21
Ni una, ni dos, fueron tres cajetillas enteras que se fumó al llegar a casa, en medio del llanto, y un ataque de ansiedad.
Estaba en el baño, bajo la ducha, restregando el jabón en su cuerpo con fiereza a pesar de toda la espuma que salía, él seguía restregando y restregando.
¿Qué hizo conmigo? ¿Qué tocó y cómo lo hizo? Se preguntó tomando la esponja de baño para restregar su piel, irritandola y dejándola roja en el proceso.
Quien sabe cuánto tiempo y cuántas cosas le hizo, y él bajo los efectos de la droga, cedió.
Doy tanto asco. Pensó soltando un lloriqueo, pensando también en lo estúpido que fue al no darse cuenta de que lo habían drogado.
¿Y si fue el mismo TaeHyun y no los supuestos tres alfas?
¿Y si le había mentido?
No, él no lo hizo... Negó su lobo, que a pesar de estar igual de adolorido que él, negaba que Kang fuera el autor de tal suceso.
¿Por qué le tienes tanta esperanza?
Él no es tan malo...
—Miente... —murmuró quedándose bajo la ducha, pasando sus manos por su cara.
¿Cómo debía sentirse luego de dos años sin un suceso así? Además, justo cuando TaeHyun empezó a frecuentar su vida, pasaba esto.
Fue él...
No, él no fue. Negó su lobo muy seguro, mucho más conectado con los sentimientos y el lazo de protegido y guardián que compartían.
BeomGyu salió de la ducha, envuelto en una toalla, se secó con fuerza irritando aún más su piel, se colocó una bata de baño antes de ir a su cama. Con ardor por todas las veces que restregó y rascó.
—Hola... —saludó con voz ahogada a su peluche, lo tomó con delicadeza mientras tomaba asiento en la esquina de la cama, lo dejó en su regazo, pasando los dedos por el pelaje del osito— Ayer no vine a abrazarte... —mencionó apretando con cuidado la panza del osito antes de abrazarlo, escuchando los latidos del corazón, suspirando entrecortado.
No la estaba pasando bien, necesitaba relajarse, necesitaba olvidarlo porque si no, terminaría peor y era lo que menos quería.
Se acostó de medio lado, mirando al peluche, lo olió con cuidado, solamente colonia de bebé que él se encargaba de colocarle cada que lo lavaba.
—Debería ir a visitarte... —murmuró apretando una de las orejas del osito— Casi cumples tres añitos... ¿Te llevo burbujas? —preguntó antes de abrazar al peluche, cerró los ojos para dormir, o por lo menos intentar hacerlo para ignorar todo lo que había pasado en menos de dos días.
Si no lo hacía, sería peor.
2 días después.
Vivir siendo acosado por hombres no era fácil, no era lindo, no era algo que ni él ni nadie disfrutaba.
Aún así, en su situación, no tenía la potestad de ir a denunciar un acoso, violación, problemas con drogas o alcohol.
“Eso te pasa por trabajar en clubes" “Eso te pasa por ser bailarín nocturno”
Su trabajo le quitaba por completo el derecho a denunciar algo, ya que la policía los tiene tachados como "atrapa hombres" además, quitando los prejuicios, no estaría tan loco para acercarse a la policía teniendo un antecedente de asesinato, drogas, alcohol y además de trabajar en un lugar clandestino.
No era una opción.
Así que, sólo debía aguantar.
Habían pasado dos días desde que despertó en el apartamento del alfa, y dos días en dónde no se lo había topado en el club.
Ya obtuvo lo que quería. Fue lo pensó esos dos días, sintiéndose por lo menos aliviado de que el alfa no seguiría apareciendo.
Eso pensaba, hasta que terminó su turno en el restaurante ese día.
—Llegué a tiempo —habló TaeHyun bajando de su auto, en la salida trasera del restaurante, BeomGyu se hizo un paso hacia atrás, apretando su mochila.
—¿Qué haces aquí? —preguntó mirando al alfa con el ceño fruncido.
—Quería llevarte a tomar algo, a comer, lo que tú quieras...
—No —negó con seguridad, TaeHyun suspiró avanzando hasta él, deteniéndose a un espacio prudente.
—Escucha, no lo hago con mala intención, ¿Si? Sólo quiero disculparme por el mal rato que te hice pasar en mi apartamento, no fue mi intención y tal vez no debí hacer ciertas cosas y me disculpo por eso —habló muy sinceramente y de todo corazón, su lobo y él arrepentidos por la escena de hace dos días.
BeomGyu soltó una risa.
—¿Crees que yo no me sé ese truco? —preguntó ladeando la cabeza, TaeHyun chasqueó la lengua— Hacen algo malo, luego vienen a llorar como perros arrepentidos esperando a que los disculpes para tiempo después volver a hacer algo malo, y volver a arrepentirse, además, ¿Cómo sabías que trabajé hoy y salía a ésta hora? —preguntó, frunciendo el ceño y negando con la cabeza con hastio cuando el alfa no contestó los primeros segundos.
Sé sincero. Habló el lobo de TaeHyun cuando captó que el otro soltaría una mentira.
—Esto es de mi familia, ¿Bien? Tengo libre acceso a las plataformas administrativas y no es tan difícil buscar los horarios de los empleados... Con saber tu nombre es suficiente —explicó, mirando al omega rodar los ojos hacia arriba, fastidiado y molesto porque era algo que siquiera podía controlar, los pocos límites que podía poner con un hombre así, no lo podía hacer, porque TaeHyun tenía acceso a su información.
O por lo menos, a la laboral.
—No me sorprende de un acosador como tú...
—Oye, no pienso hacer nada de lo que crees, solamente una bebida o algo, enserio te estoy pidiendo disculpas y te cierras a pensar que soy malo.
—¿Si te disculpo vas a dejar de fastidiar? —preguntó dejando un momento en silencio al alfa, TaeHyun metió sus manos en los bolsillos.
—Si me disculpas podemos avanzar más... Quiero conocerte, BeomGyu y tú sólo te-...
—Yo no quiero conocerte, TaeHyun —negó mirándolo a los ojos, el alfa se quedó de nuevo en silencio.
BeomGyu suspiró sacando una cajetilla de cigarros de su bolsillo, lo encendió bajo la mirada del alfa, fumando con tranquilidad.
TaeHyun frunció un poco el ceño.
¿Un omega tan lindo como él fumando?
—¿Tu no sientes que tenemos una conexión? —preguntó seriamente, BeomGyu frunció el ceño— Soy el único que puede olerte, y de mi parte siento la necesidad de protegerte, ¿Crees que si no sintiera ésta conexión estaría buscándote todo el tiempo? Hablo enserio, desde mi parte más sincera, BeomGyu, te quiero conocer porque quiero saber qué carajos pasa con nosotros —habló fuerte y seguro, también sincero.
BeomGyu lo escuchó atentamente, sabiendo que él también sentía una conexión hacia el alfa, su lobo no sentía miedo al verlo, se sentía seguro con él y a pesar de las situaciones que han ocurrido, no había sentido el miedo irracional que siempre sentía.
Y poco a poco, estaba encontrando cierta costumbre a TaeHyun.
Aún así, no debía confiar.
No del todo.
Había tenido mucho tiempo para pensar en la situación, y en realidad, no ganaba nada rechazando una y otra vez al alfa que se un día para otro tenía más información de la que le gustaría.
Habían hombres que se aburrían con el tiempo y desistían de la idea, pero TaeHyun se notaba que no era ese tipo de hombre, era intenso, insistente.
—Hoy estoy ocupado —recordó botando el humo por la nariz, TaeHyun negó con la cabeza.
—Te llevaré a dónde vayas, y te dejo en paz.
—Deja de decir que me dejas en paz cuando lo más seguro es que te aparezcas en el club —negó estirando su mano el cigarro al alfa que negó con la cabeza, rechazando el cilindro.
Aún así, ese gesto era una señal.
—Llévame —pidió acercándose al auto ajeno, abrió él mismo la puerta para entrar, TaeHyun alzó las cejas pero aún así se movió a tomar el asiento del piloto.
Miró el auto del alfa, era lujoso, con luces LED en su interior, una pantalla pequeña en el centro de los asientos, totalmente costoso y elegante.
Suspiró acomodándose en su lugar, mirando el auto arrancar.
—¿A dónde conduzco? —preguntó el alfa, BeomGyu volteó a verlo.
—Al cementerio del sur —contestó mirando la expresión sorprendida del alfa que tartamudeó un poco antes de emprender camino.
—A-ah, yo... Lo siento mucho...
—Gracias —fue lo único que dijo, mirando por la ventana en silencio.
TaeHyun condujo en silencio, mirando la vía.
—Estos dos días no fuí... Porque estaba ocupado con un llamado del trabajo —recordó deteniéndose en un semáforo. BeomGyu volteó a verlo.
—No es como que estuviera esperándote —contestó arqueando una ceja, TaeHyun soltó una risa.
—Siempre contestas así... —murmuró avanzando, dándole algunas vueltas a los asuntos que había estado pensando en esos dos días.
Le había llegado la información detallada de BeomGyu, todos los registros que tenía legalmente, y en ningún lado, aparecía el registro de un hijo, como sería normal en esa clase de documentos.
—¿Puedo hacerte una pregunta?
—Ya la estás haciendo —contestó BeomGyu mirando la vía, el aroma a canela era suave, el alfa estaba relajado. Aún así, se iba a acumulando por las ventanas cerradas del auto.
—Dejas a tu hijo con una niñera, ¿Cierto? —preguntó, curioso y sin alguna mala intención, BeomGyu volteó a verlo.
—¿Eso en qué te afecta?
—Bueno... En nada...
—Entonces no preguntes.
—Solo quería saber, ¿Bien? Me parece... Admirable —admitió sacándole una mueca confundida al omega que cruzó los brazos, escuchando las palabras del alfa— Trabajas de noche, dejas a tu hijo con la niñera, y llegas a pasar el día con él... Supongo que estás en el club por él... Creo que es admirable —admitió de nuevo afirmando con la cabeza, BeomGyu soltó una risa inevitablemente.
No debí haberle dicho. Pensó recordando la vez que contestó que sí tenía un hijo, obviamente no le aclaró la situación, y ahora el alfa pensaba que hablaban de un niño... Vivo.
Relamió sus labios.
—Sí es admirable, pero ese no es mi caso —negó mirando un pequeño puesto en la calle, un señor que vendía burbujas de niños— Detente aquí —pidió mirando al alfa estacionar un par de metros adelante.
—¿Qué vas a hacer?
—Tengo que comprar algo —contestó entre dientes, bajando y dando un portazo, dejando su mochila en señal de que volvería.
Suspiró caminando hacia el local del señor, pensando en la situación.
Ahora, por boca suelta TaeHyun tenía una imagen diferente de su vida, y no soportaría más que estuviera haciendo preguntas de un hijo qué no existía en ese plano.
Él mismo se había buscado esa situación.
Podemos decirle. Afirmó su lobo, muy seguro y confiado. BeomGyu pagó las burbujas infantiles antes de volver al auto.
—Oh, burbujas —señaló el alfa, BeomGyu se acomodó en el asiento, mirando las burbujas en su mano.
—Hoy cumple años —explicó mirando al alfa asentir, escuchándolo atentamente.
Podemos decirle y que deje de preguntar. Afirmó su lobo, sintiéndose seguro de contar ese delicado suceso al alfa.
No le vamos a dar lástima.
Si hubieras dicho la verdad, o no hubieras dicho nada, no tendríamos porqué aclarar las cosas sobre nuestro cachorro. Regañó su lobo en su cabeza, con mucha razón.
BeomGyu suspiró mirando la entrada del cementerio cerca.
—Puedo llevarte de vuelta con el niño, así llegas más rápido —propuso el alfa con amabilidad, mirando al otro relamer sus labios antes de voltear a verlo, dudando un poco antes de hablar.
¿Estaba mal? ¿Estaba mal si mostraba esa parte tan privada de él?
Él no es malo. Y esto te pasa por hablar de más. Habló su lobo, sin sentir algún tipo de rechazo hacia ese tema con el alfa.
—No tienes porqué llevarme —negó con la cabeza tomando las burbujas solamente, y su teléfono en el bolsillo.
—Pero si estás-...
—Mi hijo no está conmigo, ¿Bien? —preguntó, el alfa alzó las cejas, dejando una mano en el volante, asintió comprendiendo.
—Oh... No está en el estado o... ¿O algo así? —preguntó empezando a sentirse algo nervioso, preocupándose de la posibilidad de respuestas que había. Estaban en frente del cementerio, y seguían hablando del niño.
No me digas que...
—No está físicamente —negó con la cabeza el omega, desviando la mirada a la entrada del cementerio, un pequeño nudo se formó en su garganta— Hoy estaría cumpliendo tres años, y por eso vengo —habló abriendo la puerta del auto, TaeHyun tartamudeó, tomando la muñeca del omega antes de que bajara por completo del auto.
—Lo siento —habló, sinceramente y con una expresión preocupada, pero también era una expresión de arrepentimiento por preguntar de más— Lo siento mucho, enserio, te doy mi pésame... Cómo lo lamento por preguntar tanto... —sinceró mirándolo directamente a los ojos, haciendo ademán de bajarse del auto, BeomGyu se zafó del agarre ajeno.
—Gracias, y no me sigas, vuelvo cuando termine —fue lo único que dijo antes de avanzar sólo a la entrada del cementerio, con un nudo en la garganta y apretando las burbujas infantiles en sus manos.
TaeHyun suspiró pasando sus manos por su cabello, procesando la noticia.
No debí preguntar tanto ni hablar del niño. Pensó sintiéndose arrepentido de hacerlo. Su lobo estaba en silencio, sintiendo tristeza por la situación e impresión por tener una respuesta con tanto peso.
La parte más íntima y delicada de BeomGyu, era una parte de su vida delicada y se la había contado a un simple cliente.
Suspiró caminando por la hilera de tumbas, caminando hasta la última en una pequeña subida, estaba algo aislada de los demás.
Tomó asiento frente a la tumba, mirando la lápida.
Esperanza.
Ese era el nombre que estaba grabado en la lápida, con la fecha de su muerte, tenía flores bien arregladas que él mandaba al cementerio cada dos semanas, todo estaba impecable. Para algo pagaba esos servicios.
—Te traje burbujas, mi niño —habló con suavidad abriendo el empaque, estaba sólo en el cementerio, con una brisa fresca.
Abrió el empaque y sopló las burbujas al cielo, mirando como caían encima de la lápida, explotando.
Se quedó en silencio, soplando más burbujas, sintiendo un pequeño nudo en la garganta.
—Deberías ir a mis sueños... —comentó mirando la lápida, hablando con ella, ahí estaba su hijo, su pequeña esperanza— Hace mucho no sueño contigo... —habló volviendo a soplar burbujas, sonrió de medio lado, sintiendo sus ojos cristalizarse.
Por mucho tiempo que pasara, el dolor seguía igual que el primer día.
Recordaba todo como si hubiera sido ayer, recordaba el pequeño cuerpo que abrazó con todas sus fuerzas a su pecho, el cómo lloró por un pequeño cuerpo inmóvil y se aferró a la tierra los primeros días luego de su entierro.
—Te extraño mucho... —sinceró agachando la cabeza, soltando las primeras lágrimas, tragó grueso dejando de soplar burbujas.
El viento movió su cabello, a lo lejos, TaeHyun se apoyó de los barrotes de la entrada del cementerio, miró la silueta del omega, haciendo una mueca cuando observó sus hombros subir y bajar en señal de llanto.
Quiero ir. Habló su lobo, ansioso.
Es algo privado, bastó con que nos dijera. Explicó conteniendo sus ganas de ir también, volviendo a las afueras de su auto para esperar por el omega.
—Tuviste que quedarte más tiempo conmigo... —balbuceó el omega soltando un lloriqueo, cubrió sus ojos con sus manos, secando sus lágrimas— Te abracé tan poquito... —sollozó cubriendo su cara completa, sorbiendo su nariz y soltando sollozos bajos, una lágrimas tras otra en un flujo contaste de dolor. Lloró por treinta minutos seguidos, en silencio y con una mano tocando la tierra sobre la tumba.
Se controló lo mejor que pudo, secando su cara con sus manos.
—Te amo, cachorrito... —murmuró entrecortado mirando las flores y soplando más burbujas, mirando de reojo que había un espacio de otra tumba, estaba vacía y jamás estaría llena en ese tiempo.
A menos que él muriera.
Una parte de su dinero, se iba en el mantenimiento de la tumba de su hijo, y la otra, en la reserva mensual de esa tumba.
Una tumba que era suya.
Cuando él muriera, sería enterrado ahí, junto a su bebé y se había encargado de reservar ese espacio para que nadie se lo quitara.
—Espero verte en mis sueños, mi niño —pidió dejando una pequeña caricia a la tierra, dejando el frasco de las burbujas a un lado de la lápida, se inclinó y dejó un pequeño beso sobre el nombre de esperanza.
Se levantó y limpió sus pantalones, secó su cara y controló su llanto, caminando con lentidud hacia la salida.
Normalmente, se quedaría hasta que las horas de visitas acabaran, pero justo ahora, tenía a alguien esperándolo.
Sólo había sido una hora entera en la que TaeHyun estuvo esperando dentro de su auto, usando su teléfono.
—Vámonos —avisó volviendo a subir al auto, con una expresión de seriedad, el borde de los ojos enrojecidos y la punta de la nariz enrojecida.
TaeHyun lo observó, encendiendo el auto.
—¿Quieres que te deje en tu casa? —preguntó con suavidad, el omega cruzó los brazos para voltear a verlo.
—¿No dijiste que querías invitarme a tomar algo? —preguntó de vuelta, TaeHyun alzó las cejas dando vuelta en U para salir de la zona del cementerio.
—No creo que... Sea el día...
—No es como que haya un día perfecto para esto —contestó tosco, mirando su teléfono unos segundos antes de seguir viendo a TaeHyun que simplemente condujo, tomando la palabra del omega, guiando el auto hacia el local de bebidas que le gustaba.
BeomGyu suspiró.
Sólo tengo que esperar a que se aburra.
¿Qué opinan de la situación? La relación es un poco confusa al inicio pero ya le iré desarrollando aún más
Espero les haya gustado!
The_Dark_Diamond04
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro