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Baby girl - Saida

Muchas veces la vida suele ser injusta, demasiado para ser sinceros, algunos estan en la cima desde el nacimiento y otros simplemente son privados de necesidades básicas como lo son el agua y la comida.

Pobreza extrema aquí y allá, niños huérfanos que fueron abandonados en las calles por falta de recursos o simplemente porque sus padres murieron de hambre.

Y por desgracia esa última era la vida que llevaba Kim Dahyun, una adolescente de diecisiete años que había vivido en las calles desde que tenía memoria.

Su madre había muerto cuando ella apenas era una niña de 8 años, y a pesar del tiempo, ella seguía culpándose por la muerte de su madre, quien le había cedido lo último que les quedaba de agua en uno de los días más calurosos del año, razón por la cual murió deshidratada al salvar la vida de su hija.

Fue una experiencia traumática para la menor ver el cuerpo de su madre tendido en la calle sin que nadie le tomara importancia y aún más doloroso para ella cuando finalmente el gobierno recogió su cuerpo sin vida hasta que algunos ciudadanos comenzaron a quejarse por el mal olor del cadáver.

Pero eso no era nada nuevo, pues al año se reportaban muchos casos de muerte de personas en condiciones de calle, y aunque muchos pensaban que vivir en Seúl constaba en estar rodeado de privilegios ese no era el caso de Kim Dahyun, pues ella simplemente podía mirar de lejos como la gente poderosa comía la comida más deliciosa en los lugares más costosos mientras ella se moría de hambre.

Afortunadamente había aprendido de otras personas de su misma condición, y con algo de dinero que algunas personas de buen corazón le regalaron ella pudo comprar unos cuantos dulces para revenderlos y ganar un poco más de dinero, al principio fue duro, pero con el tiempo se había adaptado y creía que si continuaba esforzándose algún día conseguiría salir de ese estilo de vida que llevaba.

Uno de sus más grandes sueños era volverse modelo, pues al vivir el Seúl estaba rodeada de anuncios publicitarios de marcas de lujo y gracias a eso había conocido a su mayor inspiración.

Minatozaki Sana, modelo de Prada y embajadora de Graff, además de estar asociada a diversas marcas de maquillaje y skincare.

Dahyun soñaba en algún día ser como ella, bonita y ridículamente multimillonaria a la corta edad de veintisiete años, pero sabía que ese era solo un estúpido sueño que jamás se le haría realidad, se había resignado a que algún día moriría de la misma forma que su madre lo hizo.

Sin embargo, además de ser injusta, la vida aveces puede dar giros completamente inesperados y aún las personas más exitosas pueden estar careciendo cosas que no podemos saber.

Y en el caso de Minatozaki Sana era amor, pues a pesar de todo el dinero que tenía, algo que no podía comprar aún con toda su fortuna era algo de cariño real, pues al ser tan exitosa y reconocida sus amigos y familia habían comenzado a verla como un simple fajo de billetes, y por si fuera poco ella no podía hacer amigos nuevos o interesarse en alguien de forma romántica, pues era muy probable que la gente nueva solo se acercara a ella por interés.

Porque a pesar de siempre mantenerse sonriendo, por dentro se sentía completamente vacía.

O tal vez solo tenía un poco de hambre, así que para descartar esa idea tomó las llaves de su auto y emprendió camino a su restaurante favorito, y sin miedo a ser reconocida, puesto que aquel lugar solo estaba rodeado de personas de élite, ella se bajó de su auto para caminar hasta la entrada de aquel lujoso restaurante.

Pero antes de cruzar la puerta, algo, o más bien, alguien llamó su atención, y mirando hacia aquella persona notó que era una jovencita intentando venderle dulces.

"Buen día, señorita" La pequeña habló con timidez.

"Tarde, ya son más de las doce" Sana la corrigió volteando hacia aquella joven.

"Oh, lo siento, buenas tardes" Se corrigió la más pequeña algo intimidada al notar de quién se trataba, era la mujer que más admiraba "Le gustaría comprar dulces?" Ofreció una cálida sonrisa con la esperanza de que la contraria le comprara.

"No, gracias" Sana negó.

Pues a demás de que ninguno de esos dulces había llamado su atención, ella no contaba con efectivo para darle a la más pequeña.

"Oh, bueno, está bien" Respondió Dahyun un poco decepcionada de que su ídola se hubiera negado a ayudarla.

"Pero puedo invitarte a almorzar" Sana llamó su atención antes de que la menor se fuera "Te gustaría acompañarme?" Ella preguntó sin tomarle demasiada importancia.

Pero para la contraria fue como un sueño hecho realidad.

"Sí!" Accedió sin pensarlo dos veces y se adentró al restaurante siguiendo a Sana, quien recibió todo tipo de miradas al ingresar.

Algunas personas la miraban con asombro sin poder creer que veían en persona a Minatozaki Sana, y otras personas le dedicaban miradas de desprecio al verla acompañada de una niña callejera, pero ella los ignoró a todos, no tenía que darle explicaciones a nadie, así que continuó su camino en busca de una mesa y tomó asiento.

Pero antes de que Dahyun tomara asiento frente a ella, Sana la detuvo.

"Espera" Ella llamó la atención de Dahyun "Ve a lavarte las manos" fue todo lo que dijo antes de ver a Dahyun desaparecer de su vista.

Entonces Sana escaneó en su teléfono el código del menú y se dió la libertad de escoger por la más joven, de todas formas la menor no conocía nada sobre ese lugar.

Mientras tanto, en el baño, Dahyun se entretuvo con el jabón de espuma del baño y se permitió lavar su rostro y brazos además de sus manos, con la intención de dar una buena impresión ante la chica que la había invitado a comer, pues no era cualquier persona, era Minatozaki Sana, la modelo más exitosa del momento.

Entonces, cuando se aseguró de haberse quitado toda la tierra visible, regresó a la mesa en donde Sana la esperaba, y finalmente, tomó asiento frente a ella.

Sana por su parte estaba realmente sorprendida, pues no podía entender como esa niña había empapado toda su ropa de agua cuando simplemente la mandó a lavarse las manos, pero decidió ignorar el completo desastre de la menor y siguió en su teléfono mientras esperaba a que la comida llegara.

No fue mucho tiempo de espera, pero el silencio entre ambas era realmente pesado, por suerte, la comida llegó rápido y Dahyun no pudo evitar comer tan rápido como su cuerpo se lo permitía, mientras Sana la ignoraba por completo y comía su propia comida.

Para cuando ambas terminaron finalmente el silencio se rompió.

"Quieres un postre?" Preguntó la mayor intentando ignorar las manchas de comida que la joven había dejado en su rostro y ropa.

"Sí!" Exclamó la coreana emocionada por poder probar tantas cosas deliciosas en un mismo día.

Entonces Sana llamó a un mesero y pidió postres para ambas, nuevamente escogiendo por Dahyun.

Y aunque para la menor era extraño que esa mujer la invitara a comer no se detuvo a analizarlo cuando tenía frente a ella platillos tan deliciosos.

Estaba tan feliz que incluso tenía ganas de llorar, así que quiso hacerle saber a la mayor lo agradecida que se sentía.

"Muchas gracias por todo esto" Dahyun habló mientras comía "Usted en serio ha sido muy amable al regalarme toda esta comida" La menor se mostró completamente agradecida.

"Quién dijo que te lo estaba regalando?" Sana preguntó fijando su mirada en los ojos de Dahyun "Tú vas a pagarme" Soltó la mayor sin más.

Y ante eso, el postre que Dahyun sostenía entre sus manos cayó a la mesa.

"Pe-pe-pero y-yo yo" Dahyun no encontraba palabras para responderle a Sana al sentirse completamente asustada, cómo podría pagar algo así? Sabía que tan solo un platillo en ese restaurante costaba una fortuna.

"Termina de comer, luego hablaremos de tu deuda" Sana ordenó nuevamente con esa misma mirada fría que le dedicó desde el principio.

Y Dahyun solo pudo obedecer ante lo que la contraria ordenó, ya estaba jodida, al menos iba a acabar su pastelito antes de que todo empeorara.

Cuando ambas acabaron, y Sana pagó la cuenta, la mayor le dedicó una mirada a Dahyun para ordenarle que la siguiera, y con la mirada gacha y el miedo reflejado en sus pupilas, Dahyun siguió a Sana hasta su auto sin saber a dónde la llevarían.

"Cómo te llamas?" Preguntó Sana mirando a la asustada chica de su lado.

"D-da-Dahyun" Ella respondió como pudo devido a la incertidumbre de lo que pasaría a continuación.

"Dahyun, que bonito nombre" Sana hizo un cumplido que Dahyun ni siquiera pudo agradecer a causa del miedo que tenía incluso para hablar "Y tu edad?" Hizo otra pregunta.

"Diecisiete" Contestó la menor con notable miedo en el rostro.

Y Sana hizo una mueca ante eso, pero volvió a hablar.

"Seré directa, Dahyun, yo sé que dije que tenías una deuda conmigo, pero vamos a olvidarla" Explicó la mayor al ver a la niña tan asustada "Solo quiero que me acompañes de ahora en adelante y a cambio yo puedo darte una vida llena de privilegios, pero puedes negarte, entonces mi chofer dará la vuelta y te regresará a donde te encontré esta tarde, tú eliges" Soltó sin más la japonesa notando el rostro confundido de la más pequeña.

"Eso es todo? Y usted qué gana?" Preguntó sin entender las intenciones de la mayor.

"Nada, solo necesito compañía" Sana no le dió más vueltas.

"Acepto" Claro que lo haría, no tenía nada qué perder.

Entonces Sana asintió y en silencio llegaron a su departamento.

Dahyun estaba asombrada con lo que veía, era demasiado lujo y no podía creer que fuera real, ella jamás imaginó que al menos pisaría un lugar como este.

"Antes que nada irás a tomarte una ducha, luego mi asistente te llevará ropa" Rompió el silencio la mayor llamando la atención de Dahyun "Ella va a guiarte hasta el baño, pero primero dale eso, ya no lo necesitarás" Indicó la cajita con los dulces que Dahyun solía vender.

Así que Dahyun se los entregó a la asistente y la siguió hasta el lugar que se le fue indicado.

Tomó una ducha experimentando lo que se sentía usar un jabón y esas cremas costosas que Sana tenía en el baño.

Claramente hizo un desastre al no tener ni la más mínima idea de la función de cada cosa, y para cuando salió, la asistente de Sana pudo notarlo.

"Olvidé ese detalle, vuelve adentro, te explicaré para qué sirve cada cosa" Indicó la mayor adentrándose para mostrarle cómo utilizar cada frasco que había en la ducha "Te dejaré la ropa aquí, vuelve a ducharte como te mostré, debes estar presentable para la señorita Minatozaki" Y sin más la secretaria salió de ahí.

Entonces la menor volvió a quitarse las pantuflas y la toalla para entrar de nuevo a ducharse, ahora dándole el uso correcto a cada cosa.

Al salir del baño completamente vestida parecía alguien diferente que incluso la asistente de Sana casi no la reconoce.

"Ven aquí, vamos a secarte el cabello" Indicó la mayor viendo a Dahyun acercarse.

La enseñaron a cepillar sus dientes y a lavar su rostro con una rutina algo extensa, pero que le sería muy útil.

Y finalmente la chica salió de aquella habitación yendo a encontrarse con Sana, quien quedó estupefacta al mirarla.

Sabía que era bonita, lo notó desde esa tarde que la conoció, pero verla completamente arreglada simplemente la hacía parecer una diosa.

Pero seguía teniendo diecisiete años y la moral de Sana no le permitía pensar en ella de otra manera.

Un año, un año no era nada.

"Te ves hermosa" Soltó la mayor con sinceridad mientras extendía su mano para que Dahyun la tomara.

Y así lo hizo la coreana.

Entonces Sana la guió para que recorriera la casa y se sintiera más cómoda.

Al final del recorrido Dahyun ya tenía una noción de dónde se encontraba cada cosa, o al menos eso creía, pues a pesar de ser un departamento era bastante grande y sentía que podía perderse en ese lugar.

"Bueno, esta será tu habitación, mis empleados te traerán ropa y algunas cosas que puedas necesitar, pero si quieres algo más no dudes en pedírmelo" Ofreció la japonesa de forma amable.

Y Dahyun solo asintió en silencio, aún estaba en shock por todo lo que estaba pasando.

Sin embargo, fue solo cuestión de tiempo acostumbrarse a los lujos de su nueva vida.

Con el pasar de los meses ya ni siquiera podía imaginar una vida lejos de la ropa de diseñador y la tecnología que la rodeaba, pero había algo que aún se mantenía rondando en su cabeza, cómo le pagaría a Sana? La japonesa había hecho tanto por ella y Dahyun no podía sentirse completamente cómoda sin hacer algo para compensar a la mayor.

"Sana" Llamó Dahyun a la chica que tenía a su lado.

"Dime" Respondió la mayor sin despegar la mirada de su libro.

"Hay un tema que quiero hablar contigo" Comenzó a explicar la coreana ahora sí teniendo la atención completa de Sana "No te asustes, es solo que has hecho tanto por mí y me siento en la necesidad de pagarte de alguna manera, solo dime si puedo hacer algo por tí a cambio de todo lo que me has dado" Aclaró la menor causando una suave risita en Sana.

"Oye, no tienes que pagarlo de ninguna manera ni hacer nada por mí, tengo muchos empleados que pueden hacer lo que les pida, tú solo disfruta de lo que te doy" La tranquilizó la mayor acomodándose mejor en la cama para abrazar a la coreana que descansaba a su lado.

"Aún así, en serio quiero hacer algo, cualquier cosa, ponme a cocinar o a trabajar, haré lo que sea" Insistió la menor devolviendo el abrazo.

"Bueno, tal vez puedas hacer algo por mí" Sana comentó haciendo a Dahyun mirarla a los ojos "Pero no por el momento".

"Entonces cuándo?" Preguntó la más pequeña.

"Cuando sea tu cumpleaños" Fue la respuesta que Sana le dió.

Y eso realmente la confundió.

"Mi cumpleaños? Por qué?" La mirada de confusión en su rostro era tan perceptible.

"Te lo diré hasta ese día, pero no estás obligada a hacerlo" Aclaró la más grande.

"Lo haré" Soltó Dahyun sin más.

"No puedes aceptar algo que aún no sabes" Sana la regañó.

"Aún así, lo haré, lo prometo" Se atrevió a prometer la más joven.

"Ay Dahyun, no sé si creerte" Soltó un suspiro rodando los ojos.

"Ya lo prometí".

"Aún así, tal vez sea difícil".

"No importa" Volvió a insistir la menor.

Y ante eso Sana solo pudo reír mientras rodaba nuevamente los ojos.

Por otro lado Dahyun mantuvo su mente girando en torno a las palabras de Sana, qué tenía que ver su cumpleaños con todo esto? No lo entendía, pero Sana tampoco iba a decirle, así que simplemente imaginó diversas posibilidades, pero ninguna se acercaba a la realidad.

Así que solo le quedaba esperar hasta esa fecha.

Y aunque le pedía pistas a Sana cada vez que recordaba aquel detalle esta última siempre lo evadía.

Una vez más Dahyun estaba rogando por saber mientras Sana apenas llegaba a casa del trabajo.

"Ya me dirás por qué tanto misterio? Solo falta una semana para mi cumpleaños" Habló rápido la menor brincando al rededor de Sana.

"Espera una semana, corazón" Sana respondió con cariño.

Se había vuelto costumbre que la mayor le pusiera apodos lindos a Dahyun, y a decir verdad, a esta última le gustaba que la japonesa le hablara así, amaba ser la bebé de Sana.

"Pero, Sana, qué más da? Dime ahora y lo haré el día de mi cumpleaños" Dahyun siguió rogando haciendo a Sana voltearse.

Entonces la mayor se acercó a su oído, y justo cuando Dahyun creyó haberla convencido, una sola palabra rompió todas sus ilusiones.

"No" Sana susurró antes de alejarse "Mejor piensa a dónde quieres ir en tu cumpleaños, ya estamos muy cerca de la fecha".

"A dónde quiero ir?" Dahyun preguntó sin entender a qué se refería la mayor.

"Sí, a qué parte del mundo" Respondió la contraria con total normalidad.

"Pero, yo nunca he salido de Seúl" Aclaró la más joven.

"Entonces deberíamos recorrer todo el mundo, te parece bien empezar por París?" Sana preguntó.

"Eso es parte de Corea?" Preguntó la menor sin saber de qué hablaba la contraria.

"No, está en Europa" Aclaró la mayor.

"Y eso es...?"

"Por Dios, Dahyun, te aprendes todos los memes de internet, pero no investigas nada sobre geografía?" La mayor bromeó haciendo a Dahyun reír, pero, era normal que la coreana no supiera, ella nunca fue a la escuela.

Entonces Sana buscó en internet una imagen del planeta y comenzó a mostrarle a Dahyun los posibles lugares a los que podrían viajar.

"Mira, aquí estamos nosotras" Sana indicó en su celular "Aquí está Europa y París está aquí" Señaló "Esto es América, Nueva York y Los Ángeles están ahí dentro, puedes escoger cualquier parte del mapa que quieras y te llevaré para tu cumpleaños".

"Vamos aquí" Dahyun señaló un lugar al azar.

"Oh no, ahí no" Se negó la mayor.

"Pero, por qué? Dijiste que cualquier parte del mapa" Dahyun hizo un puchero.

"Pero eso es Corea del Norte, es peligroso" Sana aclaró.

"Entonces vamos a París" Respondió sin saber qué había en ese lugar, pero era lo único que recordaba de todo lo que Sana le había explicado.

"Muy bien, compraré los boletos de avión y luego me ayudarás a escoger un hotel, está bien?" Sana preguntó recibiendo un asentimiento como respuesta.

Afortunadamente para Sana, Dahyun no siguió preguntando el resto de la semana acerca de lo que pasaría el día de su cumpleaños, parecía que finalmente había entendido que debía esperar.

Cuando el día de su viaje llegó Dahyun parecía estar muy emocionada, no era para menos, pues era su primera vez teniendo todas esas nuevas experiencias como abordar un avión y salir del país, así que se aseguró de fotografiar con su teléfono cualquier detalle de su viaje.

Debido a la distancia, al llegar a París ya era de noche, faltaban solo un par de horas para que el día terminara y finalmente comenzara el cumpleaños de Dahyun.

"Ya me vas a decir?" Dahyun preguntó emocionada.

Y Sana rió.

"Espera a que den las doce" Fue todo lo que respondió la mayor mientras subía las maletas de ambas al taxi que las llevaría a su hotel.

Entonces Dahyun puso una alarma en su celular para saber el momento exacto en el que Sana podría decirle aquel misterio que guardaba.

Y sin cruzar más palabras Dahyun posó su cabeza en el hombro de Sana mientras el taxi las llevaba a su hotel.

A decir verdad, la menor estaba cansada, viajar por tantas horas había sido realmente agotador.

Pero al llegar al hotel su energía pareció regresar a su cuerpo como por arte de magia y después de unos minutos en recepción y de acomodar sus maletas finalmente el silencio volvió a instalarse en medio de ellas.

Dahyun estaba emocionada, tal vez porque estaba a minutos de su cumpleaños o porque Sana finalmente dejaría de ocultarle aquello que tenía prometido decirle en su cumpleaños, no estaba segura, pero mirando la ciudad desde el gran ventanal de su habitación esperó hasta que su alarma sonara, y cuando finalmente lo hizo Dahyun se volteó para mirar a Sana de frente.

"Ya vas a decirme?" La menor preguntó emocionada.

"Feliz cumpleaños, bonita" Sana se acercó a ella para abrazarla por la cintura.

"Eso no, lo otro" Dahyun insistió sintiendo los dedos de Sana apretar la carne de su cintura, era la primera vez que Sana la tocaba así, pero no le dió mucha importancia, tal vez solo estaba jugando, pues era común que la mayor tuviera algunos hábitos parecidos al abrazar a las personas.

"Quieres que te diga, o que te muestre?" Sana preguntó bajando un poco más sus manos, poniendo algo nerviosa a la menor, Sana nunca la tocaba tanto como lo estaba haciendo ahora.

"Que me muestres" Respondió la menor intentando concentrarse en aquel secreto que Sana le había guardado por tanto tiempo.

Pero no se esperaba que la contraria la volteara contra el ventanal y besara su cuello sin pudor alguno.

"Sana?" Dahyun preguntó soltando un suspiro.

"No tenemos que hacerlo si no quieres" Susurró la mayor a su oído apartando sus manos de su cadera.

Pero, a decir verdad, aquello le había gustado mucho a Dahyun, y finalmente entendía porqué Sana había esperado hasta que cumpliera dieciocho.

Así que se volteó para mirarla de frente y recordarle algo.

"Te lo prometí" Habló tomando las manos de Sana para colocarlas nuevamente en su cintura.

"Y yo te dije que no prometieras algo que no sabías" Sana intentó asegurarse de que Dahyun estuviera cómoda.

"Pero, quiero hacerlo, por favor" Pidió la menor con la respiración errática, sintiendo como las manos de Sana volvían a tocarla de esa forma tan descarada.

Entonces la mayor tomó una de las mejillas de Dahyun y acercó su rostro al de ella para finalmente besarla.

Fue divertido para la mayor sentir esa inexperiencia en la boca contraria, la forma en que su lengua se dejaba acariciar por la suya sin saber qué hacer.

Entonces la guió a la cama para acostar su cuerpo frágil ahí y bajar sus besos al cuello de Dahyun mientras escuchaba a la menor soltar tímidos suspiros.

Sin duda para Dahyun, su cumpleaños estaba iniciando de la mejor manera, pues los besos que Sana dejaba en su cuello se sentían realmente bien, mientras sus manos acariciaban sus caderas y su rodilla se abría espacio entre las piernas de la menor.

Un fuerte cosquilleo en su entrepierna mandó una señal de electricidad al resto del cuerpo de Dahyun, cuando Sana comenzó a frotar su rodilla con mayor intensidad en su centro.

Y cuando las manos de la mayor subieron a los pechos de Dahyun, esta última no pudo evitar soltar un suave gemido.

Aquello había sido bastante sexy a los oídos de Sana, por lo que se sintió en la necesidad de conseguir más, así que se separó del cuerpo de la coreana y dando un último vistazo al conjunto costoso que Dahyun llevaba sobre su cuerpo comenzó a retirar las prendas Michael Kors que envolvían la piel de la coreana.

La ropa interior oscura que Dahyun llevaba hacía un perfecto contraste con su piel pálida, pero a pesar de lo lindo que lucía, Sana solo quería ver el cuerpo desnudo de la más joven, así que quitó sus últimas prendas encontrandose con sus pezones rosados y su mojada intimidad.

Sintió su boca producir saliva al ver las contracciones que daba la vagina de Dahyun por lo excitada que se encontraba y entonces comenzó a deshacerse de su propia ropa.

Dahyun no podía creer lo que estaba viendo, el cuerpo esbelto de Sana lucía mucho mejor cuando no llevaba ninguna prenda encima, entonces no pudo evitar fijar su mirada en sus pálidos pechos y su boca se abrió por sí sola al ver esos pezones erectos frente a ella.

Así que Sana los acercó a su boca al notar la mirada de la menor y la dejó probar sus pechos, mientras ella acercaba nuevamente su rodilla al centro de la menor.

Entonces sintió sus jugos impregnarse en su rodilla apenas presionó, y sin más comenzó a frotarla sintiendo lo caliente que la intimidad de la coreana se encontraba.

Dahyun, mientras tanto, alternaba sus lamidas entre el pecho izquierdo y el derecho de Sana hasta que no pudo más y tuvo que separarse para gemir al sentir lo bien que Sana frotaba su intimidad.

Sin previo aviso la mayor volvió a besarla tocando sus pechos y abdomen como si fueran suyos y bajó un poco más su mano derecha para finalmente sentir la vagina caliente de Dahyun.

Sus fluidos se sentían tan abundantes en la punta de sus dedos y Dahyun parecía haberse dilatado bien con los frotes que Sana le había proporcionado con anterioridad, así que bajando su mano un poco más, hundió la punta de su dedo medio en el orificio de la intimidad de la menor y comenzó a bombear son suavidad, encontrando que era demasiado fácil de penetrar al estar tan mojada como lo estaba.

Entonces sumergió su dedo completo y acarició las paredes de Dahyun escuchando los suspiros de la menor volverse más intensos y pesados.

Sin aviso, Sana la había penetrado, y a pesar de no haber sido doloroso, era una sensación extraña para Dahyun sentir aquel intruso en su interior, pero los besos que Sana dejaba sobre su boca y su lengua lamiendo la suya la mantuvo entretenida hasta que se acostumbró al dedo de Sana que bombeaba en su interior.

Se sentía bien, Sana llegaba profundo en su interior y su pulgar acariciba de una manera perfecta su clítoris hinchado.

Espasmos recorrían el cuerpo de la menor al sentir la mano de Sana jugar con su intimidad, sus jugos salían sin control y los sonidos humedos que producían las embestidas de Sana eran realmente obscenos ante los oídos de la coreana, pero aquello solo la debaja con ganas de más, tener un solo dedo dentro de ella ya no era suficiente, quería que Sana metiera otro y la siguiera tocando de esa manera tan explícita en la que lo estaba haciendo.

Así que Dahyun abrió un poco más las piernas y se movió contra la mano de Sana, sintiendo la sonrisa de la mayor en medio del acalorado beso que compartían.

Entonces sintió un segundo dedo abrirse paso en ella, y aunque esta vez fue un poco doloroso, eso realmente le había gustado.

Le había gustado tanto que sintió su abdomen contraerse y sus paredes volverse más apretadas, sintiendo ahora los dedos de la mayor disminuir la velocidad de sus embestidas.

Pero antes de poder moverse o pedir por más sintió los dedos de Sana abandonar su cuerpo y sus labios apartarse de su boca para bajar hacia su intimidad y comenzar a lamerla antes de introducir su lengua en la intimidad de la menor.

La suave y resbaladiza lengua de Sana se movía con destreza acariciando sus paredes, mientras sus labios besaban los labios vaginales de Dahyun, haciendo a esta última perder la cabeza y sentir el nudo de su abdomen volverse cada vez más tenso.

"Sana!" Dahyun intentó avisar de aquella nueva sensación que estaba sintiendo, pero antes de poder decir más, Sana apartó su boca de su centro y volvió a penetrarla con sus dedos.

"Déjalo ir, amor" Soltó con cariño volviendo a usar su boca para satisfacer el deseo de Dahyun en su intimidad, mientras sus dedos la seguían acariciando.

Entonces la menor dejó ir su primer orgasmo, sintiéndose ligera, pero al mismo tiempo más sensible ante las lamidas que la mayor dejaba en su intimidad.

La lengua de la mayor se sentía tan bien limpiando todo rastro del orgasmo de Dahyun, cuando la mayor finalmente sacó sus dedos de la intimidad de la coreana y los llevó a su propia boca para degustar hasta la última gota de la esencia de la menor.

Y finalmente dejó un beso sobre la boca de la más pequeña, antes de acostarse a su lado y subir el cuerpo de Dahyun a su pecho, sintiendo la respiración errática de la coreana que ahora descansaba sobre ella.

"Te gustó?" Preguntó Sana acariciando el pezón derecho de Dahyun con sus dedos.

"Se sintió muy bien" Confesó la menor sintiendo su vagina volver a palpitar ante las caricias que Sana dejaba sobre su cuerpo, entonces subió una pierna sobre las de Sana para frotarse un poco, y esta última al sentir los fluidos de la menor sobre su piel no pudo evitar bajar su otra mano y acariciar su intimidad.

"Podemos hacerlo cuantas veces quieras" Habló la mayor sin detener sus caricias en la vagina y el pezón de la menor.

"Quiero más" Habló la más pequeña aún con la respiración errática.

Y Sana tuvo que detener las caricias que daba al pezón de la menor para acomodar a Dahyun sobre la cama y juntar su intimidad con la suya.

Entonces comenzó a frotarse notando como Dahyun cerraba los ojos y comenzaba a gemir.

Los clítoris de ambas se cepillaban juntos, sintiendo sus fluidos mezclarse con cada frote que daban, entonces la mayor chupó sus dedos y volvió a acariciar los pechos de la menor sin dejar de frotar su intimidad contra la de Dahyun.

No pasó mucho antes de que Dahyun dejara salir otro orgasmo sintiendo como Sana también se liberaba y le mojaba la vagina con sus fluidos.

Entonces dejó de frotarse y bajó su boca a los pechos de Dahyun, chupando la punta de ambos y dejando unas cuantas marcas al rededor, mientras la menor dejaba ir suspiros entrecortados.

A decir verdad, Dahyun estaba cansada, pero lo que Sana le hacía se sentía tan bien que no quería detenerse.

"Dame uno más, pequeña" Sana pidió sumergiendo su cabeza en el cuello de la menor para besarlo con cariño "Solo uno más y a dormir" Pidió la mayor jugueteando la vagina de la menor con los dedos de su mano izquierda.

"Hazme lo que quieras, se siente bien" Pidió la coreana tomando la mano de Sana para frotarla en su propia intimidad.

Entonces dos dedos de la mano de Sana se sumergieron en la entrepierna de la menor y comenzaron a bombear en su interior, ganado más gemidos por parte de Dahyun, quien desesperada buscó la boca de Sana para volver a fundirse en un beso.

Ella también jugó con los pechos de Sana mientras besaba su boca y sentía la lengua de la mayor lamer la suya.

Y nuevamente dejó ir un orgasmo, manchando la palma completa de Sana, quien dejó los fluidos de Dahyun en su abdomen y continuó besándola.

Así fue su primera noche en París, la noche en la que Dahyun cumplió la mayoría de edad y la noche que encontró la manera más divertida de compensar todo lo que Sana había hecho por ella.

A/N
Será que este no me lo borre Wattpad? :)

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