Capitulo XIX
Mackenna
El sábado por la tarde, Mackenna iba a la tienda de su madre, intento contactarse toda la mañana con Sadie si ningún resultado, entonces, tanto ella como Sawyer, tuvieron la idea de ir a su casa. Pero antes de partir a la casa de la rubia, la chica tenía que hablar con alguien, esconde las manos en sus vaqueros mientras apresura el paso, si calculaba bien la hora, su mamá a esa hora aprovechaba a pagar las cuentas, lo que significaba, que Travis estaría solo en la tienda.
La campanita de la puerta suena cuando Mackenna la abre, mira como el chico de cabello oscuro jugaba con una moneda, haciéndola girar con su mano derecha, mientras que su mejilla descansaba en su mano izquierda, Travis no le prestaba ni la más mínima atención, por las pequeñas ojeras debajo de sus ojos, podía deducir que no había dormido.
La pelirroja se acerca a él, detiene la moneda provocando que haga un ruido sordo contra el mueble. Travis levanta sus ojos claros para observarla.
-Con ese ceño fruncido, adivino que estas enojada.-dice él recuperando la moneda.-Tu madre no esta.
-Lo se, vine a hablar contigo.
-Oh, ¿y a que debo a la humildad que compartas una conversación conmigo?.-pregunta Travis jugando con la moneda entre sus dedos, la pelirroja intentaba no distraerse con ese simple acto del mayor, Travis sonríe divertido.
-¿Qué le hiciste a Sadie?.
-Sadie.-repite él, saboreando el nombre salir en sus labios moviendo la moneda.-No le hice nada a Sadie.
-No te creo.
-No me importa lo que crees, soy honesto con mis respuestas.-dice Travis volviendo a girar la moneda en el escritorio. Mackenna repara su atención en que había una muñeca antigua sentada en el mismo, era pequeña, con el cabello oscuro y los ojos grandes de color azules, un azul frio, la muñeca daba cierto escalofríos mientras la miraba fijamente.
La chica chasquea su lengua.
-¿Dónde la llevaste?.
-Pregúntale a ella. Después de todo, a mí no me creerás-dice él viéndola.-Porque la gente no le cree a mentirosos.
Travis deja la moneda girando mientras camina a una ventana de la tienda abriéndola, saca un paquete de cigarrillos encendiendo uno mientras se apoya en la misma, los ojos de ambos se encuentran desde la distancia, Travis vuelve a fumar dejando que corra el humo.
-No confías en mí.
-¿Debería?.
-No lo se-dice él.-Pero si no confías en mí, te parece difícil confiar en Connell.
-Oh, ¿ahora eres un experto en leer los pensamientos de las personas?.
-Al contrario, linda, soy un experto en leer el miedo.-dice fumando.-Y tu pareces temerme.
La casa de Sadie era de dos plantas de color amarilla por fuera. Daba un ambiente demasiado alegre al dibujo de una familia que parecía estar rota, Sawyer y Mackenna se cruzaron de miradas antes de caminar los pocos pasos que los separaban de la puerta principal y tocan la misma. Escuchan la maldición de una mujer al tropezarse con algo, y maldecir el nombre de su única hija ordenando que junte lo que dejó tirado, aunque no hubo ninguna respuesta.
La puerta se abre dejando ver a una mujer de cabello oscuro que estaba intentando acomodar en una cola de caballo, con un cigarrillo encendidos en sus labios y la ropa del trabajo con una ligera mancha.
-Hola...venimos a ver a Sadie.
-Suerte si pueden despertarla chicos, lo intente, todo el día.-dice la mujer.-Disculpen llego tarde-continua agarrando las llaves del auto mientras se retira, ambos amigos no dicen nada, solo ingresan, cerrando la puerta detrás de ellos y suben las escaleras hasta la habitación de Sadie.
La chica rubia estaba dormida en un quilombo de sabanas y acolchados, su boca estaba semiabierta mientras abrazaba una almohada. Suaves ronquidos escapaban de su boca, Murphy se acerca a ella comenzando a moverla, provocando que la rubia solo se queje, Sawyer camina hacia su ventana abriendo las cortinas, provocando que la luz del sol entre.
-No molesten.-gruñe ella mientras intenta taparse hasta la cabeza.
-Sadie, estábamos preocupados por ti.-dice Sawyer mientras que Murphy se tira a su lado, la chica apestaba a alcohol, solo tenía la remera con la que había salido y se encontraba en ropa interior, parte de su rímel se había corrido en su cara provocando toda una mancha.
-¿Por qué?.-dice ella estirándose.-Me duele la cabeza.
-Si que tienes resaca.-dice Murphy.-Por cierto, gracias por buscarme cuando entre al bosque.
-Connell fue a buscarte, sabia que estarías bien.-dice ella bostezando.-Aparte lo iba a seguir, pero mis cinco sentidos estaban alcoholizados.
-No lo suficiente, te fuiste con Travis.
-Oh-dice ella.-Si, lo recuerdo, bueno...un poco.-dice bostezando.-No me acuerdo mucho, se que parecían discutir con Kara, y luego tal vez yo insinué algo de que seria mejor divertirnos en otra parte, y bueno...me llevo a otra parte.
-¿Y te divertiste?.
Sadie suspira pesadamente abriendo los ojos, estaban hinchados y rojos, la chica se levanta en la cama mirando para todas partes, se saca las colchas de su cuerpo y camina hasta el baño. Sus dos amigos la observa, Sadie abre la canilla del agua bebiendo de la misma, luego se moja el rostro.
Se gira a ver a los dos chicos parados en el pasillo, suspira poniéndose una mano en la cadera.
-¿También quieren ver como hago pis?.-pregunta Sadie algo brusca.
-Solo...Travis no me da confianza.-dice Mackenna viendo a su amiga, la rubia acomoda su cabello con sus manos, agarra el peine pasándolo por el mismo, mientras que Sawyer rehuía su mirada para darle privacidad.
-Travis fue bueno, eso creo.-dice peinándose.-Mira, Murphy, no recuerdo mucho de lo que paso esa noche. Pero estoy bien, no me siento abusada o algo por el estilo te preocupa, solo se, que bebí demasiado y que me dejaron en casa.
-¿En plural?.
-Oh si, creo que en un momento apareció Connell, y ellos discutían.-dice Sadie negando.-Mierda, ahora desearía no haber estado tan borracha.
-Creo que lo bueno, es que estés bien.-dice Sawyer, Sadie suspira volviendo a su habitación colocándose unos short de pijama color verde oscuro.
-Bien, tengo hambre, ¿ya comieron?.-pregunta ella mientras baja las escaleras siendo seguida por los otros dos.
*
-¿Entonces este es un predicado?.-pregunta Murphy viendo a Dean, el niño castaño rasca su cabeza pensando y asiente. La chica sonríe dándole la razón, mientras que el niño anota en su carpeta.
La chica pelirroja sentía que estaban solos en las casa, los padres de los chicos estaban en sus respectivos trabajos, al igual que Travis, sin contar que no tenía ni idea donde se encontraban los otros hermanos en ese momento.
-¿Dónde están tus hermanos?.-pregunta ella viendo a Dean.
-Alice y Kara salieron a comprar.-dice el niño analizando mas oraciones.-Connell debe estar en su cuarto.
La chica mira al pequeño acariciando su cabello.
-Iré al baño.
Dean asiente sin levantar la vista, el niño llevaba una mascara que tapaba la mitad de su rostro, salvo los dos agujeros de los ojos y dejando espacio disponible para su boca. Mackenna se levanta dejándolo solo en el comedor mientras sale de la misma, su mirada se concentra en la escalera en forma de caracol que guiaba arriba, pero no iba a subir.
Sus pisadas caminan hasta llegar al salón de música, donde estaba el piano completamente solo. Murphy recordó la primera vez que encontró a Connell y a Dean en ese mismo lugar, los dos hermanos tocando al mismo tiempo.
Las manos de la chica acariciaron las teclas, y sus dedos presionan una de ellas generando que el ruido retumbe por la casa. Esperaba no haber llamado la atención del menor con ese movimiento, se voltea, pero Dean no había aparecido, la chica recorre toda la habitación, había fotografías de sus hijos, un Connell pequeño estaba en varias de ellas. Mackenna se acerca al librero donde estaba el resto de las partituras de piano.
Una de las partituras decía "Para Veronique, De Connell".
Veronique, de nuevo ese nombre. Con algo de fuerza cierra el cuaderno de partituras, provocando que saliera polvo de la misma.
Una fotografía descansaba en un montón de hojas del librero, otra foto familiar, pero no era frente a su casa en Bélgica, era su casa de Francia. En la fotografía, Dean no tenía el rostro con quemaduras, los demás hermanos lucían mas jóvenes, y Travis sonreía. Era raro verlo sonreir de manera autentica.
-Esa foto fue antes de mudarnos.-dice la voz de Dean sobresaltando a la joven.-Es nuestra casa en Francia.
-Era una linda casa.
-A mamá le gustaba mucho porque estaba cerca del mar, a mi me gustaba jugar ahí.-dice el pequeño encogiéndose de hombros.
-Y a Murphy le gusta curiosear.-dice la voz de Connell, el rubio los miraba desde la puerta.-¿No tenías que enseñar oraciones?.
-Solo tomamos un descanso.
-Ya veo-dice el rubio acercándose, sacude el cabello de su hermano diciéndole que vaya al comedor. Dean pasa sus ojos cafés de Connell a Murphy antes de retirarse dejándolos solos, el rubio agarra la fotografía mientras la mira.
Sus ojos pasaron una sombra de nostalgia, extrañaba demasiado su hogar en Francia por lo visto.
-Esta foto fue antes de muchas cosas.-dice Connell.
-¿Cómo antes de Veronique?.
El chico clava sus ojos claros en ella dejando la fotografía de lado.
-Algo así-dice él.-¿Terminaste de andar de curiosa?.
Mackenna imita su pose con los brazos cruzados, aunque había algo que no le salía y era la mirada de superioridad y provocación que el rubio tenía.
-Solo quiero saber una cosa.-dice ella.-En la fiesta, Kara dijo que estaba la policía, pero Sawyer se quedó hasta el final y dijo que nunca hubo tal policía.
-Al lo mejor la hubo y Sawyer no se dio cuenta.-comenta el rubio, Murphy alza una ceja sin estar del todo segura de sus palabras haciendo que el chico suspire.-Mi hermana tiene sus razones, y no espero que tu la entiendas.
-¿Qué cosas ocultas Connell?.-pregunta ella
-Mucho-dice divertido acercándose a sus labios.-Y te aconsejo, que dejes de rebuscar en la basura de mi pasado, preciosa, ¿si?.
Se aleja de ella para rodear el piano y sentarse en el mismo. Sus dedos no tardan en reproducir una canción de Mozart en el mismo, era un claro mensaje, Connell había terminado la conversación en ese momento. Murphy se retira para volver con Dean, aunque algo era seguro, y es que los hermanos Johansson ocultaban muchas cosas entre ellos.
Con el ruido del piano de fondo, Mackenna siguió enseñándole a Dean.
*
El agua de la ducha caliente corría en su cabello mientras que la pelirroja suspira con la cabeza mirando la regadera, dejando que el agua golpeara su cuello. Se friega la cara y suspira saliendo de la ducha cerrando las llaves del agua, se acerca al espejo empañado sacándole el vapor y se rodea su cuerpo con la toalla. La chica se estira agarrando el peine tarareando una canción.
Sus movimientos se detienen de golpe cuando escucha unos ruidos en el pasillo. Su madre estaba trabajando en la tienda, y su hermana había salido a comprar alimento para Piper según le dijo, la pelirroja se ajustó más la toalla.
-¿Poppy?.-pregunta abriendo la puerta. En el pasillo solo se encontraba Piper jugando con una bola de papel, el gato levanta la cabeza para mirar a la chica y luego sigue con su actividad de morder la bola de papel.
Los ruidos provenían de abajo, alguien estaba en la casa, y ella estaba desnuda como para enfrentarse a posibles ladrones o asesinos. Las gotas del agua caían de su cabello, y sus pies sentían el frio del piso mientras camina por los pasillos hasta las escaleras.
-¿Poppy, eres tu?, ¿mamá?.
La chica baja los escalones con cuidado mientras se ajustaba la toalla abrazándose a si misma. Podía sentir el corazón en su garganta mientras se dirigía a la cocina, dos personas saltan delante de ella gritando "bu", y Mackenna pega un grito tan fuerte que seguramente asusto a Piper.
Su hermana y su padre se reían de ella sacándose las mascaras de payasos asesino que se pusieron. La chica los mira molesta mientras se lleva una mano al corazón.
-Oh vamos hija, ríete, es mes de brujas.-dice su padre besando su mejilla.-¿Cómo estas, cariño?.
-Mejor antes que dos payasos brincaran delante mío.
-Caíste en nuestra broma-dice Poppy riendo.-¡Tuviste que ver tu cara!, ojala le hubiera sacado una fotografía.
Su padre y su hermana menor compartían el amor por Halloween, todo octubre se encargaban de gastar bromas, de asustar, y pensar por días los disfraces. Murphy no era muy fan de esa festividad, le gustaba mas la navidad, le gustaban las luces, decorar la casa y el árbol, los trajes que podía usar y los regalos.
El timbre de la casa suena, y su padre va a abrir.
-Disculpe señor, se olvido esto en la tienda, soy el hermano de Travis...¿Murph?.
-¡Connell!.
El rubio le daba un registro de pies a cabeza sin descaro, con una sonrisa divertida colándose en sus labios. Murphy agarra a su hermana colocándola delante suyo, aunque la diferencia de altura con Poppy no era mucho, la cabeza de la niña le llegaba a su pecho.
Su padre, ajeno a la situación, estaba revisando su billetera.
-Gracias por traerla Connell, soy tan distraído, ten.-dice extrayendo unos billetes.-Por las molestias, tomate un taxi.
-Oh, no me molesta quedarme, soy amigo de su hija.
-Claro, justo estábamos por hacer unas pizzas para el almuerzo y...Hija, ¿Qué haces desuda frente a nuestro invitado? Ve a ponerte algo.
La cara de Murphy estaba roja de la vergüenza mientras iba escaleras arriba para vestirse, sintiendo la mirada de Connell sobre ella. La chica cierra la puerta de su habitación apoyándose en la misma suspirando, era increíble cómo había comenzado su domingo, pensando que tendría un fin de semana normal, un domingo mundano como cualquier otro de sus domingos.
Unos suaves golpes suenan detrás de la puerta.
-Tengo que decir, que son los mejores "buenos días" que tuve en mi vida.-dice Connell.
La chica cierra los ojos.
-¿Qué haces aquí?.
-Tu padre me invito a comer pizza.
-Me refiero a aquí, aquí.
-Oh, bueno, fui a la tienda donde trabajan tu madre y mi hermano, Travis se olvidó las llaves de casa, y ahí estaba tu padre. Lo conocí, hablamos un rato, vi que se olvidó su billetera, y mientras tu madre se quejaba de lo olvidadizo que es su esposo, me ofrecí.-dice y se lo imaginaba encogiéndose de hombros.-Al principio se negó, pero bueno, pensó que tu padre la necesitaba asi que se la traje.
-Tu buena acción del día. –comento con burla.
-Puedo tener otra buena acción, ¿quieres un masaje?, podemos aprovechar.-dice con un tono divertido.
-¿Puedes retirarte?.
-Pero quiero comer.
-De la puerta, Connell, puedes retirarte del pasillo.-dice la pelirroja, escucha la risa del rubio del otro lado.-¿Qué es tan gracioso?.
-¿Acaso temes que te espíe? Aunque debo admitir, la toalla deja mucho a la imaginación, tranquila seré un buen niño.-dice él, la chica suspira, tal vez podría convertir su cuarto en su nuevo hogar, y no salir hasta que cumpliera unos cincuenta o Connell se haya mudado.
La chica se aleja de la puerta sacándose la toalla, alerta a si Connell en algun momento se le ocurría abrir, aunque él no haría eso. Connell podía ser muchas cosas, pero sabía cumplir su palabra, aun asi, eso no evito que vigilara la puerta atentamente mientras se colocaba su ropa interior, sus calzas negras, y un buzo blanco que le quedaba unas tallas mas grandes. Se calza sus tenis negras y se peina con los dedos abriendo la puerta.
Connell estaba frente a ella con una sonrisa de travesura, sus manos detrás de su espalda, con un sweater a rayas verde y blanco, y vaqueros azules.
-Me gustaba mas con la toalla, es una pena.-dice el rubio viéndola.
-Espero que lo hayas disfrutado, porque no volverá a pasar.
El rubio se acerca al rostro de la pelirroja quedando frente a frente.
-¿Es una amenaza?.
-Es una promesa.
El rubio acaricia sus labios con los de ella, Mackenna siente su respiración fallar, y odía ese momento las reacciones que su cuerpo tenía cuando se trataba del rubio. Y Connell sonríe, disfrutado cada momento, cada segundo que pasaba. Le da un corto beso en sus labios.
-Ya veremos.-susurra y se da vuelta caminando.-Vamos, hay pizza.
Mackenna rueda sus ojos y suspira, ata su cabello en una desordenada coleta de caballo mientras bajaba las escaleras. Su padre y Connell hablaban como si fueran los mejores amigos, el rubio se reía de los chistes del hombre, y lo ayudaba a hacer la pizza, mientras que Poppy ponía la mesa para los cuatro.
-¿Desde cuando son mejores amigos esos dos?.-pregunta Mackenna en un susurro, su hermana se coloca a su lado, viendo al rubio y a su padre trabajar.
-Al lo mejor papá lo quiere de yerno.
-Ja, que siga soñando, eso nunca pasara.
-La abuela una vez me dijo que ella decía eso sobre el abuelo.-dice su hermana, la pelirroja mira a la menor quien sonríe orgullosa.
-Eso no me pasara a mi-contesta Murphy, Poppy se encoge de hombros con desinterés.
Una vez que las pizzas están juntas, comienzan a comer reunidos en la mesa, Arnold y Connell hablaban, el adulto le contaba al rubio sobre sus investigaciones, mientras que el chico no dejaba de hacer preguntas. Poppy comía la pizza formando parte de la conversación de vez en cuando, excepto Murphy, ella comía su pizza en silencio, y le fruncía el ceño al rubio cada vez que este le daba una pequeña patada bajo la mesa.
Cuando terminaron de comer, Mackenna y Connell levantaron las cosas para limpiar, mientras que Poppy y Arnold decidieron ir al sillón a ver algo de tele.
-Tu padre me agrada.-dice el rubio mientras secaba los platos que Mackenna le iba pasando.
-Me di cuenta.-dice Mackenna pasando la esponja por el plato.-Le estuviste dando charla de sus investigaciones de plantas, su tema favorito.
El chico se ríe secando el plato cuando se lo pasa.
-Pienso que no querías que me quedara a comer.
-No es eso...
-¿Es por que te vi desnuda?.-pregunta, la chica se voltea a ver la sonrisa divertida de Connell.
-No estaba desnuda.
-No, pero estabas casi, podía imaginar lo que pasaría si la toalla se te caía.-dice Connell colocándose detrás de ella.-Me hubiera gustado ver esa imagen.
Murphy se voltea a verlo, sentía el agua con la espuma correr en sus manos mientras lo miraba fijamente. El chico la miraba, con una sonrisa. Como estuvo haciendo todo el día.
-Olvídate, de esa imagen.
-Me parece algo difícil, es mi imagen favorita.-dice pensando. Y se toca la frente.-Esta grabada justo aquí.
-Inténtalo.
-¿Y si no quiero?.-pregunta apoyando sus manos a cada lado de la mesada, acorralando a la pelirroja entre el mueble y su cuerpo.-Dime, ¿Harías algo?.
-A veces, me desesperas, y mucho.
-Te traigo loca-susurra divertido cerca de su rostro.
-Mi padre y mi hermana están en el otro cuarto.
-No nos dan atención.-dice Connell, Mackenna mira sus ojos claros y luego a los labios rosados del chico. El rubio termina por acercarse completamente a su cuerpo donde sus labios se rozan antes de comenzar a besarse, las manos de la chica estaban cargadas de espuma, pero aun asi le siguió el beso, al rubio no parecía molestarle que su ropa se mojara, y su cabello se llenara de espuma mientras seguían con su beso.
Las manos de Connell se sitúan en su cintura antes de bajarlas en su parte trasera, mientras el beso iba mas en profundidad, con los brazos de Murphy rodeando su cuello.
Una tos interrumpe el beso de ambos jóvenes, que se separan, Mackenna sentía sus mejillas rojas. Mientras que su madre la veía con el ceño fruncido, detrás de su madre, mordiéndose el labio para evitar reír, se encontraba Travis con los brazos detrás de su espalda.
-Bueno, yo iba a invitarlos por un helado, pero te adelantaste con el postre.-habla Travis.
*
-¡Tuvieron que ver como se puso mi madre después de eso!.-dice Mackenna mientras iban de camino al colegio junto con Sadie y Sawyer, delante de ellos, caminaba Poppy agarrando su mochila mientras tarareaba una canción que escucho en la radio aquella mañana.
Y es que la madre de Murphy, no se tomó muy bien que su hija se estuviera besuqueando con Connell, aunque su padre intento defender a su hija, eso solo aumento la discusión de las dos mujeres, mientras que Poppy se mantenía alejada de ello.
Sus dos amigos sueltan una pequeña risa, aquel día salían débiles rayos del sol mientras caminaban, los tres vestidos de pantalones vaqueros, y buzos.
-Bueno, creo que cualquier madre se hubiera puesto frenética si te estas besando con un lindo chico en la cocina, en lugar de lavar los platos.-dice Sadie.
-Mamá se puso así porque era Connell, si hubiera sido otro chico, su comportamiento hubiera sido completamente diferente.-habla la pelirroja suspirando.-A veces sobre actúa demasiado.
-¿Y que madre no sobre actúa?.-habla Sawyer.-Bueno, la mía no me da especial atención, desventaja de ser el hijo del medio y menos favorito, pero sobre actúa demasiado con mis otros dos hermanos.
La chica hace una mueca mientras continúan caminando.
Poppy se despide cuando llegan al colegio, Mackenna mira como se aleja de sus amigas, y en su lugar, se dirige a donde Alice estaba sentada apoyada en la pared con la cabeza levantada para que los rayos débiles del sol chocaran con su piel.
Las porristas las esperaban a la entrada repartiendo panfletos para anunciar la gran fiesta que se venía de Halloween, todos los años hacían eso, con una excusa que era para recaudar fondos. Emma se encontraba entre las dos porristas ayudando a repartir los mismos, los panfletos eran de color naranja con negro, los dibujos de calabazas, brujas y gatos negros era tan cliché que no se sorprendió a verlos.
-Esperamos verlos ahí, chicos.-dice una de las porrista.-Tal vez haya alcohol a escondidas, deben ir disfrazados totalmente, oh y Mack, intenta no acercarte a ninguno de nuestros novios en la fiesta.
Emma no miraba a la pelirroja.
-Gracias por informarme.-dice ella con sarcasmo mientras se aleja.-Ya pasaron meses, ¿Qué nadie puede soltarlo?.
-Es bastante nuevo para algunos-habla Sadie.-Solo ignóralos Mack, tu tienes razón, ya paso, entonces no hay que darle importancia.
-¿Y que paso?.-dice Connell cerca de ellos.-Hola.
-Solo...una cosa antes de las vacaciones.
-Oh, ¿ahora tu eres la de los misterios, Murphy?.-dice el chico agarrando el panfleto en las manos de ella para leerlo.-Se oye divertido.
-Es algo que hacen anualmente, la verdad no es la gran cosa.
-De todas formas, estoy intrigado, octubre es un mes excelente para dar sustos.-habla el chico mientras se voltea para entrar al colegio. Mackenna lo mira irse, las palabras del rubio quedaron flotando en su cabeza, lo mira acercarse al grupo nuevo de amigos que se había echo, rodar los hombros de una chica mientras ríe.
Sus amigos comenzaron a hablar de otro tema, pero ella no les estaba prestando atención en esos momentos.
"Octubre es un mes excelente para dar sustos".
Y era cierto, muchas cosas comenzaron a pasar en octubre.
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Ig: Julxswatt99
Se vienen muchas cosas, agárrense con fuerza que secretos se irán revelando y preguntas se irán apareciendo
Díganme sus teorías!!
Hasta el miércoles
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