Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

(5) Los Cambios

Victoria se dirigió directo a su casa una vez que el voluntariado en la Iglesia concluyó. Necesitaba llegar a tiempo para cuidar a sus hermanos pequeños, hacerles la cena y acostarlos temprano considerando que tenían escuela al día siguiente.

Llegó a su hogar justo en el momento en que su madre estaba preparándose para salir, poniéndose la chaqueta roja que complementaba su uniforme.

-Hola, Vicky -la saludó- Los niños están en el cuarto mirando televisión. A Jamie le dolía un poco el estómago, así que coman algo liviano hoy, por favor.

-Sí, ma -acordó Victoria- No te preocupes. Ten una buena noche hoy -deseó.

-Gracias, cariño. Te veré mañana-se despidió la mujer, proporcionando a su hija un breve abrazo- Te amo.

-Yo también te amo, mamá. Cuídate.

Ya que trabajaba en un casino, tanto los puestos y los horarios que le adjudicaban eran rotativos. Esa semana le había tocado el turno noche, lo que dejaba a Victoria a cargo en su ausencia.

Ésta suspiró, sintiéndose cansada. Caminó a la cocina y sacó del refrigerador una de sus preciadas bebidas energizantes. Las latas estaban escondidas en el cajón de los vegetales para prevenir que sus hermanos las tomaran. Dio un par de sorbos y se dirigió a la habitación, por cuya puerta abierta observó a los dos niños absortos en la televisión.

Max tenía 13 años. Se encontraba en esa etapa entre la infancia y la adolescencia, motivo por el cual a veces era difícil lidiar con él. Podía ser muy testarudo cuando quería. Jamie, por otro lado, era el sinónimo de ternura, con sus grandes cachetes y su personalidad dulce. Había cumplido 4 años hacía pocos meses y aún así insistía en seguir creciendo para ser más alta que Max.

Victoria los amaba más que a nada en el mundo. Su familia significaba todo para ella y no le importaba sacrificar ciertos aspectos de su juventud para dedicarse a ellos... Aunque no siempre había sido así de abnegada.

Tiempo atrás, había sido una joven de carácter serio, cerrado, incluso desagradable. Sus padres la habían traído al mundo cuando eran apenas unos adolescentes y no había sido nada fácil, ni para ellos ni para su hija. Habían cometido muchos errores que ella no podía evitar resentir. Enfocada únicamente en las partes negativas, pasaba por alto todo lo bueno de lo que sí gozaba.

Su sombría actitud solo logró desaparecer cuando fue golpeada por un doloroso acontecimiento. Su padre enfermó gravemente y los médicos notificaron que no había esperanzas para él. La inminente posibilidad de perderlo hizo que Victoria se replanteara muchas cosas. A partir de entonces, su corazón se transformo, revistiéndose en dulzura y bondad. El cambio era asombroso y se sentía bien consigo misma sabiendo que podía darle luz a otros.

-Hola, chicuelos -pronunció en voz alta, llamando la atención de sus hermanos.

Ellos voltearon a verla. Jamie soltó una exclamación de alegría y corrió en su dirección, abrazando sus piernas una vez que la alcanzó.

-Hola, Vicky -respondió Max, aunque estaba distraído con el programa que la pantalla exhibía.

-¿Te duele el estómago, princesa? -inquirió Victoria, arrodillándose en el suelo para poder mirar a su hermana a los ojos.

Ésta asintió, haciendo un mohin con sus labios.

-Sí, me duele.

-Eso es por comer tantos dulces, ¿no crees? -insinuó la muchacha, procediendo a hacerle cosquillas con la mano que no sostenía la lata.

La niño carcajeó, soltando un chillido y alejándose corriendo. Victoria se puso de pie, sonriendo.

Su padre había muerto tres años atrás, cuando ella tenía la edad de 14. Recordarlo aún le provocaba un pinchazo de aguda pena en su pecho, mas estaba en paz sabiendo que él habia llegado a presenciar cómo mejoraba su vida. Ya no era la Victoria hosca y fría que levantaba barreras entre ella y el resto del mundo, pero tampoco podía olvidarla... En especial porque su novio presente se comportaba exactamente de esa forma.

Aquel era el rasgo de Jason que había llamado su atención primero. Le recordaba a sí misma antes de la muerte de su padre. Sabía por experiencia propia que había más debajo de la superficie, por lo cual decidió darle una oportunidad a su relación.

No se arrepentía. Efectivamente, Jason no era tan oscuro como aparentaba y pronto Victoria se encontró cautivada por él. Lo quería y sabía que su afecto estaba escalando a grandes pasos hacia el amor. Estaba feliz con su vínculo, no obstante, quería ayudar al muchacho a liberarse de esas opacas cadenas que alguna vez también la habían aprisionado. Estaba segura que, con esfuerzo, él podía cambiar para mejor.

La mente de Victoria viajó hacia Justin en ese instante. Jason ni siquiera le había dicho que tenía un gemelo antes de llevarla a su casa para conocer a sus padres. Se había quedado perpleja cuando lo vio allí. Si no fuera porque llevaban estilos diferentes en sus cabellos y ropa, Victoria hubiera creído que estaba viendo doble. Sin embargo, al mirarlos detenidamente, lograba notar las diferencias entre ambos.

La distinción más importante era, sin duda, sus personalidades. Ella no conocía a Justin, ese había sido el primer día que había interactuado propiamentente con él en la Iglesia. Percibía que el chico actuaba un tanto extraño, mas justificaba eso pensando que debía ser tímido... aunque Jason no lo había descrito de ese modo. Las palabras textuales que había usado para caracterizar a su hermano fueron: "es un idiota arrogante que se cree el centro del mundo".

Victoria no sabía nada de Justin como para contrarrestar esa afirmación, pero cuando lo vio ese día abrazar a una niña que lloraba porque uno de sus amigos la había empujado, no le pareció que él fuera un idiota.

Justo al rememorar esa imagen, la de Justin estrechando a la pequeña, sintió algo raro en su pecho, como si su corazón hubiera dado una voltereta. Miró el energizante que sostenía en su mano, pensando que debía parar de beber tantos, pues ya estaban afectando su ritmo cardíaco.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro