Capítulo 30: Decisiones que cambian la vida
¡Fuera de sí! Así es como se encontraba Minato pese a que habían transcurrido unos días desde que abrió los ojos. La noticia del fallecimiento de su mujer le había alterado tanto, que los médicos ni siquiera dejaron entrar visitas y prohibieron a la policía tomarle declaración hasta que asimilase toda la información. Su salud requería un reposo absoluto.
Hoy era el primer día en que permitían a las visitas entrar a ver cómo se encontraba. Kakashi no dudó ni un segundo en hacerlo justo después de su hijo Naruto. ¡De uno en uno! Fue lo que los médicos recomendaron, así que esperó pacientemente su turno. Por suerte para él, Ibiki permanecía a su lado, intentando calmar los nervios de su interior.
El adulto tan sólo se puso en pie en cuanto observó a Naruto salir del cuarto, apoyando con rapidez su mano en el hombro del adolescente para darle ánimos ante la situación. Toda la familia lo estaba pasando mal, pero eso no sería nada con la noticia que ahora debía darle a Minato. Seguramente no se lo tomaría nada bien y era posible que no le hiciera caso, debía recurrir a la supervivencia de su hijo para poder convencerle y lo sabía.
- Me voy al instituto – dijo Naruto con resignación en su voz, viendo a Sasuke levantarse de la silla del pasillo donde había estado esperándole – pero vendré en cuanto acaben las clases.
- Aquí estaremos – intentó calmarle Kakashi para hacerle más fácil la difícil idea de alejarse nuevamente de su padre, el único familiar que ahora le quedaba.
Esperó a que Naruto se alejase por el pasillo y miró a Ibiki antes de resoplar. Los dos sabían que esa conversación no sería sencilla. Armándose de valor y tomando aire profundamente, caminó hacia la habitación y cerró la puerta tras él. La silla donde antes estaba Naruto, ahora fue ocupada por él, pero Minato ni siquiera le miró. Tumbado en la camilla, seguía mirando la ventana, con los ojos rojos por haber llorado y completamente ido.
- ¿Minato? – preguntó Kakashi al ver el sufrimiento que aún recorría su interior por la muerte de Kushina.
- No fue tu culpa, si es eso lo que te aflige – fueron las primeras palabras que Minato le dedicó pese a seguir sin mirarle.
- En realidad... debí estar allí.
- No podías saberlo, así que deja de culparte.
- Pero pasas por este dolor porque no estuve y... de eso precisamente quiero hablarte, Minato. Sé que no es un buen momento pero no tengo más.
- ¿Fue el mismo que mordió a Naruto? – preguntó tan repentinamente, que Kakashi se sorprendió, teniendo que asentir al ver que las palabras no le salían. El resoplido de Minato sonó en la habitación.
- Siempre he intentado protegerte, también a tu familia pero... es demasiado amplio, Minato, no puedo estar siempre, a cada segundo de tu vida junto a ti para hacerlo y tengo miedo. Lo de Kushina, no debí dejar que ocurriera, tampoco lo de Naruto, pero no he podido proteger a tu familia como es debido.
- ¿Quieres que me vaya?
Las lágrimas estaban al borde de sus ojos y tal y como Kakashi siempre supo, ese hombre era demasiado inteligente.
- No pienso irme de aquí. ¿Me oyes? – se quejó Minato, derramando finalmente las primeras lágrimas – no alejaré a mi hijo de su manada, de sus amigos, de su novio... su vida está aquí y un... lobo de esa calaña no me hará cambiar de opinión. Éste es mi pueblo, es donde nací, donde me crié, es donde enterraré el cuerpo de mi esposa y no me moveré.
Kakashi resopló una vez más. Minato siempre fue terco pero entendía cada una de sus palabras. ¿Por qué debía irse él cuando toda su vida y la de su hijo estaban allí? Era injusto, pero no tenía más opciones ahora.
- No puedo protegerte. Minato, por favor, escúchame. Sólo será un tiempo, hasta que me ocupe de ese tipo. Mi manada y yo le daremos caza y podrás volver pero...
- ¡No! – se negó en rotundo Minato con lágrimas en sus ojos.
- Escúchame, terco cabezón – elevó el tono Kakashi, levantándose de la silla para mirarle con mayor seriedad y más de cerca – ya no eres sólo tú, sé que has perdido a Kushina y crees que da igual lo que te ocurra a ti ahora, pero piensa en Naruto. La situación está así, tiene a una manada de lobos detrás de la suya tras la conversión de Itachi y esa manada podría aliarse con la que yo voy a dar caza, es un gran riesgo para Naruto. ¿Quieres perderle también a él?
Aquellas palabras hirieron más a Minato, pero fueron las que parecieron funcionar para que reaccionase.
- ¿Crees que quiero que os vayáis? Naruto es como un hijo para mí, pero necesito tiempo para arreglar la situación. Es una medida temporal. Marchaos unos meses, le daré caza y podréis volver. Os hará bien alejaros de los problemas de aquí un tiempo.
- ¿Qué quieres que le diga a Naruto? ¿Que abandone su manada y a su novio? Tú mismo lo has dicho, una manada les persigue, Naruto no se irá así sin más sabiendo eso.
- Tiene un buen beta, y Gaara fue beta también, tiene una buena manada para poder defenderse. Además, Pain parece tener algo contra Naruto, si él se marcha, lo más seguro es que su ira hacia la manada disminuya algo y Sasuke sería capaz de negociar una tregua o hacer frente a la amenaza. Mi manada estará aquí para ayudarle si lo necesita.
- ¿Sólo unos meses?
- Espero que sí.
- ¿Espero? ¿Quieres que convenza a Naruto con eso? ¿Unos meses?
- Es mejor a que lo maten, ¿no crees?
- ¡Maldita sea! – maldijo Minato.
Un toque en la puerta hizo que los dos se girasen a mirar hacia ella. Hashirama Senju estaba allí en persona, dispuesto a tomar la declaración que no pudo hacer días antes. Al ver aquello, Kakashi se tensó.
- Tengo que salir, van a tomarte declaración. Creen que fui yo quien mató a tu esposa.
- ¿Qué gilipollez es ésa? – preguntó extrañado.
- Luego te veo, Minato, y te explicaré esta situación con más calma.
Confiaba en la inteligencia de Minato como para que hiciera lo correcto con la poca información que tenía al respecto. Creyó que tendría más tiempo para poder contarle todo, pero Hashirama fue realmente rápido llegando al hospital.
Nada más salir él, Hashirama entró en la sala. Esperó para ver cómo Kakashi iba en busca de un par de cafés, seguramente para él y su amigo, el que seguía en el pasillo sentado. Cerró la puerta tras él y se acercó a Minato.
- Déjeme presentar mi pésame lo primero – comentó Hashirama – soy Hashirama Senju y estoy al cargo de la investigación sobre su caso.
- Gracias por sus condolencias. Siéntese, por favor.
¡Se notaba que había estado llorando! Hashirama veía el mal estado emocional del paciente como para darse cuenta de lo que le afectaba aquello.
- Seré rápido – intentó suavizar el mal trago que pasaría al recordar los hechos –. ¿Podría decirme qué recuerda de aquella noche?
- Volvía a casa tras haber pasado el día con mi hijo Naruto. Creo que intentaba mantenerme ocupado para permitir a su madre preparar algo para la noche de nuestro aniversario. Estaba cerca de casa cuando Kakashi me llamó por teléfono. Quería felicitarme el aniversario. – Hashirama apuntaba en su libreta lo relevante para el caso mientras escuchaba atentamente –. Cuando abrí la puerta... me paralicé. Olía fuerte, un olor óxido mezclado como... no sabría definirlo, como un olor a animal, me recordaba al olor de cuando bañas a un perro y entonces, vi a mi esposa allí, ensangrentada frente a mí. Solté el teléfono y quise correr hacia ella cuando algo me atacó. No sé qué era exactamente, pero lo que estoy seguro es que fue alguna clase de animal. No recuerdo nada más, lo siento.
- He escuchado que mucha gente estuvo presente para atenderle, entre ellos...
- ¿Los amigos de Kakashi? Es posible – dijo sin más – no sé muy bien qué planes tendría mi esposa para la celebración del aniversario, pero podría ser que llamase a los amigos de la familia para una sorpresa o algo.
- Entiendo. Imagino que son amigos en común.
- Kurenai a veces trabajaba como voluntaria con mi mujer en el hospital y también me ayuda en la recepción de mi clínica, Kakashi siempre ha sido un buen amigo de la familia, así que sí, todos éramos del mismo grupo de amigos.
- Bien, es todo por ahora. Muchas gracias por su colaboración y una vez más, mi más sentido pésame. Haré todo lo que esté en mi mano para cerrar este caso.
Minato simplemente asintió, volviendo a girar el rostro a la ventana. Pensar en su esposa allí colgada le revolvía el estómago y le hervía la sangre por lo que debió sufrir. Por eso mismo, tomaba en cuenta las palabras de Kakashi de marcharse. No soportaría perder también a su hijo ni de la misma manera.
***
Salió tan rápido del instituto que ni siquiera esperó a su novio. De todas formas, era muy probable que Sasuke llegase al hospital cuando acabase alguna de sus actividades extraescolares. Tenía natación hoy y no le había comentado que se saltaría el entrenamiento ni nada similar, así que tomó el coche y salió directamente en dirección al hospital.
- Ya estoy aquí, papá – escuchó el ruido de la puerta abrirse, viendo cómo su hijo cerraba tras él y dejaba la mochila en el suelo antes de sentarse.
- Naruto... me alegra que hayas llegado, tenemos que hablar de algo importante.
- ¿De qué se trata? Si es sobre lo de mamá... buscaré al responsable y...
- De eso se trata, Naruto, no quiero que te involucres en este tema.
- Pero... hablamos de mamá – se enfadó.
- Lo sé muy bien, pero no quiero perderte a ti también.
- No vas a perderme a mí, yo... yo no soy sólo un humano normal y lo sabes, puedo defenderme y...
- No eres inmortal, Naruto – se quejó su padre – he tomado una decisión y quiero que me escuches bien. Vamos a mudarnos a otro lugar y...
- ¿ESTÁS MAL DE LA CABEZA? ¿MUDARNOS? – preguntó totalmente fuera de sus cabales –. ¿Te estás escuchando? No pienso irme de aquí con el rabo entre las piernas.
- Naruto...
- No quiero oírte más. ¿Quién narices te ha metido esa estúpida idea en la cabeza?
¡No necesitó una respuesta al ver cómo su padre movía los labios para cerrarlos, tratando de no decir nada más! Estaba claro quién le había hablado de esa gilipollez y eso le cabreó mucho más.
- ¡Naruto! – escuchó a su padre tras él cuando salió malhumorado por la puerta - ¡Naruto!
- ¿Naruto? – escuchó el rubio la voz de su novio que subía por las escaleras en su busca –. ¿Adónde vas? ¿Ya has visto a tu padre?
- Ahora no, Sasuke. Luego te cuento.
Sasuke se quedó completamente sorprendido. Jamás había visto a su chico en ese estado. Podía oler la química de su cuerpo. ¡Estaba muy enfadado! Era lo que le hacía sentir a él al olerle. Instintivamente miró hacia la habitación de Minato. ¿Habrían discutido por algo? Él, que se había saltado el entrenamiento de natación para ir al hospital con rapidez y ser un apoyo para su novio, ahora le hacía a un lado por algo que había ocurrido y no le contaba. Resopló y movió sus brazos hacia arriba sin entender nada antes de dejarlos caer con frustración sobre sus muslos, porque no podía hacer demasiado.
***
Kakashi se despertó al oír cómo aporreaban en la puerta de su casa con mucha insistencia. Parecía que, después de haber estado de guardia durante más de veinticuatro horas sin dormir, su descanso se había ido a la porra.
Se incorporó rápidamente, aunque al segundo siguiente se lamentó haberlo hecho. Su cabeza le daba vueltas, por lo que cerró los ojos mientras se agarraba la cabeza para que todo a su alrededor dejara de moverse. Cuando el mareo se pasó, se concentró en detectar el olor de la persona que estaba a punto de tirar la puerta de la entrada abajo.
- Mierda – murmuró al identificar que se trataba de Naruto.
El adulto no pasó por alto el tremendo enfado que llevaba el rubio encima y se pudo imaginar que ya había hablado con su padre. Como se había imaginado, Naruto no estaba muy contento con la idea de marcharse de Twain Harte.
Suspiró antes de salir de la cama e ir al piso inferior, era mejor no seguir haciendo esperar a Naruto o si no, tendría que comprar una puerta nueva porque el adolescente acabaría destrozándola si no le abría.
Mientras bajaba las escaleras, se mentalizó para lo que se le venía encima. Naruto tenía muy mal genio cuando se cabreaba, suerte que hacía algunos años que había conseguido controlarlo, pero algo le decía que en aquella ocasión, no iba a ser así.
Nada más abrir el cerrojo, sintió cómo empujaban la puerta con fuerza y al segundo siguiente, se hallaba empotrado en la pared más cercana con el brazo de Naruto sobre su cuello impidiéndole moverse.
- ¡¿Se puede saber qué mierda le has dicho a mi padre?! – le preguntó Naruto fuera de sí.
Kakashi no hizo el amago de librarse de aquel agarre que le dificultaba respirar.
- Sólo... le he dicho la... verdad – le respondió con voz ahogada –. Debéis marcharos.
Naruto le propinó tal puñetazo a Kakashi, que éste acabó en el suelo con el labio partido.
- ¡No vamos a irnos a ningún lado! ¡¿Me oyes?! ¡Y que sea la última vez que le metes gilipolleces en la cabeza a mi padre!
- No son gilipolleces – dijo lo más calmadamente posible pero con un tono serio, mientras se limpiaba con el dorso de la mano, la sangre que le salía del labio.
- ¡¿Ah, no?! ¡Entonces dime qué cojones es la idea de irnos mi padre y yo de Twain Harte! – siguió chillando mientras se acercaba al adulto con un aura amenazante.
- Si dejas de gritar y te tranquilizas, podré explicarte mis razones para creer que es lo mejor que podéis hacer ahora – intentó calmar la situación antes de que empeorase, mientras se ponía en pie.
- ¡¡Cómo pretendes que me tranquilice cuando le has comido la cabeza a mi padre para que abandonemos nuestro hogar y a nuestros seres queridos sin más?! ¡No pienso largarme y abandonar a mi manada, y mucho menos a Sasuke! ¡No me da la gana!
- ¡Basta ya, Naruto! – perdió la paciencia–. No se trata de lo que quieras o no hacer, sino de lo que es más seguro para Minato y para ti, y ahora mismo lo más seguro es poner tierra de por medio.
El adolescente se acercó con paso lento pero intimidatorio hacia el adulto, quien no se movió ni un ápice. Kakashi no iba a dejarse amedrentar fácilmente aunque se tratase de quien consideraba un hijo y entendiera su enfado. Creía firmemente que esa idea era lo mejor y no se iba a echar para atrás aunque le doliese tener que dejar ir a dos de las personas más importantes en su vida.
- No pienso huir con el rabo entre las piernas y abandonar a la persona que amo y a mis amigos porque tú tengas miedo y te veas incapaz de enfrentarte al cabrón que ha matado a mi madre y ha puesto en el hospital a mi padre – le dijo Naruto con una voz tan baja y grave que imponía más que cuando gritaba.
A Kakashi le dolió aquel golpe bajo, pero en parte, tenía razón. Tenía miedo, pero no miedo a enfrentarse a Zabuza sino miedo a perder a Minato y a Naruto.
- No temo plantar cara al asesino de Kushina – le aclaró con total seguridad – pero... – se le quebró la voz – ...pero sí temo veros muertos a los dos, Naruto.
El rubio titubeó al ver a Kakashi vulnerable ante aquella confesión. Todavía seguía cabreado con él por sugerirle a su padre que se marcharan del pueblo, pero una parte de sí mismo podía entender de dónde venía su miedo.
- No vamos a morir – le aseguró Naruto.
- Naruto, no puedes garantizarlo. Mira lo que ha pasado – le rebatió.
- No teníamos ni idea de que un hombre-lobo iba tras mis padres, pero ahora que lo sabemos y que seguramente ese bastardo quiera acabar el trabajo incompleto, podemos rastrearle o tenderle una trampa y hacerle pagar por lo que ha hecho.
A Kakashi no le gustó el tono que Naruto había empleado para decir la última frase, le había dado mala espina.
- ¿A qué te refieres exactamente con "hacerle pagar por lo que ha hecho"? – le preguntó.
- ¿Acaso estoy hablando en otro idioma? Creo que está bastante claro que "hacerle pagar por lo que ha hecho" significa "hacerle pagar por lo que ha hecho" – le soltó con insolencia.
- No te hagas el listillo conmigo, Naruto. Eso puede significar muchas cosas como llevarlo ante la justicia, atemorizarle para que no vuelva a acercase a ti o a familia o... matarlo.
El adolescente se mantuvo en silencio mirando con una expresión seria a Kakashi, lo cual indicó a éste que su intuición no había errado.
- Naruto...
- No – le cortó con dureza –. No te atrevas a decirme que no puedo matar a quien me ha arrebatado a mi madre y casi me quita a mi padre, porque es lo mínimo que se merece ese cabrón.
Kakashi observó cómo los ojos del chico ante él se enrojecían debido a las lágrimas que se le acumulaban y trataba de retener.
- Voy a hacerle lo mismo que le hizo a mi madre. Voy a hacerle sentir miedo, le perseguiré y le haré sentir que no tiene escapatoria, para después torturarle y colgarle para que se desangre hasta morir.
Al otro alfa se le puso la piel de gallina ante no sólo el tono tan firme y duro empleado por Naruto, sino por su oscuro y despiadado plan.
- Naruto, por favor, no vayas por ese camino – le pidió.
- ¿Por qué no? Ese cabrón no tuvo ninguna piedad cuando fue a por mis padres y me arrebató a mi madre de esa... de esa manera– le tembló la voz al recordar el cadáver de su madre e imaginarse todo por lo que tuvo que pasar antes de dar su último aliento. No pudo evitar que un par de traicioneras lágrimas se escaparan, pero las limpió rápido no queriendo mostrar ningún signo de debilidad –. Tampoco es que no haya matado antes, puedo hacerlo de nuevo.
- No, Naruto, no es lo mismo. Cuando mataste a Orochimaru fue para salvar a Sasuke, pero esto... estás hablando de venganza. Es algo muy distinto y no está bien.
- Mira quién fue a hablar – le recriminó – el que mató a casi una manada entera para vengar a mi padre y a mí.
Y ahí iba otro golpe bajo que hirió a Kakashi, pero al mismo tiempo, no pudo evitar ver la ironía en aquella situación. Naruto le reprochaba aquello sin saber que el alfa de aquella manada era el responsable del asesinato de Kushina y del que él se quería vengar.
- Tienes razón, lo hice movido por el dolor y la rabia por lo que te habían hecho y la angustia que le estaba causando a tu padre, y por eso mismo puedo decirte que no es lo mismo lo que tú tuviste que hacer con Orochimaru a matar a sangre fría a otra persona. No está bien, no es un camino que quieres recorrer, no sólo por el peso que siempre llevarías sobre tus hombros sino porque te cambiará y te afectará.
- Tú no lo hiciste, no te has vuelto un asesino que disfruta matando a cualquiera.
- No, pero eso no quiere decir que no me cambiara. Es algo que te afecta psicológicamente y, por lo tanto, te cambia, ya sea de una manera u otra. No quiero decir que te vayas a convertir en un asesino sin piedad, porque te conozco y no eres así, pero sí te afectaría, ya sea por culpabilidad – Naruto soltó un sonido con la boca como si fuera imposible que se fuera a sentir culpable por matar a quien había asesinado a su madre, pero Kakashi le ignoró – remordimiento o cualquier otra razón. Incluso podría afectar a tu propia estima o confianza, lo cual a su vez, puede repercutir en tu relación con los demás: familia, amigos, pareja...
Kakashi se acercó a Naruto y le puso una mano sobre su hombro en un intento de hacerle llegar mejor sus palabras.
- Naruto, te conozco y tienes un gran corazón. Ahora estás cegado por la rabia y el duelo, y podrías matar al asesino de tu madre por venganza, pero cuando tuvieras la mente fría, sé que te arrepentirías – se ganó una dura mirada por parte del rubio – por mucho que me mires así, sabes que es cierto. Pese a que no hables de ello, haber matado a Orochimaru aún te pesa aunque no tuvieras más remedio, así que, ¿cómo crees que te afectaría quitarle la vida a otra persona aunque lo creas justificado? Ya no sólo por ese hecho en sí, sino por lo que podrían pensar tus padres si lo supieran o Sasuke o el resto de tu manada. Quizás llegases a pensar que no eres digno de ellos. Naruto, no es lo mismo arrebatar una vida por supervivencia que por venganza.
Naruto dio un manotazo al brazo de Kakashi y se apartó ofuscado.
- Ya sea lo mismo o no, me afecte más o me afecte menos, es mi decisión, y lo que quiero es hacerle sufrir al igual que él hizo con mi madre, que pase por lo mismo que ella...
- ¿Y crees que Kushina querría que hicieras algo así? ¿Crees que querría que te mancharas las manos de sangre por ella? – intentó apelar a la memoria de su madre para que no siguiera con la idea de la venganza.
- Nada de eso importa porque ¡está muerta! – explotó de nuevo.
- ¡Y vengarte no te la devolverá!
- ¡¿Y qué se supone que debo hacer?! ¡¿Dejar que se escape de rositas mientras huyo lejos dándole a entender que ha ganado?!
- No se trata de eso – habló con más tranquilidad Kakashi para dejar los gritos a un lado y poder seguir manteniendo una conversación con Naruto.
- ¿Ah, no? ¿Entonces de qué se trata? Porque yo lo veo de esa manera – le soltó malhumorado, aunque al menos había dejado de chillar.
- No es así, mi intención siempre ha sido que mi manada y yo fuésemos a por el asesino de tu madre mientras...
- ¡Ah! Tú sí puedes matar por venganza pero yo no. Muy coherente todo y nada hipócrita por tu parte – le interrumpió con sarcasmo.
- Sí, porque como has recordado antes, ya lo he hecho antes y no quiero que tú cargues con algo así, ni tu padre tampoco querría ni tu madre. Y déjame terminar, maldito cabezón – se impacientó Kakashi.
Naruto extendió los brazos y se inclinó ligeramente en una reverencia como diciéndole "lo que usted diga, majestad", para después empezar a caminar de un lado a otro de la entrada de la casa, ganándose una mirada fulminante por parte del otro alfa.
- Como decía, mi plan era lidiar con mi manada la situación mientras estáis a salvo fuera de Twain Harte, porque si os quedaseis, siempre estaría preocupado por vosotros y no tendría la mente al cien por cien en el enfrentamiento.
- Eso es una auténtica gilipollez – le rebatió el rubio –. ¿Por qué vais a ir vosotros solos cuando podemos ir las dos manadas juntas? Además, sé defenderme y puedo proteger a mi padre si ese cabrón vuelve a por él. Antes no tenía ni idea de que había una amenaza real sobre mis padres, por lo que me pilló de improviso, pero ahora no.
Kakashi agachó ligeramente la cabeza y Naruto pudo notar su culpabilidad, por lo que detuvo su caminata en círculos y dejó a un lado su malhumor para hacerle ver que no debía sentirse culpable. Puede que estuviera enfadado con él por su estúpida idea, pero no significaba que no le importara cómo pudiera sentirse su mentor y amigo.
- Tú tampoco podrías haber anticipado algo como lo que ocurrió – intentó consolarle.
- Te equivocas, debí haberlo prevenido.
- ¿A qué te refieres? – le preguntó Naruto confuso ante la firmeza de sus palabras
- A que... – titubeó – a que todo es más complicado de lo que crees.
El adolescente le miró entre confuso y desconfiado.
- ¿Qué es lo que no me estás contando? – le preguntó sabiendo que el adulto le estaba ocultando algo.
Kakashi por fin levantó la cabeza y se atrevió mirar a los ojos al rubio.
- Naruto, es mejor que nos sentemos para hablar del tema – le indicó con un gesto que entrara al salón.
- No, prefiero quedarme aquí. Sentarme o quedarme de pie no va a cambiar el hecho de que no me va a gustar lo que voy a oír.
- Como prefieras, pero al menos déjame cerrar la puerta – le señaló a su espalda y Naruto se volteó para ver que seguía abierta. Con tanta discusión, se le había olvidado por completo.
- Oh, vale – dijo y se apartó dejando pasar a Kakashi.
Tras cerrar la puerta, Kakashi se aproximó hasta el primer escalón de la escalera que llevaba al piso superior y se sentó en él. Naruto se acercó y se apoyó en la pared cercana.
El adulto se mantuvo en silencio durante un rato mientras jugaba con sus manos nervioso sin saber muy bien por dónde empezar.
- El hombre que atacó a tus padres se llama Zabuza y... ya intentó ir a por tu padre hace alrededor de año y medio – le confesó.
Naruto se quedó mudo al escuchar que ese maldito ya había ido a por su familia antes y era la primera noticia que tenía sobre ello. Era increíble que Kakashi y su padre le hubiesen ocultado algo así.
- ¿Qué? – soltó incrédulo –.¿Cuándo...? ¿Cómo...? – balbuceaba aún descolocado ante aquel descubrimiento.
- Aprovechó una noche en la que creía que Minato estaba solo – comenzó a explicarle al ver que Naruto era incapaz de terminar una frase debido a la impresión – usó al que creo que era el omega de su manada como distracción, hacer que tu padre fuera a ayudarle y así tenerle a su merced. Por suerte, yo estaba con él y supe que se trataba de una trampa. Además, el resto de la manada olió el peligro y vino a ayudar, nos libramos de él y de algunos miembros de su manada y ahí se quedó todo.
- ¿Y por qué no me lo dijisteis? – preguntó malhumorado.
- Porque fue cuando te marchaste durante la primera luna llena de Sasuke y tu padre y yo consideramos que era lo mejor. Ya tenías muchos problemas con los que lidiar, entre eso, el celo de Ino, seguir entrenando a Sasuke, los asuntos habituales de la manada, el instituto... no quisimos preocuparte por algo que se supone que ya estaba zanjado, y más porque no llegó a pasar nada. Zabuza se marchó de la ciudad esa misma noche y creí que no volvería al verse derrotado.
- ¿Por qué fue a por él? ¿Es de alguna manada con la que he tenido alguna riña y quería hacerme daño a través de él? La verdad es que no recuerdo a nadie con ese nombre, pero no sé, es posible que no supiese cómo se llamaba o se me haya olvid...
- No, no es nada de eso – le cortó.
Kakashi había estado guardándose información importante a propósito porque sabía que si daba algún dato de más, provocaría que Naruto hiciera más preguntas. Preguntas cuyas respuestas siempre habían retrasado tanto Minato como él mismo, e incluso secretamente, había deseado no contarle nunca al rubio. Sin embargo, al ver que Naruto empezaba a creer que todo aquello había sido culpa suya de alguna manera, supo que no podía seguir ocultándolo durante mucho más tiempo. No era justo que el adolescente se culpara por algo de lo que no era responsable.
- No se trataba de ti, sino de Minato. Su objetivo siempre fue él.
- ¿Mi padre? ¿Siempre? ¿A qué te refieres? – preguntaba cada vez más perdido. No entendía nada de lo que estaba pasando.
- Zabuza ha estado obsesionado con tu padre desde que hace mucho tiempo. Creo que porque tu padre le trataba con amabilidad en el instituto a diferencia de la mayoría de la gente, no lo sé, pero siempre ha querido tenerlo para él, incluso intentó morderle una vez. Supongo que ése era su objetivo la última ocasión que estuvo aquí.
- ¿Morderle? ¿Por qué? La mordedura tiene un bajo porcentaje de éxito, lo más probable es que hubiera muerto. No lo entiendo, así no iba a estar con él si eso era lo que buscaba.
- Pero así funciona su obsesión. En su mente, él es el único que puede estar con Minato, y para eso, debía ser como él, un hombre-lobo y así viviría durante más tiempo a su lado. Sin embargo, si la mordedura fallaba, Minato no sería de nadie más.
Naruto estaba estupefacto. No entendía cómo alguien podía pensar algo tan retorcido y tóxico, y le cabreaba que alguien así se hubiera fijado en su padre.
- ¿Es por eso por lo que mató a mi madre? ¿Por su enfermiza creencia de que mi padre le pertenecía?
- Creo que sí – le contestó Kakashi decaído.
- Pero si ya había matado a mi madre y en su mente ya se había quitado la competencia, ¿por qué intentó matar a mi padre?
- No lo sé – le respondió sincero –. No sé si por hacerle sufrir por no haberle elegido, por frustración al haber fallado antes en sus planes o por diversión. Sea cual fuere el motivo, parece ser que cambió de idea e intentó morderle, o quizás siempre había sido parte de su plan torturarle antes para después "salvarle". No sé cómo funciona su mente y no sé si realmente quiero saberlo.
- Esto es una mierda – se quejó Naruto.
- Lo siento, debí imaginar que no se rendiría tan fácilmente, no debí bajar la guardia en este tiempo, debí seguir pendiente de tus padres y... lo siento.
- Una parte de mí quiere gritarte que sí, que debiste hacer todo eso, que debiste vigilar mejor a mis padres y asegurarte de que ese Zabuza no se acercara a ellos, que debiste avisarme de algo así de importante; pero hay otra parte de mí que me dice que es injusto que te culpe de las acciones que ha cometido otro, sobre todo, uno que no está bien de la cabeza – se sinceró Naruto.
- Pues yo sí lo hago, me culpo y estoy cabreado conmigo mismo, y ésa es una de las razones por las que quiero ir tras Zabuza. Voy a terminar lo que debí acabar hace tiempo, pero para ello necesito que os marchéis – volvió al mismo tema.
- Y yo sigo pensando que es una gilipollez y más ahora. Si ese cabrón está tan obsesionado con mi padre, ¿crees que no va a seguirle allá adonde vayamos? ¿Que nos dejará tranquilos así sin más?
- No, pero él no lo sabrá – le respondió.
- Es un hombre-lobo, nos puede rastrear – le miró con una expresión que le decía "no sé cómo nos has caído en algo tan básico".
- Pero tú también lo eres y conoces métodos para camuflar vuestro olor y despistarle. Además, vuestra marcha la realizaríamos de forma coordinada a nuestra ataque, así que tendría que centrarse en nosotros, lo cual os daría ventaja para alejaros todo lo posible y que no sepa hacia dónde.
- Sigo creyendo que la mejor estrategia es ir las dos manadas juntas a por él – insistió Naruto – tendríamos ventaja numérica.
- No sabemos si es así. No sabemos cuán grande es su manada, quiénes la forman, sus cualidades, ni si Zabuza se ha vuelto más fuerte en este año y medio, porque hasta el día del ataque, nadie supo que estaba de vuelta ni desde cuándo.
- Pues más razón aún para que vayamos nosotros. Si sólo vas tú con tu manada, estaríais en desventaja.
- Él también podría aliarse con alguna manada de aquí.
- Sabes que es algo muy raro que dos manadas distintas colaboren – le rebatió el rubio.
- No lo es si comparten un objetivo o enemigo en común – le insinuó algo que sabía que Naruto captaría al instante.
- Pain.
- Exacto.
A Naruto no le extrañaría que Pain accediera a colaborar con Zabuza y su manada con tal de librarse de él y así ir tras Sasuke. Chasqueó los labios ofuscado. Otro que estaba igual de mal de la cabeza que Zabuza, pero en este caso, su obsesión era Sasuke. ¡Joder! ¡Se tenían que obsesionar precisamente con sus seres queridos!
Comenzó a caminar de nuevo alrededor de la entrada. Cada vez la situación se complicaba más. Si Pain se aliaba con el asesino de su madre, las posibilidades de vencer disminuían porque sabía que Pain y él estaban casi al mismo nivel. En la siguiente pelea que tuvieran era posible que no tuviera tanta suerte de salir victorioso, y si eso pasaba... no quería ni imaginar lo que le pasaría a Sasuke, su padre, y al resto de su manada.
- Mierda – maldijo.
Kakashi se entusiasmó levemente porque, por primera vez desde que Naruto había irrumpido en su casa, parecía que la balanza se inclinaba a su favor.
- Pues habrá que ir a por Zabuza antes de que tenga la oportunidad siquiera de averiguar mis rencillas con Pain y le ofrezca un trato.
Y el entusiasmo de Kakashi se evaporó al instante.
- No – se negó.
- ¿Por qué? Mejor ir nuestras manadas a por él antes de que pueda siquiera pensar en una alianza con otra manada. Tendríamos ventaja, nuestras manadas son fuertes y podríamos ir a por Zabuza mientras tenga la guardia baja y crea que ha ganado y que no tengo ni idea de que es el culpable de la muerte de mi madre y...
- ¡No!
- ¡¿Por qué no?! – soltó cabreado por la obstinación del adulto –. ¿Por qué te empeñas en no dejarme participar?! ¡Tengo más derecho que tú en ir a por ese desgraciado!
- ¡Porque fue él quien te convirtió! – acabó soltando aquello que había estado tratando de evitar que Naruto averiguase desde que había salido el tema de Zabuza.
Todo alrededor de Naruto se detuvo en ese instante. Era como si él no estuviera realmente en ese momento en aquel lugar, como si su cuerpo siguiera en la casa de Kakashi pero su mente se hubiera ido muy lejos de allí, como si estuviera en otra dimensión. O al menos así se sentía, desconectado de la realidad y sin que nada tuviera sentido.
- ¿Naruto? – le llamó preocupado al ver que no había abierto la boca ni se había movido para nada en un buen rato. Tenía la mirada perdida.
De alguna manera, la voz de Kakashi llegó hasta él y, poco a poco, fue volviendo a la realidad. El adulto vio cómo el rubio comenzaba a mover sus ojos de un lado a otro y se llevaba las manos a la cara como pensativo, para después comenzar a caminar de nuevo.
Seguramente, estaría tratando de procesar aquella revelación y lo que podría implicar, por lo que le dejó espacio para que lo hiciera a su ritmo. Al cabo de unos minutos, detuvo su caminar y se volvió hacia Kakashi.
- ¿Por qué no has empezado por eso primero? ¿Por qué no me has contado toda la verdad desde el principio? ¿Por qué sigues ocultando cosas incluso cuando creía que estabas siendo sincero? – le preguntó cuando por fin pudo pensar con claridad como para formular algún pensamiento lógico en su cabeza.
- Porque no quería que te enterases de esto. Saber que ese ser inmundo es tu alfa biológico, que te mordió porque en su mente retorcida eras un reemplazo ya que no podía tener al original y, a la vez, podía herir a tu padre, no es algo que deberías soportar.
- Tenía derecho a saberlo – le recriminó.
- ¿Y de qué iba a servir? ¿Para martirizarte? ¿Pensar lo peor de ti? No tenía ningún sentido saberlo.
- No era tu decisión.
- Puede que sí o puede que no, pero lo hecho, hecho está.
- ¿Lo sabía mi padre? – quiso saber.
- En su momento, sabía que quien le había intentado morder era quien te convirtió a ti, pero en aquel instante, no sabía que se trataba de Zabuza.
- ¿Y cuándo lo averiguó?
- Un poco antes de su última tentativa de lograr sus planes hace más de año y medio. Apareció en la clínica de tu padre buscando ayuda y cuando tuvimos más que palabras, tu padre me preguntó si él era el alfa de la manada a la que maté y le dije que sí.
Naruto volvió a caminar por la estancia de un lado para otro. Se sentía engañado, engañado por Kakashi, por su padre... En todo este tiempo, ambos sabían algo tan importante y no habían tenido la decencia de contárselo. Ahora entendía por qué su olor le había resultado familiar, porque ya lo había olido antes aunque hubiese sido brevemente.
Estaba cabreado y cansado de tantas mentiras, de la situación en la que se encontraba, pero iba poner punto y final a aquello.
- No pienso largarme de la ciudad. Voy a encontrar a ese bastardo y voy a detener de una vez por todas lo que debió parar hace muchos años.
- Naruto...
- No le conozco, nunca le he visto ni oído, puede que sea mi alfa biológico, pero no lo reconozco como tal porque no he pasado tiempo con él, por lo que no le obedeceré incluso aunque me gruña o trate de controlarme, porque eso es lo que te preocupa, ¿no? Por eso te negabas a que fuera a por él, ¿verdad? Porque temías que hiciera caso a su llamada.
- Naruto, puede que sea muy baja, pero la posibilidad de que eso ocurra está ahí, así que, por favor, hazme caso y vete con tu padre de aquí.
En el fondo, sabía que Kakashi tenía razón, no sólo en lo que acababa de decir, porque aunque era casi improbable que ocurriera, existía una ínfima posibilidad; sino también en muchas de las razones que le había dado para no ir tras Zabuza. Todo aquello cada vez se complicaba cada vez más y su determinación se tambaleaba por momentos, pero no pensaba demostrarlo ni darle la razón.
- Necesito aire fresco – fue lo último que dijo antes de marcharse precipitadamente de la casa de Kakashi.
***
Tobirama aparcó delante de su departamento. Estaba exhausto, pese a que de forma oficial había dejado la investigación, él había continuado la suya propia. Lo malo de aquello era que tenía que hacer todo por sí mismo y una de esas cosas era la vigilancia.
Había estado siguiendo a Kakashi desde que le habían echado del caso, con el objetivo de pillarle in fraganti, pero por ahora todo había sido una pérdida de tiempo. Se tiraba casi todo el día en el hospital o en casa para dormir y volver de nuevo junto a Minato. ¿Acaso no trabajaba? ¿De qué demonios vivía? Ya intentaría averiguarlo.
En cualquier caso, seguirle no estaba siendo nada fructífero. Kakashi era inteligente así que sabía que debía tener cuidado y no hacer nada que levantara sospechas y más sabiendo que era persona de interés en la investigación policial. Quizás debía empezar a vigilar a sus amigos por si ellos se descuidaban y metían la pata, pero eso tendría que ser en otra ocasión, porque lo único que quería en ese momento era llegar hasta su cama y dormir.
Iba a aprovechar que Kakashi había ido a su casa a descansar para hacer lo mismo. Necesitaba recuperar energías para tener todos sus sentidos al máximo para atrapar a aquel criminal.
Cuando bajó del vehículo y se aproximó al portal del edificio, vio a un hombre esperando. Antes de que pudiera preguntarle quién era y qué hacía allí, el desconocido habló.
- ¿Tobirama Senju? – le dijo aquel desconocido.
- Sí – le respondió con desconfianza y aquel hombre debió notarlo porque enseguida se presentó.
- Me llamo Zabuza y le estaba esperando.
- De acuerdo, Zabuza. ¿Para qué me estaba esperando? ¿Necesita ayuda?
- Más bien soy yo el que puede ayudarle – le contestó con una amplia sonrisa mientras Tobirama arqueaba una ceja desconcertado –. Puedo ayudarte a atrapar a Kakashi Hatake.
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