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Capitulo XIV





Connell.

Los tres hermanos parecían pequeños niños cabizbajos sentados en el sillón, donde estaban uno al lado del otro, los padres habían echo bajar a la castaña que estaba con su pijama, los pantalones donde se leía "wicked" y la remera con una calavera. La menor de los hermanos se había sentado en un sillón individual.

-Es increíble que hayan echo una fiesta cuando nosotros nos fuimos.-habla Aspen haciendo que los niños se vuelvan a verlo.

-Ustedes iban a volver mañana.-murmura Travis apretando los dientes.

-Si bueno, su hermano se sintió mal, entonces decidimos volver-dice él.-Y que bueno, porque estaban por armar una pelea en el patio.

-El estúpido de Lance se lo merecía.-habla esta vez Connell, grave error, los ojos furiosos de su padre pasaron a su otro hijo. El rubio aprieta los labios, las dos chicas se encontraban calladas, Alice aunque no estaba involucrada en la fiesta, se vio en problemas por no haber hablado sobre ello.

Kara suelta un suspiro.

-Lo sentimos, papá.-dice Kara mientras entrelazaba sus dedos.-La fiesta era bastante tranquila.

-¿Debo recordarles porque nos fuimos de Francia en primer lugar?, fue porque andaban divirtiéndose demasiado.-habla su padre, Connell aprieta sus manos, si es cierto, hizo sus cosas en Francia, algunas tuvieron mas consecuencias que las otras y entendía la postura de sus padres por querer que no cometieran sus mismos errores.

Pero mientras Connell guardaba silencio, a su lado, su hermano mayor es el que se levanta. Travis y su padre tenían la misma altura, ambos podían lucir igual de intimidantes cuando estaban serios, a veces escuchaba decir a su madre que su hermano mayor podría ser un calco de Aspen.

-Si, entendimos, lo que paso en Francia. Hablemos de lo que paso en Inglaterra entonces-dice Travis.-Ustedes tampoco fueron los mejores si debieron huir de Inglaterra.

-Mejor calla las cosas que no conoces, Travis.

-¿Oh que?.-pregunta desafiante.

-¿Enserio quieres que discutamos esto ahora?.

-¿Y por qué no?, hicimos una fiesta tranquila que se descontrolo por un solo segundo, y actúas como si el maldito mundo se acabara, ¿Qué nunca hiciste fiestas a nuestra edad?, ¡Ah no!, estabas muy ocupado encerrado en un...

La habitación se llenó de silencio cuando Aspen golpeo de una cachetada al mayor. Aspen nunca los había golpeado antes, siempre quiso ser pacifico con sus hijos, reurria a otros castigos que no fuera la violencia.

-Aspen.-dice la voz de su madre desde la escalera.-Creo que mejor nos vamos todos a dormir...¡Travis, ven aquí!.

Pero era tarde, el mayor de los hermanos solamente agarra las llaves de su auto antes de irse, aunque Jane lo siguiera, el motor del mismo había comenzado a sonar, y solo fue cuestión de minutos para partir.

*

Acostado en su cama, vestido nada mas que con unos bóxer, el rubio movía el anillo que estaba en la cadena entre sus manos. Las palabras "Mon Amour" brillaban por el reflejo de la luz de la luna, recuerdos de luces rojas y brillantes llegan a su cabeza, recuerdos de gritos y humo es lo que lo distraen de una acción tan simple como darle vueltas a un anillo entre sus dedos.

Podía escuchar su nombre ser llamado ciento de veces, podía oír la desesperación de las voces que se ahogaban en el fondo.

Ella aun vivía en sus recuerdos, siempre estaba presente cuando él solo quería olvidar, veía fijamente el anillo mientras en su cabeza comenzaba a sonar aquella canción que había tocado cientos de veces, se la sabía de memoria, era su pieza favorita y la de ella. 

-Minuet en sol menor de Bach.-había dicho Veronique mientras se movía por la sala de música, su cabello bailando en su espalda, mientras que daba giros de baile en los que Connell tocaba el instrumento, cuando el chico terminaba, ambos se sonreían.-Es la canción perfecta, ¿no lo crees?.

-La verdad no lo había pensado así.

-Es tan poético, prestale atención a esas notas.-dice ella, eran simples niños cuando se conocieron, pero los recuerdos de las risas infantiles y las rodillas raspadas quedaban en el pasado mientras ambos se observaban. 

Cuando Veronique lo veía, algo en Connell se movía, las sonrisas coquetas, los juegos que jugaban. La chica se sienta a su lado, una delicada cadena de oro sin dije descansaba en su pecho, el chico podía ver los pequeños lunares que se le notaban de la clavícula. La chica sostiene las manos de Connell jugando con las yemas de sus dedos mientras le sonreía. 

-¿Algún día me dedicaras canciones en el piano?.

-Puedo dedicarte las que quieras.-dice él viendo las partituras, busca uno de sus lapices hasta anotar "Para Veronique" en la misma, su canción favorita, la chica que mas quería, ¿que podía pedir ante eso?. Los labios de Veronique besan su mejilla .

-Harias lo que fuera por mi, ¿no?.

-Eso parece.-susurra Connell, el chico se acerca a sus labios mientras ella se aleja con una risa melodiosa.

-Connell, tu familia podría bajar en cualquier momento.

-¿Y?.

La chica niega y se inclina ante sus labios, el tacto era frió, era del pasado, de un pasado que apenas podia verse. Tras separarse del beso la chica se levanta.

-Sigue tocando ,por favor.-pide ella, y así Connell lo hizo, comenzó a tocar esa canción que tanto le gustaba mientra que Veronique daba vueltas por el salón de su casa en Francia. Tan ingenuo para darse cuenta  que esas sonrisas no solo eran dirigidas para él, tan ingenuo para creer que podía ser feliz a su lado.

La amaba, como los adolescentes tontos se enamoran. Pero no se daba cuenta que en la puerta alguien los estaba viendo con una sonrisa, y ella lo observaba mientras bailaba.

El contacto con el anillo y el recuerdo de la canción parecían quemarlo, su eterna tortura que solo quería olvidar para nunca pensar en ella. 

Intento pensar en otra cosa, en algo mejor, y su mente fue a los sucesos de hace unas horas, y no hablaba de la pelea con Lance. Hablaba del beso con Murphy, de tenerla entre sus manos mientras que se besaban, de escuchar sus suspiros en cada caricia, como ambos se acostaron en la cama antes de ser interrumpidos mientras se besaban.

Connell casi grita cuando ve a un niño con un casco de astronauta, Dean lo observaba parado en la habitación, vistiendo un pijama azul oscuro con dibujos de pelotas de fútbol.

-No te acerques así, Dan.-suspira calmando los latidos acelerados de su corazón.-Pareces un ninja, amigo.

-Eso dice Alice.

-¿Quieres algo?.-pregunta fregándose los ojos, hasta que su hermano menor volvió a hablar. 

-Travis volvió, esta borracho.

El rubio suspira y se coloca solo unos pantalones de pijama antes de bajar las escaleras seguido de Dean, abre la puerta de la entrada, donde su hermano mayor estaba sentado en los escalones de la misma. El castaño mira al menor, tenía un golpe en su ojo, pero eso no fue producto de Aspen, eso fue porque se había metido en una pelea.

-¡Hola hermano!, ¿quieres?.-dice ofreciéndole la botella, Connell se la da a Dean indicando que la deje en la cocina mientras levanta al castaño.

-Mierda, pesas mucho.-dice colocándole un brazo en los hombros.-¿Dónde estabas?.

-Por ahí.

-Si te golpearon en la cara, es mas que "por ahí".

Travis rie, una risa grave que retumba por los pasillos, el rubio deseaba que nadie los oyera, ni sus padres, ni ninguna de sus hermanas. Travis borracho era difícil de mover, se tropezaba consigo mismo, y arrastraba sus palabras al hablar mientras reía.

Detrás de ambos hermanos, Dean los seguía en silencio.

Connell deja al castaño en la cama.

-Solo fui a un bar en las afueras.-dice Travis-Bebí y unos idiotas estaban acosando a una mujer, solo la defendí.

-Entiendo, ya duérmete.

-Papá cree que él es un santo, pero no te creas Connell, tenemos su misma sangre.-dice el castaño mientras suspira pesadamente, el rubio mira a su hermano demasiado intrigado, sabia que sus padres eran ingleses, era bastante obvio por la forma en la que los criaron bilingues y hablaban con su tio Cameron en su lenguaje. 

-¿Quién te dijo eso?, ¿lo de Inglaterra?.

-Nuestro tío. –dice Travis mientras cerraba los ojos se acomoda mejor boca arriba colocando una mano en su vientre.

-¿El tío Cam?.-pregunta el rubio, hacía bastante que no veían a su tío Cameron, él vivía en Estados Unidos siendo profesor de arte dramático en universidades. A veces se veían para las fiestas, y pocas veces fueron a Estados Unidos en vacaciones.

Travis suspira.

-No, otro tío...se llama Archie.

Pero Connell ya no le pudo preguntar nada mas, porque Travis se había dormido.



Mackenna.

-¿Es que nadie de esa familia es medianamente feo?.-pregunta Sadie tras armar las colchonetas donde Sawyer y Mackenna dormirían, los tres habían vuelto en un taxi, callados, solamente teniendo una conversación incomoda sobre el clima con el taxista en la que Sadie lidero toda la conversación.

Ninguno había mencionado lo que paso en la fiesta, apenas llego el padre de los chicos dando la indicación que se fueran, todos comenzaron a moverse como si hubieran dicho que la policía del control de alcohol estaban presentes.

-¿Crees que su padre es lindo?.-habla Sawyer.

-Todos son lindos, su padre, madre, todos sus hermanos. Bueno, al pequeño no le vi la cara porque tenía ese casco de astronauta, pero si es como sus hermanos, seguramente es un niño lindo.-Sadie suspira acostándose en la cama.-Eso es injusto, bueno, admitió que Dios me bendijo con unos genes aceptables, ¿pero el resto de mi familia? No llegan a ser así de hermosos, mi primo tiene una de esas caras de rata con los ojos triste.

-Oh mi Dios-habla Mackenna riendo mientras se acuesta en la colchoneta junto a Sawyer. La primera vez que lo vio, a ella también le pareció que había una buena lucha de genes en la familia Johansson. La mayoría portaba ojos claros, a excepción de Dean, tenían la misma nariz bien perfilada y los labios llenos.

Los labios de Connell eran lindos. El recuerdo del beso se hizo presente en su cabeza, como en cada toque ansiaban mas, se preguntaba...¿Qué hubiera pasado si Sawyer no los hubiera interrumpido? ¿habrían llegado a mas?.

-Por cierto, ¿Dónde fuiste?.-pregunta Sadie.-Desapareciste en un momento.

-Solo recorría la casa.

-Trabajas ahí.-hizo hincapié Sawyer.

Mackenna suelta un suspiro sentándose en la colchoneta recibiendo las miradas de sus mejores amigos.

-Nos besamos.

Ambos abrieron la boca y los ojos con sorpresa, Sadie se baja de su cama para sentarse al frente de su amiga agarrando su mano.

-Cuéntame todo, quiero detalles, ¿Cómo fue? ¿lindo? ¿feo? ¿mucha lengua?.

-Yo no quiero tantos detalles de si uso lengua o no.-dice Sawyer negando.

-Fue un beso...lindo.-dice la chica.-No significo mucho, bese otros chicos y se sienten iguales.

-No te creo-dice la rubia.

-Bueno, es la verdad, tengo sueño y el alcohol esta haciendo efecto en darme una resaca, ¿podemos dormir?.

Sadie levanta las dos manos indicando paz mientras vuelve a su cama. Sawyer también se acomoda a su lado, mientras que Mackenna se queda boca arriba, su mente divagaba demasiado en ese momento, en el beso con Connell, en el collar con las palabras en francés, en como ambos se cayeron a la cama.

En sus ganas de más.

Pero no le gustaba Connell, solo le gustaba el sentimiento de cómo pudo sentirse aquella noche. Dándole la espalda a Sawyer, cerro los ojos mientras abrazaba una almohada y se dispuso a dormir. Y esta vez, sus sueños no se trataron de bosques con hojas secas bajo sus pies ni ramas que se enredaban en su cabello, o de la sensación de caerse al agua y ahogarse mientras no podía salir.

Esta vez, sus sueños fueron con Connell, ambos parados en la piedra del lago viendo el agua correr, sus manos unidas.

-¿Confías en mi?.-susurro el rubio en sus sueños, y Mackenna asiente, antes de que ambos saltaran al vacio.



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Ig: Julxswatt99

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