Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

X- ¿Secreto lujurioso?

Jake.

¿Estás seguro de esto? —cuestionó Connor.

—No tienes idea desde ha cuanto lo ansío —dije con firmeza, jalándolo del cuello de su suéter de rayas negras y blancas.

La piel de sus labios era muy suave, sintiéndose de maravilla cuando los suyos hacían contacto con los míos, moviéndose de forma rítmica, ansiosa y sincronizada, devorándonos de a poco.

Yo estaba debajo de él.

Aventuré mis manos por debajo de su suéter encontrándome con la calidez de su temperatura corporal una vez que mis dedos hicieron contacto con su espalda. Segundos después Connor se quitó el suéter por sobre su camisa, por lo que le eché un vistazo su torso desnudo y lamí mi labio inferior.

¿Todo eso me iba a comer?

Aunque ya había visto incontables veces a Connor sin camisa nunca lo había hecho en un contexto como en el que estábamos en ese momento.

Pude sentir lo duro que él estaba por sobre su jean una vez que volvió a besarme, frotando su entrepierna con la mía por encima de nuestra ropa. Llevé mi mano derecha a su nuca y la izquierda a la zona baja de su espalda mientras nos besábamos.

Connor comenzó a mover sus caderas hacia adelante y atrás, frotando nuestras entrepiernas por encima de nuestros pantalones. Sentir la fricción —un tanto indirecta dado a que estábamos vestidos—, solo me ponía más caliente.

Saber que Connor estaba duro por mí me hacía preguntarme hasta dónde llegarían las cosas.

Él quitó mi camisa y comenzó a besar mi cuello. Desabroché con ambas manos el cinturón de Connor, desabotoné su jean y bajé su bragueta, aventurando mi mano dentro su bóxer, mordiendo mi labio inferior una vez lo tuve en mis manos.

Se sentía tan bien tocar su dura, caliente, y gran entrepierna sin nada que se interpusiera.

— ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres? —preguntó, mirándome a los ojos.

— ¿Por qué tantas preguntas? —cuestioné—. Ya te he dejado en claro que es lo que quiero.

Connor pasó una almohada frente a mi rostro.

—Cariño, pero si a ti no te gusta el hígado —dijo mi madre, trayéndome de vuelta a la realidad.

Sí, desgraciadamente estaba soñando despierto.

La "almohada" que Connor había pasado frente a mis ojos era nada más y nada menos que su propio teléfono, pues le estaba mostrando alguna cosa a mi madre en él. Tenía mi celular en mi mano derecha con el menú del restaurante abierto, mientras que con la izquierda estaba —de forma inconsciente—, agarrándome la entrepierna.

Pésimo momento para tener una dura erección.

—Disculpa mamá, tenía la cabeza en otra parte —me excusé—. Creo que pediré una parrilla mar y tierra con papas a la francesa y ensalada cesar —añadí, viendo el menú.

—Yo pediré una pasta carbonara —dijo Connor.

Eran las ocho y quince minutos de la noche del jueves.

Me encontraba con Connor y mis padres en Lake View, un restaurante que estaba literalmente sobre el Lago Pine Falls, que quedaba apenas un kilómetro luego del muelle del lago.

A modo de agradecimiento —y a su vez de "felicitación" por nuestra graduación que había sido hacía unos pocos meses—, mis padres invitaron a Connor a cenar con nosotros después de dejar a la abuela con una enfermera doméstica.

Era la primera vez que cenaba con mis padres y fuera de casa después de unos meses.

— ¿Cómo sigue Nana? —preguntó Connor luego de que mis padres hicieron la orden.

—Ha tenido días peores —dijo mi madre con melancolía.

Mi padre —quien estaba sentado a su derecha— posó su mano sobre la de mi mamá, apretándola de forma condescendiente.

—Tenemos fe de que va a mejorar —dijo mi papá, ofreciendo una sonrisa compasiva.

Mis padres y Connor continuaron hablando de cosas a las que no le presté atención debido a que me sumergí en mi propia burbuja, viendo a mi mejor amigo de reojo de vez en cuando.

Mi abuela materna —o como yo solía llamarle, Nana—, fue diagnosticada con diabetes tipo dos desde hacía tres meses —apenas tres semanas antes de que las clases en mi instituto acabaran y de mi graduación—, por lo que tuve que asistir a mi graduación sin mis padres, pues mi madre no tenía cabeza para otra cosa que no fuera la situación de mi abuela y mi padre estaba haciendo todas las diligencias pertinentes para que mi Nana fuera atendida, apoyando a mi mamá.

Desde que fue diagnosticada —y gracias a una tardía detección—, tuvo muchísimas complicaciones,  sufriendo varios ataques al corazón durante todo el proceso, e incluso tuvieron que amputarle la pierna izquierda.

Razón por la cual mis padres no salían de la clínica en la que estaba internada.

Luego de la graduación la familia de Connor nos invitó a una gran cena que darían en su honor, a la cual asistí sólo por la salud de mi abuela.

Sin embargo, todas esas noches de intriga y desesperación cuando mis padres me mandaban a casa luego de pasar un día entero en la clínica con ellos, Connor siempre estaba ahí. Los últimos meses solía quedarme semanas enteras en casa de los Blake, o Connor se quedaba a hacerme compañía en casa.

Era extremadamente leal.

Hablábamos de todo lo que se nos podía pasar por la mente; veíamos películas, matoneábamos series, jugábamos videojuegos, o a veces simplemente nos quedábamos en silencio en nuestros celulares o laptops, acostados con pantalones de pijama a cuadros y franelas unicolores en su cama o en la mía.

En ocasiones Connor no llevaba franela, y mentiría si negara que de vez en cuando se me iban los ojos.

Hablar con él era tener placer auditivo, como si mis oídos tuvieran erecciones —si tuvieran pito, claro—, cada vez que hablaba sobre cualquier tema con tanta seguridad era como música para mis oídos.

Amaba escucharlo hablar sobre las cosas que le apasionaban.

Amaba lo inteligente que era.

Había memorizado cada parte de su cuerpo la primera vez que se puso realmente ebrio y temía regresar vomitado a su casa, por lo que tuve que bañarlo en la mía, acostarlo en mi cama y vestirlo con mi ropa.

Debajo de su semblante serio —en ocasiones—, y su ropa no tan ajustada se encontraba un cuerpo muy atlético y marcado. Memoricé cada peca y lunar de su pálida espalda, incluso el que tenía en forma de estrella justo al lado de su gran y virgen miembro.

Sí, esa vez se me habían ido un poco más allá los ojos.

— ¿Estás ahí? —preguntó Connor, chasqueando sus dedos frente a mi rostro y trayéndome de vuelta a la realidad.

Asentí repetidas veces con la cabeza de forma rápida, dejando de morder mi labio —acción que inconscientemente estaba haciendo—.

— ¿Quién es la afortunada? —preguntó mi padre.

Las tres personas con las que compartía mesa me miraban expectantes.

— ¿A qué te refieres con eso? —pregunté confundido.

—Estás extrañamente callado, pensativo y últimamente nervioso —dijo Connor, mirándome directo a los ojos—. ¿Quién es la afortunada? Porque ni siquiera yo que soy tu mejor amigo lo sé.

— ¿Mi hijo tiene novia? —preguntó mi madre emocionada—. Esperé este día durante muchísimo tiempo, ¿Cuándo nos vas a presentar a mi yerna?

— ¡No tengo novia! —espeté—. Y mucho menos me gusta alguien.

—Está pensando en una rubia ojos verdes, que además es inteligente y lee muchos libros —dijo Connor, por lo que lo pateé por debajo de la mesa—. ¿Qué? No dije nada que no fuera cierto —añadió, riendo un poco.

Me sonrojé ante el comentario de Connor, pues aunque él creía que Ellie me gustaba también se describió a sí mismo, lo que hacía que la situación me generara cierta gracia.

—No me gusta nadie —sentencié—. De ser el caso ya les habría dicho.

—No te apresures por encasillarte en una relación —dijo mi padre.

— ¿Te sientes encasillado en nuestro matrimonio? —preguntó mi madre, quitándole su mano y cruzando sus brazos sobre su pecho.

— ¡Mujer! —Exclamó mi padre—. ¿Cuántas veces debo repetirte que no tengo una vida sin ti?

—Las que hagan falta —dijo mi madre, dibujando una sonrisa burlesca en sus labios—. Ya lo tengo claro, sólo me gusta que lo repitas una y otra vez —añadió, acercando su rostro al de mi padre.

Ambos se dieron un beso delante de nosotros.

— ¡Ugh! —Espeté, haciendo una mueca de desagrado—. Los adultos no deberían besarse en público —agregué, tapándome el rostro con mis manos.

—Como te seguía diciendo, no te encasilles en una relación aún —continuó mi padre—. Ninguno de los dos debería de hacerlo —agregó, refiriéndose a Connor y a mí—. Ambos son jóvenes, apuestos y sé que conocerán a muchas chicas en la universidad. Tienen que estar abiertos a nuevas cosas y experimentar sin embarazar a nadie hasta que tengan un título universitario en sus manos —concluyó.

— ¿Nos estás incitando a tener sexo? —cuestioné.

Mi padre asintió en respuesta—. Seguro y con protección, no queremos ser abuelos aún.

—Te mereces el premio al padre del año —bromeé, aplaudiendo sarcásticamente.

—Creo que tu padre prefiere educarlos sexualmente y que no arruinen su futuro contrayendo una enfermedad o embarazando a alguien —aclaró mi madre—. Ya yo no tengo a los pequeños Connor y Jake sentados en mi mesa, ahora son dos hombres. Y sinceramente la abstinencia no es educación sexual.

—Creo que es un pésimo momento para hablar sobre sexualidad, ¿Ya olvidaron que estamos en un restaurante? —dije, mirando a mi alrededor.

La fría brisa del lago soplaba en el lugar, moviendo los bombillos que colgaban como luces navideñas por todo el lugar. La noche estaba increíblemente estrellada y el ambiente del lugar estaba increíble.

Casi parecía que no nos despedimos de una joven que fue brutalmente asesinada hacía apenas dos días.

—Señores, el vino previo y los bocadillos llegaron —anunció un galante camarero, poniéndonos las copas en la mesa y destapando la botella, colocándose la bandeja bajo su brazo izquierdo a la par que otra camarera ponía un plato con charcutería picada en cubos y palillos en el centro de la mesa.

— ¡Que lo disfruten! —dijeron ambos camareros al unísono, retirándose de la mesa.

—Propongo un brindis —dijo mi madre levantando su copa, por lo que todos hicimos lo mismo—. Sé que ya ha pasado más de un mes desde su graduación pero comprenderán las circunstancias por las que estamos atravesando con Nana, pero aun así Ron y yo queremos disculparnos por no haber hecho esta cena antes —agregó, agarrando la mano de mi padre—. También te debemos unas disculpas Connor por no haber asistido a la cena que organizaron tus padres por tu graduación.

—No tienen que hacerlo, entiendo perfectamente por la situación que están pasando y realmente me tranquiliza que después de varios meses de preocupación finalmente puedan salir una noche a distraerse —dijo Connor sonriendo,

—También queremos agradecerte por el apoyo que le has brindado a Jake —dijo mi padre—. Gracias porque a pesar del caos siempre has estado a su lado protegiéndolo y ayudándolo a que se distraiga un poco con toda la situación de Nana.

Connor posó su mano sobre la mía y la deslizó hasta mi hombro—. Enserio no tienen que agradecer nada —insistió Connor—. Yo haría lo que fuera por Jake, es como mi hermano —añadió, mirándome de reojo y guiñándome el ojo.

— ¡Un brindis porque mis chicos fueron aceptados en una muy prestigiosa universidad e irán juntos a ella! —exclamó mi madre llevando su copa al centro, por lo que todos hicimos lo mismo.

Luego de eso ella bebió la suya de un solo sorbo, por lo que mi padre la vio con una sonrisa en su rostro—. Mi borracha volvió —dijo, antes de darle un beso a mi madre, por lo que volví a tapar mi rostro mientras Connor reía por mi acción y bebía un sorbo de vino.

Era tan tranquilizante ver a mis padres tan relajados después de tanto tiempo ocupados con mi abuela y con tanto en mente como para digerirlo. Me hacía feliz poder compartir ese momento tan íntimo con mis personas favoritas y que amaba más que a nada en el mundo.

A pesar de toda la situación con mi abuela —y el estrés que eso generaba—, mi padre estaba ahí con mi madre, amándola y apoyándola en todo momento. Me hacía preguntarme si algún día tendría el valor de decirle a Connor todo lo que sentía por él, y si además mis sentimientos eran correspondidos.

Nada me hacía más ilusión que despertar a su lado luego de dormir abrazados después de una noche viendo películas, o incluso de haber tenido sexo. Nuestras piernas sobre las del otro, el calor de nuestros cuerpos encontrándose.

Su respiración removiendo el cabello de mi frente.

Su nariz rozando con la mía mientras sus labios conectaban con los míos.

Sentir la sensación de nuestras entrepiernas rozándose.

Tener el honor de que su cuerpo tomase control del mío.

¡MIERDA!

Mi entrepierna estaba realmente dura de nuevo.

— ¡Ya vuelvo! —dije, levantándome de forma abrupta de la silla.

Caminé de forma rápida hacia el baño y me encerré en una de las cabinas de los inodoros, sacando mi entrepierna del interior de mi pantalón.

— ¿No pudiste antojarte en otro momento? —le pregunté mientras la masajeaba de arriba a abajo, como si fuera a responderme.

Pensar en Connor mientras hacía esas cosas me parecía algo raro ya que no era un recuerdo de los dos teniendo sexo lo que me ponía duro, sino la fantasía de ambos haciéndolo.

No me juzguen por querer lo que no puedo tener.

Mordí mi labio inferior por la sensación que estaba sintiendo en ese momento cuando de la nada mi celular sonó en el interior del bolsillo trasero de mi jean, haciendo que lo sacara desde su interior.

NUEVO MENSAJE.
BLOCKED ID

Fruncí el ceño en señal de confusión y desbloqueé mi celular, metiéndome en la bandeja de mensajes para abrir el que me acababa de llegar.

De: Blocked ID.
¿Es una cita doble lo que veo?
Bueno, para eso Connor tendría que saber los pensamientos lujuriosos que tienes hacia él.
¿Podrá perdonarte que por tu culpa ambos fueron acosados durante la preparatoria cuando se entere?
Me gustaría averiguarlo, esperaré con ansias el momento.
Besos, Meghan.

—Mierda —murmuré mirando la pantalla de mi celular.

Era imposible que alguien más supiera las cosas que Meghan vio, o al menos eso quería creer.

Meghan estaba muerta y fue la única que vio el estúpido corazón que había hecho en aquella libreta con el que se valió para iniciar el rumor sobre Connor y yo. El mensaje era del mismo número que nos escribió en el cementerio junto a la tumba de Meghan. Ellie tenía razón.

Los muertos no texteaban, pero ese mensaje en definitiva hizo que mi erección se fuera por completo.

***

GLOSARIO.

Lake View: Restaurante ficticio que queda sobre el lago del pueblo ficticio de Pine Falls —lugar secundario donde se desarrolla la historia—.

***

NOTA DE AUTOR.

¡HOLA PEOPLEEEEE!

Espero estén bien.

El nuevo capítulo estuvo un tanto... ¿Caluroso?

Okey no JJAJAJAAJAJAA.

¡Espero que les haya gustado el nuevo capítulo!

¿Qué opinan de Jake y su situación con Connor?

¿Quién creen que está detrás de los mensajes que reciben?

¿Alguna cosa que quieren que pase en la historia?

¿Cómo les cayeron los padres de Jake?

¡Estaré leyendo sus teorías!

¡Recuerden que pueden también pueden leerme en The Liars —disponible en mi perfil—, y seguirme en mis redes sociales!

Instagram: @itsexpossito

Facebook: @Expossito

Youtube: Expossito

¡No olviden que lxs amo!

Nos leemos luego.

Expossito.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro