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Estocolmo - Satzu Pt. 2

El arma que Tzuyu sostenía apuntaba fijamente a la cabeza de Sana y esta última yacía con los ojos cerrados esperando solamente por su trágico destino.

Sin embargo, se sorprendió al sentir la otra mano de Tzuyu sujetarla por la cintura y acercarla más a ella para comenzar a besarla sin dejar de apuntarle a la cabeza.

"Pero qué?" Sana intentó hablar en medio del beso debido a la confusión siendo interrumpida por la lengua de Tzuyu que intentaba entrar desesperada en su boca "Tzuyu! Qué haces?" Sana preguntó cuando logró apartarse.

"No era esto lo que querías?" Tzuyu se detuvo mostrando confusión al igual que Sana.

"No! Osea sí! Pero... Ahg, Tzuyu! Por qué haces esto más complicado?" Sana preguntó dejando su cabeza caer contra el pecho de la menor.

"No te estoy entendiendo, linda, qué querías hacer?" Tzuyu tomó el rostro de Sana para mirarla de frente y poder acariciar sus mejillas ahora que por fin tenía las manos libres.

"Olvídalo" La mayor se levantó y volvió a atar las manos de Tzuyu a la silla no sin antes quitarle el arma y finalmente salir del sótano dando un portazo.

Y Tzuyu sonrió ladina, parecía que las cosas estaban saliendo bien, pues Sana poco a poco comenzaba a confiar en ella y Tzuyu necesitaba conseguir su confianza absoluta para que el golpe final fuera aún más fuerte para la japonesa.

Porque Tzuyu no solamente quería venganza, ella quería arruinar por completo a Sana después de lo que la mayor le había hecho.

...

Los días pasaron y al parecer los papeles se habían invertido. Sana intentaba ser fuerte ante los coqueteos de Tzuyu, quien no perdía ni la más mínima oportunidad para ponerla nerviosa.

Un claro ejemplo era este mismo instante en el que Sana se encontraba sentada a horcajadas en su regazo como de costumbre para alimentarla y Tzuyu no había parado de gemir con cada bocado que daba.

"Mhg~ Sana" La menor gimió mientras comía de lo que Sana le daba en la boca "Demonios cariño~ hay algo que no hagas bien?" continuó provocándola "Estoy segura de que todo lo haces así de rico" La menor se removió debajo de su cuerpo cuando Sana bajó el plato vacío al piso "Si que sabes como satisfacerme" Intentó seguir provocándola.

Pero Sana perdió la paciencia con ella, Tzuyu había comenzado a ser irritante.

"No puedes cerrar la boca por un maldito minuto?!" La mayor explotó apuntando a la boca de Tzuyu con su arma.

Pero esta última solo rió y sacó la lengua para lamer la punta del arma en círculos.

Y Sana sintió su piel erizarse ante eso.

"Carajo, te voy a meter un balazo en la cabeza!" Sana gritaba realmente harta del comportamiento de la menor.

"Por qué no mejor metes tu cabeza entre mis-" La taiwanesa intentó siguirla molestando, pero fue interrumpida por el grito de Sana.

"Silencio!" Sana soltó un balazo al piso debido a la frustración.

Pero Tzuyu no tenía miedo, lo había perdido desde que supo que Sana era incapaz de lastimarla.

Así que solo esperó unos minutos para que Sana se tranquilizara, pues a pesar de ser inofensiva con ella también era bastante impulsiva y no sabía controlar sus emociones.

"Ya estás mejor?" La menor rompió el silencio cuando Sana finalmente estuvo tranquila.

"Que mierda quieres de mí?" Sana preguntó cansada del comportamiento de Tzuyu.

"Un beso" Respondió la otra con una sonrisa.

Y Sana rodó los ojos todavía molesta.

"Y después de eso te callas?" Preguntó completamente esperanzada al ver a Tzuyu asentir.

Entonces la mayor volvió a tomar asiento sobre ella y sin más comenzó un beso suave entre las dos.

Y a pesar de lo mucho que Tzuyu quisiera provocar a Sana volviendo tosco ese beso simplemente se limitó a disfrutar de la suavidad de este como si no hubiera nada más que amor detrás de aquella muestra de afecto.

Sin embargo, la realidad era muy diferente y Tzuyu tenía que recordárselo constantemente a sí misma, pero no pudo evitar olvidarlo por unos segundos mientras disfrutaba de los labios de Sana acariciando los suyos con cariño hasta que finalmente se separaron.

Y entonces Tzuyu recordó porqué hacía todo esto.

"Desátame" Pidió la taiwanesa mirando fijamente a los ojos de Sana.

Aunque para ser sincera no esperaba a que la mayor cediera tan fácil.

Sin embargo, Sana lo hizo.

Había perdido el temor de dejarla libre, pero aún no se lo había dicho a Tzuyu porque temía estar equivocada, aunque últimamente parecía que se estaban entendiendo, pues con el pasar del tiempo la menor ya no intentaba huir de ella y de cierta manera aquello la tranquilizaba, pues creía que Tzuyu había decidido quedarse ahí por amor a ella.

Porque cuando le entregó el arma Tzuyu la dejó vivir a pesar de haber tenido la oportunidad de escapar.

Entonces decidió seguir a su corazón cuando este le dijo que Tzuyu finalmente la amaba y quería estar con ella por decisión propia, así que se dejó llevar sintiendo las manos de Tzuyu tomar posesión de su cuerpo y pegarla más a ella antes de iniciar un apasionado beso.

Las manos de la menor no tardaron en aventurarse por el abdomen y los pechos de Sana haciendo a esta estremecerse al sentir la forma tan descarada en la que Tzuyu la acariciaba.

La piel de Sana parecía arder bajo el toque de la menor quien se había aventurado a tocar los pechos de Sana por debajo de su ropa sintiendo como sus pezones se endurecían en sus palmas tal como la primera vez que los había tocado en la ducha.

Porque Tzuyu sabía que no necesitaba pedir permiso para poseer el cuerpo de Sana, y aunque tal vez ella era su prisionera, en realidad ambas sabían que Sana era quien le pertenecía a Tzuyu.

Poco a poco la ropa de Sana fue quedando dispersa por el piso junto a su arma a causa de Tzuyu quien con delicadeza quitaba cada una de sus prendas hasta tenerla casi desnuda sobre ella, pues la única prenda que ahora había en el cuerpo de Sana eran sus bragas que a este punto estaban totalmente húmedas.

La menor no podía negar que estaba maravillada.

Porque a pesar de que en el fondo de su mente ella aún odiaba a Sana no podía evitar admirar el cuerpo escultural de la mayor, era hipnotizante mirar cada una de sus curvas y no había mentido cuando en la ducha mencionó que ocultaba su orientación de la sociedad tratando de esa manera tan despectiva a la pobre japonesa.

Pero a pesar de lo que alguna vez pudo llegar a sentir por ella ahora solo quedaba odio puro en su corazón, Sana la había secuestrado y mantenido encerrada en ese horrible sótano, y Tzuyu mentiría si dijera que no quería matar a Sana en ese momento en el que ella le entregó el arma. Pero Sana debía sufrir, y Tzuyu no era tonta como para dejarla morir sin antes hacerla pagar por su crímen cometido.

Así que ideó el plan perfecto para ganar su confianza y apuñalarla por la espalda en el momento menos pensado por la japonesa.

Porque Sana se estaba dejando guiar por su corazón enamorado cuando Tzuyu por su parte seguía manteniendo la cabeza fría en busca de venganza.

Así que finalmente hizo a Sana levantarse una vez más para poder quitarle la última prenda del cuerpo y cuando volvió a tenerla sobre ella aventuró su mano derecha a jugar con el clítoris de la mayor.

Frotó con delicadeza aquella terminal nerviosa y separó sus pliegues para finalmente hundir dos dedos en la intimidad de Sana quien gruñó abrazándose a la espalda de la menor.

Las cálidas paredes de Sana abrazaban los dedos de Tzuyu quien se mantenía inmóvil esperando a que la mayor se acostumbrara a los intrusos y cuando sintió a Sana removerse sobre ella supo que era momento de moverlos, lo cual, fue sumamente fácil debido a lo mojada que Sana se encontraba.

Bastaron un par de minutos manteniendo ese suave ritmo para que Sana sintiera el orgasmo comenzar a construirse en su vientre y después de unos cuantos frotes en el clítoris de la mayor con el pulgar de Tzuyu finalmente los jugos de la mayor comenzaron a salir.

Estaba haciendo un desastre mojando los pantalones de Tzuyu con su orgasmo, pero ninguna de las dos le dió importancia hasta que finalmente Sana acabó de correrse sobre ella.

Y entonces se abrazó con fuerza de Tzuyu besando una vez más sus labios en forma de agradecimiento a lo que la menor había hecho por ella.

Entonces cuando finalmente se recuperó y estaba a punto de irse Tzuyu rompió el silencio.

"Quiero que me devuelvas el favor" Pidió la menor con determinación en la mirada.

Y cuando Sana sintió a Tzuyu acariciarle la cabeza entendió lo que tenía que hacer.

Así que se arrodilló frente a ella y bajó sus pantalones hasta sus pantorrillas, y sin más, acercó su boca hasta la intimidad de la menor aún cubierta por sus bragas e inhaló profundamente embriagándose con el olor de Tzuyu antes de pasar su lengua por encima de sus bragas.

Y sin más, Sana hizo a un lado las bragas de Tzuyu para comenzar a lamer directamente su vagina.

Había esperado tanto tiempo por esto que ahora le parecía irreal.

Pero ahí estaba Tzuyu, con las piernas abiertas para ella mientras gruñía maldiciones a causa de lo bien que la hacía sentir la lengua de Sana.

Fue alucinante sentir la boca de Sana comerla como toda una experta, que no pudo evitar correrse a tan solo unos minutos de haber comenzado.

Y cuando Tzuyu finalmente terminó de liberar todos su jugos en la boca de la mayor esta finalmente se levantó del piso y tomó sus pertenencias para seguidamente abandonar el sótano sin siquiera decir adiós.

A diferencia de los días anteriores, Sana no volvió a atarla y dejó la luz del sótado encendida.

Entonces cuando Tzuyu notó que Sana se había ido esperó un par de minutos antes de levantarse de la silla y subir las escaleras encontrando la puerta abierta.

Y con el corazón latiendo a mil se aventuró a salir del sótano teniendo la total libertad de andar por la casa.

Pero se sintió bastante extraña que lo único que terminó por hacer fue tomar una ducha y robar algo de ropa limpia de Sana antes de volver al sótano.

Porque a decir verdad el repentino cambio en la actitud de Sana la había confundido, pues hace apenas unas horas Sana aún la esposaba para llevarla a la ducha y ahora estaba libre para andar por ahí como si fuera solo una invitada.

Así que solamente regresó al sótano y se acostó en el piso para pasar una noche más ahí, porque dormir sentada era bastante incómodo, y además, habían dejado los rastros de sus orgasmos en esa silla.

Por otro lado, Sana pasó toda la noche arrepentiéndose una vez más de haber secuestrado a Tzuyu, porque ella sentía culpa, tanta culpa que no se imaginó sentir cuando apenas ideaba el plan para traer a Tzuyu a casa.

Y sin poder evitarlo lloró, se pasó la mayor parte de la noche llorando mientras se planteaba maneras de solucionar lo que había hecho.

Pero no encontró una salida, y a pesar de las ganas que tenía de acabar con su propia vida ella no pudo hacerlo, se acobardó al último segundo cuando ya había cargado su arma y la había puesto contra su cabeza, sin embargo volvió a intentarlo y solamente terminó llorando aún más después de haber metido el arma en su boca con la intención de jalar el gatillo.

Ella no quería ir a la cárcel, pero tenía tanto miedo de morir, no podía matarse sola y al parecer Tzuyu tampoco tenía intenciones de matarla.

Así que acabó llorando sin saber lo que el futuro tenía preparado para ella.

Amaba a Tzuyu, realmente lo hacía, pero ya no podía seguir lidiando con la culpa de haberla secuestrado.

Estaba pagando por sus malas decisiones con aquel sentimiento de arrepentimiento, el cual, no creyó sentir antes de tener a Tzuyu en casa.

Porque de haber sabido cómo se sentía ella jamás la habría secuestrado.

No era una mala persona, o al menos eso quería creer, solo había vivido cosas difíciles a lo largo de su vida familiar, escolar y social, pero ella no quería hacerle daño a nadie y mucho menos a esa persona que aseguraba amar, sin embargo, ya lo había hecho y ahora no había marcha atrás.

Entonces terminó durmiendo en medio de llanto y lamentaciones.

...

A la mañana siguiente Sana bajó al sótano encontrando a Tzuyu durmiendo en el piso, no hizo mucho ruido, solamente fue a limpiar el desastre del día anterior y regresó para dejar una manta sobre el cuerpo de Tzuyu.

Minutos después regresó con un plato de comida para Tzuyu quien ya había tomado asiento nuevamente en la silla.

"Eres tonta?" Sana preguntó algo molesta.

"Buenos días a tí también, cariño" Tzuyu bromeó.

Pero Sana solo rodó los ojos y le entregó el plato a Tzuyu.

"Dejé la puerta abierta anoche" Sana trató de hacer a Tzuyu entender, pero esta no mostró ni una pizca de sorpresa, así que Sana se rindió "desayuna rápido, vendré a buscar el plato en unos minutos".

"No me darás de comer en la boca?" Tzuyu hizo un puchero, pero Sana solo la miró mal, pues estaba intentando ser indiferente con ella en un intento desesperado por sacarla de su corazón.

"Tienes las manos libres" fue todo lo que la mayor respondió antes de salir del sótano con un portazo.

Y con esa misma actitud fría por parte de Sana los días continuaron pasando, pero por más que Sana trataba de dejar de amar a Tzuyu ella simplemente no podía hacerlo.

Porque solo había una salida si ella no quería acabar muerta o en la cárcel, y esa era matando a Tzuyu, pero por más que trató de hacerse la idea simplemente no pudo, pues ella estaba completamente loca por Tzuyu y cada vez que la miraba no podía evitar que su corazón bombeara con fuerza, esa taiwanesa era todo para Sana y simplemente no podía si quiera imaginarse haciéndole daño.

Sana prefería mil veces morir antes que matar a Tzuyu, y estaba en un verdadero dilema porque al mismo tiempo tenía tanto miedo de morir.

Habían pasado meses desde que Tzuyu había desaparecido y a este punto su familia ya se había hecho la idea de que simplemente se había marchado con alguien más tal como mostraba el video del estacionamiento de la escuela.

Aunque la realidad era realmente diferente, pero la policía no le había tomado la importancia necesaria luego de haber visto ese video, aunque por simple protocolo ellos permanecían interrogando a los amigos y conocidos que Tzuyu solía tener en la escuela, lugar en donde la vieron por última vez.

Sin embargo, Sana parecía estar a salvo de ellos debido a que después de meses la policía ni siquiera había pasado cerca de su casa, pero de lo que no estaba a salvo era de su conciencia que la atormentaba día y noche al reclamarle lo psicópata que era por tener a su amor platónico atada en el sótado.

Tzuyu por su parte también estaba teniendo luchas contra su mente, pues a partir del cambio en la actitud de Sana había comenzado a sentirse algo extraña, pero se negaba a creer que extrañaba la atención que Sana solía darle.

Ella no podía sentir eso, Sana no era una buena persona así que debía alejarse de ella.

Pero por el contrario ella se había quedado, aunque trataba de convencerse de que solamente estaba esperado el momento perfecto para poder herir a la japonesa.

O al menos eso intentaba creer.

Sin embargo, su mente parecía estarle jugando una broma muy pesada, así que debía actuar rápido antes de que terminara de enloquecer al igual que Sana.

Entonces no lo aplazaría más y llevaría a cabo su plan de venganza esa misma noche.

Así que cuando vio a Sana llegar con su cena no perdió la oportunidad de comenzar a seducirla.

"No quiero comer" Tzuyu bajó la cabeza cuando Sana le acercó el plato de comida.

"No puedes saltarte la cena, es malo para tu salud" Sana insistió acercando el plato.

"Tengo antojo de otra cosa" Dijo Tzuyu sin mirarla.

"Qué quieres comer? Puedo prepararlo o pedirlo a domicilio, solo dime qué comida quieres?" Sana trató de buscar soluciones.

"Una japonesa" Pero Tzuyu simplemente soltó un par de palabras con doble sentido mientras movía las cejas.

"Basta de bromas y come" Sana contestó irritada acercando de nuevo el plato al notar que Tzuyu no hablaba en serio.

"No pienso comer hasta que vuelvas a ser linda conmigo" la menor mostró sus ojos de cachorro.

"De qué hablas Chou?" Sana se hizo a la desentendida.

"Por qué comenzaste a tratarme mal? Acaso ya no sientes nada por mí? Dejé de ser bonita para tí?" Tzuyu comenzó a atacarla con preguntas que golpearon directo al corazón de la mayor.

"No es eso" Y Sana finalmente perdió la batalla.

"Entonces?".

"Yo... Ahg, ya basta! Qué intentas conseguir con todo esto? Dime de una vez qué es lo que quieres" Sana se rompió frente a ella y comenzó a llorar dejando caer al piso el plato de comida.

"Te quiero a tí" Aquellas palabras que Tzuyu soltó solo rompieron un poco más el corazón de Sana quien comenzó a negar con la cabeza.

"Lo lamento, lamento haber hecho todo esto" Sana cayó de rodillas al piso sin dejar de llorar.

"Si realmente lo haces entonces bésame" Pidió la menor confundiendo más a Sana quien a este punto creía que la menor realmente sentía algo sincero por ella.

Así que se permitió probar una vez más esos labios que tanto adoraba y por los que había cometido tantas locuras.

Besó a Tzuyu con tanta hambre y deseo mientras tomaba asiento a horcajadas sobre ella.

Y Tzuyu lo devolvió, pues necesitaba hacer esto creíble para poder salir de ahí esa misma noche.

En medio de aquel acalorado beso, Tzuyu finalmente tomó la iniciativa de tomar los muslos de Sana para levantarse y cargarla con dirección a la puerta del sótano sin romper el beso.

La mayor no puso resistencia y se dejó llevar por lo bien que se sentía fantasear con una vida perfecta al lado de su amor imposible que finalmente parecía corresponderle, y con un poco de ayuda Tzuyu llegó hasta la habitación de Sana para finalmente depositarla sobre su cama mientras comenzaba a deshacerse de la ropa de ambas.

Por desgracia el cuerpo de Sana lucía bastante sexy debajo de Tzuyu, la cual intentaba no pensar mucho en ello o de lo contrario su plan fracasaría, pero le era imposible concentrarse mirando el pálido pecho de la mayor cubierto de una fina capa de sudor subir y bajar a causa de su respiración que se había vuelto errática.

Así que no pudo evitar pasar su lengua desde el valle de los senos de Sana hasta su cuello en donde se entretuvo dejando un par de marcas mientras que con su rodilla estimulaba el clítoris de la mayor.

Y en medio de su excitación Tzuyu subió su boca hasta la oreja de Sana para susurrar un par de palabras sucias al mismo tiempo que las yemas de sus dedos dejaban caricias suaves por el abdomen de la última.

Sana estaba demasiado caliente por culpa de Tzuyu quien no paraba de jugar con ella y provocarla, así que comenzó a frotarse contra la rodilla de Tzuyu en busca de más de fricción en su entrepierna, y esta última sonrió al sentir los fluidos de Sana mojarle la rodilla.

Así que la menor bajó un poco más su mano derecha hasta llegar a la intimidad de Sana en donde arrastró sus dedos para recoger un poco de los fluidos de la mayor y juguetear con ellos frotando suavemente la extensión vaginal de la contraria.

Asombrosamente para Tzuyu se sentía tan bien tocar ese cuerpo prohibido, era como un pecado del que no podía detenerse, y se permitió caer un poco más en él cuando decidió sumergir un dedo detro de Sana, quien arqueó la espalda al sentir lo profundo que Tzuyu podía llegar con esa gran mano que tenía.

No apartó su rodilla de la entrepierna de Sana mientras que su dedo medio se deslizaba suavemente de adentro hacia afuera en la intimidad de la japonesa.

Y cuando sintió el interior de la mayor apretarse comenzó a presionar con su pulgar el clítoris de Sana obteniendo suspiros y más fluidos como respuesta, entonces retiró su mano de la intimidad de la mayor para embarrar los fluidos de Sana en uno de sus duros pezones.

"Dónde está tu arma?" Tzuyu preguntó mientras presionaba su rodilla en la intimidad de la mayor quien sin poder hablar señaló su pantalón que yacía tirado en el piso.

Entonces la menor se estiró un poco para poder alcanzarlo y sacar el arma de ahí.

"Está cargada?" Preguntó la menor recibiendo un asentimiento como respuesta "Chúpala" Pidió Tzuyu acercando aquel objeto a la boca de la mayor quien obediente sacó la lengua y llenó de saliba la punta del arma.

Y cuando Tzuyu estuvo satisfecha bajó el arma para comenzar a masturbar a la mayor con dicho objeto que sin demorar comenzó a llenarse de fluidos.

Sana estaba hecha un lío, aquello le había parecido enfermizamente excitante que no pudo evitar correrse una segunda vez llenando de fluidos el arma que Tzuyu sujetaba.

Pero la menor no se detuvo y continuó frotando hasta que el orgasmo de la contraria terminó.

Entonces apartó el arma, completamente mojada, de la intimidad de Sana y la llevó hasta una de las mejillas de la mayor para embarrar ahí un poco de sus propios fluidos.

Y a pesar de lo mucho que lo estaba disfrutando, Sana comenzó a sentir el sueño avecinarse, pues además de los dos orgasmos que había tenido, llevaba varias noches sin dormir por estar llorando mientras se arrepentía de sus malas decisiones.

Pero por esta noche parecía haberlo olvidado todo y simplemente se dejó llevar por lo tranquilo del momento antes de finalmente caer dormida en los brazos de Tzuyu, quien se encargó de cubrirlas a ambas con una manta.

Pero aquel momento de tranquilidad no duró mucho cuando Tzuyu recordó a lo que había venido.

Y sin más se levantó de la cama tomando el arma de Sana, que aún tenía un poco de sus fluidos, y la apuntó a la cabeza de la mayor quien dormía plácidamente en su cama aún conservando una pequeña sonrisa relajada por todo lo que había sucedido recientemente.

Entonces Tzuyu sintió su corazón apretarse en su pecho, pero lo ignoró mientras colocaba su dedo índice sobre el gatillo del arma dispuesta a acabar con la vida de Sana.

Pero un suave ronquido fue suficiente para debilitarla y con un par de lágrimas aproximándose en sus ojos entendió que había caído bajo los encantos de Minatozaki Sana.

Entonces bajó el arma al darse cuenta de sus sentimientos por ella, y arrepentida de tan siquiera pensar en lastimar a la japonesa volvió a tomar lugar al lado de la mayor para finalmente dormir junto a la delincuente que había robado su corazón.

...

Un ruido proviniente de la puerta principal las despertó a ambas, era temprano por la mañana, pero parecía que alguien estaba llamando a la puerta de Sana, así que esta se levantó colocándose una bata y sus pantuflas para ir a ver de qué se trataba.

Tzuyu también lo había escuchado, pero tenía demasiado sueño como para reaccionar, sin embargo, al sentir a Sana salir de la cama la curiosidad la invadió y se colocó también una bata que encontró en la habitación de la mayor para caminar con dirección a donde provenían voces que parecían pertenecer a un par de hombres.

Y desde las escaleras, Tzuyu notó que se trataba de dos policías que parecían estar tomando medidas agresivas contra Sana.

"Está segura, señorita? Porque las cámaras indicaban que Tzuyu se había ido con usted" La taiwanesa escuchó a uno de los oficiales afirmar con notable enojo en la voz.

"En serio, ella no está aquí" Sana parecía asustada.

"Entonces no le importará que pasemos a revisar" El segundo policía empujó levemente a Sana en un intento por irrumpir en su hogar.

Entonces Tzuyu sintió su sangre hervir al verlo actuar de esa manera contra Sana y bajó las escaleras tan rápido como pudo para abrazar la cintura de Sana por detrás de manera posesiva.

"Qué está pasando aquí? Todo bien, amor?" Tzuyu preguntó contra la mejilla de Sana antes de dejarle un beso que la hizo sonrojarse por aquel repentino comportamiento.

"Usted es Chou Tzuyu?" El oficial que había empujado a Sana preguntó mientras sacaba la foto que la familia de Tzuyu les había dado para confirmar si se trataba de la joven.

"Sí, algún problema, oficial?" Tzuyu preguntó aún sin apartar sus brazos de la cintura de Sana.

"Llevamos meses buscándola, está aquí por voluntad propia?" El otro oficial preguntó acercando su mano a su arma.

Entonces Tzuyu pasó a Sana detrás de su cuerpo para protegerla de cualquier posible consecuencia.

"Lo estoy" Respondió seca notando a los policías relajarse y comenzar a alejarse de la puerta mientras Sana sujetaba los hombros de Tzuyu y asomaba un poco su cabeza para mirar lo que sea que estuvieran haciendo aquel par de policías.

"Está bien, lamentamos las molestias" Ellos se disculparon apenados "Pero será mejor que llame a sus padres para informarles, ellos están muy preocupados" Y sin más, ambos policías partieron de ahí.

Entonces Tzuyu cerró la puerta y se volteó para tomar a Sana de los hombros y acorralarla contra la puerta antes de tomar sus labios en un suave beso.

Esa misma mañana Tzuyu llamó a sus padres para avisarles que estaba bien y disculparse por preocuparlos.

Y unos días después ambas volvieron a la universidad como una pareja, dejando a todos perplejos al notar aquel inesperado hecho, pues desde que ambas desaparecieron se habían esparcido rumores de que Sana le había hecho algo malo a Tzuyu, pues la mayoría de los alumnos la tachaban de loca por estar enamorada de aquella taiwanesa.

Pero Tzuyu se encargó de limpiar el nombre de la mayor y asegurar que habían escapado juntas con la intención de descansar un rato de lo tóxica y cruel que la sociedad podía llegar a ser con ellas.





...
A/N

Tengo mucho sueño...

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