15
Mucho se ha visto del club, pero poco de su trabajo en el restaurante.
Era más tranquilo para él, no iba a negar que le gustaba, además de que era de medio tiempo.
Así como en el club, llegaba y salía a sus horas exactas, no era impuntual por ninguna razón, aunque... Ese día era diferente.
Era la segunda vez que llegaba tarde al trabajo, la primera fue hace meses atrás, ahora ésta era la segunda porque había dormido como un bebé abrazado a su peluche.
Supo que por llegar tarde no sería un día por completo calmado.
Primero, obtuvo un regaño de su gerente por la tardanza, estaba bien, él lo aceptaba pues debía tener responsabilidad.
Pero le enfureció que el mismo gerente le insinuara que no era su problema si había amanecido ebrio o en cama de otro hombre.
—¿Y cuál es el problema? Métete en tus propios asuntos, imbécil —esa fue su respuesta a la burla del gerente.
Tarde o temprano, sus compañeros de trabajo se enteraron de su segundo trabajo y fueron regando la voz por todo el restaurante.
A algunos les dió igual, otros casualmente habían aparecido en el club para saber si era verdad, y otros lo discriminaban y juzgaban sin siquiera saber.
Pero eso era algo que no le afectaba en lo más mínimo, su trabajo era ser el mesero por cierto tiempo al día e irse, no tenía porqué sentirse mal por lo que dijeran.
Era su vida, él sabía lo que hacía y lo que no, y eso es suficiente.
Empezó su turno con normalidad, atendiendo a sus primeros clientes del día, se trataba de dos mujeres que entraron sonrientes, pidiendo su comida a BeomGyu.
Eran elegantes, jóvenes y con un tono agudo de voz que sería insoportable por más de treinta minutos.
BeomGyu hizo su trabajo, le dejó la anotación a los cocineros, estos empezando a preparar el pedido.
—Hola —saludó una voz femenina a un lado, BeomGyu volteó, saludando a la mujer. Solar, una mujer que trabajaba a tiempo completo en el restaurante y siempre lo saludaba y trataba con amabilidad.
Aún así, BeomGyu no hablaba mucho con ella ni agarraba confianza.
Los cocineros le dieron por la ventanilla los platos de sopa, junto a pasta con salsa al pesto con una decoración elegante, todo muy bien presentado.
Tomó la bandeja y la llevó a la mesa indicada.
—Que tengan buen provecho, señoritas. ¿Desean algo de tomar? —preguntó con amabilidad debido a que las mujeres antes le habían dicho que les dejara pensar por su bebida.
—¿Tienes bebidas alcohólicas? —preguntó una, las dos mujeres lo veían mucho, lo veían con atención, como si estuvieran tratando de averiguar si era alguien conocido.
—Lo más alcohólico que tenemos es vino a éstas horas —contestó con las manos en la espalda. Una de ellas hizo un gesto de sorpresa.
BeomGyu alzó la mirada cuando la puerta del local se abrió, sabiendo que no había nadie en la puerta para recibir.
TaeHyun.
El alfa entraba con la mirada en su teléfono, tomó asiento dos mesas más a la derecha de las mujeres aún con la mirada en el aparato.
—¡Eres tú! Tú eres el bailarín del club —exclamó la misma sintiéndose ganadora al descubrir la identidad del mesero que sólo se mantuvo de pié a esperar el pedido de las bebidas.
En segundos, las dos mujeres se vieron, haciendo una mueca de asco mientras miraban la comida.
—Estaré al tanto si necesitan otra cosa ya que no pidieron sus bebidas, me retiro —se despidió con educación dando un paso hacia atrás para caminar en dirección a la caja de pago, Solar estaba ahí, mirando a las personas.
BeomGyu pasó su mirada hasta la mesa en dónde estaba TaeHyun, el alfa alzó una mano, saludando con una sonrisa.
El pelinegro alzó su mano también, saludando.
¿Había ido para fastidiarlo o para comer?
Se acercó a la mesa del alfa al ver que nadie estaba desocupado para tomar la orden.
—Hola, ojitos lindos —saludó el alfa, BeomGyu suspiró dejando el menú frente a él.
—¿Viniste a fastidiar aquí también? —preguntó, el alfa rió revisando el menú.
—No tienes tanta suerte, vine a comer con mi prima.
—¿Y esa prima está aquí con nosotros? ¿O es imaginaria? —preguntó mirando la otra silla vacía, TaeHyun sonrió.
Poco a poco, iban hablando más.
—Viene en camino, ojitos, te llamaré cuando quiera pedir algo —prometió, BeomGyu solamente asintió, volviendo a tomar el menú.
En ese momento, alguien lo llamó.
—¡Mesero! —BeomGyu volteó y avanzó a quienes lo llamaron, la mesa de las mujeres de antes.
Miró los platos, la sopa tenía la cuchara dentro y la pasta parecía haber sido escarbada, habían probado la comida ya.
—Quiero que nos cambien los platos —exigió una de ellas, su mueca de asco solo le hizo pensar que el sabor no era lo mejor.
—¿Cuál es el inconveniente? ¿Está salado? —preguntó dando un paso más al frente, mirando los platos de comida.
—No nos fiamos de que tú nos sirvas sabiendo lo que haces de noche, no queremos que nos atiendas, llévate los platos y dile a un mesero menos... Sucio, que nos atienda —la voz de la mujer hizo eco en la lugar, después de todo, el restaurante no tenía tanto ruido.
BeomGyu frunció el ceño.
—Lo siento, señorita, pero yo cumplo con mi rutina de higiene tanto personal como laboral y al ser mesero no coloco manos en la comida, solamente toco la bandeja para traer los platillos a la mesa. Pueden confiar en que no hay nada malo en los alimentos —explicó tratando de controlarse, era completamente imposible que le cambiaran el plato con esa excusa tan tonta, la única manera es que tuviese algo fuera de lo común, es decir, cabello, algún alimento crudo o uno de los cubiertos estuviera sucio, hasta que la comida estuviera fría.
Pero, ¿Eso? Eso no era una razón válida.
—¡Eres un prostituto! ¡Quien sabe si tienes una de esas enfermedades de transmisión sexual! ¡Pudiste haber tocado el plato o algo! No nos vamos a arriesgar a eso, queremos otro platillo y otro mesero, venimos a un restaurante decente para que nos atiendan personas decentes, no prostitutos de cualquier club —espetó con asco. BeomGyu apretó sus manos empezando a molestarse.
Todo el restaurante estaba viendo todo en silencio.
TaeHyun había escuchado todo, estaba viendo directamente hacia la mesa, con el ceño fruncido.
—Creo que se merece un premio por tal récord, porque no puedo creer que tantas estupideces salgan de la boca de alguien en tan poco tiempo —se burló mientras veía a la mujer con el ceño fruncido— Si tuviera una mínima neurona funcional supiera que ese tipo de enfermedades no se transmiten por tales estupideces, y no está de más decirle que el restaurante nos brinda a nosotros y a los clientes la suficiente bioseguridad para que todos los alimentos estén limpios y nosotros mismos tengamos higiene en el local. De todas formas, si quiere cambiar de platillo tendrá que pagarlo y comprar otro, esas son las reglas —finalizó arqueando una ceja.
Las dos mujeres se vieron ofendidas. La otra que no había hablado hasta ahora golpeó sus manos en la mesa, levantándose, el de ojos claros dió un pequeño salto por el estruendo, sin poder evitarlo.
TaeHyun se levantó de su mesa.
—¡Siquiera la hemos tocado! —exclamó alterada y sin estar de acuerdo con tales reglas, BeomGyu alzó los hombros.
—El haber tocado la sopa y la pasta ya es suficiente, deberán pagar la cantidad correcta y pedir otro si lo quieren cambiar, son las-...
—¡Cállate! —gritó la otra que sin pensarlo, arrojó los platillos al suelo, la sopa quedó al borde, el omega reaccionó rápido y sujetó el cuenco, pero con el impulso, la sopa caliente cayó en sus antebrazos y manos, haciéndolo quejarse del ardor.
Dejó el cuenco en dónde iba con rapidez, sintiendo el ardor.
—¡Quiero ver al gerente! —gritó la mujer enfurecida.
BeomGyu miró sus manos enrojecidas, chasqueó la lengua.
Una mano lo jaló del codo y lo hizo retroceder, volteó y observó a TaeHyun que miraba enfurecido a ambas mujeres.
—Ustedes no tienen la suficiente decencia o la suficiente masa cerebral como para entender las reglas que hay en el restaurante, y no tienen la suficiente educación como para tratar con otras personas, ahora, aparte de pagar el platillo deberán pagar la vajilla rota que no está de más decir que vale más que toda la ropa barata y joyas de imitación que llevan puestas —les exigió, las mujeres se vieron entre ellas sin entender quién era ese tipo y ofendidas por el insulto a su ropa y joyas que, en efecto, eran imitación.
—Tu no eres el gerente —negó una alzando la barbilla, TaeHyun negó con su cabeza— Eres un simple cliente que llegó y está haciendo de héroe con él.
—No, no soy el gerente —negó en voz alta. Volteó y ubicó a un hombre que venía hacia su dirección, en su gafete decía en mayúsculas "gerente"— Estoy más arriba de un gerente —explicó, BeomGyu limpió sus manos y antebrazos con cuidado de su ropa, usando el delantal y evitando restregar por el ardor— No van a salir de aquí, hasta que no paguen todo y hasta que no limpien ellas mismas el desorden, no está demás decirte que la puedes limpiar con esa falda tan asquerosa, de todas formas, apariencia de trapeador ya tiene —finalizó mirando con burla y altanería a las mujeres que cada vez se enojaban más.
—¡Cállate la boca, no sabes nada de moda! ¿¡Quién te crees!?
—¡Es injusto! ¿¡Tú quién te crees que eres!?
—Uno de los herederos de toda la franquicia de este restaurante, mucho gusto, Kang TaeHyun —se presentó arqueando una ceja a la mujer con altanería y superioridad.
BeomGyu sintió muchísimo ardor y escozor en sus antebrazos, se dió la media vuelta para ir a la cocina, aún sin sentir que la mano del alfa se despegaba de su codo.
—Puedo ir sólo —murmuró entrando a la cocina. TaeHyun lo ignoró.
—¿Te duele mucho? —preguntó, BeomGyu miró sus manos, sus dedos temblaban un poco.
—No, hace cosquillas —contestó con sarcasmo, caminando hacia la parte de enfermería, pero TaeHyun lo soltó y se desvió a la cocina.
Todos vieron al alfa entrar, frunciendo el ceño.
—¿Podría cortar un pedazo de cebolla? —pidió, los cocineros también habían visto todo el espectáculo y escucharon el puesto de ese alfa, así que uno de ellos se movió y le hizo el favor de cortarle un pedazo de cebolla, una rodaja que el alfa llevó en manos hasta la otra sala, en dónde el bailarín buscaba alguna pomada, con una mueca de dolor.
Cerró la puerta tras sus espaldas, BeomGyu se volteó rápidamente a verlo, frunciendo el ceño.
—¿Qué haces? —preguntó retrocediendo un poco cuando el alfa avanzó. TaeHyun se detuvo.
Acercarse a BeomGyu era como acercarse a un cachorro temeroso.
O así lo estaba sintiendo él.
—La cebolla ayuda a las quemaduras, es mejor que una pomada —explicó acercándose con más cautela, pidiendo con su mano libre las manos del otro que con duda, se las extendió.
Miró fijamente a TaeHyun, con algo de desconfianza, pero el alfa no lo notó porque había empezado a frotar con cuidado sus antebrazos con la cebolla.
Apretó un poco la cebolla para sacar el jugo, la pasó con cuidado por su dorso.
—La otra —murmuró el alfa pidiendo su otra mano, repitiendo el mismo proceso con cuidado.
BeomGyu solo lo observó.
¿Por qué hacía eso? ¿Por qué perdía tanto tiempo con él?
—Tu prima debe haber llegado —habló, TaeHyun sonrió arrojando la cebolla a un bote de basura.
—Ella puede esperar —afirmó dejando de tocar sus manos— ¿Te sientes mejor?
—Si —asintió mirando sus manos enrojecidas, junto al antebrazo, increíblemente la cebolla le había calmado el ardor.
TaeHyun rió cruzando los brazos.
—Entonces... Lo que tienes de lindo e inteligente lo tienes de maleducado —señaló, burlándose y reviviendo una de las tantas cosas que BeomGyu le había dicho anteriormente.
El omega frunció el ceño, alzando un poco el mentón.
—Por lo menos soy lindo e inteligente y no tengo un gramo de cerebro como tú —soltó, haciendo al alfa soltar una carcajada por su respuesta, BeomGyu suspiró— Gracias —agradeció sinceramente, el alfa lo había ayudado y hasta defendido de las dos clientas imprudentes, de una forma extraña, pero lo había hecho.
¿Quién insultaba a alguien por su ropa? Es raro.
TaeHyun sonrió.
—No hay de qué, ojitos lindos...
—Bueno, adiós, puedes irte —ordenó señalando la puerta, sin saber qué hacer o qué decir en ese momento. TaeHyun negó lentamente dando un paso hacia él, BeomGyu lo observó alzando un poco la cabeza.
—¿Esto no te afectará en el club? —preguntó refiriéndose a las quemaduras, eran leves y con la cebolla y el tratamiento necesario se irían sin problemas.
Pero la piel estaba sensible y los roces resultaban incómodos y dolorosos, el roce del pole lo maltrataría.
—Si, un poco... —admitió atento a los movimientos ajenos.
BeomGyu miró la puerta cerrada. Recordó que TaeHyun lo había jalado y sujetado del codo, ahora estaban ahí encerrados.
No le sorprendería en lo más mínimo que ahora todos pensarían que ellos estaban saliendo, o que estaba acostándose con él. Típicos rumores de trabajo, y se formarían aún más rápido cuando todos pensaba que se acostaba con hombres por dinero.
Pero no le importaba.
TaeHyun miró al otro, el cabello negro y peinado, se veía suave.
Es un omega. Afirmó su lobo, habían estado pensando en conjunto del rango del bailarín.
Lo es... Afirmó, percibiendo apenas el aroma a fresas.
Su aroma era dulce, un dulzor apenas perceptible.
—¿Puedo preguntar algo?
—Así te diga que no vas a preguntar —contestó quedándose estático cuando el alfa se acercó aún más, TaeHyun se inclinó un poco para oler, BeomGyu frunció el ceño.
No olemos a nada. Aseguró su lobo sintiéndose algo nervioso, BeomGyu se mantenía alerta.
—Me causa curiosidad saber tu rango... Tienes un hijo, ¿Cierto? —preguntó, el otro asintió con lentidud, el alfa se acercó más a él— Eres un omega, ¿Verdad? —preguntó de nuevo, directamente, BeomGyu frunció el ceño.
—¿Qué mierda estás hablando? —preguntó en voz baja, sin entender muy bien a lo que quería llegar el alfa.
—Pero tu aroma es tan débil, que no-...
—¿Qué? —preguntó sorprendido, tomó de la camisa al alfa para empujarlo lejos de él, TaeHyun frunció el ceño confundido— ¿Mi qué, TaeHyun?
—Tu aroma, es muy leve y yo no-...
—¡Anda a inventar esas mierdas a otro! ¡No tengo aroma! —negó dándole otro empujón a la puerta, TaeHyun le sostuvo las muñecas para detener otro empujón, arrepintiéndose de inmediato cuando el otro siseó por el escozor que le causó.
—¿Crees que me lo estoy inventando? —preguntó soltando sus muñecas, BeomGyu se alejó de él.
Tenía que ser una broma, él tenía más de dos años que no olía a nada, no tenía aroma, su cama no olía a nada, siquiera cuando tenía sentimientos fuertes su aroma se manifestaba como sería lo normal.
¿Y ahora venía ese alfa a mencionar algo de su aroma?
—¡Es obvio! —exclamó, pasó una mano por su cabello— ¿Quieres verme la cara de estúpido?
—¡Tú me ves la cara de estúpido a mí!
—¡Porque la tienes! ¿Cómo me vas a hablar de mi aroma cuando no tengo? —preguntó dejando al alfa un momento en silencio.
Osea que, ¿Él no se olía? ¿No percibía su propio aroma?
—Puedo olerte, BeomGyu.
No se olviden de votar y comentar!
Me tardaré un poco en actualizar lo siguiente! :(
The_Dark_Diamond04
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