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XXXVII






Alec estaba desesperado, quería noticias de Clary y "de sus hijos", si suyos porque despues de meses de velar por su bienestar los sentía así, como parte de el, sabía que estaba mal, sentía que estaba traicionando a su parabatai pero cuando había hecho a la pelirroja su esposa decidió olvidar todos esos sentimientos de culpa, había decidido empezar una nueva vida con alguien que si bien no lo amaba como hombre lo amaba como amigo y sobre todo lo respetaba.

Había marcado a su padre y a Simon innumerables veces pero ninguno de los dos tomaba su teléfono. A su lado Michael trataba de calmarlo diciéndole que una cesárea tomaba su tiempo y Alec enfurruñado estuvo a punto de lanzar el celular al suelo cuando vio caer al hombre llevándose la mano al pecho, de inmediato se acercó a el y abrió su camisa para ver, era su conexión parabatai, a su padre le había pasado algo y eso lo desespero aún más, justo cuando iba a marcar una vez más Asmodeo apareció en la habitación.

- ¿Que haces aquí? pense que estarías pendiente de Clary

El demonio solo arqueo una de sus finas cejas antes de contestar.

- Me divierte la enana pero me tiene sin cuidado lo que le pase, mi prioridad eres nefilim y mi mundo por supuesto, sentí una intrusión así que fui a ver.

- Si a ti no te importa a mi sí, algo paso necesito ir, tengo que ver con mis propios ojos que ella y mi padre esten bien.

- Tu padre aún está vivo solo tienes que mirar la runa parabatai en ese niño y en cuanto a la pelirroja no creo que le haya pasado nada Rafael esta con ellos, el me habría avisado si hubiese sucedido algo, con lo dramático que es de seguro debe estar llorando por la llegada de nuevas vidas y en cuanto a ti jovencito te quedas aquí, es peligroso que estés fuera recuerda que demonios te buscan.

Estaban discutiendo cuando Alec sintió una fuerte opresión en el pecho, un sentimiento de angustia y miedo llego a el como una ola, el dolor en su corazón le hizo decir un nombre - "Magnus"- y casi de inmediato una luz apareció, era una mujer asiática y estaba llorando, Asmodeo brinco de su asiento como un resorte preocupado por ella y después de que ella le dijera algo desaparecierón dejando al nefilim al borde de una crisis nerviosa, ya no podía aguantar más estaba por volverse loco.







El dolor era indescriptible, su piel, su carne, todo en el se estaba quemando, gritaba pero también recordaba su vida, estaba muriendo y lo único que repetía en su mente era - "perdóname Alec, te amo, lo siento, lo siento..."

En medio de su agonía escucho al demonio decir - "Esos niños que tanto deseo son tus hijos y el hombre que tanto amas sera mio" -  ¿había escuchado bien? entonces aquella vez cuando vio dos bebés en su mente no era un sueño fue una visión, la más hermosa de todas las visiones, no quería morir, tenía que vivir por el, por sus hijos tenía que protegerlos e hizo algo que jamás pensó haría, lo llamo a él.





Cuando Asmodeo llego al hospital vio la pira humana en la que se había convertido su hijo y lo escuchó - "papá ayudame" - era la primera, la primera vez que su hijo lo llamaba papá y pedía su ayuda, actuó de inmediato extinguiendo el fuego y atando su vida a la suya mediante una runa, no lo dejaría morir, jamás,  aunque la muerte a su lado lo estuviese reclamando.

Atacó a Leviatán con la intención de matarlo por lo que le hizo a Magnus, esferas de energía azul salían de la mano de Asmodeo pero el demonio era bueno para huir, aún era débil asi que evitó cualquier enfrentamiento directo, como pudo recogió la pequeña escencia que se había desprendido del cuerpo de su sobrino y desapareció.

Cuando Asmodeo se cercioro que Leviatan se había ido se acercó a su hijo y vio el horrible estado en el que estaba y sintió deseos de llorar por primera vez, sufría, le dolía tanto ver al pequeño niño que alguna vez sostuvo en sus brazos en ese estado, con cuidado lo tomo en sus brazos y lo llevó con el.

Apareció en la casa donde reposaba Alec, ese ere el lugar más seguro en el mundo ya que escudos de protección hecho por angeles lo rodeaban.  Adrián estaba en uno de los pasillos luego de haber hecho dormir al nefilim y de ocuparse de su hijo el cual estaba intranquilo por su parabatai, vio cuando Asmodeo apareció y entró a una habitación con un cuerpo irreconocible y fue tras el, lo vio usar su poder curando sus heridas, reconstruyendo su carne, ¿sobrevivirá? Se preguntaba, iba a irse no era asunto suyo pero ver al demonio tan desesperado lo hizo acercarse para ayudarlo.

- ¿Que crees que haces?

- Tal vez no tenga poder como los demás brujos pero nací con una bendición, puedo curar, te ayudare.

Asmodeo vio como la parte que curaba Adrián se reconstruia más rápidamente y se preguntó porque un brujo tenía más poder que el. Estuvo así por varios minutos hasta que dejó de hacerlo.

- Por qué te detienes, aún...

- Puedo curar pero no tengo tanto poder, necesito descansar, además mi poder de brujo es casi nada, necesito que alguien comparta su energía conmigo, tengo que...

No necesito decir más Asmodeo desapareció solo segundos y trajo consigo a todos los que estaban en el hospital, y fue Catarina la primera en ofrecerle su energía, sería una larga tarde.








Pasaron horas sin saber nada, horas, Alec estaba furioso, así que salió de la habitación buscando a alguien que le dijera que había pasado cuando lo vio, era Simón y lo tomo de la camisa para que le dijera donde estaba Clary.

Prácticamente corrió a la habitación y cuando entró la vio aún dormida, estaba hermosa, sonrió por ello y se acercó a la cama para darle un suave beso en los labios.

- Despierta pelirroja durmiente.

Le regaló una sonrisa y enlazo sus brazos tras su cuello atrayendolo hacia ella - Es bella durmiente

Clary había despertado y desde la oscuridad Jace había visto todo





















Tal vez no sea un buen capítulo, lo escribí con rapidez ya que me demore mucho en publicar, mis disculpas si esta horrible 🙈🙈🙈.

Gracias por su paciencia chicas (os) son un amor.

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