Capitulo XXV Parte II
Poppy
Los sueños de Poppy no ocultaban secretos, no eran opacos, ni eran de brillantes colores. Los sueños de Poppy eran como historias, momentos en su vida que podía ir escribiendo como si fuera un cuento y tuviera varias hojas que llenar.
Cuando Alice Johansson se mudó a la ciudad, Poppy quiso trabar una amistad con ella, aunque la castaña se lo pusiera difícil en varios momentos, Alice no era una persona que permitía que las otras se acercaran demasiados, era una chica que le gustaba estar mas bien sola con sus auriculares y uno que otro libro que la vio sacar de la biblioteca.
En Halloween, todas sus amigas quisieron ir a pedir dulces para luego hacer una pijamada donde verían las clásicas películas de terror , pero Poppy no se encontraba demasiado cómoda en ese grupo últimamente, no quería ser parte del grupo donde se burlaban de Alice. Entonces mientras más se alejaba de ellas, mas intentaba ser amiga de la castaña, acompañarla a Halloween y quedarse a dormir en su casa parecía el plan perfecto por el momento, los tres niños recorrieron varias casas, donde Dean, hermano menor de Alice, había recibido varios regalos y elogios por su disfraz de Robot.
Cuando se hizo mas tarde, fueron a la casa Benson, Poppy tenía un pequeño miedo por la vieja casa, pero no desperdiciaría su oportunidad de intentar ser amiga de Alice. La casa era demasiado grande y antigua, aunque los señores Johansson la habían remodelado para hacerla lo mas linda posible, el aire helado seguía corriendo en algun punto haciendo que los bellos de sus brazos se erizaran, Entran a la casa donde Kara, hermana mayor de Alice, los recibe, con un vestido parecido al de la reina de corazones y una corona en su cabeza.
-Hola, ¿se divirtieron buscando dulces?.
-¿No ibas a una fiesta?.-pregunta Alice.
-No, decidí quedarme en casa, de paso, a cuidarlos. Mamá y papá se fueron a una fiesta que organizaba el hospital de mamá-dice Kara.-Que bueno verte Poppy, Alice no es de traer muchas amigas.
-Agsh ,cállate.
-Hay pizza caliente esperando por ustedes-dice la rubia con una sonrisa.-Vamos Dean, te pondré tu pijama y tu y yo veremos una película comiendo esos ricos dulces.
Poppy sonríe y camina a la cocina donde Alice estaba sirviendo la pizza en dos platos, mira a la chica y le alcanza uno. Poppy sonríe dándole una mordida mientras que Alice se coloca una botella de gaseosa bajo su brazo y suben las escaleras yendo al cuarto de la chica.
El cuarto de Alice era como se lo imaginaba, de colores oscuros, con poca decoración y un pequeño librero con unos cuantos libros y cuadernos en él. Las dos chicas se acomodaron en los colchones del suelo, y prendieron la televisión que Alice dijo que pudo intercambiar con Travis mientras buscaban una película de terror en Netflix.
Poppy no era muy fan del terror con sangre o asesinos y esas cosas, ella preferia mas lo psicológico, y al decirle eso a Alice, no pudo evitar sonreír cuando supo que a la castaña también le gustaban las mismas películas.
-¿Quieres buscar helado?.-pregunta Alice, Poppy fingió no ver como agarraba su pastillero, el mismo que llevo en sus pijamadas y sus amigas se burlaron. Comprendió que Alice no quería que la viera tomar sus pastillas, así que Poppy asiente mientras pausa la película.
La chica se levanta acomodándose mejor los pantalones de su pijama caminando a la puerta.
-Ey, Poppy-dice Alice haciendo que se voltee.-No eres tan mala después de todo.
-Y tu no eres tan dura después de todo.-dice con una sonrisa mientras se va abajo.
Poppy baja las escaleras con cuidado, sintiendo como sus pies desnudos hacían crujir la madera de la escalera hasta llegar a la planta baja, la chica no se imaginaba viviendo sola en esa gran casa, era bueno saber que Alice contaba con una gran cantidad de hermanos, se preguntaba si a veces cuando se quedaba sola, no se sentía demasiado pequeña entre los muebles.
Al llegar a la cocina, la chica se detiene mientras escucha a Kara sollozar y hablar por celular.
-¡Quien seas que seas ya deja de llamarme!, estoy agotada de que me llames.-grita del otro lado apagando su celular mientras se tapa la cara sollozando. Poppy decide que lo mejor era volver con Alice y tal vez decirle que no encontró el helado, pero no contaba con hacer ruido y que la rubia la descubriera.
Kara la mira, sus ojos claros estaban hinchados y rojos.
-Poppy-dice sorprendida mientras se friega su nariz.-Lo siento, no te vi, ¿Qué querias?.
-Oh...Alice me dijo que había helado.
-Claro-dice Kara buscando el tarro de helado y se acerca a ella dándoselo.-Aquí tienes.
-¿Estas bien, Kara?.-pregunta la chica. Kara sonríe acariciando el cabello de la niña.
-Estoy excelente, ve a seguir viendo la película.
Mackenna
De noche, los arboles del bosque hacían sombras misteriosas que provocaban que su piel se erizara, los animales nocturnos salían y se escuchaba el ruido. Los pasos de Sadie y Murphy entrando en el oscuro bosque y pisando las hojas era lo que mas se escuchaba, la luz de la fogata era casi visible a la distancia.
-Creo que nos alejamos mucho.-dice Sadie, pero Murphy no le hace caso, solo continua.-Eu, Murph, ya estamos lejos, habría que buscar una forma de volver sin ser cazadas. Estoy disfrazada de bruja pero no significa que quiero que me agarren como las de Salem.
-Sadie-dice interrumpiendo sus palabras.-¿Te acuerdas lo que paso hace años?.
-¿Hablas de tu desaparición? Muy poco la verdad, yo era muy chica en ese entonces, pero mamá fue una de las que se ofreció a buscarte, me acuerdo de eso.-dice viéndola.-¿Qué ocurre?.
-Siento que hay algo aquí.-dice viéndola-Algo que no se, pero que debo descubrir, yo no recuerdo nada de esos tres días, ni siquiera recuerdo como salí del bosque.
Sadie la observaba abrazándose a sí misma, el viento otoñal acariciaba las pieles de las dos adolescentes mientras que los animales nocturnos hacían ruido a su lado.
-Un día que tengamos nuestros celulares, y tengamos otra ropa puedo ayudarte, podemos entrar todo lo que quieras. Pero ahora no. Nos metimos en este juego, y no sabemos que clases de personas están aquí.
La pelirroja pensó que su amiga estaba en lo cierto, ellas eran dos chicas disfrazadas en medio del bosque en la oscuridad absoluta, con solo la luz de la luna y las estrellas iluminándolas, sin linternas, sin sus celulares, completamente solas. Y no era buena idea investigar vestidas de esa forma.
-Está bien, tienes razón. Hay que volver.
Sadie sonríe extendiendo su mano a su amiga, Murphy la agarra mientras las dos comienzan a caminar de regreso, pero se detienen. Unos pasos rápidos se acercaban a ellas, escuchaban las ramas y las hojas crujir bajo esas pisadas, escucharon las risas y gritos mas alejados. Pero aquellos pasos que se acercaban, no les daban buena espina.
Murphy tira de la mano de la rubia echando a correr de lado contrario, Sadie la sigue mientras comienza a jadear quejándose de haber usado esas botas mientras se alejan internándose cada vez más y más en el bosque.
-¿Dónde vamos?.-pregunta Sadie.
-¡No lo se!-contesta Murphy mientras continúan corriendo, en algún momento, ambas chicas se sueltan de las manos, Murphy se tropieza con una piedra provocando que se caiga por una pequeña montaña de hojas, escucha a Sadie llamarla desde la distancia y gritar mientras que Murphy suspira pesadamente sentándose en el suelo.
La chica no sabía donde se encontraba en aquel momento, los arboles parecían mas altos, y las ramas hacían un ruido extraño mientras que Murphy se levantaba.
-¡Sadie!-grita la pelirroja pero no tenía respuestas de su amiga. Murphy gira en todos lados buscando a la rubia y un lugar para volver, hasta que observa algo a unos pocos metros de ella, una cabaña de viejas maderas y que se notaba abandonada, sus pies se dirigieron hacia la misma, podía ver la vieja puerta de madera y las ventanas llenas de polvo indicando que no había nadie ahí.
Los pies de la chica pisan algo, baja la mirada y mueve las hojas amarillas, sus ojos se abren con sorpresa encontrándose con una vieja arma en el suelo.
-Te encontré.
Murphy se levanta demasiado rápido, viendo al chico alto disfrazado de bombero, su torso estaba al descubierto y su cabello era negro al igual que sus ojos. Tenia buen físico a simple vista, y una sonrisa que seguramente tenia a miles derretidas.
-¿No se supone que el cazador debe atrapar a la víctima?.-pregunta la pelirroja mientras se aleja unos pasos, sintiéndose como lo que el juego le indicaba, una presa. El chico sonríe, una dentadura perfecta y blanca, un dije de una cruz le colgaba en el pecho desnudo.
-Es mas divertido asi, vampirita.-dice y mira la cabaña.-¿Esto siempre estuvo aquí?.
-Eso creo.
El chico se acerca a Murphy donde acaricia el dije de rubí que la chica llevaba puesto y sus dedos van a los cordones de su capa.
-Tu y yo podemos entrar a divertirnos ahí adentro, algo me dice que eres excelente.
-No, gracias.
-Me gusta cuando se hacen de rogar.-susurra el chico en su oído mientras su mano acaricia el muslo de la pelirroja. Murphy lo aleja golpeando una cachetada y echa a correr, escucha la risa del chico, la pelirroja se tropieza con unas piedras, y el chico no pierde tiempo colocándose encima de ella.
Murphy intenta buscar algo con lo que pegarle, pero el chico agarra sus muñecas colocándolas encima de su cabeza y se acomoda en sus piernas.
-Si te dejaras de mover, todo seria mas rápido.-dice, los labios del chico dejan besos en la piel de Murphy y la chica grita. –Cállate, zorra.
El cuerpo del chico se desploma cayendo inconsciente a un lado, parado frente a ella se encuentra Connell con una piedra en su mano, la chica se levanta y se abraza al cuerpo del rubio.
-¿Te hizo algo?.-susurra Connell, Murphy niega abrazandolo con fuerza.
-¿Esta...?.
-Lamentablemente respira-dice el rubio rodeándola con el brazo, la mano del chico se cierra en un puño como si estuviera conteniendo sus impulsos.-Pero dejare que se despierte aquí, andando.
El rubio la rodea con su brazo mientras la saca del bosque. Debido al momento, Murphy no pudo pensar del bosque, ni de Sadie, su cabeza solo estaba ocupada pensando en aquel chico y en Connell apareciendo, sin dudar como lo golpeo en la cabeza.
Al salir del bosque, Sadie se encontraba frente a la fogata riendo y bebiendo un trago de alcohol.
-¡Murph!, Travis me atrapo, ¿puedes creerlo?, encima le dije que tendríamos que buscarte, pero Connell me dijo que se encargaría...-la rubia deja de hablar al ver a su amiga.-¿Qué paso?.
-Solo quiero irme.
-¿Dónde esta Marcus?.-pregunta Travis, Connell acerca mas a Murphy a su cuerpo.
-No me preocuparía por él, llevare las chicas a casa,-habla el rubio de manera seria viendo al mayor- y no me importa si te quedas a pie, hermanito.
La casa de Mackenna se encontraba vacía esa noche, con Poppy durmiendo en casa de Alice, y con sus padres en una fiesta en casa de su abuela, la pelirroja se dio cuenta que estaba sola. Connell la ayuda a sacarse la capa con cuidado mientras la observa, Murphy lo mira mientras se saca el collar de rubí.
Ambos suben al cuarto de la pelirroja donde ella suspira.
-No hace falta que te quedes conmigo.
-No quiero dejarte.-dice el rubio.-Temí que te pasara algo.
-No paso.
-Pero casi pasa.
La pelirroja lo mira, Connell parecía angustiado, como si estuviera recordando algo. Se acaricia sus manos mientras suspira, la chica observa la hora de su celular, fijándose que era de madrugada, da la espalda y lleva las manos a su body intentando bajarse el cierre, el rubio se sitúa detrás de ella bajandoselo, su aliento golpeando en el cuello de ella.
La chica se voltea y agarra sus mejillas besándolo, el rubio continua su beso mientras saca su body y la chica se apresura en sacarle su remera y ambos se besan, sus cuerpos van cayendo en la cama mientras se sacan sus otras prendas.
Murphy se detiene al sentir algo frio pegar en su pecho, se separa de los labios del rubio viendo la cadenita de oro con el anillo y lo acaricia. "Mon Amour".
-Era para alguien, que no se lo merecía.-dice el rubio sacándose la cadenita y la observa en sus dedos.-La busque en todos lados.
-Es hermosa.
El rubio la mira y se lo coloca en la mano de ella.
-Es tuya.
-¿No era para una chica especial?.-pregunta Murphy, Connell sonríe.
-Es completamente tuyo, siempre fue tuyo, no conozco a nadie mejor que le quede.
La chica cierra la mano donde tiene el anillo sintiendo como se clava en su palma mientras vuelven a besarse, los brazos de ella aferrándose a su espalda, mientras que Connell saca la ropa interior de ambos. La noche se lleno de suspiros y gemidos por ambas partes, Mackenna se aferraba a su espalda mientras suspiraba, y Connell besaba cada extremo de su piel.
Sus manos hacían todo un recorrido acariciándose, mientras que sus cuerpos hacían un vaivén sincronizado, el rubio muerde el labio de la chica mientras que ella acaricia sus mejillas y suspira.
Para cuando acabaron, la chica estaba recostada en su pecho acariciando la clavícula de Connell mientras que él cerraba los ojos acariciando su cuerpo desnudo y dejando pequeños besos en su rostro.
Ambos se observaron en la oscuridad donde solo se escuchaba el ruido de sus respiraciones, el rubio acariciaba su mejilla.
-Murphy...si descubrieras cosas de mi...¿me seguirías queriendo?.
-Claro que si.
-¿Lo prometes?.
La chica lo mira apoyada en su pecho y deja un beso en sus labios acariciando su cabello, se sienta en la cama y se coloca el collar, mira como el anillo golpea en su pecho y mira a Connell.
-Lo prometo.
-No esta noche-susurra él.-Quiero que quede perfecta.
-Pero...¿algún día?.
-Si, algún día.
Murphy sonríe un poco y lo abraza acurrucándose, ambos suspiran y se abrazan.
Y esa noche, ambos tuvieron que haber dicho mas.
Porque todo cambió.
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Ig: Julxswatt99 😚
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