Capitulo XXXI
Travis y Connell eran diferente en todos los aspectos. Uno tenia el cabello oscuro, el otro era rubio, a uno le gustaba perfeccionarse en cualquier habilidad, el otro era más de leer, a Travis le gustaban las películas de terror mientras que Connell era más de acción.
Ambos eran diferentes. Pero ambos se fueron a fijar en la misma chica.
Veronique tenía la misma edad de Connell, era sin duda hermosa, el cabello largo y oscuro, los ojos claros que te veías accediendo a lo que quisieras, sus labios rellenos y rosados. Los hermanos competían para tener la atención de la joven. Y ella no le molestaba para nada, la atención de ambos hermanos era bien recibida para la chica, le gustaba los objetos que conseguían para ella, le gustaba besar a un hermano a la espalda del otro.
Los tres se consideraban amigos, los dos chicos batallando por ser el centro de atención de la joven Veronique. Connell pensaba estúpidamente, que por alguna razón, él era su favorito. Porque ella siempre lo buscaba, porque Veronique le gustaba besarlo y abrazarlo, porque sonreía como nadie cuando estaban juntos.
-Te hice algo.-dice Connell viendo a la chica mientras ambos reposaban en la habitación en Francia de él, la chica le sonríe.
-Uh, me muero por descubrir que es.-dice ella, Connell se estira e su mesa de luz, donde saca un collar, la cadenita del mismo tenia un anillo, la chica lo agarra entre sus dedos examinándolo y sonríe mientras lee las palabras "Mon amour".
-Gracias, me encanta.-dice besando sus labios.
Veronique sabía el poder que ella tenía en los dos hermanos, ella sabía que tanto Connell como Travis harían lo que fuera por ella. Porque ambos la querían, ambos le gustaban.
Para Connell, Veronique era todo, era su mejor amiga y la chica que mas quiso. Para Travis, Veronique era una chica de la cual le gustaba recibir atención, y para ella, ambos hermanos eran una diversión.
Y fue ella cuando los llevo al primero lugar de apuestas.
-¿Dónde estamos?.-pregunta Connell mientras los tres caminaban en aquel casino, Veronique sonreía con sus brazos entrelazados en ambos hermanos.
-Es un lindo lugar de diversión.-dice ella con una sonrisa y mira a Travis.-¿Tu que opinas?.
-Me gusta su estilo, señorita.-dice el chico mientras que Veronique sonreía complacida. Connell observa como su hermano y Veronique se sentaron en una mesa redonda, donde se le fueron repartiendo cartas para comenzar a jugar al póquer, la chica le sonríe a Connell y da pequeños golpes a la silla de su lado para invitarlo a sentarse.
Y lo que se convirtió en un juego de niños, termino por ser una obsesion. A Connell no le gustaba tanto el juego de apostar, pero a su hermano si, Travis le gustaba tirar las cartas, recoger las fichas, le gustaba ganar. Travis y Veronique hacían las apuestas cada vez mas grandes, cada vez peores, porque querian mas, ninguno de los dos tenia suficiente.
A veces salían con los bolsillos vacíos.
Otras veces con los bolsillos llenos.
-¿No vendrás?.-pregunta Veronique con un puchero viéndolo al rubio, Connell la observa cruzado de brazos.
-No me gusta ir a esos lugares, y creo que Travis ni tu deberían ir.
-¿Por qué?.
-No hay gente buena ahí, Veronique, ¿enserio quieres que desperdicie mi vida?.
-Solo es un juego, Connell.-comenta ella en un tono tranquilo acariciandole el cabello mientras acercaba mas su cuerpo. Connell aleja su mano de un suave golpe.
-No es un juego.
-¿Entonces no iras?.-pregunta con un tono de decepción en su voz.
-No.
La chica lo miro de una forma que el rubio no supo describirla, parecía desilusionada, segundos después su hermano aparece. No pudo evitar hacer que Travis no se fuera, solo lo hizo, se fue sin darle explicaciones a nadie junto a Veronique quien se volteaba a verlo con la comisura de sus labios levantada.
Connell se había despertado de madrugada cuando escucha unos ruidos y risas en el piso de abajo, esperando a que no se despertaran sus padres, Connell se levanta de la cama para investigar el ruido, mira a su hermano caminar entre risas y tropezándose, y Veronique siguiéndolo. Ambos parecían borrachos, ambos se tiran en la cama donde sacan los billetes.
-Oh tenemos tanto.-dice ella.-Imagínate, un día podríamos ir a la capital a ganar mas, yo usaría esos vestidos de diseñador, ¿no te gustaría?.
-Claro-dice Travis besándola y le toca el collar.-Mon amour, ¿Qué te dio esto?.
-Tu hermano, es adorable, ¿no?.-dice ella moviendo el anillo en la cadenita.
-¿Te gusta?, mi hermano.
Veronique lo observa antes de colocarse encima suyo y besar sus labios.
-No seas tonto, Travis, yo no quiero a nadie.
Ambos comenzaron a besarse y tocarse, y fue cuando Connell se echo para atrás dejando de verlos.
Al dia siguiente, el rubio espero pacientemente hasta que Veronique salio del cuarto de Travis, ella acomoda su cabello y observa al muchacho frente a ella.
-Hola lindo, te perdiste unas buenas apuestas.
-¿Tu me quieres?.-pregunta, y mira a Veronique quedarse de piedra.
-Claro que te quiero.
-Anoche dijiste lo contrario.
-¿Me estuviste espiando?.-pregunta ella frunciendo el ceño. Connell se acerca.
-Creo que me confundi contigo-dice el rubio.-No eres la chica que recuerdo que me gustabas.
-Vamos Connell, no seas tonto...
-Devuélveme el collar.
-No me lo estas pidiendo enserio, ¿no?, ¿solo porque no te digo lo que quieres oir?.
-Porque se que tus sentimientos jamás igualaran los mios.
Veronique aprieta los labios antes de retirarse el collar, dejándolo en la palma de la mano del chico. Y sin voltearse a verlo, se retira dejando a Connell con el collar en la mano y su corazón golpeando en su pecho.
Desde entonces, el rubio dejo de hablarle a Veronique, excepto Travis. El mayor de los hermanos se iba con la chica, a veces volvia hasta tarde, a veces con los bolsillos vacios, otras llenos, algunas veces solo y a veces con ella.
Connell no supo si sentía celos de que su hermano tuviera toda la atención de Veronique, no sabía si lo envidiaba porque ella recurría al mayor, o que su hermano fuera tan despreocupado. Que una noche, se acerco a sus padres y le revelo toda la verdad en lo que su hermano andaba metido, le hablo del casino, las apuestas, de los juegos ilegales y del dinero.
-¡Primera regla!-grita el mayor ingresando al cuarto de su hermano.-¡Los hermanos no se delatan, Connell!, ¡es la primera regla que tenemos!.
El rubio le frunce el ceño.
-¡Tenía que hacer algo!, tu sigues yendo a ese casino de mierda, Travis, tienes un gran problema con las apuestas, ¿Qué pasa si pierdes todo un día? ¿Qué pasa si te quedas sin cosas para apostar?¿apuntarías a lo mas alto? ¿hasta donde llegarías?.
-Maldito niño-dice dándole un empujón.-¡Tu me entregaste como si nada!.
-¡Intente ayudarte!.
-¡Te hubieras quedado en el molde, Connell! ¡Soy mayor se lo que hago!.
-No sabes ni una puta mierda-escupe el menor cada palabra, ambos sabían que sus gritos alarmarían al resto de la familia. Solo era cuestión de minutos para que uno de los padres u otros hermanos fueran al cuarto a ver que estaba sucediendo con ambos chicos.
Travis bufa mientras parecía querer golpear algo, los ojos del mayor se detienen en el collar de oro que descansaba en la mesita de noche.
-¿Todo esto es por ella?, ¿por Veronique?.
-Creo que estas tan ciego como yo.
El mayor suspira agarrándose la cabeza con sus manos, mira al rubio y le da un empujon mas fuerte.
-Eres un idiota, Connell, ¿te das cuenta cuanto dinero debo a ese lugar y por tu culpa no puedo volver porque me tendrán vigilando con una cámara en el culo?.
-Mierda, Travis, ¿Qué hiciste?.
-Nada que te importe, como todo, debo resolverlo yo solo-dice el mayor.
-¿Tu solo?-dice el rubio.-No se si te das cuenta, pero tu solo haces mas desastres, admite que me necesitas, me necesitas para ganar mas dinero y pagar la deuda que sea que tengas. ¿Dónde esta Veronique para ayudarte?.
-No lo se.-hablo Travis.-No me contesta.
-Voy a ayudarte, solo porque creo que necesito salvar tu culo.
Porque así era Veronique, ella tomaba, y cuando tenia suficiente, se iba. Tomo todo lo que quiso de los hermanos Johannsson, no le importo las decisiones de Travis o ganarse el posible odio de Connell, ella solo había llegado y saqueado como era costumbre que hicieran.
(*)
Las ruedas del auto emitieron un ruido al estacionarse, donde Travis bajaba furioso del mismo, Connell no alcanza a cerrar la puerta que su hermano lo agarra de la remera apoyándolo bruscamente de la puerta.
-¿Qué diablos estabas siguiéndome?.-dice con los dientes apretados.-¡Estaba ganando Connell!, ¿tienes una idea de lo que hiciste?.
-Te salve de tu pequeño problema de apuestas-dice el rubio sacando las manos de Travis de su remera.-¡Admite que tienes un problema con el juego!.
-No tengo tal problema.
-Claro que lo tienes, con Veronique susurrándote en tu oído lo mucho que le gustaría que ganara, y tu ganando todo.
-Solo admite que estas celoso, porque Veronique me dio mas atención a mi.
Connell le da un empujón a su hermano.
-¿¡Acaso sabes lo que intento hacer ahí!?.
-¿Ganar dinero? ¿estafar? ¿robar? ¿Qué Travis, que?.-dice el chico rubio viéndolo.
-Como todo intento hacer algo por esta familia, todos quieren fingir como si nada que somos los perfectos, pero una mierda Connell, una mierda todos.-dice el chico de cabello oscuro, una ráfaga de viento mueve el cabello de ambos que se quedan estáticos mirándose uno al otro, con las respiraciones agitadas.
-La próxima vez, espero que pierdas todo, porque no volveré a salvarte.-dice el rubio viéndolo.-Me acusaste de que yo no respeto las reglas, pero aquí él que no las respeta eres tu.
-No me eches la culpa de todo hermanito, tu también eres bastante culpable en tus cosas.
-No me vengas con que somos iguales.
-Tenemos la misma sangre.-dice el chico y le susurra en el oído.-¿Quién dio el golpe final?.
-¿Quién hizo los enemigos?.
-Hay una fila larga por ambos-dice y con un empujón en su hombro va adentro.-Deja de meterte en mis asuntos.
(*)
Murphy terminaba de atarse los cordones de zapatillas, se despide de su abuela mientras comienza a caminar en dirección a casa de Sadie donde todo el grupo, incluida Emma, se reunirían. Sin embargo, las pisadas de Murphy se hacen lentas a ver un auto conocido estacionado, la chica se queda estatica mientras que Lance levanta la mirada de su celular.
El chico se acerca a ella.
-¿Qué quieres, Lance?.
-Quiero que hablemos de tu novio.
-No somos novios.
-Lo que sean-dice Lance rodando sus ojos mientras la mira.-¿Tienes un minuto?.
-¿Por qué quieres hablar de Connell?.-pregunta ella viéndolo, él chico la observa atentamente.
-¿Sabes? Quería darle esto al diario escolar, dado que los Johansson parecen ser un gran peligro, pero dado que tu eres buena amiga de todos ellos, creí que querrías saberlo-dice Lance dándole unos archivos.-No confiaba en ellos cuando llegaron, y ahora por esto, creo que lo mejor es mantenernos alejados.
Murphy sabía que Connell no era del agrado de Lance. Por eso ella no confiaba en las palabras que salían de su boca, pero aun así, sus manos estaban temblando con los archivos teniendo en cuenta que hablan del pasado del rubio. Abre los archivos, donde en ellos sale una noticia de una casa incendiándose en Francia, párrafos y párrafos hablando de que nadie sabe como incio el incendio, solo que la familia del hogar no se encontraba, y un niño salio herido.
Dean tenía grandes quemaduras en su rostro por el incendio en su casa.
La otra noticia hizo que el cuerpo completo de Murphy comenzara a temblar, un joven había sido encontrado muerto en la carretera a la salida del pequeño pueblo de Francia. Connell fue un sospechoso al igual que Travis y Kara.
-Imagínate lo que seria de tu novio si estas noticias se esparcen por la escuela, es decir, se tuvieron que mudar de país. Si esto sale a la luz, tal vez deban irse de nuevo.
-No sabes si Connell fue responsable.
-¿Entonces porque mudarse?.-dice el chico.-Solo se escapa cuando son culpables.
-¿Qué diablos quieres Lance?.
-Que tu noviecito no vuelva a molestarme, al igual que tus amiguitos, y haz que Emma hable conmigo, ¿quieres? O esto será visto por toda la escuela.
Murphy tuvo que mentirles a sus amigos diciéndole que no se juntaría con ellos mientras que sus pies caminaban a toda prisa hasta la casa de Connell, fue abierta por su madre, que con pocas palabras la dejo entrar, Murphy fue corriendo al cuarto del rubio donde ingreso sin molestarse en tocar mientras que el chico se subia los pantalones.
-¿Murphy?.-pregunta él frunciendo el ceño.-¿Qué pasa?.
La chica estaba consiente de su estado de respiración agitada y mejilla sonrojadas.
-Necesito que hablemos de esto.-dice ella extendiendo los archivos, el rubio los agarra y los examina mientras suspira.-¿Es cierto?.
-Si...
-¿Quemaste tu casa?.
-¡Mierda no!-dice él.-Yo...es una larga historia, y no muy linda.
-Tengo tiempo.
-Si sabes esta historia no hay vuelta atrás, Murphy.-dice Connell, la pelirroja se sienta en su cama.
-Habla.
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