29
Entrando el mes de abril, después de que las aguas se calmaran y por fin su vida familiar pudiera marchar con total calma, Jaeyun se percata de algo importante, que quizás, por estar con su mundo de mil cosas y preocupaciones, no había notado antes, y que ahora hacía que su pecho se llenara de emoción y muchas ansias.
En las últimas semanas, había apenas notado un cambio quizás enorme, desde su perspectiva, en la pequeña Chaeyeon, y realmente hacía que sus orbes picaran, más no se quería adelantar a los hechos.
Chaeyeon tenía aún más confianza con él, o bien, con quienes la rodeaban en general. Gracias a eso, ahora estaba murmurando palabras, muy, muy poco entendibles, pero lo estaba intentando. Aunque bien, Jaeyun notó que la cachorra lo hacía cuando quizás pensaba que nadie la escucharía, porque cuando él llegaba a ella con la clara intención de escucharla más detenidamente, la cachorra no hacía más que callar, con su pacto de silencio presente.
Ah.
Jaeyun le ayudaba, trataba de darle la confianza y seguridad de la cachorra necesitaba para poder dejar de sentir el miedo que le impedía siquiera soltar pequeñas palabras, aún cuando a su edad ya era un proceso normal y casi necesario que pasara.
Pero bueno, no había necesidad de irse de nuevo a los escombros del pasado recordando las razones por las que ahora a la cachorra se le dificulta la comunicación, por más mínima que fuera.
No fue hasta unos días después, cuando una noche Chaeyeon estuvo con fiebre, no la suficiente para ser grave pero sí la suficiente para hacerla llorar porque su cuerpecito dolía, y por supuesto, como el buen papá que Jaeyun estaba aprendiendo a ser, no se despegó de la cachorra ni un solo segundo, atendiendo todas sus necesidades, buscando cómo hacerla sentir mejor.
Y quizás, fue lo que más le dio el chance de poder ser privilegiado de esa manera.
Oh Diosa Luna.
Sintiendo una vaga caricia en su rostro, Jaeyun arruga su nariz, acercándose más a lo que fuera que estaba a su lado, mismo que soltaba una calidez que lo envolvía totalmente.
Arrugó poquito su entrecejo cuando sintió un cuerpecito, una mano pequeña seguida acariciando su mejilla. Se atrevió a abrir sus orbes después, parpadeando varias veces para enfocar su mirada.
Sonrió bonito como sólo él sabía hacerlo, cuando los bonitos ojos miel que se habían convertido en sus favoritos, estaban inspeccionando todo su rostro.
Jaeyun sonrió entonces, atrayendo a Chaeyeon más cerca suyo. Sintió un apretón incómodo en su pecho cuando después de segundos que parecían horas, el cuerpo de la pelinegra comenzó a moverse poquito entre sollozos, alarmando totalmente al omega.
Creía y temía que algo le doliera a la cachorra, producto de la fiebre del día anterior.
Se quiso incorporar en la cama, manteniendo a Chaeyeon en su pecho, más desistió de toda idea cuando la cachorra escondió su pequeño rostro entre su cuello y hombro, abrazándose más a él, de ser posible.
El omega sintió sus ojitos picar, dándole caricias a la cachorra, quien hipó, sacando su carita de su escondite favorito.
Y con esos ojitos miel mirándole atentos, Jaeyun sintió calidez, el gran amor que le tenía a esa cachorra saliendo a flote, deseando que esos ojitos bonitos siempre lo miraran con la adoración que estaban derrochando en ese momento, aún cuando estos estaban cristalizados.
Entonces, con atención miró a Chaeyeon abriendo su boca poquito, como deseando decirle algo, haciendo pucheros después.
El omega notó el temor y vergüenza que invadía a la cachorra. Con un poquito -mucha- ilusión, le dio una mirada cálida y dulce, sonriéndole para darle confianza, haciendo que los ojitos contrarios se cristalicen aún más.
ㅡDime lo que sea, princesa. -Le susurró, dándole un besito en su frente. ㅡ Papi va a estar muy feliz de escucharte. -Y su voz no pudo sonar más dulce.
No sabe si se trató de sus ojitos dorados brillando con emoción, si fue su pecho cálido que dejaba expuesto a su corazón latiendo sin freno, o solamente se trató de la conexión que tenían ellos dos, misma donde le dejaba asegurado a la cachorra de que ahí, con él, todo siempre estaría bien.
El pelinegro sintió sus orbes aguarse, acariciando el rostro de la cachorra, sintiendo un vuelco en su estómago y un apretón fuerte en su pecho cuando la escuchó, por primera vez en todo ese tiempo, con sus ojitos temerosos, apenas balbucear:
ㅡP-pa... p-papi... -Con algo de dificultad, Jaeyun escuchó la voz algo rasposa y temerosa de la cachorra, esta puchereando después de decir. ㅡPapi... aquí. -Susurró, señalando con su dedo índice, la altura de su pecho hasta donde estaba su corazón. ㅡP-papi es... a-aquí...
Jaeyun sintió su garganta cerrarse, sollozando después mientras abrazaba a Chaeyeon, repitiendo una y otra vez que era lo más bonito de su vida, con la cachorra escondida en su cuello.
ㅡMi bebé... -Y su garganta se cerró aún más, sollozando con fuerza. ㅡG-gracias mi vida, lo hiciste genial, papi está muy orgulloso de tí.
La cachorra sonrió en grande, recibiendo gustosa los besos en su rostro, amando el lugar donde se encontraba.
Por vez inimaginable, el omega sintió su lobo aullar con felicidad, realmente ilusionado con estar en ese lugar, con encontrar a las personas correctas que le habían mostrado lo que era la felicidad y tranquilidad pura.
ㅡPapi te ama, Chaeyeonie... Realmente lo hago.
Deseaba permanecer allí eternamente, Jaeyun lo confirmaba por vez número incontable.
Ese era su lugar, a donde siempre perteneció.
Heeseung siente sus labios estirarse casi inconscientemente cuando la sonrisa brillante de su omega llega a él, viendo con adoración los ojitos dorados de su omega brillar como galaxia, el aura del menor atrayendo demasiado su atención.
Sin tener que preguntar, siente su pecho apretarse y sus orbes aguarse cuando escucha la voz del menor derrochar amor y adoración, contando con alegría lo recién ocurrido.
ㅡB-Bambi hyung... -Entonces se alerta cuando lo escucha sollozar, aún cuando su sonrisa enorme seguía plasmada en su rostro. ㅡChae... nuestra cachorra me llamó papi, hyung-
Oh.
Heeseung siente sus pies flaquear cuando lo escucha decir, viéndose obligado a dejar su peso sobre su escritorio, estando en la oficina de trabajo, mismo lugar donde Jaeyun llegó (por primera vez) únicamente para contarle eso.
Porque era muy importante.
El alfa siente su garganta cerrarse, con un sentimiento de calidez enorme en su pecho, su corazón latiendo desbocado, sus orbes picando con emoción.
Su cachorra...
ㅡ¿C-Chaeyeonie? -Y sin querer, balbucea cuando Inquiere, asegurándose de que había escuchado bien y no era una mala jugada de su mente ilusionada, más toda barrera cae cuando su omega asiente con emoción, su enorme sonrisa de oreja a oreja plasmada como calcomanía en su bello rostro, sus ojitos derrochando mucha ilusión.
Oh.
Ese sentimiento cuando anhelamos algo por mucho tiempo, que parece algo muy difícil y casi imposible de conseguir, pero que de igual manera persistimos con la idea e ilusión de algún día tenerlo con nosotros, ese sentimiento de plenitud y enorme felicidad era exactamente por lo que Heeseung estaba siendo invadido. Porque bueno, había esperado cuatro años, prácticamente cinco, para escuchar a su cachorra pronunciar tan solo una palabra, sea balbuceando, pero eso no había ocurrido en todo ese tiempo, por más que intentó, no logró que Chaeyeon lograra dejar de temer a poder siquiera decir algo pequeño.
Y ama la idea de saber que se siente lo suficientemente segura y cuidada con Jaeyun, para siquiera haber dicho más de una palabra. Ama la idea de que su cachorra pueda sentir la confianza con su omega, porque sabe que es algo en lo que Jaeyun ha trabajado quizás desde que llegó a sus vidas.
No se trataba de presionar a Chaeyeon, mucho menos de obligarla a decir algo, porque así no funcionaban las cosas. Saben que es algo más allá de no querer o poder, se trata de no sentirse segura, de sentir que no va a ser regañada o incluso peor, maltratada por querer decir algo libremente, de aprender nuevas palabras y repetirlas hasta que salgan perfectas.
Como los cachorros de su edad hacían.
Y sabe que a partir de ahí comienza una nueva etapa para ellos junto a su cachorra, porque ahora todos trabajarían en dejarle saber que puede estar segura, de poder hablar y equivocarse. Más que eso, Heeseung sabe que fuera del trabajo como familia que debían hacer, deben buscar ayudarle profesionalmente, con alguien que le ayude en su lenguaje, avanzando todo lo que en esos años no pudo por abstenerse.
Pero todo era un proceso y tanto Heeseung como Jaeyun saben que podrán con eso, como lo han hecho con más de un conflicto, y que eso ayudaría a que su vínculo familiar se fortalezca.
Incluso más fuerte de lo que ya era.
Con mucha emoción, estira sus brazos para atraer al omega hacia su pecho, provocando una escandalosa risa en este. Jaeyun se retuerce con poca fuerza en los brazos del alfa, sin poder dejar de reír cuando este no hacía más que apretarlo por la cintura hacia él, con su rostro escondido en la zona que más amaba; su cuello, justo donde Heeseung decía poder vivir una eternidad sin cansarse.
Y cuando por fin logra conectar sus orbes dorados con los oscuros del alfa, ve los orbes de Heeseung brillar en zafiro, una sonrisa enorme en su rostro, su sonrisa cuadrada y bonita transmitiendo la felicidad que desde su pecho provenía.
Tan bonito alfa.
Entonces tomándolo desprevenido, Heeseung deposita muchos besos en los belfos carnosos y bonitos de su omega, provocando que Jaeyun riera más, recibiendo gustoso lo que se le daba.
ㅡ G-gracias... -Y habla mientras sigue besando los belfos contrarios, pasando después a las mejillas y rostro entero del omega, hasta llegar nuevamente a su cuello, besando esa zona en particular. ㅡG-gracias por tanto, mi vida.
Por más que Jaeyun ama que Heeseung esté cariñoso y le de tantas muestras de afecto, él se extraña, prácticamente obligando al alfa a salir de su escondite en su cuello, atrapando el rostro de este entre sus manos, mirando con atención los orbes del alfa aún con esos destellos zafiro.
¿Por qué-?
ㅡTe amo mucho, ¿sí lo he dicho?
Y el alfa no dura demasiado en volver a besar sus labios, suspirando en tranquilidad al poder permanecer en ese lugar que tanto adoraba.
Jaeyun se dejó ser, disfrutando el contacto, más no duró mucho, separándose a regañadientes del alfa, notando un aura extraña en él.
ㅡHyung... ¿se siente bien? -Inquiere suavecito, con sus manos acunando el rostro del alfa, quien no le quitaba la mirada de sus orbes, apretando a su paso el agarre en su cintura. ㅡHyung-
ㅡEstoy bien, estoy-
Estaba perfecto.
ㅡEstoy muy feliz, agradecido con la vida y la Diosa Luna por ponerte en nuestro camino. -Heeseung suelta con dulzura, masajeando la cintura del omega con sus pulgares, besando sus mejillas después. El zafiro en sus ojos desvaneciéndose poco a poco. ㅡY te amo mucho, eso es todo.
Aunque su pecho se llenó de amor y felicidad con las palabras del alfa, Jaeyun no dejó pasar por alto su actitud.
Porque bien o no, Heeseung estaba diferente.
Sin embargo, dejó eso en segundo plano, recordando que podría averiguarlo después. En su lugar solo se dedicó a recibir los mimos que el alfa le brindaba, sintiendo la felicidad que su lobo tenía como si fuera propia.
Ciertamente lo era, estaban siendo muy felices.
ㅡ También te amo, hyung, mucho, mucho.
ㅡ¡Choi Yeonjun!
Dicho mencionado sintió el jugo atorarse en su garganta, tosiendo repetidas veces, no dudando en correr hacia la voz que lo llamaba con mucha autoridad aun cuando sentía el aire faltarle.
Pero bueno, quien lo llamaba no era cualquier persona.
No, de ser así no correría por toda su casa hasta subir las escaleras para llegar a su habitación en menos de un minuto.
Flashjun lo llamaban.
*Pausa comercial: Que buena imaginación la de la autora, ¿apoco no?
No era cualquier persona que poseía esa voz que lo llamaba con clara irritación en su voz, no. Se trataba de Choi Beomgyu prontamente Choi-Kang -cof cof claro que sí como que no-, quien era su omega, con una barriguita de siete meses cargando a los futuros lobos que serían los ojos de ellos tres, y quien, muy a su suerte, era el omega que más amaba y quien tenía el poder de hacerlo sentirse pequeño con solo una mirada.
Siendo seguido por Kang Taehyun, claro está.
Yeonjun se obligó a tomar aire cuando estuvo en su habitación, con orbes avellana de su omega en él, quien muy diferente a como creyó encontrarlo, -que claro está, pensaba que iba a tener su rostro de pocos amigos-, Beomgyu no hizo más que sonreírle como si segundos antes no hubiera gritado su nombre con molestia, haciendo al alfa boquear cuando hizo ojitos de cachorro, parpadeando varias veces para lucir inocente e inofensivo.
La dualidad que se cargaba.
ㅡ¿Qué pasa, mi vida? -Inquiere mieloso, tocando terreno, viendo a Beomgyu no dejar de sonreír, llamándolo a su lado con un movimiento de mano.
Yeonjun sonríe de oreja a oreja cuando lo ve mirar su barriguita, tocando con adoración el área. Así que ni lerdo ni perezoso, se acercó con cautela hasta quedar sentado en un lado libre de la cama, posando una de sus manos en el estómago abultado de su omega cuando así este se lo indicó.
ㅡS-se están moviendo mucho. -Dice el omega con alegría, una pequeña mueca instalándose en su rostro de a ratos, justo cuando Yeonjun sentía a los cachorros moverse. ㅡN-necesito que les hables, c-creo que es Jae quien está inquieto.
Yeonjun entonces entiende, acatando la petición de su omega. Y es que el pequeño Jaemin era quien más le hacía pasar malos ratos a su papá, siendo obediente únicamente cuando Yeonjun le hablaba, y por ello, Yeonjun se había convertido en la salvación de Beomgyu para esos ratos donde Jae estaba de revoltoso -esto último dicho por el mismo Beomgyu en una de las ocasiones donde Jaemin logró sacarle lágrimas del dolor e incomodidad-.
Entonces el alfa se acerca hasta tener a pocos centímetros la abultada barriga de su omega, con su mano aún sobre la piel del menor, dejando un besito en su barriga antes de soltar, procurando que su voz suene dulce cuando dice:
ㅡJae, príncipe. -Llama con dulzura, siendo casi instantáneo cuando el cachorro dejó de moverse, quedando tranquilo ante la voz del alfa. Entonces Yeonjun conecta su mirada con su omega, regalándole una sonrisa bonita antes de seguir con su tarea, hablando nuevamente hacia el cachorro, quien bien lo escuchaba. ㅡ Mi amor, estás lastimando mucho a tu papá, y a él le duele, ¿podrías dejar a papá Beomie descansar? -Y cuando Jaemin dejó de moverse, no respondiendo más que dando una patada donde la mano del alfa reposaba, Yeonjun sabe que lo escuchó, y posiblemente haría lo que se le ordenó. ㅡEso es... que lindo cachorro, papá te ama y te espera con ansias, pero por favor deja a Beomie descansar, ¿sí?
Beomgyu suspiró aliviado cuando fue cuestión de segundos para que el cachorro dejara de moverse con la intensidad de minutos antes lo hacía, agradeciendo con voz bajita al alfa, quien no hizo más que acercarse a dejar un besito en su frente, sonriéndole bonito.
Y la tranquilidad no le dura mucho a Beomgyu, queriendo lloriquear cuando otra patada menos agresiva lo recibió, viendo con sus ojitos aguados a Yeonjun, quien suspiró, tomando su celular.
ㅡLlamaré a Tyunie, sólo él puede calmar a Rimie.
Bien, estaba siendo difícil, pero faltaba muy poquito para tener a sus cachorros con ellos.
Muy, muy poco.
Jaeyun sabe que en definitiva algo no anda bien cuando Heeseung llegó a su lado y lo primero que hizo fue hundir su rostro en la zona que más usaba adorar, su cuello. Y bien, no era que no lo hiciera con constancia, pero estaba actuando diferente.
Y... olía, olía diferente.
Oh.
Como si un bombillo se prendiera en su cabeza, Jaeyun toma a su alfa por los hombros, temblando cuando ve los orbes de este inyectados en zafiro.
Y con rapidez toma su celular, viendo la fecha marcada ahí. Fue tan, tan ignorante a las fechas, que realmente lo tomó por sorpresa, apenas soltando un quejido de sorpresa cuando Heeseung lo pegó a su cuerpo, olisqueando su cuello.
Ah... alfa.
ㅡH-hyung, mírame. -Pide, sintiéndose débil ante los orbes zafiro del alfa, quien lo miró, desorientado. ㅡS-su celo... su celo hyung.
Heeseung se quedó rígido ante lo dicho, tensandose en su lugar. De inmediato se separó de él, mirando el calendario en la pared, apretando sus labios en una fina línea.
Mierda.
Entonces enfoca sus orbes aún zafiro con su omega, los ojitos dorados de este mirándolo con atención, inquietud en ellos.
ㅡD-debo... debo irme unos días, yo-
Jaeyun lo retiene de su brazo cuando el alfa intentó alejarse, sintiéndose temblar.
Sería el primer celo de Heeseung desde que estaban juntos, y él-
Heeseung parece leer la preocupación en sus orbes, negando de inmediato, haciendo que el pecho del omega se apretara ante el rechazo.
ㅡN-no... Yunie, por favor quédate con los cachorros, mis celos son... -Y apreta sus labios cuando le costaba hablar, no queriendo que su omega pensara cosas que no eran. ㅡMi amor. -Llama cuando ve los orbes del pelinegro cristalizados, sintiendo su lobo inquieto. ㅡMis celos son muy fuertes y no quiero hacerte daño, ¿puedes comprender eso? P-por favor, Yunie...
Sintiendo su lobo lastimado, Jaeyun asiente despacio, quitándole la mirada al alfa, dando un paso hacia atrás, no notando al alfa dejar caer los hombros ante su reacción.
Él de verdad no quería rechazarlo, pero no sabía cuánto podría controlarse, y lo que menos desea es hacerle daño a su omega, no a Jaeyun, jamás se lo perdonaría.
ㅡYunie...
Jaeyun solo intenta sonreír, manteniendo la distancia.
Él entendía, estaba bien, no sería nada.
ㅡSolo ve, hyung, estaré con los cachorros.
Ah... omega.
Nos leemos pronto~
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