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Odiaba eso.

Odiaba cuando le daba paso a su mente a correr libre a pensar en las muchas cosas del pasado, en los muchos errores que cometió y que lo llevaron a donde se encuentra en ese preciso instante.

Odia tener su mente libre un solo segundo, porque quiera o no, esos pensamientos que podrían calificarse hasta absurdos, lo perturbaban así hayan pasado años de los incidentes.

Desearía simplemente darle vuelta a la página, pero parecía que se aferraba con una fuerza descomunal a martiriciar su vida, pensando una y otra vez si realmente todo fue su culpa, y si lo fue, sería un gran egoísta.

Quería dejar de pensar por un sólo segundo.

Quería poder dejar todo atrás, comenzar a escribir un nuevo libro de ser necesario, disfrutando su vida ahora, dándole su atención total en ver crecer a sus pequeños.

Sus pequeños...

¿Sería diferente si ella se hubiera quedado con ellos?

Es egoísta de su parte pensarlo, porque sabe que no es algo que a ella la haría feliz. Sin embargo, puede que su mente le siga dando una y otra vez vuelta a la misma situación, porque quiere recibir al menos una pequeña disculpa.

Cree que no fue la mejor manera de abandonarlos que Na-eun pudo escoger.

Siente su corazón aún doler bastante cuando recuerda todo lo sucedido, en especial, porque no deja de tirar toda la culpa hacia él, esto siendo un gran impedimento a que lograra algún día ser feliz.

Heeseung lo sabía, más cambiarlo era una situación complicada, casi imposible podría decirlo.

Habían pasado casi tres años, Chaeyeon teniendo apenas su año cumplido cuando su mamá decidió abandonarlos, sin un adiós depormedio.

Heeseung cree que al menos eso merecían.

Él no entiende, y quizás jamás lo va a entender.

Porque amaba a su novia, amaba a Na-eun y ella parecía que lo amaba también. Él podía entender, entendía cuando luego de nacer Minho, ella dijera que no quería más cachorros, que eso no era lo suyo, que simplemente no lo quería, conllevando a que le tomara cierto desprecio a Minho, aún cuando este era un bebé.

Él podía de alguna forma entender que su loba rechazara su cachorro, y que su parte racional estuviera en constante negación. Incluso estuvo de acuerdo, jamás la obligaría a nada, porque Minho tampoco fue obligación, solamente fue un descuido al que ambos aceptaron hacerse cargo.

Al igual que Chaeyeon, quien al inicio Na-eun aceptó, y quien le aseguró a Heeseung que daría lo mejor de sí para construir una familia, dónde ella pudiera amar a sus cachorros. Todo parecía ir bien, todo antes del último mes de gestación, dónde la loba de Na-eun y la Na-eun misma rechazaron su cachorra, dónde la omega intentó incluso dañar a Chaeyeon.

Donde Heeseung no se lo permitió, porque era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Porque podría perderlas a ambas de tan solo Na-eun haberlo intentado.

Y quizás por eso, el alfa se resignó a la primera cuando un año después, donde las cosas eran inciertas maquilladas con falsa calma. Donde dormían en habitaciones diferentes porque Heeseung se resignada a dejar a sus cachorros durmiendo solos, y donde Na-eun simplemente no le importaba que pasara con estos. Por ello, Heeseung simplemente lo aceptó cuando ese día despertó y la omega simplemente había desaparecido.

Haciéndolo para siempre, sin rastros, sin despedidas.

Sin un solo adiós.

Para entonces él entendió que quizás el problema siempre fue él, y que quizás, le arruinó la vida a su antigua omega.

Y que como alfa, él jamás serviría.


ㅡEntonces le dije a papá que Minho vería la señor Jaeyun, pero papá dijo que no, entonces Minho no entendió.

Mientras el cachorro parloteaba como Jaeyun recién notaba que gustaba hacer, él se dedicaba a limpiar la boca y barbilla de Chaeyeon mientras esta comía descuidadamente, sin dejar de prestarle atención al pelinegro.

Ciertamente no sabía cómo había llegado ahí, pero no diría que le disgustaba.

Tampoco aceptaría públicamente que allá muy adentro de su pechito se sentía realmente cálido en ese momento, donde no hacía más que sonreír mientras escuchaba al pequeño Minho hablarle mientras comía su helado, al mismo tiempo que Chaeyeon tenía sus ojitos miel puestos en él con total atención.

Si le preguntaban donde estaba el omega llamado como tío Gyu y sus amigos, claramente no sabía.

ㅡPero papá- señor Jaeyun, ¿le puedo preguntar algo? -Dijo Minho cambiando rápidamente de tema, con su vocecita suave, lamiendo su helado mientras esperaba por una respuesta.

El omega de ojos dorados solo asintió, sonriendo un momento hacia el pelinegro, mientras reía al mismo tiempo que Chaeyeon lo hacía al derramar helado en su blusa.

ㅡOh, Chae, ya manchaste tu ropa... -Puchereó poquito al ver la mancha oscura en la ropa de la cachorra, mirando de nuevo al pelinegro. ㅡClaro dime, Minho.

Quizá Jaeyun no era consciente de sus acciones, al menos no tanto como los pequeños podían serlo.

Minho sonrió poquito sin ser visto, siguiendo con su tarea de comer su dulce.

ㅡ¿Usted tiene esposa?

Y puede que Jaeyun se atragantara con su saliva, se le estaba haciendo costumbre.

Con sus mejillas rojas y sus orbes abiertos de más, miró a Minho, quién le veía extrañamente serio, con sus ojitos en él, esperando pacientemente una respuesta.

Se sintió un poco intimidado cuando Chaeyeon se sumó a su hermano, y el omega no entendió si la pelinegra entendía lo que su hermano preguntaba.

Más Jaeyun no tenía porqué titubear, su respuesta era más clara que el agua.

ㅡNo Min- Minho, no tengo esposa. -Respondió, mordiendo poquito su labio.

Y puede que ambos cachorros compartieran una mirada rápida mientras sonreían grande, Jaeyun siendo ignorante a esto por preocuparse en mirar hacia otra dirección que no fuera el rostro de los niños.

A quienes les encantó la respuesta.

ㅡPapá tampoco tiene. -Entonces escuchó a Minho decir, sonriéndole inocente.

Hola Diosa Luna, es él de nuevo.

Ugh.

Se limitó a quedarse en silencio cuando no supo realmente qué decir, no sabía siquiera porqué el niño le brindaba tal información.

No era como que él quería saberla, no.

Salvándose por segundos de silencio, donde los niños no hicieron más que comer su helado, soltó el aire que no sabía estaba reteniendo cuando escuchó a sus escandalosos amigos y al omega acercarse a ellos, ladeando su cabeza en sorpresa cuando los miró interactuar demasiado... familiarizados.

¿Eh?

Necesitaba explicaciones.

Cuando los tres se acercaron lo suficiente, su felicidad cayó al vacío una vez escuchó la voz dulce del omega decir:

ㅡSu papá llamó, es hora de irnos.

Y puede que su omega refunfuñara para sus adentros, realmente disgustado al tener que alejarse de los niños.

Ah, qué pasaba con él.

Sus emociones estaban yendo al mil por ciento.

No ignoró el cómo los ojitos de ambos niños de pronto lucieron apagados.

Beomgyu tampoco lo ignoró, en lo absoluto.

Puede que el corazón de Jaeyun doliera poquito cuando se agachó al frente de los niños, abriendo sus brazos cuando ambos se acercaron a él, depositando un beso en sus mejillas.

Puede que Jaeyun de pronto sintiera una leve necesidad de llorar, que claramente no entendía.

Y le molestaba no entender qué sucedía con él.

Con fuerza y sin ser realmente consciente, abrazó de vuelta a los cachorros, depositando un beso en la pequeña frente de ambos, sonriendole en grande, sin notar que sus ojitos verdes estaban cristalizados.

Realmente deseaba llorar, su lobo lloraba.

Y por la Diosa Luna que él no comprendía en lo absoluto.

ㅡ Cuídense mucho. -Susurró solo para los niños, recibiendo un asentimiento de ambos.

Y su pechito se apretó cuando estando ya a metros lejos de él, Chaeyeon corrió de vuelta hacia donde estaba el omega, con sus pasos torpes casi provocando que cayera, llegando nuevamente a los brazos del ojos verdes.
Puede que Beomgyu mirara con suma atención y admiración lo que pasaba.

Y puede que Jaeyun se tragara un sollozo cuando la cachorra frotó su rostro en su cuello, soltando un llanto bajito, siendo audible únicamente para el omega.

Quién no comprendió.

No entendió qué era esa nueva necesidad de consolar a la cachorra, más no se abstuvo, solo abrazándola a él, mientras le daba caricias hasta que su llanto cesó, depositando un último beso en su mejilla antes de dejarla ir, solo surrurandole una última cosa antes de verlos marchar por tercera vez.

ㅡ Nos vemos pronto bonita, confía en Jaeyun.

Y quizás Jaeyun era ignorante a lo muy en serio que la cachorra tomó sus palabras.


Quiero llorar porque no sé matemáticas, no sé cómo haré la prueba para entrar a la Universidad. Bueno, ya llegué muy lejos.

En fin, espero que estén bien y se estén cuidado.

Nos leemos pronto~

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