Peach - Jeongmo G!P
Ship sugerido por dieforSeulie espero que te guste.
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Jeongyeon estaba demasiado estresada, había salido tan enojada de su trabajo que sentía que golpearía a cualquiera que se atravesara en su camino.
Y no era para menos, pues el inútil de su jefe había ascendido a su hijo en el trabajo quien se había robado la idea y el puesto de Jeong.
Estaba demasiado enojada a pesar de recién haber recibido su salario, ella necesitaba liberar su estrés de alguna manera y a causa del coraje no pensó en una mejor idea que gastar su dinero en alcohol.
Entonces tomó dirección al lugar que solía frecuentar para ocasiones como estas.
Nuevamente se encontraba en el mismo bar donde trabajaba aquella chica que desde hace un par de meses se había vuelto la dueña de sus quincenas.
La conoció en una noche como cualquiera mientras bebía alcohol, ella llevaba tiempo frecuentando ese bar por lo que conocía a todas las chicas que trabajaban ahí, sin embargo, había una nueva empleada y Jeong no tardó en notar ese nuevo rostro de una de las bailarinas de pole.
Jeongyeon estaba fascinada con aquella chica, verla bailar simplemente la volvía loca, ella la deseaba tanto que no dudó en hacerselo saber comenzando por dejar propinas demasiado grandes en el escenario en donde la contraria realizaba sus espectáculos.
Eso no fue todo lo que Jeongyeon hizo, pues la primera vez que pudo hablar con ella no dudó en ofrecerle mucho dinero con tal de pasar la noche juntas, y aunque al principio la chica se resistió, Jeongyeon sabía que tarde o temprano ella iba a caer.
Aquella bailarina de nacionalidad japonesa se había negado a tan siquiera darle su nombre a Jeongyeon y a pesar de que esta insistió en ofrecerle una gran suma de dinero a cambio de su cuerpo la contraria se negó asegurándole que solo era bailarina.
Sin embargo, Jeongyeon no se rindió, pues cada vez que iba intentaba convencer a la contraria de estar con ella por una noche, pero la bailarina continuaba negándose.
Una noche después de tanta insistencia por parte de Jeongyeon, la japonesa decidió decirle un apodo con el que la contraria pudiese llamarla.
'Peach', ese era el apodo con el que la japonesa se identificó ante Jeongyeon y esta no podía estar más orgullosa de haber logrado obtener al menos eso de la japonesa.
Y no era para menos, pues la contraria había comenzado a sentirse segura con Jeongyeon, porque a pesar de no rendirse y seguirle insistiendo para pasar una noche con ella, Jeongyeon en ningún momento la hizo sentir incómoda o intentó tomarla por la fuerza, a pesar de haber sido rechazada en múltiples ocasiones, lo cual, la bailarina agradecía mucho, ya que en ese ambiente casi nadie solía ser educado con las empleadas.
Jeongyeon por su parte no planeaba rendirse, ella quería tener a la contraria al menos por una vez, así que cada vez que la veía intentaba hacerla cambiar de opinión nuevamente.
Porque a pesar de solamente ser bailarina, Jeongyeon apostaba a que Peach debía ser muy buena en la cama, pues aquellos bailes eróticos en el regazo que la japonesa le había regalado hacían a la coreana perder la cabeza.
La japonesa si que sabía cómo calentarla y Jeongyeon se volvía loca cada vez que tenía a la contraria sobre ella moviendo sus caderas a un ritmo delirante.
Y Peach también parecía disfrutarlo, pues no se molestaba en ocultar su sonrisa cuando sentía el miembro de la contraria despertar.
Mientras que para Jeongyeon era una tortura sentirla tan cerca y a la vez tan lejos, puesto que en medio de esos excitantes bailes eróticos Peach solía tomar sus manos y guiarlas por su cuerpo, ese cuerpo que Jeongyeon tanto deseaba marcar de una vez por todas.
Y nuevamente hoy la rutina se repetía, Jeongyeon nuevamente visitaba el lugar en busca de liberar estrés bebiendo alcohol y de paso jugar un rato con su amiga Peach.
Jeongyeon pidió una botella de Whisky apenas llegó al lugar, estaba muy enojada y lo único que quería era olvidar sus problemas por un momento.
Y una vez su botella le fue entregada ella se dirigió a un sillón cerca de los rincones en dónde siempre solía estar.
Estaba bebiendo tranquila con los ojos cerrados intentando encontrar un poco de paz en medio de todo su estrés y coraje cuando sintió unos brazos rodear su cuello y las manos de esta bajar por su pecho.
Enseguida supo de quien se trataba, pues aún sin abrir los ojos jamás podría confundir ese delicioso perfume con olor a durazno.
"Buenas noches, preciosa" Peach saludó rodeando el sillón en el que Jeongyeon se encontraba para finalmente tomar lugar en las piernas de esta.
"Ahora no, linda, estoy algo estresada" Jeongyeon fue sincera, pues a pesar de desearla mucho, en estos momentos sentía que podía desconocer a cualquier persona que se le acercara.
"Oww, pero para eso estoy aquí, puedo ayudarte a desestresarte" La japonesa se levantó para colocarse a horcajadas sobre Jeongyeon.
"Hablo en serio, Peach, será mejor que te detengas ahora o puedo llegar a ser muy ruda contigo" Jeongyeon advirtió tomando a la contraria de la cintura como acto de reflejo.
Y Jeongyeon no mentía, ya había alcohol en su sistema y el coraje que traía aún no se le pasaba, por lo cual, temía hacer algo en contra de la voluntad de la contraria a causa de las condiciones en las que se encontraba.
"Oh vamos, sé que no quieres que me detenga" La contraria tentó iniciando un vaivén con sus caderas sobre el regaso de Jeongyeon al mismo tiempo que tomaba las manos de esta para arrastarlas por su cuerpo, empezando por sus pechos para ir bajando por su cintura hasta acabar en su trasero.
Jeongyeon no pudo evitarlo y dejó un suave apretón al trasero de la japonesa, pues a pesar de intentar controlarse la contraria era una tentación bastante grande para ella.
Y Peach le había dejado muy en claro que ella era solamente una bailarina, por lo cual a pesar de las enormes ganas que tenía de follarla sabía que debía resistirse para no terminar tomándola por la fuerza.
Pero la contraria no se lo estaba dejando fácil, no cuando se encontraba restregandose contra su erección como si su vida dependiera de aquello.
Entonces Jeongyeon intentó detenerla.
"Peach, por favor vete, no me tientes ahora si al final no vas a dejarme hacer nada" Ahora Jeongyeon parecía más enojada.
Pero la japonesa simplemente sonrió, pues con el paso del tiempo se planteó la idea tener una aventura de una noche con Jeongyeon y realmente estaba tentada con aquella idea por lo que creyó conveniente ceder ante ella en esta noche.
"Pero esta noche quiero que me hagas de todo" La japonesa se acercó para susurrar algo al oído de la contraria "Por qué no vamos a una habitación y dejas ir todo ese estrés que tienes acumulado? Piénsalo, estaré en la número 13" La contaria se levantó del regaso de Jeongyeon para dejarle una llave con el número 13 marcado en esta.
Y sin más la bailarina desapareció por el pasillo que llevaba hacia las habitaciones del lugar.
Jeong tardó un par de segundos en procesar todo antes de levantarse apresurada con dirección a la habitación 13 y justo al llegar notó que la japonesa aún estaba por cerrar la puerta.
Cosa que Jeongyeon no permitió, pues detuvo aquella puerta con la mano y entró apresurada para cerrarla acorralando a la japonesa contra esta.
Y sin esperarlo más finalmente besó a la contraria.
Compartieron un beso demasiado acalorado, lleno de pasión y deseo, el cual ambas venían anhelando desde un tiempo atrás.
Y sin perder el tiempo la coreana levantó a la contraria de los muslos para hacerla enredar sus piernas al rededor de su cintura y presionarse fuerte contra ella.
Un pequeño jadeo escapó de los labios de la japonesa al sentir más cerca el miembro de la contraria al mismo tiempo que las manos de Jeongyeon la liberaban de la ropa que llevaba, la cual, constaba únicamente de una bata de seda y un sensual conjunto de encaje negro.
"Eres preciosa, Peach" Jeongyeon se separó del beso para admirarla un poco.
"Soy Momo" La japonesa aclaró, quería escuchar su nombre real salir de los labios de la coreana "Ese es mi nombre real".
"Es hermoso, totalmente digno de tí" Jeongyeon alagó "Pero lamento informarte que escogiste un muy mal día para aceptar mi propuesta, Momo" Advirtió la coreana.
"No estoy aceptando ninguna propuesta" Momo aclaró "Solo quiero follar contigo".
Y Jeongyeon soltó una leve risita, definitivamente Momo no sabía en lo que se estaba metiendo.
Entonces Jeongyeon decidió no desperdiciar más tiempo para llevar hasta la cama a la contraria y terminar de deshacerse de su ropa interior notando lo mojada que estaba la contraria.
Al ver aquello sintió su miembro sacudirse, necesitaba demasiado follar de una vez por todas a Momo.
Y Momo pareció notar su necesidad, pues dirigió su mirada a la entrepierna de la contraria notando el enorme bulto que se marcaba en sus pantalones, a decir verdad, aquello le enorgullecía, pues su ego crecía al saber que ella ponía así a la coreana.
Intentó dirigir sus manos al bulto de la coreana para acariciarla por encima de su ropa, pero sus manos fueron tomadas por las manos de Jeongyeon y colocadas sobre su cabeza.
"Tienes que saber que la que tiene el control aquí soy yo, no puedes hacer nada a menos que yo lo ordene o me lo pidas" Jeongyeon informó quitándose la corbata para ponerla sobre los ojos de la contraria y amarrarla por detrás de su cabeza impidiendo que esta pudiera mirar "Y quiero silencio absoluto, entendido?".
Momo solamente asintió ante eso.
"Bien" Jeongyeon felicitó "Te quiero en cuatro ahora mismo".
Y Momo lo hizo sin pensarlo dos veces, estaba tan impaciente por saber todo lo que Jeongyeon le haría.
Sin embargo no esperó recibir una nalgada, demonios, eso realmente había dolido, pero ella no quería gritar y hacer enojar a la contraria.
"Buena chica" Jeong felicitó su silencio mientras acariciaba el área que había golpeado "Tal vez debería darte un premio".
Dicho esto la coreana comenzó a deshacerse de su ropa hasta quedar totalmente desnuda y tomó sus pantalones para buscar un preservativo en uno de los bolsillos de este y sacar su cinturón antes de arrojarlo al piso.
Tomó su miembro con una de sus manos y comenzó a frotarlo de arriba a abajo sintiendo como cada vez se hacía más grande por la excitación hasta el punto de sentir sus venas marcarse, cuidadosamente abrió el preservativo y lo deslizó por su miembro hasta cubrirlo por completo antes de acercar su pene a la vagina de Momo para rozarla y separar sus pliegues.
Momo realmente quería gemir, estaba tan necesitada por sentirse llena con el miembro de la contraria y el hecho de tener los ojos vendados simplemente la hacía excitarse aún más.
"Por favor haz algo" Momo rogó jadeando "Ahh" Y un grito escapó de sus labios al sentir a Jeongyeon golpearle la espalda con su cinturón.
"Te dije que quería completo silencio" Jeongyeon le recordó dejando un segundo golpe en la espalda de esta.
Y Momo enterró su rostro entre las sábanas para morderlas con fuerza en un intento por silenciar sus gemidos.
A pesar de que a la coreana no le gustaba que le exigeran, ella realmente necesitaba satisfacer su excitación, por lo cual terminó por adentrarse en la intimidad de Momo notando como esta curvava su espalda y mordía con fuerza una almohada.
Jeongyeon estaba orgullosa de ella, realmente se estaba portando muy bien al mantener el silencio que le había pedido, entonces comenzó a moverse creando un ritmo constante de embestidas a la intimidad de Momo subiendo cada vez más la velocidad.
"Gime mi nombre" La coreana pidió tomando a Momo del cabello para levantar su cabeza.
"Ahh, Jeongyeon" La japonesa finalmente soltó los gemidos que había estado reprimiendo.
Realmente necesitaba gemir al sentir a Jeongyeon llenarla tan bien, sintiendo como salía casi por completo de ella y volvía a entrar a una velocidad delirante, era conciente de que estaba siendo un poco ruidosa, pero no podía retenerlo y mucho menos cuando sintió los dedos de Jeong jugar con su clítoris mientras que su otra mano se mantenía sujetando su cabello.
"Ahh" Momo gimió fuerte al sentir como Jeongyeon hacía circulos con su miembro dentro de ella y tocaba lugares que la hacían delirar.
Jeongyeon al notar que Momo parecía disfrutar en cierto lugar decidió penetrarla justo ahí escuchando gemidos más fuertes, entonces supo que había encontrado el punto G de la japonesa y se dedicó a embestir ahí.
Un nudo comenzaba a formarse en el vientre de Momo, lo cual la hizo tensarse un poco y apretar el miembro de la contraria con sus paredes, las cuales no dejaban de producir fluidos.
La coreana realmente estaba disfrutando de como Momo la apretaba y posiblemente eso la haría llegar más pronto, se sentía delicioso como las paredes de la contraria se volvían cada vez más estrechas hasta el punto de dificultar sus embestidas.
Fue necesario que Jeongyeon empleara más fuerza para poder seguir penetrando a la contraria hasta que sintió como esta se tensaba y su miembro era bañado por calientes fluidos que se escurrían por las piernas de la japonesa.
Al sentir la fuerza con la que Momo la apretaba y lo caliente de sus fluidos no pudo evitar correrse dentro del latex del condón que utilizaba y soltando el cabello de Momo tomó su cinturón para dejar un par de golpes más en la espalda de esta, pues Jeongyeon en ningún momento le permitió correrse.
Momo ni siquiera sabía porqué estaba siendo golpeada, pero para ella solo era exitante sentir el cuero de ese cinturón inpactarse contra su piel.
Habían unas cuantas marcas en su espalda debido a los golpes, pero ella solo podía disfrutarlo, le parecía completamente delicioso sentir aquel dolor en su piel al mismo tiempo que Jeongyeon prolongaba su orgasmo con sus penetraciones.
Un golpe más impactó contra la piel de la espalda de Momo, antes de que Jeongyeon soltara el cinturón y acariciaba las heridas que había dejado en la japonesa, para después dar un beso en el área y finalmente salir de ella.
La coreana dió unas cuantas caricias más a la intimidad de la japonesa antes de llevarse los dedos a su boca probando la esencia de esta y finalmente se sacó el condón para atarlo y tirarlo al contenedor de basura que había en la habitación.
Momo finalmente se dejó caer a la cama para quitarse la corbata de Jeongyeon de los ojos y con la respiración errática la atrajo para besarla una vez más hasta que el aire hizo falta.
Una vez se separaron terminaron acostándose al lado de la otra con la mirada fija en el techo mientras intentaban recobrar algo de energía.
"Si hubiera sabido que eras tan buena no te habría rechazado por tanto tiempo" Momo aclaró riendo mientras dirigía su mirada a Jeong al lado de ella.
Y Jeongyeon también rió para finalmente levantarse y comenzar a colocar su ropa, porque después de todo ambas debían irse, no podían quedarse a pasar la noche en esa habitación de bar.
Jeongyeon sintió algo de nostalgia al saber que probablemente había sido una oportunidad única, pero al menos esperaba poder seguir viendo a la japonesa en sus presentaciones nocturnas o beber unas cervezas con ella, se había acostumbrado tanto que comenzaba a cuestionarse lo que realmente sentía por ella, porque a diferencia de las demás chicas con las que había estado ellas simplemente hacían su trabajo como prostitutas de una noche, sin embargo, con Momo había sido diferente, la había conocido y hablado con ella, incluso la consideraba amiga, pero al final de todo esta noche terminaba siendo nada y Jeongyeon debía cumplir lo que prometió, así que una vez terminó de vestirse sacó de su billetera la suma de dinero que le había ofrecido antes a Momo y lo dejó sobre la mesita que había ahí con algo de decepción en su mirada, no por el dinero, aquello no era problema, sino porque sentía que eso que había compartido con Momo terminaba siendo un simple negocio.
Y en silencio se dió la vuelta con dirección a la puerta de aquella habitación.
"Acaso eres tonta?" Momo sorprendió a la coreana con aquellas palabras por lo cual esta última regresó confundida su mirada a la japonesa "Te dije que no acepté tu propuesta, así que llevate tu dinero" Momo aclaró.
"Pero todo empezó por eso, yo te lo ofrecí" Jeongyeon recordó.
"Y yo rechacé tu propuesta, dije no quería follar contigo por dinero, ese no es mi trabajo" Momo insistió levantándose para entregarle su dinero "Pero si no te quedó claro podemos ir a tu casa y te lo explico mejor" Susurró la japonesa en el oído de Jeongyeon al llegar hasta ella y dejó un suave beso en su mejilla.
Y finalmente Jeongyeon sonrió.
Definitivamente iba a llevársela a casa.
Lo siento pero no puedo imaginar a Momo pasiva, aún así hice el intento, espero que lo hayan disfrutado.
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