La joven Eclipsa se levantó pronto. Eran las 6:00am y ya se había vestido, peinado y estaba desayunando. Saboreaba el café con placer:
Eclipsa: *ve el reloj* ¿A qué hora se irá papá al trabajo?
De repente, el mencionado apareció:
Alphonse: Hola, Eclipsa. ¿Estás lista? ¿Tienes ganas de ir al instituto?
Eclipsa: Sí. Estuve mirando en Internet, y no está mal. Es de los mejores en todo Forks. Entro a las 7:00 de la mañana, excepto los jueves, que entraré a las 7:30, y salgo a la 13:30 todos los días.
Alphonse: Pues mira qué bien. Ya sabes más sobre ese instituto que yo.
Eclipsa: ¿Y tú, a qué hora vas a comisaría?
Alphonse: Bueno. Depende el día también. Como va por turnos, a veces voy por la mañana, a veces por la tarde y la hora es casi un misterio. Yo siempre me presento allí entre las 8 ó 8:30am y ya me avisarán cuando me necesiten.
Eclipsa: ¿Estarás aquí cuando vuelva del instituto?
Alphonse: No. Salgo mucho más tarde. Pero no te preocupes. Te dejaré todo listo por si algún día vuelvo extremadamente tarde.
Eclipsa: Vale. *vuelve a mirar la hora* Aún tengo un rato antes de irme.
Alphonse: Puedes bajar abajo. Hay algo para ti. El instituto queda más lejos de lo que crees.
Eclipsa: ¿Una sorpresa? Uyy, ¡qué será! *contenta*
Eclipsa bajó abajo y vio un coche negro en la entrada:
Eclipsa: ¿Qué es esto? ¿Quién se ha muerto?
Alphonse: Es tu nuevo coche. Tu madre me dijo que sabes conducir.
Eclipsa: Para su pesar, pero sí. Me enseñó Phil el año pasado. Lo hice bastante bien.
Alphonse: Pues no esperes más y ve al instituto. Si vas pronto, podrás ir a ver a la directora antes y te lo explicará todo mejor.
Eclipsa: Gracias, papá *le abraza*.
Alphonse: *corresponde* De nada, Eclipsa *la suelta*.
Eclipsa: *coge las llaves y sube al coche* Nos vemos luego *arranca y se va*.
La peliverde llegó al instituto y todos la miraron cuando bajó del coche. Aún faltaban 10 minutos para comenzar las clases, así que hizo caso a su padre y fue con la directora.
Eclipsa: *pica a la puerta del despacho y pasa* Hola, directora Meyers.
D. Meyers: Hola, Eclipsa. Esperaba que vinieras antes de hora. Tu padre ya me dijo que eres muy puntual. Siéntate, por favor *sonríe*
Eclipsa: *ya sentada* ¿Mi padre ya habló con usted?
D. Meyers: Claro que sí. Vino hace un par de semanas. Me contó muchas cosas sobre ti.
Eclipsa: Ah, ¿sí? ¿Como qué?
D. Meyers: Me dijo que te gusta leer, que eres atenta y que te cuesta un poco hacer amigos.
Eclipsa: Pues no se equivoca..
D. Meyers: Pero no te preocupes, porque te he asignado en una clase con unas chicas muy majas.
Eclipsa: Perfecto. ¿Algo más?
D. Meyers: Sí. Aquí tienes una lista de todas las clases con los horarios. Ahora tienes que ir al Laboratorio. Para que no tengas que preguntar, está en el segundo piso. Verás un pasillo largo, y al final, está allí.
Eclipsa: Gracias.
D. Meyers: Y no dudes en venir si necesitas algo. Que pases un buen día, Eclipsa.
Eclipsa: Igualmente, directora *sale del despacho y sube al laboratorio* Qué amable. Mi antigua directora era más amarga que el regaliz negro.
Eclipsa entró a clase y se sentó al final del aula. No le apetecía tener al profesor mirándola todo el rato:
Eclipsa: *se da cuenta de que el profesor no la llama para presentarse y se dice a sí misma* Y no me ha llamado. ¡Bien! Lo último que quiero es que todos sepan que estoy aquí. Ser la nueva puede ser una condena. *ve que alguien se sienta a su lado en la mesa y lo mira, pero no dice nada al respecto*
De repente, se sentó en otra mesa pero a su lado un chico bastante guapo y le saludó:
Mike: Hola. Tú debes de ser Eclipsa, ¿no?
Eclipsa: Depende de quién pregunte.
Mike: Yo soy Mike. Encantado de conocerte. Toda la clase esperaba tu llegada.
Eclipsa: ¿"Toda la clase"? O séase, que toda la clase me conoce.
Mike: Chica lista.
Eclipsa: Y ¿de qué me conocéis?
Mike: La directora nos habló de ti.
Eclipsa: Ah, sí. Ya la conozco. Es muy simpática.
Mike: Pues será contigo. Con el resto de gente es de lo más borde.
Eclipsa: Ya será menos.
La clase pasó rápidamente. Para Eclipsa, fue interesante, pero se dio cuenta de que el chico a su lado, el que no le había dicho nada, no había estado atento. Reunió el valor suficiente para saludarle antes de ir al gimnasio:
Eclipsa: *suspira y se acerca a él sonriente* Hola. Soy Eclipsa.
Globgor: ¿Hmm? Hola.
Eclipsa: ¿Tú cómo te llamas?
Globgor: Me llamo Qué Te Importa, y vengo de NadieSeMeteEnMisAsuntosLandia *se levanta y se va*
Eclipsa: *risa nerviosa* Vale, Eclipsa. No has comenzado bien, pero vale *se va al gimnasio*.
Una vez allí, la entrenadora les explicó que los pondría por parejas y, para colmo, Eclipsa y Globgor tuvieron que ir juntos:
Eclipsa: Y ¿tú llevas mucho tiempo estudiando aquí?
Globgor: No necesitas esa información para conseguir hacer una voltereta. Mejor preocúpate por no romperte la espalda, que tu padre no es enfermero.
Eclipsa: ¿Tú conoces a mi padre?
Globgor: Sí, como toda la ciudad.
Eclipsa: Entonces, habrás oído hablar de mí.
Globgor: Sí, más de lo que me habría gustado.