Capitulo XX
Connell
Los exámenes de velocidad de educación física era algo que todos odiaban, los alumnos se quejaban, y los profesores estaban parados con una planilla preparado todo para tomarles el tiempo. El rubio tenía las manos en sus cadera, con su vista fija en el grupo de las chicas, entre ellas, la cabellera pelirroja de Murphy sobresalía, tenía una coleta alta atada en su cabeza, y la remera gris se le ajustaba perfectamente.
A su lado, atándose los cordones, Sawyer murmuraba unas palabras sobre lo pésimo que era haciendo actividad física. Aquel día de otoño no hacía demasiado frio como para congelarse, lo que se agradecía para hacer sus exámenes al aire libre.
-¿Por qué actúas tan preocupado?.-pregunta Connell interrumpiendo todas las palabras del castaño, Sawyer se levanta cuando termina de atar sus zapatillas.
-Temo que me pongan a correr junto con Lance, él tiene una especie de record...y el año pasado me hizo tropezar unas mil veces.
-Con razón tiene su autoestima hasta el cielo.-replica el rubio pasándose la mano por su cabello rubio para sacárselo de la frente.-Alguien debería bajarlo.
-Adelante.
-Bien.
-Oh Connell, no lo decía...
Pero el rubio ya no escuchaba lo que el castaño tenía para decirle, muchas veces cuando le decían, "no hagas eso", Connell disfrutaba hacer lo contrario. Se coloco junto a la marca para empezar a correr, Lance lo miraba antes de reírse de él, seguramente pensando que nadie podria ganarle.
Porque aunque para los profesores fuera un examen, la verdad es que, para los dos chicos eso era una competencia. Y ambos querían mostrar quien era el mejor en ese momento, se prepararon detrás de la marca, se miraron de reojos, y cuando el silbato suena, ambos chicos echaron a correr. Lance corría rápido, pero Connell le superaba. Imágenes de Francia invadieron su cabeza un segundo, podía recordar las veces que corrió apresurado, las veces que sus pies se movían demasiado rápido para llegar a su destino.
A veces, en sus sueños, nunca llegaba al destino asegurado.
En algún momento de la carrera, a Lance le falló el aire y fue parando, pero Connell no, con cinco minutos adicionales, supero el record de Lance. Y aunque las felicitaciones fueron varias, el chico castaño lo miraba con recelo.
-¿Sabes? Cada vez que quieres enfrentarte a Lance, comienzo a creer que no te interesa demasiado tu propia vida.-habla Sawyer mientras se cambiaba la remera de gimnasia por la que habia llevado puesta a la escuela. El rubio bebía de su botella de agua color verde, le venia bien sentir el sabor refrescante correr por su garganta.
El chico rubio suelta un suspiro antes de ofrecerle su botella a Sawyer, el castaño niega.
-No le tengo miedo a Lance.-dice Connell.-No me importa si se cree rey de la escuela, conocí peores.
-Me cuesta creer que haya gente peor que Lance.
Pero las había y Connell las había tenido cerca, personas que lo perseguían en sus pesadillas, donde el humo y las luces rojas se mezclaban, aquellas personas surgían del humo, e iban por él. Y aunque intentara huir, el camino parecía ser infinito. Muchas noches despertaba con la respiración agitada y sudando frio, tardaba en darse cuenta donde se encontraba.
A su lado, Sawyer suspira negando mientras cierra su mochila.
-Eres un caso perdido.-dice levantándose, el rubio sonríe dándole unas palmadas en su hombro, ambos estaban por salir de los vestidores, cuando Lance con el resto del equipo de Lacrosse se sitúan delante de ellos. Sawyer miraba a los chicos intentando averiguar una forma de huir de ahí, pero Connell no, él miraba fijamente los ojos cafés de Lance, esperando ansioso a que dijera lo que tuviera que decir.
-Buena carrera-dice Lance viéndolo.-Con los chicos íbamos a ir a beber algo a mi casa, ¿quieren venir?.
-¿Cuál es el truco?.
-No hay truco, Johansson, solo creo que empezamos con el pie izquierdo.-dice el castaño viéndolo.-Seran unas cervezas, conversación pacifica, estará mi novia y algunas amigas también, no deben preocuparse.
Connell mira a Sawyer, el chico castaño a su lado niega sutilmente, Sawyer no quería ir, se negaba a ir a casa de Lance. Pero el rubio estaba seguro de que Lance quería algo, entonces, con la mirada fija en los ojos de Lance, asiente una vez.
Sawyer estuvo bastante intranquilo durante todo el viaje, su celular no dejaba de vibrar con mensajes de sus amigas, mientras que Connell, a su lado, estaba en completa calma. El rubio no había obligado a Sawyer a ir con él, pero Sawyer sentía la necesidad de vigilar que no lo asesinen.
La casa de Lance no se diferenciaba de muchas casas de arquitectura moderna, ventanas grandes que daban una linda vista al interior, un portón eléctrico que te admitía el paso, su interior era grande, y pulcro, todo a su alrededor decía que tenía dinero. Y lo gozaba.
-Cariño, ve por unas cervezas.-dice Lance tras darle una palmada en la nalga a su novia, Emma frunce el ceño, pero aun así, decide seguirle el paso. Los chicos de Lacrosse comienzan a acomodarse en un mullido sillón color verde oscuro, Sawyer se aleja un poco cuando su celular comienza a sonar indicando una llamada entrante.
Debido a que nadie le prestaba sumamente atención, el rubio decidió ir a la cocina. Los muebles era de color madera, con electrodomésticos caros en las encimeras. Encima de una de las encimeras podía verse una revista de jardinería.
-Oh Connell, no te vi ahí.-dice la castaña viéndolo.-¿Quieres algo?.
-Solo miraba.-dice el rubio, la chica asiente.-¿Sus padres no están?.
-Hum, sus padres están divorciados-dice Emma.-Su madre está en alguna especie de viaje en Italia con el padrastro de Lance, su padre está trabajando en la fábrica.
-Su fábrica donde es dueño.
-Exacto.-contesta ella abriendo una de las botellas de cerveza.-Casi siempre tiene la casa para él solo. ¿Quieres una?.
-No, gracias.-dice, Emma asiente guardando la botella una vez que sirve en vasos.-¿Eras amiga de Murphy, no?.
Emma lo mira de reojo agarrando uno de los vasos bebiendo del líquido ámbar, el rubio se coloca más cerca de ella mirándola.
-Éramos buenas amigas, sí.
-¿Qué paso?.
Emma abre la boca para hablar, seguramente pensando en que clase de historia narrarle a Connell, pero ante la voz de Lance llamándola desde el salón, la chica decide marcharse con los vasos. El rubio la sigue minutos después, Sawyer se veía incomodo sentado en el sillón individual.
-Ey Connell, ¿Qué hablaban tanto mi novia y tú en la cocina?.-dice Lance abrazando a Emma por los hombros cuando la chica se sienta.-¿Acaso quieres tirártela?.
-No seas idiota.-susurra Emma acomodando su cabello. El rubio sonríe de manera burlona mientras se sienta con los otros chicos agarrando uno de los vasos con cerveza, le da un trago sintiendo el amargor ingresar en su garganta.
Emma se removía en el sillón, y Sawyer la miraba de reojo mientras jugaba con el aparato rectangular en sus manos.
-Entonces, Connell-habla uno de los chicos.-¿Cuál te gusta de la escuela?.
-Nadie.-habla el rubio, no era cierto, pero no le daría a los chicos la alegría de saber. Ellos no eran sus amigos, ellos buscaban algo de él, y no les daría esa información. Vuelve a beber de su cerveza mientras que todos los chicos lo miraban, Sawyer lo veía de reojo sentado en ese sillon, quería irse, se notaba eso en su actitud.
Pero no se iría en aquel momento.
-Es Murphy, ¿a qué si?-dice Lance y sonríe cuando Connell lo mira.-Claro que es Murphy, mira cómo te pusiste apenas la mencione, déjame darte un consejo, Murphy no es la chica perfecta que tu crees que es.
-Cállate, Lance.-hablo Sawyer sentado en el sillón todavía.-Esto es una idiotez, vamos Connell.
-¿No es como yo creo que es porque no te dio atención?.-pregunta el rubio, provocando un ruido de burla de sus amigos. Emma se veía incomoda, intentando hacerse más pequeña, pensando en desaparecer seguramente. Sawyer ya había agarrado sus cosas, amenazando con irse, pero miraba a Connell pidiendo que lo siguiera, no quería irse solo.
Lance se relame los labios.
-Créeme, conozco más a Murphy de lo que crees, en varios sentidos.-comenta Lance provocando que el rubio apriete sus labios.-Hablando de conocer, estoy seguro que varios de mis amigos ansían conocer de una forma a tu hermana...la rubia. ¿Kara, no?.
Las manos de Connell agarran la remera de Lance con fuerza viéndolo directamente, el castaño no temía al enojo del rubio, una de sus manos se posaron en el puño de Connell alejándolo.
-No tocaran a mi hermana.
-Supongo que esa no es tu decisión.
-¿Quieres que te parta la cara?.
-Lance, ya-dice Emma.-No los molestes.
-Connell, vámonos.-dice Sawyer levantándolo del sillón, Lance se levanta a la vez, ambos se miraban de manera amenazante. Eso quería Lance, hacer que Connell perdiera los estribos, conocer sus debilidades, atacarlo donde podía llegar a dolerle.
Emma agarra la mano de su novio, pero este se la aparta de manera brusca.
-¿Por qué diablos dejaron Francia?.
-No es de tu incumbencia.-dice el rubio agarrando su mochila.-Gracias por las cervezas, pero Sawyer tiene razón, debemos irnos.
-¿Qué tanto oculta el niño Johansson en su casa?.-dice Lance mientras que Connell se da la vuelta para partir de la casa.-¿Crees que acaso no notamos el circo de fenómenos que habita en tu casa?, empecemos con el niño si quieres.
Connell se detiene, y por un segundo, ve todo rojo. Dejando su mochila en el suelo se acerca a Lance de manera violenta derribándolo, ambos cuerpos caen encima de la mesa de cristal provocando que tanto la mesa como los vasos de cerveza caigan en el suelo, las manos del rubio recibió varias cortadas, ambos chicos comenzaron a forcejear aun encima de los vidrios rotos.
-Nunca hables de mi familia de esa forma en mi presencia, al no ser que quieras ser lo último que harás en tu vida, y aléjate de Murphy.
Sawyer jala del brazo de Connell levantándolo, y ambos chicos se retiran bajo la acusadora mirada de los demás que se quedaron atónitos.
El rubio ingresa a su casa bastante enfuercido, ignorando los saludos de bienvenida cuando ingreso, solamente corre escaleras arriba y tira la mochila en la cama. Camina por su habitación de lado a lado y le da un golpe a la puerta, pero eso no era suficiente para canalizar el enojo que tenía en ese momento, quería romper algo, necesitaba romper algo.
Agarra la pequeña caja de encima de su escritorio y lo tira contra la pared al mismo tiempo que la puerta de su habitación se abre y un grito femenino se escucha. Murphy lo mira sorprendida mientras que Connell suspiraba, no era buena idea canalizar todo su enojo hacia Murphy.
-¿Qué haces aquí?.-pregunta él.
-Vengo a enseñarle a Dean. ¿Tu que planeabas yéndote con Lance?...¿por que estas herido?.
-No es nada.
-Si, es algo.
-¡Te dije que no es nada!.
-¡Y yo te dije que si!, ¡así que siéntate mientras busco las cosas si no quieres que llame a tu madre!.
-¿Vas a acusarme? ¿Cómo si fueras una niña pequeña?.
Murphy aprieta sus labios antes de murmurar un "espérame aquí".
El rubio se sienta en su cama mientras se tapa la cara con sus manos, sintiendo su cuerpo entero temblar, sintiendo que estaba atrapado en una burbuja. Una canción de piano apareció en su cabeza, una tortura, un recuerdo, algo que lo lastimaba, algo que lo cegaba. Pero ahí se encontraba la canción. La dulce melodía se reproducía, y las imágenes pasaban en su cabeza como si se tratara de una película, su respiración se volvió pesada mientras la veía, mientras los recuerdos parecían torturarlo.
"-Di que me amas Veronique, di que me amas"
"-Claro que lo hago, Connell".
"-¿Mas que a él?".
"La sonrisa de la chica era entumecida en su rostro mientras acariciaba la mejilla del rubio, deja un beso en su piel antes de susurrarle al oído"
Los gritos en su cabeza se mezclaban con aquella canción, Minuet en Sol menor de Bach no dejaba de sonar al mismo tiempo. La veía, la veía bailar dando giros. Esuchcaba los gritos llamando su nombre, las manos de alguien aferrándose a él mientras lloraban.
Saca sus manos alarmado cuando siente algo arder. Pero se trataba de Murphy, ella estaba con un algodón y alcohol en sus manos, ambos se miran. La chica ladea su cabeza y le sonríe amable. Y la canción en piano en su cabeza fue cesando suavemente.
-Sawyer me mando un mensaje de que peleaste con Lance...rompiste una mesa de vidrio con su cuerpo.
-No recuerdo tanto de eso.-murmura el rubio, Murphy lo mira y aprieta sus labios corriendo el cabello rubio de su frente, eso era tranquilizante, el toque de Murphy no lastimaba, no ardía, era un toque suave, deseaba mas de eso.
-¿Quieres hablar de eso?.-pregunta dejando el algodón, el rubio niega.-¿Quieres hablar de como casi matas a Sawyer de un infarto?.
-Sobrevivirá-dice el rubio provocando la risa de Murphy.
-¿Quieres que te deje?.
Si Murphy se iba, la música podía volver a comenzar y estaba agotado, no quería que Murphy se fuera. Niega con la cabeza, se acuesta en su cama y Murphy se coloca a su lado en silencio, las manos de ambos se rozaban, el rubio la agarra dándole un suave apretón.
-Murphy-pregunta Connell y ella lo mira.-¿Qué paso antes de clases?.
La chica lleva su mano a los labios del rubio acariciando su contorno.
-¿Qué paso con aquella chica de la foto?.
-Es pasado.
-El pasado da curiosidad.
-Mi pasado no da curiosidad-dice acariciando su cabello.-No me gusta la historia de mi pasado.
La chica acaricia el labio de Connell y él deja un beso en su pulgar, la pelirroja se acerca su rostro. Era la primera vez que Murphy tomaba una iniciativa en los besos, sus besos generalmente eran robados por el rubio. Pero ahora, Murphy había tomado completamente el control sobre el beso, sus labios se movían suavemente uno sobre el otro, el rubio la acerca a su cuerpo, pero es Murphy quien se coloca encima mientras siguen besándose.
El chico acaricia su cintura mientras que su beso iba profundizando, sus lenguas jugaban en el interior de sus bocas mientras que sus manos se aferraban al otro.
-Connell-susurra ella.-¿Puedes prometerme algo?.
Connell asiente mientras juega con las manos de ella, Murphy se acuesta sobre su cuerpo, con su cabeza apoyada en su hombro y las piernas a cada lado de su cadera.
-Prométeme, que si algún día te cuento la historia...no me veras diferente, y no te alejaras de mí.
Connell podía sentir algo en su voz, miedo, Murphy tenía un auténtico miedo en aquel momento. El rubio hace que lo mire dándole un pequeño beso en sus labios.
-Y yo quiero que tu prometas lo mismo.-dice Connell acariciando su mejilla.-Que no importa lo que te cuente, o lo que descubras...que seguirás a mi lado.
-Claro-dice ella acariciando su mano mientras se acurruca en su cuerpo.
Murphy creía que su verdad alejaría a Connell.
Connell creía que su verdad, provocaría que Murphy le tuviera miedo. Y tal vez, así debía ser, tal vez, Connell podía ser el monstruo que todos creían. Pero no en ese momento, no en aquella tarde, donde durmió abrazado al cuerpo de Murphy, y ninguna pesadilla se apareció en su cabeza.
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