1. Feeling good.
Feeling Good – Michael Bublé.
Protagonista: Touya Todoroki.
Advertencias: No tiene spoilers, solo es en base a las suposiciones que hace el fandom.
Palabras: 976.
"Dormir en paz cuando termine el día
esa es mi intención"
—Levántate —la voz de su padre sonaba lejana, era opacada por un sonido agudo y silbante, también por el que producía su corazón latiendo desembocado, como si lo tuviera dentro de su cráneo. Tenía la mitad derecha del rostro pegado al suelo, el resto de su cuerpo en las mismas condiciones, y dolía como estar ardiendo en el infierno—. Eres demasiado débil.
No pudo hacer más que respirar quedamente, todavía siendo solo capaz de ver las botas de su padre. Aquellas que hace un momento lo golpeaban a diestra y siniestra; por más de que intentó con todas sus fuerzas esquivar los ataques, no pudo con la mayoría. Se sentía agotado, llevaba casi todo el día evitando golpes y forzando su cuerpo al máximo.
Touya realmente estaba cansado de todo esto, deseaba dejar de respirar, y que sus párpados entrecerrados por fin se encontrasen, para siempre. En primer lugar, no podía más con el excesivo entrenamiento que ya llevaba años llevando; y en segundo, un ardiente sentimiento extraño le quemaba el interior al ver que su padre iniciaba lo mismo con su hermano menor.
Desde que Shouto demostró tener los quirks de sus dos padres, el maldito viejo ya parecía haberle planeado toda la vida con solo una mirada. Bastaría con entrenamiento, según él.
—Shouto será más fuerte que tú —Ahí iba otra vez, rebajándolo una vez más con un niño de cinco años que apenas demostró habilidades—. No vale la pena seguir con esto.
Años atrás, tal vez se habría alegrado con esas palabras, porque significaban que al fin lo dejaría en paz. Pero ahora solo lo llenaban de rabia, porque perdió todos estos años de su vida en ser explotado por ese maldito hombre, al que llamaban héroe número dos de todo Japón, pero que para Touya solo era un loco que lo torturaba casi diario. Enji Todoroki le había arrebatado su infancia, ¿y ahora simplemente lo iba a dejar a un lado por un niño?
—Tienes diez minutos para levantarte y tomar un baño, o no cenarás hoy —advierte Endeavor.
¿Cómo un hombre como él podía ser el héroe número dos? Piensa con decepción y rabia, mientras ve la descomunal espalda de su padre alejarse. Obviamente, no se debía a su simpatía, pues carecía de esta, solo era por su poder. Tan obstinado con ser el mejor, arrastrando a sus hijos con él, incluso si eso significaba dañarlos hasta la raíz.
Tenía a un chico de quince años colapsado en el cuarto de entrenamiento de su casa, lleno de golpes y con la piel irritada por haber estado horas y horas practicando con su quirk. Él quería que fuera el mejor de su clase para cuando intentara ingresar a la UA, lo llevó a su límite tantas veces que ahora tal vez ya no podría levantarse. Lo más probable es que esa noche no cenaría, o tal vez en cuando su padre se fuera al trabajo, Fuyumi y Natsuo le dejarían algo de comida en la puerta, y solo eso sería su cena por hoy.
Cuando al fin pudo voltearse, y observar el techo color caoba, Touya parpadeó con lentitud, sintiendo sus ojos hinchados con cierta quemazón. Pequeñas lágrimas cayeron a los costados de su rostro.
—¿Touya?
—No puedes pasar.
—Pero... Pero se ve mal, padre —Natsuo apenas había podido abrir la puerta, y pasar la mitad de su cuerpo para mirar preocupado a su hermano mayor.
Luego desapareció de nuevo, Endeavor no iba permitirle ayudarlo a levantarse. Debía hacerlo solo. Siempre.
¿Cómo habría sido su vida con un padre diferente? Seguro no tendría tantas cicatrices horrorosas, y habría podido quedarse jugando toda la tarde, o viendo televisión.
No vería a su hermano menor como competencia, ni a los otros dos con envidia. No tendría una madre que ya ni siquiera podía con sus propios nervios, quien ya dejó de intentar defenderlo hace tiempo.
Estaba tan harto de todo esto. De ser explotado todo el día, para luego escuchar el televisor de la sala en el canal de noticias, las cuales decían que Endeavor era genial y había atrapado un villano ese día. ¿Debía glorificarlo también, solo por eso? ¿Qué dirían ellos si supieran lo que pasa dentro de la casa?
En efecto, esa noche, Touya pudo cenar solo gracias a que sus hermanitos se atrevieron a dejarle algo de comida. Comió entre lágrimas de enojo y tristeza, y al día siguiente, fue la primera vez que no encontró a Endeavor en la puerta de su cuarto, esperándolo para ir a entrenar. En su lugar, lo vio llevándose al pequeño Shouto.
Un largo e incrédulo suspiro se le escapó al mayor de los Todoroki, sintiendo su interior escocer. ¿Era en serio? ¿Simplemente lo haría de lado ahora? Y solo porque ahora tenía un juguete nuevo para romper.
Fue como la gota que derramó el vaso, no podía seguir soportando esto. No podía simplemente ir a desayunar con su madre y sus hermanos como si nada, y fingir que nada pasó.
Estar en esa casa, con ese hombre nefasto en ella, era suficiente tortura. Necesitaba irse, alejarse, por primera vez tomar una decisión por su cuenta.
Desde el momento en que pudo salir de la casa, dejando atrás a su carcelero, y al resto de su familia, fue como si el cuerpo de Touya se revitalizara. Como si las cadenas en sus extremidades se rompieran, dejándolo libre al fin. Entonces comenzó a correr al fin, yendo tan lejos como podía, hasta ya no ver más la humareda oscura que dejó como recuerdo a su padre.
Su mochila no tenía peso, el futuro en ese momento no importaba, tampoco las cicatrices o el olor de su carne quemada. Solo importaba que al fin era libre, que al fin podría elegir sobre su vida y su cuerpo. Y todo eso se sentía tan bien.
"es un nuevo amanecer
es un nuevo día
es una nueva vida
es una nueva vida para mí
y estoy sintiéndome bien"
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