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Penitenciaria.
Horario de visitas conyugales 10:00 am a 6:00 pm.
12:00 pm.
Por fuera de la sala de visitas se escuchó el estridente golpe de algo contra la mesa de metal, el policía frunció el ceño tocando la puerta.
—¡Hey! ¿Todo bien? —preguntó, hubo un momento de silencio.
—¡Si, carajo! —bufó SooBin volteando a la puerta, volteó de nuevo, apretando el cabello del omega entre sus manos, dejándolo sometido en la mesa de metal, con los pantalones abajo mientras lo penetraba con lentidud.
El omega soltó un gemido entrecortado sintiendo su interior expandirse, recibiendo el miembro del alfa.
Esta vez, con preservativo.
Sintió la respiración del alfa en su cuello, gimió cuando las embestidas empezaron, siempre bruscas y profundas.
—Shh... —silenció el alfa cuando el otro gimió alto, el policía de afuera sólo suspiró alejándose unos pasos para no incomodarse más.
SooBin dejó la mano que sostenía su cabello en su boca, su otra mano se dirigió a una de las piernas del otro, alzando y dejándola sobre la mesa, el omega se aferró a los bordes de la mesa, gimiendo una y otra vez.
Sintió un escalofrío, el placer recorrer su cuerpo, su primo lo sostenía con fiereza, lo embestía con fuerza y gemía sobre él, a pesar de tener condón estaba lo suficientemente excitado como para prestarle atención a eso.
La única condición que YeonJun había dado era esa, y no era algo que recién había propuesto, tenían dos años en eso.
El omega rodó los ojos hacia arriba, sintiendo su orgasmo llegar poco a poco, la mano del alfa dificultando el paso del aire, el calor, el como lo sujetaba con tanta firmeza.
Estaba demasiado sumido en el placer.
—Alza el culo —ordenó el alfa en su nuca, dejando besos húmedos en la zona, el omega lloriqueó arqueando la espalda, el alfa le dejó de cubrir la boca para sujetarlo de la cadera, el choque de sus pieles y el rechinido de las patas de la mesa acompañando su encuentro.
YeonJun cubrió su boca con ambas manos, avergonzado de que pudieran escuchar del otro lado, sintió su próstata ser golpeada una y otra vez, los dedos de su primo encajados en su cintura, lloriqueó avisando con varios gemidos camuflados que estaba llegando a su orgasmo.
—¿Q-qué-... —volteó de inmediato cuando el alfa salió de él, SooBin lo tomó de un brazo con brusquedad para darle la vuelta, teniendo la suficiente fuerza para alzarlo y hacerlo tomar asiento en la mesa.
Respiraron agitados, sudados, a medio vestir.
—Abre... —ordenó mirando al omega abrir de lado a lado sus piernas, dejando los pies apoyados en el borde de la mesa, ahora que estaban cara a cara, el omega se abrazó a su cuello, aguantó la respiración antes de empezar a jadear, nuevamente las embestidas rudas, directo a dónde quería, retomando su orgasmo.
El alfa lo sujetó de la cintura, algo diferente.
Después de todo, hubo un cambio físico.
—E-eres demasiado caliente, carajo —murmuró el alfa sintiendo al omega apretar cada vez más, arrojó su cabeza hacia atrás sintiendo el aroma del alfa rodearlo mientras le besaba el cuello, sin dejar marcas.
Sin aguantar más, YeonJun soltó un gemido de desespero, su cuerpo se tensó considerablemente, un escalofrío recorrió todo su cuerpo mientras arqueaba la espalda, teniendo su orgasmo.
—¡U-un momento-... —trató de quejarse y detener al alfa pero en su lugar, salió un fuerte gemido, el alfa seguía embistiendo repetidas veces, a pesar de que el omega había tenido su orgasmo, causando una estimulación más fuerte que hizo al omega lloriquear mientras cubría su cara.
El alfa relamió sus labios, mirando como un poco más de líquido salió del omega, salpicando la ropa, una última embestida para llegar a su propio orgasmo dentro del preservativo. Salió antes de anudar.
Ambos respiraron agitados, el alfa se inclinó a la cara del omega, besando su mejilla enrojecida, YeonJun lo abrazó por los hombros.
—En mi mochila hay toallas húmedas... —murmuró el omega acunando sus mejillas para besar sus labios. El alfa asintió, besándolo en silencio mientras le acariciaba los muslos, rozando un poco con la tela de su pantalón.
—¿Cómo está... El bebé? —murmuró la pregunta, YeonJun sonrió de medio lado levantándose de la mesa para limpiarse y acomodar su ropa.
—Ya no es tan bebé, tiene dos años... Y está bien, está con una niñera de mi edificio... Solo por estas horas... —explicó, sintiéndose hasta un poco culpable que ciertas visitas las hacia sólo por obvias razones, entonces dejaba a su hijo en cuidado de una chica amable y confiable que vivía a unos cuantos pisos de él.
Se sentía mal padre dejar a su hijo con una niñera por ir a tener sexo con un recluso.
—¿Cuándo lo vas a traer? No lo veo desde... Hace dos meses —cruzó los brazos el alfa cuando ya estuvo vestido, YeonJun relamió sus labios limpiando lo que había caído en la mesa antes de tomar asiento en ella.
—SooBin, estoy... Considerando no traerlo más —sinceró pasando sus manos por su cabello, SooBin frunció el ceño.
—¿Qué dices?
—Lo que oíste. Ya tiene dos años, está más grande, y yo desde el primer día te aclaré que el día que SeoJun estuviera más grande lo dejaría de traer —recordó frunciendo también el ceño por la actitud del alfa.
—Y-yo, carajo... ¿Qué puta razón tienes, YeonJun?
—Yo no quiero que mi hijo tenga recuerdos de su papá así y lo que menos quiero es que tenga recuerdos de que yo lo traía tan pequeño a un lugar como este.
—YeonJu-...
—No es no, SooBin —negó sabiendo que le pondría mil excusas y trataría todo lo posible de convencerlo, pero él estaba firme— Esto no es ambiente para un niño, va a empezar a tener consciencia y curiosidad de dónde está, de por qué no vas a casa, de por qué estás aquí, ¿Crees que es sano decirle tanta información?
—¡Puedes mentirle un poco!
—No, SooBin, simplemente no. Lo traje de bebé porque quería que lo vieras, pero tiene dos años ya...
—¡Maldita sea, YeonJun! ¿¡A mí qué carajos me importa!? ¡Tú puedes explicarle, no es tan difícil!
—No lo voy a hacer, SooBin, no lo voy a someter a entender que su papá es un maldito asesino, proxeneta, traficante de personas, drogas y armas, además de ladrón y secuestrador, ¿Quieres que se lo diga?
—¡Dile otra cosa! ¿¡Qué sabe un niño de esto!?
—¡No, SooBin! ¡No voy a hacerlo, tu cara aparece en las noticias todas las putas mañanas, es un caso que ha causado revuelo! ¿Cómo crees que se va a sentir cuando esté grande y se dé cuenta de todas las mentiras que le dije y de quién es su padre?
—¡Es mi hijo, maldita sea, YeonJun! ¡No lo he visto en dos meses! ¡Siquiera... ¡Siquiera me lo traes hoy si sabes que no me lo dejarás ver más! ¡SeoJun es mi hijo! —le gritó arrojando una de las sillas a un lado, totalmente agresivo.
—¿Después de que querías que lo abortara ahora sí es tu hijo? —soltó, SooBin enfureció aún más, avanzó hasta el omega para estamparlo contra la mesa con rabia, lo sujetó del cuello, YeonJun le sujetó las muñecas, mirándolo fijamente.
—Tu sabías... Tu sabías que yo tenía toda la puta razón en ese momento, ¡Y no hables sin saber, carajo! ¡Consideré tenerlo contigo! ¡Quiero verlo, es mi hijo! —le gritó agitando al omega que sólo frunció el ceño.
—¿Es tu hijo, SooBin? Bien, si lo es, porque eres el único hombre que me ha cogido toda la vida y la maldita genética no se puede negar —asintió empujando al alfa que lo soltó con facilidad, YeonJun lo empujó de nuevo a una pared con toda su fuerza— ¿Y eso qué? ¿Quién lo tuvo nueve meses sin apoyo? ¡Yo! ¿Quién tuvo un bebé en el vientre sin siquiera un lazo emocional del padre? ¡Yo! ¿¡Quién carajos dió a luz sólo!? ¡Yo! ¿¡Quién tuvo que atender a un recién nacido estando operado porque no tenía ayuda!? ¡Yo, hijo de puta, yo! ¡Yo estuve recién operado atendiendo a mi bebé! ¿¡Quién lo cuida, quién lo ve todos los días!? ¿¡QUIÉN CARAJOS LO ESTÁ CRIANDO, SOOBIN!? —le gritó sujetando el uniforme naranja para estamparlo contra la pared— ¿¡De qué me sirve que tú seas su papá si todo lo hago yo!? ¿¡Ah!? ¡Dímelo! ¡Me diste dinero, me diste el penthouse, bien! ¿¡Pero qué más!? ¡No te creas en el maldito derecho de decirme algo, porque tú estás aquí! ¡Estás preso, mientras día tras día tu hijo va creciendo y yo soy lo único que tiene!
—Yeon-...
—¡No, escúchame! —pidió molesto, estampó el cuerpo del alfa contra la pared con fuerza, SooBin agachó la cabeza— ¡No estás en el maldito de derecho, SooBin! ¡No tienes voz ni voto! ¡Estás preso, maldita sea! ¿¡Enserio quieres que traiga a SeoJun aquí cuando esté más consiente!? ¡No! ¡Ya yo lo decidí! ¿¡Crees que legalmente está registrado como tú hijo!? ¡Solo aparece mi nombre, SooBin! —lo volvió a estampar contra la pared, apretó el uniforme en puños, SooBin relamió sus labios.
—Solo quiero verlo, ¿Acaso es un pecado? —preguntó en voz baja, controlando su temperamento, sabiendo que no había sido su mejor reacción.
—Te lo dije el primer puto día que vine con él y te dije que dejaría de traerlo en algún momento, lo traje sin falta una vez a la semana todos estos años, lo traje en tu cumpleaños, lo traje a pasar navidad contigo, ya se acabó eso, SeoJun vendrá una última vez y no más —declaró apretando más el uniforme, sintió un bulto en el bolsillo, el alfa se irguió para alejarse pero estaba acorralado, YeonJun frunció el ceño pasando su mano por el pecho del alfa, metió de inmediato la mano en el bolsillo, SooBin lo sostuvo de la muñeca.
—Escuchame, YeonJun-...
—Sueltame la mano si no quieres que te parta la cara, SooBin —amenazó antes de alejarse, sacando el contenido del bolsillo ajeno.
SooBin pasó su mano por su cabello, mirando la bolsita pequeña de polvo blanco en manos de su primo.
—¿Enserio, SooBin? —preguntó apretando la bolsa en sus manos, evidentemente de cocaína.
—M-me lo dieron en el almuerzo algunos de otras celdas, y-yo...
—¿En todos los almuerzos te dan? ¿Este es tu almuerzo, SooBin? ¿Por eso estás tan delgado ahora? —preguntó arqueando una ceja, SooBin abrió la boca para hablar— ¿¡QUÉ MIERDA FUE LO QUE ME PROMETISTE, SOOBIN!? —le preguntó a los gritos.
—Yeon-...
—¡Cállate la boca! —le exigió antes de empujarlo de nuevo a la pared— Me dijiste que estabas limpio, que tenías buen comportamiento, que tú-...
—¡Lo he tenido! ¿Cómo crees que logré que me redujeran un año?
—No te creo —negó con la cabeza— Yo vengo, dejo a mi hijo con una niñera para pasar tiempo contigo, traigo a mi hijo, te hago comida, te traigo cosas, te traigo libros, ¿¡Y te estás drogando!? ¿¡Ah, SooBin!? ¡Vengo y me dices que todo está bien y tienes cocaína en el bolsillo!
—¡Fue solo ésta vez, carajo!
—¿¡Ésta vez!? ¡Ve a decirle esa mierda a otro! —exclamó tomando su mochila, SooBin lo persiguió, lo tomó del brazo, YeonJun de inmediato reaccionó, haciendo al alfa voltear la cabeza al lado que lo abofeteó con dureza, el sonido resonando en la habitación— Ni se te ocurra volver a tocarme, SooBin —señaló directo a la cara, en alfa se mantuvo con la cabeza agachada— Si no quieres avanzar es tu puto problema, pero no me hagas pensar que estás cambiando cuando no es así...
—Yo-... —se ahogó cuando el omega lo tomó del cuello con una mano, ahorcando. No se defendió.
—Si te quieres podrir aquí será tu problema, si quieres meterte los kilos que quieras de cocaína o lo que sea hazlo porque nadie te detiene, pero olvídate, SooBin, y escucha bien, olvídate de SeoJun, olvídate de mi, y olvídate que tienes una familia porque no necesitamos un maldito drogadicto y mentiroso...
—¿Con qué... Moral... —apretó los ojos, cuando el omega le estampó un puñetazo con la mano libre.
—¿Que con qué moral te lo digo, SooBin? Bien, yo sé que era un drogadicto, bastante cocaína que pasó por mi nariz, pero mírame ahora... Tú mismo sabes que no soy ni la sombra de lo que era antes, y eso nos hace diferentes. Yo avancé y no me quedé en la misma mierda... —espetó entre dientes, SooBin lo observó— Que ni se te pase por la cabeza que volveré para acá, no necesito en mi vida a un tipo que me miente mientras yo pongo todo de mi parte.
—No, YeonJun, YeonJun, por favor... —el alfa lo siguió hasta la puerta, sin tocarlo, pero insistiendo.
SooBin se interpuso entre el omega y la puerta.
—Quitate, mi hijo me espera.
—N-no te puedes ir, disculpa, perdóname, ¿Si? No lo volveré a hacer y yo-... Quiero verlos, si no puedo ver a SeoJun puedo verte a ti, n-no me hagas esto...
—¿Por qué no pensaste en las consecuencias antes de drogarte? ¿O es que no piensas antes de hacer las cosas?
—YeonJun, yo te amo, yo-...
—Cambia. Si me amas cambia, y no es la primera vez que te lo digo, dos años, dos años tienes en esta mierda y quién sabe desde cuándo me estás ocultando esto —habló alzando la bolsa de cocaina— Si quieres cambiar, hazlo, y si no, me da igual porque no voy a estar aquí para verlo.
—¡YeonJun, perdóname! ¡Perdóname, yo no lo volveré a hacer, te lo estoy jurando! —exclamó el alfa teniendo el desespero en su cuerpo, de inmediato tomó las manos del omega, se arrodilló como último recurso, mirándolo con desespero— No me abandones, t-tu sabes que eres lo único que tengo, tú y SeoJun son mi familia... Fue-... Fue un error esto y me arrepiento, yo los amo, a-a... A los dos y no sé que haré si dejo de verlo, si dejo de verte, e-eres lo único que tengo, siempre te he tenido... Solo a tí...
—¿Por qué no lo cuidaste entonces? Si sabes que somos lo único que tienes, ¿Por qué no cuidaste eso? Una sola condición te puse, ¿Tan difícil fue para ti? —preguntó dolido, sintió sus ojos cristalizados, SooBin empezó a negar con la cabeza poco a poco— SeoJun no merece un padre así, y yo... Yo no merezco una pareja así...
—D-debes entenderme, e-es difícil, ¿Bien? Aquí hay muchas tentaciones, hay alcohol, drogas, tanto tiempo encerrado es... Es una locura y de alguna manera-...
—¿Yo debo entender, SooBin? Que maldito descaro.
—Buscaré la manera, y-yo...
—No te preocupes por buscar una manera, porque no voy a estar aquí, ya te lo dije. Me harté de tus putas mentiras, ¿Siquiera teniendo a SeoJun se te sensibilizó el corazón? ¿Siquiera sentiste un poquito de responsabilidad? —preguntó dolido, se deshizo del agarre en sus manos, SooBin dejó sus manos en sus rodillas, aún mirando a YeonJun desde el suelo— Olvídate de mi, SooBin.
—N-no, ¿Cómo es qué-...
—Terminamos, SooBin, ya no somos pareja —negó el omega con seriedad, conteniendo su llanto, los sentimientos tan fuertes que era terminar la relación con el hombre que amaba a muerte.
SooBin lo observó con los ojos bien abiertos, empezó a negar con la cabeza.
—N-no, no puedes... N-no puedes terminar conmigo... Y-yo... ¡NO PUEDES TERMINAR CONMIGO!
—Lo estoy haciendo, SooBin, lo único que nos une es SeoJun ahora —sentenció antes de empujar al alfa, abrió la puerta y salió rápidamente, volteando bruscamente cuando el alfa lo tomó de los brazos, desesperado y llorando.
—¡MALDITA SEA, TE DIJE QUE VOY A CAMBIAR, TE AMO! ¡TE AMO Y NO PUEDES TERMINAR CONMIGO!
—Agarrenlo —ordenó uno de los guardias, SooBin de inmediato tuvo a dos hombres sujetando sus brazos para alejarlo de YeonJun que sólo retrocedió mirando como el alfa forcejeaba.
—¡NO PUEDES TERMINARME, TENEMOS UN HIJO, YEONJUN ESCÚCHAME! ¡YEONJUN PERDÓNAME, PERDÓNAME TE LO ESTOY PIDIENDO DE RODILLAS, CARAJO! —gritó lastimando su garganta, YeonJun se dió la vuelta apretando las cintas de su mochila, tragó grueso escuchando los gritos de SooBin junto a un llanto que jamás pensó escuchar— ¡ESCÚCHAME, POR FAVOR, IRÉ A REHABILITACIÓN, HARÉ LO QUE QUIERAS, PERO NO ME DEJES! ¡YEONJUN, CHOI YEONJUN, POR FAVOR!
—Había cocaína en su uniforme —avisó a otro guardia a un lado, le entregó la bolsa con seriedad— No sé si tenga más en su celda.
—Muchas gracias por su colaboración, revisaremos en su celda y le daremos la penitencia adecuada.
—¡YEONJUN, POR FAVOR, YEONJUN TE AMO MÁS QUE A NADIE! ¿¡CÓMO ME HACES ESTO!? ¡TE NECESITO, YEONJUN! ¡NO ME DEJES, ESCÚCHAME, PERDÓNAME, LO LAMENTO TANTO! —siguió escuchando los gritos de SooBin, cada vez alejándose más y transformándose en un llanto que no logró escuchar por lo lejos que estaban, YeonJun tomó un respiro antes de ver al guardia.
—¿Hay... Algún programa de rehabilitación?
—Si, hay sesiones seguido, ¿Quisiera anotar a su visitado? —preguntó recibiendo un asentimiento, YeonJun fue a hacer todo el proceso en silencio, sintiendo el nudo en su garganta, unas ganas inmensas de romper en llanto.
Pero no lo haría ahí mismo.
—Hay alguna manera que yo pueda... ¿Que yo pueda seguir sabiendo de él? Sin tener que venir —pidió recibiendo la colaboración de la mujer de recepción que lo dejó irse luego de darle los números y pedirle algunos datos.
YeonJun salió de la penitenciaría, apretando los labios, subió a su auto dando un portazo, dejó su mochila a un lado.
Y sin más, rompió en llanto sobre el volante, sintiendo sus manos temblar, su pecho doler por los hipeos y su garganta arder por tantos sollozos.
Había terminado con el hombre que más amaba en el mundo, había hecho algo que no imaginó hacer nunca, cubrió su cara antes de sollozar sintiendo demasiadas emociones en tan poco tiempo.
Y se odiaba a sí mismo, porque a pesar de la decepción, a pesar de la ira, del engaño y el dolor.
Lo seguía amando como el primer día.
—¡Mira quién llegó, SeoJun! —exclamó la niñera horas después, YeonJun entró a su hogar, con muchos juguetes en el suelo, colores y peluches en un tapete de números, sus ojos evidenciando su llanto.
—Hola, SeoJun~ —canturreó mirando a su hijo gatear hasta él mientras sonreía.
—¡Mama! —exclamó con emoción riendo cuando el omega lo tomó en brazos, besando sus mejillas y abrazándolo a su pecho.
YeonJun cerró los ojos abrazando a su hijo, un pedacito de su amor, un pedacito de ambos que compartía rasgos de los dos.
—Te amo mucho, hijito —le habló cuando estuvieron solos, el bebé lo observó fijamente, YeonJun le sonrió— ¿Oíste? Te amo mucho —repitió besando la mejilla regordeta, el bebé le lanzó una sonrisa que tenía todo el parecido al de Choi SooBin.
YeonJun rió haciéndole cosquillas al bebé que rió, soltando carcajadas que le daban toda la paz del mundo.
Así como la paz que le producía ver a SeoJun dormir en sus brazos a final del día.
—Todo el amor que te mereces te lo voy a dar, mi SeoJun, el amor de mamá y el amor de papá... —le murmuró meciendo al bebé que usaba un chupete, plácidamente dormido— Lo haré igual que como amo a tu papá... Aunque creo... No, estoy seguro... Que te amo más de lo que lo amo a él...
¿Opiniones de esta pareja tan complicada?
Nos vemos!
The_Dark_Diamond04
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