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Heeseung podía aceptar sin pena lo mucho que adoraba estar como lo hacía en ese momento. Donde si alzaba su mirada hacia al frente lo que lo recibía de primero era una barriguita bastante abultada de su omega -que para su criterio, era bastante linda-, quien cargaba a "bebé" con sus sanos y felices nueve meses de gestación bien cumplidos.
Ajá, a nadita de llegar.
El alfa sonríe en grande al tener la vista de su omega contra el respaldo de la cama mientras miraba lo que parecían ser fotos de diferentes productos en un libro, a cada uno de sus lados estaban Chaeyeon y Minho, mirando todo atentos y compartiendo palabras con su papi, mientras Heeseung estaba como esclavo, ah mentiris, estaba consintiendo y cuidando a Jaeyun, quien con berrinche y pucheros le pidió que le hiciera masajes en sus pies porque le dolían mucho, y bueno, ¿quién era Heeseung para negarle algo a ese bonito pelinegro de estrellas doradas? No podría.
Pasado el rato haciendo lo mismo, mientras Jaeyun seguía mirando y compartiendo opiniones de quien sabe qué cosas con sus cachorros y Heeseung pensando en nada y todo a la vez, es hasta esa noche que Heeseung siente el alma salirse de su pecho.
Ya algo normal en los pasados nueve meses, pero en ese momento fue incluso peor.
Porque con el reloj marcando las veintitrés horas, mientras descansaba acurrucado a su omega quién yacía a su costado, Heeseung siente un tirón en su brazo, la zona doliendo en la misma, y le cuesta reaccionar, su cerebro haciendo click al mismo tiempo que prendía la lucecita de noche, topándose a primera instancia los ojitos aguados y temerosos de Jaeyun.
Oh.
Y antes de poder inquirir qué sucedía, sus ojitos cafés viajaron a la mano del menor que yacía haciendo poquita presión sobre el abultado estómago, sus orbes conectando con esas estrellas doradas que tanto amaba.
No hubo necesidad de preguntar, porque Jaeyun sollozó aferrándose a él, con todas las alarmas de Heeseung resonando en su cabeza.
ㅡA-amor... ¿ya? -Inquiere, deseando asegurarse que esta vez no era una de sus paranoias.
Y no lo era, porque Jaeyun asintió, apretando sus labios en una fina línea cuando el dolor podía con él.
ㅡE-estoy teniendo contracciones lentas y no tan seguidas. -Suelta con dificultad el omega, respirando poquito. ㅡD-duele como el infierno, hyung.
Ay, Heeseung se iba a desmayar.
ㅡEntonces es hora. -Balbucea con sus manos temblando, Jaeyun asintiendo para él, tratando de sonreírle, fallando en el intento cuando un tirón llegó hasta su espalda baja.
ㅡE-es hora, bambi hyung, v-vamos.
Era hora, oh Diosa Luna, ¡Era hora!
Iban por fín a tener a su bebé con ellos, Heeseung iba a llorar muy fuerte, primer aviso.
Sin esperar más, Heeseung ayudó a su menor a colocarse derecho en la cama, colocandole sus zapatos holgados junto al bolsillo menta que tenían listo con todo lo que su bebé y el propio Jaeyun necesitan. Heeseung jugando de flash al correr hacia la habitación de los cachorros, despertando a los mismos, porque claro estaba que no podía dejarlos solos y tampoco podría llamar a los salvavidas a.k.a los Choi-Kang-Choi, así que sin más sólo abrigó a sus cachorros bonitos y chiquitos, ambos pareciendo desorientados, y Heeseung sólo pudo apretar sus labios, acuclillado frente a los cachorros para captar su atención, sintiendo su corazón acelerado.
ㅡYa bebé viene en camino, así que debemos llevar a papi al hospital, ¿de acuerdo? -Y su pecho se apretó de más al ver los ojitos llorosos de ambos cachorros, siendo Minho quien asintiera y soltara en voz bajita y chiquita:
ㅡE-está bien, papá, vamos rápido.
Ah, a veces se le olvidaba que Minho actuaba más maduro que cualquier niño de su edad.
ㅡOkay, vamos.
Iba a salir todo bien, debían recordarlo, todo estaría bien, era cuestión de horas para Heeseung tener a sus bebés sanos y felices en casa.
Sus bebés hablando de Jaeyun y "bebé" obvis, porque Jaeyun también era su bebé.
Ah.
Se sentía en una montaña rusa para ser sincero.
Heeseung tomó lo que parecieron ser cientos de bocanadas de aire, sus ojitos viajando de aquí y allá, con sus cachorros a su lado sollozando bajito, y él sólo ansiaba que por la puerta de entrada de ese hospital aparecieran sus amigos, porque mierda, estaba seguro de que le daría un infarto si no estaba con su omega en ese preciso instante.
Se sentía realmente abrumado, con la desesperación llenando su interior. Eran apenas cuestión de minutos que habían llegado al hospital y de inmediato atendieron a Jaeyun, con él teniendo que permanecer en la sala de espera hasta que sus amigos llegaran ahí, siendo avisados en el camino a ese lugar.
De nuevo, se iba a desmayar, en serio, cero broma.
Con sus orbes apenas destellando poquito zafiro, enfocó su mirada hacia donde provenían pasos apresurados, sintiendo una carga enorme liberarse de sus hombros tan pronto divisó varios pares de cabelleras distintas, no esperando realmente que casi todos llegaran, siendo Beomgyu quien llegara a él tan pronto pudo, estrechando lo en sus brazos, hasta entonces el alfa logrando respirar de manera adecuada, sus orbes conectándose con los avellana del omega, quien le sonrió bonito.
ㅡTodo va a estar bien. -Susurra para ellos, Heeseung asintiendo después, viendo por el rabillo de sus orbes a los hermanos de su omega llegar con los cachorros, buscando cómo calmarlos y distraerlos. ㅡ¿Ya está en la sala de parto? -Inquiere Beomgyu, no logrando recibir una respuesta del alfa, porque a pasos rápidos, una enfermera auxiliar se acercó hasta ellos, hablando para el alfa:
ㅡYa está todo listo, señor Lee, el doctor Min lo solicita.
Heeseung asintió, siendo eso lo único que necesitaba, porque su omega estaba a nada de entrar a cesarea y seguido a esto tendrían a su bebé con ellos. ¿Y por qué rayos seguía sin estar sosteniendo la mano de su omega mientras le prometía que todo estaría bien?
Ugh.
Así que sin más, recibiendo unas palabras de apoyo por parte de sus amigos y dejando un beso en la frente de sus cachorros se fue guiado por la enfermera, sintiendo su corazón acelerarse.
Solo tenía que recordar que todo saldría bien, pronto lograrían por fin tener a su bebé con ellos.
Se sentía desmayar, ugh.
Heeseung depositó un besito en la frente de su omega, aun cuando mantenía la mascarilla en su boca, buscando cómo darle tranquilidad, misma de la que él no poseía porque los nervios se lo estaba comiendo, pero necesitaba que Jaeyun sí se mantuviera tranquilo mientras todo el proceso terminaba. Los ojitos dorados del omega llenos de miedo y estando ansioso conectaron con los de su alfa, sonriendo poquito cuando así Heeseung lo hizo, notando esto únicamente porque sus ojitos se achicaron por encima de la mascarilla, sumidos en sus orbes, al fondo escuchando todo lo que el doctor Min decía, ambos con un poco de tranquilidad al indicarles que todo iba bien y quepronto acabarían.
Realmente habían esperado ese momento, todos los meses de gestación siendo un reto tras otro, desde el mayor que era para Heeseung lidiar con su paranoia, hasta los berrinches de Jaeyun, porque a cierto omega se le antojaba comer las cosas más extrañas a las tres de la mañana, y claro, Heeseung como el buen y consentido alfa que le gustaba ser, no tardaba en irse hasta la tienda 24/7 a conseguir las comidas extrañas que su omega quería. Recordando perfectamente la vez que lo despertó a las dos de la mañana pidiendo por un bote de ramen de sabor camarón con una lata de leche de crema dulce, siendo esta una combinación casi inaceptable.
Pero, ¿tuvo oportunidad de quejarse o al menos criticar esos antojos raros? En lo absoluto, prefirió guardar silencio y simplemente comprar lo que su omega deseara.
Esto durante los nueve meses restantes.
Heeseung comenzó a pensar que "bebé" iba, opción 1: a tener gustos muy extraños, u opción 2: odiar todas esas comidas que Jaeyun comió.
Porque en serio, eran extrañas, iugh.
Pero ver la sonrisa bonita y complacida de Jaeyun no se compararía con nada, así que Heeseung estaba bien con esto.
Los pensamientos del alfa quedan en segundo plano tan pronto escuchó la celebración en la voz del doctor Min, sintiendo su pecho apretarse tan pronto anunciaron a su bebé, no tardando en escuchar un llanto en la sala, rápidamente teniendo sus orbes aguados.
Oh.
ㅡ...¿E-es?
ㅡFelicidades señores Lee, es una hermosa y sana cachorra.
Sintiendo sus orbes húmedos y su mirada empañada, Heeseung conectó los mismos con los de su omega, quien ya se encontraba igual o peor que él, ambos sollozando bajito cuando segundos después una enfermera se acercó hasta ellos con su cachorra, quien sollozaba en alto, sus puñitos apretados contra su pechito.
Era... linda, era muy linda.
Su cachorra, su bebé.
ㅡB-Bambi hyung... -Jaeyun suelta en un sollozo, sus manos temblando cuando la enfermera colocó a la cachorra en su pecho, Jaeyun besando su cabecita tan pronto pudo, no tardando en seguir su llanto, sintiendo su pecho tan lleno de calidez que era difícil de explicar. ㅡH-hola preciosa... -Susurró con su voz llena de amor.ㅡMi amor, soy papi... somos tus papás, princesa.
Heeseung tuvo que tomar una bocanada de aire una vez más, sintiendo un nudo enorme en su garganta. Pensó que iba a estar preparado, pero la sensación enorme que sentía le ganaba.
¿Eso en realidad estaba pasando o era una mala pasada de su mente?
Ah.
ㅡH-hola princesa bonita... soy papá mi amor, bienvenida. -Y su voz se cortó, optando por copiar la acción de su omega y besar la cabecita con escaso cabello de la cachorra, quien había calmado su llanto, ahora más tranquila contra el pecho cálido de su papi, Heeseung depositando un par de besos en la frente de su omega, susurrando muchos gracias y te amos que Jaeyun recibía con mucha adoración.
Eran muy felices, muy felices a decir verdad.
Nuevamente y sacándolos de su mundo soñado, la voz dulce y calmada del alfa Min se escuchó sobre la sala, inquiriendo lo que tanto ellos estaban planeando y en lo que sólo quizás, hicieron hasta apuestas para ver quién decidiría.
Como la pareja de casi treintones que eran.
ㅡ¿Tienen idea del cómo nombrar a su cachorra, señores Lee?
Obvio que sí, duh. No era como que lo decidieron jugando piedra, papel o tijeras, obvio no.
En serio, claro que no.
Jaeyun soltó una risa bajita, viendo a su alfa asentir, siendo el omega quién hablara.
ㅡ Su nombre es Jayoon, Lee Jayoon. -Suelta con orgullo, sus ojitos brillando en adoración.
Lee Jayoon, su bonita cachorra.
Definitivamente eran muy felices.
Y sólo quizás, segundos después un Heeseung tuvo que ser atendido al desmayarse contra su omega.
En su defensa, había demasiada adrenalina en su cuerpo. Pero todo bien, todo correcto.
Sí, eran muy felices.
ㅡ¡Es mi bebé, tío Jongseong, no puede tocarla!
Dicho tío Jongseong bufó ante la voz chillona de Minho, puchereando después cuando el cachorro no lo dejaba acercarse al cochecito donde yacía acostada una Jaeyoon de tres meses, sanita, gordita y hecha una hermosa cachorra.
Que quede claro que lo hermosa lo sacó de él, obviamente.
Y bueno, era la tercera vez que Jongseong intentaba acercarse hasta la cachorra para jugar un ratito con ella y quizás dejarle besitos en sus mejillas regordetas, pero también era la tercera vez que Minho se lo impedía.
Alguien era un hermano demasiado celoso, pero por su bien y el de todos, Jongseong evitará decir nombres.
Y como el alfa maduro y para nada sensible que era Jongseong, no tardó en cruzarse de brazos, mirando a su hermano hablar con sus abuelos a una distancia prudente, no tardando en ir hasta él.
Tenía prácticamente treinta pero un niño de casi nueve años le ganaba.
No podría competir contra Lee Minho de todas formas. Porque en serio, desde que la pequeña Jayoon llegó con ellos, quién hacía de guardia personal y escolta era su hermano.
Minho se tomó su papel muy, muy en serio.
En su defensa, su hermana era pequeñita e indefensa, él no podía permitir que nadie se le acercara. ¿Y si le hacían daño? Oh, qué horror, no, no. Por eso la cuidaba de todos.
Recalcar el "todos", porque la cuidaba hasta de sí mismo.
El lado bueno es que Jayoon tendría protección.
Jaeyun apretó sus labios tratando de no reírse cuando su hermano mayor llegó a él con un puchero demasiado pronunciado, no siendo difícil adivinar qué pasaba, porque sus orbes dorados cayeron en sus cachorros, nuevamente viendo a Minho actuar como escolta personal de Jayoon.
Y recordar que fue el mismo cachorro que lloró y se molestó cuando supo de la noticia. Ah, no se parecía en absoluto a ese Minho.
Un "ya estoy grande, papi" era lo que Minho soltaba en defensa. Ajá, todo un hombrecito.
Chiquito pero sí.
Entonces como un muy maduro alfa y para nada derrotado ante un niño de casi nueve años, Jongseong le hizo ojitos a su hermano esperando que este captara lo que deseaba, siendo cuestión de segundos en los que Jaeyun adivinaba qué quería.
Jaeyun dudaba que su hermano tuviera casi treinta años, en serio, era como lidiar con otro Minho.
Pero incluso peor.
Ah.
ㅡ¿Qué quiere que haga, hyung? -Inquirió con su hermano al frente suyo, quien puchereó casi berrinchudo mirando a Minho, dicho Minho actuando realmente como un escolta personal de Jayoon.
ㅡQuiero jugar un segundo con la bebita y ese mocoso de ahí no me deja. -Acusó, jadeando cuando un golpecito -un poco fuerte- llegó a su cabeza, viendo a su hermano menor mirarlo con su ceño fruncido. ㅡP-pero-
ㅡLlamas una vez más a mi hijo de esa forma y la próxima va a para las costillas, Jongseong hyung.
Eh, ¿Cuándo había tomado tanta agresividad? Él solo bromeaba, ¡uhg!
Esos papás de hoy día con esa sobreprotección exagerada.
Como si Minho no pudiera hacerle una llave maestra en un instante. Ah, exageraba pero sí.
ㅡNo lo tomes muy en serio, Jaeyun, solo digo que Minho no me deja estar con Jayoon. -Se queja, sobando la zona golpeada, escuchado una risilla nasal de su hermano, mirándolo sin entender.
ㅡSí, y creo que estar con Jayoon va a ser misión imposible. -Jaeyun le dice con diversión, con su mirada apuntando hacia la entrada, viéndose ingresar claramente a un Heeseung con Chaeyeon en su regazo, la atención de ambos yendo de inmediato hacia el cochecito donde yacía la cachorra y a su lado su hermano. ㅡMucha suerte con eso.
Jongseong soltó un gemido en queja, por la Diosa Luna, con esos tres Lee jamás podría tener un solo segundo la oportunidad de siquiera mirar a Jayoon porque ajá, bastaba decir que no solo Minho era el escolta personal de la cachorra, porque se le sumaba su hermana, con Chaeyeon siendo arisca a la idea de que alguien que no sean sus papás esté cerca de su hermanita.
¿Y Heeseung? Heeseung no era muy diferente. Porque si ya de naturaleza era super protector y celoso con sus cachorros, cabía decir que ahora era el doble, no queriendo que nadie tocara a sus cachorros.
¿Saben qué? Pensándolo bien, ya Jongseong no quiere jugar.
ㅡ Pobrecito Jaeyun, tener lidiar con tres alfas en una sola casa.
Sí, pobrecito.
Pausa comercial: Park Jongseong sabe cosas.
Jaeyun intercala su mirada cautelosa entre sus amigos y su alfa, posando su atención de más en Heeseung, quien sonrió como si nada cuando sus miradas conectaron.
Ja... ese tonto alfa. Jaeyun lo notaba diferente, sabía que algo tramaba, porque bueno, Heeseung era muy, muy malo disimulando y mintiendo.
Ugh.
Aunque la duda e intriga lo carcome, el omega no cede ante esa espinita de intriga y cotilla que le exigía saber qué planeaba su alfa, porque sea lo que sea, al final lo sabría, así que solo esperaría a que el mismo Heeseung le contara eso que tanto tramaba desde hacía tiempo.
Tonto alfa, como si Jaeyun no lo conociera.
Y bueno, parecía que realmente Jaeyun no lo hacía, porque fácilmente se creyó el cuento barato que Heeseung quiso regalarle, estando por semanas diciendo que deseaba ir de paseo a unas cabañas alejadas de la ciudad, llegando después con las reservaciones de dichas cabañas a las cuales "deseaba" ir. Jaeyun era inocente y como cachorrito se lo creyó, sin la mínima sospecha de lo que sea que Heeseung planeaba.
O bueno, quizás sólo exageraba y el alfa realmente quería ir a esas dichosas cabañas.
Luego de lo que parecieron eternidades, por fin parquearon en la zona de acera que a lo largo deja ver unas cuantas cabañas de una bonita y cuidada madera de roble, frente a ellas el mar claramente visible.
Era un lugar lindo y tranquilo, y para entonces Jaeyun sigue sin saber por qué Heeseung lo llevó ahí.
Lo llevó, no los llevó.
Porque sólo quizás el omega estaba poquito berrinchudo por tener que separarse de sus cachorros por una noche -que era lo que se hospedarían ahí, sin más- ya que Heeseung le había casi rogado junto a unos ojitos de cachorro que fueran a ese lugar una noche.
Según él porque ambos merecían un descanso cortito.
Ja, de nuevo, parecía que Heeseung desconocía lo mal mentiroso que era.
Pobre.
ㅡVamos al mar amor, quiero mostrarte algo.
Y horas después, cuando el sol estaba cayendo y el cielo estaba pintado de naranja, fue entonces que Heeseung le susurró con una sonrisa, sus ojitos brillando bonito.
Jaeyun entrecerró sus orbes para él, aún buscando ese algo que andaba diferente en Heeseung, pero luego de segundos cedió sin más, aceptando con gusto ser cargado en la espalda de su alfa, sintiendo hasta entonces el cansancio abandonar sus hombros.
ㅡ... Es realmente lindo aquí, hyung. -Murmura con adoración tal cual niño pequeño, amando poquito mucho el sonido de las olas del mar junto a la brisa de la tarde.
Heeseung a su lado, tomando su mano solo asiente, con sus orbes cafés atentos a cada movimiento de Jaeyun, sin este ser consciente de la mirada nerviosa de su alfa y sus ojitos brillando.
Ingenuo.
No es hasta que más tarde una vez la noche llegó a ellos, mientras yacían acostados sobre una manta en la suavidad de la arena mientras apreciaban en cielo que para su suerte, estaba bastante estrellado y visible, no es hasta entonces que Heeseung suelta un respiro bajito y profundo, pasando su peso de medio lado, desde su posición logrando ver a la perfección el rostro bonito de su omega, con la escasa luz que llegaba a ellos de una linterna a metros de la arena, siendo su única luz en ese momento. Jaeyun conecta sus ojitos dorados con los poco visibles de su alfa, notando en las facciones de este que algo estaba pasando por su cabeza, Jaeyun hace amague en hablar, callando cuando la mano cálida de su alfa llegó a él, haciéndolo sentirse pequeñito.
A pesar de la escasa luz, los orbes de Heeseung brillaban, y Jaeyun no sabía si era un reflejo de la luna o lágrimas que inundaban sus ojitos. Cualquiera de las dos opciones hacía su corazón brincar en un extraño sentimiento.
ㅡ¿He dicho ya que te amo muchito? -Heeseung suelta con su voz bajita y dulce, su mano acariciando con delicadeza la mejilla de su omega, Jaeyun asintiendo después.
ㅡLo sé, también te amo mucho, hyung.
Por supuesto que se amaban, quizás demasiado.
Heeseung sonríe en respuesta, dejando un besito chiquito en sus labios para colocarse nuevamente en su posición, esta vez tomando una de sus manos sobre las suyas, dándole caricias bonitas.
Jaeyun lo sentía diferente, y esa diferencia estaba comenzando a inquietar a su lobo.
¿Por qué parecía que Heeseung le pedía en silencio por una promesa de larga duración?
¿Por qué...?
ㅡRecuerdo una vez que le dije a mi mamá que el amor no era para mí, -comienza a contar, con toda la atención de Jaeyun en él, este sintiendo su corazón acelerarse, no muy diferente a Heeseung. ㅡ... también recuerdo decirle que era muy difícil que le diera nietos y que sería prácticamente imposible que me casara, que eso no sería lo mío. -Cuenta, conectando sus ojitos nostálgicos con los de su omega, quien sentía los propios picar ante la sola mención de una persona que nunca tuvo oportunidad de conocer y de quien está muy agradecido.
ㅡ...¿Q-qué dijo ella? -Inquiere bajito, acurrucado más al calor de su alfa, quien no se quejó.
Heeseung soltó una risa bajita, su voz llena de nostalgia por los viejos recuerdos que no será posible revivir.
ㅡ "No es obligación tener hijos, pero tarde o temprano llegará esa persona con la que sientas esa chispa que te hará desear permanecer en sus brazos por mucho tiempo", fue lo que dijo.
Y él ahora entiende a lo que su mamá se refería en aquel tiempo.
ㅡPensando en lo que mamá dijo, sé que tiene razón, porque eso de lo que ella me hablaba, esa chispa, esa sensación indescriptible que trataba de hacerme entender, eso lleva en mi interior desde hace mucho tiempo. -Confiesa, sus ojitos cayendo en los dorados ajenos. ㅡEso está ahí desde esa primera vez que tuve el privilegio de mirarte.
Jaeyun pucherea, sintiéndose de pronto tan indefenso y pequeño.
Ah.
ㅡH-hyung...
ㅡEse sentimiento que es tan difícil de describir pero que me hace tan feliz, es el sentimiento que alberga mi alma y ser desde que estás en mi vida.
Jaeyun iba a llorar, ya sentía sus ojitos picar en demasía.
ㅡY yo solo... creo que te amo mucho, pero cuando digo mucho hablo de mucho, así de mucho, mucho, demasiado, tanto... tanto que me da miedo, me da pánico amar con esta intensidad con la que te amo. -Confiesa por segunda vez en esa noche, ahora siendo él quien se sienta pequeño. ㅡMe da tanto miedo que llegue algún momento de la historia donde no desees más mi compañía y no sé... yo simplemente no sé qué haría, no sé cómo haré para no morir en el intento de sobrevivir perderte, simplemente-
ㅡ Hyung, eso no va a pasar. -Jaeyun lo corta tan pronto lo sintió balbucear, casi alterado. Y sus ojitos lagrimean cuando los de Heeseung lo hacen, mirándolo con mucho miedo en ellos. ㅡN-no va a pasar porque... hyung -Su voz se corta cuando dice, en un rápido movimiento haciendo que ambos quedaran sentados sobre la manta, siendo mejor posición para que Jaeyun pudiera acunar las mejillas frías del alfa en sus manitas, sonriéndole después. ㅡ... No va a pasar porque simplemente eres todo lo que yo siempre soñé, bambi hyung, eres incluso más de lo que yo llegué a pedirle a la Diosa Luna en esos días donde sentía que la oscuridad me consumía en la soledad de mi habitación.
Era mucho más que eso. Heeseung era su luz, su héroe, su alfa, su todo.
ㅡPuede que las relaciones no sean eternas, puede que no topemos con la suerte de amarnos por una vida entera, porque no sabemos lo que el destino nos tiene preparado, pero hyung... -Llama chiquito, dejándole un besito en sus belfos y otro en su mejilla, sonriendo después. ㅡVamos a amarnos hasta que así el destino nos permita, hasta que nuestros corazones no deseen latir en sincronía, vamos a amarnos hasta que mi corazón no quiera latir desbocado por tenerte a mi lado, ¿sí? Vamos a dejar de pensar en el ahora y no en el qué pasará, porque ahorita nos amamos, ¿no? -Heeseung asiente, unas lágrimas traicioneras rodando por sus mejillas tan pronto cerró sus orbes, amando escuchar a su omega. ㅡTenemos a nuestros cachorros, somos una familia hermosa a la cuál debemos darle todo nuestro amor, ¿sí? Sólo vivamos el ahora de la mejor manera sin angustiarnos por lo que el destino pueda tener o no para nosotros.
De todas formas, estaban seguros que sus caminos estaban entrelazados sin salida de escape.
No es como que desearan salir de todas formas.
Heeseung acepta gustoso el beso que recibe, sintiéndose tan tranquilo, sus manos y todo en él temblando cuando tuvo nuevamente las estrellas doradas en él, con Jaeyun sintiéndose en grande como si no hubiera un mañana.
ㅡHyung. -Llama con adoración, sus manitas aún adueñadas de las mejillas ajenas. ㅡVamos a casarnos.
Oh.
Con la sorpresa llenando su ser, Heeseung solloza bajito, tomando la cintura del omega tan pronto pudo, no logrando captar lo que decía.
ㅡ...¿Q-qué?
Jaeyun sonrió aún más, besando poquito sus labios.
ㅡVamos a casarnos, ¿sí? Ya, quiero ya mismo hyung, no importa nada, vamos-
Y un chillido asustado sale de Jaeyun una vez el alfa lo acostó sobre la manta, la perplejidad bañando sus facciones.
ㅡ¿Estás...?
Jaeyun asintió sin más, sonriendo enormemente.
ㅡTe amo, nos amamos, ¿por qué no casarnos? Vamos ya, vamos-
Y cuando de pronto las facciones de Jaeyun se contraen en una mueca triste, Heeseung no entiende.
ㅡ¿Qué pasa-?
ㅡNo hay... no tenemos anillo, no-
Heeseung siente su corazón salirse de su pecho, llevando con rapidez una de sus manos hacia la mochila pequeña que cargaba con ellos, no tardando en sacar una cajita, con Jaeyun mirándolo atento.
Oh.
ㅡH-hyung...
ㅡI-iba... iba a pedirtelo, quería hacerlo especial, quería-
No esperó realmente el abrazo enorme que se le brindó, escuchando a Jaeyun balbucear cosas inteligibles, sollozando después, repartiendo muchos besos en sus belfos.
ㅡAcepto, acepto, sí, sí, sí a todo si es contigo, hyung.
Ugh, eran bobos.
Heeseung sonrió enormemente cuando abrió la cajita, revelando un bonito anillo de plata con cinco perlitas bonitas, y no era necesario analizar si había algún significado más allá de esas claras y visibles piedras.
Ni siquiera pudo hacerlo como tanto lo planeo, pero... ¿cuando algo entre ellos había comenzando de la forma normal?
Nunca, así que ni había necesidad de que su propuesta de matrimonio saliera como una propuesta se supone que deba ser.
Eran ellos de todos modos.
Heeseung amó mucho poder colocar ese bonito anillo en su lugar correspondiente, recibiendo cientos de besos de su omega, quien aunque sus ojitos estaban llenos de lágrimas, la sonrisa nadie se la eliminaba.
ㅡVamos a casarnos ya, hyung, no esperemos, no-
En serio, ¿algún día harían algo de la manera cotidiana? Realmente dudaban.
Porque tal vez esa noche hicieron una ceremonia a lo Elvis Presley en las Vegas, solamente que sin Elvis Presley y en Seúl, con la Luna siendo su testigo más grande de ese puro amor que ambos compartían.
Porque se amaban muchito y el destino simplemente los quería juntos, sin más razones.
Se amaban y era lo único que importaba.
Si se dieron cuenta Jayoon es Yoon de StayC, muy bonita<3
Ya es final de esta bonita historia, falta el epílogo y los extras.
Gracias por darle mucho amor a esta bonita historia, cada uno de sus comentarios me hacían más bonito el día.
Y por supuesto gracias a la autora original por darme la autorización de adaptar Twinkling.
forgetmymemories 🤍
Más tarde subiré el epílogo.
Cuídense, tomen agüita y coman sus comidas.
Lxs adoro.💛
Nos leemos pronto~
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