Emma recordaba perfectamente el día que se había enamorado de Lance, estaba en su entrenamiento de futbol femenino, estaba sudando demasiado, agotada de tanto correr, sintiendo que sus pulmones iban a desvanecerse si no tomaba un trago de agua. Cuando el entrenamiento se termino, fue corriendo a su bolso y estuvo cerca de gritar al no encontrar una botella, cuando alguien se le acerca extendiendo una de color roja, alza los ojos encontrándose con un par de ojos color miel y una sonrisa. Lance era bastante reconocido en la escuela como capitán de Lacrosse, pero pocas veces habían cruzado mas que una mirada en el pasillo.

Y desde ese momento, ambos comenzaron a pasar mas tiempo juntos. 

Su primera cita fue demasiado cliché, pero eso no importaba porque le gustaba estar con Lance, era atento con ella, había estrechado sus manos y entrelazado sus dedos. Había pagado las entradas y la rodeo con su brazo en las películas, se robaron un beso en la oscuridad y la acompaño a la puerta de su casa. Y ahí comenzó a cambiar todo. 

Lance era tan atento con la madre de la chica, haciéndose amigo de su mejor amiga de la niñez, que no se dio cuenta en que momento comenzó a distanciarse del resto del grupo. No noto en que momento dejo el deporte que tanto le gustaba porque Lance se lo dijo, no supo en que momento comenzó a usar mas faldas porque dijo que le quedaba mejor que los shorts, tampoco se dió cuenta que empezó a ser mas amiga de las chicas de las porristas que en sus propias compañeras de futbol con la que actualmente no se cruzan ni miradas en los pasillos. 

Se convirtió en el pequeño y hermoso trofeo de Lance, pero nunca se dio cuenta. La noche que ocurrio lo del video, ella se vio tan cegada en sus palabras, que cuando tuvo conciencia se sintió tan estupida "Es Murphy, es tu mejor amiga Murphy la que conoces desde los cuatro años, ¿enserio crees que se meteria con alguien como Lance?". Y aunque en el primer empujón o en el primer arranque de ira, Emma no hizo nada, no fue hasta que la cosa se puso demasiado grave que corrio a los brazos de aquella amiga de la infancia. 

Sabía que no merecía huir a los brazos de Mackenna, ni que ella se los recibiera abiertos. Pero ahi estaba, la pelirroja consolándola, abrazándola ofreciéndole un hombro donde podía llorar, ella tuvo que ser esa amiga cuando sucedió lo del video. Y la verdad, es que nunca le alcanzaría los perdones para Mackenna, y muchos menos para Sadie y Sawyer, los amigos de los que se fue distanciando cuando comenzó a salir con Lance. 

Tardaría en que Sadie volviera a querer ser su amiga, pero lo estaba consiguiendo de a poco, tenía que trabajar demasiado duro y lo haría. Sawyer era otra historia, con Sawyer su corazón no dolía de una terrible forma cuando rebotaba en su pecho, su tacto era cálido y cuidador, y la quería, pero ella nunca lo notó. Pero no se cerraría a volver a amar, no se cerraría a alejarse de sus amigos, no quería cometer ese mismo terrible error. 

Lance hizo todo un espectáculo en la escuela, cuando Connell Johansson aparecio para defender al grupo, y Emma lo observó en silencio. Era atractivo, debía admitirlo, con ese aura de misterio y sonrisas coquetas. Y aunque se sentía sumamente agradecida de que la haya ayudado con Lance, sabía que mucho tenía que ver con que el castaño empujo a Murphy. Y en los ojos del rubio se vio aquella determinación "nadie va a lastimar a Murphy". 

Y los tres se metieron en problemas, y todo paso tan rápido que no tuvo tiempo de agradecerle. 

La ciudad había sido decorada especialmente para Halloween aquel año, donde todos se esforzaban para hacer la casa mas aterradora, donde los adolescentes y niños buscaban con anticipación sus disfraces. Los niños algo aterrador, los adolescentes por lo general algo sexy. Y en Halloween era algo como una tradición meterse en la casa Benson de noche, excepto ese Halloween, porque la casa Benson ya tenía nuevo dueños.

Y aunque la familia Johansson no fuera de lo mas aterradora, todos preferían mantenerse al margen de lo que hacían.

La chica pelirroja ajustaba su traje de abrigo color naranja mientras se iban acercando a la gran casa, donde parecía que una niebla invisibles los rodeaba. A su lado iba Emma con un abrigo color violeta, en su mano sostenía un pastel de calabaza, y Poppy caminaba a su lado con un abrigo azul marino.

-Espero que le guste la calabaza, lo estuve horneando por horas para agradecerle.-dice Emma.-Incluso le lleve unos cupcake a Sawyer, de sus gustos favoritos, se los devoro en un par de horas.

-Es adorable.

-Por cierto, no me constaste, ¿ustedes están saliendo?, Connell y tu.-pregunta la castaña con una sonrisa divertida. La pelirroja la mira mientras escucha el crujido de las hojas secas que Poppy estaba pisando con sus botas negras.

-No salen, pero si se besan mucho.-comenta la niña, Emma abre los ojos sorprendida y con un brillo de diversión.

-Calla Poppy.

-Solo soy honesta.-dice la menor encogiéndose de hombros. 

-Oh miren, ya llegamos.

Las tres chicas se detienen frente a la gran puerta de rejas negras y observan la casa, no tenía una llamativa decoración como las demás casas del barrio. Habían puesto algunas telarañas en la ventana, una calabaza con cara alegre cerca de la puerta. 

Poppy abre la reja para ingresar, las otras dos chicas la siguen en silencio mientras que Poppy sube las escaleras tocando la puerta. Las tres se quedan esperando, era extraño si no había nadie en casa, ese día Mackenna debía darle clases a Dean, le avisaban si se cancelaba o algo así.

Las tres se voltean para irse cuando creen escuchar un ruido, miran por ambos lados, la pelirroja comienza a tener una sensación demasiado extraña de sentirse observada. Poppy es la primera en gritar y las otras dos la imitan al ver a un sujeto correr a ellas con una mascara de hockey, sangre y un hacha en sus manos. Poppy se aferra a su hermana, mientras que la mayor la abraza y Emma se esconde detrás.

-Ya te divertiste, Travis.-dice la voz de adulto de su padre quien salia de la casa. Travis ríe a carcajadas sacándose la mascara.

-Oh niñas, como parece que casi lloran. Tranquilas, soy yo.

-Eso no fue divertido.-dice Mackenna, pero Travis sonríe.

-¿Terminaste de juntar las hojas en el jardín?.-pregunta su padre, el chico rueda sus ojos y decide retirarse al jardín antes de guiñarle un ojo, el hombre se voltea a ver a las tres chicas que estaban frente a sus ojos. -¿Necesitan ayuda?.

-Oh...tengo clases con Dean, mi hermana quiere ver a Alice y de paso queríamos ver a Connell.

-Claro, síganme.-dice el hombre dándose la vuelta para caminar al interior, Emma agarra el brazo de la pelirroja para susurrarle.

-Su padre esta buenísimo, ¿viste como se le reluce el trasero con esos pantalones?, ya sabemos de donde salieron tan guapos los hijos...¿su mamá es linda?.

-Emma.-comenta la pelirroja en susurros.

-Solo fue un comentario, pero esta buenísimo, admítelo. Tienen buenos genes. 

La chica decide no contestar mientras ingresan a la casa. Donde se escucha el ruido del piano ser tocado que se acaba cuando el padre de los chicos, Aspen, llama a Alice y a Connell. Alice baja las escaleras mostrándose bastante confundida al ver a las tres chicas en la sala, y Connell sale del cuarto del piano seguido de Dean, el pequeño niño estaba usando una mascara de un alíen en ese momento.

-¿Qué hace aquí?.-pregunta la castaña sin nada de tacto como si la presencia de ellas tres le hubiera arruinado sus planes de la tarde.

-Se amable-replica su padre rodeándola con un brazo.

-De echo quería preguntarte, si no tienes nada que hacer en Halloween, podríamos salir a pedir dulces y quedarte a dormir.-dice Poppy con una sonrisa, Alice se acomoda su cabello oscuro mientras la observa.

-No ire con tus estúpidas amigas.-dice Alice algo brusca, Poppy se encoge de hombros.

-Solo seremos nosotras dos, podemos ver buenísimas películas de terror.

Alice mira a su padre y él asiente de acuerdo.

-Suena a buen plan, podrian quedarse aquí para cuidar a Dean y acompañarlo a pedir dulces de paso, ¿Qué dices?.

-Agsh, bien.-dice Alice subiendo las escaleras, en la mitad del camino se detiene volteándose a ver a Poppy, de manera agotada como si tuviera que hacer demasiado esfuerzo vuelve a hablar.-¿Te vas a quedar ahí o vas a seguirme?.

-Oh...¡espérame!-contesta Poppy corriendo escaleras arriba, su padre sonríe.

-Es bueno para Alice tener amigas-dice Aspen.

-Poppy es increíble, seguramente los tres la pasaran bien pidiendo dulces-contesta Murphy, Aspen asiente mientras se retira dejándolos solos con los otros dos chicos. Donde Connell las observa fijamente, y Dean los observa a todos a través de su casco de astronauta. 

-¿Y a mi porque me buscan? ¿me pedirán que las acompañe a pedir dulces? Lo hare si Murphy se disfraza de caperucita roja.

-¿Y acaso tu serás el lobo?.

-Es una opción-dice sonriente.

-De hecho-dice Emma interrumpiendo.-Quería agradecerte y disculparme si te metí en problema con lo de Lance, incluso hice este pastel...espero que te guste, es de calabaza.

-¡Yo quiero!-habla Dean agarrando el pastel y se va corriendo con el mismo hacia la cocina. Connell rie.

-Gracias Emma, seguramente estará rico...y no te preocupes, Lance es un idiota, que bueno que te diste cuenta.

-A veces una tarda, ¿no?.

-Oh, a veces algunos tarda toda la vida, ¿no?.-pregunta mirando a Murphy y le sonríe.

Emma podía darse cuenta que ese brillo en los ojos celestes de Connell no solo era por el mero echo de hacer enojar y molestar a Murphy. Emma quería creer que en una epoca, Lance la amo lo suficiente antes de que cambiara todo, porque él nunca la miro como el rubio miraba a la pelirroja. 

*

La escuela estaba decorada con toda la temática de Halloween, las porristas se habían esforzado en maquillarse como zombies usando sus trajes, algunos tenían uniformes de diablos, angeles, robots y varios. La decoración iba de esqueletos, a telarañas y murciélagos. Sin contar que mucha comida con calabaza o decorada como si fueran arañas y demás.

Murphy, quien estaba en un rincón esperando a sus amigos, estaba disfrazada como un vampiro, con un body negro ajustado en su cuerpo, unos short en la parte baja, colmillos falsos al igual que la sangre saliendo de su boca y una capa que cubría la espalda, la temática que había ganado en sus amigos habia sido "Seres ficticios".

La chica pelirroja usaba su celular y mira la foto que su hermana le envió, donde estaba ella junto a Dean y Alice. El niño iba disfrazado de robot, su cara oculta por una máscara era mas que una costumbre por lo visto, mientras tanto, Poppy estaba disfrazada de payaso asesino, con maquillaje característico, el cabello desordenado y de ropa unos short con una remera blanca con mancha de sangre falsa. Alice, por otro lado, parecía una pirata cadáver por el maquillaje en su rostro.

-Wow Murphy, que sexy.-dicen a su lado, ella se voltea encontrándose con Connell, el rubio le sonríe. El cabello rubio estaba peinado hacía atrás, vestido completamente de negro con un arma falsa.

-¿Y tu que eres?.

-Un cazador de vampiros-dice con una sonrisa.

-Ni modo que seas un cazador de vampiros.

-Pero lo soy, ¿no es una cosa graciosa el destino?, significa que somos uno para el otro.

-¡Aquí llegamos! ¿saben que odio de estas fiestas? Que no tengan alcohol.-comenta Sadie, la chica tenia una varita mágica en su mano, un vestido azul oscuro y corto, con un sombrero puntiagudo con estrellas. Por otro lado, Emma tenía puesto un corpiño con brillos, y su maquillaje con escamas la asimilaban a una sirena, sin contar que se esforzó por hacer una cola de sirena lo mas cómoda para poder caminar, cuando Murphy mira a Sawyer frunce el ceño, el chico vestía como un hombre lobo con cabello falso y la camisa a cuadro abierta.

-Pensé que tu serias el hombre lobo.-dice viendo a Connell.-¿Intercambiaste disfraces por información?.

-Tal vez-contesta el rubio.

-Bueno, ya estamos aquí, bailemos.

Los chicos bailaron un poco la música pegadiza de la pista, se sacaron fotografías frente a esqueletos falsos. Murphy intentaba ignorar los obvios coqueteos de Connell mientras bailaban, comían y bebían.

-¿Qué es esa carpa?.-pregunta el rubio. En un rincón había una carpa lo suficientemente grande de color naranja con líneas negras y dibujos de calabazas con telas de arañas. En la entrada se encontraba uno de los profesores vestidos como el monstruo de frankestein y una cara de fastidio donde seguramente pensaba en lo mucho que se estaría divirtiendo en otro lugar en lugar de vigilar estudiantes. 

-Cada año hace una especie de casa de los sustos, casi nunca asusta.-dice Murphy encogiéndose de hombros.

-¿Qué tal si vamos?.

-Paso.-contesta Sawyer.

-¿Qué no eres lo suficientemente hombre, Van Hecke?.-pregunta la voz conocida de Lance, el chico llevaba su traje de Lacrosse y maquillaje zombie, aparentemente las porristas y los deportistas concordaron que llevarían. Emma se abraza al brazo de Sawyer mientras que Connell entrecierra los ojos.

-Siempre bueno verte, Lance.

-Me gustaría decir lo mismo, pero no es así.-contesta el chico.-Por cierto, ¿Dónde esta tu hermana? La que esta buena.

Connell da un paso hacia adelante con la mirada seria. 

-Por favor, mi hermana es lo suficientemente inteligente como para hacerte caso, y no esta aquí, prefirió quedarse en casa.

-Es una pena.-contesta Lance.-Los chicos concordamos que tiene el mejor cuerpo, seguramente es buena en varios ámbitos.

Connell estuvo cerca de abalanzarse al castaño si no fuera porque Sawyer lo detiene agarrándolo del brazo. Lance ríe mientras se cruza de brazos obviamente disfrutando todo el pequeño show que estaba haciendo y sacar de sus casillas a Connell.

-Ya vete, Lance.-dice Emma.-Déjanos en paz.

-Vamos, conejita, hace unos meses no hacías caso a esta gente.

-Hace unos meses, no sabía ni siquiera que clase de persona era mi novio.

-Ya la oiste-contesta Sadie junto a Murphy.-En mas, nosotros estábamos por entrar a la casa de terror, asi que piérdete Lance.

Un escalofrió recorrió la espalda de Murphy cuando Lance la mira fijamente. Sadie tira de su brazo donde se hacen fila para ingresar a la casa de terror. Unas porristas disfrazadas de Zombies las reciben en la entrada, y poniendo voz espeluznante las invita a entrar.

En el interior de la carpa, había ruido de tormentas falsos entre otras cosas, la decoración era la misma, tumbas, esqueletos, fantasmas y demás. Lo que habían cambiado, eran las luces, todos los años ponían una luz verde, ese año, decidieron poner una luz parpadeante.

En algún punto, Murphy deja de sentir la mano de Sadie junto a su brazo, se voltea en busca de sus amigos, pero ninguno de los cuatro se encontraba presente. La chica continua caminando en línea recta, suelta un grito cuando un zombie sale de una tumba y grita mas cuando siente unas telarañas en su cabello. La pelirroja continua su camino con el corazón en su garganta.

Y es cuando vuelve a suceder, imágenes de su infancia empiezan a reflejarse en su cerebro, una voz llamándola para que fuera con ella "no tengas miedo" decía aquella voz. ¿No tengas miedo de que?, podía recordar el bosque y el olor a lluvia en aquel entonces, sus recuerdos se mezclaban con su realidad. Manos agarrándola, gritos diciendo su nombre, ¿Dónde estaba realmente?.

Suelta un grito alto cuando siente una mano en su hombro.

-Murphy, soy yo.-dice Sawyer.-Tranquila, te perdimos un segundo.

La chica suspira mientras mira a Sadie y a Emma en cada lado.

-Mejoraron la casa de los sustos, debo admitirlo.-dice Sadie.-Creo que se tomaron personal el comentario de que no asustaba ni a un niño.

-¿Y Connell?.

-Creímos que estaba contigo.-habla Sawyer.-Desapareció cuando entramos.

Un grito desgarrador se escucha en el lugar donde se hace un absoluto silencio, los cuatro se agarran de las manos comenzando a guiarse hacia el ruido, al llegar, se encuentran con Lance agarrándose el brazo y gritando del dolor, Connell estaba parado a unos metros.

-Lo encontré así, lo juro.

La fiesta de Halloween en la escuela fue terminada con el accidente de Lance, quien aparentemente, su brazo fue quebrado, aunque nadie sabia como, Connell aseguraba haberlo encontrado así, pero las miradas juzgadoras de todos estaban presentes.

Los cinco caminaban en silencio, Sadie usando su celular para fijarse si había otra fiesta, se detienen cuando un auto se estaciona cerca de ellos, al bajar la ventanilla, se encuentran con Travis quien estaba disfrazado de prisionero.

-Hey, ¿se les acabo su fiesta de secundaria?.

-Hubo un accidente y la cancelaron.-explica la rubia.

-Apesta...¿quieren que los lleve a una?.

-No-se apresura por contestar Connell.

-No te preguntaba a ti hermanito, les preguntaba a ellos.-dice Travis viéndolos.-No parece querer que la fiesta termine.

Todos se miran entre ellos, es Sadie la que decide subirse al auto.

-Bueno, no quiero volver a casa tan temprano, asi que...

-Yo estoy cansada y Sawyer prometió acompañarme.-dice Emma.

-¿Y tu, Murphy? Prometo llevarte a tu casa temprano.

Murphy siente la mirada de su amiga rubia y la mirada de Connell sobre ella.

-Claro, también voy.-dice subiéndose al asiento de atrás, Connell parece suspirar pesadamente mientras se sube al auto siguiendo a Murphy. Travis sonríe al través del espejo y comienza a conducir.

Travis no dio mucha respuesta de donde conocía a las personas de la fiesta cuando se lo preguntaron, el chico contesto vagamente que eran unos amigos que hizo tras recorrer a la ciudad. Y aunque Sadie y Travis hablaran, Connell se mantenía callado mirando por la ventana del auto, la chica agarra la mano del rubio, el le devuelve la mirada.

-Pareces molesto.

-Bueno, ir de fiesta con mi hermano no estaba en mis planes.

-Actúas como si no te agradara tu hermano.

El rubio rueda sus ojos y decide no contestar. A medida que Travis conducía, Murphy se daba cuenta que se alejaba de la ciudad e iban por la ruta que rodeaba el bosque. Al llegar a un claro del mismo, frente a una fogata, se encontraban otros chicos y chicas de la edad de Travis.

-Veo que trajiste mas gente.-dice uno disfrazado de cadáver.

-Mi hermano y dos amigas suyas.-contesta Travis.

-La vampirita parece asustada, tranquila cariño, vamos a protegerte-dice un tipo disfrazado de bombero que le sonreía coqueto, Mackenna se acerca al cuerpo de Connell y el chico la rodea con un brazo pareciendo gruñir ante el acercamiento del otro.

Sadie rie y acepta una botella que una chica disfrazada de tigresa le da. Cuando la botella va para Connell y Murphy, ambos niegan y se la pasan al siguiente. Travis parecía divertido mientras aceptaba un cigarrillo que alguien le daba.

-¿Y esto hacen?.-pregunta Sadie.-¿Se paran frente a una fogata, beben y fuman?.

-A veces contamos cuento de terror.-dice uno de los chicos.

-O jugamos a nuestro juego favorito, la caceria.

-Amigo-dice Travis riendo.-Ellos no quieren jugar a eso.

-¿De que trata el juego?.-pregunta Murphy atrayendo la mirada de todos. Travis bebe un trago de la botella de alcohol cuando se la alcanzan.

-Es simple, una mitad son la presa, la otra mitad son los cazadores, la tarea es que vayas corriendo hasta lo mas oculto del bosque y vuelvas sin haber sido atrapada. El cazador con mas victimas gana, y la presa que llega sola, también gana.

-Yo quiero jugar.-dice Sadie.

-Es un juego ridículo-habla Connell.-Vámonos.

-Si tu tienes miedo y quieres volver hermanito, adelante.

-Dime que tu no quieres jugar a esta mierda.-dice el rubio mirando a Murphy, la chica lo observa, sabía que la parte mas sensata de su cerebro era irse con Connell, convencer a Sadie de volver e ir a sus casas para dormir.

Pero el bosque la llamaba, los chicos quienes parecían divertidos esperaban una respuesta.

-Debe ser divertido.-contesta Murphy y se coloca al lado de Sadie, la rubia golpea su cadera con la de ella. El chico la mira con el rostro serio pero bufa acercándose a su hermano, Travis le da una palmada en la espalda. Agarran una rama, donde quiebran un total de diez palitos, uno por cada persona, los palitos mas cortos serian las presas.

Sadie y Murphy les toco ser una presa.

-Bueno, presas, huyan.-dice Travis, quien era un cazador, al igual que Connell. Sadie agarra la mano de su amiga y ambas se internan en la oscuridad del bosque.

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Buen miércoles 😁