7.
Absorbiendo su jugo, Jiwon miró a su tío comer en silencio, ambos en la sala del mayor, tomando su desayuno, en silencio total.
Y a él no le gustaba eso.
Jiwon no era de quedarse en silencio.
ㅡ¿Podemos ver a Eunie hoy? - Murmuró con su mirada baja, comiendo su frutilla, siendo ajeno al par de ojos en él.
El omega asintió, diciendo después:
ㅡSí, terminamos de comer y vamos, Eunie estará muy feliz de verte.
Jiwon solo asintió, haciendo que el omega arruga su expresión, porque el infante estaba decaído por lo sucedido con su hermana y él odiaba de cierta manera verlo así.
Y una persona llegó a su mente, haciéndolo sonreír de inmediato.
ㅡEl señor Youngjae estará ahí. -Dijo, amando ver los ojos del menor de inmediato cambiando, derrochando brillitos mientras una sonrisa enorme se asomaba en su rostro anteriormente tristón.
Changmin juró poder llegar a adoptar al omega rubio a su familia, porque notaba cuán feliz su sola existencia hacía a sus sobrinos.
Pero no lo haría hasta que lo hiciera completo, porque faltaba una persona, y hasta que el rubio no lo hiciera feliz, él no creía poder aceptarlo.
Pero estaba apunto, faltaba muy poquito.
ㅡ¿De verdad? -Indaga muy emocionado el pequeño, echando toda la fruta a su boca de un solo bocado. ㅡVamoh yap fio.
Y Changmin carcajeó, diciéndole que tragara su comida antes de hablar.
ㅡ¡Que vamos ya mismo, tío! -Repitió al castaño. ㅡExtraño mucho al señor Youngjae.
Al omega tal vez se le partió un poquito el corazón ver a Jiwon correr emocionado el trayecto al hospital, a sabiendas de que el menor tenía tanta emoción por ver al omega rubio. Ese que había llegado a su vida, y el cual esperaba que jamás de los jamases se le ocurriera irse, porque sabía que los niños estarían muy mal.
Y quizás un tercer corazón saldría roto, solo quizás.
Cuando quince minutos después cruzaron las puertas hacia la sala de espera, a Changmin se le hizo difícil mantener a Jiwon tomado a su mano, porque inmediatamente el cachorro hizo amague en correr, buscando a su papá y muy seguramente, al omega bonito.
El señor Youngjae, como era conocido.
Y quizás Changmin no pasó por alto el cómo Jiwon miró hacia su derecha incluso antes de que él escuchara voces, el niño no dudando en soltarse de él, corriendo hacia la persona que había percibido con rapidez.
ㅡ¡Papá! -Y lo miró tirarse a los brazos de su papá, soltándose de inmediato cuando una segunda figura más pequeña apareció detrás del alfa, provocando que el chiquillo chillara de inmediato. ㅡ¡Señor Youngjae!
Juyeon y Changmin amaron poquito-mucho mirar la enorme sonrisa que mantenía Jiwon en su pequeño rostro al ser apachurrado en los brazos del omega, quién no hacía más que repartirle besitos en su rostro, sus ojitos verdes brillando en demasía.
ㅡ Señor Youngjae, lo extrañé mucho.
Y a Youngjae quizás le dolió un poquito su corazón.
ㅡ También te extrañé, Ji.
El cachorro de inmediato tomó la mano del omega, ignorando olímpicamente a su papá y a su tío, quienes lo miraron expectantes.
ㅡParece que te reemplazaron rápido. -Bromea el omega castaño una vez está cerca del alfa, haciendo a este bufar mientras sonreía poquito. ㅡ¿Vieron ya a Eunie?
Juyeon niega, encaminando detrás de su cachorro y el omega bonito, con Changmin a su lado.
ㅡNo, Youngjae recién llega y la doctora no quiso que pasara hasta que no estuviera él. -Juyeon estaba extraño e inquieto, Changmin logró notarlo con facilidad. ㅡPero dijo que Eunyeong no tardaría en despertar.
El omega asiente aliviado, su pecho sintiendo un brinco cuando llegaron a la habitación de la cachorra, diciendo que a pesar de las circunstancias, él entraría después.
De cierta forma quiso darles privacidad, y Juyeon no quiso pensarlo mucho, solo aceptando.
Después de todo, era algo nuevo que aún no tenía claro de qué se trataba, pero que deseaba colocar en orden.
Porque si se enfoca en esos bonitos orbes verdes, su lobo parece correr de un lado al otro.
Ugh, lobo tonto.
Dejando al castaño atrás, tanto Youngjae como Juyeon junto a Jiwon entraron a la habitación de la pelinegra cachorra una vez se les autorizó, siendo avisados de que pronto la doctora estaría con ellos para darles noticias.
Youngjae sintió sus ojos picar poquito, sintiendo un poquito de todo cuando miró a la pelinegra durmiendo sin su mascarilla de oxígeno, con su rostro sereno y un puchero en el mismo.
No sabía qué sentía, pero sus ojos ya estaban aguados cuando vio al alfa siendo el primero en acercarse a la camilla de la cachorra.
Siendo cuidadoso, Juyeon se acercó de modo que se quedara frente al omega, con sus ojos oscuros enfocados en su cachorra, tomando su pequeña manita y con su pulgar mimando su mejilla.
ㅡHola bebita... es papá, estoy aquí mi vida. -Susurró suavecito, depositando un beso en la frente de la pelinegra, quien apenas se removió. ㅡ Despierta para irnos a casa, te extrañamos mucho Eunie.
Y con una sonrisa grande vio los ojitos de la pelinegra abrir de a poco, con su puchero firme en sus labiecitos, hasta que logró abrirlos y enfocar sus orbes, mismos que a pesar de la similitud, redondos, pequeños y bonitos, eran muy distintos.
Los ojitos miel de Eunyeong eran muy suaves y poco expresivos, a comparación de los oscuros y muy expresivos del alfa.
Este miró atento a la cachorra, sonriéndole cuando esta pareció enfocarlo del todo, su instinto haciéndolo acercarse a ella hasta frotar su nariz con la mejilla de la cachorra, haciéndola reír muy bajito.
Y confundido, alzó su mirada al rubio quien aún permanecía en su lugar, porque a Eunyeong inmediatamente se le cristalizaron sus orbes, haciendo un puchero más pronunciado, alertando al alfa.
Y cuando su mirada conectó con la del omega, supo que este comprendió incluso sin decir palabra.
Youngjae con miedo y recelo se separó de Jiwon, quién hasta entonces se había mantenido en silencio junto al omega. Dando pasos pequeños se acercó a la camilla, sintiendo una tormenta en su estómago cuando tuvo los ojitos miel en él, los mismos ojitos que había comenzado a amar aún si no era su intención.
Pero su lobo reclamaba esos orbes miel como suyos, como una pieza preciosa que debía cuidar con su vida.
El mismo sentimiento dirigido hacia Jiwon, Youngjae logró notar conforme pasaban los días.
Y decir que no estaba aterrado sería la mentira más grande que dijo jamás.
Por la misma razón no lo pronuncia en voz alta, todos esos sentimientos y su instinto estando bajo llave.
Cuando estuvo al pie de la camilla, con sus ojitos verdes cristalizados, estiró su mano con sumo cuidado, acariciando las mejillas de la cachorra, quién solo comenzó a sollozar cuando el omega en inclinó a depositar un beso en su frente, con mucho amor y cuidado.
Juyeon miró con sus orbes grandes cómo su cachorra sollozaba poquito, estirando apenas sus brazos hacia el omega, quién no hizo más que regalarle una sonrisa a Eunyeong, con cuidado abriendo un pequeño espacio en la camilla para sentarse al lado de la pelinegra, atrayéndola hacia su pecho una vez se acomodó, con Eunyeong sollozando tan bajito como de costumbre cuando lloraba, sus pequeñas manitas empuñando el abrigo rosa palo que portaba el omega.
Juyeon sintió su pecho apretar más cuando miró esos ojitos verdes que eran tan bonitos, derramar lágrimas silenciosas, mientras el rubio parecía dejar sus lágrimas en segundo plano para mimar a la cachorra, buscando cómo consolarla.
Y quizás Juyeon sintió exactamente la misma necesidad de consolar, pero al omega, quién con su miraba derrochaba el amor inmenso que tanto era difícil ocultar.
Cuando una pequeña mano tocó su muslo, Juyeon quitó su mirada del par en la camilla, mirando a su lado a Jiwon, quién tenía sus ojitos cristalizados.
Entonces entendió, no dudando en cargar en su regazo a su bebé mayor, no olvidando que Jiwon seguía siendo un cachorro.
Este abrazó al alfa, mirando atento hacia el omega y su hermana.
Y tanto Jiwon como el alfa sintieron un vuelco difícil de descifrar en su pecho, escuchando la voz suavecita del omega de la habitación murmurar:
ㅡTe dije que nos íbamos a ver, ¿no es así? -Dijo mieloso, consiguiendo calmar a la cachorra. ㅡYoungjae cumple sus promesas, Eunie.
Y Eunie asintió, con sus ojitos y naricita rojos por el previo llanto, se limitó a esconder su rostro en el pecho del omega, buscando atención como solo los felinos usan hacer.
ㅡS-señor Youngjae... -Y cuando la vocecita pequeña de Jiwon llegó a sus oídos, Youngjae lo miró atento, suavizando su cansada y melancólica mirada cuando leyó en los orbes inquietos del cachorro pedir en una silenciosa comunicación, el permiso en unirse al contacto junto a su hermana.
Y quien era Youngjae para negarse, solo regalándole una sonrisa grande mientras estiraba su brazo libre al cachorro, este no dudando en ir hacia él, acurrucándose en su pecho tan pronto tuvo oportunidad, abrazándose al omega junto a su hermana, ambos inhalando el aroma familiar y extraño del omega.
Que ambos cachorros habían descubierto, amaban mucho.
Y bajo la atenta, triste como cohibida mirada del alfa en ellos, Youngjae no se limitó, abrazando con tanto cuidado y amor necesitaba expresar en su momento.
Mordiendo su labio para contener ese quejido que parecía estar atorado en su garganta, Juyeon cerró fuerte sus orbes, tratando de pasar lo más desapercibido que podía, no queriendo interrumpir en ese íntimo contacto del omega y sus cachorros.
Y maldijo cuando la puerta de la habitación se abrió, rompiendo esa hermosa burbuja en la que Juyeon estaba seguro, podía vivir eternamente sin rechistar.
Sin contenerse realmente, miró con mala gana a la doctora entrar, ésta notando la mirada del alfa en ella, sintiéndose ligeramente perturbada, su atención pasando de inmediato hacia las tres personas en la camilla.
Y cuando su ceño se frunció, miró atenta cómo el alfa se colocaba de pie de inmediato, caminando hacia el otro lado de la camilla, haciendo una barrera entre ella y las tres personas que yacían en las blancas sábanas.
Cerró sus ojos, porque ser omega a veces tenía sus desventajas, provocando que por encima de su profesionalismo, sintiera cierta ternura ante lo protector que consciente o no, el alfa estaba siendo con esas tres personas.
Más su lado profesional sobresaltó, respirando poquito antes de suavizar su mirada, dirigiéndose hacia el alfa: ㅡLamento interrumpir, señor Lee. -Y cuando no tuvo reacción del alfa, siguió diciendo. ㅡMe alegra mucho que puedan estar con su hija, pero no pueden estar sobre la camilla de la paciente, únicamente la cachorra debe permanecer ahí.
Y cuando Juyeon no se movió ni medio centímetro, aún con su cuerpo protegiendo de cierta manera a las personas detrás de él, la doctora miró atenta al omega rubio tocar la muñeca del alfa, quien lo miró de inmediato, y admiró cómo se comunican sin palabras.
A regañadientes Juyeon hizo espacio a la omega, la doctora acercándose de inmediato.
ㅡ Cómo dije señor Youngjae, no pueden permanecer en la camilla, por favor despejen el espacio y les podré dar el último comunicado respecto a la niña.
Y muy diferente a Juyeon, el omega asintió en silencio, con cuidado desprendiendo a Eunyeong de su pecho, con su interior sintiendo miles de sensaciones cuando la cachorra no hizo más que pucherear ante la falta de contacto. Youngjae le sonrió bonito sólo como él podía, bajándose de la camilla, con Jiwon a su paso.
Una vez hecho esto, la omega procedió a seguir, leyendo apenas la ficha médica de Eunyeong.
ㅡBien, la cachorra está muchísimo mejor, no puedo mandarle ningún medicamento porque sus exámenes salieron perfectos, su cachorra tiene muy buena salud, déjenme felicitarlos. -Y nuevamente se perdió la reacción de los presentes, siguiendo con su trabajo. ㅡSolo recuerden mi consejo del otro día y verán que Eunyeong se mantendrá muy bien, sabiendo esto sólo necesito que firmen aquí y podrán llevarse a su cachorra a su casa.
Agradecieron después. Más rápido que ligero, Juyeon salió junto a la doctora a firmar lo que se le pedía, al mismo tiempo que Youngjae entre risitas y sonrisas ayudaba a la pequeña a quitarse la ropa del hospital, terminando de colocar un par de zapatillas cuando el alfa se acercó a ellos.
ㅡ¿Lista? -Sonrió bonito, viendo a su cachorra asentir feliz, abrazándose al omega cuando este terminó con su ropa, colgándose a su cuello después.
Y Juyeon quiso ofenderse ante la mucha atención que su hija le prestaba al omega, queriendo hacer berrinche porque parecía que él era invisible.
Teniendo a Jiwon a su lado y Eunyeong en sus brazos, Youngjae cruzó miradas con el alfa, sonriendo poquito, sin decir palabra saliendo de la habitación.
Comenzaban a entender lo mucho que sus miradas podrían decir, sin necesidad de palabras de por medio.
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