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21.

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Sintió su estómago caer al suelo cuando la puerta de madera se abrió, revelando dos alfas detrás, haciendo que el corazón del rubio se acelerara, sus orbes nerviosos viajando de un alfa al otro. 

Estaba a punto de llorar, con solo ver sus ojitos verdes asustados se lograba notar. 

ㅡ¿Dónde estuvieron? -Inquiere de inmediato, el omega acercándose a rápidos pasos a ellos. ㅡ¿Q-qué te pasó, hyung? 

Juyeon apretó sus labios sin decir nada, mientras que Jacob no hizo más que quitarle la mirada al omega, haciendo que este se alterara incluso más de lo que ya estaba. 

ㅡ¡Hyung, dígame algo! 

Youngjae mordió sus labios cuando su voz se quebró, sintiendo su lobo a flor de piel exigiendo una respuesta, exigiendo algo que lo calmara, porque estuvo por largo tiempo esperando por alguna aparición de su alfa, el mismo que le había prometido volver en breve a casa y el cual no había cumplido su promesa. 

En su lugar, apareció horas después con un moretón en su mandíbula. 

ㅡ¿Qué diablos hicieron? 

Ambos alfas por fin dieron toda su atención al omega, quién tenía su ceño fruncido, aún cuando sus orbes estaban llenos de lágrimas, su mirada luciendo molesta. 

ㅡ U-ustedes- 

ㅡVamos a hablar, Jae. -Juyeon hizo amague en tomarlo por los hombros, los orbes del omega escrutandolo con rapidez. 

ㅡ¡No! -Su voz salió más fuerte de lo que quiso, retrocediendo un paso del alfa, haciendo que el pecho del pelinegro se apretara ante el rechazo. ㅡUstedes... ustedes no hicieron lo que parece, ¿verdad? -La duda y esperanza salió con su voz suavecita, el miedo en él. ㅡ Díganme que me estoy equivocado porque de no ser así- 

ㅡYoungjae- 

ㅡNo, hyung, no diga algo que no quiera escuchar. -Jacob calló de inmediato, apenas temblando cuando los orbes verdes del omega oscurecieron. ㅡHyung... -Su voz bajita iba directamente hacia el alfa pelinegro, quien le dirigió la mirada con algo de pena y culpa en él. ㅡUsted no fue a ver a ese alfa, ¿verdad? Dígame que no fue- 

Cuando Juyeon bajó su mirada fue suficiente respuesta, Youngjae cerró su boca, evitando que un feo sonido saliera de su garganta, sintiéndose asfixiado, cerrando sus orbes cuando las lágrimas eran demasiadas. 

No quería- 

Lo menos que quería era que Juyeon se involucrara con ese alfa, no lo quería cerca de su familia, no quería que les hiciera daño, no quería- 

ㅡE-era lo que menos quería, hyung... 

Juyeon sintió a su lobo retorcerse en sí, su pecho doliendo cuando ve a su omega parecer derrumbarse ante el mínimo movimiento. Su intención no fue más que proteger a su familia, pero... tan solo siguió lo que su lobo le ordenaba, no deteniéndose a pensar ni preguntar por cuál o qué cosa era lo que su omega deseaba. 

Una punzada llega a él, estirando su brazo cuando escucha al omega sollozar bajito, tomándolo de sus hombros hasta atraerlo hacia él, haciendo al omega aferrarse a sus ropas, soltando quejas entre sollozos. 

ㅡ Tranquilo mi amor, no pasó nada, está bien ya- 

ㅡH-hyung, prometame que nunca más se encontrará con él, por favor no, no quiero que les haga nada, no quiero... no quiero que esté cerca de nosotros, hyung. 

Juyeon solo asintió, abrazándolo fuerte, tratando de calmar el miedo en su omega, prometiendo que no lo haría una vez más. 

No de ser necesario. 

Jacob a un lado de ellos suelta una baja risa, siendo lo suficiente para captar los orbes verdes de su amigo, haciendo que apretara sus labios. 

ㅡNo es la ocasión para reír, disculpa Jae, es solo que de verdad dudo que ese imbécil tenga los cojones de acercarse, no cuando Juyeon por poco y lo mata. 

El pelinegro siente a Youngjae tensarse en sus brazos, sus ojitos curiosos buscando los suyos. 

ㅡ¿Es cierto eso, hyung? -Y con extremo cuidado posó sus dedos sobre la mandíbula del alfa, acariciando con cuidado el hematoma de la zona. ㅡ¿Te duele mucho? Vamos a curarte, hyung. 

Su lobo aulló feliz ante el cambio repentino del omega, quien solo lo miraba con sus ojitos dulces, aún húmedos pero mucho más tranquilo, haciéndolo sonreír, gustoso con la atención. 

Valdría la pena cualquier batalla si tendría a su familia a salvo, con esos orbes verdes brillando solo para él. 

Era lo único que deseaba, y no le importaría enfrentar a quien fuera por ellos. 

Aunque esperaba realmente no tener que preocupar a su omega una vez más de tal manera. 

ㅡYo me iré ya, hablamos después. -La voz dulce del alfa rubio se escuchó, con la atención de los menores en él, dándoles una sonrisa. ㅡCreo que este acontecimiento es algo que el abuelo Jung amaría escuchar. -Jacob dice, sonriendo para Youngjae, quién sólo sonríe en respuesta, asintiendo. 

Cuando el alfa mayor dejó la vivienda, Juyeon enfocó sus orbes curiosos en el rubio, quien con un rubor en sus mejillas frunció su ceño, tratando de esquivar su mirada. 

ㅡ¿El abuelo Jung? 

Y ahí estaba. 

Con el alfa siguiéndolo hasta el baño, Youngjae muerde sus labios, poquito nervioso mientras rebuscaba entre los estantes lo necesario para limpiar la herida de su hyung, consciente de que Juyeon esperaba una respuesta. 

ㅡMi abuelo. -Le dice, guiando al mayor hasta el retrete, tomando asiento ahí para poderle limpiar el rostro. ㅡCobie hyung y mi abuelo son amantes al boxeo, estoy seguro de que se refería a eso. 

Juyeon sólo suelta una risita, algo de orgullo en su pecho, aún cuando no hizo mucho, fue suficiente para sacar un poco de la mucha ira que tenía en él. 

Entonces prefirió sólo enfocar su total atención en el muy bonito omega que tenía frente a él, mirando con atención al rubio, estando muy concentrado en su tarea. Juyeon se permite estudiar su rostro, guardando en sus memorias cada mínimo detalle, deseando guardarlos por toda una eternidad. 

Con su lobo gustoso atrajo al omega hasta él, con este aún de pie, sólo lo abraza por la cintura, hundiendo su rostro en el estómago del omega, amando mucho poder olerlo, y simplemente el aroma lo llenaba de entera plenitud, no sintiéndose más que en su lugar bonito, oliendo a omega y a cachorro. 

Era todo lo que siempre soñó tener, justo en ese momento sentía su pecho con un regocijo de felicidad pura. 

En ese momento, tarde o no, realmente fue capaz de entender cuánto amaba a ese omega, el tiempo que había transcurrido desde que se encontraron por primera vez siendo un dato superficial, no importando si se trataban de años, meses, días o simples horas, estaba seguro de que su corazón latiría de la misma manera desenfrenada sin importar el tiempo.

Y lo amaba, muchísimo, nada ni nadie podría decir lo contrario. Era su omega, su familia y su todo, ese omega de orbes verdes junto a sus cachorros lo eran todo para él.

Los amaba mucho, y no se privará en dejarlo saber, tanto con sus acciones como con sus palabras.

Su corazón comenzó a latir con rapidez cuando observó los orbes verdes del omega mirarle con intriga, haciendo que sonriera desde su lugar, provocando en un pequeño movimiento que el omega se sentara sobre sus muslos, gustoso de inmediato buscó ese lugar que tanto había comenzado a adorar, hundiendo su rostro en el hueco entre el cuello y hombro del rubio, haciendo a este reír bajito.

ㅡHyung-

ㅡTe amo mucho, ¿sabes? -Susurra, su voz temblando con nervios, siendo amortiguada por la piel del omega, quien se tensó en su lugar. Más Juyeon no se privó de hablar, sintiendo la necesidad de soltar todo lo que había en su pecho. ㅡTe amo sin importar el tiempo que haya transcurrido desde la primera vez que tuve el privilegio de mirarte, te amo hoy, mañana y por el tiempo siguiente lo seguiré haciendo, voy a cuidarte y protegerte del mundo entero, mientras yo viva nada ni nadie podrá hacerte daño, hyung lo promete de corazón. 

Sintiendo tanto su corazón como el ajeno palpitar a un ritmo acelerado, Youngjae muerde sus labios cuando siente un sollozo querer abandonar su garganta, sus orbes llenos de lágrimas, su lobo en él aullando con completa felicidad.

Juyeon era el único capaz de hacer todo en él sentirse de la manera en que lo estaba haciendo, donde en su pecho se instalaba una calidez que le transmitía entera tranquilidad, donde sus palabras sonaban puras y leales, asegurando que lo que decía no era más que la verdad, donde le dejaba saber que nunca más sufriría como alguna vez tanto lo llegó a ser.

Donde con simples gestos y acciones le hacía saber una y otra vez que simplemente no se había equivocado, que ese era su lugar, era donde pertenecía y donde por el resto de la eternidad quería permanecer.

Ahí, con los brazos de ese alfa era donde estaba su lugar seguro, donde podría a ciegas dejar su corazón, con una garantía de que sería cuidado de la mejor manera posible, y sobre todo, donde no tenía que temer ser lastimado.

No justo ahí, no con ese alfa, no con quien era su alfa, su familia, sus cachorros y su todo.

ㅡH-hyungie… te amo más, mucho más. -Su voz salió cortada cuando dijo, absorbiendo su nariz cuando la felicidad que lo inundó fue demasiada. ㅡGracias por todo, gracias por cuidar de mí, gracias por hacerme feliz, prometo… -Y cuando sus orbes aguados conectaron con los cristalizados del alfa, se sintió sumergirse en esos cristales con cientos de centellas, sintiendo nada más que bonito, todo en él sintiéndose bonito. ㅡPrometo cuidar de ustedes con mi vida, hyung, prometo amarlos y dar lo mejor de mí por los cachorros, por nosotros y por lo que el futuro nos depare.

Fue una promesa que llegó muy dentro del alfa, sintiéndose en completa paz, queriendo que el futuro los guiara hacia lo mejor, no siendo nada más que un futuro donde estuvieran juntos en plena felicidad.

Con sumo cariño, Juyeon amó poder besar las mejillas regordetas y bonitas del omega, repartiendo besos por todo su bonito rostro hasta llegar a sus labios, dónde sólo se dedicó a nada más que adorarlos, ambos soltando nada más que un aura de completa felicidad, con sus belfos bailando una danza, buscando ver quién sería capaz de transmitir más a través de sus besos.

Era… justamente lo que sus corazones siempre soñaron tener, sus caminos cruzándose luego de lo que pareció una eternidad, la espera por ese alguien especial valiendo totalmente la pena.

Porque eran felices, y ambos rogaban poder serlo siempre, siempre y cuando permanecieran juntos.

No había nada ni nadie que pudiera romper aquella conexión que se formó en un instante al encontrarse por primera vez.

Absolutamente nadie.

Porque sin importar qué, ambos lucharán por su relación y su familia.

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