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Capítulo 49: ¡Confianza ciega en el alfa!

La tensión se sentía en el aire mientras entrenaba en solitario frente a la gran mansión. Sasuke detuvo unos segundos el entrenamiento para sostenerse el cuello y carraspear en un intento por recuperar su voz entre el dolor que sufría tras la derrota contra Naruto. Pain le observaba en silencio a la espalda.

Por mucho que él pensase que había parecido una pelea real y posiblemente, al inicio Naruto también lo creyera, la realidad era que no estaba convencido de si a Pain se lo había resultado. Se giró hacia el susodicho atento a una posible reacción adversa de su alfa. Sasuke no le perdía ojo de encima creyendo que, en cualquier momento, como la última vez, podría abalanzarse sobre él y atacarle.

El corazón le dio un vuelco en cuanto observó la musculatura de Pain moverse para acercarse a él. Todos y cada uno de los músculos del cuerpo de Sasuke se tensó poniéndole sobre aviso de un posible ataque de su parte. Su respiración se paralizó unos segundos y su sangre pareció helarse pese a que el corazón bombeaba con mayor fuerza y rapidez.

- Eso que hiciste fue demasiado impulsivo, Sasuke – pronunció Pain con una extraña tranquilidad que calmó el ambiente. Por un momento, Sasuke entendió que no iba a hacerle daño, parecía sólo querer hablar del tema.

- Supongo que sí. Lamento haber hecho una tontería.

- Ya... – resopló Pain –. Me guste o no aceptarlo, Naruto es un alfa con mucho potencial, está a la par que yo y sabías de sobra que no podrías vencerle, así que dime... ¿Por qué atacarle de esa manera tan abierta?

- Estaba diciendo chorradas sentimentalistas – se quejó Sasuke para fingir que realmente odiaba a Naruto y que Pain no descubriera sus intenciones reales – pensé por un instante que quizá, si él aún sentía algo por mí, no sería capaz de hacerme daño y, por tanto, tenía una posibilidad de ganar si me lo tomaba en serio. Supongo que me equivoqué, le debía importar menos de lo que imaginaba.

Pain sonrió al escuchar la respuesta de su beta. Empezaba a pensar que no había sido un acto tan impulsivo, sino más meditado de lo que imaginaba. Había llegado a buscar una posible debilidad en Naruto y lo había tentado al combate para cerciorarse de si era posible o no que tuviera esa vulnerabilidad. Ahora ambos sabían que no y, por tanto, no podrían usar esa baza en su enfrentamiento a futuro.

- Estabas probándole – susurró Pain con una ligera sonrisa.

- Sólo busco una opción de ganarle. Aunque tú no me lo pones nada fácil – le recriminó Sasuke – pero da igual.

Esa frase llena de reproche provocó que Pain entornase los ojos intentando encontrar el motivo. En parte, sabía el motivo por el que venía. Antes de ir a ver a Naruto, Sasuke dejó muy claro su pensamiento. Tenía grabada a fuego la frase que el chico le soltó: "eres tú el que debería demostrarme a mí por qué debería confiar de nuevo en ti después de esto." ¡Sí! Le atacó aquella vez movido en una masa de celos que se negaba a decir en alto. Sasuke le gustaba mucho más de lo que quería dejar claro a todos. Se estaba convirtiendo en una debilidad que trataba de ocultar.

Al ver que Sasuke volvía a caminar y quería pasar de largo junto a él evitando el tema de conversación, Pain retuvo su muñeca para evitar que escapase del lugar sin aclararle las cosas.

- ¿Qué has querido decir con eso, Sasuke?

Sasuke miró la mano de Pain sujetando su muñeca y por un instante, dudó si debía continuar esa conversación. Al final, resopló.

- Que ambos sabemos que yo jamás podré vencerle. Es un alfa, tiene más experiencia que yo en combate y más fuerza. Nunca tendré la fuerza suficiente para hacerle frente y sinceramente... tampoco nos enseñas, ni a mí ni a nadie de tu manada cómo pelear contra un alfa, así que, cuando el día decisivo del enfrentamiento llegue, estarás solo contra él, porque ninguno de tu manada podrá ayudarte a vencerle. En cambio... conozco a la manada de Naruto y él les enseña a pelear en serio. Me apostaría lo que quieras a que ahora mismo, Naruto está enseñando a los más veteranos o con mayor potencial a cómo derrotar a un alfa. Y si es así... esta pelea la tenemos perdida desde el inicio.

Al escuchar esas palabras, Pain soltó la muñeca de Sasuke. No podía ni sabía cómo rebatirle porque era cierto. Tenía tanto miedo a que usasen los conocimientos en su contra que jamás les enseñó a ninguno a pelear contra un alfa. La manada de Naruto se hacía fuerte y ellos se estancaban.

- Te enseñaré – dijo finalmente Pain al ver que Sasuke volvía a caminar para alejarse.

Sasuke se detuvo en seco en cuanto escuchó esas palabras. Nunca creyó escucharlas, pero... mejorar le daba la opción de algún día, poder vencer a Pain o, al menos, darle una oportunidad de hacerlo a Naruto. Había tenido mucha paciencia hasta ahí, y acató todas las normas sin levantar sospechas, pero hoy, había sido su oportunidad de presionar un poco para que, finalmente, Pain cediera y se abriera un poco a él. Aun así, Sasuke supo que lo más complicado venía ahora, porque si realmente iba a enseñarle cómo vencer a un alfa, Pain ya no bajaría la guardia tan fácilmente a su lado sabiendo que alguien podría llegar a vencerle. Buscar un momento oportuno para atacar sería ahora mucho más complicado que antes, pero merecía la pena mientras mantuviera los ojos de Pain puestos en él y no en la manada de Naruto.

- ¿Vas en serio? – preguntó Sasuke con dudas – tú nunca has querido...

- Te enseñaré a ti y sólo a ti, como muestra de mi confianza. Seré sincero contigo, Sasuke.

Caminando lentamente para no asustarle, Pain se acercó hasta Sasuke y elevó su mano hasta posarla en el mentón del chico y acariciar suavemente con el pulgar los labios del moreno. Ansiaba besar esos labios pero jamás lo diría. Sasuke se estaba convirtiendo en su perdición.

- No quiero volver a escuchar esas palabras salir de tus labios.

- ¿Qué palabras? – preguntó Sasuke.

- "Eres tú el que debería demostrarme a mí por qué debería confiar de nuevo en ti después de esto" – le recordó Pain sus propias palabras –. Quiero que puedas confiar en mí como antes, tanto como yo lo hago en ti y si tengo que demostrarte mi confianza, lo haré de la única manera que sé, con mis actos.

Sintiendo los dedos de Pain recorrer sus labios, Sasuke supo que aquel era el mejor momento donde poder ganarse del todo su confianza. Odiaba tener que hacer algo semejante pero... era la mejor manera de llegar hasta Pain y poder salirse con la suya en ciertos momentos, era el momento donde él bajaba todas sus defensas, así que se elevó sobre las puntas de sus pies y, llevando su mano a la nuca de Pain, le besó con pasión. Fue correspondido al instante y ahí supo que podía llegar a surtir efecto su plan. Debía fingir estar al cien por cien de parte de Pain para atacarle en el momento justo cuando bajase la guardia con él y se creyera completamente a salvo y cubierto a su lado. Sasuke estaba convencido de que, en algún momento, algún día, Naruto pelearía contra Pain y le daría a él la oportunidad de atacar, de regresar a su manada real, donde realmente quería estar.

- No vuelvas a ponerme un dedo encima de aquella manera – sentenció Sasuke con una dura mirada.

- Me gusta cuando me miras así – sonrió Pain.

- Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? – susurró Sasuke.

- Sí.

- Yo no voy a fallarte, pero necesito saber que no volverá a ocurrir lo de la otra vez. Me diste miedo y del miedo no crece la confianza.

- Lo sé. Lo siento. Creí que tú y Naruto... supongo que me pasé. Fue culpa mía por no haberte ayudado a controlar la luna llena. No volverá a pasar. Te ayudaré en la siguiente.

- Eso espero – sonrió Sasuke de forma seductora.

¡Fingir se le empezaba a dar bien! Una mentira tras otra era lo que tenía con Pain, pero... era necesario si quería mantener a salvo a su manada y encontrar una forma de derrotarle.

Sasuke le besó con mayor pasión una vez más, haciéndole creer que estaba o había estado desesperado por volver a estar de aquella manera con él cuando, en realidad, le repugnaba estarlo. Que Pain bajase la guardia no sería fácil, pero ése era el único camino que a Sasuke se le ocurría para que lo hiciera.

Su cuerpo se tensó al sentir la mano de Pain apretar sus nalgas con fuerza empujando todavía más su cuerpo contra el suyo. Aun así, Sasuke sonrió para evitar que Pain notase su nerviosismo pese a que una parte de él le decía que jamás podría ocultarle ese tipo de sensaciones al alfa.

- Me encantan las reconciliaciones. ¿A ti no? – susurró Pain que ya llevaba una de sus manos al cinturón del pantalón de Sasuke para desabrocharlo.

- No te negaré que te echaba de menos, pero la verdad... es que no pensaba que quisieras hacerlo aquí al aire libre y frente a las ventanas de tu mansión – se quejó un poco Sasuke al ser consciente de que cualquiera de su manada podría verles en esa situación. Pain miró hacia las ventanas y sonrió.

- Creí que te gustaba la espontaneidad.

- Me gusta, pero contigo siempre tengo espontaneidad y poco romanticismo. Me refiero a que... solo fluye el sexo entre tú y yo, es un "aquí te pillo, aquí te mato".

- ¿Necesitas que te invite al cine o a cenar antes del sexo? – sonrió Pain como quien hace una broma.

- Pues... me gustaría, sí, alguna vez al menos. No quiero que esto sólo sea sexo.

Aquello pilló por sorpresa a Pain. Era cierto que él nunca había tenido una relación estable con nadie. Podía tener a quien quisiera y cuando lo quisiera, pero, en ese instante, se cuestionó demasiadas cosas. Una relación estable con Sasuke no estaría tan mal. La realidad era que era el único chico del que parecía estar enamorándose de verdad como para pasar a una relación, pero él nunca se había atrevido a dar ese paso con nadie y, desde luego, no esperaba que Sasuke quisiera darlo.

Sasuke le observó en silencio. Estaba claro que le había pillado por sorpresa a su alfa, pero era el momento perfecto. Salir juntos le daba la opción a Sasuke de hacer sentir a Pain una falsa seguridad. Necesitaba tenerlo inmerso en el mayor de los engaños y no había mejor engaño que él se sintiera amado y deseado. No dudaría de su lealtad si era su "novio".

- Vale – suspiró Pain – aunque debo admitirte que no he tenido una relación seria antes así que no estoy seguro de cómo se hace esto.

- Yo te ayudaré – sonrió Sasuke – pero qué tal si empezamos por apartarnos de las ventanas. No es que me guste demasiado que toda la manada me vea desnudo cuando te hago el amor – susurró – quiero ser sólo tuyo.

- Conozco un buen sitio donde podremos estar solos tú y yo. Vamos, hay que ir en coche – susurró Pain.

Algo indeciso por aquello de irse a solas con Pain a un lugar desconocido, al final, Sasuke simplemente tuvo que seguirle el juego. Iba a tener que hacer la actuación de su vida si quería convencer a Pain de que eran "novios" y confiase en él tanto como para bajar la guardia algún día.

Mientras Pain caminaba hacia el vehículo, Sasuke echó la vista atrás y se cuestionó por primera vez, qué pensaría Naruto de él en estos momentos. Seguramente debía odiarle, puede que incluso tuviera algo de celos o puede... que la rabia le carcomiese por dentro sabiendo que estaba con Pain de una manera poco voluntaria.

Sasuke entornó los ojos, suspiró con suavidad y simplemente se aferró a la única idea que importaba allí: amaba a Naruto y haría lo que fuera para terminar con la amenaza que representaba toda esa manada para Naruto y los suyos. Sólo tenía que aguantar un poco más y darles la oportunidad de plantar cara a ese tipo.

***

Aquella noche, el cielo estaba despejado, pudiendo observarse a la perfección las estrellas brillando en el enorme firmamento. Sin embargo, pese a la espectacular vista, un par de ojos azules no prestaba atención a aquella hermosa y relajante escena.

Con la cabeza apoyada en sus brazos mientras estos descansaban en el alféizar de la ventana de su dormitorio, la mirada de Ino se perdía en la oscuridad que se cernía entre los árboles a unos metros de la parcela de su casa. Podía sentir una presencia oculta acechando entre las sombras, pero la chica no sentía ni pizca de preocupación. Aunque, en el hipotético caso de que no tuviera el olfato tan desarrollado como para reconocer el olor que provenía de la vegetación, sólo había una persona que hacía eso con regularidad: Sai.

Ino dejó escapar un ligero suspiro al pensar lo tensa que estaba su amistad con el moreno desde que Naruto y Sasuke se fueron de la manada. Antes de esos acontecimientos, Sai solía quedarse en su jardín o incluso, entraba a su casa por invitación de su madre o suya propia, pero ahora... ni siquiera pasaba de la valla del jardín sino que permanecía entre arbustos o árboles cercanos.

No recordaba el momento exacto en que Sai cambió parte de su actitud con ella ni el motivo. Estaba segura de que no le había pedido que se alejara de ella o que no se acercara por su casa, simplemente Sai dejó de hacerlo.

Quizás sólo quería darle espacio, o puede que pensase que eso era lo que ella quería, o era posible que Sai no supiera qué hacer ni cómo comportarse conforme más tirantez iba apareciendo entre ellos. Desconocía esos datos, pero lo que sí sabía era que, pese a sus discusiones, le había echado de menos... le echaba de menos.

Sai siempre había sido... especial para ella. Había sido más que un compañero, había sido su amigo, su confidente y... el chico que le gustaba desde hacía mucho tiempo. Nunca lo había reconocido en voz alta ni tampoco se lo había confesado, pero no era tonta, intuía que los demás conocían sus sentimientos por el chico más salvaje de la manada, aunque ninguno había mencionado nada al respecto.

Sin embargo, no estaba segura de si el susodicho conocía lo que ella sentía. Ino suponía que no porque Sai nunca le había comentado nada, aunque otra posibilidad era que lo supiera pero fingiera que no porque no le correspondía.

Lo confesaba, no tenía ni idea de si le gustaba a Sai o no, pero es que... ¡le mandaba mensajes contradictorios! Había veces en las que creía que era correspondida, porque la trataba con dulzura y mucho cariño y estaba convencida de notar que había una conexión especial entre ellos, incluso le había escuchado quejarse con los demás sobre que le habían interrumpido cuando la tenía en el bote, cuando se pensaba que ella no escuchaba.

Sin embargo, en otras ocasiones, se comportaba como un auténtico cavernícola idiota persiguiendo a otras chicas. Aunque también era cierto que, antes de que Naruto se fuera, Sai se había calmado bastante en ese tema, pero tras la marcha de su alfa, la relación entre ambos empeoró.

Por eso mismo, nunca se había atrevido a dar el primer paso. En el fondo, quería creer que a Sai le gustaba de la misma manera y que lo de ir detrás de otras era por sus instintos animales, pero no podía estar segura al cien por cien, así que no quería arriesgarse a que le partiera el corazón. Prefería seguir siendo su amiga, aunque estuvieran siempre con ese "tira y afloja" que a veces la desesperaba.

Con determinación en su mirada, Ino se incorporó rápidamente. Estaba harta de esa situación, añoraba pasar tiempo con Sai y sus excentricidades, echaba de menos a su amigo e iba a tomar cartas en el asunto.

Cuando el día anterior, Sai había contado el secreto que guardaban él y Sasuke, su intención había sido ir a hablar con él, pero el resto de la manada seguía allí y no quería hacerlo con todos delante, por lo que decidió dejarlo para otro momento. No obstante, no había pensado que pasarían tantas horas hasta que pudiera hacerlo.

Entre los estudios y los recados de su madre, había estado muy liada, y para cuando tuvo tiempo libre, no logró encontrar al moreno por mucho que intentó dar con su rastro, hasta que él mismo había aparecido hacía unos minutos cerca de su casa, pudiendo olerle por fin.

Ino tomó la sudadera que estaba encima de la cama y se la puso antes de salir por la puerta de su habitación. Tras unos pocos minutos, la chica salió por la entrada de su casa y se dirigió hacia el escondite de Sai.

- Ya me iba – escuchó la rubia antes de que pudiera llegar hasta el chico.

Sai creía que Ino había ido a regañarle o decirle que le molestaba su presencia y que se fuera.

- No es necesario, no me importa que estés aquí. Estoy acostumbrada a que andes por los alrededores – le dijo con una leve sonrisa, antes de que el moreno se marchara.

- Pensé que quizás te molestaba mi presencia – se sinceró Sai.

- No, te equivocas – aclaró con rapidez.

- Pero las cosas entre nosotros están... raras – se justificó el moreno.

- Lo sé – Ino le dio la razón tomando asiento al lado de su compañero –. Sé que desde hace bastante tiempo discutimos más, pero nunca te he echado de mi lado ni te he impedido entrar en mi casa – no tardó en clarificar cualquier malentendido que pudiera haberse dado entre ellos.

- Pensé que quizás preferirías que te dejara tranquila, pero... no puedo estar alejado de ti, así que ésta fue la mejor solución que se me ocurrió: estar por la zona, pero sin invadir tu espacio personal.

El corazón de Ino dio un vuelvo al escuchar que Sai no podía estar lejos de ella. Frases como ésa le daban esperanzas respecto a un futuro romántico con el moreno.

- Siento no habértelo dicho antes. No estaba segura de por qué lo hacías y, por una parte, intentaba respetar tus decisiones, aunque, por otra, temía que si te decía algo, empezaríamos a discutir de nuevo, empeorando aún más las cosas – le comentó la chica.

Sai experimentó una sensación de alivio tras esa breve explicación. Con las peleas que tenían desde hacía un tiempo, realmente había considerado la opción de que Ino no quisiera saber nada de él, pero oír esas palabras habían calmado algunas de sus inquietudes.

- ¿Estamos bien? – preguntó Sai queriendo saber si esa pequeña conversación que estaban teniendo ayudaba a su situación en algo.

- No estamos en nuestro mejor momento – le contestó Ino tratando de bromear con una sonrisa en los labios, pero resultaba un poco forzada – aunque tampoco estamos mal... creo. Sólo un poco distanciados y poco sincronizados, supongo.

- No me gusta estar de esta manera contigo – se sinceró Sai.

- A mí tampoco y por eso... quiero pedirte disculpas por cómo me puse a veces contigo con todo el tema de Sasuke y Naruto. Ahora que sé por lo que habéis pasado, entiendo mejor las decisiones de Sasuke y también las tuyas. No estuvisteis en una situación fácil, aunque... – le daba vergüenza lo que sentía – debo confesar que me duele que no hablaras conmigo.

- No pude, Sasuke me lo pidió, no sólo como amigo, sino como mi alfa. No podía desobedecerle – se excusó Sai.

- Lo sé y lo entiendo – intentaba explicarse porque sabía que podía ser contradictorio lo que decía con lo que sentía –. Comprendo perfectamente que no contaras nada, pero aun así, no puedo evitar sentir este malestar.

- Sabes que confío en ti, ¿verdad? – Sai quiso darle a entender que no era una cuestión de confianza entre ellos.

- Lo sé, yo también confío en ti y sé que puedo contar con tu apoyo y tú con el mío, pero... – hizo una pausa tratando de encontrar las palabras para explicarse mejor –. Lo que intento decir es que me duele que no pudieras hablar conmigo, pero no por mí, sino por ti. Durante todo este tiempo, has tenido que cargar con este peso tú solo y, encima, no te lo he puesto nada fácil con mis cabreos. De verdad que lo siento – se disculpó Ino.

- Yo también lo siento. La culpa también es mía porque no te traté de la mejor manera cuando me alteraba al discutir y me enfadaba.

- Tampoco mi comportamiento fue excelente contigo, perdía los estribos en ocasiones y dejaba que el enfado sacara lo peor de mí – reconoció su parte de culpa de que su amistad estuviera pasando por un mal momento.

Tras admitir sus errores, ambos se quitaron un peso de encima al poder mantener la primera conversación tranquila en mucho tiempo. Era un primer e importante paso para sanar y mejorar su relación.

- Me alegra haber aclarado las cosas, aunque... aún hay algo que no termino de entender – comentó Ino con cautela. No quería empezar una discusión ahora que estaban mejor, pero realmente necesitaba sacar la duda que tenía.

- ¿De qué se trata? – le preguntó Sai al notar la vacilación en sus palabras.

- Comparando las situaciones de Naruto y Sasuke y sabiendo que ambos tomaron decisiones parecidas por razones de peso: proteger a sus seres queridos, – comenzó a decir la rubia – no comprendo por qué te cabreaste tanto con Naruto como para seguir enfadado con él y no poder perdonarle, pero, en cambio, a Sasuke le apoyas y defiendes.

La expresión de Sai apenas cambió, pero para Ino, que le conocía bastante bien, no pasó desapercibido la minúscula mueca de molestia que se formó en su rostro.

- No lo digo con intención de reproche ni tampoco pretendo comenzar una pelea, es sólo genuina curiosidad – añadió con rapidez para evitar un posible enfrentamiento dialéctico entre ambos.

- No es lo mismo – contestó Sai de inmediato – Naruto no nos dijo nada.

- Ni Sasuke a nosotros, solamente a ti y porque dio la casualidad de que te viste involucrado. ¿Crees que si no hubiese sido así, Sasuke te hubiera puesto al corriente o se hubiese ido a la manada de Pain sin contarle a nadie el motivo por el que lo hacía? – le preguntó con un tono de voz suave y tranquilo.

Sai nunca se había planteado aquello, pero, para él, no tenía importancia porque no había sido ése el caso. Además, había otro motivo más por el que los casos de Naruto y Sasuke eran diferentes.

- No lo sé, pero da igual, porque Sasuke no se marchó de la ciudad dejándonos a nuestra suerte sino que se quedó velando por nosotros, aunque fuese desde la manada de Pain. En cambio, Naruto puso muchos kilómetros de distancia entre nosotros y él. Si algo grave hubiera ocurrido, Sasuke habría podido actuar estando cerca, pero Naruto no hubiese llegado a tiempo, nos dejó completamente a merced del resto de manadas.

Pese a no estar de acuerdo con Sai, Ino no dijo nada ante aquello porque, como había dicho, no quería discutir de nuevo y estropear el pequeño avance que estaban teniendo. Además, algo en su interior le decía que había algo más como para que Sai no le diera ninguna oportunidad a Naruto.

- Sasuke podría haber hecho las maletas y llevarse a Itachi lejos, pero eligió quedarse – añadió al ver que Ino no decía nada.

- Puede, pero ¿crees que hubiese dejado atrás a sus padres? O ¿qué explicación les hubiese dado? Ellos no conocen la doble vida que llevan sus hijos. Además, podría haberles puesto en peligro porque Pain podría haberlos usado de cebo para que Sasuke volviera – argumentó dejando ver que existía la posibilidad de que Sasuke no hubiese elegido quedarse, sino que no le quedó más remedio.

Ahora fue el turno de Sai de permanecer en silencio sin saber muy bien qué contestar.

- Y... ¿Eso es todo? ¿El principal motivo por el que no trates igual a Sasuke y a Naruto por dejar la manada es que uno se marchó de la ciudad mientras el otro no? – indagó la chica.

- No se trata de algo sin importancia – le respondió Sai.

- No digo lo contrario. Sé cómo nos afectó a todos, pero cuando volvió, nos explicó sus motivos y está intentando ganarse la confianza de todos de nuevo, pero... no sé, siento que hay algo más que te molesta, pero no sé qué es – le comentó pensativa.

- ¿A qué te refieres? – fue el turno de Sai de preguntar confuso.

- Es que parece que a ti te afectó mucho más que a los demás, y no solamente porque te rijas más por determinadas reglas de los hombres-lobo. Quizás haya algo más, pero no eres consciente de ello.

Sai se quedó ensimismado durante unos minutos pensando en las palabras de Ino, buscando en su interior si había algo más como ella decía, pero por mucho que le daba vueltas, no conseguía hallar una respuesta.

Mientras Sai estaba perdido en sus pensamientos, Ino también hacía lo mismo. Pensaba en Sai y Naruto y en cuál podía ser el motivo por el que el moreno era más duro con Naruto. De repente, una idea se le vino a la cabeza.

- ¿Es posible que... te afectase más porque Naruto fue tu primer alfa después de perder a tu manada original? – le planteó aquella duda a su compañero para que reflexionara si podía ser una opción. Sai no era alguien que analizase mucho sus propios sentimientos y emociones, por lo que era posible que no hubiese cavilado esa posibilidad.

Tras unos instantes, Sai miró a la chica con una mezcla de asombro y desconcierto. Era increíble que Ino pudiera analizarle y entenderle mejor que él mismo. No se le había pasado por la cabeza algo así, pero ahora que la chica lo decía en voz alta, sintió que tenía razón.

- Creo que... – habló todavía pensando en sus palabras – es posible.

La cara de Sai reflejaba una mayor sorpresa al darse cuenta y aceptar que Ino había dado en el clavo.

- Creo que no sólo me afectó por eso, sino porque Naruto fue... mi primer amigo de verdad – dijo conmocionado –. Supongo que el dolor y decepción fue mayor porque me sentí traicionado por el que podría considerar mi hermano.

Al escuchar aquella confesión y la emoción que transmitía el moreno, Ino no pudo evitar envolver sus brazos alrededor del cuerpo del chico en un abrazo fuerte y lleno de afecto.

Esa noche, no sólo habían dado un paso hacia su reconciliación, sino que habían descubierto algo muy importante que esperaba que ayudara a que Sai y Naruto arreglaran su amistad también, sin embargo, pese a sentirse de esa manera, todavía veía las dudas en la mirada sincera de Sai.

- ¿Todavía hay algo que te preocupa? – preguntó Ino.

- No es nada importante.

- Creo que deberíamos hablarlo ahora que nos estamos sincerando. Es mejor terminar con todas las dudas hoy mismo para poder arreglar todo esto entre nosotros.

- Yo preferiría no decirte esto, Ino. Acabaríamos enfadados de nuevo y es algo que trato de evitar.

- ¿Qué es, Sai? Necesito saberlo todo porque si nos dejamos algo, acabará enquistándose y, en algún momento, volverá a salir haciendo peor la situación entre nosotros.

- Siento que haga lo que haga, piense lo que piense o diga lo que diga, tú siempre estarás de parte de Naruto y yo jamás podré competir contra él. Nunca estarás de mi parte y, a la larga, tendremos más y más peleas cada vez que yo no esté de acuerdo en algo con Naruto.

- Es nuestro alfa, Sai.

- Y no por ello tienes que estar de acuerdo en todo. Mira a Neji, a Gaara, a Itachi o incluso Deidara, a veces no opinan igual que él y se lo dicen, pero tú le sigues ciegamente y no puedo competir con eso. Sólo discutiremos todo el tiempo por estas cosas y entiendo que él te salvó, que crees que se lo debes, pero... a veces, me gustaría que simplemente pensases en lo que yo digo o hago y pudieras estar de acuerdo conmigo en alguna ocasión.

- Así que ahora crees que no tengo opinión por mí misma... – se enfadó un poco Ino.

- No he dicho eso, sólo planteo que... cuando habla Naruto, parece que automáticamente crees que siempre tiene la razón en todo y... – al ver el rostro de Ino, Sai se puso en pie con un resoplido – sabía que no debía haberte dicho nada. Olvídalo. Ya nos vemos en otro momento, Ino.

- No te vayas así, tenemos que hablar esto y...

- Buenas noches – susurró Sai dejando a una dubitativa Ino en el lugar.

En ese instante, tras todas las cosas resueltas de las que habían hablado, Ino realmente llegó a plantearse las palabras de Sai. Era cierto que incluso Gaara y Deidara, que mantenían una relación, muchas veces tenían sus desacuerdos, a veces alguno estaba de acuerdo con Naruto y el otro no, pero al ser una pareja, se apoyaban. Quizá era eso lo que Sai intentaba decirle sin mucho éxito, que le faltaba ese apoyo y lo anhelaba por su parte. Ino sonrió sutilmente. Si realmente era eso, podría intentar solventarlo.

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