones te desvalorice...
—¿Valiosa? TaeHyun, he grabado unos cuarenta o más videos de pornografía... En contra de mi voluntad, pero al fin y al cabo la cara que aparece ahí es la mía y yo-... Yo no me siento orgulloso de eso, soy cómplice de una red de pornografía inmensa sin saberlo y-...
—¿Lo sigues haciendo?
—No —negó relamiendo sus labios, TaeHyun afirmó con la cabeza.
—¿Sigues drogandote y bebiendo alcohol?
—No —negó de nuevo, TaeHyun dejó una mano en su hombro, haciéndolo voltear a verlo.
—Entonces eso te hace mejor, lo superaste, dejaste de hacerlo, y ahora estás aquí, tal vez no estás en el trabajo que desees y no tengas la vida que desees, pero eres fuerte, y eres especial, eres una persona, hacer o no hacer no te quita valor, cada quien comete errores, ojitos lindos, y el hecho de que los hayas aceptado y superado, es suficiente... —afirmó con una pequeña sonrisa, BeomGyu solo lo observó.
¿Me dirá lo mismo si sabe que maté a alguien?
—Gracias...
—No hay de qué...
—Por la paleta y el hielo, también gracias —pidió dejando la bolsa de hielo, en otra bolsa seca, preparándose para irse a su apartamento.
—¿Puedo saber cómo se llama tu jefe? —preguntó con una sonrisa, BeomGyu lo observó.
—Choi SooBin...
—Ah, cuánto lo odio —negó con la cabeza pasando su mano por su cabello— Hoy... No fue un buen día, pero mañana será mejor, mañana te voy a comprar todas las cervezas del club y te daré mucho propina —prometió con una sonrisa, BeomGyu inevitablemente soltó una risa que hizo al alfa ladear la cabeza, sintiendo que estaba logrando algo a pasos de hormiga.
—Eso espero... Uhm... Te veo mañana —se despidió cerrando la puerta para caminar poco a poco a su apartamento. TaeHyun lo observó irse, tomando su teléfono.
Buscó un número específico, marcó una llamada sabiendo que le contestarían las veinticuatro horas. Él estaba de vacaciones, pero otros compañeros no, más que todo, los investigadores.
—Busca a Choi SooBin en el sistema de gobierno, sus antecedentes, todo, quiero hasta saber cuál es la talla de zapato de su madre —pidió entre dientes encendiendo el auto, arrancó con velocidad, colgando el teléfono cuando la otra persona confirmó los datos.
Lo suyo con Choi SooBin no se quedaría ahí.
Es mi primer SooBin malo
The_Dark_Diamond04
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