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"No conseguí flores más bonitas, porque la flor más bonita eres tú"



















Entre tantas luces y reflectores de todo el lugar, siempre se encontraba un lugar oscuro, en dónde la luz no llegaba o solamente llegaba cada cierto tiempo.

Cómo en todo club nocturno, había partes de la noche en dónde esas dichosas zonas oscuras eran ocupadas por clientes que necesitaban un espacio de todo el bulto de gente, algunos porque decidían ir a fumar o a consumir las diferentes sustancias que recorrían a lo largo de la noche de mano en mano, otros simplemente a conversar con acompañantes o desconocidos, y los otros...

—Que hermosura eres... —murmuró el beta presionando su cuerpo contra el suyo, acorralando al trabajador contra la pared, besando con vehemencia sus labios, el alcohol en su cuerpo dándole mucha más confianza y fluidez para besar al trabajador frente a él, un hermoso muchacho que hace rato había bailando y dado un espectáculo sobre una de las mesas especiales.

El trabajador contestó el beso con un poco más de fluidez por su sobriedad, pasando sus manos por los brazos del beta, acariciando la piel de un hombre que no sabía ni cono se llamaba.

Nuevamente, era un cliente sobrepasado.

—Que piel tan blanca... Tienes un piel hermosa... ¿Te... lo habían dicho antes? —balbuceó el beta arrastrando las palabras y besando su cuello, el omega rodó los ojos con fastidio mirando hacia el frente, todo el ambiente oscuro, las luces de colores y algunas intermitentes, algunas partes llenas de humo por los clientes fumadores, algunos bailarines con poca ropa, mesoneros moviéndose con tragos y cervezas, la música que lo aturdía y causaba dolores de cabeza, el olor a marihuana llegando hasta su nariz, era tan conocido el olor que ya no lo repudiaba.

Lo mismo de siempre.

Lo mismo de todas las noches.

—¿Por qué no vamos... A un lugar más privado? —preguntó usando un tono suave y bajo mientras pasaba sus dedos por el cuello sudado del beta que asintió con torpeza, siguiendo al trabajador a otras instalaciones del club, estaban más hacia adentro, en dirección a las habitaciones en dónde se hacían servicios sexuales de todo tipo.

El trabajador abrió una de las puertas, dándole una sonrisa al beta que pasó con pasos aún más torpes, el alcohol en su sistema era mucho, lo volvía torpe, veía todo borroso y tambaleante, por eso, se sujetó de la cadera del muchacho frente a él, apretando y juntando sus pelvis.

—Acuéstate... Debes estar tan cansado, ¿Cierto? —le preguntó el trabajador usando ese mismo tono, pasó sus manos por el pecho ajeno con suavidad, guió al beta a la cama que no tardó en recibir al alfa acostado. El trabajador sonrió, subiendo a horcajadas del beta que asintió dejando sus manos en los muslos traseros del omega que ladeó la cabeza fingiendo un gemido en cuanto el beta pasó sus manos a su trasero— Déjame hacerlo todo yo... —propuso pasando su mano por el pecho del beta, bajando lentamente hasta su abdomen.

Sintió las manos de su trasero quitarse, el beta dejó de moverse bajo él.

Se durmió.

El trabajador rodó los ojos quitándose de su lugar, empezando a buscar la billetera del beta en sus bolsillos, escuchó quejidos del otro, pero lo ignoró, estaba tan ebrio que había caído dormido.

Tomó asiento en el borde de la cama y empezó a sacar los billetes que había, dejando apenas tres de la más baja denominación.

—Y tiene hijos... También un esposo —negó con la cabeza guardando el dinero en la pretina de sus shorts apretados, miró al cliente asqueado antes de empezar a desabrochar su camisa, quitarle los zapatos y los pantalones, dejándolo en ropa interior, despeinó igual su cabello.

Una persona tan ebria como ese hombre no sabría si de verdad tuvo sexo o no.

Él tenía mucha experiencia haciendo eso, muchos alfas y betas que se excedían con el alcohol hasta quedar inconscientes en la cama, eran las víctimas perfectas para sacarles algo de dinero extra.

Sí, estaba robando, pero por lo menos algo debía sacar de esa situación.

—Besas horrible, no sé cómo tienes hijos —le habló al beta dormido mientras abría un par de condones y los llenaba con líquido espeso, una mezcla que se parecía muchísimo al semen. Los dejó regados por la cama antes de guardar todo y salir, cerrando la puerta a sus espaldas.

—¿Ya te vas? —preguntó alguien a su lado, observó a un compañero a unos metros de él, abrazado a un alfa que le besaba el cuello con desespero, metiendo las manos por su ropa, su compañero sólo lo observó con tranquilidad llevando un porro de marihuana a su boca, fumando.

—Ujum... —afirmó con la cabeza mientras caminaba a los camerinos, en dónde estaban sus pertenencias.

Otra noche de trabajo, otra noche llena de dinero.

Otra noche de toques indeseados, palabras y miradas morbosas.

Era simplemente otra noche sintiéndose un objeto.

—Tenga —ofreció un billete al chófer del autobús que lo dejaba frente su vivienda.

—Déjalo así, precioso —hizo de menos él hombre, mirando de arriba a abajo al trabajador mientras bajaba del autobús.

—Buenas noches —deseó volteando a ver al hombre por sobre su hombro, guiñándole un ojo antes de bajar por completo.

Eran apenas las tres de la mañana, su turno terminaba a esa hora por esa semana, y a pesar de que las calles estaban solas y era peligroso, no le importaba.

Después de todo, no había diferencias entre su trabajo y una calle desolada a las tres de la mañana.

Apenas llegó a su apartamento, arrojó su mochila a un lado, arrastrando los pies hasta la cocina, una cajetilla de cigarrillos y un encendedor era lo que le esperaba allí.

Tomó uno y lo encendió en silencio, fumando mientras concentraba su mirada en un punto fijo, sintiendo el humo llenar sus pulmones. No bastaba con todo el humo de cigarros, porros de marihuana, tabacos, y quién sabe qué en el ambiente del club, él debía fumar.

Sintió un escalofrío repentino, muchas manos habían pasado por su cuerpo ese día, manos asperas y callosas de hombres que no conocía, que lo tocaban como un juguete, como si fuera una exhibición cualquiera.

Apagó el cigarrillo cuando estuvo por la mitad, lo hizo contra la mesa de madera que ya tenía bastantes marcas de cigarros apagados en la superficie, pero era algo que no le importaba.

De ahí, se dirigió directamente a su baño en dónde se quitó toda la ropa parar meterse bajo el frío flujo de agua, pasando sus manos por su cuello, borrando la sensación de los besos húmedos que había recibido, la saliva de personas que no conocía, pasando sus manos por todos lados, queriendo borrar la sensación de los toques.

Aunque era imposible, porque esos toques estaban en él todo el tiempo.

Desde hace tiempo esos toques estaban grabados en su piel, así se restregara con una esponja hasta sangrar, así rasguñara la piel para quitar la sensación, no se iría.

Mucho menos, si vivía la misma situación noche tras noche.

Salió desnudo de la ducha, pasando la toalla por su cabello solamente, dejando las pequeñas gotas de agua correr.

Todo estaba en silencio, dentro y fuera de la casa.

Estamos vivos. Habló su lobo en su mente, sonrió de medio lado colocándose ropa interior, y una playera vieja y estirada que llegaba hasta arriba de sus rodillas, se arrojó a la cama con un suspiro, mirando estrellas en su techo, que brillaban en la oscuridad.

—Estamos vivos... —murmuró en respuesta, sintiendo sus talones arder un poco por todo el tiempo de pié, soltó un bostezo acostándose de medio lado, mirando un peluche pequeño, un oso color crema con un lazo celeste en el cuello, lo tomó y lo abrazó a su pecho, quedándose dormido casi de inmediato.

Ese era un día común en su vida, en la vida de un bailarín de pole dance, trabajador en un club nocturno y un restaurante, la vida de un omega que había perdido su olor y que era confundido por beta.

Choi BeomGyu, el portador de un pasado doloroso, un presente decadente y un futuro que pintaba ser igual. No había más que eso en él, día tras día era lo mismo.

Pero debía agradecer, ¿Cierto?

Porque estaba vivo.

Aunque... ¿De qué sirve estar vivo en la miseria pudiendo estar en paz bajo tierra?

Eso era algo que ni él mismo entendía, no sabía por qué seguía con vida.

O más bien, estaba ignorando la respuesta.









































Bienvenidos al primer cap! Se hizo esperar pero bueeeno, espero les haya gustado y no les haya parecido aburrido

Con esta historia me quiero tomar mi tiempo de desarrollar, así que está la posibilidad de que se alargue a más de 100 caps, espero no les aburra o les parezca tedioso, igual es algo que estoy pensando 🤔

Nos vemos en el siguiente! Gracias por todo y por esperar ésta obra.

The_Dark_Diamond04

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