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Cuando su celular vibró en su bolsillo, Yeonjun sintió el temor.
Sus orbes se abrieron en grande cuando el emisor de llamada era el lobo al que tanto le temía.
Quisiera que lo de lobo fuera solo una metáfora, pero era literalmente hablando.
Miró de un lado al otro en busca de la cabellera rubia de su novio, suspirando rendido cuando no entró nunca en su campo de visión, optando por contestar la llamada.
Ay.
ㅡHyung.
Yeonjun sintió -poquito- alivio cuando el honorífico llegó a él, al menos era señal de que Heeseung no sabía nada por el momento.
Y no se enteraría.
ㅡHee, ¿qué tal? -Soltó, queriendo sonar lo más tranquilo que podía.
Escuchó una risa ronca del otro lado, haciendo que los vellitos de su nuca se colocaran en punta.
ㅡBien hyung, ¿será que me puedes pasar con mi cachorro? Quiero hablar un momento con él.
Ay Diosa Luna que lo miraba, salva su pellejo.
ㅡEh yo... -Idea algo, vamos Jun. ㅡEs que los niños están con Taehyun y yo estoy en el baño.
ㅡTe llamo en cinco-
ㅡ¡No! -Se quiso pegar mentalmente cuando gritó al otro lado, siendo demasiado evidente su nerviosismo. ㅡE-es que...
ㅡQuiero hablar con mi hijo, Yeonjun.
Mierda santísima, por qué todo era para él.
¿Tan mal lobo era?
Era un alfa honrado, amoroso, respetuoso, cuidadoso, era fuerte y-
ㅡ Yeonjun.
Algo cobarde también.
ㅡ Heeseung. -Llama, no hallando mentira por decir. ㅡLlama en cinco minutos y hablas con Minie, ¿sí?
Porque así, al menos tendría cinco minutos más para buscar a sus sobrinos.
ㅡ Tranquilo hyung, llamaré a Taehyun-
ㅡ¡No! E-es que-
ㅡYeonjun hyung... -Se calló cuando el otro alfa habló, su voz sonando despacio al decir. ㅡSi saben que mis hijos son lo más sagrado que tengo en mi vida, ¿no?
ㅡS-sí claro Hee, s-son nuestros bebés también-
ㅡY saben que si les pasa algo estando bajo su responsabilidad no dudaré en cortarte la yugular, ¿no?
Ay pero que agresividad.
A Yeonjun le gustaría saber que bromeaba, pero no era así.
Pero... Heeseung no sabía, ¿no?
Claro que no.
ㅡ¿A qué viene eso, Hee-?
ㅡMinho me llamó y sé que no están con ustedes.
Sintió palidecer, teniendo que agarrarse de un asiento para mantenerse de pie.
Ay Diosa Luna que en el cielo resides.
ㅡEn el apartamento hablamos, hyung.
Bueno, ¿podía la Diosa Luna llevárselo de una vez por todas?
No iba a salir ileso de ahí, y eso lo sabe.
Heeseung lo iba a matar.
ㅡ¡Papá!
Heeseung sintió el alma regresar a su cuerpo cuando visualizó dos cuerpecitos corriendo hacia él, abriendo sus brazos en grande para recibirlos a ambos.
ㅡAmores de mi vida, papá está aquí. -Murmuró, besando la cabellera de ambos niños. Tomando a Chaeyeon en brazos mientras no soltaba a Minho.
Fue entonces cuando su mirada se encontró con los ojos dorados del omega que estaba con sus hijos.
Sus ojos picaron poquito mientras miraba al omega, tratando de sonreír mientras se acercaban al contrario.
El pelinegro menor con una mochila en sus brazos solo optó por mirarlos en silencio.
Y definitivamente Jaeyun no aceptaría que quiso ahogarse con su saliva por vez número inimaginable cuando ese alfa alto y con mucho poder de presencia apareció frente a sus ojitos.
Ay.
ㅡG-gracias por cuidar de mis hijos.
Jaeyun definitivamente podía morir en ese instante.
Sintió toda la sangre subir a su cabeza, carraspeando porque su voz no salía clara, trató de actuar como si nada hubiera pasado.
Es solo un alfa cualquiera, Jaeyun tonto.
ㅡNo se preocupe. -Dijo entonces, mirando hacia otro lado sin saber qué hacer. ㅡY-yo creo que mejor me voy ya, fue un gusto conocerlos.
Y cuando se inclinó apenas, escuchó la voz de Minho decir:
ㅡPapá, al señor lo despidieron por nuestra culpa.
Y Jaeyun deseó poder desaparecer de ese lugar.
Se hizo pequeño cuando los ojos oscuros y profundos del alfa se posaron en él con claro pánico y vergüenza.
Ay.
ㅡ¿Es en serio? -Preguntó preocupado, sintiendo su corazón latir rápido.
El omega soltó una pequeña risa, mordiendo su labio en su lugar.
Puede ser que lo hayan regañado, pero nada grave.
Ay.
ㅡP-puede ser que sí, solo me sancionaron por incumplimiento de mi trabajo, pero aún tengo empleo, no hay nada de qué preocuparse. -Dijo al alfa, quitándole importancia al asunto.
Más Heeseung no se quedó tranquilo, sintiéndose realmente culpable.
ㅡLo siento mucho de verdad-
ㅡPapá, llevemos al señor a casa.
Cuando Minho dijo, mirando con sus ojitos miel a su papá, Jaeyun sintió el estómago revolverse, porque sabe que ese niño es capaz de todo si de su papá se trata, y viceversa.
Y no es que le desagrada la idea de viajar en el mismo automóvil.
Pero... bueno ajá, no era como que se trataba de cualquier alfa.
Era el alfa.
Por eso, cuando los orbes oscuros del moreno se posaron en él, sus mejillas se colocaron un poco más rosáceas (si es que era posible), sintiendo ya la situación venir.
La cual no duró nada en llegar.
ㅡSupongo... supongo que está bien, si deseas, claro. -Heeseung ofreció, siguiendo la idea de su hijo mientras los tres, como buenos Lee que eran, le sonreían como sólo ellos podían.
De esa manera tan brillante, hermosa y tierna.
Ugh, Diosa luna, nada es fácil, ¿por qué yo?
El omega solo tuvo que pensarlo dos segundos, y todo daba a que aceptaría a como diera lugar.
Le dolía su espalda y sus pies, según Minho, apestaba a quien sabe que cosa, y deseaba más que nunca ducharse y comerse todos los paquetes de ramen instantáneo que tuviera.
Claro que era un super duper sí.
Aunque no sería tarea fácil para su frágil ser enamoradizo, tampoco sería imposible.
O eso quería realmente pensar y que se hiciera realidad.
Ugh, a por ello.
ㅡEstá bien, si no es molestia creo que estaría bien.
Y atinó cuando Minho corrió hacia él, tomando su mano para sacarlos a los cuatro de ahí y encaminarse hacia su destino.
Ugh, era un día realmente extraño para Jaeyun.
Pero no se quejaría.
Todas las cosas pasan por algo según la ley del universo.
Y Jaeyun aceptaría a ojos cerrados, solo por una vez en su vida dejaría que todo marchara según la Diosa Luna creyera, era lo correcto.
ㅡHyung, ¿huelo mal?
Ciertamente usaba ignorar cualquier vago comentario, pero cuando Minho le decía que olía extraño, quizás no se pudo quitar la duda.
¿Extraño de mal o de bien?
No lo sabría, pues el mismo pelinegro no supo decirle ni cuando minutos antes lo dejaron en la puerta de su casa, los tres recién conocidos despidiéndose de él con muchos nos vemos pronto y unas sonrisas grandes en sus rostros.
Minho no le dijo, ni su pequeña hermana que en todo el rato que estuvieron juntos no dijo media palabra.
Que extraño todo.
Pero no se limitó en pedir terceras opiniones.
Por ello su reacción era nula cuando tuvo los ojos de su hyung en él, mirándolo con una ceja alzada en evidente confusión.
ㅡ¿De qué hablas?
ㅡDe que si huelo mal, hyung. -Repitió con obviedad, acercándose hasta el sofá donde el alfa estaba, este arrugando su ceño.
Claramente Soobin no entendía a qué se refería.
Acercó un poco su nariz al cuerpo del menor cuando este lo sugirió, arrugando su entrecejo mientras ladeaba su cabeza.
ㅡHueles a... -Jaeyun mordió su labio mientras esperaba con algo de emoción y duda. ㅡLo mismo de siempre. -Finalizó diciendo el alfa, mirándolo con su rostro serio cuando recibió un pequeño golpe en su cabeza.
ㅡ¡Hyung! -Pucherea cuando estuvo disconforme con la respuesta, despojando todas las prendas de su cuerpo sin vergüenza alguna.
Cuando estaba por quitar sus pantalones, sintió la mano de su hyung manotearlo apenas.
ㅡ Jaeyun, está bien que tengamos más de doce años de amistad, pero me haces el favor y te quitas eso en tu habitación. -Regañó, señalando su ropa.
Cosa que el pelinegro ignoró, tomando la camisa que usaba ese día mientras la pegaba a su nariz, aspirando fuerte.
ㅡHuele a sudor, pero lo normal... no entiendo.
Soobin solo lo miró, queriendo seguir en lo suyo mientras el omega estaba debatiendo consigo mismo.
ㅡEs que huelo normal, ¿verdad, hyung?
ㅡAjá.
ㅡHyung.
ㅡ¿Qué?
ㅡ Dígame que huelo normal.
ㅡHueles a un perro mojado, nada más, pero es normal.
ㅡ¡Hyung! -Indignado con la respuesta, corrió hacia su habitación, con la duda presente aún en él. ㅡNo entiendo a qué se refería Minho... -Murmura para sí mismo, realmente comenzando a estresarse mientras se hacía la misma pregunta una y otra vez.
Lo peor de la situación es que no volvería a ver a esos niños, ni mucho menos al alfa.
Ay.
Pero él aún así quería averiguar a qué olor extraño se refería el pequeño de ojos miel.
Ugh, Diosa Luna, por una vez en la vida sé buena y ayúdame, ¿sí? Por fiiis.
No importaba qué, él como buen omega que era, persistente y ante todo terco, él averiguaría.
Pero lo importante es que no olía mal, solo a perro mojado.
Pero lo normal.
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