Ya no entiendo nada
Recuerden que las letras en cursiva es parte de un libro que Jem está leyendo.
Habían pasado unas horas desde que empezó con la lectura, estaba agotado después de la lucha con los subterráneos pero no podía detenerse, debía de terminar el segundo libro y tal vez así encontraría respuestas.
En la segunda página había unas letras "A la felicidad de mis sueños, que cuando abra los ojos encuentre a mi corazón y alma". No sabía lo que significaba, ¿eso quería decir que todos sus escritos eran por sus sueños? O había otra explicación, ¿tal vez algún ser sobrenatural? se golpeó mentalmente, tal vez estaba pensando demasiado.
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Muchas lunas habían pasado y los niños crecieron, la guerra no había terminado con la caída de Lucifer, sus esbirros y algunos principes del infierno que querian tomar su lugar no dieron tregua, batallas sangrientas se libraban cada cierto tiempo y con el correr de los años aquellos que participaron en la primera guerra fueron falleciendo dejando a cargo de la protección del mundo a la nueva generación.
Ya no había tiempo suficiente para decir la verdad acerca de muchas cosas, Andrew hijo de Simón y Anabeth hija de Clary estaban ya casados y tenían en brazos a su recien nacido, su tercer hijo, un Lightwood que al igual que sus dos hermanos mayores tenía la encantadora personalidad de su abuelo Jace.
Después de tanto tiempo había llegado el momento de decirles toda la verdad, no a sus hijos que ya sabían todo acerca de su otra vida sino a los hermanos de ellos, también a Jace y alguien más, alguien a quien no veían hace décadas.
Magnus estaba presente, no había cambiado nada, se veía tan joven como la última vez pero sus ojos estaban muertos.
Todos estaban alrededor de ella acompañandola en sus últimos momentos, una larga enfermedad se la llevaba y Jace no podía ser más miserable, toda su vida vivió con la mujer que amaba pero eso no significaba que su matrimonio volviera a ser el mismo, solo le permitió tocarla unas ocasiones, solo hasta quedar embarazada, ese fue su castigó, tenerla tan cerca pero a la vez tan lejos, ella le dió la opción de irse, de ser feliz con otra mujer u hombre, pero él decidio no hacerlo, la amaba demasiado como para soportar la idea de estar alejado de ella, sus hijos siempre le reclamaron a su madre el ser tan fria con su padre y cuando se enteraron de toda la historia le recriminaron por no saber perdonar, pero ella solo escuchaba, a veces lloraba en silenció pero jamás dio su brazo a torcer, jamás volvió a demostrar sentimientos por Jace que no sean de amistad.
Después de décadas Clary volvio a extender su mano hacia Jace como aquella vez cuando despertó a su lado y él no dudo, tomó su mano y la beso —Perdoname Jace, te amaba tanto y aún te amo más que a mi misma pero era necesario mantenerme alejada de tí, no debía de cambiar el destino, todo lo hice por él, por nuestros hijos, por ti, todo por ellos.
Jace la miraba interrogante, le costaba hablar, quería preguntar muchas cosas pero decidió sólo escuchar, con cada palabra de Clary su voz se apagaba un poco más.
—Cuando decidí volver tenia miedo, me preguntaba si pondria a mis hijos en peligro nuevamente, me preguntaba si me querias, me preguntaba si ese amor seria real y para siempre, cuando comenzara a alejarme de ti ¿aún te mantendrias a mi lado o me dejarias? estaba asustada...
Jace apretó aún más su mano llevándola hacia su corazón —te ame desde el primer momento y cada día te he amado más, ¿no te lo he demostrado en todos estos años?
Ella lo observó y decidió continuar, pero antes con la poca fuerza que le quedaba se acercó a él para darle un suave roce de labios —Yo no debería haber vuelto —comenzo a decir con su cansada voz —pero el deseo de verlos una vez más, aunado a la posibilidad de darle una oportunidad a Alec de volver, pesó más, escape del cielo con ayuda de Adrian y un par de angeles que conocimos hace décadas, era él, era Adrian quien debía de regresar, no yo, pero se sacrificó por nosotros. Max fue el artífice de este plan...
Magnus se acercó más apenas escuchó el nombre de su ex prometido, una pequeña luz alumbró sus ojos.
—Max..., él..., no se como, pero de alguna manera averiguo el futuro he ideo un plan para cambiarlo, pensé que el alma de Alec no existía más pero Max me sacó de mi error, él estaba dormido en un viejo árbol y permanecería ahí eternamente..., decidí junto a Adrián y también Jonathan, mi hermano, que nos infiltrariamos para robarla y luego escaparíamos
Lo hicimos pero fuimos descubiertos casi al instante, peleamos contra los guardianes del árbol y en nuestra huida Raziel junto a Rafael intervinieron, ellos traían un capullo idéntico al de Alec, era Mihael, me lo dieron y me mostraron una parte del futuro, cuando estaba por cruzar la puerta un arcángel apareció he interrumpió nuestra huida, peleamos pero nada podíamos hacer, así que ellos se sacrificaron, fue todo muy rápido fui empujada por una luminosa puerta y cuando desperté ellos no estaban a mi lado, no se lo que les paso, si fueron perdonados o castigados.
—Alec..., mi Alec... —Magnus estaba desesperado por saber de él
—No lo se, cuando desperté los capullos que aferraba a mi no estaban, pero podía sentir una energía cálida en mi interior, tiempo después cuando me embarace lo supe, recibí una visita, era el mismo arcángel que intentó detenernos aquella vez, me dijo que era Mihael quien estaba en mi interior, sería su madre y también me prohibió amar, dijo que ya que habíamos distorsionado el futuro tenía que pagar el precio, entonces me mostró a Jace muriendo en mis brazos y a mis hijos lejos de mi, solos, sin sus padres.
No podía permitirlo así que me aleje de él y también de mis hijos no fui una madre, no fui una esposa, lo siento, lo siento mucho.
Jace la abrazo más fuerte y sus hijos se unieron a ellos, entendieron porque recibieron más amor de su padre que de su madre.
—También me mostró imágenes de él, Magnus, el futuro, no se cuando, ni como, pero volverá, solo vi una pequeña fracción del futuro, él con tristeza en su rostro, viéndote a lo lejos... y tu estabas junto a una morena..., tu esposa.
—¡Qué!, no, de ninguna manera, jamás amaré a nadie, no habrá nadie después de él..., ¿Clary?
Ella se había ido, aún los miraba a todos, fue Jace quien cerró sus ojos.
Jem no podía creer esto, ¿Alec volvería? ¿Magnus casado? Fue ahí cuando se percató que estos primeros párrafos eran ficción, no era el futuro pues Magnus jamás se casaría, estaba seguro de ello, su amigo nunca lo pensó siquiera, no hasta que lo conoció a él, fue Alexander Lightwood quien despertó el deseo de matrimonio y ahora que él estaba muerto Magnus deseaba lo mismo, morir.
Jem quería tomar el teléfono y contarle lo que estaba sucediendo, contarle de aquel libro pero Asmodeo tenía razón, todo podría tratarse de un engaño.
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Mucho tiempo después cuando los años dejaron de contarse en décadas para ser siglos fallecieron los últimos nefilim que quedaban, un Lightwood y una Herondale, los hijos de Jace y Clary, las reencarnaciones de Mihael y Leviatán habían tenido una larga vida, vieron morir a sus propios hijos, vieron decaer a su raza, vieron como el polvo se acumulaba en las calles y enterraba su ciudad.
Antes de irse se acercaron a las torres de los demonios que aún brillaban como el primer día y juntos derramaron su sangre sobre la torre principal, había llegado el momento, después de mucho tiempo él podía volver, ya no había peligro para sus bebes, los demonios que se levantaron contra Dios habían sido encerrados y estarían así por mil años hasta que una vez más volvieran a alzarse.
Cuando sus fuerzas los abandonaban y cerraban sus ojos lo vieron aparecer, lograron tomarlo en sus brazos y Leviatán le pidió perdón por haberlo tomado aquella vez, le pidió perdón por haber destruido su felicidad.
Ellos desaparecieron justo cuando un hombre se acercaba con un capullo al aún frio cuerpo de Alexander, era Adrián quien había despertado 20 años antes, fue él quien devolvió su alma al cuerpo de Alec y se lo llevó con él.
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En el libro mencionaban un capullo y Jem no pudo evitar pensar en la posibilidad que hubiese uno en la vida real. Si era así en donde estaría. De pronto parecía que el sabía dónde encontrarla, forzó un poco su memoria, una imagen de una rosa llegó hasta él, fue breve, solo un par de segundos, pero al momento lo olvidó.
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En las frías calles un moreno hombre salía de casa despidiéndose de su ahora esposa, tal como Clary lo había dicho hace ya tanto tiempo, él se había casado.
Magnus iba caminando por las frías calles de Nueva York cuando sintió a su corazón latir desesperado y el viento trajo un susurro hacia el "Magnus" era la voz de él, del hombre que una vez amo, sacudió su cabeza para alejar aquellos dolorosos recuerdos y siguió caminando.
No llegó muy lejos cuando fue atropellado por una chica que corría presurosa, ella iba con un sándwich en los labios, se disculpó con él y siguió corriendo, metros más adelante vio a un chico detenerse en su bicicleta para dejarla subir
Se le fue el aire, de seguro estaba viendo mal, ¿no podían ser..., o si?, era una pelirroja y un castaño con lentes, era la viva imágen de Clary y Simon.
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¿Reencarnación, ahora que estaba pasando? Jem estaba muy confundido, volvió a leer los últimos párrafos y luego dejó caer el libro —Ya ya no entiendo nada —se dijo a sí mismo.
—¿Es confuso verdad? —la misma niña que le dio el libro lo estaba observando con una sonrisa, aún era muy temprano ni siquiera daban las tres de la mañana —yo también me perdí, pero después de leerlo detenidamente pude entenderlo. El autor dice que pasaron siglos y todos murieron, sólo Magnus estaba vivo y él se encontró con Clary y Simon, en realidad ellos vendrían a ser sus reencarnaciones, así lo entendí yo, más adelante es posible que te confundas aún mas.
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