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Estaban acabados.

Se miraron a los ojos con el pánico inundando su ser, mirando de un lado al otro, las personas pasando por su lado sin enterarse de nada.

Un solo segundo bastó.

ㅡ¿Niños?

Taehyun miró a su pareja quien estaba con sus ojos marrones abiertos mirando un punto fijo, sin decir o hacer nada.

ㅡ¡Reacciona, Jun! -El rubio zarandeaba a su pareja, tratando de traerlo al mundo real, segundos después captando la atención del mayor. ㅡLos niños, Jun, debemos encontrar a los niños.

Yeonjun comenzó a caminar sin decir nada, con su pareja pisando sus talones, siguiéndolo por el centro comercial.

ㅡTaehyun, vamos a dividirnos, busca en el primer piso y voy hacia el segundo. -Dijo, sus ojitos claramente preocupados. El beta solo asintió, haciéndole caso a su alfa. ㅡMe llamas apenas sabes algo, y Tae... - Taehyun lo miró, esperando. ㅡPor nada del mundo llames a Heeseung, no puede saber que perdimos a los niños.

ㅡJun-

ㅡNo hasta encontrarlos, ¿de acuerdo?

ㅡDe acuerdo.

Porque sus sobrinos no podían ir muy lejos, de no ser así, estarían acabados.

Mientras sus tíos corrían de un lado a otro en busca de los pequeños Lee, los mencionados estaban con sus rostros pegados a una vitrina, mirando hacia dentro de la tienda.

Minho arrugó su naricita, mirando a su hermana quien seguía con su pequeño rostro sobre el vidrio transparente.

ㅡChae. -Llamó, captando los ojitos miel de su hermana. ㅡ¿Hueles eso también?

Chaeyeon asintió, sonriendo poquito, muy diferente a su hermano, quien tenía su naricita arrugada en confusión.

Había un olor en particular que se había hecho presente en su ambiente, llevándolo hasta ese lugar, donde a medida que se acercaba, el olor era más intenso.

ㅡPero no sé qué es exactamente. -Susurró, con la mano de su hermana menor tomada a la suya, mirando detrás de ellos a los muchos alfas, omegas y betas que pasaban por ahí. ㅡLos tíos deben estar preocupados...

Chaeyeon a su lado volvió a asentir, tapando su boca con su pequeña manita desocupada, riendo poquito.

ㅡ¿Qué pasa? -Indagó curioso, no entiendo la reacción de la pelinegra.

Pero Chaeyeon no dijo ninguna palabra.

Como de costumbre.

ㅡVamos, hay que encontrar ese olor. -Murmuró ante la falta de palabras de su hermana, solo emprendiendo camino hacia el interior de esa tienda, en busca de ese olor que los tenía intrigados.

Aunque no entendiera el por qué, Minho lo averiguaría.

ㅡ•♡•ㅡ

Arrugó su nariz cuando el olor fuerte de alfas llegó a su nariz, repudiando los aromas ajenos.

Ugh.

Caminó por los pasillos del lugar donde trabajaba, acomodando las cajas según se les enseñó, caminando de un lado a otro.

Suspiró cansado, estaba apenas a medio turno y sentía su cuerpo doler en demasía.

Exigía un descanso.

Llegó hacia el lado de bodegas, tomando otra de las cajas para repetir el mismo proceso diario. Cuando estuvo de rodillas tratando de acomodar todo, arrugó su entrecejo al ver todo desordenado, queriendo maldecir al aire.

Cosa que no se retuvo.

ㅡEstoy partiéndome el alma y espalda aquí para que vengan así como así a desacomodar todo, gente horrible.

ㅡEres tú...

El pelinegro miró hacia su derecha, abriendo sus ojos cuando vio a dos cachorros a su lado, colocándose de pie al instante.

¿Él-?

Giró su cabeza de un lado al otro por sobre los estantes, buscando los padres o encargados de esos pequeños niños, encontrando vacío el área donde él se encontraba.

Ugh.

ㅡEs él. -Escuchó al mismo niño repetir, haciendo que sus ojos verdes se posaran en el pelinegro. ㅡEse aroma es de él, ¿Verdad, Chaeyeonie?

Jaeyun vio a la niña a su lado asentir apenas, sonriendo bonito.

ㅡ¿Yo? -Indagó mientras se señalaba con el dedo índice, sin comprender a los niños que al parecer, estaban solos.

Son cachorros y andan solos.

Era demasiado peligroso.

El niño volvió a asentir, su ceño estaba fruncido y su cabeza ladeada, mirando al rubio de pies a cabeza.

Jaeyun se sintió extraño cuando el niño, tomando la mano de la niña, dio un paso más cerca de él.

ㅡEres el que huele de esa manera extraña.

Oh.

¿Huelo mal?

Debía cambiar su desodorante, ya Jaeyun lo presentía.

¡No sirven de nada!

ㅡPero no sé a qué hueles. -El niño dijo, arrugando su nariz cuando intentó oler nuevamente. ㅡNo, de verdad no lo sé, pero es extraño.

Jaeyun creía que posiblemente olía a mucho sudor mezclado con polvo de estanterías.

Mas el niño no sabía.

ㅡ¿Vinieron solos? -Entonces se animó a responder, luego de notar que nadie llegaba por los niños ni hacían amague en desaparecer de su vista.

Ambos niños negaron.

ㅡ¿Están perdidos?

Volvieron a negar.

ㅡ¿Entonces?

ㅡChae y yo queríamos encontrarte.

Qué.

Jaeyun no creía que era posible ahogarse con su propia saliva hasta que lo experimentó en ese momento.

¿Cómo que a mí?

ㅡ¿Ah?

Su confusión fue clara, colocándose nuevamente de rodillas para estar a la altura de los niños.

No sabía qué hacer exactamente, pero él debía seguir con su trabajo.

ㅡMiren niños, que tal si les ayudo a buscar a la persona que los acompaña y yo así podré seguir con mi trabajo, ¿les parece?

El pelinegro negó, mirando un momento a la niña -quién tenía rasgos muy similares- haciéndole notar que posiblemente eran hermanos. La pelinegra únicamente le sonrió, entonces el niño enfocó su mirada en él nuevamente.

ㅡEs que venimos solos. -El niño dijo, contradiciendo totalmente lo que anteriormente se le había preguntado. ㅡPero podría llamar a papá.

Jaeyun alzó una ceja, asintiendo apenas.

ㅡPerfecto, dile que venga por ustedes.

ㅡPero no tengo celular, tengo seis años, señor.

El mayor por segunda vez sintió lo que era casi ahogarse con su saliva.

Ay.

ㅡ¿Me presta el suyo? -Entonces el niño dijo, ladeando su cabeza mientras le sonreía como todo un mocoso lindo.

Ugh, cachorros.

Jaeyun sabía que no podía negarse, no si quería seguir con su trabajo y por fin irse a su casa, así que sin pensarlo demasiado simplemente hizo lo que el niño pedía.

ㅡGracias.

Este marcó con mucha paciencia y concentración, siendo el único momento donde soltó la mano de la pequeña que lo acompañaba, misma que no quitaba su bonita mirada del omega.

Ya sé que apesto, no es necesario verme así.

ㅡ Papá.

Jaeyun posó su mirada en el pelinegro, mirándolo mientras buscaba algo en la pantalla, apretando una opción después, sonriendo cuando una voz gruesa pero dulce atravesó el parlante del móvil.

ㅡMinhonnie bebé, ¿qué pasa?

Jaeyun sintió por tercera vez en su vida lo que era sentir ahogarse con su saliva.

ㅡMinho, ¿de dónde me llamas? -La voz bonita se escuchó de nuevo, antes de que el niño lograra hablar. ㅡEste número no lo conozco, ¿Dónde están tus tíos?

La voz sonaba preocupada, mientras a su lado la nombrada Chae reía mientras tapaba su boca con una de sus manitas.

Jaeyun quiso sonreír, mirando hacia otro lado para olvidarse de esa bonita acción.

Ya, Jaeyun.

ㅡNo sé papá, Chae y yo estábamos buscando algo y puff... -Minho hizo un sonido extraño con su boca mientras reía. ㅡsolo desaparecieron.

Jaeyun colocó una mano en su boca cuando se le fue imposible no reir, sintiendo sus mejillas arder cuando la pelinegra le sonrió bonito.

ㅡEstos malnacidos. -La persona al otro lado sonaba molesta, pero así de mucho.

Uy.

ㅡ Papá. -Minho llamó de nuevo, sus ojitos brillaron cuando miró al omega, diciendo después. ㅡEstamos con un señor aquí, dijo que podía esperar con nosotros, ¿puedes venir por nosotros?

Qué

Jaeyun definitivamente no había dicho eso.

ㅡMinho mi vida, papá está ocupado pero llamaré a tus tíos y les diré que vaya por ustedes-

ㅡNo papá, por favor ven tú.

Parecía que la debilidad de la voz desconocida era ese niño.

ㅡPasame con el señor dueño del celular un momento, bebé.

Minho no dudó en cumplir.

Las manos del pelinegro temblaron poquito cuando tomó su celular, carraspeando apenas antes de hablar.

ㅡ¿Hola?

ㅡHola sí, ¿disculpa con quién hablo?

ㅡJaeyun.

ㅡHeeseung, un gusto. Mira, gracias por brindarle un momento su celular a mi hijo, ¿podría decirme donde se encuentran ahorita mismo?

Jaeyun creía que era una linda voz.

ㅡEstamos en el supermercado del centro comercial, el número cinco.

ㅡ Perfecto, gracias. Lamento las molestias, pero, ¿podría solo darme quince minutos para recoger a mis niños? Por favor cuidalos hasta que llegue.

Cara de niñero le vieron.

ㅡOh, y-yo- sí, está bien.

ㅡMuchas gracias, llego en un momento.

Jaeyun no entendía qué pasaba, él solo quería terminar su jornada y marcharse.

Pero a él nada le salía como quería jamás.

Ugh.

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