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14.

ㅡ¿Estás mejor?

El omega alza su mirada hacia su mayor, quien estaba concentrado en la carretera. Segundos después de no recibir respuesta, Juyeon posa sus orbes oscuros en los contrarios, sonriéndole después.

Youngjae baja de nuevo su mirada, sintiendo sus mejillas calientes.

Opta por sólo asentir, jugando con sus manos.

Juyeon quizás lo nota algo inquieto, por lo que no duda en preguntar qué lo tenía de esa manera.

ㅡH-hyung... -llama suavecito, con sus orbes verdes y bonitos en su mayor. Juyeon solo le da un asentimiento de cabeza, dándole a entender que lo escuchaba. El omega muerde sus labios, ligeramente nervioso al preguntar: ㅡN-no quiero molestar más, pero-

Y se detiene en seco cuando la mano del alfa llega a la propia, conectando sus miradas después, mientras esperaban por el semáforo cambiar de color.

Quizá Youngjae sintió bonito con la mirada suave que le regaló el alfa.

ㅡNo digas eso, nunca serás una molestia para mí. -Soltó suavecito, haciendo al omega sonrojarse más.

Más Juyeon solo trata de ignorar su propio corazón latir desenfrenado, conectando su atención de nuevo a la carretera.

El omega se hace pequeño en su asiento, sonriendo bonito.

Ugh, tonto alfa.

ㅡ Decía que... si no es mucha molestia, ¿cree que pueda llevarme a casa y luego a un hotel? -Indaga suavecito, con sus orbes brillantes, mismos que reflejaban un llanto previo, viendo al alfa con atención.

Más no se esperó que Juyeon le devolviera la mirada, con una ceja alzada, solo un poquito divertido.

Y fue entonces cuando repasó sus palabras, colocándose rojo hasta la punta de sus orejas.

¡Youngjae tonto!

Se remueve ligeramente incómodo en su asiento, sintiendo su espalda baja punzar, haciendo que mordiera sus labios, intentando hablar claro una vez más.

ㅡQ-quiero decir... necesito ir a casa a recoger algunas prendas y cosas importantes. -Susurra, jugando con sus manos, suspirando poquito cuando siente de nuevo el punzar en la misma zona. ㅡY después puede dejarme en un hotel.

Y algo confundido, Juyeon lo ve, notando sólo hasta entonces, que el omega estaba con su ceño fruncido, algo incómodo también.

ㅡ¿Pasa algo especial? -Se atreve a preguntar, no queriendo ser entrometido, más la curiosidad y algo de miedo lo invadió.

Más el aroma dulce que llegó a sus fosas nasales fue suficiente respuesta.

Solo se quedó en silencio, dándole una respuesta positiva al omega, tratando de no inhalar de más el aroma dulce que soltaba el omega.

Hola Diosa Luna, por favor ayuda a ese pobre alfa.

Porque Juyeon sólo quizás dio por hecho de que le encantaba un poquito-mucho el aroma dulce que soltaba el omega.

Y por nada del mundo podía dejar que su lobo saliera a flote.

Protegería de él mismo a ese omega, hasta donde fuera necesario.

•••♡•••

ㅡ¿Crees que haya pasado algo?

El alfa niega, atrayendo al beta a su regazo, este acomodándose en el mismo.

ㅡNo pensemos así, de todas formas, esperemos unos minutos más y salimos a buscarlo. -Dice en voz baja, con el beta acurrucado en su pecho. ㅡNo contesta mis llamadas tampoco. -Murmura viendo su celular.

Kevin se remueve hasta posar la mirada en el alfa, sus orbes llenos de poquita angustia y poquita tristeza.

Jacob arruga su ceño, mirándolo, notando la molestia del contrario.

ㅡ¿Que pasa? -Inquiere, estrechando al beta hacia él, Kevin negando, con su rostro en el pecho del alfa.

ㅡEs que... he estado pensando en ese alfa. -Dice, haciendo a Jacob bufar bajito, provocandole soltar una risa pequeña. ㅡHyung, hablo de ese alfa de aquel día. -Aclara, haciendo a Jacob ladear su cabeza.

ㅡ¿Que alfa?

ㅡEl de los cachorros. -Le dice, haciendo a Jacob asentir en comprensión.

ㅡ¿Qué pasa con él?

Claramente no entendía que tenía que ver Juyeon en el inquietante actuar de Kevin.

¿Acaso ese alfa-?

ㅡDeja de pensar cosas erróneas. -Lo corta el beta de inmediato, conociéndolo bien. ㅡNo pasa nada, es solo... tuve una epifanía con mamá.

Y quizás el alfa estuvo aún más confundido, Kevin notando esto no duda en seguir hablando.

ㅡMamá Wheein usaba mirar de una manera muy significativa a mamá Jin. -Susurra, su voz sonando llena de nostalgia. ㅡCuando mamá Jin jugaba con hyung y Jae, yo casi siempre usaba quedarme al lado de mamá. -Dice, trazando figuras con sus dedos en el pecho del alfa, quien lo escuchaba atento. ㅡMe gustaba mucho ver los ojos de mamá brillar, ella miraba con mucho amor a mamá Jin, al igual que lo hacía con mis hermanos, los- los ojos de mamá siempre brillaban... a mí me hacía muy feliz verla.

Cuando el alfa no hizo más que darle suaves caricias en su cintura, Kevin suspiró poquito, sintiendo sus orbes picar.

ㅡE-ese día, con ese alfa aquí, vi los ojos de mamá en Jae. -Susurra con un nudo en su garganta. ㅡJae parecía tener una galaxia entera en sus ojos, al igual que mamá, y derrochaba muchísima adoración mientras miraba a ese alfa y sus cachorros.

Solo quizás, Jacob comenzaba a entender la angustia del beta.

Porque a él se le cerró la garganta, asintiendo.

ㅡEstoy casi seguro de que es el alfa de Youngjae. -Se atreve a decir. ㅡMi hermano- tengo miedo, hyung.

Y cuando los orbes del menor se llenan de lágrimas, Jacob no duda en consolarlo, besando su rostro, restregando su nariz en la cabellera del beta, buscando cómo consolarlo y eliminar ese desconsuelo en su pecho.

Entendía perfectamente lo que abrumaba al beta, porque él sentía exactamente lo mismo. Tenía muchísimo miedo de lo que ese alfa fuera o no a provocar en su menor, tenía miedo y pavor de que ese alfa fuera igual o peor que el imbécil que arruinó por mucho tiempo la vida de su amigo.

Tenía tanto miedo, pero también, muy dentro suyo, su instinto no encontraba nada malo en ese alfa, y tenía la esperanza de que su naturaleza no se equivocara. Quería que solo se tratara de precaución, y deseaba tanto, de que estuviera erróneo, y que ese alfa no significara más que felicidad en la vida del rubio.

Porque estaba seguro de que su amigo no soportaría lo mismo de cuando adolescente.

Y estaba seguro, de que de repetirse la situación, él no podría contenerse esta vez.

No dudaría en sacar su peor lado y dejarle ver al alfa y a quien fuera necesario, que Youngjae no estaba solo.

Y que él no dudaría en matar por ese omega.

De así ser necesario.

Porque ya una vez lo dejó pasar, porque así su amigo le había rogado hacer.

Pero dos veces no pasaría.

Y mientras ellos estaban con ese pensamiento y miedo en ellos, a metros, fuera de la casa, el automóvil negro del alfa se estacionaba, apagando el motor una vez quedó frente a la entrada.

Los orbes oscuros cayeron sobre los bonitos del omega, mirándole con su mirada suavecita, esa que le estaba transmitiendo mucha paz y seguridad al menor.

ㅡTe espero aquí. -Murmuró el alfa, regalándole una sonrisa al rubio, quien no hizo más que asentir, mordiendo sus labios.

Algo que se le hacía costumbre cada vez que estaba con el alfa y algo lo molestaba, o rondaba su cabeza. Por lo cual, Juyeon no tardó en notarlo.

ㅡ¿Pasa algo?

El omega alzó su mirada, suspirando algo dudoso antes de atreverse a hablar:

ㅡHyung, puede... ¿Puede esperar dentro? -Inquiere, su voz sonando temerosa. Y solo tal vez, el pecho del alfa duele poquito porque ve el miedo en esos orbes verdes que tanto le gustan, su lobo casi obligándolo a desaparecer ese temor del omega.

Él no hace más que asentir, haciendo sonreír al omega.

Porque haría todo por ver esa sonrisa bonita siempre plasmada en el omega.

Y porque joder si no odiaba con su alma ver esos orbes aguados, el temor plasmado en ellos, justo como presenció momentos atrás con ese alfa desconocido.

Maldito imbécil.

Sintió su lobo gruñir con tan solo el recuerdo del suceso vivido, apretando sus puños para controlarse, recordarse que ahora estaba a salvo.

Que el omega estaba a salvo.

Y su lobo odió la idea de pensar en ese omega como uno ajeno, que optó por cerrar sus orbes mientras mordía sus labios, odiando la idea de dejar a su lobo salir.

Juyeon debía recordar su lugar, y por más que odiaba la idea, no era alfa de ese bonito omega.

Por más que su lobo rechazara esto, él debía hacer a su lobo entender.

No es suyo, no era suyo y debía comprender eso.

Omega.

Su pecho dolió con la idea de no tener a ese omega, recordando las palabras de ese alfa desconocido.

"Tocar a mí omega"

Y en voz alta jamás aceptaría el gran dolor y rechazo que esas palabras causaron en él.

Por nada del mundo lo haría.

Respirando profundo, solo opta por calmarse, siguiendo al omega dentro de su casa, convenciendo a su lobo de que todo iría mejor.

Era cuestión de tiempo.

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