Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo VII

Mackenna

Esta vez, en sus sueños, las cosas cambiaban. El frío se colaba en sus huesos, su piel estaba helada, vestida nada mas que con un camisón blanco hasta sus rodillas, podía sentir las ramas de los árboles enredarse en su cabello, las piedras que pisaba con sus pies descalzos, la tierra colándose en sus dedos.

Podía sentir todo, y por primera vez, actuaba como si supiera donde tenía que ir. La oscuridad del bosque la hacía que se adentre, mientras voces susurraban su nombre, mientras que su cuerpo se movía contra su voluntad. Y en el fondo, había una luz, no era exactamente una luz, si no que era mas bien algo como fuego. Y Connell estaba parado ahí, lucía como un chico que brotaba de las llamas, con la mirada seria, y ardiendo. Y cerca de él, estaba aquella chica de la fotografía, la que quería adentrarlo a las llamas.

Connell estiro su mano a Murphy, indicando que la tome, indicando que la siga.

La chica despierta de golpe con su respiración pesada, se sentía desorientada, pero estaba en su habitación. Estaba en su cuarto bajo las colchas, estira sus dedos bajo las sabanas, y luego sus brazos, la luz del sol estaba siendo bloqueada por la ventana, y el reloj indicaba que aun estaba a tiempo para ir a la escuela.

Unas risas proveniente de abajo llegan a sus oídos, y ruidos de cacerolas. Lo que le llamo la atención, teniendo en cuenta que siempre desayunan cereales, o lo mas elaborado son tostadas porque nadie tiene tiempo para hacer un desayuno tan elaborado. La chica se levanta de su cama, se coloca sus pantuflas mientras baja las escaleras, mira un saco marron colgado en la entrada, y una voz masculina cantar al ritmo de la voz de Poppy.

-¡Papá!-grita Mackenna corriendo a la cocina, donde su padre tenía un delantal y estaba haciendo panqueques. El hombre pelirrojo sonríe mientras que abre sus brazos recibiendo a su hija mayor, la chica lo abraza con fuerza apoyándose en su hombro.

-Oh, Mackenna creciste demasiado, ya me estas llegando a la altura.-dice el hombre mientras que la pelirroja ríe.

-¿Cuándo llegaste?.-pregunta ella.

-En la madrugada, su mamá me dijo que mejor no despertarlas.-dice él acariciando el cabello de su hija.

-¡Tendremos panqueques de desayuno!.-comenta Poppy alegre mientras que Mackenna sigue abrazada al cuerpo de su padre.

-Si, y dulces de postre, y helado de cena-bromea el hombre siguiendo con la comida.

-¿Hasta cuando te quedas?.-pregunta Mackena viéndolo, el hombre ladea su cabeza.

-Un par de días, hasta que me necesiten en el cuartel de investigación. Pero hey, estaré en Bruselas, a solo una hora de distancia.

-Podríamos mudarnos a Bruselas.-dice Poppy.-Pero mamá dice que aquí es mas seguro, y bla bla bla.

-Nada de "bla, bla, bla", Nuestro pueblo es lo mas seguro que encontraremos en este país.-dice la mujer dejando un beso en la mejilla de su esposo.-No pongas mucho dulce, Arnold, no quiero que Poppy tenga caries.

-¿Dijiste que les ponga extra chocolate?, anotado.

-¡Si!.-grita Poppy feliz mientras corre arriba a cambiarse, Mackenna mira como su madre pone los ojos en blanco mientras se sirve una taza de café. Y ella también camina arriba a cambiarse. Antes de subir los primeros escalones, escuchaba las voces de sus padres hablar entre ellos, sus tonos aumentaban en aquellos murmuro. La chica quiso acercarse a la cocina para escuchar, pero fue descubierta por su madre.

-Vístete, o llegaras tarde.

-Es genial que tu padre haya vuelto.-comenta Sadie masticando su chicle mientras lo sopla haciendo una burbuja con el mismo.-Yo no me acuerdo de la cara de mi progenitor, mamá dice que tenemos un parecido, espero que no porque me operare.

Sabía que Sadie bromeaba, pero seria una pena si se operaba, tenía una pequeña y delicada nariz, acompañado de unos lindos labios rosados, su rostro tenía forma de corazón y mejillas que todos consideraban "adorable" la clase de mejillas que una abuelita querría pellizcar.

Murphy solo se limita a sonreír mientras caminaba junto con su amiga.

-Por cierto, ¿quieres ir a un concierto esta noche?, mi prima Taylor esta saliendo con el cantante entonces tengo entradas gratis.

-¿Cuándo?.

-En la noche.

Murphy suelta un suspiro mientras se apoyaba en el casillero mirando a su amiga, los cabellos rubios de la chica iban decorado con una hebilla para hacerlo pasar por algo mas ordenado.

-No puedo, mi casa se llenara de adolescentes de trece años.

Sadie hace una mueca de disgusto.

-¿Qué no estan tus padres? ¿Por qué debes hacer de niñera?.

-Porque, ya tomaron como tradición que cada vez que él vuelve, salir juntos, a cenar o algo.

-Buh.-dice Sadie rodando los ojos mientras sigue masticando el chicle en su boca. Las dos amigas se quedan hablando, hasta que aparece Sawyer a su alcance grabandolas con la cámara,Sadie levanta una mano para taparle el lente.

-Si me sigues grabando, tu cámara terminara rota.-dice ella.-Odio que me graben.

-Junto material para mi película, Connell no tuvo problema que lo grabara.

-¿Connell?.-pregunto Murphy atrayendo la mirada de ambos.-¿Haciendo?.

-Nada-comenta Sawyer parando la cámara y se la muestra.-Solo esta ahí sentado escuchando música.

-Me pregunto que música le gustara-habla Sadie.

-Tiene pinta de algo pesado.-contesta Murphy, Sadie chasquea la lengua y sonríe.

-Entonces puedo invitarlo al concierto.

La pelirroja miro a la rubia que sonreía con diversión mientras ocultaba las manos en sus pantalones, unas punzadas molestas aparecieron en el estomago de Murphy, la idea de Sadie a solas con Connell no era algo que precisamente le agradara en su imaginación.

-Tal vez no le guste.-dice Murphy.

-Solo hay una forma...Ey, Connell.-llama Sadie al rubio que justo pasaba delante de ellas, el rubio se saca los auriculares para oírla.-¿Quieres ir a un concierto?.

-¿Qué clase de música?.

-Rock...algo así como rock. –comenta la chica encogiéndose de hombros.-De un estilo gótico.

Los ojos claros de Connell se encontraron en Mackenna, ambos se miran por un milisegundo antes de que ella esquivara su mirada a otro lado. El rubio chasqueo la lengua.

-Claro.-comenta él.

Seguramente Sadie estaba vistiéndose, seguramente estaba peinando su cabello rubio y pintándose los labios. Seguramente, Sadie pensaba que conseguiría algo esta noche. Y Murphy no estaba contenta con esa idea mientras amasaba con fuerza la masa de una pizza.

Sus dedos se mezclaban con la masa haciendo que brote en sus lados disponible. Ella podría ser la chica con la que iría junto a su amiga a ver una banda, incluso podría ser la chica de ir a ver una banda con Connell. En primer lugar, no sabía que era lo que le causaba tanta molestia, después de todo, Connell y ella ni eran amigos. Y Sadie no violaba ningún código de amigas.

-¿Qué te hizo esa masa?.-pregunta su padre bien vestido con camisa y pantalones. Su cabello naranja peinado de manera adecuada en su cabeza mientras mira a su hija mayor.

-Solo me asegure que este bien.

-Bueno, no soy experto culinario, pero lo veo bien.-dice el hombre besando la coronilla de su hija.-Ya sabes todas las reglas, ¿no?.

-De no saberlas, mamá me las hubiera repetido de todas formas.

-Y tienes razón-dice su madre apareciendo en un vestido negro y con maquillaje, a su lado, Poppy vestida de pantalones vaqueros, una remera rosa y su cabello atado en una coleta alta mira a su hermana.

-¿Quieres ayuda?.

-No, encárgate de tus invitadas.

-Aun no llegan.

Los padres de las niñas se despidieron dejándole un beso en la mejilla a cada una antes de retirarse. Poppy se quedo viendo a su hermana cocinar, ya que la mayor negaba la opción de ser ayudada por alguien.

Cuando el timbre suena, Mackenna se limpia las manos en el delantal mientras camina a la entrada, con Poppy pisándole los talones. Sus ojos se abrieron con sorpresa, al encontrarse a la doctora Johansson delante de ella, su cabello rubio iba impecable, junto con pantalones negros y una remera verde agua. A su lado, estaba Alice, en su hombro colgaba una mochila color bordo, su corto cabello estaba bien acomodado en sus hombros, tenía collares con púas y una remera violeta.

No sabía que su hermana tomo su consejo de invitarla, y mucho menos, que Alice había aceptado tal invitación.

-Buenas noches.-hablo la doctora.

-Hola, pasa Alice.

-Ven, te mostrare donde puedes dejar tus cosas.-comenta Poppy alegre, Alice mira a su madre y esta le deja un beso en la mejilla de despedida antes de retirarse junto a Poppy escaleras arriba. Escucha a Poppy hablar demasiado, mientras Alice la sigue en silencio.

Cuando vuelve su rostro a la doctora, se encuentra con que la miraba fijamente.

-Mackenna, ¿puedo pedirte un favor?.

-Claro, doctora.

-Primero, puedes decirme Jane, estamos fuera del consultorio.-dice ella-Segundo, necesito que le des a Alice estos medicamentos después de cenar, e intenta ver si se los traga.

Jane le da un objeto redondo, lo mas parecido a un monedero, y tal vez lo único mas dulce que habrá visto usar a Alice. Era de color gris, y tenía el dibujo de un gato negro con un sombrero de bruja violeta.

-¿Qué son?.

-Es Aripriprazol-dice Jane.-Nada que preocuparse, y uno cuando despierte...¿estoy pidiendo demasiado, no?.

-No, tranquila, yo me encargo.

Jane sonríe, pero parecía nerviosa mientras se lleva una mano al collar, se despide de la pelirroja, mirando hacia adentro en señal de Alice, pero nada. Cuando la doctora, Jane, se retira, Mackenna cierra la puerta y sube las escaleras hasta el cuarto de su hermana.

Una canción desconocida salía de los altavoces, pero pudo ver a Poppy balancearse al ritmo mientras hablaba, y a Alice sentada en la silla de la computadora viendola y escuchando a la joven. En cuestión de minutos, la casa se lleno de al menos, cinco niñas más, entre ellas Fabienne, Kylie, Erica, Genevive, Lizzy, mas Poppy y Alice.

Eran un monton de niñas que atender y vigilar, las chicas se reían, hablaban de cosas trivales a su edad, comían golosinas por montones y no dejaron ni una migaja de pizza. Y en todo ese momento, Mackenna pudo ver como Alice no la pasaba bien.

La joven castaña se alejaba del grupo de chicas, se mantenía al margen y apenas había cruzado palabras. Pero nadie, salvo Poppy, se esforzaba por interactuar con ella. Luego de las pizzas, las chicas se colocaron sus pijamas y fueron al cuarto de Poppy, donde se pintaban las uñas, y se hacían peinados.

Murphy las miraba apoyada en la puerta, todas ellas se repartían para pintarse o peinarse. Excepto Alice, quien estaba en un rincón, con Piper acurrucado en su lado, y en sus manos sostenía uno de los libros de Poppy. La castaña llevaba puesto su pijama, un pantalón negro con calaveras blancas y la palabra "Wicked" en verde, mientras que de remera era una de mangas cortas, negra con una calavera.

-Alice.-llama Mackenna recibiendo la mirada de todas, incluyendo la castaña.-Ven un minuto.

La chica se levanta caminando hacia la mayor, ambas se alejan por el pasillo, donde Mackenna le da el pastillero.

-Tu mamá me dijo que debes tomarla, y supuse que no querrías delante de todas.

Alice la mira, luego mira su mano.

-No las necesito.-dice dándose la vuelta.

-Bien, podemos hacerlo mas difícil.-dice ella, Alice se voltea a verla tras poner los ojos en blanco y cruzarse de brazos.-Tengo el número de tu hermano y de tu madre, una sola llamada para que algunos de los dos venga y te haga pasar demasiada vergüenza para que las tomes, seré buena y dejare que decidas a quien quieres que llame.

Alice la mira con los ojos entrecerrados, se acerca agarrando el pastillero, y se coloca la misma en la lengua, bebe del vaso que Mackenna le ofrecía, y una vez echo, le saca la lengua demostrando que no había mas nada.

La pelirroja sonríe apenas.

-¿Ves? No era difícil.

Alice rueda sus ojos volviendo con las demás, mientras que Mackenna suspira y decide ir al sillón, Sawyer le había mandado una lista de películas que, en sus palabras y por el nombre de la misma, "definitivamente debes ver antes que acabe el año".

Se recuesta en el sillón colocando la película mientras suspira pesadamente, agarra su celular cuando este vibra, frunce el ceño viendo los videos que le mandaba Sadie sobre la banda, rueda sus ojos y la pasa de lado mientras le comunicaba a Sawyer que comenzaría a ver una de las pelis de su lista.

S: "Uh es buenísima, sobre todo los cambios de planos".

"No se a que te refieres, pero esta bien".

Con los dedos en el teclado, la chica escribe.

"¿Sabes lo que es Aripriprazol?"

S: "No, un tipo de droga? Vas a drogarte?".

Rueda sus ojos ante la pregunta. Luego de unos minutos, llega otro mensaje de Sawyer.

S: "Según mi investigación basada en google, es un medicamento que se usa para la depresión, esquizofrenia, bipolaridad entre otras cosas...¿tu nueva neuróloga te lo receto?".

"No...solo lo vi en un libro".

Sawyer y ella no se envían mas mensajes, Mackenna deja su vista fija en el televisor, mientras que en su cabeza se reproducía en aquellas palabras. ¿Por qué Alice necesitaría un medicamento?, mira las escaleras, pero estaba segura que se llevaría un golpe de la menor en la primera pregunta, entonces solo atina a suspirar y ver la televisión.

Iba por la mitad de la película, en el momento donde todo se ponía interesante mientras se llevaba palomitas en la boca, cuando escucha gritos que venían de las niñas, segundos después, Alice bajaba echando chispas, con su mochila colgada en su hombro, las zapatillas grises puestas y su pijama.

-¡Alice, espera!-grita Poppy siguiéndola mientras que Alice la ignora y sale de la casa cerrando de un portazo.

-¿Qué sucedió?.-pregunta Murphy poniendo pausa la película.

-Yo...no se, Genevive agarro algo de Alice y ella dijo que se le devolviera y luego...luego comenzaron a burlarse y trate de pararlas enserio.

En las manos de Poppy, Mackenna alcanza a ver su pastillero, se lo arrebata a su hermana.

-Vuelve arriba, y no se metan en problema en lo que vuelvo.

Poppy no hizo preguntas, y Mackenna no iba a contestarlas mientras salía corriendo detrás de la menor. Para su fortuna, Alice solo estaba unos cuantos pasos alejada, daba grandes zancadas, y el viento le echaba el pelo hacía atrás. Un hombre, que paso en un auto, le grito una cosa demasiado obscena, y Alice atino a levantarle el dedo del medio.

Mackenna la alcanza y suelta un suspiro, no fue buena idea correr con sandalias, pero la verdad es que no tenía otra cosa.

-Esto es tuyo.-dijo la pelirroja dándole el pastillero, Alice lo agarra con demasiada agresividad mientras lo coloca sin cuidado en su mochila.-¿Quieres hablarlo?.

-No.

Murphy asiente mientras suspira abrazándose a si misma.

-Se que las niñas...suelen ser crueles Alice, mas que nada en esta edad.

-Tu no sabes nada.-dice Alice volcando sus ojos.-Crees saberlo, pero no es así, no necesito tu compresión, ni nada por el estilo.

La menor estaba molesta, y no tenía ningún problema en demostrarlo. Mackenna la mira mientras que la menor parece retirarse unas pequeñas lagrimas que se escaparon de sus ojos, las alejo con rabia, mientras que sus labios eran apretados.

-Igual no se porque me afecta, como si no oyera lo que dicen a mis espalda. Son todas iguales.

-Poppy dice que lo lamenta.

Si eso significaba algo para Alice, no lo demostró.

Mackenna levanta la vista cuando llegaron a la casa Benson, muchos murmuraban cosas en el pueblo, y otros juraban que la niebla tapaba la casa. Bueno, en ese momento no había niebla, las luces se encontraban encendidas, y un lindo camino de adoquines la guiaban a la entrada de la casa.

Alice subio las escaleras, y toco la puerta, minutos después, Jane abrió la misma, sorprendiéndose de encontrarse a su hija y a Mackenna ahí. Pero Mackenna se encontraba mas sorprendida al ver la figura detrás de la mujer.

-¿Qué paso?.-pregunta la mujer rubia, pero Alice decide no contestar e ingresar a la casa, Jane lleva su mirada desde la pelirroja a su hija cuando decide seguirla.

La figura detrás de su madre se apoya en el marco de la puerta.

-¿Qué no estabas en un concierto?.-pregunta ella, Connell la mira de arriba abajo, es cuando Murphy repara en su vestimenta, tenía una musculosa de color lila, la cual tenía los breteles demasiado finos, sus pantalones amplios eran de un color blanco y sin contar las sandalias. Connell, por otro lado, iba de pantalones azules y una remera negra con un dragón dorado.

-Tu amiga Sadie me hablo, y me paso unas canciones de aquella banda, la verdad es que no es muy mi estilo, entonces le dije que no.

-Oh.-dice ella, se preguntaba porque Sadie no le había dicho nada.-¿Se lo tomo bien?.

El rubio se encoge de hombros con simpleza.

-¿Qué paso con mi hermana?.

-Solo...un problema en la pijamada...bien, me iré.

-Te acompaño.

-No es...-Murphy no termina de hablar cuando ve a Connell agarrando las llaves de su casa y cerrando la puerta detrás de él. Moviendo la llave entre sus dedos mientras la miraba rie.

-Alguien tiene que evitar que te rapten o algo.

-Y supongo que tu vas a protegerme.

Una sonrisa burlona se cruzó en sus labios.

-¿Y por qué no?.-pregunta mientras ambos se mezclaban con la luz de la noche que los aguardaba. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro