Capítulo 52: Sin tiempo
Zabuza no era una persona que tuviera en consideración ciertas normas sociales aceptadas generalmente, por eso no le hubiese importado presentarse la noche anterior de madrugada en casa de Pain, sobre todo, teniendo en cuenta que quería poner en marcha ya el plan para quedarse con Minato y morderle antes de que muriera. Sin embargo, pensó que su aliado temporal no hubiese estado muy dispuesto a escucharle y ayudarle si se hubiera presentado en su mansión a esas horas y le hubiese despertado, o peor aún, si le hubiera interrumpido en una sesión de sexo como más o menos le había pasado a él por culpa de Kurosuki.
Por eso mismo, había tenido que esforzarse mucho reuniendo toda la paciencia de la que disponía y esperar hasta la tarde siguiente. Por la mañana, no había podido hablar con él porque Kurosuki le había comentado que Pain tenía clases en la universidad. No podía presentarse allí y ponerse a hablar de un tema tan importante donde cualquiera podía verles y escucharles. No, no podía arriesgarse a que su conversación con Pain llegara a oídos de sus enemigos.
Las últimas horas habían sido muy tediosas. La impaciencia le carcomía pese al empeño que ponía para mantenerse calmado y no lanzarse a la calle en busca de Pain. Así que había pagado su malhumor con su manada, saltando a la mínima y gritándoles más de lo normal por cualquier nimiedad. Al final, intentaban evitarle lo máximo posible con tal de no convertirse en el saco de boxeo emocional y físico de su alfa. Solamente, se habían sentido aliviados cuando Zabuza salió por fin por la puerta de su mansión para dirigirse a la de Pain, cuando llegó una hora que consideró oportuna y en la que creyó que el otro alfa ya estaría en su casa.
Y allí se encontraba en ese momento. En la misma sala donde estuvo en su visita anterior con Pain sentado frente a él y su beta sentado a su lado, ese moreno ex-novio de Naruto y del cual aún no se fiaba para nada, pero no podía hacer nada al respecto si Pain había depositado su plena confianza en él.
- ¿A qué debo tu inesperada visita? – le preguntó el otro alfa con un tono desenfadado, como si Zabuza solamente se hubiese pasado a tomar el café y pasar la tarde charlando amistosamente.
- He venido para poner en marcha nuestra alianza y planear nuestro ataque para ya mismo – le contestó Zabuza sin andarse con rodeos.
Por la seriedad que reflejaba tanto su rostro como su tono de voz, Pain captó al instante que Zabuza estaba preocupado por algo, seguramente algo relacionado con Kakashi.
- ¿A qué viene tanta prisa? Creía que nos tomaríamos el tiempo necesario para planificar todo con calma y actuar en el momento oportuno y así tener las posibilidades de ganar a nuestro favor – comentó Pain.
Sasuke observaba el rostro de Zabuza tratando de descifrar qué podía estar rondándole por la cabeza como para querer atacar ya a Kakashi y a su manada. A él no le convenía que aquella alianza fuera más allá de las palabras; todavía no sabía cómo derrotar a Pain en una pelea y era algo que necesitaba si quería ayudar a Naruto a vencerle.
- Minato se muere.
Sasuke no pudo esconder su sorpresa al escuchar que Zabuza conocía la terrible situación del padre de Naruto, pese a imaginarse que tarde o temprano se enteraría de aquella horrible noticia.
- ¿No lo sabías? – le preguntó Zabuza a Sasuke al notar el asombro de éste.
- No tenía ni idea – mintió Sasuke.
- Creía que seguirías al tanto de lo que ocurría en el círculo de tu ex – le dijo Zabuza, dando a entender que aún mantenía el contacto con Naruto de forma estrecha.
- Ya dejé claro que no tengo nada que ver con Naruto – le respondió con hastío fingido para que creyera que le ofendía su continua desconfianza –. Aunque... lamento lo de Minato, es un buen hombre – añadió con auténtico lamento.
- Pronto no tendrá nada de lo que preocuparse – dijo con seguridad Zabuza – en cuanto le muerda, todo se solucionará – aseguró.
Sasuke frunció el ceño al escuchar aquella afirmación. No le gustaba nada que ese hombre quisiera convertir a Minato en uno más de su manada.
- ¿Qué? ¿No te agrada la idea? – le cuestionó Zabuza al ver la expresión de desaprobación en su rostro.
- Sé lo que es que te muerdan y te conviertan en algo en contra de tu voluntad, así que no, no me agrada que le hagan lo mismo a otra persona, y mucho menos a Minato. Él no tiene nada que ver en la enemistad que hay entre tu manada y la de Kakashi.
- Minato me pertenece, aunque siempre se haya puesto de lado de ese lobo ártico – dijo el alfa celoso.
- Es normal que Minato sea más cercano a Kakashi teniendo en cuenta que siempre han sido amigos, aparte de pareja en el pasado, pero siempre ha ayudado a cualquier hombre-lobo sin importar de qué manada sea – le rebatió Sasuke omitiendo que Minato nunca se pondría de parte de un psicópata como él y, mucho menos, después de todo el daño que Zabuza le había causado.
- ¿Preferirías que Minato muriera? – le preguntó ignorando lo que el moreno le acababa de decir.
Por un segundo, Sasuke se mordió la lengua y no le soltó que, si la única alternativa era que precisamente Zabuza le mordiera, teniendo en cuenta no solamente que asesinó a Kushina sino que le haría pasar un infierno a Minato si él se convertía en su alfa, que sí, prefería que muriera en paz.
- Por supuesto que no – le respondió molesto – pero habría que tener en cuenta lo que quiere Minato. No tienes ni idea de lo que le pasa por la cabeza en estos momentos tan difíciles ni de lo que desea para los que, quizás, sean los últimos momentos de su vida.
- Estoy convencido de que me agradecería que le salvara la vida – comentó Zabuza muy seguro de sí mismo.
De nuevo, Sasuke se contuvo y no le gritó que si tan estúpido y egocéntrico era como para no considerar que, seguramente, tanto Minato como Naruto y Kakashi habrían barajado la idea de morderle alguno de ellos, pero si no lo habían hecho, sería por algún motivo; el más lógico: que Minato no quería.
- La mordedura no es efectiva al cien por cien. De hecho, el porcentaje de éxito es bastante bajo – Sasuke le dio otro argumento por el que no estaba a favor de su idea.
Ante la oposición del moreno, Zabuza le miró con desagrado.
- Por cómo te opones a que muerda a Minato, parece que estás de parte de Kakashi – le reprochó el adulto.
El enfado se reflejó en el rostro de Sasuke al instante.
- Una cosa no tiene nada que ver con la otra. No puedes imponer tus propios deseos en los demás sin tener en cuenta si lo que quiere la otra persona, y más en una situación delicada como es la de Minato. Yo escucharía lo que él tiene que decir al respecto, si quiere morir o buscar una solución tan remota como la que propones, después de todo es su vida la que pende de un hilo – le dijo con un tono de enfado pero sin llegar a alzar la voz en ningún momento.
- ¿Va a ser un problema para nuestra alianza y los planes que llevemos a cabo? – Zabuza le preguntó a Pain, dejando claro que no se fiaba de la lealtad de Sasuke.
Antes de que Pain pudiera siquiera abrir la boca para contestar, la voz de Sasuke se escuchó primero.
- No – fue la rotunda respuesta del moreno – yo haré lo que diga mi alfa, pero también tengo opinión propia y soy libre de expresarla cuando quiera.
Ante la actitud de su beta, Pain tan sólo pudo sonreír. Le encantaba cuando Sasuke sacaba su carácter y se enfrentaba a cualquiera sin importar de quién se tratase o de las posibles nefastas consecuencias que podría acarrearle su afilada lengua.
- Ya le has escuchado. No tienes de qué preocuparte – le dijo Pain a Zabuza –. ¿Y para cuándo tenías pensado atacar? – le preguntó dando por terminada la discusión entre Zabuza y Sasuke.
- Para mañana.
- ¿Mañana? Si quieres actuar tan pronto, supongo que tienes pensando un buen plan, ¿no? – respondió Pain.
- Tengo algunas ideas que podrían funcionar – dijo Zabuza.
- No, sin un buen plan, es una completa locura ir a por ambas manadas – Pain se negó a participar en aquel descabellado impulso por parte del otro alfa.
- ¿Y si no estuvieran al completo? Tengo una idea para que, al menos dos miembros de la manada de Kakashi estén ocupados con otro asunto. Y, bueno, la manada de mi cachorro no suele estar siempre con él.
- ¿Y qué pasa con la policía que vigila la casa de Minato? – le cuestionó Pain.
- Siempre puedo mandar a alguien de mi manada a hacer tal alboroto en la otra punta de la ciudad que no les quede más remedio que abandonar su puesto.
Pain se quedó pensativo unos segundos, evaluando las ideas que le proponía Zabuza.
- Otra opción es atraer a Minato con algún engaño, hacer que salga de su casa y que acuda a un lugar donde no estén sus guardaespaldas – le propuso una alternativa al ver que el joven no hablaba.
- Necesitaríamos más tiempo para poder organizarnos, para mañana es imposible – le dijo Pain.
- Está bien, podemos poner en marcha el plan en un par de días o tres como mucho, pero no más. No sabemos cuánto tiempo le queda a Minato y no pienso perder mi oportunidad de hacerle mío.
Pain volvió a quedarse callado, evaluando la situación. No le terminaba de convencer la rapidez con la que quería actuar Zabuza.
- ¿Y qué gano yo poniendo en riesgo a mí y a mi manada en algo tan impredecible? – le preguntó Pain.
- Lo que acordamos.
- No es suficiente. Si quieres que me juegue el cuello en algo tan apresurado, necesitaré un incentivo – Pain se aprovechó de la situación para sacar algo más de toda esa alianza.
Zabuza frunció el ceño no muy feliz con la actitud de Pain, aunque si las tornas estuvieran al revés, él habría hecho lo mismo. Le hubiese encantado mandarlo al infierno, pero le necesitaba y no tenía mucho tiempo, así que le ofreció algo cercano a lo que deseaba Pain.
- Usaré mi voz en Naruto para que no pueda moverse y podrás hacerle lo que quieras... excepto matarle – le remarcó lo último. No quería empezar con mal pie con Minato una vez lo convirtiese, además, Naruto seguía siendo su cachorro.
Pain consideró su oferta. Le hubiese gustado que la opción de acabar con la vida de ese rubio estuviese sobre la mesa, pero aquello no estaba mal del todo. Podría darle su merecido a Naruto y dejarlo en evidencia delante de Sasuke.
- Trato hecho – accedió Pain –. Ahora hablemos en mayor profundidad el plan.
Los dos alfas sonrieron satisfechos por haber alcanzado un acuerdo, pero sobre todo, por estar un paso más cerca de sus ansiadas metas. Sin embargo, pese a no mantenerse impasible para no ser descubierto, Sasuke estaba preocupado por lo que estaba a punto de pasar. Debía avisar a Naruto de alguna manera.
***
Sentado en el alféizar de la ventana de su cuarto en la mansión de Pain, Sasuke observaba el estrellado cielo. Era una noche fría, tanto que, incluso abrigado con aquella gorda chaqueta, sentía el gélido aire en sus mejillas. Con la pierna ligeramente doblada sobre el alféizar y su espalda apoyada contra el marco, sólo pensaba en una solución.
¡Debía avisar a Naruto de todo lo sucedido! Pero no le quedaba ningún as bajo la manga. No podía contactar ahora mismo con nadie de su manada y decirle a Pain que iría a su casa a dormir o incluso decirle que daría una vuelta, podría resultar realmente sospechoso en las circunstancias en las que se encontraba. No podía hacer algo semejante justo antes del ataque. Por más que pensaba en un plan de cómo hacerle llegar la información a Naruto, nada le venía a la mente.
Pensó incluso en usar a Konan, en mandarla a ella para que no sospechasen, pero era demasiado peligroso y no quería ponerla a ella en ese compromiso tan arriesgado. Pain no se fiaría de nadie en este momento si les dijeran que iban a salir.
Sasuke resopló. Era imposible hacerle llegar la información y la batalla sería inminente. Le dolía la cabeza de tanto pensar en posibilidades y finalmente, echando la cabeza hacia atrás hasta apoyarla en el marco, se dio cuenta de que sólo tenía una opción. Él debería destapar su tapadera en el momento oportuno. Debía proteger a Naruto y a los suyos en esa pelea, pero debía esperar el momento justo donde Pain estuviera confiado. Quizá tenía una opción de atacar cuando Pain se centrase en Naruto, no esperaría que él fuera a atacarle, pero esto sólo era una conjetura sin fundamento. Conocía demasiado bien a Pain como para saber que quizá, seguiría estando atento a sus movimientos y no conseguiría pillarle por sorpresa.
El sonido de unos nudillos golpeando la puerta provocó que Sasuke mirase hacia ella. Por el olor ya había identificado a la persona al otro lado.
- Pasa – pronunció en el momento en que bajaba la pierna del alfeizar para entrar de nuevo en el cuarto. Pain entró, observando a su beta bajar de la ventana.
- He olido que seguías despierto a estas horas.
- Te esperaba – susurró Sasuke con una ligera sonrisa –. Quería ir yo a tu cuarto, pero no sabía si te apetecería demasiado estar conmigo hoy.
- Siempre me apetece estar contigo – sonrió Pain en el momento en que llegaba hasta su novio. Pasando sus brazos tras la cintura de Sasuke, le atrajo hacia él para besarle con suavidad –. Al sentir que aún estabas despierto, me imaginaba que no te encontrabas demasiado bien.
- Sólo pensaba.
- Me lo imagino. Al fin y al cabo, vamos a atacar a tu antigua manada y aunque me has repetido mil veces que no sientes nada por Naruto que no sea odio, también sé que debe ser complicado para ti ir en contra de todos los demás. También está tu hermano allí.
- Me has prometido que no le harías daño. Puedo fiarme de tu palabra, ¿verdad?
- Claro que sí. No haría nada que pudiera entristecerte. Quiero que mi beta sea feliz. Cuando todo esto acabe, tu hermano puede unirse a nuestra manada, tal y como te prometí.
- ¿Y tu rivalidad con él? – preguntó Sasuke. Aquello sacó una sonrisa arrogante por parte de Pain.
- Tu hermano se metió en un terreno que no debió cruzar, pero... si viene a nuestra manada, no tengo objeción en que quiera cortejar a Konan, yo te tengo a ti. ¿Es suficiente para ti o mi preciado beta quiere algo más?
Sasuke sonrió antes de sentarse sobre el colchón de su cuarto con una sonrisa juguetona, tumbándose al mismo tiempo que tiraba de la camiseta de Pain para que éste cayera sobre él.
- Sólo a ti.
Dejándose arrastrar por la tentación, Pain colocó las manos, una a cada lado de Sasuke y dejó que éste siguiera tirando de su camiseta hasta que sus labios se unieron de nuevo. Pocas veces Sasuke solía ser fogoso, de hecho, le resultaba incluso demasiado pasivo, pero, había otros momentos, donde él tomaba la iniciativa y eso le gustaba pese a que siempre fuera con esa suavidad tan típica de él.
¡Pasar inadvertido! Eso era lo que Sasuke siempre deseaba en esos momentos y la mejor forma de evitar que Pain le descubriera o incluso darle tiempo a pensar era el sexo. Lo odiaba y, de hecho, a veces sentía que Pain podría llegar a descubrirle en algún momento. Él no era así con Naruto, ¡no!, con Naruto el sexo era mucho más salvaje, más desesperado, mucho más pasional. Con Pain... sólo le incitaba y luego... se dejaba llevar sin querer participar más de lo obligado.
Sasuke acarició el cabello de Pain en un intento por evitar que se diera cuenta de todo lo que sentía en realidad. Si no podía ser fogoso con él, intentaba suplirlo con ternura para que no descubriera sus pocas ganas de estar a su lado.
- ¿Qué puedo hacer por ti? – susurró Sasuke –. Tú siempre estás cuidando de mí y ahora... hasta ofreces que el resto se una a tu manada sólo por mí.
- Ya te lo he dicho, mientras tú estés feliz, haría lo que fuera por ti. Sólo quiero que estés a gusto a mi lado.
¡No preguntar por Naruto! Ésa era la única condición que Sasuke se había impuesto en su mente. Hacerlo levantaría sospechas, pero estaba seguro de que ese tema ya lo había hablado con Zabuza. Ese tipo estaba demasiado obsesionado con Minato y evidentemente, tampoco querría matar al hijo de su gran amor, sabía de sobra que así no se ganaría a Minato, pero... Sasuke no estaba seguro hasta qué punto el trato de Pain y Zabuza se sostendría como para impedirle a Pain querer asesinar a Naruto. Le odiaba, le odiaba demasiado.
- Querría agradecértelo – susurró Sasuke cerca de sus labios.
- ¿De verdad? Entonces... ¿Por qué no te pones a cuatro patas para mí? Hoy me apetece el sexo un poco más... salvaje.
Sasuke sonrió.
***
¡Dudas! Eso era lo que le surgía a Sasuke viendo a Pain completamente dormido en su cama. Nunca antes había ocurrido algo semejante. Su alfa era de esos que acababan el sexo y te echaban de su cuarto o al menos, si le dejaba quedarse un rato, era mientras él estaba despierto para evitar cualquier problema. Hoy, era la primera vez que Pain se había dignado a dormirse a su lado.
Desnudo, desprotegido y completamente dormido lo tenía a su merced. Podía matarle, lo tenía perfecto para acabar con toda esa locura y, sin embargo, las dudas le asaltaban. En primer lugar, jamás había llegado tan lejos como para asesinar a alguien, en segundo, se cuestionaba su propia ética. ¿En qué iba a convertirse si lo hacía? ¿Cómo se sentiría después? No era una decisión fácil y para colmo, el terror a fallar y entonces quedar al descubierto era mucho peor. Si Pain descubría sus intenciones, todo lo que había hecho hasta el momento quedaría en nada. No podría ayudar a Naruto.
Sus manos temblaron. No era capaz de asesinar a alguien a sangre fría, a alguien desprotegido por más que supiera cómo era o lo que hacía en realidad. Fallar allí no era una opción y no se sentía con fuerzas ni con la voluntad necesaria como para llevar ese trabajo a buen término.
Salió del cuarto con la necesidad imperiosa de tomar aire. Necesitaba distanciarse un poco de Pain y pensar con claridad. Quizá... incluso ahora sería la única opción que tendría para avisar a Naruto de lo que ocurriría.
Se vistió con el mayor de los sigilos y salió del cuarto tratando de hacer el menor ruido posible, pese a ello, la puerta chirrió ligeramente, pero Pain no se despertó. Aprovechando ese momento, salió de allí con rapidez. No tenía demasiado tiempo para escabullirse. Temía que Pain o cualquier otro de la manada pudiera descubrirle.
Al pasar por la cocina para salir por la puerta de servicio de atrás, un ruido le detuvo. Alguien venía tras él, escuchaba sus pisadas gracias a su fino oído, así que fingió que iba a beber agua y tomó uno de los vasos cercanos de la pila para dirigirse al grifo. Se sorprendió al ver llegar a Konan.
- Creía que dormías – susurró Sasuke con el vaso de agua en su mano.
- No podía dormir y te he escuchado salir del cuarto. Yo no lo haría – susurró.
- No sé de qué hablas exactamente – sonrió Sasuke con ciertas dudas.
- De lo que estás pensando. No lo haría.
- ¿En beber agua?
- En salir a buscarle – susurró todavía más – es peligroso y Pain tiene un sueño ligero. Acabará enterándose y será mucho peor. No lo hagas, seguro que encontraremos otra manera más segura para hacerle llegar la información o incluso ayudarle en caso de no poder transmitirla.
- No soy de quedarme de brazos cruzados y lo sabes.
- Es una locura intentar avisarle. Además, Pain olería el aroma de Naruto en cuanto regresases y lo sabes. ¿Qué le dirás entonces como excusa? ¿Que te lo encontraste por casualidad? No lo creerá. Ya sabes cómo es él.
Sasuke dejó el vaso sobre el mármol y recapacitó. Ella tenía razón. Incluso si no se acercaba demasiado a Naruto, Pain sabría que había estado con él y además, no podía asegurar que Naruto no se acercase a él al verle solo. Era una locura. Resopló.
- Durante el combate – susurró Sasuke hacia Konan – no me queda otra opción. Si quiero terminar con esto y proteger a los míos, tendrá que ser en ese preciso momento en que Pain baje la guardia. Necesitaré que te apartes de nosotros.
- Lo intentaré.
- Itachi estará allí. Estoy seguro de que él no dejaría que te ocurriera nada malo. Intenta acercarte a él cuando el combate empiece.
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